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PRÓLOGO Esta obra ofrece un carácter de novedad, y eso que las historias de las

LA CRUZADA Y LA VIDA RELIGIOSA DE LA EDAD MEDIA cruzadas abundan.


Recordemos que en 1753 se imprimió una Histoire des Croisades de M. de
Aparece hoy, al fin, esta obra sobre las cruzadas, de Alphandéry, como la de Voltaire, que reproducía "con escasa diferencia", según dice una nota del
Los germanos, de Henri Hubert, largo tiempo esperada. Algunos de mis tomo XVI (ed. de 1820) de las Obras completas, los capítulos LIII-LVIII del
mejores colaboradores han desaparecido prematuramente, antes de haber Essai sur les moeurs. Voltaire simplifica singularmente el origen de la
dado la última mano a su trabajo; y los que continuaron, piadosamente, su Cruzada: Pedro el Ermitaño, "el picardo, que salió de Amiens para ir en
tarea se han visto demorados a menudo por la tragedia de la guerra y las peregrinación hacia la Arabia, fue causa de que el Occidente se armase
dificultades que ésta trajo como consecuencia. contra el Oriente. Así se encadenan los acontecimientos del universo" (p.
Paul Alphandéry murió a los cincuenta y siete años, dejando su brusco fin 123). Y he aquí el espíritu "volteriano": "Todo puede creerse del arrebato
consternados a sus amigos y a sus discípulos. El hombre era tan querido religioso de los pueblos" (página 141)1.
como estimado el sabio, y ante su tumba, en la Revue de I'Histoire des Indudablemente, la obra de René Grousset, dos siglos más tarde, es
Religions, uno de cuyos directores fue durante mucho tiempo, en la Sociedad importante -tres gruesos volúmenes- y sólida, pero es, esencialmente, la
Ernest Renan, que él creó y animó, René Dussaud, Silvain Lévi, Charles Picard historia política de las Cruzadas2. Citemos al propio Grousset: su Introducción
y Alexandre Koyré, su colega en la Escuela de Estudios Superiores, lleva por título La question d'Orient à la veille des Croisades; en el tomo I, ha
expresaron el vacío que, con ese doble título, iba a dejar entre ellos. "resumido la historia de los treinta primeros años de la epopeya franca, la
Habré de recordar aquí que había sido uno de los primeros miembros del conquista y el afianzamiento de la conquista"; en el tomo II, "esboza el cuadro
Centro Internacional de Síntesis, y que, para el Vocabulario histórico que en él del medio siglo siguiente, el curioso período durante el cual, según la frase de
se elabora, había aportado y comentado una lista de palabras, hecha por él Madelin, el 'sultanato franco' comienza a adaptarse al medio" (prefacio del t.
con destino a un Diccionario de Historia de las Religiones, cuyo proyecto se II). Se ha podido decir que esta historia de los Estados francos de Siria, en los
había abandonado. Escuchándole, se experimentaba a la vez placer y siglos XII y XIII, tiene por objeto principal el primer intento de expansión
provecho: su prodigiosa memoria y su universal curiosidad le sugerían colonial de Francia.
ingeniosas observaciones y relaciones inesperadas. Pocos días antes de su El mismo punto de vista "colonial" aparece en la History of the Crusades que
muerte, tan súbita, había participado en la "Semana" del Centro de Síntesis, publica, en la Cambridge University Press, Steven Runciman. De ella han
cuyo tema era La multitud, e hizo sobre "las multitudes religiosas", sugestivas aparecido dos volúmenes, en 1950 y 1952. Para Runciman, la cruzada es un
reflexiones. episodio de las relaciones entre la cristiandad y el Islam en Oriente; indica las
Pero conviene insistir sobre los rasgos de su carácter moral, que imprimen en razones económicas que atraen a él a los europeos, y muestra por qué el
su obra de historiador de las religiones un sello original. Alphandéry era "reino latino" no podía durar. Pero no insiste en las causas esenciales de la
profundamente humano. Podía haber suscrito la frase de Antígona: "Me uno al Cruzada3.
amor y no al odio". Esta disposición le hacía ser un psicólogo -psicólogo de los En la primera página de su manuscrito, Paul Alphandéry caracterizaba así su
individuos, psicólogo de las colectividades-. Más que en las doctrinas -salvo estudio de los siglos XI-XIV: "La extraordinaria época en la que las multitudes
en la medida en que se encuentran, por decirlo así, en muda-, se interesaba de Occidente se encuentran impulsadas por un deseo sin cesar renaciente
por los sentimientos, que, constituyen la esencia de la vida religiosa: el hacia la Tierra Santa."
profetismo, las herejías, las visiones, los movimientos populares, ejercían en
él una especie de atracción. Como ha dicho bien A. Koyré, "P. Alphandéry se 1
interesaba sobre todo por los hombres modestos, los simples creyentes, poco Para ser equitativo, se ha de decir que en las páginas de Voltaire hay una mezcla de
instruidos en las sutilezas del dogma y que viven su fe". "Valdenses, cataros, indicaciones justas y de prejuicios.
2
modestos sectarios obscuros, hervidero confuso y sincero que prepara y que Histoire des Croisades et du royaume franc de Jérusalem, tal es el título exacto.
3
prolonga el movimiento franciscano", tal fue con frecuencia el objeto de sus El tercer volumen debe mostrar la influencia de los francos en el arte. Véase CLAUDE
cursos y de sus artículos. Compréndese, desde luego, que el estudio de las CAHEN, en Revue Historique, t. CCIX, PP. 125-127; cf. Critique, Nos 70, 74. Según
parece, se está elaborando en los Estados Unidos una obra colectiva. Un libro sobre Les
cruzadas ocupara durante largo tiempo su pensamiento, y durante largo
origines et les caractères de la 1re Croisade, por PAUL ROUSSET, Neufchâtel, La
tiempo constituyera el objeto de su enseñanza, sin que, por prudencia y Baconnière, 1945, explica la cruzada - con exclusión de causas políticas, económicas y
modestia -y hay que lamentarlo-, sintiese prisa por publicar su obra capital. sociales- por la mentalidad religiosa, la espiritualidad de la época: esta tesis se discute
* y rechaza en los Annales, julio-sept. 1949, p. 350. Alphandéry no es excluisivista, pero,
para él, el punto de vista religioso es lo esencial; y es una contribución a la historia
religiosa que constituye nuestro prólogo.
Este manuscrito, destinado a hacer el libro que me había prometido, era un impulso colectivo? Hay, en primer lugar, las peregrinaciones a Tierra Santa:
curso, con el lujo de detalles y de citas que comporta la enseñanza de la "La ruta de Jerusalén es un ejercicio de religión", y, del siglo IV al XI, se
Escuela de Estudios Superiores. Se imponía un trabajo de rectificación y de comprueba una continuidad de peregrinaciones hacia ese Oriente sagrado
actualización. El discípulo preferido, a quien la familia de Paul Alphandéry "del que ha partido toda vida religiosa" (pp. 13-15).
confió este cuidado, cumplió su tarea, a través de las crisis que Europa y el Un conjunto de circunstancias, de orden político y de orden espiritual, condujo
mundo han sufrido, con constancia y piadosa adhesión. Director del Instituto a los peregrinos a agruparse y a armarse, para llegar a Jerusalén, en busca de
Francés de Bucarest antes de la guerra, y profesor, después de la guerra, de purificación y redención, sobre todo en los alrededores del año mil, bajo el
la Universidad de Montpellier, ha consagrado al estudio de la cruzada todo el temor del fin del mundo: tal será la obsesión "escatológica" (p. 18).
tiempo libre que le dejaba el desempeño de sus funciones. Digo: "el estudio" Lentamente, el Santo Sepulcro se convierte en "el centro mismo de la
de la cruzada, porque, no contento con preparar para la publicación el texto peregrinación. Es el lugar al que se va a llorar y a rezar" (p. 14). Poco a poco,
de su maestro, quería enriquecerlo, si había lugar, teniendo en cuenta las esta atracción de los Santos Lugares aumenta, y, por consiguiente, el número
más recientes investigaciones. Ahora bien, mientras realizaba tal trabajo, se de peregrinos de todas clases.
formó del fenómeno histórico que es la cruzada, y de la historia en general, En 1096 surge la Cruzada, y, como en el caso de las Peregrinaciones, bajo la
un concepto que no siempre concuerda con el concepto y la actitud histórica influencia de causas diversas que actúan sobre esa sensibilidad profunda y
de Alphandéry, por lo cual ha tenido más mérito al respetar de manera sobre la imaginación inquieta de las masas. Azotes numerosos la ponen a
absoluta la interpretación de su maestro. prueba, en especial, aquel mal de los ardientes, cuyo carácter espantoso y
El resultado de su piadoso trabajo habrá de dar dos volúmenes, el primero terribles estragos muestra Alphandéry (p. 33). El final del siglo XI está
consagrado a las dos primeras cruzadas, corte éste justificado por la duración marcado con el "signo de la desgracia", y una especie de "fiebre religiosa", un
del movimiento de las cruzadas y por la diversidad de sus elementos y de sus "frenesí de renunciación” se apoderan de las masas: "se organiza una
aspectos. A. Dupront piensa publicar una continuación, que queda fuera del inmensa expiación en común" (p. 35); se fundan "verdaderas colonias de
marco de La Evolución de la Humanidad, y a veces de las ideas que la ermitaños laicos", "momento quizá único en la historia del mundo" (p. 36), en
inspiran. Pero esta continuación, esta obra personal, es de gran interés y el que los primeros llamamientos a la Cruzada encontrarán multitudes
mostrará hasta qué punto la Cruzada acabó por apasionar al colaborador fiel totalmente dispuestas para la piadosa aventura.
y discreto. Alphandéry recoge los mitos, las supersticiones, los ritos, que "se
Antes de insistir sobre lo que el presente volumen encierra de importante y entremezclan", el "caos de emociones" que se encuentra en el origen de las
hasta de original, he querido prestar el testimonio que se le debe a aquel primeras partidas rumbo a Oriente, "el enorme bullir de masas" (página 39),
cuya adhesión permite que una obra maestra salga a la luz4. una vez que ha resonado un llamamiento de Urbano II a la conquista de la
* Tierra Santa: en el Concilio de Clermont (1095) el papa lanza este
La Cristiandad y el concepto de Cruzada es un título significativo: responde de llamamiento que, sobrepasando el ámbito de su auditorio, debía, con
una parte a las preocupaciones profundas de Paul Alphandéry, y por otra, en asombrosa rapidez, encontrar un eco en el mundo cristiano.
el programa de La Evolución de la Humanidad, al papel que jugó el *
cristianismo en aquellos tiempos de la Edad Media. Se trata de una fase Y he aquí la primera Cruzada. Alphandéry reduce al mínimo su historia
importante de la historia religiosa. externa, el relato de los hechos; es la historia interna (lo dice en varios
Esta historia de las Cruzadas es la del sentimiento "más complejo -y el más lugares)5, la psicología de esta expedición extraordinaria, lo que le interesa: el
raramente analizado- que haya impulsado a multitud humana alguna" (p. 1); papel de los incitadores, los "signos" que espera -y que hace nacer- el estado
tiene sus raíces en el subconsciente de la masa popular, de la cual brota, en de ánimo de las multitudes. "Numerosos prodigios aparecieron, tanto en los
un momento dado, este ideal de cruzada, "gran sueño humano al que cuatro aires como sobre la tierra": "las cruces en primer lugar: cada cual quería ser
siglos se aferrarán desesperadamente" (ibíd.). marcado por el cielo", la lluvia de estrellas, "símbolo de la gran partida"; y
Alphandéry comienza por investigar las diversas acciones por las que se continúa la enumeración, que muestra la obsesión colectiva: "Para todos, el
traduce, antes de la cruzada, la sensibilidad religiosa de esas masas "a las llamamiento, la obra que hay que realizar, la via hierosolimitana, es de origen
que atormenta la obsesión de la salvación". ¿Cuáles son, pues, las divino, profetizada, apocalíptica."6
manifestaciones que, inspiradas por el espíritu cristiano, preparan el gran Más tarde, habrá cruzadas de clases; habrá, separadamente, los "pobres", los
pedites, y los señores, los caballeros; pero ahora, todos marchan mezclados,
4
Si bien el fondo es de Alphandéry, en cuanto a la forma se advertirá a veces cierta 5
diferencia. A. Dupront me escribía, un día, en 1947: "Mi estilo ha recabado sus Páginas 58, 134, 136.
6
exigencias." Véanse, en cuanto a estos signos, pp. 44, 45, 47, 57, 68.
artesanos, campesinos y barones, y en esta muchedumbre confundida hay Una vez tomada Antioquía, sigue la marcha sobre Jerusalén, y luego el asedio.
mujeres y niños. La religión tiende a volverse más directa, menos "jerárquica" La prueba habría de ser larga; las preocupaciones temporales de los jefes y
(p. 56). Los ermitaños ejercen una influencia especial, sobre todo ese Pedro el las ambiciones personales, se opondrán cada vez más a la constancia piadosa
Ermitaño a quien la historia tradicional considera como el inspirador de la de la plebe creyente, sostenida de vez en cuando por las apariciones de sus
primera cruzada. Predicador, profeta, recorría ciudades y pueblos, rodeado de "patrones celestiales".
tal fama de santidad que "todo lo que decía o hacía parecía como algo *
misterioso y divino" (páginas 50-51). Se vive a la sazón entre lo maravilloso, Entonces comienza un nuevo asedio agotador. Pedro el Ermitaño sale de la
en el entusiasmo y el temblor; se quiere merecer la indulgencia para los obscuridad en que se había confinado, predica sobre el monte de los Olivos, y
pecados cometidos, adquirir -recobrando los Santos Lugares- méritos, y declara que Jerusalén debe "pertenecer a los pobres que,... por su existencia
escapar del Anticristo, de quien está próxima la venida. santa, han merecido la promesa del Señor" (p. 88). Mientras tanto, el esfuerzo
No es nuestro propósito consignar los episodios de esa marcha en la que los de los trabajos militares, "para los cuales no estaban preparados", amenaza
cruzados se convierten a menudo en saqueadores, en sacrificadores de desalentar a los cruzados. "La intervención sobrenatural, se hacía necesaria
judíos7, ni insistir en las dificultades, en los obstáculos -como el duro asedio una última vez." En efecto, según dice un cronista, un soldado apareció sobre
de Antioquía- que habrían de encontrar. Si Alphandéry reduce los hechos al el monte de los Olivos y con su escudo alentaba a los asaltantes a redoblar en
mínimo, sabido es que no consignamos aquí más que la historia religiosa. La ardor" (p. 88). Y Jerusalén cayó.
Cruzada, en efecto, va cambiando poco a poco de carácter. "Se humaniza", La "intervención" final había sido "necesaria". A propósito de estas visiones,
pero sobre todo en cuanto a los barones; por muchas pruebas que tenga que Alphandéry ha hecho observaciones del más vivo interés sobre el "interior"
sufrir, y aunque el número de los fugitivos vaya en aumento, la masa popular del espíritu de cruzada: no se debe, dice, aislar su estudio, como un tema de
se mantiene fiel a "la influencia salvadora" 8. Espera, como en el momento de mitografía abstracta, de los acontecimientos; todo está regido por éstos, y
la gran partida, las confirmaciones, los alientos. Llegaron oportunamente: son éstos, a su vez, por las visiones. Hay una transmisión del acto al símbolo, del
las visiones y las profecías. Son las apariciones, al sacerdote Esteban, de símbolo al acto... De tal manera que después de haber fijado el texto
Cristo, que explica los sufrimientos por los pecados cometidos y promete la hagiográfico de los milagros, hay que interpretarlo sin cesar en conexión con
victoria después de la expiación (p. 72). Es el descubrimiento, en Antioquía, el hecho cotidiano de la Cruzada, "para descubrir el verdadero fenómeno de
de la Santa Lanza, gracias a las apariciones sucesivas a un Pobre campesino elaboración colectiva y continua" (p. 73)9.
provenzal, Pedro Bartolomé, del apóstol Andrés, quien le hace conocer el Texto capital, y que nos proporciona la ocasión de una observación análoga
lugar donde, en Antioquía, se encuentra el arma "que traspasó el costado del relativa a los signos. Para las mentes primitivas o simples, unos fenómenos
Señor" (pp. 73-75). Un día, incluso, san Andrés se presenta acompañado de imprevistos, excepcionales, revisten fácilmente el carácter de signos. En la
Cristo; después de los reproches seguidos de exhortaciones, dice: "Sabed ignorancia en que se encuentran en cuanto a las causas positivas, y sobre
bien que son llegados los días prometidos por el Señor... en los que debe todo si las circunstancias hacen que aquéllos les impresionen, les
elevar el gran reino de los cristianos." A partir de entonces, hay enorme júbilo conmuevan, imaginan causas de orden sobrenatural, intenciones ocultas,
en el ejército: ayunos y procesiones. Y pronto llega la victoria prometida, la favorables o amenazadoras. Esos mismos fenómenos, si los ánimos no se
caída de Antioquía, gracias a "un ejército de socorro enviado por Cristo y encuentran dispuestos, serán insignificantes, en el sentido propio de este
mandado por los santos militares, San Jorge, San Mercurio y San Demetrio" término10.
(pp. 76-77). *
Es curioso advertir que las apariciones celestiales a Pedro Bartolomé, a "un El período que sigue, entre la toma de Jerusalén y la segunda Cruzada, es
patán de esa calaña", producen "el desarrollo solapado de una incredulidad, complejo, presenta numerosas alternativas. Al principio, la victoria va
fundada por el interés temporal, y que a veces se basta a sí misma" (pp. acompañada de matanzas y de saqueos: desencadenamiento de los instintos,
81-82). Un señor normando, en su "racionalismo", declara a Pedro "discípulo seguido pronto de remordimientos y de penitencias. En tanto que el
de Simón el Mago" (p. 84). A tal punto que éste se somete voluntariamente a establecimiento del reino franco lleva consigo competencias y conflictos, los
la prueba del fuego para que brille "su buena fe y la verdad". Para la masa, la pobres, los que partieron los primeros, y que habían perdido por un momento
ordalía se considera como probatoria, aunque Pedro sucumbiera poco su puesto de elección, lo recobran: Su oración es, pues, preponderante ante
después. Dios, por sus méritos de pobreza... Por otra parte, la pobreza debe ser sobre
todo interior, y las voces sobrenaturales repiten a los grandes la necesidad
7
Sobre estas matanzas, que se repiten con frecuencia, véanse pp. 53-57, 126. El clero
9
las censura y a veces protege a los judíos. Cf. pp. 95, 96.
8 10
Página 70. "Los pobres son soldados de Dios", p. 92. Véanse, por ejemplo, pp. 83, 155.
de la humildad" (p. 92). En esa masa, "vibrante de supersticiones y de ritos", iglesias por grupos que realizan en común ritos penitenciales. "Los penitentes
tienen tendencia a realizarse formas religiosas nuevas, y parece ser que a los de la Cruzada monumental muestran un espíritu- de organización colectiva
clérigos les inquieta "ese extraordinario hervidero de ideas religiosas y de que no tenían las multitudes alucinadas del siglo XI... En estos comienzos del
emociones, de sueños y de iluminaciones". Al margen de la jerarquía siglo XII, las formas monásticas, las formas comunales, la ciudad de Dios, la
eclesiástica, se adopta como intercesores a los ermitaños. "Es el triunfo de los ciudad de los hombres, parecen inspiradas por un mismo espíritu
humildes esta exaltación del ermitaño, nacida de un fondo obscuro de piedad antiindividualista que se realiza con una fuerza desconocida hasta
pagana en cuanto a los sacerdotes de los bosques y de los campos, y de una entonces"15.
piedad cristiana directa en cuanto a los santos pobres", de la que será "Hubiérase dicho, escribe un cronista, que el mundo, sacudiendo sus viejos
heredero el Poverello de Asís. Hay páginas impresionantes que muestran una harapos, quería revestir por doquier la blanca túnica de las iglesias"16.
reviviscencia de religión popular11. Y sin duda, "es el sentimiento, el impulso místico, el que eleva las flechas de
¿Qué ocurre, mientras tanto, en Europa? Ante las inquietudes de la defensa la catedral"; es una "oración petrificada"; pero asimismo intervienen otros
militar, ante el llamamiento del Oriente latino -necesidad de hombres, elementos para explicarlo, como lo ha demostrado también Louis Réau, en el
necesidad de subsidios-, el Occidente se muestra cada vez más indiferente, a tomo LX de La Evolución de la Humanidad. "Si las abadías son obra de los
medida que se aleja "el temor milenario" 12. Además existe la influencia, la monjes, las catedrales lo son de las comunas. Recursos y brazos son
denigración, de los cobardes, de los que huyeron de la prueba. Pero el empleados en elevar la casa de Dios (casa Dei)."
espíritu de cruzada no ha muerto: va a perder su "heroicidad" y a revestir Réau ha fijado bien la relación entre esta "cruzada monumental" y el culto de
nuevos caracteres. Si ya no se trata de liberar la tumba del Señor, se las reliquias que ha ido desarrollándose: reliquias reales, insignias, reliquias
establece un verdadero culto de las reliquias, que crea un lazo de indirectas, todo lo que ha podido estar en contacto con el cuerpo de un santo
espiritualidad con el Oriente; y si ya no hay expediciones de salvación y que recibe de él alguna eficacia, y también a veces falsas reliquias17.
colectiva, la cruzada tenderá a ser "una peregrinación, que es preciso hacer "Iglesias y capillas son inmensos relicarios"18.
en grupos bien armados, porque los caminos no están seguros"; por eso "se Sobre este "fondo de vida religiosa que tiende a organizarse de acuerdo con
limitará cada vez más a los hombres de guerra y al pequeño número de formas estables", actúan causas capaces de producir "una nueva alteración".
hombres de a pie que consienten en llevar con ellos". Entonces debía No han cesado de aparecer "signos", es decir, calamidades de todo género:
ocurrirse la idea de que una participación en la cruzada podía consistir mal de los ardientes, huracanes devastadores, inviernos rigurosos, hambres,
simplemente en "sacrificios materiales"13. y también prodigios, como la erupción del Vesubio en 1140: Con la sensación
La característica más destacada de esta era nueva es la preocupación de de un "desequilibrio en la Naturaleza", el terror renaciente del fin del mundo,
organización. Manifiéstase una tendencia a ordenar, a depurar, lo que fue en "los impulsos de no ha mucho recobran su fuerza". "Atmósfera de
los comienzos "tumultuosa aventura". inestabilidad, de inquietud y de miseria, que desarraiga a los hombres y los
En Oriente se constituye la milicia del Temple: los Templarios sólo a la larga prepara para las expediciones" (p. 120).
llegan a constituir una orden. San Bernardo ha dicho de ellos: "No sé si debo *
llamarles monjes o caballeros; quizá haya que darles los dos nombres a la En estas condiciones, y sobre todo cuando la situación se agrava en Oriente,
vez, porque. .. unen a la dulzura del monje el valor del caballero" (p. se prepara la segunda Cruzada, pero con una preocupación por la
1.13-114). Mantenían el ideal de pobreza de los primeros cruzados. organización que no existió en la primera. "Ahora están en juego todos los
En el Occidente la vida religiosa se transformaba lentamente en el mismo
sentido que el medio social. Indudablemente los ermitaños prosiguen su obra; 14
Páginas 117, 118, n. 5; cf. p. 146. Véase el t. LXV, PETIT-DUTAILLIS, Los municipios
pero no son ya unos "perpetuos desarraigados": tienen discípulos, fundan franceses desde sus orígenes hasta el siglo XVIII. "En la creación de la comuna se ve la
monasterios, y crean centros estables, sin dejar de mantenerse en contacto necesidad de orden, de justicia y de paz. "Institución de paz" o también amistad, era
con las masas cuyo fervor continúan fomentando (p. 116). sinónimo de comuna", Prólogo.
15
En una palabra, la vida religiosa tiende a organizarse en grupos. Alphandéry Véase p. 119, la reproducción de una nota manuscrita de Alphandéry donde trata de
insiste sobre la relación de estas modalidades nuevas con el movimiento hallar el origen de esta relación entre la comuna y la sociedad evangélica.
16
comunalista contemporáneo14. Expone lo que él llama la "cruzada H. ENGELMANN, La route des cathédrales, p. 15.
monumental"; la obra colectiva, en el siglo XII, es la construcción de las 17
"Es desgraciadamente demasiado cierto que los traficantes de reliquias, sobre todo
11 en la época de las cruzadas, no tuvieron escrúpulos en engañar a nuestros padres." P.
Páginas 93, 96. DONCOEUR, Bulletin d'hagiographie, en Etudes (octubre de 1953, p. 107).
12
Páginas 103, 104. 18
Véase El arte de la. Edad Media y la civilización francesa, Prólogo, pp. XI- XIII, tomo LX
13
Páginas 111-112. de esta colección.
principios" (p. 120). El piadoso rey Luis VII se dirige a "la mayor fuerza moral jefes temporales y sus pontífices. Numerosos arzobispos y obispos van a la
de la época", San Bernardo, para lanzar un llamamiento que tenga cabeza de las tropas" (p. 140). Pero algunos de esos "pontífices" eran
resonancia. Pero San Bernardo se esquiva, primero, ante el papa: es la Iglesia "grandes señores feudales, en modo alguno disminuidos por su clericatura"
la que debe garantizar la absolución final a los que marchan para hacer (p. 140). De un modo general, los grandes, los jefes, decepcionaron a
penitencia. Un fraile, Raúl, quien, como Pedro el Ermitaño, trata de levantar a Bernardo y al mundo cristiano, "decepción tanto mayor cuanto que la
las multitudes por medio de una predicación escatológica, y otros más que segunda Cruzada había aspirado a una moralidad más alta". "Vae principibus
anuncian la venida próxima del Anticristo (p. 123), son desautorizados por nostris, ¡ay de nuestros príncipes!, maldecirá Bernardo el mismo año de su
Bernardo y por la Iglesia; a partir de entonces, son "facciosos". El austero muerte... Hay una gran amargura en esta postrer acusación del santo, que
cisterciense no vacila en condenar los procederes del pasado (pp. 124-126); revela todas las flaquezas temporales de la segunda Cruzada" 22. En cuanto al
es preciso marchar todos juntos y bajo el mando de unos jefes elegidos por pueblo, había habido en Francia un hermoso movimiento de entusiasmo
ser versados en el arte de la guerra. Disciplina colectiva y ordenación cuando el piadoso rey Luis "marchó a Saint-Denis a tomar la oriflama y su
jerárquica, tal es el espíritu nuevo. Alphandéry hace por destacar los dos bordón de peregrino"; pero esta multitud, "movida por sus instintos,
aspectos de la vida religiosa de la época y los conceptos de la cruzada: paroxismos religiosos o pasiones violentas, era incapaz de someterse mucho
cruzada apocalíptica, predicada aún por los ermitaños, y cruzada de salvación tiempo a la autoridad del jefe legítimo; y todavía era peor lo que ocurría con
individual para los pecadores penitentes, que quiere promover Bernardo. "la plebe piadosa alemana, ávida, turbulenta y brutal"23.
Según él, "se trata menos de liberar el Oriente de los paganos que las almas En suma, había en aquella expedición una "incoherencia orgánica" (p. 148).
de los hombres de Occidente de sus pecados". La Cruzada es la purificación Los buenos y los malos se encontraban mezclados en el torrente tumultuoso.
redentora. No tiene, pues, nada de extraño que invite a acudir a ella a "los Por el contrario, naciones y clases sociales, otras veces confundidas, se
mayores criminales" (p. 131). distinguían. No obstante, hubo, al partir, una exaltación espiritual que
En la asamblea de Vézelay, en 1146, de donde parte el nuevo llamamiento, animaba "el espíritu de cruzada".
Bernardo se contenta, según parece, con leer la bula del papa 19; pero estaba *
a su lado el piadoso rey Luis VII, cuyo apoyo obtuvo. Había de conseguir el del Como conclusión de este libro, después del fracaso de la segunda Cruzada,
emperador alemán, Conrado, en el curso de una jira de predicación por los cuando parecía declinar el gran entusiasmo religioso, convenía sondear la
países del otro lado del Rin: se había dado cuenta de la insuficiencia del realidad profunda, buscar, si las había, las "fuerzas de continuidad".
contingente francés y trataba de reforzarlo. En Alemania, su popularidad se Suger, abad de Saint-Denis y ministro de Luis VII, humillado ante el
difundió pronto ampliamente: conmueve a las almas "hasta las fibras lamentable regreso de su señor y de los caballeros franceses, quería un
profundas". "Los milagros suceden a los milagros, y los favorecidos con ellos desquite, organizado por los clérigos, y se proponía conducir personalmente
toman la cruz" (p. 132). Bernardo, sin embargo, no partirá; la contemplación una cruzada contra los musulmanes. La muerte invalidó este sueño de
prevalece en él sobre la acción: era la "Jerusalén celestial" la que el monje venganza y de gloria.
quería ganar20. Continuaban las peregrinaciones; la Cruzada seguía siendo "abierta, pero
No obstante las preocupaciones de orden y de disciplina de Bernardo, las como una obra de penitencia, piadoso egoísmo en busca de la salvación
condiciones de la segunda Cruzada eran defectuosas. Por otra parte, es individual" (p. 152). Mientras tanto crecía el poderío musulmán, y el sultán se
notable que, dejando aparte los milagros del santo, los "prodigios", los apoderó finalmente de Jerusalén (1187)24. Si los reyes y los nobles no estaban
"signos", hayan sido más raros. La imaginación religiosa era menos viva21. ya dispuestos a las grandes expediciones, la Iglesia velaba. La defección de
El fracaso final de la expedición, delante de Damasco, tuvo causas múltiples. los altos personajes excitó el fervor de los humildes: la palabra del papa llegó
Sin duda, "el ejército cristiano había partido sólidamente encuadrado por sus al pueblo fiel, y, por ella, "se mantuvo en él la emoción". "La Cruzada se
convierte en una forma normal de la
19
En contra de la opinión común: "Pocos lugares hacen sentir coma Vézelay lo que fue
el siglo de las Cruzadas. Sobre esa colina se reunieron cien mil hombres, en 1146 al
llamamiento de san Bernardo", H. ENGELMANN, obra citada, p. 13.
22
20
El octavo centenario de San Bernardo, en 1953, motivó varias publicaciones, de que Véanse pp. 134, 141, 142. "Los cronistas no dejan de notar la codicia desvergonzada
dan cuenta los Etudes en su número de octubre (pp. 121-132): Comisión de Historia de de los grandes", p. 142.
23
la orden de Citeaux, Bernardo de Clervaux, París, Alsacia; J. CALMETTE y A. DAVID, Saint Página 136; cf. pp. 133, 136, 138.
Bernard, París, Fayard; P. DUMONTIER, Bernard et la Bible, París Desclée de Brouwer; A. 24
Una obra alemana, de que da cuenta la Historische Zeitschrift (octubre de 1953, p.
M. DIMIER, Saint Bernard, "pêcheur de Dieu", t. I. París, Letouzé et Ané. 417) (JORG KRAMER, Der Sturz des Königreichs Jerusalem), da, en traducción, el texto
21
Véanse pp. 139, 146. del historiador árabe oficial sobre la conquista de Jerusalén por Saladino.
vida espiritual del Occidente cristiano." 25 El Oriente ahora se conoce mejor, necesidad universal de los seres humanos..." A la filosofía de la religión,
abundan las reliquias, las leyendas orientales se difunden; el tesoro mítico se decíamos -fideísta o racionalista-, debe suceder cada vez más una psicología
enriquece con la vida de santos y de santas de Oriente. Hay en esto un que, reuniendo los diversos tipos de conciencia, primitivos y civilizados, niños
espejismo y una atracción. y adultos, normales y enfermos, "destaca lo que tienen de común y se
Hay que considerar también la parte que tiene en ello una literatura esfuerza por llegar así a la capa profunda, subyacente a toda la humanidad,
astrológica que anuncia "el cumplimiento de los tiempos". Y he aquí que pasada y presente, de la que han brotado las actitudes originales del espíritu
sobreviene la caída de Jerusalén, que repercute profundamente en la ante el universo"30. "El hombre siente la urgencia de saber y de obrar. A la
sensibilidad del mundo occidental, en la de la masa especialmente. Ante la vez que se adquieren y se precisan un saber y un poder limitados
"dimisión espiritual de los grandes" (p. 157), la masa adquiere conciencia, -empíricos-, se forman y se desarrollan un saber y un poder extensos, pero
cada vez más, de esa individualidad que el movimiento comunalista había ilusorios."31
contribuido a destacar. En la "nebulosa primitiva", hay, pues, en el individuo, una necesidad
Alphandéry insiste, al terminar, en el acceso de los humildes a una vida intelectual ligada a la emotividad. Aquí, como en otro lugar, hemos insistido
espiritual propia, en ese ideal de pureza moral, de pobreza buscada, de sobre lo que la religión tiene en su origen de esencialmente individual: la
independencia total, en esa fórmula nueva de la piedad medieval que, en socialización es en ella secundaria, en tanto que, por el contrario, ala moral,
algunos, podrá llegar a la herejía26. nacida de la sociedad, se incorpora inmediatamente a la religión 32. Con el
* progreso de la organización social y el desarrollo del individuo, la religión se
Si la historia "externa", la historia política, de la Cruzada no es lo esencial de institucionaliza y se profundiza a la vez: de ahí la Iglesia, de ahí también la fe,
este libro, no podía estar totalmente ausente de él: nosotros la hemos el misticismo y la santidad 33. Alphandéry ha demostrado el papel de la Iglesia
descuidado por completo; no hemos hecho que aparezcan el papel y las creciendo a medida que el impulso de la fe se debilitaba. Emplea repetidas
rivalidades de los jefes, ni indicado el itinerario de las expediciones, las veces el término de subconsciente: es en el subconsciente donde el
peripecias de los asedios. Lo que queríamos, recordémoslo, era, con psicoanálisis, aplicándose hoy día al fenómeno religioso, busca la explicación
Alphandéry, ver revivir la vida religiosa de la Edad Media. Por eso hemos de los mitos y la fuente profunda de la fe34.
hecho, acá y allá, citas de textos que expresan una fe ingenua o un piadoso HENRI BERR
entusiasmo: en el libro tales documentos abundan y constituyen una especie
de antología27.
En la literatura histórica moderna no existe nada comparable a la obra de
Alphandéry, a este estudio de psicología colectiva, de sensibilidad religiosa,
de una época en la que la masa está dispuesta a conmoverse y a imaginar
intervenciones sobrenaturales, en la que la vida real va acompañado sin
cesar de lo maravilloso.
Debemos recordar, para terminar, que el estudio de Alphandéry enlaza con
una serie de volúmenes de La Evolución de la Humanidad,28 en los que hemos 30
encontrado y caracterizado religiones diversas, pero muy especialmente con T. XII; En marge..., I, p. 182.
31
el tomo XII, cuyo Prólogo reviste un carácter general: esencia de la religión, T. XII; En marge..., I. p. 189.
32
carácter de lo sagrado, "lugares y objetos, actores y actos", origen de los T. XII; En marge..., I. p. 194.
33
mitos y de los ritos, tales son los problemas que en él se tratan 29. Hemos T. XII; En marge..., I. p. 196.
34
comprobado que "la religión aparece en la historia respondiendo a una Citemos a C. G. JUNG: Los mitologemas sobre los cuales reposan en último análisis
todas las religiones, son, al menos para nuestra comprensión, la expresión de
25
Véanse pp. 154, 158. acontecimientos internos y de experiencias vividas del alma: hacen posible... el
26
Páginas 158-159. Alusión a los begardos, valdenses, cataros. establecimiento de una relación permanente entre lo consciente y lo inconsciente,
27 siendo y manteniéndose este último como la matriz primera y siempre activa de las
Observemos que, cuando es oportuno, las notas y a veces el texto dan la crítica.
imágenes originales. Gracias a las fórmulas y a las imágenes incluidas en una religión,
Véanse, por ejemplo, pp. 58 72, 76, 77, 91, 115.
28 lo inconsciente se encuentra suficientemente expresado en lo consciente, de suerte
Tomos VII (Egipto), VIII (Mesopotamia), XII (Grecia) XVIII (Roma), XXIV (Celtas), XXVII que sus emociones y sus impulsos instintivos pueden ser transmitidos y traducidos sin
Germanía), XXVIII (Irán), XXX (China), XLI, XLII, XLIV, XLV (Israel, Jesús, Cristo). Ser. alteraciones a lo consciente, que de este modo no pierde jamás sus raíces profundas."
compl., II (Science et Religion). La guérison psychologique, traducida y adaptada al francés por el Dr. R. Cahen, 1953,
29
T. XII; En marge..., I, pp. 157-200. p. 247. Cf. C. G. JUNG y Ch. KERÉNYI, Introduction à l'essence de la Mythologie, 1953.
ADVERTENCIA La otra cuestión concernía a la fecha del manuscrito. La elaboración del
material es ya antigua. ¿Se trataba de ponerla al día en relación con los
Este libro se ha compuesto de acuerdo con los cursos profesados por Paul últimos resultados de la historiografía? La cuestión ni siquiera se hubiera
Alphandéry en ,la Escuela de Estudios Superiores. De entre sus antiguos planteado en presencia de una obra simplemente erudita. Pero la
discípulos, el menos completo técnicamente, pero quizá, en los últimos años investigación de Paul Alphandéry tiene otro valor. Su voluntad de descubrir,
de su vida, uno de los más allegados del sabio y del hombre -que en él eran dentro de los límites de lo cognoscible en historia, la vida religiosa de la
uno solo-, ha tomado sobre sí la responsabilidad, grave, de dar la forma de un cruzada, hace que Paul Alphandéry fuese, en la intención, de hecho, más bien
libro al inmenso material que Paul Alphandéry había preparado, y ya en parte que un precursor, un compañero muy próximo a nuestra investigación de hoy
compuesto, de una historia y de una vida de la cruzada en la Edad Media día.
cristiana. Tal estudio no podría fecharse. Por eso hemos elegido, para la presentación
Este libro no es la obra que Paul Alphandéry hubiese escrito. Tampoco la que de esta obra, la vida que hay en ella. Una "modernización" hubiese podido ser
llevaba dentro de sí, y de la cual es posible encontrar, con emoción, las imperfecta. Tan sólo algunas notas, y la bibliografía concebida como
intuiciones y los tanteos en toda una serie de notas y de planes, brotes o instrumento de trabajo y de análisis de la materia, fijan el tiempo transcurrido
etapas de una toma de conciencia en la que maduraba la obra principal. desde su elaboración. Lo esencial, en lo que nuestra tarea ha sido de
Pertenece, sin embargo, por completo, tanto en su seguridad de investigación "formación", se mantiene en la visión de masa y de profundidad de Paul
corno en su método -más bien una actitud que un método, es decir, lo Alphandéry, en la conciencia de un "mundo" en el que las fuerzas colectivas
viviente de un método- al esfuerzo creador de Paul Alphandéry. Del principio se hacen creadoras de religiones, de mitos, de epopeyas.
al fin, la disciplina expresa del adaptador ha sido seguir lo más cerca posible La obra se detiene, aproximadamente, con los cursos, al final de las cruzadas
los textos ya elaborados y no intervenir más que para "hacer" un libro, con la clásicas, en ese final del siglo XIII en el que comienza el "mundo moderno". La
mayor sobriedad incluso de los gestos del estilo. meditación de su búsqueda en la conciencia del hombre y de lo colectivo,
El plan del libro refleja, respecto al material dejado por Paul Alphandéry, esta creadores de sus religiones o de sus mitos, nos ha conducido personalmente
regla de reverencia y de reconocimiento. Toda una serie de cursos ha a llegar hasta el fin de una continuidad de la cruzada. El fin, es decir, nuestra
permitido presentar la continuidad de luna historia religiosa de la cruzada, época, coronamiento o final de los siglos llamados "modernos". Esta será una
hasta el final del siglo XIII. Las notas, germen del libro, compuestas y ligadas, obra, otra, para publicar.
expresan lo que fue, en la vida de Paul Alphandéry, la conciencia de la ALPHONSE DUPRONT
cruzada. Genética y síntesis de la cruzada, permiten, parece, comprender la
extraña y compleja realidad en que se realizó la gesta de la más grande
epopeya religiosa del Occidente.
