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Universidad Internacional de La Rioja

Facultad de Empresa y Comunicación

Máster Universitario en Dirección y Gestión de Recursos


Humanos
Síndrome de Burnout en personal
sanitario en época de COVID-19

Trabajo fin de estudio presentado por: Irene del Rocío Laso García
Tipo de trabajo: Investigación
Utilizar si se necesita alguna tipología más: Individual
Director/a: Alberto Ortega Maldonado
Fecha: 22/07/2021
Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Resumen

El objetivo de esta investigación es determinar el nivel de Burnout que presentan los


sanitarios españoles en el contexto de la pandemia por COVID-19, diferenciando entre
grupos de edad, áreas de trabajo y zonas geográficas. Para recolectar esta información se
administró un cuestionario sociodemográfico y el Maslach Burnout Inventory (MBI), a una
muestra de 261 sanitarios desde abril de 2021 hasta mayo de 2021. El MBI evalúa tres
escalas, el agotamiento emocional, la despersonalización y la realización personal. Los
hallazgos encontrados muestran niveles altos de burnout en el personal sanitario español, al
igual que las personas de mayor edad presentan puntuaciones más altas. Asimismo, entre
las dos zonas geográficas seleccionadas a contrastar, Málaga y Granada, se encuentran
mayores niveles de desgaste profesional en los sanitarios de la segunda. En conclusión, la
prevalencia de burnout en los sanitarios españoles en la actualidad es mayor que en
estudios anteriores; esto justifica la necesidad de intervenir para mejorar su salud mental y
física como la calidad de los servicios que ofrecen a los pacientes.

Palabras clave: Síndrome de burnout, personal sanitario, pandemia, COVID-19, España

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Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Abstract
The aim of this research is to determine the level of Burnout among healthcare workers in
Spain in the context of the COVID-19 pandemic, differentiating between age groups, work
areas and geographical areas. To collect this information, a sociodemographic questionnaire
and the Maslach Burnout Inventory (MBI) were administered to a sample of 261 healthcare
workers from April 2021 to May 2021. The MBI assesses three scales, emotional exhaustion,
depersonalisation and self-fulfilment. The findings show high levels of burnout in Spanish
healthcare workers, with older people having higher scores. Likewise, between the two
geographical areas selected for comparison, Malaga and Granada, higher levels of burnout
were found in the latter. In conclusion, the prevalence of burnout in Spanish healthcare
workers is currently higher than in previous studies; this justifies the need to intervene to
improve their mental and physical health as well as the quality of the services they offer to
patients.

Keywords: Burnout syndrome, healthcare workers, pandemic, COVID-19, Spain

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Índice de contenidos
1. INTRODUCCIÓN...................................................................................................................7

1.1. Justificación..................................................................................................................7

1.2. Planteamiento del problema.....................................................................................10

1.3. Marco teórico.............................................................................................................13

1.3.1. Personal sanitario...............................................................................................13

1.3.2. Síndrome de burnout..........................................................................................14

1.4. Objetivos e hipótesis..................................................................................................19

2. MÉTODO............................................................................................................................20

2.1. Instrumentos..............................................................................................................20

2.2. Procedimiento............................................................................................................23

2.2.1. Análisis de datos.................................................................................................23

2.3. Participantes...............................................................................................................23

3. RESULTADOS......................................................................................................................25

4. DISCUSION.........................................................................................................................29

4.1. Limitaciones y prospectiva.........................................................................................33

5. CONCLUSIONES..................................................................................................................34

Referencias bibliográficas.........................................................................................................35

Anexo A. Encuestas realizadas...............................................................................................43

Anexo B. Tablas......................................................................................................................44

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Índice de figuras
Figura 1.………………………………………………………………………………………………………………….……….27

Figura 2.………………………………………………………………………………………………………………….……….28

Figura 3..………………………………………………………………………………………………………………………….28

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Índice de tablas
Tabla 1.………………………………………………………………………………………………………………….……….15

Tabla 2.………………………………………………………………………………………………………………….……….17

Tabla 3..………………………………………………………………………………………………………………………….18

Tabla 4..………………………………………………………………………………………………………………………….22

Tabla 5..………………………………………………………………………………………………………………………….22

Tabla 6..………………………………………………………………………………………………………………………….25

Tabla 7. .…………………………………………………………………………………………………………………………26

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

1. INTRODUCCIÓN
1.1. Justificación

La necesidad de estudiar el Síndrome de Burnout en los profesionales sanitarios españoles


recae en que la sociedad ha sido testigo de la expansión de varias enfermedades infecciosas
las cuales contaban con una rápida y veloz transmisión, en todas ellas, el personal sanitario
ha sido un factor clave. Actualmente, con la pandemia causada por el COVID-19 se han visto
sumergidos en unas jornadas laborales intensas y largas unidas a unas medidas de seguridad
muy estrictas (Vieta et al., 2020; Brooks et al., 2020). Asimismo, tal y como establecen
Walton et al., (2020) también han estado expuestos a un temor por contagiarse mayor que
el resto de la población, además no han contado con los recursos y medios de protección
suficientes, han tenido que adaptarse con rapidez a nuevos protocolos de actuación, ser
testigos del empeoramiento acelerado de una gran cantidad de pacientes e incluso de sus
compañeros que se han contagiado. Todo esto causa efectos de manera directa en la salud
mental de los trabajadores sanitarios (Ruiz y Gómez, 2021).

En referencia a los efectos que están padeciendo los profesionales de la salud, se pueden
relacionar con los síntomas asociados al Síndrome de Burnout. Este Síndrome es definido
por Pines y Aronson (1988) como un estado de agotamiento físico, cognitivo y emocional
como consecuencia de la sobrecarga emocional y psicológica en el trabajo. Este síndrome
está caracterizado por tres aspectos, el cansancio emocional (CE), la despersonalización (DP)
y la falta de realización personal (FRP) (Atance, 1997). Tiene numerosas consecuencias a
nivel conductual, social y psicológico, e incluso afecta a la vida personal del individuo que lo
padece, alterando a su vez su calidad y eficacia laboral (Jiménez y Aragoneses, 1991).
Algunos de estos efectos son: a nivel individual, se produce una auto desvaloración,
autosabotaje, desconfianza, etc.; a nivel conductual disminuye su productividad unida a una
mala calidad de su trabajo, absentismo y bajo compromiso; y a nivel personal debido a su
irritabilidad muestran problemas afectivos y una baja satisfacción con su entorno ligado a un
deterioro constante sus relaciones que desemboca en un aislamiento social (Pallarés, 2007).
También influye a nivel macrosocial ya que supone unos altos costes económicos,
asistenciales y sociales derivados del síndrome de desgaste emocional (Linde et al. 2005). A
nivel laboral hay conclusiones contradictorias, aunque sí existe un acuerdo en que los

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trabajadores sanitarios que desempeñen sus funciones en ambientes que supongan una
mayor implicación sentimental y emocional aumenta la probabilidad de padecer el síndrome
de burnout (Jones et al. 2013).

Asimismo, el síndrome de desgaste profesional tiene una gran importancia puesto que no
solo afecta a profesional que lo está padeciendo, sino que también al paciente. Es decir,
repercute en la salud y en las relaciones interpersonales del individuo, pero además
desemboca en una insatisfacción laboral que termina en el abandono y ausentismo e incluso
afecta a la calidad del servicio que ofrece a los pacientes (Aceves et al., 2006).

Para contextualizar el estudio, es necesario aclarar de qué se trata el COVID-19. Es en enero


del 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiesta la aparición de una
nueva enfermedad coronavírica en China, la cual consistía en una enfermedad infecciosa
causada por un coronavirus descubierto en la ciudad de Wuhan en China en humanos en
diciembre de 2019. Dos meses más tarde la OMS lo declara una pandemia debido a que se
había propagado por 114 países causando innumerables daños económicos y humanos
(García, 2020). Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT) su transmisión se da
mediante el contacto cercano de alguien con COVID-19 y se expone a proyecciones
respiratorias como al toser, respirar, estornudar, hablar o cantar. Para que estas gotas
respiratorias causen infección deben ser inhaladas o entrar en contacto con membranas
mucosas como las que se encuentran en la nariz y la boca. Por otro lado, la incubación del
virus fluctúa entre uno y catorce días, comúnmente a los cinco días.

