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El sentido de la vida
Tal como se expresa en los vídeos, el sentido de la vida no es algo que podamos
encontrar, pues la vida misma es una casualidad (nunca decidimos haberla
obtenido, es decir, no es premeditada bajo nuestra elección), y por definición, no
tiene un sentido en sí misma.
Este concepto es muy abstracto y lejano a nuestro raciocinio terrenal, pues somos
seres imperfectos que únicamente existen, sin que una explicación se nos presente
en sí misma. Por esta razón, no puede concebirse la idea, al menos para nuestra
especie, de encontrar una finalidad o sentido común, inequívoco y único para la
existencia de la vida.
No obstante, por el mismo hecho de ser individuos de la especie humana, tenemos
la capacidad suficiente de formular nuestras propias interpretaciones al respecto,
es decir, construir nuestra propia cosmovisión con base en connotaciones como
experiencias, opiniones, deseos, testimonios, sentimientos y creencias, es decir,
con base en nuestra propia cultura.
En mi punto de vista, tal como afirmaba Aristóteles, la existencia humana radica
en el seguimiento de acciones para conseguir fines específicos, los cuales se
concatenan hasta llegar a una meta final. Dicha meta final es la felicidad, sus sub-
fines son la realización personal, el sentido de poder ser una pieza importante en
el espacio, estar en gracia con la máxima figura que represente santidad en las
religiones, y servir al prójimo. Algunos medios para conseguir estos sub-fines son
los valores, principios, ideologías, actitudes y acciones que requieren que
explotemos al máximo nuestras capacidades y cualidades.
Cada individuo existente tiene sus propios medios para alcanzar sus sub-fines, no
obstante, la meta final pareciera ser universal: ser felices.
El sentido de la vida no existe en sí mismo. El concepto se construye en la mente
y en el espíritu de cada ente, a partir de las características, anhelos, cualidades,
deseos, sentimientos y necesidades propias de cada uno. Algo que me llamó la
atención del segundo vídeo, y lo cual me parece muy importante, es que en un
enfoque se afirma que el sentido de la vida no se encuentra, se construye.
Entonces podría decirse que el concepto radica en definir alguna meta máxima
(justificando su anhelo), delimitar mini-metas (sub-fines) para irse acercando poco
a poco, y construir un camino en el cual enfocar nuestras acciones.
Gracias a mis experiencias personales, me he dado cuenta de que:
La verdadera felicidad no se construye abusando de los demás y beneficiándonos
de la satisfacción de intereses egoístas; no se construye en los bienes y servicios
materiales; no se construye en el poder; no se construye en la fama; no se
construye enfocándonos en ser los mejores en algo de forma vacía y sin una razón
Alumno: Ramiro Arturo Mendoza Ramírez. 4ºB de Preparatoria.
Profesora: María Célida Reyes Reséndiz. Formación Lasallista IV.