Dos puntos podían ser motivo de discusión en cuanto al valor y a la utilidad
de la adaptación. El primero concierne a su fidelidad. Nuestra disciplina ha
sido buscarla tan completa como era posible en lo escrito y en el recuerdo de
los cursos oídos o de las conversaciones que fueron para nosotros las de un
maestro, en tanta mayor medida cuanto que Paul Alphandéry no se
preocupaba de serlo. Pero la fidelidad exige más todavía: superar la obra
escrita en su espíritu y situarla. La cruzada vive mucho más de lo que se
explica, en la obra que se va a leer, a la vez por la fuerza épica de las masas
populares y por la vida pánica de una escatología. Fuerzas maestras ambas
de una conciencia de la cruzada en el pensamiento de Paul Alphandéry, pero
quizá una más que la otra. Acentuar el genio popular de la cruzada, más de lo
que lo hemos señalado para no convertir con la insistencia en tesis lo que
debía quedarse en tendencia; atenuar la preocupación escatológica más de lo
que lo hemos hecho por la intención de acusar estados psíquicos de
participación colectiva, he aquí lo que, por matices, situaría, en nuestra
opinión, con la mayor seguridad de haber sido exactos, el descubrimiento de
Paul Alphandéry en el plano de las profundidades de la cruzada.
INTRODUCCIÓN Ermitaño. San Bernardo no llega más que como segunda figura, después de la
predicación y casi la partida de la Cruzada popular.
Foulques de Neuilly, curioso tipo de ermitaño en el siglo, parece haber La propia III Cruzada tuvo su preludio. Esto parece paradójico, ya que la III
predicado -según el Chronicon Leodiense y con serias probabilidades de Cruzada es esencialmente, para la historia, la Cruzada de los reyes: el
exactitud- una cruzada estrictamente reservada a los pobres. Simple hecho emperador Federico Barbarroja, el rey Felipe II y el rey Ricardo Corazón de
éste cuya importancia puede ser extremada para encontrar en torno del León ocupan toda la escena convencional en los acontecimientos que se
concepto de cruzada la vida interna de nuestra Edad Media, su exaltación de desarrollan en Tierra Santa de 1187 a 1198. Sin embargo, fijándose con más
la pobreza evangélica y su escatología. Piénsese bien, en efecto: la obligación atención, la vida de la, Cruzada popular no se interrumpe en modo alguno, ya
de ser pobre para llevar a cabo una obra santa entre todas, una obra que, que si hay solución de continuidad entre las Cruzadas de nobles, las Cruzadas
como afirman los papas, asegura el paraíso a quien la realiza, es la plebeyas no la admiten en el negotium crucis. En 1188, cuando Felipe
constitución de un privilegio de los pobres. De la justicia celeste a la justicia Augusto y Ricardo Corazón de León hacían reír al gran burlón Beltrán de Born
terrena no hay más que un paso, que se franquea rápidamente en esa Edad por sus largas vacilaciones (no llegan a Tierra Santa hasta mediados de
Media apasionadamente simbolista. 1191), se predicaba una Cruzada popular en Inglaterra, en el País de Gales,
Comparemos, por otra parte, este testimonio con los hechos conocidos de la por el arzobispo Balduino de Cantorbery. Balduino y los eclesiásticos que le
historia de las cruzadas: Foulques de Neuilly no aparece ya como figura acompañaban recorrían los campos para llamar a labriegos y pastores a la
aislada. A los primeros llamamientos de Roma, y sin una acción pontifical Cruzada, y, como una consagración que parece necesaria para el buen éxito
sensible, la Cruzada popular se había puesto en marcha, la Cruzada de Pedro de la predicación de toda Cruzada popular, hay en Inglaterra, por la misma
el Ermitaño, para designarla con el nombre de aquel que puso en movimiento época, matanzas de judíos. Existe, pues, una obscura y profunda tradición
las más numerosas columnas indisciplinadas. En torno de Gauthier sin que une con sus fuertes lazos a unas Cruzadas con otras, o más bien que no
Hacienda, de Guillermo el Chambelán y de Gotteschalk, hacia el Oriente, del admite las divisiones abstractas entre las Cruzadas oficiales, tradición que es
conde Emicho y del sacerdote Volkmar, en Occidente, son verdaderas simplemente el espíritu de Cruzada, siempre vivo en el corazón del pueblo
partidas populares las que se organizan como en torno de Pedro, en Francia, cristiano.
un poco por doquier, y en el oeste de Alemania: marchan, matando a los Igualmente, no sólo el texto tan curioso del Chronicon Leodiense, sino todos
judíos, asolando, saqueando, hacia esa Jerusalén a la que no llegarán. los textos que hablan de los comienzos de la IV Cruzada, presentan a
Indecibles hordas impulsadas por el sentimiento más complejo -y el más Foulques de Neuilly mendigando subsidios para la Cruzada y lanzando a
raramente analizado- que haya movido a multitud humana alguna: esperanza continuación una expedición tumultuosa que fue a aniquilarse en las costas
misteriosa en un mejoramiento de vida, fe en unas reliquias, escatología de España, en tanto que la Cruzada de los barones, la Cruzada oficial, trataba
popular, supervivencias paganas, necesidad casi física de expansión, sed de con los venecianos, efectuaba la famosa diversión sobre Zara, y terminaba
pillaje, deseo de lo desconocido, tendencia a una fe nueva con la que la con el saqueo de Constantinopla y el reparto de un fabuloso botín de feudos
multitud de los fieles, multitud que no era en aquella época. ni ecclesia orientales la Cruzada emprendida para liberar la tumba del Salvador. Raúl
docens ni ecclesia discens, quería hacer su vida eclesiástica propia, tener su Rosières, en uno de los pintorescos esbozos que tanto le gustaban a este
parte de vida religiosa. Todo esto amalgamado, muy mal discernido aún en original historiador-publicista, define así la IV Cruzada: "Los barones de la
sus elementos, gran sueño humano al que cuatro siglos habrán de aferrarse Champaña parten para Oriente, pero se detienen en Constantinopla." 35 Quizá
desesperadamente. la única verdadera cruzada religiosa es la Cruzada de Foulques de Neuilly. Así,
La II Cruzada, a fines de diciembre de 1145, no es más que una empresa real, a medida que se hace mayor la distancia entre la Cruzada aristocrática y ese
quizá el resultado de .una especie de voto expiatorio de Luis VII. En la substratum de la Cruzada que es el elemento popular, entre el plan de la
asamblea de Vézelay es únicamente aristocrática; son caballeros los que Cruzada aristocrática y el plan de la Cruzada popular, el ideal de la Cruzada
toman la cruz, y san Bernardo concibe casi solo el plan de una Cruzada parece más vacilante y su éxito más problemático.
universal. Pero cuando marcha a predicarla en Alemania (donde, por otra No le fue dado a Inocencio III, que muere en 1216, ver la V Cruzada; al menos
parte, sus primeras peticiones a Conrado III fueron acogidas muy fríamente), la preparó, y ninguna preparación tuvo un carácter tan popular. Según dice
la Cruzada universal estaba predicada ya por un fraile profeta, Raúl, escapado Albéric des Trois Fontaines, Roberto de Courson, legado de la Santa Sede, y
de Citeaux, que fanatizaba a las multitudes de los países renanos, anunciaba otros varios que estaban con él y bajo él, predicaban públicamente la Cruzada
el reino de los últimos tiempos reservado a los cruzados, y aconsejaba o al en toda Francia en el año 1215, dando indistintamente la cruz a los niños, a
menos toleraba la matanza de los judíos como en tiempos de Pedro el
35
Recherches critiques sur l'histoire religieuse de la France [Investigaciones críticas so-
bre la historia religiosa de Francia], París, 1879, p. 232.
los ancianos, a las mujeres, a los cojos, a los ciegos, a los sordos y a los como el entusiasmo que las ha precedido. La caza de los Pastorcillos se hace
leprosos. Y Albéric añade: "Lo cual impidió que la tomaran varios hombres con ardor en Francia entera. Se les acosa, se les ahorca, y durante algún
ricos y poderosos, porque se pensaba que una confusión semejante sería más tiempo desaparecen.
perjudicial que útil al buen éxito de la empresa." Dos años después de esta Desaparecen, pero el espíritu pastorcillo pervive. Debió de tener múltiples
predicación comenzaba la Cruzada de Juan de Brienne; en 1219, después de manifestaciones; una entre otras se ha hecho célebre. Sin que hubiese casi en
la toma de Damieta, llegaban con Roberto de Courson y el legado Pelagio la situación del Oriente latino motivo para una nueva emoción de Occidente,
refuerzos disciplinados y que no tenían ya el ímpetu de las Cruzadas aparecen en 1320 nuevas columnas de Pastorcillos, éstos casi niños. "Dejan
populares. La Cruzada meditada, preparada, se convierte en la Cruzada sus campos y sus rebaños sin despedirse, ni de su padre ni de su madre." Los
diferida y definitivamente aplazada para más tarde o para nunca. de más edad apenas tienen veinte años, y recomienzan la misma y siempre
Así, la Cruzada popular precede a la Cruzada oficial, mientras la Cruzada nueva aventura de esas locas expediciones. Pronto se ven escoltados o
parece deber triunfar o tener por objeto Jerusalén. Pero la Cruzada popular se precedidos por una multitud de aventureros y de bandidos; pasan sobre las
separa de la Cruzada oficial, hace Cruzada aparte cuando el objeto primitivo ciudades "como un torbellino", matan judíos, saquean París y las comarcas de
se olvida demasiado manifiestamente, como después de la Cruzada de Berry, Saintonge, Aquitania y el Languedoc. El populacho los festeja; el papa
Constantinopla, o cuando la impotencia de las Cruzadas leales o señoriales los excomulga, y terminan en una feroz represión real, perseguidos como
queda claramente demostrada por fracasos sucesivos. De ahí nacen las fieras. Una vez más se desvanece el movimiento "como el humo".
Cruzadas populares independientes o las Cruzadas de sectas que se ¿Desaparece? No, con mucha verosimilitud. Ese sueño de unos niños pobres,
escalonan durante los siglos XIII, XIV y XV. La fe popular guarda, exalta, de unos pastorcillos que liberan la herencia de los pobres de Tierra Santa a
proclama su ideal de Cruzada. donde los llama el niño Jesús, ese sueño que volvemos a encontrar bajo la
Ante todo, esa serie de movimientos extrañísimos, casi mórbidos en la aparente jacquerie de los Pastorcillos en 1257 y en 1320, lo persigue
apariencia, que son las Cruzadas de niños. Dos de estos grandes movimientos indefectiblemente la Edad Media popular. ¿Y no es una pastorcilla, una niña
son famosos entre todos: en el mes de junio de 1213, un joven pastor de pobre esa Juana de Arco que quiere hacer coronar en Reims al rey de Francia,
Vendôme, llamado Esteban, se cree designado por Dios para conducir a los al rey elegido, rey de los últimos tiempos, y después combatir y vencer al
cristianos a Palestina; júntanse primero un millar de niños, y a continuación se Turco, el enemigo apocalíptico que detenta la Jerusalén terrena? Aunque no
unen a ellos los aventureros, los mercaderes y los sacerdotes. En Marsella, se hubiera otro hecho en qué fundarla, la misión universal que proclama Juana
apiñan en galeras, dos de las cuales naufragan; las otras van a proveer de de Arco mostraría la fuerza de la tradición popular de la Cruzada. Tradición
esclavos Alejandría y la costa africana. que se manifiesta a cada momento de la vida de la Edad Media, sensibilidad
Por entonces, un niño alemán, llamado Nicolás, anuncia que va a fundar el casi morbosa que al primer llamamiento de un predicador popular, de un
reino de la paz en Palestina. Veinte mil niños se reúnen bajo sus órdenes, van Venturino de Bérgamo por ejemplo, en el siglo XIV, lanza a los caminos
a Brindisi y algunos a Roma; gran número de ellos muere de hambre y de multitudes de peregrinos armados, o que, al primer anuncio de un desastre
fatiga, y son muy pocos los que regresan a su país. No son éstas las únicas en Oriente, hace repercutir la noticia hasta en el fondo del alma oscura de las
Cruzadas en las que la idea de infancia, de pureza, haya sido el elemento del poblaciones de la Ultima Thule. Sensibilidad en cierto modo suspicaz que no
ideal de Cruzada. Al menos, los movimientos de niños son numerosos y están entra en los cálculos y las dilaciones de los grandes, que toma en serio las
estrechamente relacionados con las Cruzadas populares, como contrapartida predicaciones de la Cruzada36 y las recuerda a los reyes y a los nobles
del envilecimiento de la Cruzada oficial. Cruzadas populares y también demasiado inclinados a no ver en ellas otra cosa que un anhelo platónico del
Cruzadas de niños, son en dos ocasiones por lo menos (en 1257 y 1320) las papado. Después de la toma de Esmirna, cuando Clemente VI acepta que
Cruzadas de Pastorcillos. Hombres, mujeres, niños, y sobre todo pastorcillos Humberto II, delfín del Vianesado, se ponga a la cabeza de una Cruzada, el
como Esteban de Vendôme, se levantan por primera vez durante la cautividad bajo pueblo italiano, descontento al ver que el delfín aplaza sin cesar su
de San Luis: quieren libertar al rey y conquistar Jerusalén. Acuden de marcha, se forma en tropas compactas que comienzan sin esperar a más a
Brabante, de Hainaut, de Flandes, de Picardía. Se decía que iban conducidos embarcarse para el Oriente. Esto ocurre en 1345, en pleno período de vida
por un jefe, "el Amo de Hungría". Quienquiera que fuese este personaje democrática en las comunas italianas, en esa Italia donde estalla pronto el
misterioso, quizá un aventurero que utilizara más que suscitara este "tumulto de los Ciompi".
movimiento, los Pastorcillos comenzaron por representar una emanación de la
conciencia popular indignada al ver a la Iglesia oficial abandonar a los
cruzados en su derrota. Pero los excesos de los Pastorcillos, sus saqueos, 36
El conde Riant ha mostrado esta fascinación de la Cruzada para los países escandina-
provocan una de esas reacciones populares de la Edad Media, tan bruscas vos, estas especies de migraciones normandas, de expediciones de vikingos bajo el sig-
no de la cruz. P. RIANT, [76] bis.
Guiberto de Nogent, en un pasaje citado con frecuencia, dice cómo los niños
de las cruzadas pobres, con ocasión de la primera Cruzada, tendían las manos
hacia todos los castillos y hacia todas las ciudades que distinguían en el
camino, y preguntaban si "aquello era Jerusalén" 37. Semejantes a estos niños,
los hombres de la Edad Media han tendido constantemente las manos hacia la
Tierra prometida, creyendo reconocerla a cada recodo de su triste camino. A
toda nueva forma de la vieja esperanza, han repetido esta pregunta tenaz:
"¿No es ésa Jerusalén?" Han hecho de Jerusalén su esperanza apasionada, sin
cesar renaciente y cada vez más hermosa, y han marchado infatigablemente
hacia ella.

37
Videres mirum quiddam... et ipsos infantulos, dum obviam habent quaelibet castella
vel urbes, si haec esset Jerusalem, ad quam tenderent rogitare. MIGNE, P. L., t. CLVI,
col. 704, y [109], 142.
PARTE PRIMERA extraordinaria elaboración también, en la que se puede, en el curso de los
DESPERTAR DE LA CRUZADA siglos que preceden a la Cruzada, ver acusarse algunos valores esenciales.
En el plano de la experiencia individual ante todo, fácilmente discernible en la
CAPITULO PRIMERO multiplicidad de los textos. La peregrinación a Jerusalén se caracteriza muy
PEREGRINACIONES Y CRUZADAS pronto como un rito de penitencia. Por otra parte, desde fines del siglo VII, se
cuenta entre las penitencias canónicas 41. Y ayunos siglos más tarde, se verá a
La Cruzada, en su contextura religiosa y su potencia de vida colectiva, existe ciertos personajes muy mezclados en la vida pública de su tiempo, como
desde el momento en que la Cruzada comienza. Lo extraordinario de esta Foulque Nerra y Roberto el Diablo, buscar en ella una purificación casi
historia extraordinaria reside precisamente en eso: la Cruzada se alista automática42. Los casos hagiográficos en los que un personaje descubre en la
inmediatamente, realidad viva, orgánica, con su tema religioso constituido realización de la peregrinación una ocasión única de enmendarse para
desde fines del siglo XI, y su teología también: No es el término de una siempre son frecuentes. La peregrinación crea una vida nueva: marca la crisis
evolución, sino el brote, casi espontáneo, de un prodigioso poder de decisiva, que es como la muda de la piel vieja. Lo prueban las tomas de
animación colectiva, y, como la figura de la diosa, armada de todas las armas hábitos monásticos en los Santos Lugares, sobre todo los votos pronunciados,
desde su comienzo. ya en las reglas monásticas, ya fuera de ellas, inmediatamente después de
Esto basta para expresar la admirable singularidad de la Cruzada y lo que se los regresos, que se multiplican en el transcurso de los siglos X y XI. La idea
busca en ella de creación o de experiencia de mito. Si no hay Cruzada antes de purificación se liga estrechamente a la de peregrinación. Así lo expresa el
de los acontecimientos de 1095, existe, sin embargo, toda una elaboración de biógrafo de San Aderaldo a propósito de las peregrinaciones de su héroe,
los elementos, que, en ese final del siglo XI, manifestarán el espíritu de "deseoso de progresar de bien a mejor y de ir de virtud en virtud"43. Así lo
Cruzada. Una historia de la Cruzada, en sus realidades de significación y de manifiesta la importancia del rito bautismal, que se hace cada vez más el acto
espiritualidad colectivas, debe partir de un inventario de las experiencias, de capital de la peregrinación, rito de purificación por la inmersión en el agua y
las imágenes, de las tradiciones inscritas en el inconsciente colectivo del también rito de paso por la travesía del Jordán. Las palabras que emplea el
Occidente cristiano, después de un milenio aproximadamente de relaciones autor de la vida de San Silvino en el siglo VIII parecen más llenas de sentido
físicas y espirituales con la tierra de Oriente de donde vino la "buena nueva". todavía en el siglo XI: el peregrino se encuentra "como nacido de nuevo y
rehecho totalmente... todos sus deseos colmados de esta vida terrena"44.
I. LA PEREGRINACIÓN A JERUSALÉN: CAMINOS Y PENITENCIAS. Recreación individual únicamente, parece no haber más en la intención y
realización de la peregrinación. Y, sin embargo, a medida que se multiplican
Con Constantino desaparece el nombre de la colonia pagana de Aelia las peregrinaciones, que se amplían sobre todo en cuanto a su masa humana,
Capitolina. Jerusalén, que no es ya la ciudad de los judíos, ha vuelto a ser o se otros fines, todavía individuales, pero cada vez más colectivos, aparecen.
ha hecho la ciudad santa del cristianismo. Descubrimiento de la gruta del Esos peregrinos cuyas multitudes aumentan en el siglo XI, van al Santo
Santo Sepulcro, de la colina del Calvario38, invención de la Santa Cruz Sepulcro o a Tierra Santa, para encontrarse allí en la época del Anticristo. Y
atribuida a la madre de Constantino39; a partir del siglo IV se organiza el culto no es para combatirle, ya que están sin armas, sino para sufrir a causa de él,
a los lugares mismos de la manifestación redentora. Se elevan basílicas sobre y participar de este modo en la gloria de los elegidos el día del Juicio. La
los lugares santos recientemente descubiertos, sobre el monte de los Olivos, peregrinación participa de la expedición de oblación colectiva, o incluso del
en Belén, en la cima de la colina de Sión. El 14 de septiembre, en la fiesta de sacrificio. Esta ofrenda del sacrificio en las expediciones armadas que
la exaltación de la cruz, se muestra la Cruz a los fieles. Estos comienzan a
afluir. Se acondicionan hospederías para recibirlos; algunos, y en número 41
Recueil général des Formules usitées dans l'empire des Francs du Ve au Xe siècle [Co-
siempre creciente, llegan del extremo del mundo cristiano40. El Oriente se lección general de las fórmulas usadas en el Imperio de los francos del siglo V al X], por
convierte para los occidentales en la tierra sagrada de la historia, pasada y E. DE ROZIÈRE, París, 1859, Fórmula n° 667, t. II, p. 939. La peregrinación de penitencia
presente, de su religión. Así se organizan las peregrinaciones que, durante a Tierra Santa parece, a diferencia de las demás peregrinaciones, haber sido ordenada
unos siete siglos, sin discontinuidad alguna, van a constituir uno de los lazos por Roma, y había que pasar por Roma antes de emprenderla. Nos inclinaríamos a ver
vivos, el más completo al parecer, entre el Oriente y el Occidente. Una en ella la pena infligida por el papa para los casos reservados. Pero, que sepamos, nin-
gún conjunto de textos lo establece con seguridad. Únicamente Frotmundus Rothonen-
sis monachus, AASS. 24 oct., X, 847, posterior a 855.
38 42
EUSEBIO, Vida de Constantino, III, 25-27. R. GLABER, [71] 1. II, c. IV, p. 32.
39 43
SAN JERÓNIMO P. L., XXVII, c. 671. AASS, 20 oct., VIII, 992.
40 44
L. BRÉHIER, [36]. Citamos por la 6ª edición, París, 1928, pp. 5-7. AASS, 17 febr., V, p. 30.
preceden a la Cruzada, se la siente poco a poco hacerse consciente. Los déjame alimentarme de las migas de tu mesa, a fin de que el Señor se digne
religiosos que combaten contra los sarracenos a las órdenes de los príncipes tener compasión, a su vez, de ti, que también eres un peregrino." En la
navarros lo hacen, si hemos de creer a Raúl Glaber, "por el amor de la caridad mayoría de los textos, es el saludo de Alexis: Pauper sum et peregrinus. Al
hacia sus hermanos"45. Es ya el holocausto, más claramente ofrecido aún por salir de Roma, ha abandonado todos sus bienes. El peregrino debe romper
Gregorio VII, cuando se declara dispuesto a ponerse a la cabeza de los fieles todos los lazos: su elección es la de la pobreza. Tal vez exista en la fijación de
para volar en socorro del Imperio bizantino, porque aquéllos deben ofrecer la leyenda de pobreza un recuerdo de aquellos viajes piadosos a los Santos
sus almas por sus hermanos, como un buen pastor se lo debe a su rebaño 46. Lugares, que iban normalmente acompañados de una estancia ascética en los
Bajo esta forma elemental, la marcha, armada o no, adquiere un valor de monasterios de Tierra Santa y junto a los solitarios de Egipto. El abandono
sacrificio colectivo. Y si en la peregrinación, confiesan ciertos santos buscar previo de los bienes es la preparación al encuentro ascético y a la purificación
una muerte gloriosa, oblación ciertamente aunque todavía individual, bajo la en el cumplimiento de la peregrinación 48. Condición, por lo demás, con
influencia del "impulso hacia la Tierra Santa", o por la repetición densa de frecuencia ausente. Las peregrinaciones de importancia, como la de Ricardo
esas ambiciones gloriosas, se establece lentamente la conciencia de una de Saint-Vanne y la de Gunther de Bamberg, exigen gastos y llevan consigo
marcha para el cumplimiento del sacrificio común, ofrenda propiciatoria y en el segundo caso un despliegue de lujo que notan los contemporáneos.
redentora. Gran número de peregrinos pobres, por otra parte, aparecen en las textos,
Se ve también que la partida para los Santos Lugares no se lleva a cabo sin son pobres por naturaleza, en modo alguno voluntarios. Con todo, la
un despojo previo. Preparación del sacrificio o comienzo de éste, la exigencia peregrinación, por su fecundidad misma; parece exigir una purificación inicial,
de pobreza se manifiesta en la más característica de las leyendas de pobreza, que es la del despojo de los bienes. Es como si el peregrino, al partir hacia un
la leyenda de San Alexis, el hombre de Dios 47. Toda una serie de textos, entre extraordinario encuentro, quisiera aliviarse del peso de la tentación de
ellos el admirable poema de los comienzos de nuestra lengua literaria, la recobrar un día sus riquezas, o bien obligarse a no volver.
hacen resurgir a partir del siglo XI, y en este momento, sobre todo, participa En el siglo XI, en efecto, se manifiesta una tendencia a considerar la
de sus lejanos orígenes siriacos. Momento de florecimiento de la leyenda, que peregrinación a Jerusalén como un postrer viaje, la realización del supremo
es el momento de su necesidad. Y esta leyenda celebra al hijo del patricio destino religioso a que puede tender un fiel. El monje Glaber, al notar la
romano que, la noche misma de sus bodas, abandona esposa y padres, y extraordinaria concurrencia de peregrinos de todas las clases sociales que
marcha a vivir de limosnas a Oriente, pasando los días y las noches en fueron a Jerusalén en los comienzos del siglo XI, precisa la intención de un
oración, en Edesa según la leyenda siriaca, en Jerusalén, dirá curiosamente gran número: morir allá mejor que regresar junto a sus bienes 49. El texto no se
una vida del siglo XIV, que fija la orientación de la significación misma de la encuentra aislado. En el mismo Glaber se encuentra la historia de Letbaldo de
leyenda. La estancia en Oriente es, en la evolución latina de la leyenda, Autun, el cual, al llegar a Tierra Santa en buen estado de salud, le pide al
temporal, y tras unos años de ausencia, Alexis regresa a Roma huyendo de la Señor morir en el lugar mismo en que murió el Salvador, a fin de que, así
fama que había provocado en Edesa su piedad excepcional; vuelve a casa de como le ha seguido corporalmente hasta allí, su alma entre al punto en el
su padre, pero sin darse a conocer, y, pidiéndole únicamente que le dé por cielo, "intacta y radiante de felicidad bienaventurada". La petición fue
caridad un camastro, se acomoda bajo la escalera, sufriendo los malos tratos escuchada: Letbaldo moría aquella misma noche en su posada, en la paz y la
de los criados, como último de los últimos en aquella casa que es la suya: es alegría, ejemplo raro, como subraya el cronista, de una piedad que había
el pobre bajo la escalera tal como nos lo ha presentado en la actualidad Henri solicitado del Padre la muerte en nombre de Jesucristo y la había aceptado
Ghéon. Este pobre es un peregrino. Cuando vuelve a Roma, llega como gozosamente. Fue en el monasterio de Bèze, cerca de Dijon, donde los
peregrino, según el testimonio seguramente ampliado de la Leyenda Aurea: peregrinos, sus compañeros, refirieron a su regreso a Glaber el notable
"Servidor de Dios, soy un peregrino; haz que me admitan en tu casa, y hecho. La leyenda cunde evidentemente, pero, hasta en el comentario de
Glaber, se busca una conciencia de autenticidad religiosa, reveladora en la
45
R. GLABER, [71], lib. II, cap. IX, p. 44. realización de la peregrinación de un ideal de fe muy elevado. Los lugares en
46 que se muere piadosa y saludablemente son aquellos en los que el Dios-Hijo
P. L., CXLVIII, c. 329. El holocausto de las almas por los hermanos se funda en el
ejemplo del Señor.
entró intacto en su gloria. Este poder de participación religiosa está
47 indiscutiblemente vivo en lo inconsciente colectivo del siglo XI. Las grandes
Sobre la leyenda siriaca, A. AMIAUD, La légende syriaque de Saint Alexis, l'homme de
Dieu [La leyenda siriaca de San Alexis, el hombre de Dios], París, 1889, fasc. 79, Bibl. peregrinaciones, cuidadosamente preparadas, dan fe dé semejante
École Hautes Études. Las vidas latinas están en AASS. 17 jul., IV, pp. 238 y sigs. La vida 48
de San Alexis se ha publicado en edición crítica por G. Paris, en 1872, Bibl. École Hautes Otro texto característico es la Vita S. Heimeradi presbyterii, AASS., 28 jun., V, 388.
49
Études, Ciencias filológicas e históricas, fasc. 7, en 8°, XII-416 p. Sobre la leyenda, infor- R. GLABER, [71], p. 106, lib. IV; cap. VI: Pluribus enim erat mentis desiderium mori
me de G. Paris en Romania, XVIII, pp. 299 y sigs. priusquam ad propria reverterentur.
esperanza. La partida de un Ricardo de Saint-Vanne, o de un Roberto el grandes expediciones de España, si bien no hay trazas de indulgencia, existe
Diablo, por la emoción que provocaron, en particular la primera, entre la al menos la certeza de la gloria prometida a los que han caído "por la
gente de las comarcas de que partieron los peregrinos, muestran muy bien salvaguarda de la patria y la defensa del pueblo católico"; se sabe que
que no se esperaba un regreso. Las fundaciones de monasterios de hombres alcanzan la suerte de los bienaventurados52. Y cuando estas expediciones
y mujeres en Jerusalén, especialmente en el siglo XI, por el rey San Esteban adquieren un carácter más frecuente, y por las exigencias del reclutamiento,
de Hungría, atestiguan la misma esperanza de quedarse y de morir en más universalista, Alejandro II no vacilará en proponer el privilegio sagrado de
Jerusalén. Lo cual sitúa, en el plano de la experiencia individual, el biógrafo de los que marchan en favor de España contra los sarracenos: tienen derecho a
Ricardo de Saint-Vanne, que escribe cerca de un siglo después de la la remisión de sus pecados53. Derecho o remuneratio, es decir, justa
peregrinación de su biografiado de 1025, pero seguramente de acuerdo con recompensa, Gregorio VII no lo duda ya, cuando promete a Guillermo de
los términos de una tradición más antigua. El piadoso abad marcha a Borgoña, para animarle a ir a Oriente -probablemente con cierto número de
Jerusalén porque está cansado del mundo y de sus agitaciones, y quiere vivir otros fieles, para combatir a los sarracenos que amenazan tan gravemente el
y morir en la contemplación: ha oído decir que algunos de los que iban a Imperio bizantino- una verdadera indulgencia, en nombre de San Pedro y de
Jerusalén dormíanse allí en Cristo, en toda beatitud. Sus votos no fueron San Pablo, duplex, imo multiplex remuneratio, y no ya solamente para los
escuchados, y regresa con un inmenso pesar por no haber muerto en los muertos, sino para los que serán fatigati en esta expedición 54. Se define
lugares mismos en que murió Cristo, por no haber podido "sufrir por Cristo, seguramente una teología de la acción armada: a mediados del siglo XI,
permanecer en él y ser sepultado en él, para que Cristo le concediera encuentra la corriente de las peregrinaciones, y pronto se convertirá en el
resucitar en su gloria a la vez que él"50. La participación se hace total, instrumento de la Cruzada, junto con otro enriquecimiento que aparece con
certidumbre luminosa de salvación, en la tierra en la que se desarrolló el ocasión de las luchas de España, en una carta de Urbano II, de 1089, en la
misterios la pasión redentora del Dios-Hombre. que el pontífice anima a los que tenían la intención de ir en peregrinación a
Podía ser, en el plano de la experiencia individual, la realización, postrera por Jerusalén, a que reemplacen los gastos y las fatigas del viaje por una
la peregrinación. ¿Qué más que la muerte con la promesa de la gloria en los cooperación eficaz en la restauración de las fortalezas y de la catedral de
lugares del misterio divino? De hecho, otro valor, de finalidad individual, y que Tarragona. El papa quiere, en efecto, convertir la ciudad en un baluarte
puede lentamente substituir esta plenitud, comienza a definirse. En el contra los infieles, y promete a los que participen en esta obra con una
pontificado de Juan VIII, que no fue más, que una lucha incesante contra los contribución en dinero o de otro modo, "la indulgencia que hubiesen merecido
sarracenos, amos ya del Mediterráneo, aparece la promesa, revestida de la de haber arrostrado las dificultades de todo género de su peregrinación" 55.
autoridad pontifical, de que los guerreros muertos combatiendo contra los Texto auténtico, parece, y en el que la acción del papado, al servicio de una
paganos y los infieles tienen garantizada su salvación 51. La sangre vertida en cristiandad amenazada por todas partes y por el mismo enemigo, liga la obra
la guerra santa lleva consigo la remisión de los pecados. Es ya -la palabra santa, cualquiera que sea la forma en que se realice, al cumplimiento de la
aparece a la vez- la milagrosa indulgencia. León IV, al llamar treinta años salvación, y prepara, según las urgencias de su política salvadora, las
antes, en 848, a los francos en socorro de Roma amenazada por los substituciones necesarias. Así, en el corazón de la Edad Media occidental,
sarracenos, había prometido también el proemium coeleste a los que viven la historia y el beneficio de la indulgencia, uno de los más auténticos
muriesen por la "verdad de la fe, la salvación de la patria y la defensa de los medios de dominio de la teocracia medieval, uno de los secretos también de
cristianos". Y los guerreros francos muertos por Roma son venerados allí un orden de la unidad, en la cual siempre debe existir la posibilidad de una
como mártires. La guerra santa y la oblación en ella señalara la certeza de la relación entre el logro de la salvación individual y el servicio de la religión.
salvación. ¿Dónde hubiese podido ser más completa la correspondencia entre
la obra santa y la suprema recompensa? Sin duda, la Iglesia de Oriente II. EL OCCIDENTE Y JERUSALÉN: IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
rechaza hacia la misma época el privilegio del martirio a las víctimas de la COLECTIVAS
guerra santa. La Iglesia de Occidente, por su parte, sólo avanzará lentamente
en la elaboración doctrinal. Pero los acontecimientos, la multiplicidad de Las formas históricas de este servicio de religión están indiscutiblemente
peligros, y su frecuencia, ejercen una coacción sobre el ardor religioso. En las preparadas por las experiencias y los descubrimientos colectivos adquiridos

50
Vita S. Ricardi, en AASS., 14 jun., II, 471. La Vita a cooevo, publicada por Pertz, XI, 52
GLABER, [71], lib. II, cap. IX, p. 45.
280-290, no dice nada del deseo de Ricardo de morir en Jerusalén. 53
51 JAFFÉ-LÖWENFELD, nº 4530 (en la fecha de 1063).
Carta fechada aproximadamente en 876-882 por RIANT, [9] pp. 22 y sigs.; texto en 54
MIGNE, P. L., CXXVI, c. 816. Fragm. epist. Leonis IV ad Francorum exercitum (Gratiani P. L., t. CXLVIII, col. 325-326.
55
Decret., XXIII, q. 8, c. 9 en MANSI, Concilia, XIV, 888). MIGNE, CLI, c. 302-303. Sobre la autenticidad, conde Riant, [9], páginas 68 y sigs.
en los siglos que preceden la explosión de la Cruzada. De estas experiencias, persecución. Es en particular la obra de Esteban, rey de Hungría, convertido
la más notablemente continua es la de las peregrinaciones a Tierra Santa. La al cristianismo con todo su pueblo, quien, además de sus beneficios a los
historia en muy grandes rasgos del movimiento de peregrinación manifiesta, Santos Lugares, se dispone, para los tiempos venideros a abrir una vía nueva
más que la fuerza de un hábito, extraordinario, el encaminamiento natural y al iter sacrum, la ruta terrestre, jalonada ya de hospederías apenas
perseverante de los fieles de Occidente, peregrinos del Oriente sagrado. Esta inaugurada60. Sobre todo, las peregrinaciones se transforman en verdaderas
historia comienza en el corazón del siglo IV, con la invención de la Santa Cruz. expediciones, con una organización jerárquica, un jefe de poder, a lo que
Nada interrumpirá ya, del siglo IV al XI, su desarrollo de una continuidad parece, discrecional, una vida casi ritual y una conciencia de moral específica
milagrosa. Ni las controversias dogmáticas que agitan a las Iglesias de que prueba que aquellas columnas no eran el simple efecto del azar, o una
Oriente, ni las luchas que los papas tuvieron que sostener a veces contra los aglomeración por el sólo temor a un peligro común. Algo va a nacer,
patriarcas de Constantinopla para hacer triunfar su primacía influyeron sobre provocado por esa fuerza magnífica que constituye la voluntad de la
las peregrinaciones, ni modificaron los sentimientos ni los itinerarios de los peregrinación, vencidas todas las dificultades, en vista de la realización de
peregrinos. A pesar de los desastres y los azotes que siguen a las invasiones, una salvación indispensable. La vida religiosa del Occidente ha encontrado en
en los siglos V y VI, el Oriente se mantiene esencial en las preocupaciones de los Santos Lugares su centro, y en el acto de la peregrinación la obra suprema
los occidentales; la ruta de Jerusalén es un ejercicio de religión. También una de religión, individual y cada vez más colectiva. Si a veces, en lo más fuerte
consagración, ya que los cronistas comienzan a notar los viajes realizados por de las invasiones persa y musulmana, disminuyen las peregrinaciones, jamás
los obispos a Tierra Santa como el acontecimiento importante de su vida. se interrumpen, y después de 1009, se reanudan con mayor intensidad que
Contra la fuerza de esta certidumbre creciente, impregnación de fe de todo antes, con el valor de un llamamiento imperioso para un número de hombres
un mundo, no podrán nada los acontecimientos. Las peregrinaciones no se cada vez más amplio.
suspenderán por la invasión persa del siglo VII, ni por la invasión musulmana ¿Qué surge lentamente de las profundidades de este llamamiento? Es cierto
poco después, ni por la ruina o existencia precaria de las cristiandades que la intensidad de la religión de la peregrinación debe buscarse ante todo
orientales. La diplomacia de Carlomagno, ya que no tal vez la concesión, en el objeto más inmediato y más explícito de ésta. La peregrinación se hace
prestigiosa, del protectorado de los Santos Lugares a Carlomagno por el califa a los Santos Lugares. ¿Cuál es la realidad buscada, esperada, de esos Santos
de Bagdad, Harún-al-Raschid, asegurará por dos siglos un régimen de Lugares? En los primeros siglos, es clara la tendencia a querer encontrar de
coexistencia honesta entre musulmanes y cristianos, y la práctica fácil de las preferencia los recuerdos del Antiguo Testamento: hay, en los siglos IV, V y VI,
peregrinaciones56. Estas parecen convertirse en hábito corriente: las una tradición hebraica en la peregrinación. Esta es durante mucho tiempo la
descripciones de la Tierra Santa, así como los relatos de viajes, habituales en realización de ten doble viaje: Jerusalén y la vía de los Profetas. Es la realidad
los primeros siglos, desaparecen; al menos no conocemos ninguno, después viva de los Santos Lugares. Pero, muy poco a poco, el Santo Sepulcro se
del de Bernardo el Monje, de 870. A fines del siglo X, al protectorado bizantino convierte en el centro mismo de la peregrinación. Es el lugar al que se va a
reemplaza el de Carlomagno57. La tutela cristiana continúa. Hasta los llorar y a rezar; tal ese santo de quien su hagiógrafo dice que regaba todos
acontecimientos de 1009, en que Jerusalén es saqueada por los musulmanes los días con la lluvia de sus lágrimas el sepulcro de Jesús Nazareno
y el Santo Sepulcro destruido con furor por las autoridades islámicas de Siria. crucificado61. Jerusalén, los lugares de la Pasión concentran poco a poco toda
Una voluntad fanática de aniquilamiento se ensaña en los lugares que desde la virtud de la peregrinación. Y no es, ciertamente, que deje de haber aún,
hacía siete siglos habían recobrado un extraordinario poder de devoción58. La acá y allá, piadosos peregrinos -las vidas de los santos nos lo enseñan- que no
devastación es total, y los cristianos son perseguidos encarnizadamente en van más que hasta el Sinaí o que buscan la tierra donde fue bendito Abraham
todos los territorios sometidos al califa fatimita. Algunos peregrinos y de la que, de su linaje, partieron las generaciones. Un sentimiento cada vez
terminarán en mártires59. No por ello cesarán las peregrinaciones. Por el más definido de ese Oriente del que ha partido toda la vida religiosa guía a
contrario, se organizan. Los peregrinos que por fortuna logran llegar a Tierra los más esclarecidos de los peregrinos. Y en la conciencia de su gesto, se
Santa, se obstinan en permanecer allí. Nuevas fundaciones de monasterios y esboza un doble movimiento en cuanto a la realidad de esa Jerusalén a la cuál
de hospederías se establecen sobre las ruinas, apenas atenuada la marchan desde tan lejos. En la exigencia misma de la peregrinación buscan
esa ciudad centro del mundo, en su realidad física y en toda su impregnación
56
L. BRÉHIER, [81]. de la sublime historia. Como ese S. Willibald del siglo VIII, cuyos méritos de
57
Sobre los acontecimientos del siglo X en Jerusalén, RIANT, en Mém. Acad. Inscript. et peregrino ha contado la religiosa de Heidenheim en un latín bárbaro: en
Belles-Lettres, t. XXXI, pp. 164-166.