En lo que a laboral se refiere, hay que tener en cuenta que el COVID-19 ha ocasionado una
pandemia que supone una emergencia sanitaria inmediata. En consecuencia, se han tenido
que tomar una serie de medidas para reducir su impacto las cuales afectan a los mercados,
la oferta, la demanda y al mundo laboral. Dentro de las restricciones que se han tomado se
encuentran confinamientos, cierres perimetrales de municipios, provincias y comunidades e
incluso interrupciones en el transcurso normal de los negocios suponiendo un elevado
número de despidos. Como ha establecido la OIT, esta pandemia ha provocado mayores
desigualdades en algunos sectores y segmentos de la población, sobre todo en los que son
más vulnerables, como es el caso de trabajadores jóvenes, las personas de edad más incluso
si cuentan con problemas de salud anteriores, los trabajadores migrantes e incluso padres y
madres por una sobrecarga en las responsabilidades de cuidados como consecuencia del

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cierre de escuelas. El aumento de la cantidad de demandas del hogar es uno de los


principales factores de vulnerabilidad, sobre todo cuando es una familia monoparental o los
dos padres están trabajando; asimismo los sanitarios se han visto más en riesgo en este
contexto ya que muchos cuidadores se han mostrado reacios a trabajar en hogares donde
haya profesionales de la salud por el temor al contagio (Bradley y Chahar, 2020).

Es de gran importancia recalcar la sintomatología del COVID-19 donde los signos más
habituales son cansancio, fiebre y tos seca. Además, pueden darse dolores de garganta,
diarrea, secreción y congestión nasal e incluso un malestar general (Jenco-APPNews, 2021).
Al principio pueden parecer síntomas leves pero su gravedad va aumentando
exponencialmente. Aunque es cierto que hay casos de asintomáticos los cuales no presentan
ningún síntoma aun siendo positivos. Sin embargo, uno de cada seis casos de COVID-19
desarrolla una enfermedad grave que desemboca en problemas respiratorios.

El COVID-19 ha supuesto la incorporación de nuevos estresores para el personal sanitario


como pueden ser el riesgo por infectarse, aislamiento social y las múltiples consecuencias
económicas. Además, con la pandemia ha habido un aumento de los ingresos hospitalarios y
una saturación en las instituciones sanitarias, lo que hace de necesaria importancia un
estudio como este en el cual se retrata el nivel de desgaste profesional que presenta el
personal sanitario actualmente (Organización Internacional de Trabajo (OIT), 2020).

Esta investigación, por tanto, permitirá profundizar en el conocimiento científico sobre el


síndrome de burnout mediante la aportación de datos empíricos y el contraste de
conocimientos previos. Además, al contar con una aplicabilidad real tiene el potencial para
ayudar a crear una propuesta de mejora social en un determinado sector, el sanitario.
Aporta incluso varios aspectos teóricos incluyendo comparativas entre distintos estudios
anteriores. Cabe añadir, que este estudio es de actualidad ya que se enmarca en el contexto
de la pandemia por COVID-19, por tanto, conocer cómo se encuentran los sanitarios en
plena ola pandémica es un aspecto de especial interés científico. La importancia de nuestro
estudio radica en el hecho del alto nivel de estrés laboral al que están sometidos los
sanitarios y reflejará una realidad actual de los niveles de burnout que presentan los
sanitarios ante la alta demanda de pacientes contagiados por COVID-19. Asimismo, ofrece
una comparativa poco estudiada entre el personal de atención primaria y hospitalaria.

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1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Para poder tratar la sintomatología que presentan las personas positivas en COVID-19 es
necesario el ingreso hospitalario y en numerosos casos en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI). Por ende, ha desembocado en un aumento elevado del número de ingresos en
hospitales lo que supone una saturación en el sistema sanitario. Controlar el nivel de carga
hospitalaria y la alta demanda de los servicios sanitarios es la mayor preocupación que han
tenido los países en esta pandemia (García, 2020). Por lo tanto, como se puede observar el
personal sanitario es uno de los sectores con mayor riesgo de contagio ya que están en la
primera línea de la emergencia y sus espacios mayoritariamente son limitados, además, los
trabajadores que lidian directamente con el brote cuentan con un riesgo más elevado aún.

Por consiguiente, como establecen Walton et al. (2020) este tipo de situaciones pandémicas
y de saturación sanitaria desembocan en una sobrecarga de trabajo para el personal
sanitario, un aumento de la preocupación de contagiarse ellos mismos y de trasmitirlo a los
familiares, además, se establecen nuevos protocolos con los que tienen que trabajar y
adaptarse a ellos de una manera rápida y eficaz; incluso se ha observado en algunas
ocasiones, sobre todo al principio de la pandemia, que carecían de material de protección.
Por lo tanto, al poner en riesgo su seguridad, que los recursos de los que disponen son
limitados y que sean testigos de innumerables muertes provoca un debilitamiento de su
salud mental aumentando la probabilidad de sufrir un agotamiento físico y psíquico y que a
su vez puede llegar a padecer síndrome de burnout (Neto et al., 2020).

Es necesario remarcar que la pandemia no solo conlleva riesgo por infección, sino que
también ha tenido un gran impacto psicológico. La pandemia por COVID-19 para Torales et
al. (2020), ha afectado al bienestar general de estos profesionales alterando su atención,
comprensión, insomnio, ansiedad, síntomas de depresión y una peor toma de decisiones.
Ha supuesto una amenaza para el bienestar psicológico de toda la población, y por eso,
requiere la implantación de intervenciones psicosociales eficaces, válidas y fiables
(Schmulson et al. 2020). En estudios realizados en China como los de Lai et. al (2020) han
encontrado que las enfermeras, las mujeres y los profesionales que trabajan en primera
línea son los que desarrollan una mayor carga psicológica junto a unos niveles de calidad
más desfavorables con respecto a su salud mental (depresión, insomnio y ansiedad).

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Porras (2014) realizó su tesis doctoral sobre burnout en profesional sanitario (enfermeras y
auxiliares) en un Complejo Hospitalario de Salamanca, en este trabajo concluyó que los
niveles de desgaste profesional eran muy altos, más de la mitad de la muestra presentaban
agotamiento emocional, comparado con anteriores investigaciones. Esto es un reflejo de
que el síndrome de burnout en personal sanitario viene arrastrándose desde varios años
atrás. Cabe resaltar que es uno de los síndromes psicológicos que más se presenta en el
personal sanitario. Es por ello por lo que recae la necesidad de estudiar el síndrome en el
personal de la salud.

El burnout está relacionado con 3 tipos de factores de riesgo, los laborales, psicológicos y
sociodemográficos (Cañadas-de la Fuente, et al. 2014), aunque los factores en los que más
se han centrado los estudios han sido los laborales (Freimman y Merisalu, 2015; Lorenz y
Guirardello, 2014). Entre las diferentes investigaciones que se han llevado a cabo no han
llegado a ningún acuerdo en sus conclusiones. Dentro de los factores sociodemográficos, con
respecto a la variable de estudio Edad, varias de ellas concluyen que las personas con mayor
edad cuentan con un menor nivel de burnout ya que su tensión laboral es más reducida
(Alacacioglu et al. 2009 y Aiken et al. 2008). Sin embargo, estudios anteriores concluyen que
los de mayor edad presentan mayor nivel de desgaste profesional (Albino et al., 2002; Linde
et al., 2005). Asimismo, diversas investigaciones establecen que el incremento en los niveles
de burnout se suele dar a partir de los 45 años (Kanai-Pak et al., 2008; Lin et al., 2009). E
incluso a nivel internacional existen investigaciones que se encuentran en consonancia con
los anteriores (Davis et al.,2013). Al igual que otro estudio llevado a cabo en la provincia
andaluza de Granada, en la cual se concluye que los trabajadores del sector sanitario que se
encuentren entre 38 y 45 años han obtenido mayores puntuaciones en las dimensiones del
burnout que los participantes de menor edad (Cañadas-de la Fuente et al. 2014). También en
un reciente Trabajo Final de Máster realizado en Alicante (España) sobre burnout en
profesionales sanitarios de urgencias se encuentran altos niveles de burnout en los
participantes de mayor edad (Almela, 2021).

Por otro lado, en consideración con el área de trabajo, en una tesis doctoral realizada en la
Universidad Rey Juan Carlos por García (2017) se analizó las diferencias significativas
existentes entre las dimensiones del burnout y el lugar de trabajo; atención primaria y
hospitalaria. Los hallazgos fueron significativos reflejando mayores puntuaciones en

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cansancio emocional y despersonalización en personal de atención primaria, mientras que el


personal hospitalario presenta una mayor realización personal. Una de las razones posibles
es las funciones de cada ámbito, ya que en atención primaria se realizan funciones de
prevención, educación, seguimiento y tratamiento a los ciudadanos mientras que en los
hospitales suelen ser estancias cortas y enfermedades agudas. Por lo tanto, las
intervenciones que tienen lugar en atención primaria son más cercanas, demandantes y
extendidas en el tiempo ya que suelen ser enfermedades crónicas lo cual puede desembocar
una ausencia de empatía y frialdad. Además, el personal de atención primaria está expuesto
a una alta movilidad de localidades lo cual supone que tengan que entablar nuevas
relaciones y aprender nuevas formas de trabajo. De igual manera, varias investigaciones han
establecido que el personal de atención primaria padece niveles medios o altos de
agotamiento emocional y despersonalización y una baja realización personal (Gómez-
Urquiza et al., 2016; Monsalve-Reyes et al., 2018; Tomás-Sábado et al., 2010).

