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DOCENTE:
DAVID BUITRAGO
FACULTAD DE BIOLOGIA
PSICOLOGÍA VIRTUAL
DICIEMBRE 2021
ESTRUCTURAS CEREBRALES DE LOS SERES HUMANOS Y OTRAS ESPECIES.
A pesar de que la inteligencia como definición es un tema muy discutido es certero que la gran
mayoría de los seres vivos, especialmente los ubicados en los lugares más altos de la escala
evolutiva realizar ciertas acciones que pueden ser consideradas inteligentes o por lo menos el
resultado de un proceso de reacción correcto ante determinadas circunstancias provocadas en su
medio ambiente.
Sin embargo, los procesos intelectuales desarrollados por los seres humanos son
considerablemente diferentes a los de cualquier otra especie del planeta tierra. El cerebro es el
órgano corporal que permite el desarrollo de esta capacidad, aunque no siempre fue de esta
forma. El cerebro humano adulto es Un órgano complejo que pesa aproximadamente 1500g
representando el 2% del total de la masa corporal, pero consumiendo la misma cantidad de
energía que consume todo el músculo esquelético en reposo.
Es posible afirmar que la construcción del cerebro humano está de acuerdo con un plan
estructural típicamente primate, pero con características que lo distinguen e individualizan.
Los seres humanos tenemos grandes cerebros ya que además de su peso aproximado de 1500g,
tienen un volumen de 1.350 𝑐𝑚3, contenido aproximadamente por 20 billones de neuronas. Se
puede denominar a la flexibilidad mental como un tipo de inteligencia y en la medida en que se
aumenta el tamaño del cerebro de los prosimios a los grandes simios, de esta forma ha
evolucionado
el pequeño cerebro australiano lopiteco a cerebros más grandes como el Homo habilis, el Homo
erectus y eventualmente el gran cerebro del Homo Sapiens.
No obstante, lo anterior con respecto al tamaño del cerebro, no es una explicación de todas sus
habilidades cognitivas, pues entonces el cerebro de 5 kg del elefante o el de la ballena de 7.8 kg,
estarían mucho más encefalizados que los cerebros de los seres humanos. Por esto, si el objetivo
es hallar la respuesta de la singularidad de nuestros cerebros en la encefalización se debe medir
en términos relativos, relacionando el peso del cerebro con el peso total del organismo en estudio.
Aun utilizando la relación previamente desarrollada sigue sin ser una explicación totalmente
concluyente, por ejemplo, una musaraña con 0.25 g de cerebro estaría mucho más encefalizada.
En 1973 Jerison postulo que la relación establecida entre el tamaño del cerebro y el tamaño del
cuerpo debe desarrollarse teniendo en cuenta que los organismos más pequeños tienen cerebros
más grandes y los organismos más grandes habitualmente tienen cerebros más pequeños debido a
una cuestión de alometría.
También existen determinados requisitos que regulan el funcionamiento del cerebro; debe haber
cantidad suficiente de cerebro para mantener el cuerpo en homeostasis, es decir, conservar el
equilibrio interno cuando el entorno cambia, además debe haber suficiente cerebro y tejido
nervioso para percibir el mundo exterior y responder correctamente a los estímulos internos y
externos, funciones que posibilitan a un animal para alimentarse, huir de los peligros y conseguir
su reproducción.
Conseguir un cerebro tan grande como el nuestro ha sido todo un proceso que ha durado varios
millones de años, aunque se debe tener en cuenta que fue bastante rápido.
Si bien, las circunstancias que produjeron la aceleración en la evolución del cerebro humano no
se han esclarecido, es notable que aquella aceleración comprende todo el género Homo y
continuo hasta la aparición del neandertal y de nuestra especie.
Evidentemente el aumento del tamaño del cerebro no es el único cambio de la evolución que
conllevo a la humanización del cerebro.
Holloway señala que una reorganización de los tejidos y circuito celebrar hace parte esencial en
el proceso evolución del cerebro humano, esto porque cerebros más grandes necesitan una mayor
cantidad de neurona y uniones neuronales qué puede llegar a volverlos ineficientes por lo cual el
cerebro necesita reorganizarse.
Después de unos estudios por parte de Semedeferi y Damasio de los lóbulos cerebrales de
distintos y miel hombre actual encontraron impactantes resultados:
1) No existía la gran expansión de los lóbulos frontales qué se suponía era la causa principal
de la encefalizacion humana. Nuestros lóbulos frontales, aunque son grandes, no lo son
demasiado para un cerebro como el nuestro. No obstante, a pesar de que el tamaño total
de los lóbulos frontales no es mayor que los de un simio con el cerebro grande, algunas de
sus partes sí parecen haber crecido notablemente en los seres humanos.
2) Los lóbulos temporales, muy reconocidos por su fundamental función para la audición,
visión y diversos procesos cognitivos superiores como la memoria y el lenguaje, sí
aparecían notoriamente grandes en especie humana, lo que conlleva a pensar que existe
una cierta precisión selectiva en nuestra especie para la evolución de esta parte del
cerebro.
3) El cerebelo es relativamente más pequeño en la especie humana, información que no
coincide con lo obtenido por Weaver en un estudio que incluyó al H. habilis, H. erectus,
neandertales y H. sapiens antiguos y modernos. Según estos resultados, aunque si existe
una tendencia a disminuir el tamaño relativo del cerebelo, esto cambia al llegar al H.
sapiens moderno y el cerebelo se hace más grande, lo cual explicaría las notables
capacidades cognitivas del H. sapiens moderno, en comparación no solo con otros
miembros de nuestro género, sino con otros miembros más antiguos de nuestra propia
especie.
4) Al comparar los endocráneos de distintas especies del género Homo se encontró que la
principal diferencia entre nuestro cerebro y el de los demás integrantes de este género es
la expansión del lóbulo parietal, zona implicada en el procesamiento de la sintaxis y la
gramática, una de las funciones más importantes del lenguaje humano.
HUMANIZACIÓN:
Los seres vivos evolucionan y esta evolución les permite adaptarse a un entorno en constante
cambio. Para ello es fundamental la coexistencia de 2 mecanismos de adaptación:
Los cambios genéticos que han conducido a la evolución del cerebro humano incluyen desde
cambios epigenéticos, sustituciones de un solo nucleótido, hasta alteraciones estructurales a gran
escala en nuestro genoma.
Del mismo modo, las consecuencias funcionales de estos cambios genéticos varían mucho y van
desde alteraciones en la secuencia de aminoácidos a cambios en las regiones cis-reguladoras, la
aparición de nuevos genes o la extinción de los ya existentes.
Las semejanzas entre los cerebros de distintas especies relacionadas son más significativas que
las diferencias. Todos los cerebros están formados por neuronas, y las estructuras neuronales
que
componen el cerebro de una especie pueden encontrarse casi siempre en los cerebros de las
especies afines, por ejemplo, el cerebro de los humanos, monos, ratas y ratones presenta las
mismas estructuras en general.