58 60
Sobre el encarnizamiento en destruirlo todo, el testimonio del médico árabe Yahía de Para la obra de San Esteban en los Santos Lugares, MGSS., XI, 227. y 235; L. BRÉH-
Antioquía, analizado por G. SCHLUMBERGER, [53], París, 1890, t. II, pp. 442-444. IER, [36], p. 44
59 61
Caso de San Colman, AASS., 13 oct., VI, 357-362. Sanctus Magdaluaeus, obispo de Verdun, AASS., 4 de octubre, II, página 519 A.
primer lugar, el de haber visto "con sus ojos", así como "corporalmente" diciéndola absens et praesens66. San Conrado aspira a Jerusalén, "aunque
tocado "con la planta de sus pies" "los lugares mismos de las tierras" en que terrena"; en el impulso magnífico de participación en los lugares en que vive
el Señor nació, sufrió y resucitó 62. El encuentro físico con los lugares en que se el recuerdo de la Pasión de Cristo, se manifiesta ya como una sospecha de
realizó el misterio de la Redención es seguramente el objeto más antiguo, así inferioridad o de debilidad humana. Es la otra Jerusalén la que se va
como el más constante, de la peregrinación. Pero a medida que las convirtiendo en certidumbre, en necesidad, frente a la Jerusalén de la historia.
peregrinaciones se multiplican y se hacen conscientes de su extraordinaria La creación escritural cubre la realidad demasiado pobre. Y cuanto San
realidad, las imágenes épicas de la tradición de las Escrituras vienen a Colman parte en 1012 para Tierra Santa, conoce ya la transfiguración
explicar la aventura. El peregrino que marcha a Jerusalén es figura de necesaria, puesto que marcha a "ver la Jerusalén terrena, pero con un amor
Abraham saliendo de la tierra de Caldea. Las pruebas de Job se comparan a completamente celestial". La sublimación se encuentra inscrita ya en la
las de un peregrino zarandeado por las tempestades y detenido por mil conciencia de los peregrinos, y con ella la oposición posible entre las dos
dificultades y mil peligros. Cuanto más realidad colectiva se va volviendo la Jerusalén. ¿Hasta dónde prevalecerá una sobre otra, actitud más natural aún
peregrinación, más parecen imponerse las semejanzas del Antiguo de la debilidad o de la cobardía humana?
Testamento: esas tropas que van a Jerusalén repiten, sin duda ninguna ya, la De hecho, la disociación no se hará, al menos, hasta que surja la Cruzada. Y
vieja marcha de los hebreos penetrando en Tierra Santa. De la peregrinación las razones que ligan a una Jerusalén con otra en una unidad más compleja, y
individual se pierde el rastro: ya es, cada vez más, la imagen de un nuevo también más singular, parecen estar suministradas por las tradiciones
Éxodo. La tradición bíblica garantiza la realidad del encuentro físico. La escatológicas tan vivas en el siglo XI, en vísperas de la Cruzada. Todo un
imagen es otra certidumbre. Pero al mismo tiempo, introduce, en la idea de conjunto de estas tradiciones, donde se encuentran la tradición
Jerusalén, una posibilidad de alegoría que buscó la tradición romano-bizantina con la tradición judeo-sibilina sobre el rey de los últimos
exegético-alegorista; muy viva en el biblicismo de los siglos IX, X y XI. Para días, se expresa, a fines del siglo X, en el Libellus de Antichristo de Adson67.
ésta, en efecto, Jerusalén y los Santos Lugares están definidamente Antes de la discessio magna, la que anuncia la II Epístola a los Tesalonicenses
"deslocalizados, inmaterializados", y ella es la que suministrará ese sentido (II, 3) , el último rey de los francos, después de haber reunido en sus manos
nuevo atribuido a Jerusalén a la polémica contra los judíos, considerados toda la hegemonía imperial romana, irá a Jerusalén, al monte de los Olivos, y
como demasiado materialistas en cuanto a su conciencia de los Santos allí depositará el cetro y la corona. Luego vendrán los tiempos del Anticristo.
Lugares y de la Ciudad Santa. Así lo enseña Pascasio Radbert: "Esta Jerusalén Certidumbre profética del cumplimiento de los tiempos, producida por los
terrena de que hablas, la ha elegido Dios por un tiempo, pero es con el fin de resurgimientos de un mesianismo carolingio, tan particularmente intensos en
que sea la figura, de esa Jerusalén celeste, hasta que venga de la simiente de el siglo X. Es, en efecto, la época en que se forma la leyenda de la
David el Rey que reinará sobre ella por toda la eternidad." 63 Subyacente a la peregrinación de Carlomagno a Jerusalén68. La elección de Carlomagno se
Jerusalén reconocida, está la otra, la verdadera, de la que ésta no es más que representa en ella de manera manifiesta, entre rasgos cómicos del folklore
la imperfecta imagen. Naturalmente, la distinción abre la posibilidad de la adventicio, sobre todo en la escena en la que, sentado con sus pares en el
revelación profética que anuncia la destrucción de la Jerusalén terrestre para coro de la iglesia de Saint-Patenôtre, recibe especialmente el saludo del
que se establezca, la otra Jerusalén64. Tal es, en la sucesión de las imágenes, patriarca de Jerusalén, a él, "Carlomagno sobre todos los reyes coronado".
la fuerza de las oposiciones. O bien -convirtiéndose en habitual el Leyenda que lleva, por otra parte, la esperanza de la resurrección del
desdoblamiento- es una jerarquía de las imágenes la que se impone. Los Emperador para el momento en que sea útil, con objeto de ponerse a la
hagiógrafos, incluso cuando refieren las peregrinaciones más materiales, cabeza de las tropas cristianas de la expedición última a Tierra Santa. El rey
tienden a notar que sus protagonistas no han querido sino ver "bajo el de los últimos días, en que se convierte el emperador de Occidente, debe
aspecto de la carne" esta Jerusalén que conocían ya "por los ojos de la fe" conducir sus pueblos, para el cumplimiento de los tiempos, hacia la Jerusalén
gracias a las figuras de los patriarcas y a los oráculos de los profetas65. La
Jerusalén mística es ya más enteramente conocida que la Jerusalén vivida, en
esa tierra en la que la Vida de San Bononio ha marcado, con singular 66
AASS., 30 ag., VI.
agudeza, la extraordinaria realidad en la conciencia de esos hombres, 67
ADSON, [392].
68
62
A. MOLINIER, [68], II, nº 2089. T. TOBLER y A. MOLINIER, [65], I, páginas 244-245. Sobre la cuestión, G. RAUSCHEN, Die Legende Karls des Grossen, Leipzig, 1890; G.
63 PARIS, Histoire poétique de Charlemagne [Historia poética de Carlomagno], París, 1865
Expos. in Matthaeum, lib. I, c. I. P. L., CXX, c. 68.
64 8°; J COULET, Études sur l'ancien poème françáis du voyage de Charlemagne en Orient
Cf. P. Damien en P. L., CXLV, c. 60. [Estudios sobre el antiguo poema francés del viaje de Carlomagno a Oriente], Montpe-
65
Vie de Saint Conrad évêque de Constance [Vida de San Conrado, obispo de Constan- llier, 1907; J BÉDIER, Les légendes épiques, [Las leyendas épicas], t. IV, pp. 122 y sigs.,
za], M. G. IV, 433. y L. BRÉHIER, [81].
única, donde la visión mística y la realidad física se unen indisolublemente en realidad de la religión, parece la más amenazada hasta en su perseverancia.
la certidumbre de la manifestación salvadora. Entonces es cuando los peregrinos se agrupan; entonces también cuando las
Otros signos, por lo demás, muestran que los tiempos están cercanos, y en peregrinaciones comienzan, eventualmente, a armarse. La vida de religión
ese complejo escatológico que constituye la necesidad del iter exige poder ser realizada: la salvación puede lograrse a costa de la lucha. Y
hyerosolimitanum, hay que atribuir parte importante a las agitaciones esto, cuando se hace manifiesta sobre todo una evolución respecto a la
misteriosas del año mil. No era ciertamente la primera vez que una amenaza legitimidad del derecho de matar. Glaber, cronista de las hazañas de España,
procedente del Islam determinaba unos temores que adoptaban la forma de refiere que en las expediciones de Sancho de Navarra los frailes, a causa del
una creencia en la inminencia del fin del mundo. Las correspondencias eran pequeño número de las tropas, se vieron obligados a combatir y tomaron las
inmediatas en aquel mundo medieval, a la vez tan inestable y tan ligado. Pero armas, mucho más "por amor y caridad fraternal" que por una gloria
en torno de la tercera década que sigue al milenio, es decir, en torno del ostentadora71. Medio siglo después, Alejandro II especifica cuidadosamente, a
verdadero plazo del milenio redentor, en el desarrollo considerable de las propósito de las partidas de soldados cristianos para España, "que la efusión
peregrinaciones colectivas a Jerusalén, se establece la certidumbre de la de sangre está vedada por el Señor, salvo en el caso en que se haya de
proximidad de acontecimientos prodigiosos. Glaber es quien, en el año 1028, castigar a los criminales", o también cuando, "como ocurre con los
refiere con más coherencia la interpretación reflexiva de esos signos sarracenos, amenace un ataque enemigo" 72.La legítima defensa justifica la
extraordinarios: "Algunas personas de autoridad y peso, consultadas con acción armada. Esto es lo que se afirma también en los caminos de la Tierra
respecto de la prodigiosa concurrencia de gente a Jerusalén, entusiasmo Santa. Cuando la imponente tropa de la peregrinación de Gunther de
hasta la fecha inaudito, contestaban con buen juicio que era el signo Bamberg llega cerca a Ramleh, se ve súbitamente atacada y envuelta por
anunciador del infame Anticristo, que los hombres esperan hacia el final de asaltantes beduinos. Los nuestros (es decir, los peregrinos) comenzaron al
este siglo, sobre la fe de las divinas Escrituras: por eso, todas las naciones se principio a resistir, dicen brevemente los Annales Altahenses majores73, pero
abrían un paso hacia el Oriente que debía ser su patria, para marchar pronto Lamberto de Hersfeld -prueba de lo insólito del hecho- justifica o explica: los
a su encuentro"69. Vía viviente de un prodigioso encuentro, la del nuestros, "juzgando acto de religión defenderse de sus brazos y asegurar su
cumplimiento de los tiempos, tal era en esta certidumbre escatológica la ruta salvación, que habían ofrecido a Dios al partir como lo habían hecho por
de Jerusalén. Lo cual confirma, con un testimonio -elaborado- la vida de San caminos del extranjero, por las armas corporales". La resistencia durará
Altmann, obispo de Passau, que formó parte de la gran peregrinación de San varios días, hasta el momento en que uno de los sacerdotes, acometido de
Liatbert: muchos nobles se dirigían a Jerusalén, engañados por la creencia del remordimientos, denuncia el pecado de haber puesto mayor confianza en sus
vulgo de que el fin del mundo se acercaba (a causa de la fecha de la Pascua propias armas que en Dios, y aconseja que se remitan a la decisión divina.
aquel año)70. Como si impulsada por el fervor de las multitudes, la vorágine de Inmediatamente abandonadas las armas y puestos todos en oración, se
la gran espera hubiese arrastrado a esos poderosos de la Tierra, que van a decide pactar con los jefes árabes un armisticio74. La terminación de la
acudir solícitos y numerosos a las grandes marchas al Oriente de la primera aventura no fue inmediata, pero en el encadenamiento de los
mitad del siglo XI. Ellos también, en una conciencia total del camino que hay acontecimientos materiales, existe aquí una novedad singular. ¿Debe ser
que recorrer y de la realización profética, descubridores y peregrinos de las llevado hasta el martirio el acto de fe de la peregrinación? ¿O la
dos Jerusalén en una, ya que la que van a alcanzar al término de su peregrinación, cueste lo que cueste, debe ser llevada a cabo, aun con las
prodigiosa aventura se convierte en la manifestación -en un equilibrio manos ensangrentadas? Este combate de 1065 es el primero de una serie
perfecto de la figura y de la vida- de aquella que debe ser el lugar de su que abarcará todas las Cruzadas. Una especie de necesidad pesa en adelante
recompensa y que llevan dentro de sí desde los primeros pasos de su sobre la realización salvadora de la peregrinación. La crónica de Bernold, en
ferviente partida. el año 1065, y refiriéndose también a la peregrinación de Gunther de
Así, la peregrinación, rito de purificación individual que podía llegar a ser Bamberg75, enuncia lacónicamente las molestias nuevas: "...En su
participación viviente en el misterio redentor, se ensancha, en una línea peregrinación tuvieron mucho que sufrir de parte de los paganos. Se vieron
natural de desarrollo y a través de las dificultades que parecen deber vedarla, obligados en efecto, a luchar contra ellos." Gregorio VII, consciente de la
hasta convertirse en obra colectiva de común salvación, en la certeza de la
espera escatológica del cumplimiento de los tiempos. Hasta el momento, por 71
R. GLABER, [71], lib. II, c. IX, p. 44.
otra parte, en que, a causa de los acontecimientos del siglo XI, esta 72
JAFFÉ-LÖWEMFELD, n° 4532-n° 4533 (y MIGNE,, P. L., 146, p, 1387).
peregrinación que es realidad religiosa esencial, puede ser incluso la única 73
PERTZ, XX, 816.
69 74
R. GLABER, [71],.lib. IV, c. 6, p. 109. PERTZ, SS., V, 168-169.
70 75
Vita Altmanni, episc. Pataviensis, AASS., 8 ag., II, 367 y sigs. PERTZ, SS., V, 428.
evolución de los tiempos, no piensa en otra cosa, para la liberación de los al rey la obediencia que debe manifestar con respecto al primado de
cristianos de Oriente, que en una expedición armada de la cual sería el jefe y España79. Tan sólo una solicitud más claramente acusada: en ningún
el pontífice. El pensamiento religioso de Occidente integra el derecho de momento, la idea de una expedición sagrada en la que el papa habría de
matar como una de las libertades de su salvación. jugar un papel esencial. Los contemporáneos, por otra parte, no se
Intensidad de vida religiosa colectiva, que organiza su voluntad de vivir: al equivocaron. La expedición, a cuyo frente se pone Hugo I, duque de Borgoña,
término de cada evolución parece vislumbrarse la Cruzada. Pero esta en 1078 (no obstante la reputación piadosa del jefe, que acabará sus días
extraordinaria elaboración del siglo XI no es en modo alguno la Cruzada bajo el hábito de fraile cluniacense) no la presenta un cronista
todavía. La hace sentir más como una creación de los hábitos, de las contemporáneo como una guerra santa, sino, por el contrario, como una
necesidades y de los valores, de los que un día surgirá la Cruzada. Sin aventura de la cual vuelven los barones "cargados con abundante botín", y
establecer causalidades artificiales o explicaciones, todas justificables tras de haber devastado el país 80. Incluso la importante expedición
ciertamente, pero manifiestamente insuficientes cada vez que se compara la franco-española destinada a detener los progresos de los almoravides en
prodigiosa singularidad lujuriante de la Cruzada a tal o cual serie de 1087, después del desastre de Zalaca, y que reunía varios millares de
acontecimientos de las que pretendiéramos hacerla nacer. Lo más no nace de franceses, y los primeros caballeros de Francia -casi toda la nobleza de
lo menos, y si hay una realidad esencial de la Cruzada, es precisamente la de Francia, dice la Crónica de Tournus81 -encierra elementos confusos; y varios
que por su riqueza misma, nos veda toda explicación lineal, toda causalidad cronistas presentan la expedición como una especie de vasta razia en
de rama única. Así sucede respecto a las expediciones españolas, a propósito territorio sarraceno, sin consecuencia alguna, ya que los caballeros franceses
de las cuales, rectificador de estimaciones anteriores, Boissonnade ha regresan pronto a su país, en su mayor parte "desalentados o demasiado
hablado de una pre-cruzada universalista76. En la forma ciertamente, las cargados de botín", dice el propio Boissonnade. Lucha armada contra el infiel,
expediciones españolas han sido obra de cooperación internacional; pero, afición a la aventura lejana, codicias feudales, todo se mezcla confusamente:
¿dónde están en ellas los "Santos Lugares", y dónde el papel principal del no hay nada todavía que se adecue al plan de una experiencia religiosa,
papado? Este no parece haberse interesado mucho, con posterioridad a colectiva, total.
Alejandro II e incluso en el momento de la gran expedición de 1086-1087, por Con Gregorio VII, toda una política religiosa prepara la realidad de la Cruzada,
el aspecto religioso de la reconquista. Sin duda, se había minimizado expedición sagrada conducida por el pontífice. Ya en 1073-1074, Gregorio VII,
demasiado esta reconquista, reduciéndola a las dimensiones de un asunto bajo la sensación de la amenaza seleúcida contra el Oriente cristiano, madura
local. La participación de fuerzas religiosas, con el papel preponderante de el pensamiento de una ayuda cristiana que iría a defender el Imperio
Cluny, en gran parte no españolas, no ofrece duda. Pero si se ve, en la bizantino y preparar así, obtenida la victoria, la unión de las Iglesias. Visión
historia de estas expediciones, esbozarse una teoría de la indulgencia, no ésta de una amplia originalidad que liga la realidad de la defensa común con
tiene relación con el hecho mismo de la expedición. En el origen de ésta no la vuelta a la unidad. Pero se trata de Bizancio, no de los Santos Lugares. El
hay ninguna acción claramente afirmada. Alejandro II, cuyo papel en favor de estudio de las cartas de Gregorio VII relativas a su "política oriental" 82 muestra
la gran expedición franco-española de 1063-64 amplifica Boissonnade, parece la claridad de las intenciones del pontífice: por una parte, provocar y
haber facilitado y vigilado la partida de los caballeros franceses o. italianos e mantener adhesiones; por otra, aumentar el poder espiritual de la cátedra de
impedido sus excesos contra los judíos, pero muy poco más77: nada, por San Pedro. Así como lo escribe a Guillermo de Poitiers, es el servitium Sancti
ejemplo, que sancione sus conquistas. En cuanto a Gregorio VII, como Riant lo Petri. En modo alguno la Cruzada, sino, concebida con la amplitud del genio
ha demostrado formalmente78, cuando en su correspondencia trata de los de Hildebrando, la utilización de los peligros en favor de una afirmación viva
asuntos de España, es sobre todo para afirmar y reclamar en ella, de ser de la cristiandad naciente, el papel soberano del papa, defensor de hecho y
preciso, los derechos seculares de San Pedro sobre las tierras rescatadas a los pontífice de la unidad cristiana; hasta alcanzar, en la carta del 7 de diciembre
musulmanes. Urbano II, cuándo Alfonso VI, rey de Castilla y de León, entra de 107483, la audacia de una inversión de los atributos en el ejercicio del
vencedor en Toledo, en 1085, le felicita, invoca sobre él la bendición del cielo, poder cristiano. El papa, al ponerse a la cabeza de una expedición contra los
pero no hay nada en sus fórmulas que aparezca como una investidura paganos, pide muy explícitamente al Emperador que defienda en su lugar y
sagrada conferida a un defensor de la fe: el papa mismo no deja de recordar
79
JAFFÉ, [16], I, 5367.
80
76
P. BOISSONNADE, [100]. Fragm. incert, auct., en DUCHESNE, Scriptores, IV, 88.
81
77
JAFFÉ-LÖWENFELD, [16], I, nº 4528 (1063) y P. L., CXLVI, p. 1386; JAFFÉ, ibid., 4530 [21], XII, 402 n.
82
(1063), 4532, 4533. P. L., CXLVIII, 300, 325, 329, 360-361.
78 83
[9], pp. 61-62. P. L., CXLVIII, 386.
puesto, durante su ausencia, los intereses de la Iglesia. El vicario temporal alto de una cátedra, predica la Cruzada87. Un llamamiento que es posible
queda encargado de la guarda de lo espiritual establecido, en tanto que el hallar en los diferentes cronistas, diferentes hasta el punto que se admitió, un
audaz pontífice marcha a realizar la tarea más alta, en la que los dos poderes tiempo88, que poseíamos varios discursos de Urbano II sobre la Cruzada.
le pertenecen en el servicio de la unidad por Roma. Lo mismo en la carta en Como lo ha observado justamente Chalandon 89, toda búsqueda de la obra
que señala el fin último de la expedición: "Llegar hasta la tumba del Señor, original es vana. Tanto mejor. De no ser así, sólo tendríamos el llamamiento
bajo su dirección y mando." El sepulcro del Señor aparece como el término o del papa; en los testimonios sucesivos, se manifiesta toda la conciencia
como la recompensa. Pero es una promesa que brota: en modo alguno una colectiva de la Cruzada, junto -lo cual es importante para nosotros- con sus
finalidad consciente. La carta encíclica ad universos fideles84, donde, con una datos primitivos y 'sus ampliaciones. Todo el brotar de la Cruzada se
fuerza lírica, Gregorio VII trata de conmover a todo el Occidente, sublima toda encuentra justamente entre esos estados sucesivos del discurso de Clermont,
espera inmediata. En el llamamiento a la lucha, hay el partido del combate, testimonios los más cercanos posibles, por una parte; por otra, las
ex parte beati Petri; hay el sentido del combate, en socorro de la Christiana elaboraciones que forman, en torno del llamamiento primero, la conciencia
fides, que puede ser la realidad de Bizancio; hay la recompensa prometida, vivida de la realización de la Cruzada. Elaboraciones próximas no obstante, y
como la más sorprendente de las paradojas, una recompensa eterna por un no como Caffaro de Caschifellone (escribe hacia mediados del siglo XII),
trabajo de un momento. La expedición tiene toda su organicidad y su fuerza; Alberto de Aix (de quien tenemos un manuscrito de 1158), y con mayor razón
toda ella el una obra pontifical. Ejemplo premonitor soñado por un muy Guillermo de Tiro, que dan una forma ya evolucionada de la idea de la
grande pontífice del deber presente del Occidente al servicio de, Roma, define Cruzada, una forma que ha sufrido la influencia de los hechos de la segunda
unos hábitos y un orden que volverán a tener las Cruzadas: preparación Cruzada, y que no puede ser considerada con validez como contemporánea
ciertamente, en modo alguno realización de la Cruzada85. de Clermont y de las primeras salidas de los cruzados.
Dos fuentes pueden fijar para nosotros el dato primitivo del llamamiento de
III. EL LLAMAMIENTO DE CLERMONT Clermont. Esencialmente, Foucher de Chartres, cuyas Gesta Francorum
Jerusalem expugnantium están escritas a partir de 1105 y que fue en parte
No hay, para captar mejor la preparación de la Cruzada en estas experiencias testigo ocular de los hechos90; con menor título, ya que ni asistió al concilio ni
magníficas que la preceden, como colocarse en el momento en que resuena da del discurso del papa más que un resumen muy breve, el autor de las
precisamente el llamamiento de la Cruzada, y probar a descubrirlo que hay en Gesta anónimas91. Ambos definen, en lo que nos es posible alcanzarlo, la
él de término de un proceso, de tanteos o de esperanzas. Dicho de otro modo, conciencia original de la cruzada en la tradición inmediata del sermón de
el inventario, en cuanto a su contenido, de definiciones conscientes y de Urbano II. Y es ante todo que el llamamiento de Clermont no habla, en ningún
fuerzas inconscientes, de los sermones de Urbano II, el heraldo, consagrado momento de Jerusalén ni de los Santos Lugares. Penetrado de la exigencia de
por la historia y la leyenda, de la nova religio de la Cruzada. Las reforma que ha constituido lo esencial de los trabajos del concilio, el papa
circunstancias son conocidas: Urbano II ha recibido repetidas peticiones de anuncia a cuantos le escuchan y que se sienten ahora seguros emendatione
socorro de parte del emperador de Oriente: por otra parte, abrumado por los Dominica, que va a llamarles para otro negotium Dei et vestrum: la
desórdenes y las violencias que atormentan a la cristiandad, por las guerras expedición en socorro de los cristianos de Oriente. Cuadro de los peligros
incesantes que, según Foucher de Chartres, "dividían a los príncipes de la sufridos, evocación de las amenazas posibles, vuelta sobre la vergüenza
Tierra"86, una diversión en Oriente debió de parecerle purificación oportuna eventual si el infiel triunfara del pueblo de Dios omnipotente, el papa, en
del Occidente. El 18 de noviembre de 1095 abre el Concilio de Clermont. nombre del Señor, suscita "los heraldos de Cristo" para que vayan por
Ocupan toda la duración de este concilio las cuestiones relativas a la doquier, provocando el alistamiento sagrado 92. Tal es la realidad,
observancia de la tregua de Dios, problemas de disciplina eclesiástica y de aprehensible, del llamamiento: hay que poner en pie al Occidente para la
reforma del clero, la simonía y algunos asuntos de orden judicial, el principal liberación del Oriente cristiano. Es la iniciativa propia de Urbano II. La
de los cuales es la excomunión de Felipe I de Francia, por su unión adúltera "Cruzada" en su amplitud de fenómeno religioso no está todavía entera: es el
con Bertrade de Montfort. El último día, el 27 de noviembre, el papa, desde lo
87
84 BRÉHIER, [36], p. 60; F. CHALANDON, [127], pp. 32 y sigs.
P. L., CXLVIII, 390. 88
85 MICHAUD, [31] bis, I, 78.
B. LEIB, [129], insiste sobre el carácter de alta política religiosa de los esfuerzos de 89
CHALANDON, ibid., pp. 37-38.
Gregorio VII para defender Bizancio. La prueba es que en cuanto surgen importantes di- 90
ficultades, parece desinteresarse de ello. Al menos, los documentos callan (LEIB, pp. A. MOLINIER, [23], n° 2123.
91
15-16). [102], ter.
86 92
[104], 321. Buena traducción en B. LEIB., [129], pp. 184-185.
alma religiosa del Occidente del siglo XI la que la crea, mucho más que una Historia Hierosolymitana de Baudry de Bourgueil, arzobispo de Dol, parece
decisión pontifical. Pero en el movimiento que la suscita hay ya relaciones preferible a la Hierosolymitana expedido de Roberto, respecto a la cual se ha
expresivas de una religión de Cruzada. Una de ella es la aceptación necesaria demostrado justamente que era un arreglo de las Gesta95, no obstante su
del sacrificio. El autor de las Gesta, que no es teólogo, repite con una gran difusión en la Edad Media 96. Sin duda, explota las Gesta anónimas que el
simplicidad seguramente directa las palabras del "Señor Apostólico": autor designa como un libellus rusticanus, pero se enriquece, como ha notado
"Hermanos, tenéis que sufrir mucho en nombre de Cristo: miseria, pobreza, Molinier97, con "detalles imaginarios y desarrollos oratorios", preciosos para
desnudez, persecución, privación, enfermedades, hambre, sed y otros males un estudio de la elaboración casi contemporánea del gran acto de Clermont.
de este género, como el Señor dijo a sus discípulos: Tenéis que sufrir mucho Esta vez aparece Jerusalén, sin que todavía se encuentre en el centro del
en mi nombre" (Hechos, IX, 16)93. Es, con la certeza de la palabra escritural, la llamamiento. Es la intervención en Oriente, para la liberación de los
promesa del sacrificio, aceptado y recibido en nombre de Cristo. Los hermanos, nostri membra Christi, lo que constituye la obra cristiana por
miembros de la expedición se asimilan naturalmente a los discípulos de Jesús; excelencia98. Pero en la visión de Jerusalén, con la descripción de las
su función es sacrificio y es también predicación. A la designación de profanaciones que la mancillan, toda una experiencia secular de la
"heraldos de Cristo" que Foucher pone en labios del papa dirigiéndose a los peregrinación expresa la conciencia colectiva de una realidad viva: recuerdos
cruzados, hace eco esta otra impregnación escritural, en el testimonio del de la Pasión y de la historia apostólica, apelación a imágenes principales
Anónimo: "No os avergoncéis de hablar a la faz de los hombres; yo os daré la como la de los hebreos atravesando el mar Rojo, reminiscencias escriturales y
voz y la elocuencia" (II Timot., I, 8, y Lucas, XXI, 15) . El papa considera a los escatológicas, el Venerunt gentes in haereditatem tuam, del salmo LXXVIII, lo
cruzados como predicadores de la Cruzada. Y Clermont, en el espíritu directo que el Occidente aprendió y vivió en el curso de las peregrinaciones a Tierra
de estos primeros testimonios, es el lugar de "la elección" para cuantos están Santa viene a animar a la vez con reconocimiento y certidumbre la fuerza del
allí, a fin de que vayan, en nombre de la misión impuesta, a suscitar todo el llamamiento. En la trama de éste, quizás antitéticamente,
Occidente en la prodigiosa novedad de la expedición liberadora al otro complementariamente de seguro, existe la necesidad de purgación y la
extremo de la Tierra. Esfuerzo grandioso y que no podía ser vano. En el texto realidad del sacrificio. Purgación: el papa dirige violenta requisitoria contra los
de Foucher, la palabra del papa parece hacerse más solemne: "Lo digo a los crímenes de los que se hacen culpables los cristianos entre ellos. Deben,
presentes; lo hago decir a los ausentes: Cristo manda. A cuantos marchen pues, cesar de luchar entre sí, o combatir "para defender la Iglesia oriental".
allá, ya sea en el camino o en el mar, o luchando contra los paganos, si llegan Dilema ahora, causalidad quizás natural más tarde. En la sublimación del
a perder la vida, se les concederá una remisión inmediata de sus pecados: se sacrificio afluye otra vez la experiencia adquirida en los caminos de la
la otorgo a los que van a partir, investido por Dios de tan gran don..." No hay peregrinación de Oriente: idea de muerte en Jerusalén con identificación con
nada de muy nuevo en todo esto, desde Juan VIII y aun antes de él, pero hay Cristo; plenitud del sacrificio que es caridad, y charitas est pro fratribus
ya la certidumbre de la indulgencia. Y como lo capta el testimonio más rudo animas ponere; remisión total en la mano de Dios para que se provea a todas
del Anónimo en una postrer expresión escritural: "Recibiréis amplia sus necesidades y que no se dejen retener por las illecebrosa blandimenta de
retribución" (Mateo, XV, 12, y Colos., III, 24). Sacrificio, elección, indulgencia, las mujeres. En la expresión bastante retórica del arzobispo de Dol se
es ya, en el tema inmediato de los comienzos, toda una realidad de Cruzada traslucen, sin embargo, con fuerza los planes de la necesidad de la Cruzada, e
que se busca a sí misma, y seguramente las líneas de fuerza de la prodigiosa incluso un comienzo de organización bajo una forma curiosamente verbal y
aventura que va a nacer y a realizarse. en la que las palabras, en su oposición, adquieren valor de orden: a los que
Los textos menos directamente primitivos que Foucher y las Gesta, por lo que han de partir, el papa les dice en efecto que tendrán a los obispos, a los
añaden a esta conciencia de los comienzos, nos permiten distinguir por qué sacerdotes por oratores; y los sacerdotes los tendrán por pugnatores.
aportaciones tradicionales o qué elementos diversos, la tradición de las Mientras ellos hieran con el acero a los amalecitas, los sacerdotes con Moisés
peregrinaciones, la escatología latente o declarada, las formas místicas o elevarán infatigablemente al cielo sus manos suplicantes. Oración y
ascéticas del pensamiento religioso o docto de fines del siglo XI colaboraron a combates: en la necesidad de la Cruzada, el Occidente hace tanteos de
la fijación de este concepto de Cruzada, que excede en mucho el hecho y las división del trabajo en la obra santa de donde nacerá la conciencia de un
ideas de Clermont. La clasificación es bastante difícil para los demás orden nuevo. En los primeros años del siglo XII -si es cierto que la Historia
discursos de Clermont, incluso los de la tríada que se puede considerar como
del discurso de Clermont; su autor no asistía al concilio.
"relativamente primitiva": Baudri, Roberto el Monje y Guiberto de Nogent94. La 95
A. MOLINIER, [23], 2118.
96
93
[102], ter., pp. 4-5. [107] y P. L., CLV, 669-758.
97
94
El único texto que puede considerarse, al igual de Foucher de Chartres, como testi- A. MOLINIER, [23], 2120.
98
monio directo de la primera Cruzada es Raimundo de Aguilers; pero no consigna nada P. L., t. CLXVI, col. 1066-1069.
Hierosolymitana sea muy poco posterior a 1107-, en el esfuerzo prodigioso se destrozan unos a otros, por lo que están en guerra perpetua. "Que cesen
para asimilar la tentación ejercida por el Oriente, una sociedad se busca a sí esas guerras, que todas las disputas se terminen. Marchad por la vía del
misma. Y la Cruzada es la prueba misma de su realidad. Santo Sepulcro."
En cuanto a Roberto el Monje, está todo lleno de la elección de los francos99. El remedio de purificación no se da sin una ordenación previa. Después de la
Certidumbre natural en un papa que habla en el país de los francos y fondo aceptación que brota en el grito de "Dios lo quiere", proferido por los
de un inconsciente colectivo del que participa el monje de Saint-Rémy de cruzados, el papa continúa y organiza a su gente. Sólo deben partir aquellos
Reims, y luego de Marmoutiers. Pero "la invención" del monje Roberto se que puedan llevar armas, y quedarse los ancianos, los que carecen de fuerza
encuentra sobre todo en la extraordinaria conciencia de Jerusalén que brota, y son poco aptos para el uso de las armas, las mujeres sin sus maridos, sus
con él, por primera vez, en las palabras del papa. Toda la primera parte del hermanos o "legítimos testimonios". Se trata de distinguir la ayuda del peso,
discurso no hace mención alguna de ella, pero pronto, con el segundo la utilidad de la carga vana. Los ricos deberán armar a su costa a hombres de
llamamiento, se encuentra entera: "Tomad ese camino del Santo Sepulcro, guerra. En cuanto a los sacerdotes y clérigos de toda orden no podrán partir
arrebatad esa tierra a la mala raza y sometedla a vuestra autoridad. Porque sin la licencia de su obispo, sin lo cual la expedición les sería inutilis.
es la tierra dada en herencia a Israel, aquella por la que la Escritura dice que Igualmente los laicos no habrán de partir sin la bendición de sus sacerdotes.
corren arroyos de leche y de miel" (Números, XIII, 28) . Y después del Así, en la reconstitución del monje Roberto, se da, desde el primer
recuerdo, en el que se mezclan todas las concupiscencias, esta armonía de un llamamiento, por indispensable todo género de precauciones. No es el poder
orden: Jerusalén es el ombligo de la Tierra. Motivos y atractivo se misterioso ni soberano de las palabras del Señor en Lucas, XIV, 27: "Quien n
entremezclan en torno de esa Jerusalén, cuya realidad espiritual ha sido, por no toma su cruz sobre los hombros para seguirme, no es digno de mí". Sobre
otra parte, altamente captada por el monje escritor. Esa ciudad real, en esta elección generosamente anunciada a todos, el Occidente sabe que la
efecto, situada en el centro del mundo, es la que el Redentor del género Cruzada, surgida en su autenticidad sin disciplina, exige condiciones previas,
humano ilustró con su venida, con su presencia, la que consagró con su so pena de inutilidad. Primera fase de la conciencia y como reflexión, en la
pasión, rescató por su muerte, e hizo insigne por su sepultura. La exaltación que se acusan a la vez la exaltación mística de Jerusalén y la dignidad previa
de Jerusalén culmina en esta historicidad del misterio redentor. Todo el del Occidente, para alcanzarla.
descubrimiento laborioso de las peregrinaciones se impone ahora en este Es también el momento -última versión del discurso de Clermont- en el que,
sentimiento capital de un centro en medio de la Tierra: ese ombligo es con Guiberto de Nogent, se hace una teología de la Cruzada 100. Aquí ya no hay
también el lugar en que se realizó el más alto, el más total misterio que vacilación alguna: ante todo, la Cruzada es expeditio Hierosolymitana. El
concierne al universo cristiano y a su salvación. Geográficamente, discurso del papa comienza por un largo paralelo entre Constantinopla y
místicamente, un mundo, más que una sociedad, está descubriendo su propio Jerusalén. Constantinopla goza de la gloria terrena, pero ha sido de Jerusalén
orden, a la vez que trata de purificarse para corresponder a dicho orden. de donde vino la "gracia de la Redención", fue en Jerusalén, donde el Señor se
Urbano II escucha, en el análisis de Roberto, las vacilaciones, las negativas o encarnó, se alimentó, creció y murió. Por lo tanto, ella es la ciudad santa, en
las ligaduras de aquellos a quienes exhorta a la más insigne aventura. la que se manifiesta "la gloria del Sepulcro", ella tan sólo la que los cristianos
Escuchemos nosotros las agitaciones de esas conciencias rudas, los asombros deben librar de la mancilla de los paganos. Si no hubiera más motivos,
o las preguntas que circulan. Si temen abandonar a sus hijos y a sus esposas, bastaría para que los cruzados fuesen llamados a su aventura liberadora, que
refuta el papa, que piensen en las palabras del Señor en Mateo, X, 37 y XIX, recordasen, con Isaías, II, 3, que "de Sión salió la ley y la palabra del Señor,
29: "Quien ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. de Jerusalén". Toda fe viene de esa tierra, como los arroyos de la predicación
-Aquel que abandone su casa, a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos cristiana, y "al lugar del que salieron, vuelven los ríos, para correr de nuevo"
y sus campos, por mí, recibirá el céntuplo y poseerá la vida eterna." Al (Ecles., I, 7) . Extraordinaria conciencia de la vuelta a las fuentes que puede
llamamiento del amo sin debilidad, sucede esa conciencia aguda del corresponder al cumplimiento de los tiempos. La liberación de Jerusalén se
Occidente psíquicamente complementaria del llamamiento, el temor al hace imperiosa por la escatología, ahora manifiesta, cuando es el monje
espacio demasiado exiguo. ¿Cómo pueden, en efecto, sentirse retenidos por Guiberto el que hace hablar al papa. Escuchemos la certeza de los tiempos
el pesar de dejar sus, bienes, por la preocupación de su patrimonio? ¿No que se acercan, cuando la palabra del pontífice se funda en el misterio de las
habitan una tierra oprimida por el mar y las montañas, demasiado estrecha esperas: "Necesitáis, además, reflexionar maduramente en ello: si la Iglesia,
para los que en ella viven, y que apenas da para comer a quien la cultiva? He madre de las demás Iglesias, recobra, gracias a Dilos y a vosotros, los
aquí la vía de sublimación, la salvación entera del Occidente: es a causa de hermosos días de su culto católico, no debe renacer en Oriente esta fe
ese espacio demasiado pequeño y de esa tierra demasiado pobre por lo que cristiana tan sólo en la época misma del Anticristo. Porque es seguro que el
99 100
[107], 727-730. [109], 137. Se puede consultar útilmente B. MONOD, [118].