Sin embargo, otros estudios establecen que los trabajadores del área de urgencias y de
unidades de cuidados intensivos están más afectados por el Síndrome y son considerados
unidades de riesgo para el burnout (Albendín et al., 2016; Moss et al., 2016). Rodrigues et
al., (2018) establecen que se da una prevalencia significativamente mayor en los servicios
hospitalarios que en las especialidades clínicas de atención primaria. Con el fin de ofrecer
una atención de calidad en las consultas hospitalarias, el personal sanitario de estos debe
desarrollar habilidades específicas que suponen hacer frente a una alta carga de trabajo y
responsabilidad (Geurts et al., 1999; Thomas, 2004). Asimismo, también existen
investigaciones que apoyan que los sanitarios de atención primaria, en concreto las
enfermeras cuentan con niveles más bajos de burnout (Cañadas- De la Fuente et al., 2015,
Gómez-Urquiza et al., 2016). Cabe destacar que tal y como indica Cañadas de la Fuente
(2012) en su tesis, el burnout se considera un problema de salud publica ya que está
directamente relacionado negativamente con la calidad que prestan los profesionales
sanitarios en su atención a los pacientes, lo cual implica un elevado coste económico y
social.

Por último, se pretende comparar diferentes áreas geográficas a nivel exploratorio, con el fin
de enriquecer los resultados del estudio. Esto puede reflejar datos esclarecedores sobre los

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diferentes protocolos de actuación que se han tomado en cada área y cómo lo han
afrontado.

En lo referente a la información recabada anteriormente, es de interés científico comparar el


nivel de burnout en atención primaria y hospitalaria, en las personas de mayor y menor edad
y entre dos provincias andaluzas debido al gran volumen de respuestas del personal
sanitario de ambas. Son necesarias investigaciones como estas para ser conscientes de las
repercusiones negativas que sufre el personal de la salud no solo físicas y mentales, sino que
también emociónales y recalcar la importancia de unas adecuadas intervenciones. Trata de
remarcar la importancia de un cambio cultural en la forma de gestionar y percibir la salud
mental de los sanitarios, ya que el agotamiento mental que están sufriendo en esta
pandemia en innegable.

1.3. MARCO TEÓRICO

En este apartado se detallan varias investigaciones que se han realizado, ya que para
conocer el papel que ha ejercido la pandemia de COVID-19 sobre el personal sanitario, es
necesario contextualizar el nivel de burnout con el que han contado durante estos años
atrás los sanitarios. Pero para poder entender esta relación hay que conocer de qué trata
cada aspecto individualmente.

1.3.1. Personal sanitario

Los trabajadores sanitarios están en primera línea de respuesta ante un brote de cualquier
enfermedad infecciosa y, por tanto, se encuentran en riesgo de infección por patógenos, en
este caso del COVID-19. Según Grau et al. (2005) continuamente se han observado altos
niveles de desgaste profesional en el personal sanitario. Así mismo, García (2020) cuenta que
el personal de salud siempre ha estado sometido a distintos riesgos, entre los cuales se
hallan la fatiga mental y física, agotamiento laboral, estigma, violencia física y mental, unas
jornadas laborales extensas, y una mayor probabilidad de sufrir el síndrome de burnout. Al
igual que también sufren unas altas demandas psicoemocionales, y la toma de decisiones
basadas en vida o muerte (World Health Organitation, [WHO] 2020).

La Organización Internacional del trabajo (OIT) (2020) establece que al personal de la salud
le afectan ciertos factores psicosociales que pueden aumentar el estrés en pandemia, alguno
de ellos es: ausencia de Equipos de Protección Individual (EPIs), miedo porque el bienestar

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de tu familia o el propio se deteriore, aislamiento, no contar con apoyo social y emocional,


llevar estilos de vida no saludables, y ser víctimas de violencia o discriminación. Ante estas
situaciones la respuesta habitual suele ser un estado anímico bajo, no tener ni motivación ni
satisfacción laboral, contar con altos niveles de estrés negativos e incluso está ligado a
depresión o ansiedad. Además, lo que caracteriza esta situación de pandemia es la sensación
de incertidumbre que hay alrededor del virus SARS-COV2 en relación con su transmisión,
cómo se contagia y afecta, también existe una vacilación sobre la existencia de vacunas o
terapias útiles para combatirlo o sobre la disponibilidad de materiales y equipos ( Wu et al.,
2020).

Para combatir estos factores de riesgo que se han introducido con la pandemia, Bradley y
Chahar (2020) demuestran que el apoyo familiar y social es vital para fomentar la resiliencia
y evitar que aparezca agotamiento. Sin embargo, también se dan cuenta de que el COVID-19
ha afectado a esos dos pilares ya que los sanitarios al estar en primera línea de respuesta
están expuestos continuamente al virus, por lo que su preocupación por contagiar a sus
familiares aumenta haciendo que eviten el contacto con ellos, más aún que el resto de la
población.

Un problema al que se encuentran expuestos los sanitarios son las agresiones tanto físicas
como verbales y tal y como establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2020)
entre un 8 % y 38% de los profesionales sanitarios sufrirá una respuesta agresiva en su
trayectoria profesional. A su vez, la OMS define una agresión como usar la fuerza física
contra una persona o grupo intencionadamente causando lesiones, muerte o trastornos. La
falta de personal, de recursos, el tiempo de espera en los centros sanitarios, la presión para
las consultas, el escaso tiempo para estas, la comunicación de malas noticias y de
diagnósticos, aumentan la posibilidad de que ocurran agresiones. Además, tal y como
estableció Winstanley y Whittington (2002) hay una relación directa entre las agresiones y el
burnout, encontró niveles elevados de cansancio emocional y despersonalización en los
participantes que habían sido víctimas de agresiones con mayor frecuencia.

1.3.2. Síndrome de burnout

El origen del Síndrome de Burnout o también conocido como Síndrome de desgaste


profesional (SDP) tiene lugar en los años setenta y fue introducido por Herbert J.
Freudenberger mientras trabajaba en New York en una clínica de toxicómanos donde el

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personal tras 10 años trabajando empezaba a perder energía, empatía con los pacientes y
comenzaban a mostrar síntomas de agotamiento, ansiedad y baja motivación laboral
(Saborío e Hidalgo, 2015). Para este autor, debido a que las demandas cada vez eran más
elevadas y exigentes, los profesionales se desgastan fracasando así en sus tareas junto con
un agotamiento continuo (Freudenberger, 1974).

Una década más tarde, Maslach y Jackson (1981), empiezan a desarrollar este concepto aún
más, creando un instrumento para detectar y valorar el nivel del síndrome, es denominado
Maslach Burnout Inventory (1996) el cual cuenta con tres dimensiones: el cansancio
emocional, la despersonalización y la realización personal. A su vez, definen este concepto
como un afrontamiento inadecuado al estrés crónico, donde sus principales características
son el agotamiento emocional, la despersonalización y el deterioro del desempeño personal,
que coinciden con las tres dimensiones que mide en el cuestionario.

Es necesario conocer qué mide cada una de las dimensiones del MBI, para ello se tomará
como referencia lo establecido según los autores Maslach et al. (1986). La primera, el
agotamiento o cansancio emocional referido a la energía y recursos emocionales propios
que se consume debido al contacto día a día con los pacientes. La segunda, la
despersonalización hace referencia a las actitudes negativas que se tiene hacia las demás
personas, junto a un sentimiento perjudicial para el propio individuo y para los otros. Por
último, la tercera es el sentido de realización personal que consta de una autovaloración
positiva entre la tarea que tiene que realizar y si rendimiento personal. Cabe destacar los
síntomas y signos para cada una de las dimensiones.

Tabla 1

Síntomas y signos para cada dimensión del síndrome de burnout

DIMENSION SINTOMA
Fatiga crónica (física y mental), absentismo laboral,
Cansancio emocional
perdida de interés por el trabajo, desmotivación y baja
productividad
Despersonalización Irritabilidad, respuestas frías y hostiles, actitud cínica,
cambios de humor
Respuestas desfavorables y negativas hacia uno mismo y
Realización personal

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sobre todo hacia el trabajo.

Fuente: elaboración propia e inspirado de: Mezo (2017)

Debido a que los profesionales se sienten al límite de sus capacidades y que los recursos con
los que cuentan para afrontar las situaciones estresantes cada vez son más escasos, su salud
mental se pone en riesgo afectando a su vez a la vida social. Es por esta razón por la que no
solo se puede relacionar con el absentismo y la rotación en el trabajo, sino que además se
correlaciona con el consumo de drogas, problemas familiares, baja autoestima, malestar
personal, autoevaluación negativa, e insatisfacción, disminuyendo a su vez la calidad en las
tareas que ofrece el trabajador (Maslach y Jackson, 1981). Cabe añadir que hay que tener en
cuenta los efectos que se pueden derivar del estrés, burnout e incluso de la insatisfacción
laboral. Además, también se derivan alteraciones cognitivas tal y como establece Sandström
et al. (2005) en su estudio donde 67 participantes que padecían síndrome de burnout del
género femenino presentaron una disminución de memoria no verbal y sus niveles de
atención visual y auditiva se deterioraron.

La presencia de este síndrome también desemboca en consecuencias sociales ya que formar


a los médicos tiene un alto costo y requiere mucho tiempo (por ejemplo, la carrera
universitaria de medicina como mínimo son seis años), y tampoco el sistema puede
permitirse la pérdida de sanitarios experimentados. Al igual que incluyen costes económicos
por las jubilaciones anticipadas, o la reducción de horas en la jornada laboral, por ejemplo,
en un estudio realizado en Canadá se estimó que los gastos asociados al burnout en personal
sanitario eran de 213 millones de dólares (Dewa et al.,2014). Por ello, se hace necesario
abarcar más aspectos para poder comprenderlos y formular intervenciones preventivas más
eficaces además de que favorezcan el bienestar mental de los sanitarios lo que derivará en
menores costes de enfermedad mental y en un aumento de su calidad laboral (Portero de la
Cruz, 2019). Es necesario recalcar la importancia de establecer adecuadas estrategias de
prevención y aportar herramientas para afrontar positivamente el estrés laboral.

El grupo profesional más vulnerable es aquel que tiene que tratar con individuos, es decir,
profesiones de servicios humanos como por ejemplo el personal sanitario o docente
(Rodríguez et al., 2017). Se reconoce que el sector de la sanidad cuenta con una mayor
probabilidad de sufrir este fenómeno debido a sus altas demandas estresantes, su elevada
necesidad de tomar decisiones importantes, jornada laboral por turnos, están expuestos a

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agresiones físicas y verbales provenientes de los pacientes junto con las demandas
personales (Arias y Muñoz, 2016). Hay diversas investigaciones que han estudiado esto, que
se produce una sobrecarga profesional en los sanitarios por la dependencia con el paciente
ya que es el principal responsable de su salud, dolor y sufrimiento (Monte y Peiró, 1999).
Además, tal y como se señala en el modelo de Buunk y Schaufeli (1993) el estrés viene de
tres fuentes como son la incertidumbre, la percepción de equidad y la falta de control.

Como se ha venido observando, el personal sanitario es uno de los grupos con mayor
incidencia de afectación por el síndrome de burnout debido a su alto nivel de interacción
con pacientes y familiares (Lim et al., 2010). Debido a esto aparecen una serie de
alteraciones relacionadas con el desgaste profesional reflejadas en la tabla 2 (Moya-Albiol et
al., 2005).

Tabla 2

Síntomas causados por el Síndrome de burnout

Áreas Síntomas
Emocionales Depresión, indefensión, fracaso, falta de
autoestima, apatía, irritabilidad, hostilidad,
agresividad, y recriminaciones a los
pacientes

Cognitivos Desvalorización, cinismo, pérdida de


valores, ausencia de expectativas y
dificultad para tomar decisiones

Conductuales Inadaptación, abuso de sustancias, ausencia


de planificación, evitar la responsabilidad y
la sobre implicación

Sociales Aislamiento, fracaso, conflictos con las


relaciones sociales y evitación profesional

Físicos Disfunción sexual, fatiga crónica, problemas


de sueño, dolor muscular, procesos
infecciosos y alteraciones de tipo
autoinmune

Fuente: elaboración propia

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Sobre todo, sufren consecuencias sociales, sanitarias, cognitivas y laborales, tanto es así que
según Gama et al. (2014) afirman que, para el personal sanitario, este síndrome está
influenciado por la actitud que tienen los profesionales ante la muerte, los años de
experiencia en el sector, el miedo y el motivo de vida que tengan. Por lo tanto, se hace
necesario implantar medidas para formar e informar sobre el síndrome con el fin de
prevenirlo y hacerle frente, debido a todas estas repercusiones que tiene en las
profesionales tanto físicas como psicológicas (Fernández et al., 2017). Por ello, hay una serie
de signos de advertencia del síndrome de burnout, las cuales es conveniente saber
identificarlas para poder encontrar una solución. Los autores Queen y Harding (2020)
destacan estos principales signos:

Tabla 3

Principales signos de burnout en sanitarios y sus correspondientes estrategias de


afrontamiento.

Signos de Burnout Consejos prevención del burnout


Sentimientos de tristeza, depresión, Satisfacer necesidades básicas
fracaso, impotencia o apatía

Frustrarse con facilidad Hacer pausas y descansos (descansar


adecuadamente realizando actividades
relajantes y divertidas)

Culpar a los demás o sentirse irritable Mantén el contacto con familiares y amigos

Sentirse disociado, indiferente o apático Acuda a consulta periódicamente

Aislarse o desconectarse de los demás tanto Comunicar con claridad y de una manera
presencial como virtualmente optimista

Practicar un autocuidado deficiente Respetar las diferencias de las personas ya


que cada individuo tiene unas necesidades
concretas (algunos prefieren hablar y otros
estar a solas)

Sentirse cansado agotado o abrumado Manténgase al día y limite su exposición a


los medios de comunicación. Tenga una
información veraz y sana.

Utilizar estrategias de afrontamiento Evitar la ingesta de cafeína, azúcar, alcohol

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

negativas o drogas.

Fuente: Tabla traducida de: Queen, D., & Harding, K. (2020). Societal pandemic
burnout: A COVID legacy. International Wound Journal, 17(4), 873.

Por último, cabe destacar que Edelwich y Brodsky (1980) además de definir el burnout
también estableció cuatro etapas. La primera es el entusiasmo que se caracteriza por niveles
elevados de energía unidos a expectativas poco realistas, suele darse en los principios de la
etapa laboral de una persona lo cual conduce a involucrarse demasiado ligado a
sentimientos de desilusión. La segunda conocida como estancamiento que se produce como
consecuencia de unas expectativas no cumplidas lo cual conlleva una reestructuración de la
vida laboral del individuo. Además, no se siente reconocido por sus superiores ni
compañeros. La tercera fase la denominó frustración, cuya característica principal es la
paralización de la actividad laboral unido a problemas emocionales, conductuales y físicos.
La última es la apatía en el que se da una frustración crónica, despersonalización, ira y
temor. Más tarde Vega (2005) añade una quinta etapa denominada fase del quemado en la
que se produce un colapso mental y sentimental ocasionando grandes problemas en la salud
del individuo, con la posibilidad de abandonar el puesto de trabajo.

1.4. OBJETIVOS E HIPÓTESIS

Por todo esto, en este estudio el objetivo principal es comprobar los niveles de burnout en
personal sanitario actualmente en el contexto de la pandemia. Entre los objetivos específicos
se encuentra: descubrir si existen diferencias en estos niveles entre los profesionales de
instituciones hospitalarias y el personal de atención primaria. También se pretende analizar
si hay diferencias entre las edades de los profesionales a la hora de presentar síndrome de
burnout. Por último, con el fin de contrastar los niveles de varias áreas geográficas. Por lo
tanto, son los siguientes:

 Objetivo 1. Comprobar los niveles actuales de burnout en el personal sanitario


en el ámbito nacional español
 Objetivo 2. Diferenciar el nivel de desgaste profesional entre personal
sanitario de distintas áreas (hospitalario y atención primaria)
 Objetivo 3. Comparar los niveles de burnout que presenta el personal
sanitario de distintas edades

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 Objetivo 4. Contrastar el nivel de burnout en diferentes áreas geográficas.

Para cubrir los objetivos planteados anteriormente se desarrollan las siguientes hipótesis:

H1: Se espera que el nivel de burnout sea elevado.

H1a: El cansancio emocional y la despersonalización presentarán altas puntuaciones

H1b: las puntuaciones en la dimensión de realización personal serán bajas

H2: Se espera que el nivel de burnout esté relacionado con el área de trabajo. El personal que
trabaje en hospital tendrá mayores puntuaciones en cansancio emocional y
despersonalización y puntuaciones bajas en realización personal.

H3: Cabe esperar que existan diferencias significativas en nivel de burnout entre personas de
distinta edad. Es decir, que las personas de más edad presentan niveles altos de cansancio
emocional y despersonalización y niveles bajos de realización personal.

H4: Se espera que no existan diferencias significativas del nivel de burnout entre el personal
que desempeña sus funciones en diferentes áreas geográficas.

2. MÉTODO
1.1. Instrumentos

Con el fin de conseguir los objetivos planteados en esta investigación se ha utilizado un


cuestionario. Es un cuestionario anónimo y autoadministrado de manera telemática, en la
plataforma Google Forms. En primer lugar, está compuesto por una encuesta de variables
sociodemográficas y laborales y, en segundo lugar, por el cuestionario Maslach Burnout
Inventory – Human Services Survey (1986) ambos disponible en el anexo 1.