Anticristo no hará la guerra ni a los judíos ni a los gentiles, sino, según la llamamiento en ayuda del Oriente, de toda la cristianidad oriental sin
etimología de su nombre, a los cristianos. Y si no encuentra un número mayor distinción de doctrina, la conminación del papa a los cristianos de Occidente
de cristianos del que hoy existe, no hallará nadie que le oponga resistencia ni para que suspendan sus guerras, sus odios, para que se unan para ir a
a quien atacar."101 La venida del Anticristo exige como otra, y previa, combatir a los paganos y liberar a la cristianidad oriental, con la promesa
cristianización de la Tierra. Conocedor a fondo de las tradiciones sobre el rey formal de la remisión de los pecados para cuantos tomen las armas y
de los días postreros y las enseñanzas trasmitidas por el Apocalipsis de marchen a Oriente: un peligro apremiante, una vergüenza de sí mismos, un
Daniel, el, papa amplía repentinamente el sentido prodigioso del encuentro. llamamiento y la recompensa de la Tierra por el cielo. Por otra parte, la visión
¿Por qué Dios, cuyo poder sobrepasa todas las esperanzas de los hombres, no grandiosa del cumplimiento de los tiempos, en Jerusalén, dentro del mundo.
abrasaría "con vuestra chispa" los "inmensos desiertos de cañas del Allí se ha realizado el misterio de la unidad por la redención; la humanidad,
paganismo"? Entonces, el homo peccator, el hijo de perdición encontraría por tanto del Oriente como del Occidente, debe reunirse para la exaltación
doquier en torno suyo rebeldes. Lógica de la escatología, que sabe que nada suprema de su salvación. Entre lo elemental de la reacción al peligro y el ordo
será manifestado ni esperado en vano. Los cruzados no tienen misión más novus, como una religión nueva de voluntad divina, instituida por las
elevada que la de hacer que se cumpla el orden de los tiempos. Esto puede Cruzadas, va a manifestarse, en una complejidad que ninguna de esas
ser la reconquista cristiana del Oriente. Esto puede ser la otra promesa del estilizaciones contemporáneas o posteriores podría expresar plenamente,
Evangelio, en Lucas, XXI, 24, de que "Jerusalén será pisoteda por los gentiles toda la realidad de la Cruzada viva, vivida.
hasta que se cumpla el tiempo de las naciones". Y Guiberto, atento al misterio
del anuncio, supone en ese signo del cumplimiento de los tiempos, o bien que
los gentiles se han entregado libremente, en sus naciones, a sus pasiones, o
bien, mejor, que el cumplimiento de los tiempos es la plenitud de los pueblos
que deben sucederse antes de la salvación de Israel. La plenitudo gentium
aparece aquí en una correspondencia esencial con la plenitudo temporum, y
no deja de tener interés recordar que, con ocasión de las grandes partidas de
peregrinos para Palestina, en 1065, los Annales Altahenses majores notaban,
con la plenitudo gentium dispuesta a entrar en Tierra Santa, que las profecías
estaban cumplidas102. Espacio e historia se confunden en esta extraordinaria
espera, de la que, por otra parte, la palabra plenitudo es la realización misma;
tras de lo cual no hay más que la certidumbre parúsica. Urbano II, con la
inspiración de Guiberto, no manifiesta ésta, pero la visión se eleva a una
amplitud magnífica cuando el papa repite las palabras del Señor a su Iglesia,
con Isaías, XLIII, 5: "Yo traeré tu descendencia del Oriente, y los reuniré del
Occidente." Es toda la conciencia de una historia de los tiempos en un
inmenso movimiento pendular en el que se realiza la unidad de los pueblos
cristianos. Nuestra descendencia, en efecto, enseña el papa, ha sido traída de
Oriente y la reunión debe efectuarse ahora, para reparar los desastres de
Jerusalén, por, el ministerio de los que fueron los últimos en recibir los
beneficios de la fe, es decir, los occidentales.
Aquí culmina la elevación. No podría decirse más, cuando la historia y el
mundo se encuentran así explicados en la verdad escatológica. Aparte de la
manifestación de Cristo, portaestandarte y precursor, que marcha a la cabeza
de aquellos a quines suscita para su guerra.
En esta fase de la elaboración, no hay, seguramente, casi nada ya de las
palabras de Urbano II en Clermont. El espíritu de Cruzada ha adquirido
conciencia de la Cruzada. Por una parte, con las fuentes inmediatas, el
101
[109], 138.
102
PERTZ, XX, 815.
CAPÍTULO II parece, sin embargo, leyendo a los cronistas, que el siglo XI se haya sentido
EMOCIONES Y MOVIMIENTOS PRECURSORES DE LA CRUZADA abrumado de azotes incesantes, casi espantado de temor: ninguno consigna
más que prodigios o azotes aislados, sin un pensamiento de un castigo de
En el plano de la conciencia popular, donde vive la emoción que brotará en conjunto. Por otra parte, las grandes epidemias del mal de los ardientes son
cruzada, ¿qué signos precursores, a través o más allá del lento perfilarse de del siglo X; y en ninguna parte los testimonios relativos al hambre de 1033, ni
las peregrinaciones, se manifiestan en las fuentes cercanas como otras tantas en Glaber107, ni en los Milagros de San Benito108 relacionan con el azote el
determinaciones o anuncios? movimiento de devoción hacia Tierra Santa. El propio Glaber, entre el capítulo
En el laño 1033, el monje Glaber nota la afluencia, de todo el universo, hacia del hambre y aquel en que cuenta la salida, nota una vuelta de la abundancia,
el Santo Sepulcro de Jerusalén, de una multitud tan innumerable que nadie un despejamiento del cielo y el final de las lluvias torrenciales. Así, pues, con
hubiese podido hasta entonces imaginarla103. Primero la clase popular más esa movilidad que parece haber salvado a los hombres de la Edad Media de la
baja, a continuación las gentes de mediana condición (los mediocres), luego desesperación, la gran salida que agita a todas las clases de la sociedad
los grandes, reyes, condes, marqueses, obispos, y finalmente, cosa que jamás comienza cuando el valor y la paz parecen haber vuelto.
había ocurrido, las mujeres nobles así como las pobres se agolpan en esa ¿Es mucho más válida la razón escatológica que da el monje? No lo parece.
multitud, en la cual muchos parten con la esperanza de morir allá. En primer lugar, no la da más que como una justificación presentada por
A partir de esta época, las peregrinaciones importantes no son ya raras, "algunas personas de las mejor informadas". Es, pues, un comentario y no un
ciertamente. En 1026, Ricardo, abad de Saint-Vanne, había partido con móvil. Y su elección del año 1033 parece impuesta por la leyenda milenarista.
setecientos peregrinos, y Guillermo, conde de Angulema, con una gran tropa Glaber -la única fuente de Sackur, que repetiría de buena gana la leyenda del
de nobles. En 1035 (sigue siendo Glaber el que habla), Roberto el Magnífico, año 1000 de la Pasión, cuando la leyenda del año 1000 de la Encarnación ha
duque de Normandía, emprende la ruta de Oriente "con una enorme masa de desaparecido casi de la historia crítica- no puede inspirar confianza. A su
gentes"104. Pero nuestro monje errante y probablemente bien informado, nombre va unida una verdadera superstición. Es el más pintoresco de los
parece haber querido fijar para 1033 el recuerdo de un gran movimiento cronistas del siglo XI. Ha tenido algunos hallazgos de palabras que hicieron
cristiano, de una empresa religiosa, que fue la primera de las grandes salidas fortuna literaria: con Guiberto de Nogent, Salimbeno, y otros dos o tres, se ha
hacia Oriente. Para él, como es sabido, la explicación es completamente situado en la literatura. A decir verdad, no compromete todo su tiempo, este
escatológica, y el movimiento condicionado por el anuncio del cumplimiento fraile inquieto, pueril, complicado, pedante y supersticioso en extremo. El
de los tiempos. ¿Pero no pueden otras contingencias históricas dar un sentido examen mismo de sus textos sobre el año 1033 muestra que los terrores se
más pleno a ese gran movimiento religioso quizá auténtico, que sobrepasa la reducen al hambre y a un eclipse. No se podría encontrar en ellos el móvil de
justificación confiada de nuestro fraile, "supersticioso hasta para su tiempo", la gran expedición, que todas esas causas juntas podían provocar: azotes y
como lo nota Molinier?105 prodigios, terrores escatológicos, efecto de la repercusión en Occidente de la
destrucción y de la reconstrucción del Santo Sepulcro, influencia de las
I. AZOTES Y PRODIGIOS EN EL SURGIR DE LA CRUZADA peregrinaciones cada vez más numerosas a medida que el siglo avanza. Nada
autoriza, sin embargo, a hablar, antes de 1096, de un movimiento de cruzada.
Ninguno de los cronistas que refieren los acontecimientos de Tierra Santa, la ¿Qué pensar, por el contrario, de los azotes, de los prodigios de todo género,
demolición del Santo Sepulcro ordenada en 1009 por el califa Hakem o la de todo lo imprevisto y aterrador en la vida moral del pueblo del siglo XI, que
autorización dada por su hijo para reedificarlo, hace alusión a ningún gran se escalonan del año 1000 al 1096, para explicar la Cruzada? En las
movimiento de peregrinación que de aquellos pudiera haber resultado. ¿Sería enumeraciones del propio Röhricht109, hay que señalar primero, entre el
más válida la gran explicación que se da de las salidas en masa de fines del hambre de 1044 y el año de sequía de 1083, cuatro décadas casi soportables.
siglo XI: los azotes?... Sin duda Ekkehard refiere que durante los años que Los años de escasez, como 1077, van seguidos de años de extraordinaria
precedieron inmediatamente la Cruzada, una gran miseria reinaba por abundancia, como 1078, y esta abundancia tranquiliza a los cronistas que no
doquier, principalmente en las Galias. Y Röhricht, en su Geschichte des Ersten buscan en este juego natural un efecto de "la venganza divina".
Kreuzzuges106, cuenta cuarenta y ocho años de hambre o de epidemias. No Aún hay las grandes mortandades de 1042 y de 1076. Las origina el mal de
los ardientes, inflamación de la piel, bastante mal explicada hasta hoy, tal vez
103
[71], lib. IV, cap. VI. 107
Lib. IV, c. IV.
104
Ibíd., IV, VI. 108
Miracula Sancti Benedicti, edic. E. de Certain, París, 1858 (Soc. Histoire de France, t.
105
A. MOLINIER, [68] t. II, p. 3. XXXII).
106 109
REINHOLD RÖHRICHT, [126]. [35], II, 15-17.
relacionada con la gangrena, y cuyo horror se repite sin cesar en las crónicas, partes Teuthonicae asoladas por el azote, hasta el punto de que unos obispos
como aterrorizaba a las poblaciones pobres de los siglos X y XI, que le que regresan de Maguncia atraviesan un pueblo cuya iglesia, aunque
llamaban "fuego de san Antonio, o fuego sagrado". "Muchos se pudrían a bastante grande, está por completo sembrada de cadáveres, y no pueden
pedazos, como quemados por un fuego sagrado, que les devoraba las entrar en ella para oír misa113. El mismo espanto simple se encuentra en
entrañas, quedando sus miembros roídos poco a poco y ennegrecidos como Bernoldo114: en doce semanas, más de ocho mil personas mueren en
carbones; morían rápidamente y entre atroces dolores; o bien continuaban sin Ratisbona y en toda Baviera. Hay que abrir las fosas fuera de los cementerios
pies ni manos una existencia más miserable aún; muchos otros se retorcían para arrojar en ellas los cadáveres. La desolación social impresiona a los
en contorsiones nerviosas."110 Sigiberto de Gembloux nos ha dado así la contemporáneos, como el hambre, los robos y los incendios a que da origen;
impresión misteriosa que producía la epidemia, que se reproducía sin razón Orderic Vital, que escribe a bastante distancia de los hechos, un poco como
aparente y devastaba pueblos y monasterios. Cronistas posteriores no filósofo de la historia, no ve en ese año de 1094 más que sediciones y
pudieron explicarla como un castigo sino a los que no querían aceptar la guerras115. Esta unanimidad en el testimonio y en la tradición es significativa:
tregua de Dios. descubre el signo de desgracia que marca este final del siglo XI.
Es cierto, por otra parte, aun leyendo superficialmente las crónicas, que de Pero, ¿cuál es su verdadera repercusión religiosa? En cuanto a esto, nuestros
1085 a 1095 cambian bastante las circunstancias. Una serie ininterrumpida cronistas permanecen mudos, salvo ese inteligente Bernoldo de Saint Blaise,
de calamidades se abate sobre el Occidente: inundaciones, lluvias, sequías historiador ya avisado y crítico, que fija en una gradación muy curiosa los
que destruyen las cosechas o las impiden nacer, escasez, mortandad, un movimientos religiosos, esencialmente colectivos, que aparecen con los
recrudecimiento espantoso del mal de los ardientes, y a fines de este período, azotes. Hay en primer lugar, en 1083, un gran movimiento de renunciación
una de las más brutales invasiones de la peste que haya conocido la Edad monástica, que llena de una multitud de nobles y de hombres sensato,
Media. prudentes viri, los conventos de Alemania, con una especie de frenesí en la
Basándose en estas indicaciones, la escuela más crítica en la historia de las renunciación que hace pensar en los primeros tiempos franciscanos. Luego
Cruzadas, los Hagenmeyer y los Röhricht, han adoptado la hipótesis de una encontramos, en el año 1091, la fiebre de vida común que forma con las hijas
influencia decisiva de esos azotes sobre el éxodo en masa de las poblaciones, de los campesinos legiones de religiosas, convirtiendo pueblos enteros.
sobre todo de las poblaciones pobres hacia Jerusalén en 1095-1096. Wolff, el Bernoldo no duda en ver en ello una voluntad providencial que consuela en
mejor historiador de este período de los azotes111, ha fijado claramente que esta época de desdicha. Justificaría incluso las calamidades, citando la opinión
los países más asolados son precisamente aquellos de los que partirá la de los hombres sensatos, conscientes del servicio de los azotes, ya que una
Cruzada popular. Alemania, Países Renanos, Francia del Este entre otros. Pero gran multitud de personas muere en la penitencia, otras se preparan a bien
los textos que ha reunido son casi tan indiferentes en su moderación seca morir, y hay conversiones profundas. Es un gran movimiento de piedad
como los cronistas de la época 1033-1085. ¿Quiere decir esto que tales azotes popular tan colectivo como es posible, que se agolpa en torno de los
no han causado en los cronistas ninguna impresión apreciable (lo cual no sacerdotes, los cuales mueren a menudo contaminados por sus fieles, y se
indicaría, por otra parte, en modo alguno que no la produjesen sobre la organiza una inmensa expiación en común.
multitud miserable que no tiene, con frecuencia, en la Edad Media ningún Y esto en el momento mismo en que en Francia y en Flandes la predicación
intérprete de sus miserias)? Nada de eso. No encontramos en este período la de los ermitaños agita las masas populares. Es un singular olvido, en el
unánime impasibilidad del período precedente, y además es preciso distinguir estudio de los orígenes religiosos de la Cruzada, este desconocimiento de los
entre nuestros testimonios los que proceden de los cronistas que no son movimientos como el que congrega innumerables discípulos en torno de un
especialmente historiadores de la cruzada, y los otros naturalmente Roberto de Arbrissel: la comparación confirma a Bernoldo. En el bosque de
interesados en explicar la gran emoción religiosa. Craon, junto al ermitaño que vive de yerbas y de raíces silvestres y que va
Los primeros permiten sospechar la enorme miseria moral causada por el mal vestido de una túnica de cerdas, pululan los oyentes y pronto los imitadores,
de los ardientes, repetido en 1089 para no desaparecer hasta después de la transformados, purificados en su vida moral, tanto los que luego regresan a
segunda y terrible epidemia de 1094 112. Cosmas muestra, en el año 1094, las sus casas como aquellos, más numerosos, que fundan verdaderas colonias de
ermitaños laicos y que al poco tiempo viven como regulares en los bosques
110
MIGNE, P. L., t. CLX, col. 224. cercanos a Craon, more primitivae ecclesiae, como lo nota Baudri de Dol116.
111
Die Bauernkreuzzüge des Jahres 1096, Tubinga, 1891, pp. 108-119.
112
1ª, 1089: Annales Parchenses, PERTZ, XVI, 604; Chron. S Andreae, ibíd., VII, 542 ; 113
Cosmae Chron. Boemorum, lib. III, PERTZ, IX, 103.
Sig. de Gembloux, ibíd., VI, 366. 2ª, 1094: Bernoldi Chron., PERTZ, IV, 460-461; Ekkeh. 114
PERTZ, VI, 207; Sig. Gembl., ibíd., 366; Ann. Leodens., PERTZ, IV, 29: Mortalitas homi- Bernoldi Chronicon, a. 1094, PERTZ, V, 459.
115
num maxima; Annales S. Petri Erphesfurdenses, PERTZ, XVI, 16. Orderici Vitalis... Historiae Ecclesiasticae libri XIII (edic. Le Prévost), t. III, p. 461.
Por otra parte, este eremitismo de conversión se preocupa mucho de la ermitaño del que Guiberto de Nogent nos dice que iba "casando no sin trabajo
regeneración de las prostitutas, ya sea para llevarlas a la vida religiosa, o
para casarlas. Roberto de Arbrissel abre de par en par las huertas de
Fontevrault a las mujeres arrepentidas, y su discípulo Vital de Mortain se
especializa, por decirlo así, en la conversión de las pecadoras. Hay otro
las mujeres prostitutas"117: es Pedro el Ermitaño. subsistan los reyes de los francos, que deben poseer el imperium Romanum,
Parece, pues, que a través de las desgracias, rodea una atmósfera moral y la dignidad del Imperio romano no perecerá por completo y se mantendrá en
religiosa de preocupaciones comunes el Occidente cristiano, en los ellos". El último y el más grande de ellos, como igualmente de todos los
alrededores de ese año 1095, momento singularmente original, libre, reyes, lo poseerá entero, "tal como lo dicen nuestros doctores"; después de
animado con la fuerza de la fe medieval, quizás "un momento único en la haber administrado fielmente el Imperio, irá a Jerusalén, y allí, sobre el monte
historia del mundo"118, todo él dominado por esa maravillosa fuerza de de los Olivos, depondrá la corona y el cetro: tal será el final del Imperio de los
atracción religiosa que es la pobreza. El alma popular lleva en sí, por otra Romanos y de los Cristianos. A continuación aparecerá el Anticristo121.
parte, apenas expresada pero ya viva, la emoción que pronto la levantará, Bajo la influencia del recuerdo de Carlomagno, esta leyenda se transforma
cuando resuenen los primeros llamamientos a la cruzada. para mostrar al Emperador precursor de la Cruzada. A partir de 1096, es ya
popular la idea del viejo soberano que va a Oriente a combatir a los
II. LOS "MOVIMIENTOS" DE MASAS: EREMITISMO REFORMADOR Y musulmanes. Urbano II, según la referencia de Roberto el Monje, lo daba
ESCATOLOGÍA. como ejemplo en Clermont a los señores vacilantes, y en la ruta de
Constantinopla, muchos cruzados pensaban encontrar las etapas de la
La multitud sospecha, en efecto, lo que los clérigos conocen: los desastres Cruzada imperial. Se le imagina también como peregrino pacífico, próximo
cristianos en Oriente. Se entera de ellos por los relatos de los peregrinos, a los pariente del rey de los últimos días, yendo a Jerusalén para deponer la corona
que se remitirá algo más tarde Urbano II. "Escuchad a los peregrinos de Tierra y el cetro sobre el monte de los Olivos. En la Peregrinación de Carlomagno a
Santa y dejaos conmover por el espectáculo de sus desgracias." 119 La palabra Jerusalén, anterior, como lo ha demostrado G. Paris122, a la primera Cruzada,
del papa sabe llegar a la sensibilidad de las masas, mostrando las torturas se mesianiza incluso al Emperador, sentado con sus pares en el lugar del
que sufren los pobres, a los cuales tratan de arrancar los bárbaros el dinero Maestro, en la Iglesia en la que Cristo celebrara su última cena. Pronto
que no tienen. Y los desterrados de Jerusalén y de Tierra Santa, vagabundos esperará, como más tarde Barbarroja, a reaparecer: paralelamente al Nero
por doquier en Europa, confirman las lamentaciones de los peregrinos y el redivivus del Apocalipsis, la leyenda crea un Carolus redivivus, el Emperador
cuadro de los sufrimientos. Refieren vanamente, con tanta mayor fuerza a que volverá a la cabeza de la raza elegida para la Cruzada, esos francos que
causa de esto sobre la imaginación de las multitudes cristianas, la conquista los discursos de Clermont muestran predestinados y que Corbaran, emir de
de Jerusalén por los seleúcidas, y los triunfos de los turcos que se suceden Mosul, sitiando Antioquía, renunciará a combatir. Porque, le dice su madre,
con rapidez espantosa: Antioquía, Esmirna, Clazomenes, Quío, Lesbos, Samos, "desde hace más de cien años, está escrito en nuestros libros y en los de los
Rodas, una a una, todas las metrópolis asiáticas ilustradas por los recuerdos gentiles que la gente cristiana nos atacará y nos vencerá en todas partes, que
de la época apostólica o de los grandes doctores de la Iglesia 120. Impresiones reinará sobre los paganos y que nuestra raza le estará sometida"123.
que se amplían en el medio de pobreza en el que circulan y del que proceden, También en el discurso de Clermont 124 se entrevé esta opinión que parece
pues los peregrinos, los desterrados, son testigos de la miseria de Tierra haber rebasado el medio de los teólogos. Existe una elección del Oriente para
Santa, por donde vagan y mendigan multitud de pobres. una escatología de renacimiento. En efecto, enseña el papa: "Es cierto que el
Todo un folklore de leyenda las confirma. Y en primer lugar, la leyenda del rey Anticristo no debe hacer la guerra a los judíos ni, a los gentiles, sino, como su
de los últimos días, fundada en la promesa de Pablo a los tesalonicenses: nombre lo indica, a los cristianos. ¿Y cómo podría ocurrir esto, si no se
"Antes... ha de manifestarse el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición" encontrara allí, donde ahora reina el paganismo, una cristiandad
(II Tesal., II, 3-4). Enraizada en la escatología judeo-griega y en el culto establecida?" En particular, esos tres reyes cristianos de Egipto, de África y de
imperial romano, toma su forma más precisa en el Libellus de Antichristo de Etiopía, a los que, según el profeta Daniel, debe matar. Y Urbano II, con un
Adson. La revolución que precederá la venida del Anticristo, es la decadencia hermoso ímpetu, anima a la multitud cristiana a esta prodigiosa aventura, si
de todos los imperios que surgirán del Imperio romano, el último Imperio la voluntad de Dios es la de incorporar a la comunión cristiana Egipto, África y
universal. Está ya destruido, sin duda, en su mayor parte; pero "mientras Etiopía. Es la preparación del cumplimiento de los tiempos, "esos tiempos que
se aproximan si, por vosotros, hermanos amadísimos, con la cooperación de
116 Dios, se abate el poder de los paganos, y si, según el anuncio de los profetas,
P. L., t. CLXII col. 1050.
117
[109],142.
121
118
PRÉVOST-PARADOL, Essai sur I'histoire universelle [Ensayo sobre la historia univer- [312].
122
sal] 2ª edición, Hachette, 1845, p. 111. G. PARIS, [78].
119 123
[109], 139. [102] ter, p. 123.
120 124
L. BRÉHIER, [36], p. 51. [109], pp. 137-140.
antes de la venida del Anticristo, se restablece en Jerusalén el cristianismo, Alexis Comneno a Roberto el Frisón, fechada en 1093131, en la que el
por vosotros o por aquellos que Dios designe, con el fin de que el jefe de emperador llama a los caballeros flamencos a la defensa de Constantinopla,
todos los males, que allí debe tener su trono, encuentre el poder carnal de la prometiéndoles el reino de los cielos, y hablándoles de las reliquias insignes
fe contra el cual ha de chocar" 125. Compárese esto con el texto de Glaber de su capital, de sus tesoros, y hasta de la belleza de las mujeres griegas. De
citado más arriba. Ni el uno ni el otro hablan del Anticristo como venido ya: va todas las hipótesis imaginadas para explicar este fraude lleno de astucia, ¿por
a venir; los cristianos deben apresurarse a conquistar la Tierra Santa, para en qué no admitir simplemente que Roberto falsificó totalmente esta carta , para
ella ser tentados, vencidos y, finalmente, triunfantes en Cristo. Los que allí reclutar caballeros con el cebo de las maravillas enumeradas en el texto? Esto
estén, serán elegidos. No hay que perder de vista ese carácter de elección de recuerda los relatos maravillosos difundidos por los reclutadores de la
la Cruzada, ni tampoco, por otra parte, esa idea de permanencia definitiva en Compañía de las Indias, en el siglo XVIII, para reunir soldados. Pero en este
la Tierra Santa, fundamento de una. tradición escatológica que reemplaza caso, se trataría de una especie de empresa local. La carta no se universalizó,
poco a poco la escatología johánica. en efecto, hasta más tarde, ya que al principio no interesaba más que a un
Otra tradición, más popular aún, se encuentra con ella a veces, y es la que pequeño número de personas, los caballeros flamencos, sin llegar a las masas
procede de los evangelios apócrifos. Estos, lo mismo que para descifrar las populares, que comenzaron a ponerse en marchó en 1096.
imágenes de piedra de las catedrales, tienen su lugar en la historia de las Estas masas se dejaban conmover con más seguridad por otro genero de
Cruzadas. Los cristianos que Raimundo de Aguilers encuentra en las epistolae excitatoriae, las misivas celestes. Las cartas caídas del cielo
montañas del Líbano le declaran que el Evangelio de Pedro que elles poseen, siempre han tenido considerable aceptación entre el pueblo, como que son
ha predicho toda la Cruzada y el itinerario de los cruzados126; y el buen ladrón formas visibles de la continuidad de la revelación. En el curso de la
del Evangelio de Nicodemo, con el signo de la, cruz marcado sobre sus evangelización de la Germania, San Bonifacio se encuentra con dos
hombros, merece, en la Canción de Antioquía, enterarse de boca del Señor: sacerdotes, uno francés y otro escocés, Aldeberto y Clemente, de los cuales el
más famoso, Aldeberto, quizás coroepíscopo, ha instituido un culto extraño en
que de ultramar vendrá un nuevo pueblo el que se mezclan supervivencias paganas, una veneración de su propia
para vengar la muerte de su padre. . . persona casi divinizada y una angelología bárbara. Una carta le sirve para
Los francos liberarán toda esta tierra.127 sostener este culto132. Compréndese, pues, la desconfianza de la Iglesia con
respecto a estas improvisaciones. Pero el fondo popular prevalece, y Pedro el
Hay otras tantas leyendas, así como mitos, difícilmente captables hoy en Ermitaño será pronto representado como encargado de un mensaje caído del
todos los textos, mal situados cronológicamente, y que permiten sospechar cielo.
los movimientos confusos de las masas. Otros rasgos precisan también esta Se puede incluso encontrar en ese enorme bullir de masas, en ese caos de
fiebre de la gran expedición, como lo es esa necesidad de buscar precursores emociones del origen de las primeras salidas para la Cruzada, supervivencias
que aparece en Ekkehard y que hace de Constantino el primer cruzado128. El de antiguas religiones locales, una vuelta de los viejos ritos paganos que han
papado, por su parte, agita la opinión por sus llamamientos dirigidos a la venido a mezclarse confusamente con los mitos de renovación del mundo, la
cristiandad, con anterioridad al Concilio de Clermont, epistolae excitatoriae, escatología popular cristiana, la teología rudimentariamente aprendida y las
difundidos a propósito para provocar a los fieles a la lucha contra los ideas morales del mundo oriental, para formar la "religión de la Cruzada". La
mahometanos. Después del llamamiento de Constantino Coprónimo a superstición que parece haber sido más difundida es la de la mujer de la oca,
Carlomagno, que se lee en el Liber de sanctitate Beati Karoli, compuesto en la cual siguiendo al animal, iba hacia Tierra Santa. Se la encuentra en el
1165129, encontramos, en 1011, la carta de Sergio IV a todos los príncipes Grenzenland, en Lorena y en los países renanos, sin que haya que ver en ella
espirituales y temporales para anunciar la expedición que organizan las la vuelta "a los animales sagrados de la mitología germánica"133. La oca, en
ciudades marítimas de Italia y que él llevará a la liberación de los Santos otro tiempo animal sagrado, era en la Edad Media la compañera de las brujas
Lugares130. Muchas son falsas, como la última y más célebre: la carta de en el aquelarre. Parece poco probable, no obstante Alberto de Aix 134, que las
125 masas dominadas por un frenesí totémico se pusieran en movimiento en pos
Ibíd., 138-139.
126 del animal henchido del espíritu divino. No se puede explicar la Cruzada por
[103], p. 288 (indicación análoga, p. 281). Cf. RÖHRICHT, [126], 180 y siguientes.
127
[114], I, 12. Riant, [9], pp. 1-91.
131
128
EKKEHARD, [110], c. VI, p. XVI. Sobre el estudio crítico de esta carta, RIANT, op. cit., pp. 71-89; F. CHALANDON, [90].
132
129
Lib. II, c. IV. P. L., t. LXXXIX, col. 751-753, y sobre todo Romana Synodus, 833-834.
133
130
Ed. por J. Lair. Bibl. Ec. Chartes. IV serie, t. III (XVIII), 1856-1857, pp. 249-253 y P. L., Como lo propone L. Bréhier, [36], p. 68.
134
t. CXXXIX, col., 1498-1502. Todas estas cartas han sido detenidamente estudiadas por Lib. I, c. XXXI.
hábitos de brujería. La explican, por el contrario, la multiplicidad de los
signos, su brote lujuriante. Ningún grupo tomado aisladamente podría
encerrar en un determinismo totalmente artificial el brote prodigioso. Pero
todos juntos atestiguan, por numerosos o contradictorios que sean, la
realidad de ese "hecho extraordinario" en el que va a vivirse, en su
desmesura y su pujanza tan perseverantemente renaciente, el gesto mismo
de la Cruzada.
CAPITULO III en Roma, como coronamiento de su acción. A toda la cristiandad ha llegado la
LA CRUZADA POPULAR: PEDRO "EL ERMITAÑO" palabra ardiente del pontífice.
¿Qué oyentes acudían a recibir la palabra del papa? El propio Urbano II,
I. URBANO II Y LA "SOCIEDAD" DE LA CRUZADA ¿quería hacer acepción de personas, y dirigirse a una clase de la sociedad
mejor que a otra? Problema singularmente difícil de resolver, ya que los
Después de un largo estudio de la cuestión, concluye Hagenmeyer que fue mismos historiadores son clérigos que desprecian las multitudes. Por otra
Urbano II y no Pedro, el primero que predicó la Cruzada en Francia. parte, en Clermont, no predica el papa la Cruzada por primera vez en el
Ateniéndose a las fuentes primeras135, es cierto que fue Urbano II el que dio el concilio, es decir, a pesar de una gran asistencia de fieles, sobre todo a
impulso inicial. El 27 de noviembre de 1095, una vez terminado el Concilio de clérigos y quizás a nobles. El pensamiento de los historiadores es muy claro:
Clermont, el papa se dirigió en persona a la multitud de los clérigos y de los Urbano II se dirige a los caballeros, o al menos únicamente a aquellos que
caballeros y los exhortó a tomar las armas para liberar el Santo Sepulcro y a pueden, por sus recursos y su destreza en las armas, prestar un servicio real
los cristianos de Oriente. En medio del entusiasmo general, se fijan (no existía a la Cruzada. El discurso que atribuye Roberto el Monje a Urbano se dirige
ningún precedente) las condiciones en que debía realizarse la guerra santa. A sobre todo a los caballeros de Francia. Son ellos los que, "más que todas las
los que tomaban la cruz, perdonaba la Iglesia las penitencias que debían sufrir demás naciones, han recibido de Dios el honor insigne de llevar las armas".
por la remisión de sus pecados136. Se habían tomado precauciones contra un Les recuerda el ejemplo de Carlomagno, y exhorta a los valerosos soldados a
entusiasmo irreflexivo; los frailes no debían hacer votos sin el consentimiento mostrarse dignos de las virtudes de sus abuelos. Que piensen incluso en sus
del obispo o del abad. El reglamento de Pavía del 19 de septiembre de 1096 137 crueles guerras feudales: es a causa de que la tierra que habitan es
decide que los simples fieles debían tomar consejo de los clérigos, y se hacían demasiado estrecha, demasiado pobre, y apenas si da de comer a quien la
reservas en cuanto a los jóvenes casados, en el caso en que sus mujeres no cultiva, por lo que se muerden y se devoran los unos a los otros. Que la
estuviesen de acuerdo. El voto, una vez pronunciado, era irremisible; su tregua haga cesar esas guerras entre ellos, y se unan para marchar contra los
violación llevaba consigo la excomunión 138. Durante su ausencia, los bienes de paganos. El papa hace relucir, por otra parte, a sus ojos una idea de conquista
los cruzados debían quedar bajo la protección de la Iglesia; en cada diócesis, bastante material: "Someted esa tierra... Jerusalén es el ombligo del mundo,
el obispo tomaba su tutela y estaba obligado a cuidar de que a su vuelta. los la tierra fecunda entre todas, como un nuevo paraíso..., es la ciudad real en el
cruzados se reintegrasen en su plena posesión139. Así se establecía la centro de la Tierra."
legislación de la Cruzada, según la palabra de Urbano II, el predicador de Y cuando a este último llamamiento contesta el grito de "Dios lo quiere", el
Clermont. papa se apresura a poner moderación a este entusiasmo no razonado:
Desde luego, bajo el impulso del pontífice, se predica por doquier el "viaje de "Ciertamente, no queremos alentar a los ancianos o a los débiles, a los que no
penitencia", la expedición para la remisión de los pecados, como la define tienen el hábito de las armas, ni queremos que emprendan ese camino. Que
Bernoldo140. El propio papa, a través de Francia, se hace el apóstol de la las mujeres no marchen sin sus esposos o sus hermanos o sin legítimos
Cruzada, en Limoges, en Poitiers, en Angers, en Le Mans, en Saintes, en testimonios. De lo contrario, serían, todos, más molestos que útiles, más
Burdeos, en Tolosa, en Nimes; toda una campaña de concilios, de carga que provecho." Que los ricos subvengan a la guerra santa con sus
exhortaciones, con el singular prestigio de este sucesor de Pedro. Envía a los recursos y lleven consigo a las gentes "libres de sus bienes"141.
flamencos una bula para notificarles la marcha, y a Génova, a petición de los La misma intención aristocrática encontramos en Baudri de Dol. Después de
burgueses, a dos representantes, los obispos Hugo de Grenoble y Guillermo una larga descripción de Tierra Santa, de sus recuerdos y de sus milagros
de Orange. Desde Pavía, dirige a los clérigos y al pueblo de Bolonia que le han permanentes, Urbano II se dirige a los que llevan las armas, y les reprocha su
permanecido fieles un breve concediendo la remisión de sus pecados a orgullo y sus crímenes. Destrozan a sus hermanos, oprimen a los huérfanos,
cuantos tomen parte en la Cruzada; en enero de 1097, en fin, celebra concilio despojan a las viudas, son homicidas, sacrílegos. La Iglesia contaba con ellos
para la defensa de las buenas costumbres, y han empleado sus fuerzas en
hacer que triunfe el mal. Que vuelvan contra los sarracenos sus almas
135
Las Gesta, Roberto, Foucher de Chartres, Baudri, Guiberto de Nogent. fratricidas. Entonces, "bajo el mando de Jesucristo, ejército cristiano, se
136 convertirán en ejército invencible" 142. Por otra parte, ¿no dispondrán como
RIANT, [9], p. 115; P. L., CLXII, 717.
137 recursos de los mismos recursos de sus enemigos? En nuestros dos
HAGENMEYER, [124] 72; P. L., CLI, 483.
138
historiadores se evidencia el pensamiento del hombre de guerra: Guiberto de
Orderic Vital, X, 2.
139 141
MANSI, [18], XX, 902; Baronius, ad ann. 1095, edición Mansi, XVIII, 31. [107], 728-729.
140 142
Bernoldi Chronicon, PERTZ, SS., V, 464. Historia Hierosolym., P. L., t. CLXVI, col. 1068.
Nogent lo repite y Foucher de Chartres precisa incluso por alusiones directas incluso hasta dedicar a estos signos milagrosos capítulos especiales en sus
a los oficios de los mercenarios. Nada puede asombrar, por otra parte, que el historias145. Y no es que consignen las vocaciones individuales: los
auditorio de Urbano II se compusiera sobre todo de caballeros y de guerreros; historiadores contemporáneos de la primera Cruzada no han sufrido aún la
el Concilio de Clermont debía ocuparse mucho de la Tregua de Dios. influencia de las leyendas épicas; no creen que la inspiración divina sea la
Sólo Foucher de Chartres da al pensamiento de Urbano II un valor general: que impulse al individuo a tomar la cruz. Pero, ¡qué facilidad para consignar
"Os exhorto, ¿qué digo?, Dios por mi boca os exhorta apremiante, a vosotros, todos los demás presagios! Son éstos los cometas, los eclipses favorecidos
los heraldos de Cristo, a suscitar, por incesantes llamadas, a todos los por un retoñar clandestino de la astrología y por los recuerdos del Apocalipsis
hombres, sea cualquiera la clase a que pertenezcan, caballeros y villanos, que pueblan la imaginación de estos hombres del siglo. Es el cortejo trivial de
ricos y pobres, para que lleven sin tardanza socorros a los cristícolas, para toda efervescencia popular. Dos órdenes de fenómenos, sin embargo, se
exterminar lejos de las tierras de los nuestros a esa raza funesta.143" imponen con más originalidad, como prodigios particulares de la Cruzada. En
Por otra parte, aun en el caso de que el discurso de Clermont se dirigiera al primer lugar, las cruces. Todos querían ser marcados por el cielo. Guiberto de
conjunto de los cristianos, ¿cómo se difundió tan rápida y profundamente? Nogent nos lo refiere con una ingenuidad bajo la que se trasluce la crítica 146.
Es cosa clara que la difusión de la noticia del llamamiento de Clermont La tradición popular no quería concebir al cruzado sin, el signo de redención
sorprendiese por su rapidez y su efecto inmenso a todos los contemporáneos. marcado en su carne. En Brindisi, naufraga una barca, y se descubre entre los
Los cronistas más o menos próximos al acontecimiento hacen de Urbano el hombros de los ahogados la cruz, signo de la servidumbre de Dios. En los
único predicador de la Cruzada. O bien ven en ello el efecto de la inspiración comienzos de 1099, los sarracenos matan a los compañeros de Raimundo de
divina que se extiende por el mundo entero: la fama praeconans dispersa la Tolosa: "Todos los muertos llevaban la cruz sobre el hombro derecho".
noticia de que se ha decidido, establecido, en el concilio, una "marcha sobre Fenómeno que tal vez sea de mediocre interés en sí mismo, pero que muestra
Jerusalén", y esta noticia conmueve el mundo hasta las islas del mar: los el contagio popular de la idea de Cruzada difundiéndose libremente,
infieles mismos se enteran de ella. Esto es prueba de que "ese itinerario ha garantizada tan sólo por su signo. Esta idea se extiende al margen de toda
sido establecido por Dios y no por el hombre". El espíritu de Dios llena la jerarquía, sin dirección ni regla: la cruz confiere a los laicos un privilegio; la
Tierra. Baudri de Dol dibuja justamente un cuadro muy animado de esta autoridad eclesiástica que en otras épocas se hubiese mostrado muy inquieta,
predicación familiar y entusiasta, laica. "Acaba de terminar el concilio, y nos parece tolerar la práctica y permite que se rodee de un prestigio bastante
hemos apresurado a regresar a nuestras casas. Los obispos predicaban por considerable. De la marca de la Cruzada a la estigmatización no hay más que
doquier y mucho más sencillamente, por doquier también los laicos clamaban un paso. En el corazón de las multitudes inquietas de los siglos XII y XIII vivirá
la buena nueva; se sembraba a manos llenas la palabra de Dios y cada día el recuerdo de estos milagros del siglo anterior: el franciscanismo resucitará
aumentaba el número de los hierosolimitanos; los que se quedaban sentíanse el espíritu de la Cruzada.
avergonzados, y los que se disponían a partir glorificábanse ya de ello La cruz, por otra parte, marca de predestinación, puede ser también el
públicamente: todos se exhortaban los unos a los otros; en las esquinas, en símbolo de la victoria. Bastan para atestiguarlo esas apariciones de ejércitos
las encrucijadas, todos hablaban animadamente." 144 Ahí está sin duda la celestes o esos encuentros de caballeros en los que el vencedor lleva la cruz
verdad: en esos coloquios, en esas predicaciones de uno a otro, en ese como estandarte. La leyenda de la victoria constantiniana revive fácilmente
contagio de entusiasmo que levanta ejércitos, los lanza a los caminos, en esas imaginaciones en busca de mitos.
animados los unos a los otros. Los que han asistido al concilio cuentan el Más compleja, religiosa a la vez y casi antropológica, se afirma la segunda
admirable movimiento en el que, a la palabra del papa, cada cual ha tomado serie de prodigios, los signos de migraciones. No son ya el símbolo individual,
la cruz. "Un gran rumor se extiende por toda Francia... para seguir la vía de sino el presagio de una inmensa acción común, la causa sobrenatural de un
Dios." movimiento colectivo. "El año 1095, en el mes de abril, en la noche del
viernes, se vio de pronto caer del cielo pequeños fuegos como estrellas sobre
II. LOS "SIGNOS" DE CRUZADA toda la Apulia, que cubrieron toda la superficie de la Tierra; entonces los
pueblos de la Galia, y pronto de toda Italia, comenzaron a marchar hacia la
Pero la palabra del hombre no hubiese bastado, de no haber habido el signo tumba del Señor, cargados de armas y llevando sobre su hombro derecho el
de Dios. "Numerosos prodigios aparecieron tanto en los aires como sobre la vexillum crucis"147. Es la predicción del Apocalipsis: las estrellas caen sobre la
tierra, los cuales sacudían la modorra de muchos que aun estaban dormidos." 145
Dos historiadores de la Cruzada, Guiberto de Nogent y Ekkehard, llegan [109], 149. Azotes y prodigios en [110], c. VIII y IX, pp. 17-18.