La primera parte del cuestionario consistía en preguntas relacionadas con cuestiones


sociodemográficas tales como el sexo (mujer, hombre, no respuesta), la edad (respuesta
libre), la provincia de trabajo (respuesta libre), la jornada laboral (basada en número de
horas por semana), puesto de trabajo que desempeña (opciones u otro), años de experiencia
en el sector sanitario y el área de trabajo (hospital, atención primaria o centro de
especialidades, u otro).

La siguiente sección del cuestionario era el Maslach Burnout Inventory (MBI-HSS) adaptado
al español para medir el síndrome del quemado laboral en el sector sanitario. Tal y como

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muestran los autores Maslach et al. (1986) el MBI-HSS está compuesto por 22 ítems en una
escala tipo Likert de 0 a 6 (0 es nunca y el 6 es todos los días) el cual evalúa el grado de
intensidad del síndrome. El formato es en afirmaciones sobre sentimientos, pensamientos y
actitudes de los profesionales. La adaptación española del MBI cuenta con una consistencia
interna de 0,58 para el Cansancio emocional, de 0,36 para la despersonalización y para la
realización personal fue de 0,45 (Cañadas de la Fuente, 2012). Las autoras del MBI
encuentran que la fiabilidad, medida mediante el estadístico Alpha de Cronbach, de las
escalas es: para el Cansancio Emocional de 0,8, para la despersonalización 0,77 y para la de
realización personal de 0,74, esto nos indica que el Cansancio Emocional es la escala más
consistente del instrumento lo cual influye en la importancia relativa de los factores
(Maslach y Jackson, 1981).

Cuenta con tres dimensiones que se repiten a lo largo del tiempo de una manera cíclica y
paulatina, de ese modo una persona puede experimentar en distintas etapas de su vida las
tres dimensiones o una, o dos, es más, pueden darse varias veces, aunque no es necesario
que se den las tres a la vez (Aceves, et al. 2006). Se tarda entre 10 y 15 minutos para
completarlo y se autoadministra. Son las siguientes:

 La primera es el cansancio o agotamiento emocional que es una pérdida de


energía gradual, desgaste e incluso fatiga tanto mental como física debido a las
demandas del trabajo. Estar exhausto emocionalmente por las altas implicaciones en
el trabajo. Incluye los ítems 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16, 20. Para que haya indicios de
burnout los profesionales deben tener una puntuación en esta subescala de más de
26 siendo la máxima puntuación que pueden obtener un 54 (Maslach et al., 1986).
 La segunda dimensión es la despersonalización la cual consiste en una barrera
de defensa para evitar los sentimientos de importancia, indefinición y frustración. Se
trata de actitudes y comportamientos fríos y con cierto distanciamiento. Evalúa 5
ítems el 5, 10, 11, 15, 22. Teniendo en cuenta que la puntuación máxima es 30,
obtener más de 9 puntos puede ser un indicador de desgaste profesional (Maslach et
al., 1986).
 Por último, la falta de realización personal en la cual el trabajo va perdiendo
el valor inicial que tenía el individual. Además, también tiene en cuenta la
autoeficacia. Está compuesta por 8 ítems que son el 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19, 21. La

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puntuación máxima que puede obtener un individuo en esta subescala es de 48 por


lo tanto si obtiene menos de 34 ya será un indicador de burnout (Maslach et al.,
1986).

Para medir el grado de Síndrome de desgaste profesional hay que tener en cuenta en qué
subescalas aparecen los indicios y la diferencia que haya con los valores de referencia que
aparecen en la siguiente tabla. Por lo tanto, para que un individuo presente desgaste
profesional debe contar con puntuaciones altas en cansancio emocional y
despersonalización, y bajas puntuaciones en realización personal (Gil-Monte, 2003).

Tabla 4

Valores de referencia para la clasificación del Sindrome de Burnout según Maslach et al.
(1986)

Bajo Medio Alto

Gil- Monte y Agotamiento emocional 0-18 19-26 27-54 Peiró (2000)


realizan un 0-5 6-9 10-30 estudio
Despersonalización
comparativo con los
0-33 34-39 40-56
Realización personal
criterios que se usan para
diagnosticar el síndrome
de burnout según el Maslach Burnout Inventory- HSS. La muestra del estudio es de 1188
sujetos. Se dan cuenta de que los resultados son diferentes de los de otros países como
Países Bajos o EEUU, lo cual pone de manifiesto que es un error usar las medidas
referenciales de otro país para un estudio que se realice en España. También concluyen que
debe hallarse las referencias para cada sector en concreto.

Tabla 5

Puntuaciones de referencia para la clasificación del síndrome de burnout según Gil-Monte


y Peiró (2020).

AE DP RP
Alto ≥25 ≥9 >40
Medio 24-16 8-4 40-36
Bajo ≤15 ≤3 0-35
Media 20.39 6.36 36.02

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Desviación típica 11.03 5.34 7.27


Nota. AE= agotamiento emocional, DP= despersonalización, RP= realización personal .

Fuente: Porras Santos, N. (2014). Variables psicosociológicas y burnout en sanitarios.

En el estudio que realizan Gil-Monte y Peiró resaltan que es importante no fusionar las tres
dimensiones del síndrome de burnout en una puntuación única, sino que hay que
distinguirlas entre ellas, esto se va a tener en cuenta a la hora de analizar los resultados. Por
ello, definen unas medias de referencia de las escalas de burnout para el personal de
enfermería que se pueden tomar como antecedente para este estudio. Para la escala de
agotamiento emocional la media es 22,58, para la despersonalización es de 6,08 y para la
realización personal es de 36,30.

2.1. Procedimiento

La cumplimentación del cuestionario fue de forma online mediante un enlace, distribuido


por las redes sociales, tales como Whatsapp e Instagram, durante aproximadamente un
mes, de abril del 2021 hasta mayo del 2021. Los sujetos rellenaban la encuesta de una
manera individual y anónima dando su consentimiento previamente para poder recoger sus
datos. No tiene un límite de tiempo para que puedan leer las preguntas cautelosamente. A
todos se le administra un breve resumen del estudio y sus objetivos. De media se estima que
los individuos tardan 10 minutos en rellenar todas las cuestiones. Los participantes al
empezar el cuestionario daban el consentimiento al tratamiento de sus datos para fines
educativos.

2.1.1. Análisis de datos

El análisis de datos se ha realizado con la versión 25 del programa informático estadístico


SPSS. Al tener una muestra considerable (n>30) se han utilizado pruebas paramétricas y se
han realizado los siguientes análisis estadísticos: En primer lugar, los análisis descriptivos
(media y desviación típica) para conocer las características de la muestra. En segundo lugar,
debido a que la variable dependiente es cuantitativa y a que se van a comparar dos grupos
que son independientes, es decir, la variable dependiente con cada una de las variables
independientes, la prueba seleccionada es la t de student. Además, esta prueba nos permite
conocer si hay diferencias significativas entre las puntuaciones obtenidas entre los diferentes
grupos de estudio.

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

2.2. Participantes

La población diana del estudio son el personal sanitario español considerado como cualquier
profesional de la salud que posea una titulación oficial y que cuenta con conocimientos,
habilidades y actitudes propias de la atención de salud organizados por colegios
profesionales. Ejemplos de esto son: médicos, enfermeros, auxiliares, farmacéuticos,
odontólogos, fisioterapeuta, terapeutas organizacionales, profesionales de la nutrición, etc.

Debido a que la población de estudio era demasiado grande para evaluarla, la recogida de
datos se ha realizado conforme a un muestreo no probabilístico por conveniencia por la
proximidad de alcance hacia los sujetos y la necesidad de cumplir la condición requerida
para el estudio. Para abordar el cuarto objetivo de este estudio, en vista de la alta tasa de
respuestas del personal sanitario de las provincias andaluzas de Málaga y Granada, se han
seleccionado las respuestas de los profesionales de ambas ciudades para hacer el análisis
diferencial entre diferentes áreas geográficas.

La muestra utilizada para llevar a cabo la investigación está formada por 261 trabajadores
sanitarios españoles. El principal criterio de inclusión para participar en la investigación es
ser personal sanitario, de cualquier ciudad española, que esté trabajando o haya trabajado
en algún momento desde que comenzó la pandemia. Ningún sujeto fue excluido del estudio
ya que todos cumplieron el criterio de inclusión.

La muestra, por tanto, está formada por 261 sujetos con edades comprendidas entre 19 y 66
años (M=45; DT=10,141). Del total de participantes, el 64,8% son mujeres (n=169) y el 35.2%
son hombres (n=92).