146
Lib. VII, c. XXXII, [109], 251.
143
FOUCHER DE CHARTRES, [104], 324. Cf. B. Leib, [129], pp. 184-185. 147
Lupus Protosp., Chron., Pertz, SS., V, 51 y Orderic Vital, Hist. eccles., edic. Le Prévost,
144
P. L., t. CLXVI, col. 1069. III, 462.
Tierra, lo mismo que una higuera agitada por el viento arroja acá y allá sus apocalíptica. En el capítulo IX del libro inspirado, los saltamontes se cuentan
higos verdes. Guiberto de Nogent y Baudri de Dol, ingenioso en pruebas, así también entre los "azotes de Dios" surgidos del abismo para hacer daño a los
como Orderic Vital, muy enterado de las predicaciones de Ghislebert, obispo hombres que no llevaran el sello de Dios sobre sus frentes, tal como la marca
de Lisieux, astrólogo en sus ratos de ocio, lo atestiguan unánimemente .con que se imprime con un hierro al rojo el sacerdote simulador de que habla
plena seguridad. La lluvia de estrellas es el signo de la marcha para la gran Guiberto de Nogent.
expedición, la revelación a las multitudes de la Intención divina.
He aquí el rasgo nuevo: la lluvia de estrellas anuncia la partida de las III. BANDAS Y JEFES: PEDRO "EL ERMITAÑO".
multitudes; el signo celeste provoca la migración. Otros prodigios se muestran
todavía en el cielo, prefigurando todos una partida del ejército de Dios, una ¿Cuáles son las razas que participan en las marchas de 1096? Las
commotio (palabra asombrosa por su aspecto moderno): cometas con enumeraciones de pueblos son poco frecuentes entre los cronistas e
espadas de fuego, columnas en llamas que suben en el Occidente. Todos historiadores: Sigiberto de Gembloux, en el año 1096, que no dice nada de la
parecen obedecer a un tropismo misterioso, el que ha descrito claramente predicación de Clermont, representa como espontáneas las partidas de
Ekkehard: "Unas nubes color de sangre surgían tanto en Occidente como en "pueblos de Occidente... innumerables y movidos por una común aspiración",
Oriente y parecían precipitarse las unas contra las otras hacia el centro del "que de todas partes acuden, de España, de Provenza, de Aquitania, de
cielo."148 Como la Jerusalén terrena es el centro del mundo, los prodigios se Bretaña, de Escocia, de Inglaterra, de Normandía, de Francia, de Lotaringia,
dirigen hacia la Jerusalén celeste. Es la persistencia de la identificación de las de Borgoña, de Germania, de Lombardía, de Apulia y de otros reinos
dos Jerusalén, la supervivencia inconsciente en el pueblo de las promesas cristianos"152, "cuyos nombres no recuerdo ahora", dirá Ekkehard al final de
montanistas, del viejo espejismo apocalíptico. ¿No había anunciado Montano una enumeración semejante153. Después de la enumeración de dos jefes
la próxima aparición sobre la tierra de "Jerusalén descendida del cielo"? La franceses y germanos, Baudri de Dol cita los países extremos, Inglaterra, las
promesa encuentra ahora un comienzo de ejecución. Testigos oculares, y islas, incluso las más lejanas, los bretones, los gascones, Galicia, Venecia, los
paganos, han afirmado que durante cuarenta días y a cada crepúsculo se vio písanos, los genoveses y todos cuantos habitan las riberas del océano o del
descender del cielo una ciudad y permanecer suspendida en los aires sobre la Mediterráneo. A menudo, estas indicaciones se precisan para una partida
Judea. Recinto y murallas desaparecían a medida que el día avanzaba. Allí determinada. Así, son los francos de Occidente, Italia o Alemania.
vivirán los Santos durante el período milenario149. Pero el sentimiento es visiblemente unánime. Para todos, la llamada, la obra
Después del cielo, la Tierra: también los animales se ven arrastrados en la que hay que realizar, la via Hierosolymitana es de origen divino, profetizada,
migración hierosolimitana. Algunas crónicas hablan, en efecto, de marchas de apocalíptica, y todo cristiano debe ponerse en marcha, sin distinción de
peces, de ranas, de mariposas, de pájaros. Así como San Francisco invitará condición, edad ni sexo.
más tarde a los pájaros a alabar al Señor, el espíritu de la Cruzada imagina Esta obligación universal se encuentra fuertemente subrayada en los Annales
ingenuamente que también se llama a los animales al rescate de la tumba del Augustani154. Muchos parten, se lee en ellos, "impulsados por una incoercible
Señor. ¿O bien se trata simplemente de una imagen? Baudri de Dol ve partir fuerza espiritual". Este sentimiento de fatalismo casi apocalíptico, difundido
cómo una nube de langostas aquellas enormes, columnas de cruzados 150; Ana en todos los cronistas, no admite en la obligación de liberación una distinción
Comneno, que no les escatima su desprecio, los muestra precedidos por de clase; todos parten: artesanos, campesinos y barones. La idea de cruzada
saltamontes anunciadores, su signo y su imagen. "La venida de tantos de clase será el resultado de una lenta evolución en los hechos y en los
pueblos -escribe- fue precedida de saltamontes, que respetaban las cosechas, sentimientos; para 1096, constituye un flagrante anacronismo. Aunque el
pero que asolaban las viñas devorándolas." Y un poco después, repite, en el pensamiento de Urbano II hubiese sido el de una expedición bien armada y
sentido de la mecanización de la imagen: "Cada uno de sus ejércitos iba abundantemente provista155, de hecho los primeros que estuvieron
precedido de una nube de saltamontes...151" Por lo demás, la imagen es preparados partieron: los nobles se tomaron el tiempo necesario para realizar
sus bienes, y la primera tropa, una horda innumerable, se componía, de
148
[110], cap. X, p. 18. campesinos y de nobles poco acaudalados. Pero otra diferencia; mucho más
149
San Francisco tuvo un día una visión en la que se le aparecieron hombres de todas real, diferencia en el espíritu, debía pronto separar los pobres.. de los señores.
las razas, afluyendo de cerca y de lejos a la pequeña iglesia de la Porciúncula. Celano, 152
Vita prima, I, cap. XI, 27 y Tres Socii, 56. Considérese también el hecho de que la indul- PERTZ, VI, 367.
153
gencia de la Porciúncula es la primera indulgencia desde la de la Cruzada (la cual era la 110 c. VI, p. 16.
primera desde el origen del cristianismo). 154
inevitabili quodam motu mentis compuncti... (PERTZ, III, 134).
150
Historia Hierosolym., P. L., t. CLXVI, col. 1071. 155
Omnes... armis et equis omnibusque necessariis abundanter instructi. (Gesta Adhe-
151
ANA COMNENO, [106], t. II, p. 208. mari, [3], Hist. Occ.; V, 354).
Estos partían para aprovechar contra el infiel los ocios que les procuraba la Los contemporáneos no han ocultado las causas materiales de este éxodo.
Tregua de Dios: se trataba de una expedición limitada, de una especie de Ekkehard, sobre todo, habla de todos los azotes que abruman a los pueblos, y
tempus militiae. Por el contrario, entre el pueblo hay una idea de en particular los "francos del Occidente". Abandonaron con tanta mayor
permanencia en la Tierra Santa. Las tropas de campesinos, de mujeres y de facilidad sus campos, dice160, cuanto que durante algunos años, unas veces
niños han tomado sus precauciones: Guiberto de Nogent, en un pasaje las guerras civiles, otras una mortandad extremada y finalmente el mal de los
célebre, nos los muestra haciendo herrar sus bueyes y unciéndolos a los ardientes, los habían aterrorizado y diezmado. El período de desastre
carros que llevan a sus familias y sus bienes156. económico que precedió a las marchas de 1096 no ha escapado a ninguno de
Desde estos carros, los niños, impacientes y fatigados, no bien distinguen un los contemporáneos; los más comprensivos de ellos lo notan vigorosamente:
castillo o una ciudad, no cesan de preguntar si se trata de esa Jerusalén hacia Sigiberto de Gembloux muestra el hambre creciente, y Guiberto de Nogent
la cual los conducen. Y los que ven pasar esos extraños cortejos imaginan un pone de relieve el contraste entre el hambre que precedió y la abundancia
éxodo para la conquista de una tierra prometida y de una estancia que siguió a la predicación de la Cruzada. Antes, el trigo era poco abundante
afortunada. En Alemania, donde la Cruzada no se ha predicado aún a causa a consecuencia de las malas cosechas, y, a consecuencia de las especula-
del conflicto entre el papa y el Emperador, las poblaciones se asombran de ciones de los acaparadores, muy caro. Los pobres llegaban a alimentarse de
aquella locura de abandono de unos bienes ciertos por una Jerusalén raíces tiernas. Cuando resonó el grito de la Cruzada, cuando ricos y pobres,
incierta157. acaparadores y miserables, hubieron resuelto partir, todos se des-
Se explican desde entonces las diferencias entre los ejércitos de los grandes embarazaron de sus bienes a muy bajo precio, como si tuviesen que pagar
jefes de la Cruzada, y las compañías y las tropas de esas partidas en masa. rescate para salir de la más dura de las prisiones. De la noche a la mañana,
Baudri de Dol y Guiberto de Nogent, mucho más observadores, más artículos innumerables y a vil precio llenaron el mercado, hasta el punto de
penetrantes que los otros historiadores de la Cruzada, han visto bien, el uno que, por ejemplo, se encontraban ovejas por cinco
-Baudri- la emoción popular, el contagio de la cruz, el contagio del milagro dineros. Se vendía, no para enriquecerse, sino al precio que ofrecía el
que se propaga, no sólo a los que no podrían partir si no se les procurasen comprador, a fin de poder partir lo más pronto posible, para "no ser el último
socorros materiales, sino a todos los populares, incluso las mulierculae, que en la vía de Dios". Y se compraba muy caro lo que podía servir para el
mostraban cruces misteriosas sobre su carne, todo ese numerus innumerus al camino, vendiéndose muy barato lo que no tenía ninguna utilidad161. Era, dice
que los rumores de milagros, de prodigios, mucho más que la fama de la Guiberto, una especie de milagro. Milagro económico para su espíritu positivo
predicación de Clermont había hecho levantarse y tomar la ruta de -"todos compraban caro y vendían a bajo precio"-, en tanto que Foucher de
Jerusalén158; el otro -Guiberto-, la partida pintoresca, "que casi hace reír" pero Chartres ve en ello una marca de la Providencia divina.
que es emocionante en extremo, de esas pobres gentes que han cargado Pero lo esencial para esas multitudes cristianas sigue siendo la llamada
sobre sus carros su pobre fortuna y su familia para su viaje hacia la Terra soberana de la Jerusalén misteriosa, "tierra de promisión", como la designan
repromissionis. los cronistas, aun los menos líricos, los menos escritores. En el tiempo en que
Hay una categoría de individuos de la sociedad religiosa a la que es Enrique IV era emperador de los romanos y Alexis príncipe de Constantinopla,
particularmente interesante ver mezclarse en este movimiento: los clérigos como escribe Ekkehard, en el momento en que los hombres se matan unos a
en ruptura de votos. Algunos habían obtenido de sus abades el permiso de otros, los signos proféticos se multiplican. Son ellos los que nota la
partir, pero la mayoría, como lo nota Baudri de Dol 159, había huido de sus observación popular. Entonces, al lado de la predicación regular de Urbano II,
monasterios. Entre esa multitud en marcha, se deslizan también, al menos limitada tal vez a la clase militar, por trasmisión mutua, por imitación, por
según la afirmación de escritores posteriores, ladrones y bandoleros: Guiberto contagio, de una manera completamente libre y espontánea, irradia la
de Nogent celebra la gran tranquilidad que se extiende sobre Francia. La predicación de las masas. Siguiendo la voluntad del cielo, se organizan
purificación de la Cruzada se realiza. Cesan incendios y saqueos: los ladrones verdaderas migraciones.
se han puesto en marcha para la Cruzada. Con ellos, según ciertas crónicas, ¡Qué sorpresa, por otra parte, para la Edad Media, este ejército sin general;
caminan mujeres vestidas de hombres; pero estos disfraces impúdicos son extremadamente apegada a la jerarquía y al hombre, persuadida de que toda
probablemente la excepción. doctrina debe tener un autor responsable y toda expedición un jefe! Los
cronistas han puesto, por su propia autoridad, esta commotio bajo el mando
156 de uno de los que se distinguieron después en la Cruzada, un nombre en
Lib. II, c. VI. [3], Hist. Occ., IV; 142.
157
EKKEHARD, [110]; c. IX, 17-18.
158 160
P. L., t. CLXVI, col. 1070. C. VIII, [110], p. 17.
159 161
Ibíd., col. 1070. GUIBERTO, [109], 141, lib. II, c. VI.
torno del cual cristaliza la leyenda: Godofredo de Bouillón, Bohemundo, o curioso comprobar, en efecto, que el Autissiodorensis Chronicon de Roberto
Pedro el Ermitaño. cuenta a Pedro el Ermitaño en el número de los fundadores de órdenes, entre
Pero primitivamente aparece como acéfala. Las primeras partidas debieron de San Bruno, Esteban de Grammont, Roberto de Arbrissel y sus compañeros 165.
realizarse bajo jefes casuales, sin esperar la señal, que, por la autoridad del El autor adivina entre ellos un parentesco profundo, una ascesis de pobreza,
papa, debía dar el obispo de Puy, Adhemar. Godofredo de Viterbo, que escribe de predicación, así como su común preocupación de levantar a la mujer
mucho tiempo después de los hechos y un tanto como filósofo de la Historia, pecadora, a esas mulierculae que siguen a la tropa de Pedro y que tuvieron la
refiere que después de los esfuerzos de Urbano II surgían profetas por todas audacia de mostrar las cruces milagrosas que llevaban sobre su cuerpo.
partes, diciendo que ellos eran los apóstoles y los predicadores de Cristo, a la La incertidumbre de los textos, sus contradicciones y su elaboración posterior
vez que los soldados contra los enemigos de la cruz de Cristo162. Predicadores al momento en que la leyenda se fija, permiten presentar a Pedro como un
del llamamiento y soldados podían, pues, confundirse, en la conciencia ermitaño entre los demás, que se puso a predicar la Cruzada después del
surgida de las profundidades de su elección total. Estos profetas, no llamaron llamamiento del papa y cuya palabra, en unas regiones de Francia mal
a todos los fieles en el mismo momento; todas esas multitudes no partieron a determinadas, pero trabajadas por el eremitismo, arrastró a las multitudes.
la misma hora: los mismos elementos populares que es difícil evaluar se Contra Hagenmeyer y Röhricht, que parecen aceptar muy fácilmente el hecho
mezclan en las columnas populares y en las columnas de barones. de que Urbano II hubiese encargado a Roberto de Arbrissel de predicar la
Lo que constituye el gran interés de la persona de Pedro el Ermitaño es que cruzada -cuando Baudri de Dol, el biógrafo del santo ermitaño no dice una
se trata del más famoso -el único conocido más bien- de esos prophetae, palabra- y la idea de que Pedro tuvo lugartenientes para encuadrar sus
predicadores y jefes. Jefe lo fue muy poco a la cabeza de sus bandas masas, hay que admitir una partida más anárquica de esta Cruzada popular,
indisciplinadas, pero sí predicador o sobre todo profeta. Guiberto de Nogent que llega a Colonia el sábado santo 12 de abril de 1096, con Gauthier de
que lo conoció y juzgó bien, lo define admirablemente en un retrato magistral: Poissy, los sobrinos de este último, entre ellos Gauthier Sin Hacienda, y
"En tanto que los príncipes, a costa de grandes gastos, rodeados de una nube algunos otros franceses notables.
de servidores, hacían minuciosamente y con calma sus preparativos de A partir de este momento, a medida que los instintos guerreros y
marcha, el pueblo bajo, desprovisto de recursos aunque muy considerable en depredadores de su banda se liberan en la travesía de Europa, se siente
cuanto al número, siguió a cierto ermitaño, llamado Pedro, y, mientras disminuir la autoridad de Pedro. En Alberto de Aix, después de haberse visto
estuvieron entre nosotros, le obedecieron como a un amo. Este hombre, obligado a la lucha contra los húngaros .y los búlgaros, cuando esperaba de
nacido en la ciudad de Amiens, si no me equivoco, había llevado, dicen, en el ellos la paz por ser cristianos, se le ve atacar, huir, reprimir, equivocarse, sin
norte de Francia, en hábito de monje, una vida solitaria. Marchó de allí, ignoro llevar ya el sello de la obra inspirada. En Andrinópolis, Pedro encuentra unos
con qué intención, y le vimos recorrer ciudades y pueblos, predicando en enviados del Emperador, encargados de expresarle en nombre de este último
ellos, rodeado de tan grandes multitudes, colmado de tan grandes presentes, el deseo que tiene de verle. Pedro, no bien llega a Constantinopla, es
circundado de tal fama de santidad, como jamás se ha honrado a hombre conducido (acompañado de Foucher de Chartres) ante el Emperador. Entra en
alguno, en lo que yo recuerdo." Se mostraba muy generoso con los pobres, el palacio sin sentirse intimidado, saluda al Emperador en nombre de
gracias a las limosnas que recibía. Volvía a la honradez, por medio del Jesucristo, le cuenta detalladamente las pruebas sufridas en el camino de
matrimonio, a las prostitutas, dándoles él mismo una dote; y allí donde surgía Constantinopla, le dice que va a ser seguido de cerca por príncipes, condes,
una discordia, restablecía con asombrosa autoridad la paz y el acuerdo. nobles y poderosos, decididos a marchar sobre Jerusalén. El Emperador, al
Porque todo lo que decía o hacía, parecía como algo misterioso y divino. Y enterarse de sus designios, le preguntó qué quiere. Pedro le pide que procure
esto hasta el punto de que la gente arrancaba pelos a su mula para hacer a él y a sus compañeros víveres, "diciéndole todo lo que ha perdido por la
reliquias163. Llevaba a raíz de la carne una túnica de lana, debajo de una imprudencia de sus tropas y su falta de sumisión". Alexis, después de haber
cogulla, una y otra hasta los pies, y encima de ambas un manto; no llevaba escuchado esta confesión penitente de Pedro, hizo que le dieran por caridad
pantalones e iba descalzo, y se alimentaba de vino y de pescado, sin nada de 200 besantes de oro y que distribuyeran entre sus compañeros un celemín de
pan o muy poco164. monedas, dice Tartaron. Es evidentemente un relato de forma un tanto
No parece dudoso que predicase un nuevo evangelio, la Cruzada, y una moral evangélica: Pedro se presenta casi como peregrino pacífico, no hablando de
de pureza que contribuyó en mucho a su popularidad entre las multitudes. Es los cruzados sino como de unos peregrinos que van a arrodillarse sobre la
tumba del Señor, pidiendo humildemente los medios de subsistir para él y los
162
Pantheon, PERTZ, XXII, 249. suyos y recibiendo los donativos del Emperador como si los suyos no
163
Práctica que se encuentra a menudo con la mula de los peregrinos, o bien con el as- estuviesen saqueando a poca distancia de allí.. ¿No es una figura legendaria
no de San Norberto y de los primeros premonstratenses.
164 165
GUIBERTO, [109] 142. PERTZ, XXVI, 228.
de Pedro el Ermitaño, y no una figura exacta, histórica, la que se nos da aquí, diciembre de 1095, los de Francia avisaban a sus correligionarios de orillas
y el ermitaño ha continuado realmente su sueño piadoso sin ser ya el jefe de del Rin, les enteraban de los preparativos de la cruzada y les aconsejaban
banda que nos muestra Alberto de Aix?166 ayunos y oraciones para apartar los males que les amenazaban 168.
Comoquiera que fuese, cinco días después de su llegada, los compañeros de Su gran adversario debía ser ese personaje a quien hizo legendario el horror
Pedro, por orden del Emperador, pasaban el Bósforo y marchaban lentamente que les inspiraba, el conde Emicho de Leiningen. Escuchemos a Salomón ben
hacia Nicomedia; en Civitot, los alcanzan los enviados del Emperador, Simeón, el narrador de las matanzas: "El día de la nueva luna de Siwan, llegó
aconsejándoles que no sigan más hacia Nicea y que esperen refuerzos. el conde Emicho, enemigo de todos los judíos, con su gran ejército, y acampó
Detenidos allí dos meses, se desencadenan las codicias: Pedro carece ya de con los cruzados y el pueblo (de los peregrinos) fuera de la ciudad (se trata
autoridad para impedir el bandidaje, las querellas intestinas y las Maguncia), bajo unas tiendas; porque a su llegada habían cerrado las puertas
expediciones de bandas que devastan la región, una de las cuales habría de de la ciudad... Fue el más terrible de todos nuestros opresores; no perdonaba
ser cruelmente castigada por los turcos en Jerigordon. La noticia de este ni a ancianos ni a muchachas y no tenía compasión ni por el sufrimiento, ni
desastre provocó la partida hacia Nicea; el Ermitaño salió para Constantinopla por el dolor, ni por la debilidad, ni por la enfermedad…"169
a pedir víveres menos caros. No vio, pues, la matanza, del campo de Civitot, Habiendo entrado en la ciudad, Emicho invadió el palacio del arzobispo en
que asolaron los turcos, hostigados por las partidas de cruzados. Si hemos de donde se habían refugiado algunos judíos, mató a todos los que no se habían
creer a Ana Comneno, cuando Pedro fue recibido de nuevo por Alexis después suicidado y quemó el barrio, pues muy pocos aceptaron el bautismo, o
de la derrota, se expresó muy severamente respecto de sus compañeros167. prefirieron matarse después de haberlo recibido.
Toda esta defensa de Pedro el Ermitaño parece llena de tristeza, de una Durante los meses de mayo y de junio, las bandas de Emicho se entregaron a
tristeza, de un desastre moral que le perseguirá, en todo el curso de la matanzas expiatorias; la región renana estuvo bañada en sangre hasta la
Cruzada, haciendo de él un gran decepcionado, cuya duda es visible a vuelta de Italia de Enrique IV, quien devolvió a los judíos la seguridad y el
continuación en cada uno de sus actos. libre ejercicio de su culto. Entretanto, el conde, que, según pretende Salomón,
se creía designado para llegar a ser jefe de la Cruzada, y que fue
IV. EXPEDICIONES GERMÁNICAS Y MATANZAS DE JUDÍOS indiscutiblemente, un buen jefe militar, se puso en marcha hacia Jerusalén a
la cabeza de un ejército teutónico: debía, después de un verdadero asedio de
Las vicisitudes de las otras bandas son análogas: Gauthier de Poissy y su Wieselburgo en Hungría y una derrota casi completa de sus tropas, volverse
sobrino Sin Hacienda, que se separaron de Pedro en Colonia, estuvieron a por donde había venido, para contarse, después en el número de aquellos
punto de ser muertos por los búlgaros, por haberse apoderado de unos hombres armados que salían de una montaña cerca de Worms y volvían a
rebaños, y el sacerdote Gottschalk, con su tropa renana que se entrega a entrar en ella a la hora de nona. Eran, dice la leyenda, las almas de los
todo género de violencias, rusticano more, dice el cronista, es exterminado soldados que en vida habían cometido crímenes. Por lo demás, en el
por los húngaros. Otras bandas, y el hecho es de otra importancia, religiosa momento de la muerte de Emicho, ocurrida hacia 1117, numerosas estrellas
esta vez, no ya simplemente humana, parecen encarnizarse contra los judíos: cayeron del cielo como gotas de sangre.
Foucher de Orléans mata a los judíos de Praga, y toda la primavera de 1096 ¿Simple episodio de la Cruzada en manos de un jefe guerrero y de fabulación
está marcada por persecuciones contra los judíos, en Metz, en las ciudades legendaria? Quizás no. En el siglo XII, las profecías seudo-sibilinas están muy
renanas, en Suabia, en Babiera y en Bohemia, por donde pasan las bandas de difundidas entre la población cristiana, entre otras la reedición por el
cruzados. Estas matanzas parecen ligadas a un esfuerzo de conversión en ermitaño Albuino del tratado del Anticristo de Adson, abad de Montier-en-Der,
masa, en la que los pequeños feudales, liberados de sus ocupaciones por la a la reina Gerberga:170 en el tratado -de la primera mitad del siglo X-, que se
Tregua de Dios, colaboran con los cruzados para vencer las resistencias de los apropia con toda naturalidad, Albuino ha interpolado un pasaje en el que se
judíos. En Ratisbona, los bautizan en masa en el río, o bien el obispo de dice que el
Treves, en cuyo palacio se han refugiado, les explica el Credo y los convierte, rey de los últimos días, ex Sibyllinis versibus, reinará 112 años, durante los
para sustraerlos a los perseguidores que les esperan. El movimiento es cuales vencerá los 22 reinos de Gog y de Magog, y que bajo su reinado los
popular y laico, pues la gente de Iglesia, así como los cronistas en general,
censuran esas crueldades gratuitas y esos bautismos no consentidos Las
168
bandas de cruzados quieren destruir en su camino a todos los enemigos de la HAGENMEYER, [124], nº 12; RIANT, [9], p. 111; M. MANNHEIMER, Die
Iglesia; los judíos lo habían presentido, ya que en los primeros días de Judenverfolgungen in Speier, Worms und Mainz, Darmstadt, 1877, p. 11.
169
[124], nº 35.
166
P. L., t. CLXVI, col. 399-400. 170
Sobre el ermitaño Albuino, véase WATTENBACH, Deutschlands Geschitsquellen, 6ª
167
[106], 11, p. 212. edición, I, p. 363, II, p. 512 y MIGNE, P. L., CXXXVIII páginas 185-186.
judíos mismos serán convertidos al Señor...171 Si se compara este pasaje con ligera y tener buenos jefes, y la simple de que antes de atacar al infiel,
el texto de Adson, anunciando que el último de los príncipes del Imperio conviene aplacar al Señor con una confesión general 174.
germánico irá a Jerusalén a deponer su corona y su cetro sobre el monte de ¿Habrá que encontrar en este último precepto la indicación de un rito qué se
los Olivos, la identidad es clara: el rey de los romanos, el descendiente de hace habitual de la Cruzada? No tenemos más que este único texto y muy
Carlomagno será el rey de los últimos días. Ahora bien, Emicho tiene dudoso. Es cierto, no obstante, que va a organizarse una liturgia detrás de
revelaciones; se le promete el trono "en el sur de Italia". ¿No se ha este hecho nuevo, sin precedente hasta ahora en las luchas contra los
presentado como una especie de rey de los últimos días, de personaje infieles, sajones o sarracenos de España: pero lo conocemos demasiado mal,
apocalíptico, y no es entonces la conversión forzada de los judíos el primer en su alcance y en sus circunstancias, para saber qué rito era. En cuanto a la
acto de ese reinado según las profecías? Porque esta conversión de los judíos indulgencia, concedida por el Concilio de Clermont y los concilios de 1096, la
se anuncia en la Edad Media como debiendo formar parte del drama primera gran indulgencia antes de la de la Porciúncula, tiene ya toda su
apocalíptico172. reglamentación gracias a los cuidados de la autoridad eclesiástica. Pero es
En la leyenda Alemana, en fin, Carlomagno saldrá de la montaña, y en el muy poco. Desde el comienzo, la revelación individual prevalece sobre toda
Kyffhäuser es donde Federico Barbarroja espera el día en que recobrará el disciplina, sobre toda jerarquía, desde las predicaciones en las calles, en las
Imperio sacro. La montaña es el refugio de los reyes de los últimos días para encrucijadas, entre laicos, que tanto impresionaron el ánimo de los
esperar la hora del despertar profetizado: también Emicho expía en su contemporáneos, hasta la estigmatización de la cruz, forma de elección
montaña, pero una montaña infernal que está junto a aquella en la que particular aparte de todo magisterio regular. Se apoya sobre los ermitaños, al
duermen los verdaderos emperadores. margen de la Iglesia y muy cercanos a ella, especie de santos vivientes y
Fenómenos análogos se producen en los países renanos, en los comienzos de extrajerárquicos, y vive de los pobres. Tanto, que la religión tenderá a
la segunda Cruzada. El monje Raúl viene a comentar las profecías sibilinas en hacerse más directa, más francamente colectiva, menos jerárquica,
favor del rey de Francia y a predicar a las multitudes fanatizadas la matanza fundándose sobre una nueva "tabla de valores" cristiana, la antigua, con toda
de los judíos; fue precisa la intervención del obispo de Maguncia y la venida la tradición escatológica primitiva. ¿No la encontramos en todas partes,
de San Bernardo para reconquistar las multitudes, arrastradas en esa cuando se ponen en movimiento las masas populares? Glaber nos la ha
limitación popular de la Cruzada que parece ser esa matanza de judíos. ¿No mostrado en 1033 en camino hacia el Oriente para esperar allí al Anticristo,
era posible, en Occidente, sin moverse del lugar y sin sufrir las fatigas del luchar contra él y morir en Tierra Santa. El restablecimiento de la Iglesia
camino, merecer así la tierra de promisión? cristiana en Jerusalén debe coincidir con el fin de los tiempos, en el reino
Solución perezosa, que alcanza, ya él verdadero espíritu de Cruzada, a la vez glorioso del Rey de los Últimos Días, idea heleno-cristiana que repite la
que esas matanzas, violentas incluso para la sensibilidad de la época, tradición libre de la IIª a los Tesalonicenses. Ya no se hablará después del
inquietan a los clérigos y se difunden ciertas críticas contra las bandas Anticristo; pero ahora es él quien obsesiona el espíritu de estos pobres que se
populares. En su Crónica, escrita hacia 1125, Ekkehard refiere un rasgo de preparan para una marcha definitiva, siguiendo el signo divino marcado en el
Pedro que no citaba en su Hierosolymita, redactado entre 1112 y 1117: se le cielo. Todo el mundo franco-germánico se encuentra agitado por este
trata de hipócrita, parece ser173. Si es prematuro, como quiere Hagenmeyer, inmenso movimiento de migración escatológica, inspirado quizás por la
hablar de un movimiento de oposición contra los cruzados en Occidente en necesidad de una renovatio milenaria, la misma que recoge Cristo al
1097, se puede notar desde el comienzo del siglo XII algunos juicios severos, comienzo de la Canción de Antioquía, cuando anuncia que al cabo de 1000
y el asombro de algunos frailes ante aquellas bandas heteróclitas de años vendrá un pueblo que vengará a los crucificados. Se busca, para la
saqueadores. No habían vencido; por otra parte; la mano de Dios no estaba marcha gloriosa., un jefe predestinado, Carlomagno redivivus primero, y
con ellos, y Baudri de Dol, meditando sobre el doble, desastre de Jerigordon y ahora ese extraño Emicho de Leiningen que se considera como elegido por
de Civitot, saca una doble lección: la humana y prudente de no proceder a la revelación y que conducirá el ejército cristiano después de la conversión de
los judíos, otra intención escatológica que degenera después en matanza.
Soberanos que descenderán de sus montañas para realizar la obra
apocalíptica de regeneración, garantizarán al pueblo, por su elección
171
El pasaje está tomado del texto sibilino del Seudo-Beda. El texto es de fines del siglo misteriosa, ese triunfo que anuncia ya los presagios traspuestos del libro
X o de comienzos del XI, P. L., t. CI, col. 1296. inspirado: migraciones de saltamontes, caídas de estrellas, oscurecimiento
172
Cf. San Gregorio en las Moralia in Hiob, lib. XXXV, c. XIV, sobre los parientes de Job del cielo o aparición de nubes ensangrentadas. El simbolismo de los números,
que acuden a comer y a regocijarse con él de su vuelta a la fortuna P. L., t. LXXVI, col. de las fechas, está por doquier en la interpretación de los fenómenos
763-764.
173 174
Ekkehardi Chronicon Universale, PERTZ, SS., VI, 208. P. L., t. CLXVI, col. 1073.
naturales; alimenta el ardor popular que se siente totalmente conducido por
la voluntad providencial para unos fines que no pueden ser más que gloriosos
y redentores. Los pobres que tienen todo que ganar en la aventura son los
verdaderos espiritualistas de la Cruzada, para el cumplimiento de las
profecías.
PARTE SEGUNDA terminado las persecuciones contra los judíos, las tropas de Godofredo
LA PRIMERA CRUZADA pudieron ya comprobar en Hungría la mala reputación de la Cruzada:
Coloman, instruido por las bandas de Pedro el Ermitaño y de Gottschalk, que
CAPITULO PRIMERO habían saqueado y asesinado, pidió rehenes.
LA PRIMERA CRUZADA. LA CRUZADA DE LOS BARONES. Por su parte, los franceses del mediodía se reunían en torno de Raimundo de
Saint-Gilles, conde de Tolosa. Adhemar de Monteil, legado del papa,
I. DE LAS TIERRAS DEL OCCIDENTE AL SITIO DE ANTIOQUÍA: LOS CAMINOS; acompañaba al ejército con gran número de clérigos. El jefe, antes de partir,
LAS PRIMERAS PRUEBAS. había ido a venerar las reliquias de San Roberto en el monasterio de la
Chaise-Dieu y había hecho el voto de no regresar jamás a sus Estados. Su
No se va a hacer aquí la historia de la Cruzada propiamente dicha, regular, capellán, Raimundo de Aguilers, en un relato curioso, vivo, muy ingenuo, muy
oficial, puesta en marcha, al menos en apariencia, a la hora y en el orden religioso, de un hombre que ha convivido con los peregrinos y conocido sus
fijados por el papa en Clermont. Bastará con situar los hechos para estudiar emociones, nos cuenta las peripecias de esta Cruzada meridional. Salida de
con más espacio las preocupaciones de las masas, las manifestaciones de la Provenza en octubre de 1096, atraviesa la Italia septentrional y ataca, en un
fe colectiva, todo lo que la multitud añade a la fe oficial, todo lo que lleva en invierno riguroso, la Esclavonia y la Dalmacia. "país desierto, sin caminos,
sí en cuanto a tradiciones oscuras, en cuanto a subconsciente, en cuanto a montañoso". La gente del país hostigaba a los que huían y los mataba "como
herencias que se revelan al choque de los acontecimientos, y dibujar así una a animales", y luego se escondían en sus montañas abruptas 177. Sobre aquella
historia interna, moral y religiosa de lo anónimo en la Cruzada. Tarea, por otra masa fatigada y acosada velaba sin cesar el conde, el cual, según su cronista,
parte, bastante difícil, ya que es casi imposible conocer los sentimientos y siempre se acostaba el último. Prueba querida por Dios, prosigue Raimundo
hasta la composición de las masas populares: la historia en la Edad Media se de Aguilers, a fin de que los salvajes habitantes de la Esclavonia, testigos de
ocupa poco de lo colectivo, sobre todo cuando éste es pueblo. Además, los las virtudes y de la paciencia de los cruzados, perdiesen algún día su
historiadores de la Cruzada son muy rara vez independientes. Los que ferocidad o llegasen a ser imperdonables ante el juicio divino. Por otra parte,
siguieron la Cruzada han elegido un héroe: el autor de las Gesta se separa en gracias a Dios, al conde y al obispo, nadie murió de hambre no obstante los
Antioquía de los ítalo-normandos de Bohemundo, y se va con Raimundo de rigores de la expedición. El obispo es, en efecto, el otro personaje de leyenda.
Saint-Gilles; en cuanto a Foucher de Chartres se dice capellán de Balduino, Denodado en la batalla (delante de Ochrida fue herido por los petchenegas),
hermano de Godofredo. Los demás, como Pedro Tudebode, Roberto el Monje, predica el amor a los pobres y aconseja a los ricos que ayuden a sus
Baudri de Bourgueil o Guiberto de Nogent copian más o menos las Gesta; hermanos miserables, cuya oración será para ellos todopoderosa ante Dios. Y
Alberto de Aix, que escribe hacia 1150, eleva un monumento a la gloria de cuando muere delante de Antioquía, el dolor es inmenso, según los términos
Godofredo de Bouillon y de los cruzados loreneses. El más útil sigue siendo mismos del autor de las Gesta, "en toda la milicia de Cristo"178.
Ekkehard de Aura, que escribe hacia 1117 el Hierosolymita, después de haber A fines de abril de 1097, estos franceses del mediodía llegaban delante de
hecho en 1101 el viaje a Tierra Santa: su libro está lleno de informaciones Constantinopla, donde Raimundo les había precedido en algunos días. Hasta
personales; ha consultado a los testigos oculares. Lo cual da gran valor a su mayo no llegará a su vez el ejército de los señores de lengua de oil, con Hugo
relato de los primeros tiempos del reino cristiano de Jerusalén y a sus de Vermandois, el hermano del rey Felipe I, príncipe enredador y vanidoso,
indicaciones sobre los movimientos populares. Roberto Courte-Heuse, duque de Normandía, que acaba de empeñar en 6 666
Urbano II, en su carta a los príncipes de Flandes 175, había fijado para la partida libras de plata su ducado a su hermano Guillermo el Rojo, y Esteban, conde
oficial una fecha, la de la Asunción de 1096, en que la Cruzada debía ponerse de Blois y de Chartres. Bendecidos en Luca por Urbano II, llegaron agotados a
en camino a las órdenes de Adhemar, obispo del Puy. Pero Adhemar, a quien Apulia en noviembre de 1096, y, careciendo de barcos, Roberto de Normandía
se adelantan los jefes de banda, no sale probablemente hasta octubre, al y Esteban tuvieron que pasar el invierno en Calabria. Las defecciones, ya
mismo tiempo que Raimundo de Tolosa. numerosas, aumentaron en el momento de la salida para el Epiro por el
Antes que ellos, en agosto de 1096, Godofredo de Bouillon, duque de Baja naufragio de un barco, cargado con cuatrocientos cruzados, cerca de Brindisi.
Lorena, y su hermano Balduino, a la cabeza de loreneses, franceses del Norte Varios de los que se encontraban en la orilla, aterrorizados por la catástrofe,
y alemanes, habían partido para el valle del Danubio, con 10 000 jinetes y 70 renunciaron a cumplir su voto, no obstante el signo que se encontró sobre el
000 infantes, si hemos de creer a Ana Comneno 176. Llegados .a Alemania, en cuerpo de algunas de las víctimas, la cruz de la redención.. En Bulgaria
el momento en que, contrariamente a lo que dice la leyenda, habían muchos otros se ahogaron en la travesía de un río.
175 177
Conde RIANT, [9], 220. [103], 235 y sigs.
176 178
[106], t. II, p. 220. Cf. [102] ter, pp. 166-167.