Cabe destacar que un 48,7% de la muestra son médicos/as, un 40,5% son enfermero/as, un
8,4% Técnico de cuidados en Auxiliares de Enfermería (TCAE), el 2,6% restante de la muestra
son celadores, odontólogos y fisioterapeutas. Por otro lado, otro dato a recalcar es que el
54,2% de la muestra cuenta con más de 20 años en el sector, el 28,2% entre 10 y 20 años, un
11,1% entre 5 y 10 años y el porcentaje restante lo ocupan trabajadores con menos de 5
años de experiencia. También es importante tener en cuenta que, debido al muestreo
utilizado, el 63,7% de la muestra pertenece a la provincia de Málaga, el 21,4% a la provincia
de Granada, un 6,8% el resto de las provincias andaluzas, y el 7,7% restante a diferentes
ciudades de España. Por último, es necesario destacar que el 59,5% de la muestra cuenta

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con una jornada laboral de entre 30 y 40 horas a la semana, y que un 29% de la muestra
trabaja más de 40 horas semanales.

3. RESULTADOS
La primera tabla que se presenta está compuesta por los estadísticos descriptivos de todas
las variables relevantes para el estudio. Se encuentra la variable dependiente (VD), nivel de
burnout con tres niveles (agotamiento emocional, despersonalización y realización
personal), como las diferentes variables independientes (VI): edad, área de trabajo y la
provincia. Aunque esta dos últimas, al ser ordinal no tiene sentido analizar estos estadísticos.
En esta tabla se expresa el tamaño de la muestra, la media y la desviación típica para cada
variable.

Tabla 6

Estadísticos descriptivos

N Media Desv. Desviación


AGOTAMIENTO EMOCIONAL 261 28.25 11.138
DESPERSONALIZACIÓN 261 9.84 5.531
REALIZACIÓN PERSONAL 261 31.95 5.319
EDAD 261 1.58 .494
N válido (por lista) 261

Fuente: elaboración propia

De acuerdo con el primer objetivo de la investigación, para conocer el nivel de burnout que
presentan los participantes, es necesario calcular las medias de las subescalas que lo
componen y compararlo con los valores de referencia. La hipótesis primera establece que el
desgaste profesional que deben presentar los sanitarios sea alto. Si se toman como
antecedente los valores de referencia del MBI reflejados en la tabla 4, se observa cómo los
niveles de desgaste profesional presentados por los individuos de la muestra del estudio son
altos tanto en la dimensión de cansancio emocional (M=28,25; DT=11,138) como la de
despersonalización (M=9,84; DT=5,531), y bajas en realización personal (M=31,95;
DT=5,319), resultados que sitúan a los participantes en un nivel alto de desgaste profesional.
Asimismo, si se toma como referencias los valores estándares obtenidos por Gil-Monte y

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Peiró (2000) expuestos en la tabla 5 también se observa que presentan niveles altos en
agotamiento emocional y despersonalización y niveles bajos de realización personal.

Con el fin de analizar los datos mediante la prueba t de student, es necesario comprobar que
se cumplen los supuestos de normalidad, homogeneidad de varianzas e independencia.
Como reflejan los resultados en la tabla 7, debido a que p<0.05, las variables no se
distribuyen según la ley de la normalidad, pero la prueba es lo suficientemente robusta
como para que no afecte a los resultados ( Turcios, 2015), además, el tamaño muestral es
adecuado y es la herramienta adecuada para determinar si existen diferencias
estadísticamente significativas entre las medias de dos grupos (Castañeda, 2010).

Tabla 7

Prueba de Kolmogrov-Smirnov para una muestra

AE D RP EDAD PROVINCIA AREA


N 261 261 261 261 261 261
Parámetros Media 28.25 9.84 31.95 1.58 2.03 1.73
normalesa,b Desv. Desviación 11.138 5.531 5.319 .494 2.202 .446
Máximas Absoluto .065 .079 .110 .383 .361 .457
diferencias Positivo .045 .079 .048 .298 .361 .271

extremas Negativo -.065 -.046 -.110 -.383 -.319 -.457


Estadístico de prueba .065 .079 .110 .383 .361 .457
c c c c c
Sig. asintótica(bilateral) .010 .000 .000 .000 .000 .000c
a. La distribución de prueba es normal.
b. Se calcula a partir de datos.
c. Corrección de significación de Lilliefors.
Nota. AE= agotamiento emocional; D= despersonalización; RP: realización personal. Fuente: elaboración propia

Tras comprobar si las variables siguen la normalidad, es necesario contrastar la


homocedasticidad de las varianzas de la variable dependiente con cada una de las variables
independientes mediante el estadístico F de Levene. Como se puede observar, en las tablas
8, 9 y 10 del anexo todos los estadísticos son p>0.05 por lo tanto se puede aceptar la H 0. Es
decir, todas las variables cumplen la homocedasticidad de varianzas.

Por último, para poder realizar la t de student queda comprobar la independencia de las
variables, es decir, que los datos provengan de sujetos diferentes y sean independientes
entre sí. Suponiendo que la H0 es que los datos son independientes. Para comprobarlo, se
usará una medida de autocorrelación conocida como Durbin-Watson. Como se puede

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

comprobar en las tablas 11, 12 y 13 del anexo, el estadístico se encuentra cercano a 2 lo que
nos indica que no están correlacionadas. Finalmente, una vez comprobados todos los
supuestos, se concluye que se puede realizar una prueba paramétrica, en este caso la t de
student.

Por ello, siguiendo con el segundo objetivo, los resultados reflejan que los participantes que
trabajan en un hospital, tanto público como privado, tiene un nivel de burnout mayor en sus
dos de sus tres subescalas. El agotamiento emocional que sufren los trabajadores sanitarios
de instituciones hospitalarias es significativamente mayor (M=31,15, DT=10,396) que los del
área de atención primaria (M=27,16, DT=11,23, t(259)= 2,60, p<.05). En segundo lugar, la
despersonalización también es mayor en los trabajadores del hospital (M=11,83, DT=5,110,
t(259) = 3,64, p<.05) que en los empleados de atención primaria (M=9,09, DT=5,510). Sin
embargo, la realización personal se observa que en ambos grupos es baja, pero
concretamente la del personal de atención primaria es más baja (M=31,44, DT=5,206) que la
de los participantes que trabajan en el hospital (M=33,34, DT= 5,406, t(259) = 2,598, p<.05).

**
**

**

Figura 1
Medias de AE, D, y RP en centros de salud y hospitales
Nota. **= significancia <0,01

Continuando con la tercera hipótesis, en el que se establece que el nivel de burnout es


mayor en personas de más edad (>45 años) que las personas de menor edad (<45 años), los
resultados confirman la hipótesis. Como se puede observar en la primera escala de

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

agotamiento emocional el nivel es ligeramente más alto en las personas de mayor edad
(M=28,91, DT=11,412) que las personas de menor edad (M=27,33, DT=10,727, t(259) = -1,12,
p>.05). En la segunda subescala sucede igual, el nivel de despersonalización que sufren las
personas más mayores es sutilmente mayor (M=9,88, DT=5,876) que la que sufren las
personas más jóvenes (M=9,77, DT=5,036, t(259) = -0,16, p>.05). En la última escala, los
participantes de mayor edad sienten una realización personal más baja (M=31,32, DT=4,959)
que los jóvenes (M=32,84, DT=5,688, t(259)= 2,30, p<.05). Aunque haya diferencias entre las
medias de las muestras, estas no son estadísticamente significativas salvo en la última escala
de realización personal donde si se encuentran diferencias estadísticamente significativas.

Figura 2
Medias de AE, D y RP en dos grupos de edad
Nota. * = significancia <0,05

Por último, el objetivo de contrastar el nivel de burnout entre dos provincias andaluzas, las
cuales han tenido mayor representatividad en la muestra, Málaga y Granada. Se observa en
la figura 3, el nivel de agotamiento emocional es mayor en los trabajadores de la provincia
de Granada (M=32,57, DT= 10,77) que en Málaga (M=26,29, DT=11,80, t(221)= -3,68,
p<.05), la dimensión de despersonalización también es mayor en el personal que desempeña
sus funciones en Granada (M=11.96, DT=5.038) que en Málaga (M=9.13, DT= 5.593, t(221)=-
3,36, p<.05) y por último, cuentan un nivel menor de realización personal que los
trabajadores de Málaga (M=31.87, DT=5.436) que los de Granada (M=32,29, DT=5.207,

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

t(221)= -0,50, p<.05). Las diferencias en esta última escala no son estadísticamente
significativas.

**

**

Figura 3
Medias de AE, D y RP en Málaga y Granada

Nota. **= significancia <0,01

4. DISCUSION
El interés de este estudio reside en conocer el grado de desgaste profesional que existe en el
personal sanitario durante la pandemia por COVID-19. Se manifiesta que los trabajadores de
la salud cuentan con altos niveles de cansancio emocional y despersonalización y bajos en
realización personal tal y como establecían estudios anteriores (Albadalejo et al., 2004;
Atance, 1997; Castrillón, 1999; Grau et al., 2009). Aun así, si cotejamos con las medias que
obtuvieron, como promedio, en esos estudios se obtiene para el cansancio emocional una
puntuación de 23, para la despersonalización un 8.4 y para la realización personal un 35.8
que en comparación con los resultados obtenidos en esta investigación se concluye que
actualmente presentan mayor nivel de burnout que hace varios años atrás.

Además, este trabajo ha permitido contrastar el grado de burnout entre el personal de


atención primaria y hospitalaria, comparación que se ha encontrado en pocos trabajos
españoles, por ejemplo, un estudio referente que cuenta con esta variable es el de García

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

(2017). Los resultados indican que los trabajadores de instituciones hospitalarias presentan
un mayor nivel de agotamiento emocional y despersonalización que los de atención
primaria, sin embargo, estos últimos cuentan con un menor nivel de realización personal.
Aun así, se puede observar, como los trabajadores de ambas instituciones cuentan con
puntuaciones más altas en cansancio emocional y despersonalización y menores en
realización personal que anteriores estudios, como se observa en el estudio de Albino et al.
(2002) donde el personal sanitario de atención primaria contaba con menor nivel de
desgaste profesional que el de esta investigación. Así mismo, en un estudio realizado por
Albaladejo et al. (2004) se pone de manifiesto que los niveles que presentan los trabajadores
de un hospital de Madrid son bastante inferiores a los encontrados en esta investigación. Lo
anteriormente comentado, nos lleva a deducir que, en la actualidad, probablemente debido
a la pandemia, a la sobrecarga de trabajo y falta de recursos, haya aumentado el nivel de
burnout en los sanitarios.

No cabe duda de que la pandemia por COVID-19 ha supuesto una masificación y sobrecarga
para los hospitales en España, ya que no solo se puede tener en cuenta a los pacientes
ingresados por este virus sino también al resto de pacientes con otras patologías. Todo esto
ha hecho que se desborden todos los centros sanitarios españoles desde el principio de la
pandemia (“Mapa del coronavirus en España: 80.652 muertos l RTVE”, 2021). Así, para seguir
la pandemia, el principal indicador son los casos registrados y a través de este podemos
observar cómo Andalucía se encuentra entre las tres comunidades autónomas españolas
con la incidencia más alta por la COVID (“COVID-19”, 2021). Aunque es cierto que no se han
encontrado estudios anteriores que nos indiquen alguna diferencia entre Málaga y Granada,
debido a la alta cantidad de respuestas de trabajadores de estas provincias y la gran
saturación en Andalucía, se decidió comparar los niveles entre ambas con el fin de encontrar
alguna diferencia significativa esclarecedora. Y así fue en gran parte ya que los resultados
nos muestran cómo el nivel de burnout es mayor en el personal de Granada tanto en
agotamiento emocional como en despersonalización mientras que la realización personal es
menor en Málaga, aunque esta última diferencia no es significativa. Según el Instituto de
Estadística y Cartografía de Andalucía (2021), Málaga ha tenido, generalmente, durante la
pandemia una mayor tasa de contagios por cada 100.000 habitantes que Granada, mientras
que Granada a registrado un mayor número de muertes por COVID-19. Estos datos podrían

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

orientarnos a esclarecer cuál es el motivo de que los trabajadores de la salud de Granda


tengan un mayor cansancio emocional y despersonalización. Se puede conjeturar que los
sanitarios de Málaga, al registrar un menor número de muertes por COVID y un mayor
numero de pacientes curados, se sientan más realizados y satisfechos con su trabajo dentro
de esta situación pandémica. Otro dato esclarecedor, reflejado en el Instituto de Estadística
y Cartografía de Andalucía (2021), son las hospitalizaciones, que han sido las parecidas en las
dos provincias, alrededor de 8.000. Sin embargo, Granada ha tenido más ingresados en UCI
(1.103) que Málaga (807) lo que nos muestra que la saturación hospitalaria que han sufrido
los sanitarios granadinos ha podido ser mayor reflejándose así en sus puntuaciones de
desgaste profesional.

Como en otros estudios (Atance, 1997; Hidalgo y Díaz, 1994), se halla un nivel más alto de
burnout en los trabajadores de la salud de mayor edad (mayores de 45 años), aunque la
relación no está totalmente clara ya que en otras investigaciones no se detectan diferencias
(Caballero, 2001). Aunque se han encontrado diferencias entre los grupos de distintas
edades, éstas no son significativas por lo que no se puede concluir la relación entre a mayor
edad más niveles de burnout. Esto nos lleva a cuestionarnos si quizás no sea la edad, si no
los años de antigüedad trabajando como establecen otros estudios (Dueñas y Ucharico,
2003). Aunque también hay otros estudios en los que establecen una relación inversa entre
la edad y la antigüedad laboral (Castrillón et al., 1999) o incluso no se encuentran diferencias
(Martín et al., 2001). Por lo tanto, la relación entre presencia de desgaste profesional y la
edad o antigüedad no está del todo clara, por ello sería una adecuada futura línea de
investigación.

Los trabajadores de la salud son el eslabón más cercano en la cadena de atención a los
pacientes en la pandemia, por ello alrededor de un 20% de los contagiados por COVID-19
son sanitarios (Lancet, 2020). Esto tiene como consecuencia que el personal de salud se
enfrente a un elevado número de demandas psicosociales exponiéndolos a un alto estrés
con la posibilidad de degradar su calidad de vida, su entorno y su eficacia. Todo esto
ocasiona un impacto en si mismo, y en la sociedad en general al entrar en un bucle entre
riesgos biológicos y psicosociales (García, 2020). Por ello, tal y como establecen Albino et al.
(2002) al influir negativamente, el síndrome de burnout, en el amito social y familiar,
Freudengerber (1974) al final de su estudio plantea una serie de recomendaciones para

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

evitar el desgaste profesional mediante una formación adecuada, elegir trabajos que no
sean repetitivos ni monótonos, establecer pausas en el horario laboral, estimular el ejercicio
físico, detectar los aspectos que nos hacen tener expectativas irreales, fomentar la
participación a talleres y cursos con el fin de mantener al empleado satisfecho y con interés
por el oficio. Mientras que para los individuos que estén padeciendo desgaste profesional
recomienda que hagan un descanso extenso, búsqueda de soporte psicológico y tomar la
iniciativa para evitar que la situación se vuelva más grave (Mezo, 2017). De la misma
manera, la World Health Organitation (WHO, 2020) establece algunas estrategias de
afrontamiento para reducir los riesgos: reconocer las limitaciones personales, organizar y
priorizar tareas, estrategias enfocadas a la gestión del estrés, meditación, deporte (yoga es
una actividad muy recomendada en estas situaciones), que puedan elegir las prácticas y la
especialidad, que reciban formación en resiliencia y comunicación y, además, aplicar la
terapia cognitiva conductual (WHO, 2020). Además, considera necesario:

 Facilitar la información y formación adecuada en términos de salud y


seguridad en el trabajo (SST): Prevención y control de las infecciones y manejo de los
Equipos de Protección Individual (EPI)
 Proveer los materiales y suministros adecuados para poder atender a
personas positivas en COVID-19 o posibles casos positivos.
 Proporcionar las herramientas determinadas para tratar a los pacientes,
evaluarlos y clasificarlos.
 Establecer las medidas de seguridad pertinentes para facilitar un entorno de
trabajo seguro frente a las exposiciones de fluidos corporales o respiratorios.
 Formalizar e implantar jornadas laborales con los descansos adecuados.
 Formar a los trabajadores en materia de autoevaluación y con el fin de
notificar los síntomas y establecer las normas a personas contagiadas de permanecer
en casa.
 En el caso de que alguna situación suponga un peligro grave para la vida del
trabajador permitirle el abandono de esas circunstancias.
 Si se contagia por COVID-19 proporcionarle rehabilitación y servicios curativos
debido a que se considera una enfermedad laboral por su alta exposición en el
espacio de trabajo.

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Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Por otro lado, también establece lo que el personal sanitario tiene que llevar a cabo para
autoprotegerse de los riesgos a los que se ve expuesto:

 Acatar los protocolos establecidos de SST para evitar la exposición a riesgos en


el trabajo
 Es obligatorio el uso de los procedimientos y los protocolos que existen para
evaluar, clasificar y tratar a los pacientes. Además de seguir los procedimientos de
notificación en casos positivos e incluso en casos sospechosos.
 Relacionarse con los pacientes con total respeto y dignidad. Manteniendo a la
vez su confidencialidad
 Tener un manejo total y adecuado de los EPIS
 En el caso de que se encuentren signos de enfermedad tienen que saber
autocontrolarlos y aislarse.
 Si sienten síntomas de estrés, o ansiedad o cualquier otro problema de salud
mental deben avisar a la dirección con el fin de facilitarles intervenciones de apoyo.