El cuarto ejército estaba formado por los normandos de la Italia meridional de los esfuerzos de Chalandon, hay que admitir que Alexis hizo cuanto pudo
que iban mandados por Bohemundo y Tancredo, el uno hijo mayor y el otro para engañar a los jefes de los ejércitos cruzados. Para evitar el saqueo del
sobrino de Roberto Guiscard. Ambos habían tomado parte en las expediciones Imperio, al lado de la vigilancia de los petchenegas, tenía los mercados,
normandas contra el Imperio bizantino, y eran los únicos de todos los monopolios del Estado
cruzados que tenían la práctica de la diplomacia oriental. En septiembre de a toda amenaza de saqueo, se cerraban los almacenes reales, pero después
1096, los normandos, al terminar su conquista de Italia meridional, sitiaron del juramento de fidelidad, se colmaba al ejército y a los jefes de los dones
Amalfi al mando de Roger, conde de Sicilia. Las primeras bandas de cruzados más fastuosos. ¿No era una ocasión magnífica para utilizar a los cruzados en
atravesaban la Apulia. Bohemundo, al enterarse de la aproximación de la restauración de su poder en Asia Menor y en Siria? ¿Por qué no hacer dé la
aquella tropa innumerable según el relato elocuente e ingenuo de las Gesta, Cruzada oficial la respuesta de Urbano II a la embajada suplicante que el
hizo preguntar qué armas usaban y qué signos de Cristo llevaban sobre sus basileus había dirigido a Plasencia?183
personas para la marcha y el combate. Le fue respondido que llevaban armas Sistema de amenazas y de presentes que redujo, tras de un invierno entero y
para la lucha, la cruz de Cristo sobre el hombro derecho o entre los dos una derrota, a Godofredo, el primero que llegó. Bohemundo, Roberto
hombros, y el Deus le volt, Deus le volt, como grito de combate179. No hizo Courte-Heuse, Esteban de Blois y los otros jefes se dejaron ganar, algunos
falta más para convertir a los normandos 180. Bohemundo y Tancredo toman la como Esteban más por ingenuo deslumbramiento ante los presentes del
cruz y su ejemplo arrastra a. muchos compañeros. Pronto estuvieron a la basileus que por necesidad de alimentar a sus tropas. Tan sólo Raimundo de
cabeza de un ejército de 10 000 jinetes y de 20 000 infantes que Saint-Gilles, cuyo ejército había sido particularmente hostigado por los
desembarcaron en noviembre de 1096 en el Epiro. petchenegas (quizá porque había en él elementos menos disciplinados, más
Hacia el 6 de noviembre, Bohemundo acampaba con su ejército en Dropli; se pobres que los demás) guardó rencor al Emperador y se negó siempre a
le reunieron después de algunos días de espera todas las tropas normandas, prestarle juramento. Por esto, como añade Raimundo de Aguilers, Alexis le dio
en aquella comarca que conocía bien por haber combatido en ella, en 1083, pocas cosas184.
contra Alexis. "Debemos ser mejores y más humildes que hasta ahora lo Dueño de sus mercenarios, el Emperador procura utilizarlos. Reconozcámoslo:
hemos sido -recuerda a sus tropas, según el autor de las Gesta-; cuidad de no la verdadera Cruzada no comienza hasta Dorilea (1 de julio de 1097); ante
saquear esta tierra, que pertenece a cristianos, y que nadie reciba más de lo Nicea los cruzados van a combatir por el Emperador de Bizancio. Sus jefes no
que le es necesario para comer." 181 Consejos indispensables, ya que los lo habían comprendido al principio. A lo largo del camino, hasta Nicea,
habitantes negaban el mercado libre a aquellos guerreros en quienes Godofredo y Tancredo habían hecho colocar "cruces de hierro y de madera,
sospechaban intenciones poco pacíficas. Con motivo, por lo demás, ya que las sobre estacas..."185 Estaban en la ruta de Jerusalén, como escribía Esteban de
Gesta añaden ingenuamente para disipar esos temores mal fundados: "Nos Blois a su mujer. Y he aquí la detención forzada ante la primera ciudad
apoderábamos de los bueyes, de los caballos, de los asnos y de todo lo que sarracena. El celo fue muy grande al principio y los trabajos de asedio
nos encontrábamos."182 En último extremo, si había en el camino una colonia conducidos con un orden absolutamente militar. Pero el sitio se fue alargando,
hereje, paulicianos o bogomilas sin duda, muy numerosos en la comarca, se hasta las primeras amenazas de hambre. Había bastado, sin embargo, para
incendiaban sus casas. que el Emperador obtuviese, por negociaciones secretas con los habitantes, la
La permanencia en Constantinopla no dejó de suscitar grandes dificultades rendición de la ciudad, en la cual los cruzados no entraron, por otra parte.
entre el Emperador y los cruzados. En cuanto un ejército de cruzados Para calmar a los descontentos, distribuyó el botín ganado a los turcos,
franqueaba las fronteras del Imperio, el Emperador le enviaba a sus oficiales ordenó considerables limosnas a los pobres, y, satisfecho en cuanto a sus
encargados de recibir a los que llegaban y prometerles víveres durante la designios inmediatos, dejó .a la tropa de los cruzados marchar hacia
travesía de las tierras del Imperio, pero al mismo tiempo las tropas en marcha Jerusalén.
debían ir seguidas a distancia por soldados encargados de volverlas al camino Primer percance que debía sobre todo iluminar a los príncipes en cuanto a las
derecho cuando se salieran de él para saquear algún pueblo. Tal fue el oficio intenciones del basileus y recordarles su juramento de fidelidad, que
de los petchenegas, de los que se quejan a cada instante los historiadores de renovaron, por otra parte, antes de salir hacia el Sur, a través de la Anatolia.
la primera Cruzada, pero que mantuvieron el orden. Por otra parte y a pesar Pero el conflicto de las reglas feudales y de las ambiciones políticas de un
179
Bohemundo no es más que el aspecto externo de la Cruzada. De hecho, en la
Según [102] ter, pp. 18-19.
180 183
Con, evidentemente, antiguos hábitos, el llamamiento tradicional del Oriente, como Alexis ha encontrado un historiador comprensivo y que busca las vías de la justicia
lo nota R. GROUSSET, [39], I, p. 20. en B. LEIB, [129].
181 184
[102] ter, pp. 21-23. [103], 238.
182 185
Id., ibíd., pp. 22-23. [102] ter, c. 7, pp. 34-35.
penosa travesía de la Frigia, después de la sorpresa y la victoria de Dorilea, se Sin embargo, al acercarse a Antioquía, muchos jefes no querían comenzar el
afirma una atmósfera nueva en la que, estando más.. cerca ya Jerusalén, se sitio; la -proximidad del invierno, la dispersión del ejército y su penuria de
pueden sentir las primicias de un espíritu de Cruzada con sus reglas armas les inquietaban, así como la dificultad de la empresa, pues la ciudad
colectivas. En Dorilea, después de las palabras de Bohemundo alentando a los con sus cuatrocientas torres era casi tan fuerte como Constantinopla. A lo
caballeros y dando instrucciones a los infantes, con el fin de que eleven con cual Raimundo de Saint-Gilles y algunos otros respondían que habían ido
prudencia y rapidez las tiendas, el cronista de las Gesta Francorum, de la llevados por la inspiración de Dios, que por su misericordia se había tomado
observancia normanda y siciliana, nos muestra el esfuerzo unánime del Nicea y vencido ya a los turcos; que no había, pues, que temer "ni el lugar ni
ejército para resistir al Turco. "Hasta nuestras mujeres -consigna-, que aquel el momento", y que había que comenzar el sitio. Prevaleció esta opinión de
día pos ayudaron considerablemente llevando agua para que bebieran optimismo religioso, y bajo los muros de Antioquía se instaló una multitud
nuestros combatientes y quizás también al no cesar de alentarles al combate heteróclita. No había en ella nada de un ejército feudal: abundaban los
y a la defensa."186 Unión moral en el santo combate, a la vez que reflejo de pobres; tanto entre las tropas de Pedro el Ermitaño como en el ejército de
defensa. Por lo demás, lo sobrenatural está muy próximo: el ejército de Dios Raimundo de Saint-Gilles, o caballeros obligados en la travesía de Asia Menor
lucha con los cruzados; toda victoria es querida por Dios o ganada por sus a vender sus armas, sus caballos y a cargar sobre cabras sus bagajes. Masa
mensajeros, dos guerreros de armas deslumbradoras y de una gran belleza sin historia evidentemente, pero cuya realidad se transparenta
que han conducido al ejército al triunfo187. La exaltación va creciendo así, constantemente en los cronistas al servicio dé las políticas. Limosnas,
manifestando un espíritu especial de la cruzada, en el que desempeñan muy distribuciones a los pobres, exhortaciones del obispo del Puy, "socorros de los
gran papel las pruebas soportadas en común, pesando principalmente sobre pobres", a cada instante se entrevé la solicitud interesada, a veces religiosa,
la clase noble. Se había hecho botín en Nicea y también en Dorilea; pero de los grandes por aquella horda a la que han ido a fundirse probablemente
cuando se adentraron más en las tierras hacia el Sur, los aprovisionamientos muchos de los primeros contingentes anárquicos, que llegaron a fuerza de
no bastaron ya y las ocasiones de saqueo se hicieron cada vez más raras. El rapiñas hasta el Asia Menor. En medio de ellos ahora, los cristianos armenios
hambre y la sed postraban a los cruzados: hombres y animales morían, según y sirios que el emir Siyan expulsara de Antioquía, al acercarse los cruzados,
el relato asombrosamente circunstanciado de Alberto de Aix, debilitados por aportan su exaltación oriental, sus, creencias, sus leyendas y sus hábitos de
un sudor continuo; al sucumbir bajo el calor, los hombres respiraban, con la tráfico. Atmósfera singularmente propicia a la efervescencia religiosa, cuando
boca abierta, el poco aire que quedaba. Las aves cautivas, delicias de los la desmoralización y el hambre vienen a añadirse. Estas eran fatales, hasta
grandes y de los nobles, morían de sed en el puño de sus amos, y los perros tal punto carecía de espíritu estratégico el ejército cruzado: con excepción de
adiestrados para la caza expiraban en la mano de sus conductores 188. Raimundo de Saint-Gilles, siempre enardecido, los jefes no sabían ni atacar ni
También los caballos caían en gran número, y muchos caballeros tenían que ir cercar190. Tampoco eran capaces de obrar de común acuerdo y de practicar
a pie. Vendían a quienes los querían escudos y cotas de malla para una política de las subsistencias para prolongar la asombrosa abundancia en
confundirse pronto con los infantes. Así, la primera prueba del desierto tendía la que viviera el ejército durante las primeras semanas del sitio. La crisis
a acercar las condiciones, en tanto que los "grandes jefes", por el contrario, moral se Afirma con aquellas tropas que combaten a su capricho, con las
se apartaban de la disciplina, divididos por sus ambiciones: Tancredo y salidas casi continuas de los turcos y los primeros efectos del frío. Los propios
Balduino combatían uno contra otro ante los muros de Tarso, y pronto jefes pierden espíritu militar: uno deja el campo para ir a saquear, otro por
Balduino, llamado por los armenios, se instalaba en Edesa, fundando el primer cansancio. Raimundo de Saint-Gilles y Godofredo de Bouillon caen enfermos.
principado latino de Oriente y ahora perdido para la Cruzada. Pero el grueso Cercana la Navidad de 1097, comienzan a escasear los aprovisionamientos.
del ejército, tras de haber franqueado el Taurus, llegaba al fin el 21 de Para procurarse víveres, habrá que ir a buscarlos a distancias de cuarenta y
octubre ante Antioquía, "ciudad real, capital de toda la Siria, que el Señor cincuenta millas y mantener constantes escaramuzas contra los turcos.
Jesucristo había confiado al bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles, Pronto, los asaltantes tendrían que contentarse con troncos de legumbres
para que la llevara a la fe santa". El júbilo estalla en el autor de las Gesta, tan secas, con cardos que no se podían cocer por falta de leña. Se habían comido
poco expansivo de ordinario, para dar gracias al Señor por este primer triunfo todos los animales. Y por si era poco, la lluvia pudría las tiendas. No había
de, la Cruzada189. alimento, ni había abrigo.
186
[102] ter, c. 9, p. 47.
187
[103], 240: "...sed nos non vidimus", subraya Raimundo de Aguilers..
188
ALBERTO DE Aix, Historia Hierosolymitanae expeditionis, lib. III, c. II. Y. L., t. CLXVI, 190
Característico e impresionante, el texto de Alberto de Aix, III, 17, consignando el si-
col. 437-438. lencio de la ciudad durante más de quince días. Nada se movía en la ciudad cerrada; los
189
[102] ter, c. 11, p. 65. cruzados tampoco.
II. EL EJÉRCITO CRUZADO EN EL SITIO DE ANTIOQUÍA: LOS POBRES, LOS aconsejando a los tafures que han acudido en tropel ante su tienda que
TAFURES Y LA "CRISIS" ESCATOLÓGICA. devoren a los turcos cuyos cadáveres están allí194.
¿Qué son exactamente estos tafures, que van descalzos y se alimentan a
Era inevitable que lo sobrenatural, la idea del prodigio latente se difundiera menudo de hierbas y de raíces? Una tropa de ataque, siempre en vanguardia,
entre aquella multitud, tan pronto sobreexcitada por las privaciones, siempre especializada como lo estarán un poco más tarde los ribaldos de Felipe
desconfiada (como lo prueba su odio contra el enviado del Emperador), tan Augusto, hombres que llevan una existencia muy ruda, que asustan a los
pronto abatida, desmoralizada. El 30 de diciembre de 1097, se ve una fuerte turcos por su mismo salvajismo, y entre los cuales parece no haber sido raros
aurora boreal en Antioquía y en Edesa. Al mismo tiempo, se experimentan los casos de canibalismo. Si no se puede hacer, con Pigeonneau 195, de su jefe,
violentos temblores de tierra. Una cruz de marfil se dibuja en el cielo, marca el rey Tafur, una personificación de los villanos, de los campesinos y de los
de una atención divina, mucha más clara que el signo de dirección que habían siervos, como Godofredo o Roldán representan la caballería, hay que
advertido, al decir de Foucher de Chartres191, los cruzados delante de reconocer que la leyenda acumula en torno de él los rasgos de pobreza. Las
Heraclea, una espada deslumbradora apuntando hacia el Oriente. Quizás es Gesta nos lo presentan como un caballero sin señorío, convertido en peón,
desde este momento desde el que hay que datar el comienzo del movimiento que obliga a su tropa de vagabundos y de errantes a la más estricta pobreza:
místico que se manifestó entre los cruzados provenzales y cuya peripecia del mismo modo que no pueden llevar armas, los tafures no deben guardar la
esencial será más tarde la invención de la Santa Lanza. Raimundo de Aguilers menor moneda. Todos aquellos en los que al Rey le parece encontrar afición a
sitúa en la misma noche que la aurora boreal y el temblor de tierra, la tal vida de privación y de lucha pueden ingresar en la tropa: el Rey los recibe
aparición del apóstol San Andrés a Pedro Bartolomé. En todo caso, los con gusto. Así, la regla primera para. entrar en ese cuerpo de elección -la
fenómenos del 30 de diciembre provocaron en el clero y probablemente en la Canción de Antioquía, favorable evidentemente a los príncipes atestigua su
multitud un movimiento de emoción lo bastante intenso para que Adhemar valor- parecía ser la de una absoluta pobreza. Y no deja de tener importancia
del Puy prescribiese inmediatamente un ayuno de tres días a los cruzados comprobar el lugar que ocupan esos descamisados sin armas en la leyenda:
acampados delante de Antioquía, oraciones y limosnas. Es el anuncio de una se les ve aparecer por primera vez bajo los muros de Nicea, y allí cargan
santificación general por la cual se veda todo comercio y todo tráfico de después de los caballeros y en pos del obispo del Puy. En el sitio de Antioquía
dinero, así como las obras de la carne, hasta el punto de que se alejó a las su fama aumenta; los príncipes tienen que proclamar a veces su admiración
mujeres del campo192. y, cuando los tafures, por consejo de Pedro han devorado muchos turcos,
Pero Dios no se aplaca. El hambre sigue reinando, y a lo que parece, llega a todos los jefes vienen al encuentro de su Rey, manifestándole todo género de
su paroxismo hacia mediados de enero. Los pobres, acosados entre los turcos consideraciones, y Bohemundo tiene que confesar al emir de Antioquía, que
y un mar para ellos inhospitalario, se sienten acometidos de pánico; muchos deja transparentar la emoción religiosa que domina a los turcos: "El rey Tafur
huyen; incluso, entre ellos, un día, Pedro el Ermitaño, con Guillermo el no puede ser domeñado por todos nosotros juntos." Utilizados para las
Carpintero, vizconde de Melun, profesional de la huida. De esta defección, misiones particularmente inhumanas y probablemente también para
que podría significar la quiebra del antiguo ideal, nos es difícil averiguar las desmoralizar a los sitiados con el espectáculo de sus excesos, los príncipes
causas: la mayoría de los cronistas la ignoran; sólo la menciona el autor de las tienen que contar con ellos, y cuando Bohemundo se hace introducir por un
Gesta, y la recoge la tradición de inspiración normanda, como, por ejemplo, renegado armenio en Antioquía, en la noche del 2 al 3 de junio, nadie puede
Guiberto de Nogent, el único que se indigna de tal cobardía. De hecho, Pedro impedirles que se arrojen sobre los paganos y sobre las bellas sarracenas.
ha perdido su puesto de primer plano; vive, como lo ha notado Paulino "Esto desagradó a Jesús, el Rey del Paraíso", nota al paso con un pensamiento
Paris193, con "los truhanes, los bribones", con esa gente baja cuyos indulgente el autor de la canción196.
movimientos nos escapan ante la inercia impotente de los jefes. Sin embargo, No todos los soldados de baja extracción que hay en el ejército son
se les entrevé a veces en la Canción de Antioquía, como en la asombrosa ciertamente tafures. Pero es lo cierto, por otra parte, que el cronista
escena en la que el trovador Ricardo nos muestra a Pedro el Ermitaño provenzal Raimundo de Aguilers, que sigue siendo nuestra fuente más útil
para conocer la vida de los pobres en la Cruzada y para penetrar, por encima
de las querellas de los jefes, en la psicología del ejército, refiere con muchos
detalles y a veces con complacencia las escenas de crueldad, los episodios de
191
[104], 337. cabezas cortadas. A veces incluso saca de ello una lección, como cuando,
192
RÖHRICHT, [126] p. 117; Raimundo DE AGUILERS, [103], 245. Análisis del "decretum 194
populi Dei" en Alberto DE AIX, lib. III, c. 57 P. L., t. CLXVI, col. 471-472 y FOUCHER DE Canto V, estrofas 1 y 2.
195
CHARTRES, I, c. 15, [104], 339-341. H. PIGEONNEAU, [155], p. 77.
193 196
[114], t I, p. 14. [114], canto VI, estrofa 35, II, 128.
después de la victoria del lago de Antioquía, cien o doscientas cabezas de hombres con su arte o su fuerza propia, va a desaparecer para dejar lugar a la
turcos son llevadas ante la tienda de los enviados del califa de Egipto: era un acción sobrenatural, gobernando a las masas a su antojo por la visión y la
testimonio de la fuerza de Dios, y de cómo puede con sus pobres castigar a revelación.
los más poderosos tiranos197. En esta sensibilidad colectiva exacerbada por Desde el comienzo de la Cruzada, en efecto, si bien los signos son muy
las privaciones y la lucha, lo horrible se convierte en extraordinario y en la difundidos, colectivos, no hay revelaciones individuales o son muy raras y
prueba de una atención divina, a la vez que la masa sin historia encuentra su probablemente no tuvieron influencia sobre la leyenda de los personajes,
primera gloria en ese Oriente legendario combatiendo por su Dios. como la vocación de Pedro el Ermitaño, o las revelaciones de Emicho, que se
Naturalmente, los instintos se desencadenan y como los humildes creen hacer creía, según Ekkehard, un nuevo Saúl. Tampoco se habla en los historiadores
obra pía exterminando al infiel, saquean con frenesí para restablecer los primitivos de la Cruzada de visiones individuales ni para Godofredo, ni para
derechos del Señor, con la imaginación trastornada por aquel Bohemundo, ni aun para Raimundo de Saint-Gilles, al menos al comienzo de
amontonamiento de riquezas: "Era realmente muy curioso -cuenta Raimundo la campaña. Por otra parte, era un momento poco favorable para las cosas
de Aguilers- el ver a algunos pobres de vuelta del combate; unos recorrían las individuales el del arranque de este amplio movimiento en el que todos y
tiendas a caballo para mostrar sus riquezas a sus compañeros de pobreza; cada uno son inspirados y se predican mutuamente la guerra santa. Las
otros, habiéndose revestido con dos o tres trajes de seda, glorificaban a Dios, cruces aparecen en los cielos, visibles a todos, y sobre la carne de cada uno.
dispensador de la victoria y del botín; otros, en fin, con tres o cuatro Guiberto de Nogent nos habla de un sacerdote que tuvo una revelación divina
broqueles, exhibían gozosamente los trofeos de la victoria.198" y que lleva una cruz en la frente, caso que debía ser cotidiano. Durante toda
Nada es sagrado para ellos, ni siquiera las tumbas, que abren a porfía, ya que la parte de la campaña anterior a la llegada a Asia Menor, no hay por decirlo
el infiel está fuera de las leyes de la Naturaleza. Terrible espíritu de guerra así nada en cuanto a revelaciones. Nada en la travesía de los países
santa, informado por esa armonía entre los instintos salvajes y la llamada de danubianos, nada en Constantinopla; el ejército es temporal, y su marcha
defensa religiosa, es la primera manifestación, lógicamente humana, de la está desprovista de todo elemento sobrenatural, especialmente de lo
Cruzada colectiva, enfrentada ahora con el Turco. Es entre los pobres donde sobrenatural que implique una idea de revelación general. Raimundo de
lo encontramos más claramente marcado, porque el cronista, muy ocupado Saint-Gilles cae enfermo en el momento en que se aproximan a Antioquía, y
por las rivalidades políticas de los grandes, no se preocupa en absoluto de tiene una visión (indirecta ya que es un tercero quien se la refiere): según
exagerar todavía su historia. Además la guerra era su oficio, y en ella siguen dice Raimundo de Aguilers, unos santos acuden a combatir a la vanguardia de
las reglas como hombres de poca fe, en tanto que los pobres no disponen los cruzados199. Pero aparte de que los historiadores no se muestran unánimes
más que del exceso, del desencadenamiento de sus violencias para en referir estos hechos, que emanan sobre todo de un grupo distinto en el
manifestar al Señor su total servidumbre. La Cruzada verdaderamente vivida ejército (el contingente provenzal), no se pueden considerar las apariciones
debía ser de exterminio. En tanto que hecho de vida religiosa colectiva, de santos guerreros como revelaciones. Durante toda la duración del sitio de
hubiese podido detenerse ahí si el adversario hubiese sido más fácil. Antioquía (al cual fueron conducidos divina inspiratione, según dice Raimundo
Pero la conquista de Antioquía, el 3 de junio de 1098, está lejos de mejorar la de Aguilers200, aunque esta opinión parece personal de Raimundo de
situación de los cruzados. Esteban de Blois se había marchado hacia Saint-Gilles, y a causa de una revelación caracterizada, visible, ya que los
Alejandreta para dejar realizar a Bohemundo sus planes ambiciosos, y éste otros jefes vacilan), apenas si hay otra cosa que los fenómenos
solo ya, herido, no puede conquistar la ciudadela en la que los turcos siguen meteorológicos naturales, que se consideran como revelación, indicación de
resistiendo, cuando el ejército de Kerbogath, emir de Mosul, llega el 7 de junio una voluntad divina, sobre todo la aurora boreal y el temblor de tierra del 30
a cercar la ciudad. Cogido entre los infieles, sin aprovisionamiento posible por de diciembre. Como es sabido, la emoción fue muy considerable. Pero
el lado del mar, el ejército de los cruzados, en esta segunda parte de sitio, se después, ni los trabajos del asedio, ni los diversos combates, ni la muy
encuentra dominado por una especie de locura obsesiva. A partir de los prosaica toma de Antioquía van precedidos de revelaciones. Las leyendas que
primeros combates, hay deserciones dramáticas por entre las rocas hacia el rodean la toma de Antioquía están evidentemente injertadas sobre el fondo
mar, rumores sobre la huída de los jefes, movimientos populares hacia el histórico y no tienen lugar alguno en la trama extremadamente simple de las
puerto, hambre, y la materia humana se agita, atormentada por el terror. Gesta, en las que no se encuentra, por otra parte, entre la salida de los
Aquí termina, puede decirse, en esta prueba extrema, la primera fase de la cruzados y la aparición de Cristo y de la Virgen al sacerdote Esteban, es decir,
Cruzada: un pensamiento de conjunto, religioso sin duda, pero realizado por de agosto de 1096 a junio de 1098 (-probablemente 4 de junio-), rastro
alguno de sobrenatural. La exaltación religiosa no produjo, pues, un efecto
197
[102] ter, 86-87, mencionan solamente el hecho. El comentario en Raimundo DE
199
AGUILERS, [103], 247. [103]; 241 y 240 (cap. IV: es el capítulo de lo sobrenatural).
198 200
[103], 249. Per Dei inspirationem, dice el propio conde, [103], 241.
exterior, no se concretó, no dio su impulso principal hasta el momento trágico les recordará constantemente su vocación inicial y el gran impulso de las
en que los cristianos se encontraron presos entre el ejército de Kerbogath y la partidas. El procedimiento cambiará pero la necesidad sigue siendo religiosa.
guarnición de la ciudadela, cogidos entre la matanza por los turcos y la Necesitaban mucho los grandes la prueba de Antioquía para que la Cruzada
muerte por el hambre, cuando el ejército de los cruzados se vio recóbrase su verdadero sentido: la realización del discurso de Urbano II y la
desembarazado de los elementos desmoralizadores por la huida de muchos desaparición de la gran inquietud que desde hacia cerca de medio siglo,
"hombres de poca fe". En este momento comienzan las revelaciones de pesaba sobre el Occidente.
carácter colectivo por su objeto e individual por su origen: las profecías.
Es una transformación profunda la que se anuncia en el espíritu mismo de la
Cruzada. En todo el Occidente la Cruzada partió arrastrada por móviles
escatológicos: la idea de la próxima venida del Anticristo, la conquista de los
últimos días, la creencia de la permanencia de los santos en Jerusalén. Mucho
más que un acto de la ambición humana, que una necesidad de conquista
-que no se logra explicar obstinándose en interpretar la historia con las reglas
de la filosofía individual-, es un hecho social, es decir, la realización colectiva
de una doctrina teológica. Evidentemente, no todos participan en ella en el
mismo grado, ni hay unanimidad: los grandes se encuentran solicitados a la
vez por la necesidad religiosa del conjunto, la idea de la peregrinación
armada y sus hábitos de conquista personales; otros, como Emicho, viven de
la realización apocalíptica; en cuanto al pueblo, plenamente, marcha hacia
Jerusalén para realizar su salvación, impulsado por una fuerza tanto más
poderosa cuanto más misteriosa es. Hecho religioso de redención, llevado a
cabo por una migración colectiva, así podía ser definida la Cruzada, en la
psicosis de las expediciones. Así seguirá siendo, sobre poco más o menos,
hasta los días decisivos del sitio de Antioquía en los alrededores de junio de
1098. Todo se realizará en la obsesión de ese extraordinario divino, con crisis,
y ya sin la hermosa seguridad de los comienzos en las victorias predichas de
toda la eternidad sobre el plano del mundo. Al mismo tiempo, el objetivo de la
Cruzada se precisa, se humaniza, delimitación clara de un. fin absolutamente
terreno sin la fuerza de una redención religiosa: va a tratarse de liberar la
tumba de Cristo y de hacer una peregrinación armada a las reliquias de la
Pasión. El determinismo escatológico, inmensa fuerza que conduce a la
colectividad cristiana a su salvación, ha dejado ya de jugar: el cruzado ha
vuelto a ser hombre, consciente de sus intenciones y de sus medios, pero es,
cuando surge la dificultad, para abandonarse a la manifestación contingente y
siempre propicia a la voluntad de Dios.
No hay en esto nada de asombroso: la esperanza salvadora vivida por esas
multitudes atormentadas, fuera de todos los marcos eclesiásticos, debía
perder intensidad a medida que se aproximaba el objeto, sobre todo bajo la
prueba de los sufrimientos de la interminable marcha. Y no obstante, la
esperanza, la atracción de Jerusalén vive en esas masas populares. Hasta el
sitio de Antioquía, la Cruzada de los barones, la que ha constituido hasta
ahora la Cruzada de la historia, ha sido una expedición militar, de intenciones
religiosas lejanas, pero de objetivos políticos precisos. Esa masa efervescente
y dolorosa, de la cual se va a servir ahora, en contacto con la cual va a vivir, a
la cual se acerca cada día más por aquellos que van perdiendo su caballería,
CAPITULO II de los cruzados, pero Cristo sigue mudo 205. Sin embargo, en los dos relatos
VISIONES Y PROFECÍAS anuncia, para de allí a cinco días, un socorro sobrenatural, cuando la
santificación, objeto incesante de los esfuerzos de Adhemar de Monteil, haya
I LA SANTA LANZA Y LA VICTORIA DE ANTIOQUÍA purificado el ejército culpable206.
Así, la visión de Esteban es una explicación del sufrimiento por el pecado, una
En la mañana del 11 de junio de 1098, el sacerdote Esteban acude a informar exhortación a la penitencia, con ritos que precisan las Gesta, la obligación de
a los príncipes cruzados de que, la noche anterior, se le ha aparecido cantar cada día el responso Congregati sunt, y la promesa condicional de la
Jesucristo, ordenándole que les diga que tengan confianza en su Señor. A victoria. Eco indiscutible del pensamiento reformador del obispo del Puy,
esto, los príncipes declaran que morirán en Antioquía antes que huir 201. La designado expresamente en Raimundo como el jefe moral del ejército, parece
víspera, en efecto, los turcos habían librado a los cruzados un terrible no haber tenido como consecuencia práctica más que el juramento de los
combate cerca de la ciudadela de Antioquía, y aquella misma noche, jefes, a vida o muerte, de no huir. Limitada al consejo de los príncipes y al
consecuencia moral inmediata, el número de los que habían huido mundo de los caballeros, no podía ser más que el preludio de esa
desesperando de todo, había adquirido proporciones considerables: se manifestación divina de la que el ejército entero tenía necesidad, próxima, de
acusaba a los príncipes de traición; todos los rumores atenaceaban aquella recuerdo durable y lo más posiblemente materializado, sin repetición de las
multitud aterrorizada: reunidos en una iglesia, sacerdotes y legos, dice el prescripciones religiosas tradicionales, ya que lo propio del milagro es lo
cronista, lloraban esperando la irrupción inminente de los turcos. ¿No era extraordinario.
necesaria la revelación de Cristo, manifestando la protección divina? Algunas Tal debía ser el descubrimiento de la Santa Lanza, complejo de
apariciones del Señor habían permitido, si hemos de creer a Foucher de acontecimientos milagrosos que marca la segunda parte del sitio de Antioquía
Chartres202, retener a unos cruzados que se marchaban, pero ante las y la evolución interior del espíritu de Cruzada. Estudio que sería peligroso
proporciones del desastre, se hacía necesaria una visión más resonante, aislar, como un tema de mitografía abstracta, de los acontecimientos: todo
precisamente la de Esteban, que había de reducir las huidas y tranquilizar a depende aquí de ellos y ellos a su vez de las visiones. Hay una transmisión del
los vacilantes. Léanse los cronistas en efecto: el acto es solemne y acto al símbolo y del símbolo al acto. Cierto es, por otra parte, que todo se
compromete al ejército entero. "Los príncipes juraron no dejar Antioquía, ni crea, se utiliza, se modifica en esta materia por y para los partidos, que,
salir de ella como no fuera por el común consentimiento de todos."203 desde este momento se disputan la supremacía del ejército de los cruzados,
Si se releen, por otra parte, los dos relatos que, con diferencias de detalle, en el que, según la frase del sacerdote Esteban en el texto de Raimundo,
dan Raimundo de Aguilers y las Gesta, impresionan algunos elementos "jamás hubo amo"207, fuera del legado del papa, cuyo ascendiente fue real.
comunes, que caracterizan aquella visión esencial. El Señor emplea en ambos Hasta el punto de que después de haber establecido el texto hagiográfico de
textos el mismo signo de reconocimiento. Cuando el visionario se asombra los milagros, hay que interpretarlo sin cesar en conexión con el hecho
ante aquella aparición de una belleza, deslumbradora, comienza poco a poco cotidiano de la Cruzada, para descubrir el verdadero fenómeno de elaboración
a brillar una cruz sobre ella, marcando el Cristo redentor. Y en todas partes colectiva y continua.
manifiesta el Señor su cólera. En las Gesta, Cristo, tras de haber mostrado al La principal fuente sigue siendo, por otra parte, ese Raimundo de Aguilers,
sacerdote los signos de su Providencia en socorro de los cruzados hasta capellán del conde de Tolosa, al que Paulino Paris ha declarado peligroso, y
delante de Antioquía, reprocha con violencia a sus tropas sus pecados, sobre Klein, un simple embustero208, o bien -tal es el pensamiento de Sybel y de
todo los de la carne, cuyo intenso hedor sube hasta el cielo 204. Menos colérico, Molinier- autor de un libro escrito tan sólo para justificar el descubrimiento de
pero también severo, el Cristo de Raimundo de Aguilers, tras de haber la Santa Lanza. Juicios demasiado severos que no quieren fijarse en dos
preguntado a Esteban quién era el jefe del ejército y haberse enterado de que detalles precisos sobre la marcha del ejército y los diferentes combates,
no lo había, y sí únicamente una autoridad moral, la del obispo, prosigue:
"Dirás esto al obispo: Ese pueblo al obrar mal me ha alejado de él. Es preciso 205
R. DE AGUILERS, [103], 256.
que le repitas esta palabra del Señor: Volved a mí y yo volveré á vosotros." La 206
Adviértase que existe una tercera forma de la leyenda, la de Alberto de Aix, quien re-
Virgen intercesora, acompañada de San Pedro en las Gesta, implora el perdón fiere el relato delante de Antioquía, por un fraile lombardo, de una revelación de Ambro-
sio obispo de Milán a un sacerdote italiano sobre el sentido de la Cruzada y la certeza
201 de tomar Jerusalén (Historia Hierosolymitanae expeditionis IV, 38 P. L., t. CLXVI, col.
[124], 279; RÖHRICHT, [126], 143-144. 501). La segunda forma es la de las visiones diseminadas, según el relato de Foucher
202
[104], 346. de Chartres.
203 207
R. DE AGUILERS, [103], 156. R. DE AGUILERS, [103] 256.
204 208
[102]ter, pp. 129-131. KLEIN, Raimund von Aguilers, Berlín, 1892.
librados sin preocupación exclusiva de la Santa Lanza: en toda la primera parecer, si seguimos el relato del cronista tolosano, mucho más
parte, no se hace alusión a ella. Y por lo demás, esos milagros, esos prodigios circunstanciado que las Gesta, muy breves sobre estas apariciones y que
están de acuerdo con la índole del libro, que es realmente un relato de las ignoran tanto el origen provenzal de Pedro como el lugar del conde de Tolosa
Gesta dei per Francos, sobre todo si esos francos son provenzales. El libro de en la visión. Manifiestamente la gesta normanda no quiere retener más que
Raimundo contiene, en efecto, una historia sobrenatural de la Cruzada, pero un relato esquemático, sin descripción complacida de las apariciones; suprime
no una historia de la Cruzada orientada hacia la Santa Lanza. No es hasta la también a los jefes, ya que el peregrino Pedro, después de haberse enterado
noche de la gran batalla del 10 de junio, en que el pánico y la desesperación del lugar en que está escondida la lanza, va a contar su visión a sus
acometen a los cristianos, cuando un pobre campesino provenzal, Pedro compañeros, hominibus nostris, dice la crónica. Todos se burlan de su
Bartolomé, va a ver a Raimundo de Saint-Gilles y al obispo del Puy para ingenuidad y se mantienen incrédulos. Es entonces cuando, a guisa de
confiarles una visión ya antigua que él, en su humildad, no se había atrevido prueba, cuenta Pedro una visión anterior y que se parece en todos sus puntos
a confiar a los grandes209. Se le había aparecido San Andrés y le había a la del sacerdote Esteban, anunciando como ella, para dentro de cinco días,
revelado el lugar en que se encontraba en Antioquía la Lanza que traspasara el talismán de la victoria. Relación que da todo su significado histórico y
el costado del Señor; no podría ir a recogerla para llevársela al conde, como religioso al relato de Raimundo de Aguilers: en él, por el contrario, las visiones
talismán de victoria, hasta que no fuera tomada la ciudad. Apremiado por de Pedro forman un todo, independientemente de las apariciones en las que
manifestaciones sucesivas del santo, había hecho al fin violencia a su el Señor hablaba de su misericordia próxima, con su lógica interna, su
pobreza, contándoselo todo a los jefes. Primero, la primera visión, cuando progreso psicológico, y sobre todo su preocupación de atribuir al conde de
tembló la. tierra, el 30 de diciembre: dos hombres vestidos de blanco Tolosa la mejor parte. A él pertenecerá la Lanza cuando haya conquistado la
deslumbrador se le aparecieron, uno de los cuales era joven, alto, más ciudad; él será quien debe, cuando haya llegado al río Jordán, según lo
hermoso que los hijos de los hombres; éste permaneció mudo. Fue su prescribe San Andrés en una de las últimas apariciones 211, vestirse una
compañero quien habló, de más edad, estatura mediana, cabellos rojizos y camisa y unas bragas de lino y asperjarse con el agua del río, purificarse en
blancos, de ojos negros y barba blanca: era el apóstol Andrés y lee aquí lo que cierto modo en un bautismo místico. Es un personaje elegido, casi mesiánico.
dijo al campesino prosternado: "Reúne al obispo del Puy, al conde de La visión de Pedro, de elementos maravillosos un tanto toscos, esencialmente
Saint-Gilles y a Pedro Raimundo de Hautpoul (uno de los íntimos del conde) y laica, debe precisar esa vocación sobrenatural, en tanto que la visión del
diles: ¿Por qué ha dejado el obispo de predicar y de signar al pueblo con la sacerdote Esteban, la que ha provocado el juramento colectivo, en la cual no
cruz que lleva delante de él?" Hecha esta advertencia, condujo a Pedro a la se ha tratado de la Lanza, y cuya forma es más equilibrada, casi litúrgica y
iglesia de San Pedro, para mostrarle la lanza que debería entregar al conde, terminando en una penitencia, podría muy bien ser la del partido del obispo.
pero sólo cuando éste hubiese tomado la ciudad. ¿Cómo un pobre hombre, al En la visión de la Santa Lanza, no tienen parte alguna la liturgia, el culto ni la
volver en sí, podía acercarse a la grandeza del conde para hacerle conocer la disciplina. El partido raimundiano ha encontrado al fin su designación
voluntad del apóstol? Así, pues, calló, pero el santo velaba. Nueva aparición el providencial, ya que el conde de Tolosa es el príncipe más limosnero del
10 de febrero. Pedro alega su pobreza. ¡Cómo!, responde el apóstol, ¿no ejército.
sabes, entonces, que Dios ha escogido a los pobres designándolos como sus No podía tardar en prevalecer, y la noche del 14 de junio, después de un
santos para cumplir su voluntad? "Vosotros aventajáis, en efecto, en méritos golpe de audacia de Bohemundo, el cual, para restablecer su autoridad, había
y en gracia, a todos los que os preceden y a los que vendrán después de hecho prender fuego, el 12 de junio, a una parte entera de la ciudad, se
vosotros, lo mismo que el oro vale más que la plata."210 Esta vez, Pedro, descubre la Santa Lanza en la iglesia de San Pedro de Antioquía. Habían ido al
aunque herido en la vista por no haber seguido los mandatos del apóstol, templo guiados por Pedro Bartolomé; no había más que doce personas, cifras
vuelve a pecar por respeto humano: teme ir al encuentro del obispo y del de elección que consigna cuidadosamente Raimundo de Aguilers212, entre las
conde, pues se le acusará de haber inventado la visión para conseguir dinero cuales se contaban el obispo de Orange, Raimundo de Aguilers y el propio
y alimento. Guarda, pues, su secreto, pero el apóstol le hostiga con Raimundo de Saint-Gilles. Habían estado cavando hasta la noche, y ya
apariciones sucesivas, hasta esta última a la que ya no puede resistirse. comenzaban a desesperar. Raimundo de Saint-Gilles, que había tenido que
Apenas ha acabado de hablar, justifica sus vacilaciones: el obispo no da salir fuera para la vigilancia de las murallas, acababa de retirarse, y nuevos
importancia afina a su relato; tan sólo el conde le ha escuchado con profunda obreros habían reemplazado a los del turno anterior. Pedro Bartolomé,
atención y se le confía a su capellán Raimundo para que vele por él. Helo descalzo y en camisa, recomienda que recen y baja a la fosa; entonces
convertido ya en el hombre del partido provenzal, lo cual se merece, al aparece la Lanza.