Por lo tanto, para prevenir el burnout en el sector sanitario son necesarias las intervenciones
a nivel individual, de equipo e institucional. Estas intervenciones deben ir enfocadas a la
atención plena y consciente, a que puedan identificar los signos de agotamiento, limitar el
horario de los médicos, aumentar el sentimiento de pertenencia a la comunidad, aumentar
su participación a la hora de establecer los nuevos protocolos, que se garanticen los EPIS,
proporcionar información sobre COVID-19 y la ansiedad y cómo manejarla (Shanafelt et al.,
2020). Además, tal y como establece Bardley y Chahar (2020) es adecuado que, al terminar
el turno, tengan una sesión en la que compartir sus vivencias y experiencias con otros
miembros de la organización ya que les va a hacer sentirse entendidos y comprendidos por
otras personas que están pasando por su misma situación, ya que su familia que no están en
el ámbito de la salud pueden no hacerlo.

4.1. Limitaciones y prospectiva

El presente estudio manifiesta algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta. En primer
lugar, al usar un muestreo por conveniencia se obtiene poca representatividad de la
población del estudio, por lo que se pueden presentar algunos sesgos. Tales como que la
gran parte de la muestra sea población andaluza por la facilidad de acceso y cercanía. Esto
limita al estudio a que la muestra no sea tan representativa de la población española como

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Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

lo es de la andaluza, es decir, dificulta la generalización de los datos obtenidos. En segundo


lugar, no es posible descartar que los sujetos a la hora de responder a la encuesta no
contaran con el sesgo de deseabilidad. En tercer lugar, la cantidad de investigaciones
científicos que comparen burnout en atención primaria y hospitalaria y que comparen las
dos provincias analizadas en este estudio son escasos; esto hace que sea difícil entablar
relaciones o tendencias significativas. Esta falta de estudios previos se convierte en una
oportunidad para identificar una brecha en la literatura científica y por ello enfrentarse a
nuevas investigaciones. Por último, otra de las limitaciones es la naturaleza transversal de los
datos, por lo tanto, para poder reducir los riesgos asociados a los sanitarios estableciendo
intervenciones de mejora es preciso el uso de estudios longitudinales para comprobar las
relaciones causales durante un largo periodo de tiempo.

Finalmente, tras los resultados obtenidos solo queda redundar en la necesidad de seguir
abriendo líneas de investigación ya que, aunque los estudios sobre el Síndrome de Burnout
son elevados, no son concluyentes en la mayoría. Para futuras investigaciones sería
conveniente investigar el nivel de burnout con el que cuentan los trabajadores de atención
especializada ya que durante las olas de repuntes de la pandemia mucho de sus servicios se
han visto paralizados. Eso puede suponer una rápida adaptación a nuevos protocolos, o a
tener que buscar oportunidades laborales en otra área del sector sanitaria a la cual no
estaban acostumbrados e incluso capacitados. Además, es necesario seguir investigando y
hacer comparaciones entre las diferentes áreas de la sanidad para poder ofrecer una
propuesta de intervención adaptada a las necesidades de cada especialización, tanto si es
primaria, hospitalaria o especializada. Asimismo, seguir comparando áreas geográficas de
España y conocer cuál ha sido su modelo de actuación ante el COVID-19 y contrastar la
prevalencia de burnout podría resultar interesante para investigaciones futuras y poder
ofrecer a cada provincia o comunidad un plan de actuación personalizado y adecuado a sus
fortalezas y debilidades. Por último, es fundamental que estudios como este sirvan como
precedente de cara a nuevas pandemias, con el fin de que los sanitarios mejoren su
formación en epidemiología, ofreciéndoles estrategias adecuadas de afrontamiento y evitar
las actitudes de alarma y creencias falsas alrededor de la epidemia (Idrovo et al., 2011;
Tolomiczenko et al., 2005).

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Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

5. CONCLUSIONES
Para concluir este estudio, cabe destacar que como en anteriores pandemias la sobrecarga
de trabajo, la falta de sueño, los recursos ilimitados sumado a la preocupación de
contagiarse y contagiar a sus familiares, hacen que los profesionales sanitarios se vean
sometidos a una elevada cantidad de estrés (Collado y Torre, 2015). Nuestros hallazgos
confirman este hecho ya que se observan que los niveles con los que cuentan son elevados,
e incluso con unas cifras que deberían alarmarnos. Que el personal sanitario se encuentre
mal en referencia a su salud mental no solo les perjudica a ellos, sino que también a la
calidad en su servicio que muestra al paciente y por lo tanto para las organizaciones. Esa es
la razón de la importancia de este estudio, es una contextualización de la situación actual de
los sanitarios españoles con el fin de implantar mejoras que aumenten su satisfacción y
motivación en el trabajo.

Por último, es recomendable que se conozcan las manifestaciones de este síndrome para
poder ofrecer estrategias de afrontamiento. Y, para ello, son necesarios los programas de
formación en los que se aborden estrategias preventivas y los tratamientos oportunos para
paliar las consecuencias del desgaste profesional.

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Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Anexo A. Encuestas realizadas

Tabla 7

44
Anexo B. Tablas
Tabla 8

Pruebas de muestras independientes de la VD y la VI (edad)

Prueba de Levene de
igualdad de varianzas prueba t para la igualdad de medias
Diferencia 95% de intervalo de
Sig. Diferencia de error confianza de la diferencia
F Sig. t gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior
AE Se asumen varianzas iguales ,673 ,413 -1,12 259 ,260 -1,578 1,397 -4,329 1,174
No se asumen varianzas iguales -1,14 240,9 ,255 -1,578 1,383 -4,302 1,147
D Se asumen varianzas iguales 3,154 ,077 -,16 259 ,873 -,111 ,696 -1,481 1,259
No se asumen varianzas iguales -,16 250,8 ,870 -,111 ,678 -1,446 1,225
RP Se asumen varianzas iguales ,903 ,343 2,30 259 ,022 1,528 ,662 ,224 2,832
No se asumen varianzas iguales 2,25 212,6 ,025 1,528 ,677 ,193 2,863

Tabla 9

Pruebas de muestras independientes de la VD y la VI (área de trabajo)


Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Prueba de Levene de
igualdad de varianzas prueba t para la igualdad de medias
Diferencia 95% de intervalo de

Sig. Diferencia de error confianza de la diferencia

F Sig. t gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior


AE Se asumen varianzas iguales ,221 ,639 2,605 259 ,010 3,992 1,532 ,975 7,009

No se asumen varianzas iguales 2,699 134,937 ,008 3,992 1,479 1,067 6,916

D Se asumen varianzas iguales 1,090 ,298 3,647 259 ,000 2,742 ,752 1,261 4,222

No se asumen varianzas iguales 3,774 134,617 ,000 2,742 ,726 1,305 4,178

RP Se asumen varianzas iguales ,002 ,961 2,598 259 ,010 1,901 ,732 ,460 3,342

No se asumen varianzas iguales 2,554 121,518 ,012 1,901 ,745 ,427 3,375

Tabla 10

46
Irene del Rocío Laso García
Síndrome de burnout en personal sanitario en época de COVID-19

Pruebas de muestras independientes con la VD y la VI (provincia de trabajo)

Prueba de Levene de
igualdad de varianzas prueba t para la igualdad de medias
95% de intervalo de
Diferencia
confianza de la
Sig. Diferencia de error
diferencia
F Sig. t gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior
AE Se asumen varianzas iguales ,338 ,562 -3,68 221 ,000 -6,278 1,705 -9,638 -2,918
No se asumen varianzas iguales -3,51 87,78 ,001 -6,278 1,784 -9,824 -2,732
D Se asumen varianzas iguales ,346 ,557 -3,36 221 ,001 -2,839 ,843 -4,500 -1,177
No se asumen varianzas iguales -3,54 103,96 ,001 -2,839 ,800 -4,426 -1,251
RP Se asumen varianzas iguales ,140 ,709 -,50 221 ,616 -,417 ,831 -2,055 1,220
No se asumen varianzas iguales -,51 98,19 ,609 -,417 ,813 -2,031 1,196

47
Tabla 11

Resumen del modelo entre VD (agotamiento emocional) y las VI

R cuadrado Error estándar


Modelo R R cuadrado ajustado de la estimación Durbin-Watson
1 ,187a ,035 ,024 11,005 1,922
a. Predictores: (Constante), PROVINCIA EN LA QUE TRABAJA, EDAD, AREA DE TRABAJO

b. Variable dependiente: AGOTAMIENTO EMOCIONAL

Tabla 12

Resumen del modelo entre VD (despersonalización) y las VI

R cuadrado Error estándar


Modelo R R cuadrado ajustado de la estimación Durbin-Watson
1 ,224a ,050 ,039 5,422 1,851
a. Predictores: (Constante), PROVINCIA EN LA QUE TRABAJA, EDAD, AREA DE TRABAJO

Tabla 13

Resumen del modelo entre VD (realización personal) y las VI

R cuadrado Error estándar


Modelo R R cuadrado ajustado de la estimación Durbin-Watson
a
1 ,204 ,041 ,030 5,238 2,102
a. Predictores: (Constante), PROVINCIA EN LA QUE TRABAJA, EDAD, AREA DE TRABAJO
b. Variable dependiente: REALIZACIÓN PERSONAL

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