209 211
R. DE AGUILERS, [103], 253-254. R. DE AGUILERS, [103], 255.
210 212
R. DE AGUILERS, [103], 254. Trece, dicen las Gesta ([102]ter, 146-147): es el grupo de doce, más el visionario.
Al día siguiente, para obtener la lección de la gracia, San Andrés se aparece de la Cruzada, la Santa Lanza216. Kerbogath sufre una gran derrota, se saquea
de nuevo a Pedro, mostrándole la misericordia singular del Señor para el su campo y la ciudadela de Antioquía es entregada a Bohemundo por el jefe
conde, a quien ha constituido en su portaestandarte, "si es que persevera en que la manda. Es la victoria prometida. "Se vio descender de las montañas
el amor de su Dios". El santo aparece, como en las visiones anteriores, con un -dice el autor de las Gesta- tropas innumerables de guerreros montados en
compañero misterioso; Pedro se envalentona hasta el punto de preguntarle su caballos blancos y precedidos de blancos estandartes. Los nuestros no
nombre, y el apóstol contesta: "Acércate y bésale el pie.213" Ha reconocido a podían. comprender lo que significaba, aquello, ni quiénes eran tales
Cristo, ante quien San Andrés fija muy exactamente la liturgia de la invención guerreros; pero al fin reconocieron que se trataba de un ejército de socorro
de la Santa Lanza. ¿Cómo dudar de la autenticidad de la visión, después de enviado por Cristo y mandado por San Jorge, San Mercurio y San Demetrio.
que Raimundo y el obispo de Orange interrogan al palurdo, que ni siquiera Este testimonio debe ser creído: varios de los nuestros vieron estas cosas."217
sabía las letras? Añadamos, con el cronista, los consejos morales dados por el Los santos militares no dejaron de unir su fuerza en apoyo de la promesa
santo y la explicación de la derrota. Indudablemente, los cruzados han divina.
ofendido en gran manera al Señor, pero éste ha escuchado su llamamiento de Pero la ayuda sobrenatural abandona al hombre inmediatamente después de
angustia. Que cada cual, para apresurar su misericordia, se ponga en sus la victoria. Lo prueba la prolongada espera del ejército victorioso en
manos y haga cinco limosnas, el número de las llagas del Señor. Los que no Antioquía. Esto obedece a que Bohemundo, el astuto normando que ha ido
puedan, -pensamiento del pobre-, rezarán cinco padrenuestros. Después, que con el propósito de conseguir un reino sirio, y el conde de Tolosa, cuya
todos se remitan a la decisión de los príncipes; la mano divina milita con ellos. ambición temporal brota inmediatamente después del triunfo, se disputan
Y esta exhortación que se dirige a los guerreros que flaquean: "Si alguien Antioquía: Bohemundo, que tiene a su favor la promesa de la mayoría de los
puede dudar de la victoria, que le abran las puertas y se vaya con los turcos; jefes cruzados, hábilmente extorsionado en un momento crítico del sitio,
verá cómo el dios de ellos le salva. Si otro se niega a combatir es digno del queda al fin victorioso sin mucho trabajo. El cronista provenzal denuncia la
traidor judas, que abandonó a los apóstoles y vendió a su maestro a los codicia de los jefes que no saben aprovechar la derrota de los turcos para
judíos."214 Los muertos luchan, por otra parte, con los vivos en una admirable correr de un tirón a Jerusalén218. Cierto es que los sufrimientos y los trabajos
comunión de Cruzada; los vivos no tendrán que matar más que la décima del asedio merecían algún reposo, y que en pleno verano sirio no se puede
parte de los enemigos: el resto será obra de los muertos. Y el santo, para que razonablemente ponerse en camino hacia el sur, cruzando la meseta de
no falte ningún llamamiento ni a la cobardía ni al valor, termina con esta Judea. El pensamiento demasiado humano del consejo de los barones
amenaza y esta promesa: "No tardéis más en hacer la guerra. Si no el Señor prevaleció evidentemente.
enviará al otro lado tantos enemigos como los que ahora os hacen frente; y
quedaréis sitiados y hambrientos hasta el punto de que os devoraréis los unos II LA MARCHA HACIA JERUSALÉN. PODER DE LOS POBRES.
a los otros. Sabed bien, sin embargo, que han venido los días prometidos por
el Señor a la Bienaventurada Virgen María y a sus apóstoles, en los que debe A partir de entonces comienza en la historia interna de la Cruzada una
elevar el gran reino de los cristianos... No os detengáis, pues, en las tiendas rivalidad sorda entre los cuidados temporales de los jefes, ya sean ambiciones
de los paganos para buscar en ellas el oro y la plata."215 personales, ya sea prudencia estratégica, y la voluntad sobrenatural, revelada
Extraordinaria alegría reina desde entonces en el ejército de los cruzados: la por la visión. El movimiento del ejército, de Antioquía a Jerusalén, va ritmado
victoria parecía inminente, y, una vez llevados a cabo el ayuno y las por la aparición, expresión de la voluntad popular; ésta no entiende las
procesiones, se decide una gestión que contrasta por su idealismo con los razones de los grandes, se mantiene fiel a la vocación inicial, la de liberar
hábitos de los jefes. Pedro, todavía el Ermitaño, va como embajador del Jerusalén y realizar la penitencia redentora, a la vez que siente, en un
ejército a proponer a Kerbogath que abandone el campo, que salga de paroxismo como fue el del sitio, disminuir peligrosamente sus fuerzas. Y esto
Antioquía, que era "la herencia del bienaventurado Pedro y de los cristianos". tanto más cuanto que, el hombre que representaba para la Cruzada la
La acogida de Kerbogath fue amenazadora y desdeñosa. No obstante, la autoridad espiritual va a desaparecer: el 1 de agosto de 1098, el obispo del
audacia de la gestión de Pedro prueba que había vuelto la esperanza al Puy, Adhemar, muere de la peste: otra amenaza que sentía con intensidad la
ejército cruzado, y cuando, el 28 de junio de 1098, los francos cruzan el soldadesca, que vivía entre los cadáveres. Legado del papa y obispo,
Orontes para librar batalla al ejército del emir, el cronista Raimundo de Adhemar personificaba toda la disciplina y la tradición católicas: él era quien
Aguilers lleva al lado del obispo Adhemar, en la tropa provenzal, el paladión recomendaba la oración, la penitencia dé los pecados, predicaba y ordenaba
213 216
R. DE AGUILERS, [103], 257. Ibíd., 260.
214 217
R. DE AGUILERS, [103], 258. [102] ter, p. 155.
215 218
Ibíd.. 259. Ibíd., y R. DE AGUILERS, [103], 262.
a los clérigos. "Consejero de los ricos y sostén de los pobres", como dice el conde Raimundo y Roberto de Flandes salen de Antioquía para ir a sitiar
autor de las Gesta, él era la Iglesia con el poder de absolver y los ritos que Marra. Nueva etapa y nuevos fracasos: la visión reaparece, signo de la
purifican. Ausenté él, su espíritu vivirá allí donde encuentre aún una necesidad popular y medio para la plebe de mantenerse fiel a su gran
intensidad religiosa, entre los pequeños que pasan a ser, en su masa, esperanza. Es Guillermo, obispo de Orange, por un momento sucesor moral
depositarios del pensamiento moralizador, así como rezan con su ritual de Adhémar de Monteil, quien reúne a los cruzados para contarles la nueva
rutinario. Por eso, al anuncio de la muerte del obispo, una profunda emoción aparición de los apóstoles Pedro y Andrés a Pedro Bartolomé. Los apóstoles,
abruma a las masas populares, y algunos días después, en la noche del 3 al 4 cuando todo el mundo comenzaba a desesperar, se han presentado bajo las
de agosto, Pedro Bartolomé ve de nuevo a San Andrés, junto a Cristo, esta apariencias miserables de los pobres que fueron cuando se presentaron a
vez con el obispo del Puy. Admirable continuidad de la fabulación provenzal: Jesús. En el transcurso de la aparición se transforman, por lo demás, en
el obispo se aparece con una parte del cabello quemada, pues vuelve del personajes celestiales, de una belleza deslumbradora, "con el fin de que
infierno, a donde ha ido a expiar su incredulidad por haber dudado un Pedro pueda conocer las transformaciones que están prometidas a quienes
momento de la palabra del pobre campesino; que anunciaba la invención sirven a Dios devotamente". San Pedro, como en otro tiempo Andrés, fustiga
próxima de la Santa Lanza219. Siempre fiel a sus amistades, declara a Pedro su la ingratitud de los cruzados, les reprocha sus faltas y su indiferencia en
voluntad de quedar enterrado en Antioquía: era chasquear a Bohemundo, que cuanto a la "prenda de victoria" que les ha sido divinamente dada. Tampoco
quería transportar su cuerpo a Jerusalén. San Andrés, que habla después del pagan los diezmos y hacen violencia a los pobres. Pero los pobres tienen sus
obispo, aparte de sus habituales reproches, no hace sino remachar, al afirmar patrones celestiales, pobres como ellos, que velan por la Cruzada, su prenda
que el socorro de Dios sigue favoreciendo al conde, el cual debe agrupar en de victoria, la Santa Lanza, invención de los pobres y la voz sobrenatural para
torno suyo a todos los buenos. Pero que elija un obispo para suceder a reclamar esa justicia distributiva que debía ser la regla de la comunidad de
Adhemar y que se sacrifique a la necesidad de la unión entre Bohemundo y Cruzada.
él: Raimundo comienza a no estar ya al abrigo de todas las críticas. He aquí Su audacia crece, por otra parte, de día en día. Después de la toma de Marra,
en fin la promesa y la amenaza, ahora tradicionales: "Jerusalén está a diez el 12 de diciembre, hay en ellos una agitación, ante la cual parece inquietarse
jornadas de vosotros, pero si no seguís estas exhortaciones, ni en diez años Raimundo de Aguilers222. Los jefes siguen discutiendo: Raimundo, en el fondo,
habréis llegado a Jerusalén."220 Es evidente que esta primera visión, así como ha tomado Marra para burlar a Bohemundo, y éste pretende impedirle que
las otras que van a marcar la ruta, es un signo de la impaciencia popular: va entregue la ciudad al obispo de Albara, criatura de los provenzales, a menos
cargada incluso de amonestaciones, recordando repetidamente a Raimundo y que el conde abandone sus pretensiones sobre Antioquía. Raimundo sigue
a Bohemundo la regla de la concordia y del amor; también es previsora, ya negándose a tratar en cuanto a su parte de Antioquía; Bohemundo amenaza
que prescribe la ayuda a los pobres y el reparto de las riquezas. No hay que con abandonar la Cruzada, y en el ejército corre el rumor de que el conde de
exasperar a la miseria, pues puede estallar. Tolosa quiere poner guarnición en Marra. Hasta con esta amenaza dé nuevas
Después de haber malgastado el verano en expediciones parciales a los dilaciones, para que la emoción llegue a su colmo entre la plebe, que
alrededores, los príncipes discuten todavía en noviembre en la iglesia de San comienza a demoler las murallas de la ciudad. Acto inaudito, "acción directa",
Pedro de Antioquía para decidir a quién tocará la ciudad y para disponer la que refiere únicamente Raimundo de Aguilers 223, y cuya importancia es
marcha. Todo un partido, dentro del consejo de los jefes, parece dispuesto a considerable para la filosofía de la Cruzada: el conde, repetían, era traidor a la
aceptar la dominación un tanto cínica, de Bohemundo; solo, o casi solo, designación divina, él a quien el Señor había confiado su Lanza. Hasta los
Raimundo está de parte del emperador y las conversaciones corren el peligro enfermos, según cuenta el cronista, se levantaban de sus camas para
de terminar por las armas. Entonces el pueblo se irrita y habla abiertamente arrancar las piedras; en vano trataban de intervenir los familiares de
de proclamar un jefe, retirándole su confianza al conde Raimundo. "¿No les ha Raimundo: toda vigilancia era inútil. El conde, después de un violento acceso
bastado a nuestros príncipes con retenernos aquí durante un año entero y ver de cólera, tuvo que reconocer la mano de Dios en los actos del pueblo
morir doscientos mil hombres? Que se quede quien quiera con el dinero del insurreccionado y prescribió que se continuara la demolición. Era hacer
emperador o las rentas de Antioquía. Nosotros continuaremos nuestro camino profesión del verdadero espíritu de Cruzada: el 13 de enero, Raimundo
bajo la guía de Cristo, por quien hemos venido... Por otra parte, si la disputa abandonaba la ciudad, descalzo, en oración con los clérigos y el obispo de
en torno a esta simple ciudad va a continuar más tiempo, la demoleremos" 221. Albara, después de haber hecho que la prendieran fuego.
Ante la decisión popular, los jefes tienen que ceder, y el 23 de noviembre el La purificación del pecado temporal parecía realizada. Ya no quedaba ningún
219
obstáculo, ninguna otra tentación en la ruta de Jerusalén: el conde de Tolosa
[103], 262.
220 222
R. DE AGUILERS, [103], 264. Ibíd., 270-272.
221 223
R. DE AGUILERS, [103], p. 268. Ibíd., 271-272.
prevalecía. En medio de sus pordioseros, era el jefe único de la Cruzada, para disuaden a los demás de combatir o de ayudar a los combatientes. A estas
la entera realización de la esperanza y con el secreto pensamiento de cinco categorías se les darán, de acuerdo con sus méritos, recompensas o
procurarse él también, hacia el Sur, un reino, y hasta quizá ser rey de castigos. Luego desaparece la cruz. Pedro vacilaba, comprendiendo que no le
Jerusalén. Bohemundo, al parecer, no era a su lado más que un político de creerían. Entonces, el Señor repite sus frases de aliento: es preciso intentar
menor cuantía. un nuevo asalto, no dar cuartel al enemigo, que está constituido por aquellos
Pero el demonio de la concupiscencia atenacea a los famélicos cruzados. Los mismos que traicionaron a Cristo, los hermanos de Judas Iscariote, y dar todos
enviados francos, muy bien recibidos por el emir de Trípoli, conciben el simple sus bienes a los que marchan en primera fila. La exhortación termina con un
proyecto de tomarle una de sus fortalezas, con el fin de imponerle un tributo largo discurso sobre la incredulidad: se adivina que por doquier las
más elevado, y Raimundo, cansado de su penitencia, se deja tentar de nuevo tribulaciones, el agotamiento físico, la derrota, y la fatiga producida por las
por aquella región tripolitana en la que no caería mal un reino provenzal. La rivalidades políticas han alejado la confianza en una providencia inmediata224.
plebe piadosa vuelve a ser burlada en su santo entusiasmo. El sitio, según La prueba está en la manera en que se acoge el relato de Pedro. Jamás,
dicen los jefes, es difícil, y Godofredo, que está ocupado en procurarse en declaraban algunos, podrían creer que Dios le ha hablado a un patán como
torno de Jabala un principado lorenés, no se apresura a acudir en ayuda de aquél, cuando ni siquiera habla a los obispos o a los príncipes. Se decide
Tolosa, cuyas ambiciones sospecha. Cuando llega, sólo se preocupa de pedir entonces una investigación, y se interroga al jefe de los incrédulos, Arnulfo,
la salida de la Cruzada hacia Jerusalén. Y ahora es Raimundo el que se capellán del conde de Normandía, hombre de letras y de gran prestigio. Se le
obstina, acometido de súbita fidelidad con respecto al basileus, cuyos preguntan las razones que tiene para dudar, y contesta con el ejemplo del
enviados prometen, mostrando la felonía de Bohemundo; próximos socorros obispo del Puy, que había dudado acerca de la autenticidad de la Santa
en hombres y en dinero. El elegido de las visiones era, pues, muy poco digno Lanza. Entonces, el sacerdote Desiderio, que había tenido la visión del obispo
de esta vocación sobrenatural, y va a verse entonces erigirse contra él un después de su muerte, atestigua la pesadumbre y el arrepentimiento del
rival de elección, precisamente su igual en ambición temporal: aquel prelado. Por haber dudado un momento, el obispo había sido arrojado al
Godofredo cuyos intereses exigen el levantamiento del asedio y la infierno; parte de su barba y de sus cabellos se habían quemado y no podría
continuación de la marcha hacia Jerusalén. Grave peligro, sin duda, para la ver a Dios hasta que el pelo hubiera vuelto a nacer. Otro sacerdote acude
coherencia visionaria. Si bien el pueblo continúa, en la lógica de su necesidad para decir que en Trípoli, un cristiano de Siria, al contarle una visión que
de conquista redentora, viendo en la aparición sobrenatural la confirmación había tenido, agregó: "En el Evangelio de San Pedro que poseemos, está
de su marcha obstinada, vacilará en cuanto a la elección de los instrumentos escrito que la raza de los cristianos que tomará Jerusalén quedará primero
de la voluntad divina. De ahí las incertidumbres, las discusiones de origen encerrada en Antioquía, de donde no podrá salir hasta que no descubra la
político, que dan lugar al desarrollo solapado de una incredulidad fundada en lanza del Señor."225 El sacerdote Esteban, que tuvo la visión delante de
el interés temporal y bastándose a veces a sí misma. El impulso religioso de Antioquía, después del 10 de junio, acude a confirmarla, ofreciendo
la Cruzada sufre grave menoscabo delante de Arqa, ya que allí se puede someterse a la prueba de una ordalía para que se desvanezca, toda sospecha;
examinar por ambición laica el valor de las manifestaciones divinas. y el obispo de Agde226 dice haber visto, durante el sueño o en estado de
El episodio merece que nos detengamos, siguiendo el relato completo de vigilia, no lo sabe con exactitud, un hombre vestido de blanco que llevaba una
Raimundo de Aguilers. En la noche del 5 de abril de 1099, Pedro Bartolomé, el lanza en la mano, y que, por tres veces, le preguntó si creía que era aquella la
inventor de la Santa Lanza, tiene una nueva visión de la que ha podido incluso lanza sagrada. Por tres veces, el obispo, que había tenido algunas dudas,
-lo cual explica el relato circunstanciado del cronista. provenzal- dar una contestó: Credo, y el hombre blanco le dejó marchar. El propio cronista
relación escrita. Cristo, acompañado del apóstol Pedro, de San Andrés y de un interviene en el debate, recordando las circunstancias de la invención de la
tercer personaje, se le aparece por la noche en la capilla del conde de Santa Lanza. Todavía declararon otros, hasta el punto de que Arnulfo queda
Saint-Gilles. Después de unas pocas palabras, el Señor se manifiesta pronto convencido y pide que se le conceda hacer pública retractación de su
sobre la cruz, como en el momento de su pasión; San Pedro sostiene el incredulidad227.
madero por la derecha, San Andrés por la izquierda, el tercero por detrás,
224
sobre sus manos; y el Señor ordena a Pedro que cuente a sus hermanos que R. DE AGUILERS, [103], 279-280.
225
le ha visto crucificado de aquel modo. Le indica después los cinco órdenes de R. DE AGUILERS, [103], 281.
hombres que toman parte en la Cruzada según las cinco llagas de su cuerpo: 226
Hay un problema de identificación en cuanto a ese "episcopus Attensis", del que ha-
los que van en primera fila, sin temor alguno; los que les ayudan yendo detrás bla R. de Aguilers en varios lugares. Si es de la Narbonense, como pretende una tradi-
y protegiéndolos; los que les aportan armas y municiones; los que al oír el ción, se impone Agde. Cf. A C. KREY, The First Crusade, Princeton, 1921, p. 20. ¿O es,
ruido del combate se vuelven a sus ocupaciones; los que, finalmente, como opina Hagenmeyer, el obispo de Atta?
227
R. DE AGUILERS, [103], 282.
Al día siguiente, sin embargo, se desdice: antes de confesarse, declara que bienaventurado Andrés, te lo reveló, no saldrás de aquí sano y salvo, pero en
quiere hablar con su señor. Irritado por estas dilaciones y vacilaciones, Pedro cambio no pasarás por el infierno." Así se explicaban los rastros del fuego
Bartolomé, como hombre simple y que está seguro de su verdad, pide que sobre el cuerpo de Pedro, poco numerosos, pero grandes. Por otra parte, sus
enciendan una gran hoguera, que él atravesará, con la, lanza. "Si es heridas eran mortales; sintió que se acercaba su fin y llamó al conde y sus
verdaderamente la lanza del Señor, pasaré sano y salvo; si no, arderé, pues compañeros para afirmar por última vez la veracidad de sus palabras y dar al
estoy viendo que no se cree ni en los milagros ni en los testigos." Estas conde otras instrucciones proféticas. Que a su llegada a Jerusalén, pidiera a
palabras nos parecieron razonables, prosigue Raimundo; se prescribió un gran Dios el ejército la prolongación de la vida del conde: su petición sería
ayuno a Pedro, y se eligió para la prueba el Viernes Santo, ya que estaba escuchada y Raimundo viviría aún otro tanto de lo que había vivido. Que a su
próximo. El día fijado, se preparó la hoguera después del medio día; los regreso, depositara la lanza del Señor a unas cinco leguas de la iglesia de San
príncipes y el pueblo se reunieron en número de cuarenta mil. Los sacerdotes Trófimo (de Arles) e hiciera construir para ella una nueva casa de Dios. El
acudieron descalzos y revestidos con sus hábitos sacerdotales. Se hizo con lugar se convertiría en un Montjoie. Todo esto porque el apóstol Pedro le
ramas secas de olivo una pira que tenía catorce pies de larga; había dos había prometido a Trófimo, su discípulo, que le enviaría la lanza del Señor 229.
montones de madera, entre los cuales se había dejado un espacio como de un Después de estas palabras, Pedro murió y se le enterró en él mismo lugar en
pie de ancho, y cada uno de los dos montones de madera tenía que había atravesado el fuego230.
aproximadamente cuatro pies de altura. Cuando la madera comenzó a arder, El relato de Raimundo de Aguilers no carece, como se ve, de esfuerzos bien
Raimundo, nuestro cronista, definió ante el pueblo reunido el sentido de la intencionados para garantizar el origen divino de la Santa Lanza, ni tampoco
ordalía: "Si Dios omnipotente ha hablado a este hombre cara a cara, y si San de vacilaciones y casi contradicciones. Raimundo refiere en alguna parte que
Andrés le ha mostrado la lanza del Señor estando despierto, que atraviese Pedro le hizo reproches bastante amargos al capellán del conde, acusándole
este fuego, sin recibir daño alguno. Si, por el contrario, ha mentido, que arda de haber provocado la prueba. ¿Qué quedaría entonces de la espontaneidad
junto con la lanza que llevará en la mano." Y todos, doblando la rodilla, de su gesto? Víctima propiciatoria ofrecida a la necesidad popular de una
respondieron: "Amén." Entonces, Pedro Bartolomé, vestido únicamente de manifestación divina, preciso fue, por lo demás, que sus heridas se debiesen
una. túnica, dobló la rodilla ante el obispo de Albara, y tomó a Dios por testigo al fuego o al delirio jubiloso de la multitud. La gran mayoría de los cronistas
de que había visto a Jesucristo sobre la cruz cara a cara, y que había oído de ignora la ordalía o hace reservas en cuanto a su sentido. Foucher de Chartres,
boca del Salvador y de la de los apóstoles Pedro y Andrés las palabras muy crédulo por lo general, no duda en hablar de un juicio de Dios
referidas a los príncipes; añadió que nada de lo que había dicho en nombre de desfavorable a Pedro. En cuanto a Raúl de Caen, el panegirista de los
esos santos y en nombre del Señor había sido imaginado por él, declarando príncipes normandos, de Tancredo y de Bohemundo, educado por Arnulfo,
que si había algún embuste en su relato, consentía en no cruzar las llamas capellán del duque de Normandía y cabeza del partido de la incredulidad, su
sano y salvo. En cuanto a los otros pecados que había cometido contra Dios y crítica se desencadena contra el embustero de "la gente raimundina",
contra el prójimo, rogaba que Dios se los perdonase y que el obispo, todos los sostenido en su superchería por el astuto conde de Provenza, obligado a
demás sacerdotes y el pueblo implorasen para él la misericordia de Dios. encontrar medios para aumentar sus recursos. El espíritu de partido le da
Después de este discurso, el obispo puso la lanza en sus manos; Bartolomé incluso un vigor crítico prematuro: ¿cómo la lanza podría estar en Antioquía, si
dobló la rodilla, y haciendo la señal de la cruz, se acercó a la hoguera con la había pertenecido a los soldados de Pilatos? Esto querría decir que Pilatos
lanza, y penetró en ella sin parecer intimidado. Permaneció un momento en había ido a Antioquía. Y Raúl concluye en nombre del racionalismo normando,
medio de las llamas, y salió de ellas por la gracia de Dios228. otra manera de afirmar los derechos soberanos de Bohemundo sobre
Pero no se había contado con la multitud. Esta, una vez que Pedro hubo hecho Antioquía, declarando a Pedro discípulo de Simón el Mago. Es, por otra parte,
sobre ella la señal de la cruz, le derribó en el suelo, pisoteándole porque un hecho que Raimundo de Aguilers aporta él mismo las pruebas del
todos, según prosigue Raimundo, querían tocarle, arrancar algo de su vestido, descrédito de la Santa Lanza y de su inventor. Después de su muerte, éste
para asegurarse de que era en efecto él. Con esto, le hicieron varias heridas, queda al punto olvidado, y el ejército, al llegar delante de Jerusalén, descuida
le quebraron la espina dorsal, le rompieron las costillas, y hubiese expirado de el cumplimiento de su prescripción de detenerse para no franquear sino
seguro, si un caballero no le hubiese salvado con peligro de su vida y descalzos las dos leguas que les separan de la ciudad santa231. Pero hay más:
transportado a la tienda del conde Raimundo. Una vez allí, le interrogaron sus al día siguiente de la prueba y antes de que muriese Pedro, la eficacia triunfal
salvadores, Raimundo entre ellos: "¿Por qué permaneciste tanto tiempo entre 229
las llamas?" Y el paciente contestó que el Señor se le había aparecido, R. DE AGUILERS, [103] , 264.
230
diciéndole: "Por haber dudado de la Santa Lanza después de que el Gesta Tancredi, [3], Hist. Occ., III, 678 (discurso de Bohemundo) y 682 (comentario
de Raúl).
228 231
R. DE AGUILERS, [103], 283. R. DE AGUILERS, [103], 288.
de la Santa Lanza queda derrotada. Se prescriben un ayuno y limosnas para estandarte sobre un castillo o sobre una granja de importancia; algunos salían
preguntar cuál sea la voluntad del Señor, como si ya no hubiera sido de noche para adelantarse a los otros e instalarse como amos allí donde
manifestada; y el obispo del Puy se aparece al sacerdote Esteban, negando su pudieran. El cronista Raimundo, desolado por esta falta de fe, por esta
castigo en el infierno por su incredulidad en cuanto al origen divino de la inobservancia de las recomendaciones de Pedro Bartolomé, se olvida de
lanza, y recomendándole la cruz como talismán de victoria. Añade el obispo celebrar la llegada a Jerusalén. El 7 de junio, laetantes et exsultantes, el
que la voluntad de la Virgen es la de que la lanza sea mostrada únicamente ejército de la primera Cruzada llegaba al término de su aventura, delante de
por un sacerdote revestido de los ornamentos sagrados; en cuanto a la cruz, Jerusalén que pronto había de cercar.
se la debe llevar delante; es el obispo el que muestra la cruz fijada en un
asta, mientras un sacerdote tiene detrás de él la lanza232. III. LA TOMA DE JERUSALÉN Y EL TRIUNFO DE LA POBREZA
He aquí los dos partidos religiosos en presencia: la cruz y los obispos de una
parte; de otra, las gentes de Provenza y de la Santa Lanza. El cronista, de La voluntad del Señor era realmente misteriosa. Cuando llegaban al término,
completa buena fe; se encuentra solicitado por estas dos corrientes de lo se encontraban con todos los trabajos agotadores de un asedio. Los fatimitas
sobrenatural: la preeminencia moral y religiosa del obispo, jefe de la Cruzada, de Egipto, aliados de la Cruzada ante Antioquía, habían decidido aprovechar
y la misión mesiánica de Raimundo de Saint-Gilles. Raimundo encarga, por la decadencia selyúcida y recobrar Palestina. Ahora eran dueños de Jerusalén,
otra parte, al hermano de Adhemar de Monteil que vaya a recoger en que habían fortificado apresuradamente, encerrando dentro una guarnición
Laodicea la cruz del obispo que había sido enviada allí. El partido episcopal numerosa y bien equipada. Un primer asalto infructuoso dado el 13 de junio
prevalecía a la vez que Godofredo de Bouillon arrastraba hacia el Sur la destruyó el espejismo, tanto más cuanto que los egipcios habían hecho el
Cruzada. vacío ante los cristianos, cegando pozos y fuentes. La falta de víveres y de
Pero eran querellas de los de arriba. La multitud, aguijoneada por la ordalía, agua se hizo sentir cruelmente al punto: en torno de la fuente de Siloé, se
apremia a los jefes, y Raimundo, contra su deseo, vencido por Godofredo, aglomeraban hasta asfixiarse; los más favorecidos y los más fuertes se
tiene que abandonar, "desesperado y lloroso", el sitio de Arka. El 13 de mayo, arrojaban sobre el agua, por encima de los cadáveres de animales que
salía el ejército para Trípoli donde Raimundo hubiese querido emprender otro apestaban los alrededores 234. Todas las brutalidades del sufrimiento físico, así
asedio. Pero ni presentes ni promesas pudieron convencer a los nobles. El como su explotación, ya que había cruzados que vendían el agua a precios
conde va perdiendo poco a poco la confianza del ejército y hasta la de su exorbitantes, y no se oía oración alguna en que se pidiese a Dios misericordia.
indulgente cronista; también lo sobrenatural está contra él, ya que San Raimundo comprueba amargamente aquel desencadenamiento de los
Andrés anuncia al sacerdote Desiderio que el conde no tendría ningún triunfo instintos y aquel alejamiento de la misión espiritual. El conde, su señor, está
hasta Jerusalén; pero que si distribuía entre los suyos todo lo que habría de mal servido por sus caballeros, que muestran exigencias materiales cada vez
recibir de allí a entonces, el Señor le daría Jerusalén, Alejandría y Babilonia 233. mayores. El aprovisionamiento por una flota genovesa, con sus carpinteros
Intención de conquista soberana que ya no se disimula; ni aun en las visiones, que se emplean en servir las máquinas del asedio, levantó poco los ánimos.
pero difícilmente realizable, ya que el conde no escucha, continúa el cronista, Castigo de Dios, repite el cronista provenzal, ya que no se han seguido sus
el aviso celestial: no distribuye nada entre los suyos de cuanto ha recibido del oráculos: su gran silencio de ahora es prueba evidente de su cólera. Y cólera
rey de Trípoli, y lejos de esto los abruma a vejaciones. Habiendo disminuido justa, por lo demás, ya que los príncipes, preocupados por la audacia de
considerablemente sus ingresos, por el descrédito en que ha caído la Santa Tancredo, que ha ido a fijar su estandarte sobre la iglesia de Belén, continúan
Lanza, ha reducido mucho sus limosnas. Por eso la plebe se vuelve hacia otro disputando sobre la suerte de la conquista. ¿Qué harán con Jerusalén, una vez
bienhechor... Singular torpeza política: casi al término de la Cruzada, cuando tomada? ¿Elegirán un rey para qué la guarde y defienda? Si nadie la protege,
va a ser posible recoger el fruto de tantos esfuerzos, el conde de Tolosa, por será demolida, razonan los jefes que siguen dominados por la impresión de la
obstinación y falta de inteligencia, se deja menoscabar en el ánimo popular destrucción de Marra.
por el jefe lorenés llegado a última hora. La suerte de su corona está ya Pero los obispos y el clero protestan contra este pensamiento temporal: no se
echada. Sin embargo, el pueblo sigue su empuje hacia el Sur, evitando las puede admitir un rey allí donde Dios sufrió y fue coronado. El texto profético
ciudades, peligrosas ocasiones de discordias, partiendo a veces de noche sin no lo ha previsto: Cum venerit Sanctus sanctorum, cessabit unctio235. Bastará
que lo sepan los príncipes, para obligarles a continuar; pero la ambición de con un guardián, jefe de guerra y administrador, con un procurador, que no
conquista se va empequeñeciendo hasta prender en los más insignificantes habrá que designar sino un poco más tarde, una vez tomada la ciudad. La
caballeros. Avanzan a porfía para ver quién llega antes y puede clavar un Iglesia defiende ahora el fin espiritual de la Cruzada: los poderes de la Tierra
232 234
R. DE AGUILERS, [103], 287. R. DE AGUILERS, [103], 296.
233 235
Ibíd., 289. R. DE AGUILERS, 293-295.
deben humillarse en Jerusalén236. Se la siente recobrar toda su autoridad, al también en los trabajos del sitio. Todas las clases sociales se encuentran
término de la prueba, cuando la fuerza del ejército ha triunfado casi. Como confundidas: es la obra unánime de la Cruzada. Necesidad espiritual y
reacciona contra el espíritu de conquista, la Iglesia organiza por el rito el necesidad también de guerra bien llevada, ya que Modo lo más quedaban, en
triunfo final. El 8 de julio hay en torno de Jerusalén una procesión solemne. Ya aquella masa que se extendía ante Jerusalén, doce mil hombres utilizables. Y
fuese el resultado de un consejo, como pretende Tudebode 237, o, según la el asedio era muy duro: los sarracenos luchaban con encarnizamiento; flechas
tradición provenzal, otra revelación del obispo Adhemar a Pedro Desiderio en y piedras llovían sin cesar sobre los asaltantes, y el fuego griego quemaba las
una intención de purificación y de reafirmación religiosa, el caso es que máquinas no bien se acercaban a la muralla. El asalto duraba desde el 13 de
fueron los clérigos los que dirigieron el cortejo, llevando la cruz y las reliquias julio; en la mañana del 15, la fatiga y el desaliento amenazaban apoderarse
de los santos. Ellos fueron los que, sobre el monte de los Olivos, predicaron al de los cruzados, que siempre se fatigaban pronto con los trabajos militares,
pueblo y a los caballeros armados y descalzos el perdón mutuo, con el fin de para los cuales no estaban preparados. La intervención sobrenatural se hacía
ganarse la misericordia. de Dios. Habló Arnulfo, Raimundo de Aguilers, los necesaria una última vez. En efecto, si hemos de creer al cronista, provenzal,
capellanes y quizá, según el testimonio de Alberto de Aix238, Pero el Ermitaño, un soldado apareció sobre el monte de los Olivos y con su escudo alentaba a
salido de nuevo de la obscuridad, en una apoteosis sobre aquel punto de la. los asaltantes a redoblar en ardor. A las nueve, un tal Leuthold puso el pie
montaña de donde Cristo subió al cielo, para apaciguar la discordia entre los sobre lo alto de la muralla y saltó dentro de la ciudad, seguido de numerosos
príncipes. cruzados, entre los cuales, y de los primeros, iban Tancredo y Godofredo. La
¿Se trata de una vuelta del ascendiente del eremitismo? Tal vez, si se añade a carnicería fue tal que el autor de las Gesta se remite a Dios para saber
la reaparición de Pedro el lugar que conceden los cronistas al ermitaño del cuántos paganos murieron. Raimundo, mostrando el "justo juicio de Dios"
monte de los Olivos, consejero del asedio, a quien los príncipes fueron a describe minuciosamente los horrores hasta el rasgo célebre: "En el Templo y
solicitar, según Raimundo, en los comienzos de dicho asedio indicaciones en el Pórtico de Salomón los caballos marchaban con la sangre hasta las
estratégicas y que designó a Tancredo, el cual fue, también por su parte; al rodillas y hasta las bridas."240 Jerusalén estaba tomada.
monte Sión a contemplar los Santos Lugares y los puntos más famosos de la Se comprende que en los primeros días del triunfo se desencadenen los
ciudad. La Conquista de Jerusalén nos muestra a los barones no logrando instintos. En primer lugar los del pillaje. Las Gesta nos muestran a los
encontrar al Ermitaño sino a "ley de peregrinos", es decir, una vez cumplidos cruzados recorriendo la ciudad en busca del oro, de la plata, de los caballos,
los ritos, subiendo en camisa y descalzos. El Ermitaño les indicó entonces de las mulas, y de las casas bien provistas241. No eran siquiera indiferentes a
dónde se encontraba la madera con la que harían los arietes y las máquinas los cadáveres, desvalijados a porfía. Pronto se estableció una regla práctica
de asalto y por dónde atacarían la ciudad. Y termina con una conclusión del pillaje: todo aquel que entraba en una casa pasaba a ser propietario de lo
enigmática en apariencia: "Y la tomarán de la manera más pobre," porque "el que en ella había. "Así, muchos pobres se volvieron ricos." Se trata de un
Señor Dios no cuida de orgullo ni de felonía"239.Lección del solitario, guardado último progreso hacia la confusión de las clases: la unidad interior de la
por la pobreza y la ascesis a su vida cristiana ante aquellos jefes codiciosos. Cruzada se perfecciona en torno del botín. Escándalos de, exterminio de la
Jerusalén debe pertenecer a los pobres, quienes, por la palabra y por su verdadera Cruzada, no obstante las reservas de los jefes más políticos, sobre
existencia santa, han merecido la promesa del Señor. los cuales Raimundo de Aguilers calla escrupulosamente, relatando el
Rito y predicaciones levantaron la moral del ejército. Por más que de lo alto entusiasmos otra liberación popular: "Día nuevo, de júbilo y de exultación...
de las murallas, los sarracenos multipliquen los sarcasmos durante la confirmación de toda la cristiandad y exterminio del paganismo, día de
procesión, los cruzados se sienten aun más fortificados. Se trabaja sin renovación para nuestra fe."242
desmayo, después de que unos sirios indicaron dónde se podía encontrar una Un sentimiento religioso se impone de nuevo en el ejército, necesidad de
madera para la construcción de las máquinas de guerra; todos con el mismo acción de gracias, de penitencia también porque los pecados son grandes y
ánimo y la misma generosidad. Los obreros ya no piden salario; sólo el conde porque la misericordia divina viene a manifestarse otorgando la victoria.
Raimundo, el amigo de los pobres, sigue pagando a los suyos. Oraciones, Hasta los mismos muertos, como en varias ocasiones se había predicho en el
vigilias y limosnas se multiplican a medida que se acerca el momento del transcurso de la campaña, vienen a compartir la alegría de los vivos: muchos
postrer esfuerzo; y más aún: a manera de penitencia, los caballeros participan vieron en la ciudad al obispo Adhemar, refiere Raimundo de Aguilers; algunos
le vieron incluso ser el primero en subir a la muralla e invitar a sus
236 compañeros a entrar en Jerusalén..
Según Daniel, IX, 24-27.
237 240
Historia de Hierosolymitano itinere, [3], Hist. Occ., III, 105. R. DE AGUILERS, [103], 300.
238 241
Historia Hierosolym., lib. VI, c. VIII, P. L., t. CLXVI, col. 542. [102] ter, pp. 204-205.
239 242
Conquista de Jerusalén, c. V, lib. 2. R. DE AGUILERS, [103], 300.
Sólo al cabo de ocho días se pensó en elegir solemnemente -tal es el término Raimundo, con sus visionarios, fue en el jefe de los incrédulos en el asunto de
del cronista provenzal-, un rey. Los eclesiásticos no querían una elección laica la Santa Lanza en quien recayó la elección de patriarca dé Jerusalén. Arnulfo,
sin que se hubiese elegido previamente un vicarius spiritualis, representante el capellán, poco edificante por lo demás, del duque de Normandía, no
del papa; y de la teocracia triunfante, como hubiera podido serió el obispo del obstante la indignación de todos los espíritus sensatos, boni, subraya
Puy, y del cual él jefe temporal habría sido simple lugarteniente. Complot de Raimundo de Aguilers244. Frente al bonachón Godofredo, la camarilla, de los
los clérigos urdido, probablemente con fines interesados, por Arnulfo clérigos se atribuye un último triunfo, pero son gentes ya demasiado taradas
Malecorne, el incrédulo capellán del duque de Normandía, y su instrumento para que su éxito tenga un valor espiritual. ¿Hay que concluir de esto la
ciego, Arnulfo, obispo de Martorano, en Calabria. Los barones pronto volvieron derrota final de los pobres a la vez que la del partido provenzal? Sin duda, ya
a aquellos clérigos presumidos al sentimiento de su modestia teológica y de no se distingue en él primer término de la escena más que a los barones y a
su indignidad. Raimundo, siempre fiel al conde de Saint-Gilles, exalta a los clérigos, pero los pobres tienen su desquite literario, sintomático por otra
Adhemar, "nuevo Moisés", y a Guillermo obispo de Orange, muertos ambos, parte. La Conquista de Jerusalén, poema que no alcanzó el éxito renovado de
para rebajar al obispo de Martorano y a Arnulfo, intrigantes sin moralidad. Los la Canción de Antioquía, y que, en su conjunto, tiene menos aliento, menos
príncipes -sigue hablando Raimundo- apremian al jefe provenzal para que frecuentes bellezas, imagina el triunfo de la Cruzada de la pobreza 245.
acepte la corona. Este se esquivaba, declarando su aversión "a ese nombre Impregnada con abundancia de sensaciones reales, como las torturas de la
real... en tal ciudad", pero dispuesto, en último término, a someterse a la sed y los sufrimientos de la marcha, por el desierto, así como las alegrías de
elección, si le designaban. Fue Godofredo de Bouillon el elegido y proclamado los pobres cuando se proveen bien de botín, afirma constantemente la
rey en el sepulcro del Señor: su debilidad de carácter, esperanza de todos los preocupación colectiva, haciéndole a Raimundo de Saint-Gilles la justicia de
partidarios, le valió la corona; el conde había sido abandonado por sus haber prometido, en el consejo de los príncipes celebrado delante de
familiares, que no querían morir en Tierra Santa y deseaban regresar a sus Jerusalén, repartir equitativamente sus conquistas entre el pobre y el rico y no
casas. En torno de la elección de Godofredo, y como contrapartida a lo que quedarse más que con lo que le correspondía. Preocupación de la obra
Pedro Bartolomé había dicho de Raimundo, pululan las leyendas de común, contra las ambiciones personales de los príncipes, e igualdad tanto en
entusiasmo, recogidas con solicitud por Alberto de Aix, el panegirista del el provecho como en la vocación religiosa: he aquí la moral de los pequeños,
duque de Lorena. Godofredo, según él, fue el hombre providencial de la que vuelven a aparecer aquí bajo las especies de los tafures, cada vez más
Cruzada: en cuanto él aparece, los desastres se truecan en éxitos. Por lo cuerpo franco de choque, bastante lejos de los verdaderos pobres de la
demás, su triunfo y su coronación estaban decididos por Dios desde toda la Cruzada246, a la vez que se vuelve a hablar de la Santa Lanza en manos del
eternidad, como las visiones lo habían anunciado. obispo de Martorano, personaje de reputación dudosa y que podría ser el
Diez años antes dé la partida del duque para la Cruzada, un caballero que Turpín de los tafures. El día en que se convoca a los cristianos para elegirse
estaba cazando con él en el bosque se quedó dormido, rendido de cansancio: un rey, éste lleva en la mano el viejo talismán de Antioquia, la Santa Lanza,
al punto se vio transportado en espíritu sobre el monte Sinaí, donde dos como si aún tuviese que asegurar el establecimiento del reino. Ignorantes o
personajes vestidos de blanco y en hábitos sacerdotales se adelantaban hacia despreciadores de la decisiones de los grandes, los pobres no quieren admitir
el duque para saludarle en nombre del Señor dux et praeceptor populi la designación de Godofredo sin manifestación divina. El obispo, sigue
Christiani. Ocurrió otra visión, en el séptimo mes que siguió a la partida de diciendo la Conquista, reúne, después de un ayuno solemne, a los barones en
Godofredo para la Cruzada, siendo favorecido por ella un canónigo de Santa la iglesia del Santo Sepulcro; cada uno lleva un cirio en la mano, y aquel sobre
María de Aix-la-Chapelle. Este tuvo en su sueño la revelación del duque quien descienda el fuego será el rey.
sentado en el Sol, entiéndase Jerusalén, rodeado de todos los pájaros que El juicio divino designa a Godofredo, quien rechaza la corona de oro y de plata
viven bajo el cielo. Parte de ellos se alejó poco a poco revoloteando, pero el allí donde Jesús la tuvo de espinas, y recibe de manos del rey de los tafures
mayor número permaneció junto al duque. Así; pues, los peregrinos habrían
de serle fieles, y el obscurecimiento del Sol producido por el batir de alas de 244
R. DE AGUILERS, [103], 302.
los pájaros que levantaron el vuelo, es el anuncio profético de la ruina de 245
Véase PARIS, Hist. Litt., XXII, 370 y sigs.; 507 y sigs.; H. PIGEONNEAU, pp. 54-57 y la
Jerusalén después de la muerte de Godofredo243. edición poco crítica de CH. HIPPEAU, [115]. Las mismas cuestiones parecen plantearse
Terminada la Cruzada, un rey cristiano, guardián del sepulcro, y que no es el en cuanto a la Canción de Antioquía y en cuanto a la Canción de Jerusalén. Quizá son
conde de Tolosa: he aquí el final; y el final en el fracaso de la epopeya del mismo autor, Ricardo el Peregrino. ¿Son las fuentes de Alberto de Aix, o bien Alberto
provenzal en la. que lo sobrenatural impulsaba constantemente al ejército de Aix es la fuente de ellas? Pigeonneau se inclina a la segunda hipótesis. Es evidente
hacia Jerusalén. Y para que no hubiera contrariedad que no experimentara que las relaciones son visibles, en, particular en el orden de los hechos.
246
Está permitido suponer que los destructores de Marra, los primeros impacientes en
243
ALBERTO DE AIX, Historia Hierosolym., t. CLXVI, col. 554-555. Antioquía y en otros lugares, eran sobre todo los tafures.
un tallo de espino cogido en "el huerto de San Abraham". Dios y los ribaldos social de la Cruzada: va a crear formas religiosas nuevas. Habrá una práctica
han hecho rey al duque de Lorena para la guarda del Santo Sepulcro de ante todo, después de las bendiciones de la partida y los ritos confusos de los
Cristo. ¿Habrá que imaginar una apoteosis de la pobreza dando, por votos de Cruzada: la del asalto sagrado. ¿No es la preparación religiosa del
delegación de Cristo, la corona al rey de Jerusalén? La seducción sería último ataque a Jerusalén el resultado de esa necesidad de conjura
literaria. Sólo la historia puede encontrar en el esfuerzo tardío del poema de sobrenatural que se afirma tan claramente en Antioquía, bajo la doble forma
la Conquista algunas supervivencias de la religión popular de la Cruzada, de de la purificación por el ayuno y la limosna y de la realización de un rito
sus necesidades, de sus interpretaciones, apoyada sobre la mítica provenzal, colectivo de rogativa? La octava de la. invención de la Santa Lanza, las
de la cual marca el eco postrero. ceremonias con que por un momento se rodea la santa reliquia, pueden
también no ser otra cosa que la garantía litúrgica, de una colaboración de lo
IV. LA ELECCIÓN DE POBREZA, CUMPLIMIENTO ESCATOLÓGICO. sobrenatural con el ejército cruzado, participación determinada, regulada
ahora por la ceremonia. Todo esto, por otra parte, impuesto poco a poco por
¿Es puro azar, o el lugar normal del pobre en el orden cristiano del mundo en la experiencia, por el desarrollo interior de una vocación que se agota, por
el que figura a Cristo militante y doliente? Mucho más sin duda. Entre los una necesidad de reintroducir el culto allí donde no hubo al comienzo más
historiadores del comienzo de la Cruzada, se advierte una sensación clara de que un anárquico tropismo religioso. En la época de las revelaciones ante
una designación particular de los pobres: Guiberto de Nogent, no obstante su Antioquía el pueblo es dueño de su práctica, ya que dispone de la voz de Dios:
ironía latente, reconoce que fueron los primeros en partir, con entusiasmo, las visiones prescinden de toda fiscalización eclesiástica y hasta parece que
mucho antes que los señores. Raúl Glaber hace la misma observación, en haya habido un esfuerzo de los clérigos del ejército, y esto lo probarían la
cuanto a las expediciones de 1033. Si perdieron por un momento, en los historia de Adhemar y las resistencias de Arnulfo, para oponerse a la
progresos de la Cruzada hasta el sitio de Antioquía su lugar de elección, ya lo divulgación de estas visiones, al menos de las del laico Pedro Bartolomé. Poco
han recobrado. Para el cronista provenzal, pauperes es sinónimo de cruzados a poco cederá el partido eclesiástico, pero se le siente desbordado por ese
o de soldados de Dios, y el obispo Adhemar, según el autor de las Gesta no extraordinario hervidero de ideas religiosas y de emociones, de sueños y de
dejaba de decirles a los grandes: "Nadie de vosotros puede salvarse si no iluminaciones. En esta gesta piadosa de la Cruzada, todas las esperanzas de
honra y no sostiene a los pobres... son ellos los que cada día deben implorar la religión popular, auxiliadora, indulgente, ávida de intermediarios,
al Señor por vuestros pecados.247" Su oración es, pues, preponderante ante contribuyen a hacer vivir el dogma: rastros del ignis purgatorius agustianiano,
Dios por sus méritos de pobreza: los grandes de la Tierra deben protegerlos el mismo que quemó una parte del cabello y de la barba de Adhemar del Puy
como sus intercesores. También deben imitarlos. En la continuación de la porque no había creído en la Santa Lanza; culto de los santos, cuya palabra es
Conquista de Jerusalén, cuando el poeta insiste en la defección de todos los esencial en todas las visiones; culto ya más extendido de la Virgen, propicia a
grandes, que abandonan Jerusalén y a Godofredo amenazados, sólo los los francos y sobre todo a sus francos de Provenza. Se anima una teología de
pobres, es decir, los tafures y Pedro el Ermitaño, permanecen. Fidelidad y las intercesiones para acercar a la humanidad doliente a su destino glorioso.
valor humano cuya verdadera fuerza es la pobreza. Constantemente se repite Los pobres, a pesar de los clérigos, atraen hacia ellos a su Dios; por lo demás,
esta necesidad de emancipación de la riqueza y de la propiedad, en la disponen de intermediarios vivos en aquellos ermitaños, encontrados con
Conquista de Jerusalén, donde los barones muestran una especie de piadosa frecuencia en la historia religiosa de la Cruzada, entre todos Pedro, cuyo
emulación en querer repartir equitativamente su botín. El conde Raimundo prestigio se afirma de nuevo ante Antioquía, incluso después de su huida. El
pierde su cetro de Tierra Santa, por haber suspendido sus limosnas y faltado es quien va como embajador del ejército ante Kerboga; él es el elegido como
a su promesa de reparto equitativo. Por otra parte, la pobreza debe ser sobre tesorero de los pobres; él es en fin quien en Jerusalén conquistada organizará
todo interior, y las voces sobrenaturales repiten a los grandes la necesidad de el servicio religioso y las ceremonias de acciones de gracias, al lado de su
la humildad, si quieren obtener la misericordia del Señor. Que la manifiesten colega en eremitismo y en santidad, el ermitaño del monte de los Olivos, que
también en su aspecto externo, ya que el cuerpo, en aquel tiempo de armonía aparece en la Conquista de Jerusalén como una especie de personaje sagrado
total, era el espejo del alma. Por eso Pedro Bartolomé prescribió no acercarse cuyas opiniones se escucharon con la más profunda humildad y ante el cual
a Jerusalén sino descalzos y que los príncipes no podrían encontrar al se inclina hasta el alto clero. Triunfo de los pequeños es esta exaltación del
ermitaño del monte de los Olivos hasta después de haber vestido la ropa ermitaño, brotada de un fondo oscuro de compasión pagana para los
miserable del penitente. sacerdotes de los bosques y de los campos y de una piedad cristiana directa
En esta masa, en que los pobres dominan, poco o mucho persuadida de su para los santos pobres. Su folklore comienza apenas transportado por la
elección, sin disciplina y vibrante de supersticiones y de ritos, el complejo Cruzada, vivirá en las canciones de gesta y en las novelas de aventuras, hasta
247
[102] ter, pp. 166-167.
llegar a convertirse en una regla de vida, en una experiencia total de santidad Sepulcro y se le dará por corona la corona de espinas. La tradición hará de él
en el Poverello de Asís. obstinadamente una especie de rey mesiánico de pobreza; a quien se verá
Así, en la Cruzada de pobreza, todos los valores cristianos se humillan y se recibir a los enviados sarracenos sentado sobre la paja. ¿No habrá que
vivifican. La fe, el dogma, la liturgia, toda la religión en una palabra se hace suponer también una intención de elección divina en el rito que llevan a cabo,
más directa, más francamente colectiva, menos jerárquica; la separación según la Conquista de Jerusalén, los barones después de la elección? "Lo
entre el clero y los fieles, entre la ecclesia docens y la ecclesia discens se ofrecieron en el altar mayor a guisa de criatura" 248. La ofrenda se eleva al
atenúa; el impulso colectivo, la necesidad del grupo se afirma, en el mito, en plano divino, como probablemente la lustración bautismal de Raimundo de
el rito, a cada hora de la Cruzada después de las pruebas de Antioquía. Fe Saint-Gilles en el agua del Jordán. Bien lo comprendían los clérigos al pedir la
material sin duda, con frecuencia mórbida, fe de iglesia naciente o de iglesia elección del patriarca antes que la del regente laico, temiendo establecer una
perseguida, con las pululaciones amenazadoras del cisma, como en el realeza escatológica por encima de la jerarquía eclesiástica.
momento de la invención de la Santa Lanza, cuando se presiente una lucha Otro efecto de la obra escatológica, de la Cruzada: el ritmo de la vida y de la
de herejía entre los adhemaristas, mantenedores de la Cruz, los fieles de la muerte se encuentra detenido en ella y los cruzados muertos acuden a luchar
Santa Lanza o raimundistas, y los del Cristo de oro, el símbolo imaginado por al lado de sus compañeros. Los dos mundos se encuentran confundidos para
Amulfo y los normandos de Tancredo. El triunfo lo obtienen los poseedores de los fines de salvación común en una interacción constante. Carlomagno
carismas; el rigorisrno de los primeros siglos reaparece. Un nuevo redivivus viene a tomar la dirección de la Cruzada, y los cronistas citan
montanismo atenacea al ejército, hostil inmediatamente a las jerarquías, y, hechos numerosos de apariciones individuales de parientes muertos que
por un deseo. casi físico, ávido de Mesías. vuelven en el momento del combate. Cuando el ejército se prepara a luchar
Tal es la íntima inquietud de esta época atormentada por los azotes y la contra Kerboga, San Andrés anuncia a Pedro Bartolomé la colaboración
anarquía política. Los pobres, como ya hemos visto, partieron con la decisiva de los muertos; la sombra de Adhemar no abandonará a la Cruzada
esperanza de morir en Tierra Santa, en la espera parúsica del fin de los hasta su triunfo final. Compárense estas creencias con las leyendas de las
tiempos, prometida a los restauradores de la monarquía cristiana en montañas en las que permanecen en espera de la obra liberadora los grandes
Jerusalén. Migración de exterminación afortunada en suma, cuya fuerza se desaparecidos, Carlomagno en primer lugar, en el Gudenberg, luego Emicho,
agota con las dificultades del camino y que puede muy bien no ser, a la que debe volver a salir de la gruta expiatoria, o bien las huestes misteriosas
llegada a Jerusalén, otra cosa que esa renovatio fidei, esa transmutación de que se presentan cuando es crítica la situación de los ejércitos. El espíritu
los valores, ese renacimiento cristiano de que habla Raimundo de Aguilers. religioso de la Cruzada alcanza sin cesar lo extraordinario, una milagrosidad
Pero la obsesión de la salvación atormenta constantemente a la multitud necesaria, ya que Dios no puede por menos de eximir de las reglas comunes
ambulante: la historia de la redención vive en su sensibilidad, y es un Viernes a los que luchan por su gloria redentora. "Las nubes les hacen sombra para
Santo cuando se descubre la Santa Lanza, y es a la hora de la muerte de que no les hiera el sol." Conjuración mágica de los elementos, notada por
Cristo cuando Jerusalén ha de ser tomada. Sabe, por otra parte, no poderlo Comodiano en su Carmen apologeticum, es el indispensable complemento de
realizar sino con la ayuda de una especie de Mesías, de un rey de los últimos la promesa repetida a Anselmo de Ribemont moribundo por uno de sus
días, divinamente elegido para conducir al ejército entero a la eternidad compañeros ya muerto: "Los que terminan su vida al servicio de Cristo no
triunfante: En varias ocasiones, en su ruta, ha encontrado la designación del pueden morir."249 El beneficio redentor y milenarista anunciado a los que
Señor: Carlomagno resucitado primero, el extraño Emicho de Leiningen; restablezcan en Tierra Santa el reino de Dios se extiende a todos los cruzados
elegido por revelación para tomar Jerusalén después de la conversión de los qué caigan en el camino por la gran esperanza. ¿No es justo, de una de esas
judíos, más tarde Raimundo de Saint-Gilles a quien se le confiere el honor lógicas populares sin réplica, que sigan viviendo en el momento de la
más elevado que jamás recibiera hombre alguno, según las propias palabras realización parúsica?
de San Andrés a Pedro Bartolomé, que no morirá. antes de la realización de Naturalmente el espíritu apocalíptico de la Cruzada multiplica celosamente los
su obra: investido de una autoridad sobrenatural reconocida por el clero y por signos de elección. En los comienzos, migración de saltamontes, caídas de
el pueblo, ha de ser bautizado en el Jordán según un rito especial, y colocado estrellas, oscurecimiento del cielo, nubes ensangrentadas, todos estos
en fin casi por encima de la jerarquía eclesiástica por la designación particular fenómenos naturales han sido adoptados por el simbolismo del movimiento
de las revelaciones. Y Godofredo, el último llegado, bien tarde, en el momento religioso. En la época antioquiana de las visiones, pueden fácilmente notarse
en que la fe disminuye, tendrá también, aunque la leyenda sea quizá menos otros rasgos de la tradición apocalíptica. Amenazas contra los que no creen;
contemporánea, su parte de mesianismo: le saludan sobre el Sinaí, dos desconfianza con respecto a los lapsi, esos cristianos hechos musulmanes y
personajes misteriosos como aquel que debe hacer volver a los pueblos a 248
Israel; se le coronará rey, cuando no era más que procurador del Santo C. V, lib. XXVII.
249
R. DE AGUILERS, [103], 276.
que quieren volver a la Iglesia en el momento de las victorias de los cruzados; debe manifestarse Cristo triunfante en la hora de la redención universal, y allí
distinción muy a menudo aparente entre elegidos y réprobos en la obra de la es también donde reside el misterioso ermitaño que dará Jerusalén a los
Cruzada; milicias blancas: lustraciones en el Jordán; personajes con blancas cruzados. Así la victoria postrera es la consecuencia de la esperanza
vestiduras, frecuentes en las visiones; este simbolismo y este rigorismo se escatológica que movió a las multitudes del Occidente hacia la reconquista de
esfuerzan en volver al predominio sobrenatural, tan visible en los primeros la Tierra Santa, tierra donde padeció el Hijo del hombre, pero donde sobre
tiempos de la Cruzada, aquel determinismo afirmado por doquier que todo manifestó su gloria, donde se les prometió a los hombres de Galilea, por
marcaba a los hombres para el cumplimiento de la voluntad milenarista de dos mensajeros vestidos de blanco, que aquel Jesús que alababa de
Dios. desaparecer en el cielo, arrebatado de entre ellos, volvería de la misma
A veces esta designación parece significar una voluntad de vivir étnica. La manera que le habían visto ascender (Hechos, I, 11) , llevado sobre la nube,
idea de elección escatológica de los francos es muy viva en los comienzos de como la estrella brillante de la mañana que más tarde anunciará la visión
la Cruzada y en los discursos atribuidos a Urbano II. Procedente de la tradición apocalíptica (Apocalipsis, XXII; 16).
carolingia, no tiene más que un alcance aristocrático, que corresponde a la
idea de una Cruzada, obra de los caballeros y predicada para los caballeros.
Se debilita cuando el pueblo entra en escena y con él el partido provenzal. En
el momento del sitio y de la toma de Jerusalén, no se hace ya ninguna alusión
a las prerrogativas de las francos, como tampoco en el momento de la
elección del rey de Jerusalén. Si. ha habido, como es natural, rivalidades
étnicas en el interior del ejército, entre normandos y provenzales, por
ejemplo, en las que se enfrentaban temperamentos, hábitos religiosos, así
como diferencias sociales, ya que las tropas provenzales contaban muchos
más pobres, la fraternidad de la Cruzada no puede imaginarse fácilmente.
Parece ser que nunca hubo choques entre los elementos populares de los
distintos contingentes o una lucha de clases entre el pueblo y los grandes,
pues la rebelión de Marra no fue más que una afirmación de principios. Por el
contrario, se encuentran a menudo en los cronistas testimonios de una
caridad cristiana. Durante la travesía de la Dalmacia, Foucher de Chartres
consigna actos de abnegación por parte de los caballeros con los pobres, y
delante de Jerusalén, según la Conquista, Hugo el Grande repite la idea de
una igualdad de goces en el provecho material de la Cruzada.
Tanto el orden natural como el orden político o social tendían a hacerse
irreales para aquel ejército en el gran camino de la salvación. Jerusalén
celeste y Jerusalén terrena se confunden en la visión montanista de los
pueblos en marcha hacia la ciudad misteriosa, con tanta mayor fuerza y
poder de movimiento, cuanto que el lugar mismo, la ciudad objetivo, son
menos definidos. A la vista de Jerusalén, hubo ciertamente un gran júbilo,
pero se trasluce poco en los relatos contemporáneos y habrá que esperar
hasta la procesión del 8 de julio para encontrar el cumplimiento de un primer
rito. Por lo demás, sólo después de la consulta al ermitaño del monte de los
Olivos se organiza la procesión solemne, con sermones de penitencia y
acciones de gracias en las estaciones principales. La más larga debió de ser
en el monte de los Olivos, lugar de la Ascensión y no de la agonía, centro
escatológico de Jerusalén para el pensamiento religioso de la Edad Media. Allí
es donde el rey de los últimos días debe deponer su cetro y su corona 250. Allí
es, en toda la tradición del Anticristo, recogida por los amauricienses, donde
250
ADSON, De Antichristo, edición Sackur, 110.
PARTE TERCERA cronista, a la oposición de los suyos a todo proyecto de instalación en Tierra
DURACIÓN Y DECADENCIA DE LA CRUZADA Santa.
En torno suyo, sus fieles hablan violentamente de regresar: obtenida
CAPITULO PRIMERO Jerusalén, toda la Cruzada apocalíptica termina y el partido provenzal quiere
EL ESTABLECIMIENTO DE LA CRUZADA: NECESIDADES MILITARES Y volver a su patria lejana. La expedición de purificación milenarista ha tocado
RITOS DE PENITENCIA. a su fin.
Así es, a lo que parece, como se deben interpretar los últimos actos de
I EL EJÉRCITO CRUZADO EN JERUSALÉN: ¿CRUZADA O ESTABLECIMIENTO? Raimundo. Con algunos fieles, entre los cuales se sigue contando Raimundo
de Aguilers, marcha a Jericó a coger palmas, y de allí a bañarse en el Jordán.
En agosto de 1096, después de la designación de Godofredo como procurador Bautismo que no observa el rito ya clásico, sino, por el contrario, las
del Santo Sepulcro y la elección del patriarca Arnulfo, los destinos de la prescripciones de Pedro Bartolomé. Este había, en efecto, por orden de San
Jerusalén cristiana no se encontraban en modo alguno asegurados. Por un Andrés, prescrito al conde que atravesara el Jordán en un esquife, no que se
lado un príncipe laico, piadoso y sometido a la autoridad de la Iglesia, sumergiera en él; durante la travesía, que había de hacer vestido con una
celosamente vigilado por sus pares; por otro, el jefe del poder espiritual, camisa y unas bragas nuevas, debía ser asperjado con el agua del río. Sus
aventurero de raza, como su cómplice, el obispo de Martorana, y que debía su ropas, una vez secas, serían conservadas junto con la Santa Lanza del Señor.
elección a la ayuda de su señor, el duque de Normandía, y a sus numerosas Indicaciones puntualmente seguidas, si bien el cronista, hombre sensato,
intrigas. El porvenir seguía abierto a una teocracia hierosolimitana: confiesa que no comprende su alcance 252. Pero no importa; a la vez que
necesitaba otros hombres tan sólo y que el brazo temporal permaneciese satisface a la visión de Pedro, episodio propiamente provenzal, lo que
humildemente sometido a la voluntad de la Iglesia. ¿Pero cómo detenerse en Raimundo realiza son los ritos de la peregrinación antes del regreso. Es muy
el pensamiento del reino de Dios, cuando los cristianos, apenas instalados en antigua la costumbre de ir a coger palmas a Jericó: Nicolás de Myra lo había
su conquista, se enteraban de la llegada a Ascalón del ejército fatimita y hecho en 310 y sabido es que, cuando se abrió su féretro en 1100, las palmas
cuando Godofredo tenía que reunir apresuradamente a los barones ya encerradas con su cuerpo reverdecieron al punto. La costumbre tiene, por
dispersos para rechazar la invasión musulmana? otra parte, su simbolismo, que explica Beda el Venerable; porque las palmas,
Tal era en efecto la necesidad militar que la conquista de Jerusalén llevaba por su robusto brote, son la imagen de la fe vigorosa; con sus hojas rugosas y
consigo. Pero los cruzados parecían no querer entenderlo. Inmediatamente sus frutos excelentes, muestran los padecimientos del mundo y las
después de la doble elección del patriarca y del procurador del Santo recompensas del cielo; en fin -texto que constituye probablemente el origen
Sepulcro, comienzan a abandonar la ciudad, Raimundo de Saint-Gilles el del rito-, el Apocalipsis representa a los bienaventurados con palmas en las
primero. Sin duda, después de la muerte de Pedro Bartolomé, la influencia del manos (VII, 9)253. Asimismo el bautismo en el Jordán, forma parte de la
conde de Provenza había disminuido mucho. Su conducta durante el sitio, peregrinación clásica254. Raimundo ha observado, pues, los ritos, y vuelve a
cuando respeta la guarnición sarracena de la Torre de David, mientras en Jerusalén probablemente con el pensamiento de una partida próxima.
torno suyo cunde la matanza, aumenta las sospechas y su descrédito. ¿A qué Después de haber ayudado a Godofredo a rechazar al emir fatimita Alafadal
obedece la partida de aquel jefe en quien se unen extrañamente la en Ascalón, a fines de agosto de 1099 marchará hacia el norte de Siria, en el
generosidad, el espíritu de cálculo y una indiscutible debilidad? camino real que lleva a Europa.
Indudablemente al fracaso de sus ambiciones de soberanía temporal por la Los jefes del segundo ejército, llegado a Jerusalén en diciembre de 1099, en el
elección de Godofredo, y la humillación de no haber podido, ante las que van mezclados los italianos de las flotas pisana y genovesa, llegados con
exigencias de éste, conservar su conquista, aquella Torre de David, que era la el arzobispo de Pisa, Daimberto, y los rezagados del gran ejército, al mando
principal fortaleza de la ciudad251. Pero mucho más, según la confesión de su
252
R. DE AGUILERS, [103], 302.
253
QUARESMIUS, Elucidatio S. Terrae, I, 793, según Beda el Venerable. Cf. EKKEHARD,
251
La Torre de David, en la ruta del mar, era una posición estratégica esencial. Había [110], cap. XXXV: iidemque palmati quasi victores mortis redeunt, y sobre las palmas
adquirido por otra parte, en los primeros siglos cristianos, valor de devoción, y los libros de los cruzados, FOUCHER, [104], 364 y 366; RAIMUNDO, [103], 295 y 301.
254
de peregrinación le dedican un lugar eminente en la descripción de Jerusalén. Hasta el TOBLER, Topogr., II, 695 y sigs. y los relatos del abad ruso Daniel, peregrino de Pa-
punto de que podemos preguntarnos, por las monedas y los sellos de los reyes latinos, lestina en 1113-1115 en Zeitschrift des deutschen Palästina-Vereins, VIII, 34. Este des-
si no se había convertido en algo así como el símbolo impresionante de Jerusalén, "um- cribe la ceremonia en el Jordán para la bajada del Espíritu Santo sobre los nuevos bauti-
bilicus terrarum" ella a su vez. El hecho, en Raimundo de Aguilers, [103], 301 y 302, zados. Este rito de bautismo general se realizaba por la noche, en memoria del bautis-
donde se dice de la Torre de David, "scilicet totius regni Judaici caput". mo de Jesús.
de Balduino y de Bohemundo, que se han desviado del iter hierosolymitanum Raúl de Caen259. La mayoría de estas pobres gentes sigue siendo francesa,
para tomar Edesa y Antioquía, marcharán igualmente a coger palmas en provenzal sobre todo, como para una postrer afirmación del ideal antiguo de
Jericó y recibir el agua lustral del Jordán, de manos esta vez de Daimberto, la Cruzada. Los que habían acudido con la esperanza parúsica de la salvación
elegido patriarca de Jerusalén después de la deposición de Arnulfo. Como lo colectiva no podían pensar en el regreso, y aunque lo hubiesen deseado,
nota Foucher de Chartres255, no se trata para los jefes de la Cruzada de otra habrían carecido de los medios para llevarlo a cabo. Su impotencia material
cosa que de "hacer sus devociones". Lo prueba la presencia de uno de los les condenaba a mantenerse fieles a su antigua esperanza.
numerosos grupos que se apresuran hacia el Occidente, del predicador de la No parece, por lo demás, que se pensara al pronto in censurar a los que se
Cruzada escatológica., del propio Pedro el Ermitaño. Después de la toma de marchaban. En la carta que Roberto de Flandes llevaba al papa de parte de
Jerusalén su papel es mal conocido: las Gesta hablan de él como de una los príncipes cruzados, el relato de los hechos heroicos de la Cruzada termina
especie de maestro de ceremonias en la vida religiosa de la ciudad con una expresa recomendación, al papa y a todos los fieles del Occidente, de
conquistada; Alberto de Aix, el amplificador de su leyenda y la Conquista de los chuzados que regresan. Sus preocupaciones temporales, "el amor de la
Jerusalén, siempre atenta al papel de la gente baja, le siguen dando una patria y la piedad filial o conyugal" se citan en ella con una indulgencia
importancia guerrera256. Es cierto al menos que abandona Jerusalén a fines comprensiva260.
del año 1099, como para marcar el cumplimiento de la primera Cruzada y el Más aún: al solicitar del Occidente cristiano una atención particular para
fin de la esperanza escatológica. aquellos que regresan, el alivio de sus dificultades materiales, por ejemplo,
Estas partidas, mas numerosas. aún después de la Pascua de 1100, privan a los príncipes no vacilan en atribuirse, por haber reconquistado la tumba del
la ciudad de gran número de defensores. Y esto en tanta mayor medida Señor, unos méritos particulares, en los cuales les está permitido participar a
cuanto que los que se van son sobre todo guerreros, nobles. ¿Cómo hubiesen aquellos que ayuden a los cruzados que regresan de Tierra Santa. El regreso
podido hacerlo los pobres? Su única venganza será denunciar en la leyenda se convierte en una especie de garantía de una extensión de los beneficios
inspirada por ellos la defección de los señores. Así lo atestiguan esas escenas espirituales de la Cruzada."261
de la Conquista de Jerusalén (se sabe que es de 1130 aproximadamente) en Pero a medida que los contingentes se disgregan y las epidemias junto con
las que, como en Aimeri de Narbona, todos los barones, contestando a la los regresos aclaran las filas, la situación del ejército cristiano en Jerusalén se
pregunta del obispo de Martorana, declaran querer regresar a sus casas. hace cada vez más difícil. Será un obrero de la undécima hora, llegado con
Apenas elegido Godofredo trata a su vez de conmover a sus compañeros de retraso a Tierra Santa y que no ha sufrido las fatigas enormes del viaje por
armas y hacerles que se queden con él. Pero el espíritu del siglo habla por tierra, quien dé la voz de alarma y formule los primeros reproches. En abril de
boca, del conde de Flandes. "No somos de acero ni de hierro forjado. Tengo 1100, después de las marchas que siguen a la celebración de las fiestas de la
rotas las costillas y las caderas y la piel abierta en veinte lugares; hace más Pascua, Daimberto, el arzobispo de Pisa, patriarca de Jerusalén desde los
de dos años que mi carne no ha sido lavada." Fatiga tan grande del hombre, últimos días de diciembre de 1099, escribe a los católicos de la región
que no vacila en invitar al príncipe a que regrese. "Pero si os place, hermoso teutona262 para mostrarles el estado inquietante de la Tierra Santa. Muchos
señor, veníos con nosotros." Esto hace indignarse al rey. Se quedará solo con cruzados, afirma, regresan a su país poco después de su llegada; los que se
Tafur, sus ribaldos y algunos fieles para defender Jerusalén. "Los barones se
volvieron tristes y cabizbajos." Y Godofredo, en una invocación justiciera, se el duque salió a su encuentro cum toto exercitu suo, pecunia quidem tenui et numero
vuelve hacia el Señor y dice: "Dios, señor Padre, porque tendréis piedad de satis parvo ([3], His. Occid., V, p. 271).
259
vuestras pequeñas gentes que por vos se han quedado, para guardar la Gesta Tancredi, [3], Hist. Occid., III, 703. Es difícil de hacer cualquier evaluación. Las
ciudad en que vuestro cuerpo fue traspasado y el digno sepulcro en que precisiones de Alberto de Aix, que no es contemporáneo, parecen ser pura fantasía. A
vuestro cuerpo fue depositado."257 fines de agosto de 1099, dice haber habido en Laodicea concentraciones para el regre-
La amplificación social de la leyenda apenas rebasa la verdad histórica: a so de 20 000 peregrinos. Más adelante (lib. VII, caps. VII y IX), habla de una tropa de 3
000 hombres con Godofredo en el sitio de Arzuf; y los contingentes son aún más débiles
Godofredo no le queda pronto más que un puñado de hombres en torno en las expediciones siguientes. Las cifras dadas por G. de Tiro (IX, cap. 19), mucho más
suyo258 y los caballeros son poco numerosos: doscientos, si hemos de creer a bajas, no parecen mejor fundadas. Si nos atenemos a la opinión de Röhricht, [126], p.
255 184, n. 1, que confía en la cifra de Raimundo de Aguilers para la evaluación de las tro-
Cronista oficial de la tropa, en la que es capellán de Balduino. pas delante de Jerusalén, o sea 12 000 cristianos, de los cuales 1 200 a 1 300 caballe-
256
ALBERTO DE AIX, lib. VI, cap. XLI; Conquista de Jerusalén, c. VII, estrofas V-XIV, XX- ros, después de combates, enfermedades y partidas, no es posible creer en un contin-
XI-XXXIV; c. VIII, estrofa XLII. gente muy próspero.
257 260
Conquista de Jerusalén, c. V, estrofa 30 y c. VII, estrofa II. HAGENMEYER, [124], n° 429 y Epistulae, [113], n° 18.
258 261
Es la impresión de Ekkehard, parva manu fultus, [110], p. 26, y el autor anónimo de No parece, como pretende Alberto de Aix, que los cruzados hayan solicitado regular-
la Translatio S. Nicolai, testigo ocular, dice que, cuando la flota veneciana llegó a Jaffa, mente de Godofredo una autorización para partir.
habían quedado en Jerusalén y en los alrededores hasta la Santa Pascua se combates que se libran en Oriente263. El comercio epistolar entre el Oriente y
marchan ahora en los barcos písanos e ingleses. "En cuanto a los otros
-prosigue el patriarca-, que habíamos podido retener difícilmente con gran
esfuerzo de elevadas soldadas y de presentes, los hemos comprometido
hasta que Dios nos envíe socorros de vuestra nación así como de lengua
latina para defender a Jerusalén." A la vez que esta ayuda en hombres
bastante explícitamente pedida, solicita de su opulencia, que Dios les ha
otorgado "más ampliamente que a los demás pueblos", la liquidación de las
soldadas que se habían comprometido a pagar. Es el primer llamamiento
procedente del Oriente latino: necesidad de hombres, necesidad de subsidios,
todas las necesidades de una defensa que tiene ahora que organizarse. La
gran esperanza escatológica no había pensado en absoluto en estas
exigencias que habían de seguir a la victoria. Pero, ¿pueden los cristianos
descuidar ahora la guarda de la tumba del Señor? La Cruzada va a convertirse
en un largo período de paciencia en el que irán adquiriendo mayor
importancia aquellos que son capaces de guerrear.

II EL OCCIDENTE Y LA CONTINUIDAD DE LA CRUZADA

Evolución que va a encontrar su confirmación en la actitud del Occidente con


respecto a la Cruzada. Esta actitud, por lo demás, no es sencilla, y hasta
parece contradictoria. Por una parte, indiferencia creciente y ya crítica con
respecto a la gran expedición de salvación que termina; por otra, salidas
continuas para la Tierra Santa. La oposición no es más que aparente. Estos
movimientos, en su psicología inestable y a veces sumaria, descubren el
establecimiento normal de la Cruzada.
En primer lugar, menos fervor. Es muy cierto, en efecto, que, una vez partidas
las tropas de las grandes expediciones, el Occidente se ha identificado mal
con su gesta heroica. En los primeros tiempos, algunos prodigios sirvieron
para establecer una correspondencia de temor y de elección entre la pequeña
tropa lejana y los que se habían quedado. Pero muy pronto deja de atribuirse
un valor simbólico a los prodigios. Así, cuando Sigiberto nota en 1097 la
aparición de un cometa y una inundación en el otoño, no establece
correspondencia alguna entre estos hechos y las hazañas del ejército cruzado
en Oriente. Solo o casi solo, Raúl de Caen señala una correspondencia: el 9 o
el 10 de febrero de 1098, en la noche o al día siguiente de la victoria de las
tropas cristianas en las riberas del lago de Antioquía, aparece en Occidente
una aurora boreal, que en Caen se interpreta como el signo sangriento de los
el Occidente descubre asimismo una creciente indiferencia 264. Las cartas pediste que exaltáramos el nombre de cristiano, termina lo que provocaste,
católicas sobre todo, cartas a todos los fieles, ya sean del patriarca de ven a nosotros y trae contigo a cuantos puedas persuadir." Estos guerreros
Jerusalén, de los príncipes cruzados, o finalmente la carta de la iglesia de tienen suelta la lengua y no vacilan en hacer notar que el papa, hecho que ha
Lucca a la catolicidad, breves en noticias sobre los episodios de la Cruzada, llegado a sus oídos, permite a algunos que se han cruzado y no han partido
contienen todas ellas llamamientos: los cruzados solicitan fuerzas de refresco, aún que se queden entre los cristianos en la impunidad de su perjurio. "No
el socorro de todos cuantos quieran conseguir su salvación, que estén sanos hay que destruir -concluyen- el bien que emprendiste." Lógica humana de
de cuerpo y que tengan con qué subvenir a su viaje. También en ellas se quienes han sufrido en el cumplimiento de lo prescrito por el papa: quieren
lanza anatema contra los apóstatas que, habiendo tomado la cruz, no han verle entre ellos.
salido aún de su tierra. Confesiones de una crisis en la que la fe está pronto También obedece esto a que lo necesitan. Durante las angustias del sitio de
vencida. Las amenazas se multiplican, apremiantes, imponiendo plazos para Antioquía, todo género de movimientos heréticos han agitado a las masas
incorporarse al ejército sagrado, y testimonios incluso, en su frecuencia, del populares. ¿Cómo podrían dejar de inquietarse los grandes por este bullir no
hecho de que la apostasía de la Cruzada comienza a convertirse en un hábito conformista? Hombres de guerra, sí, pero sin autoridad espiritual. "En cuanto
en ese Occidente, del que se aleja el temor milenarista. Puede medirse a los herejes, griegos y armenios, sirios y jacobitas, no podemos aplastarlos.
comparando las dos cartas del patriarca Simeón con algunos meses de Hay que desarraigar y destruir todas las herejías, cualquiera que sea su
intervalo. género, con tu autoridad y nuestro valor." 268 Y, coronando el último
En la primera, sigue siendo la promesa de salvación el móvil central: el Señor llamamiento, no falta la promesa de unidad: "La tierra entera te obedecerá."
se ha aparecido al propio Simeón para prometerle la coronación de todos los Los documentos no suministran la respuesta del papa. Al menos, se sabe que
combatientes de la expedición santa "en el día postrero y lleno de espanto del en octubre de 1098 Urbano II celebraba un concilio en Bari y había recibido,
juicio final"265. La segunda, de enero de 1098 probablemente266, desciende a sin duda, la carta de los cruzados 269. Pero se contenta, como lo nota Paulot 270,
lo vivo de las pasiones humanas para animar a los vacilantes a que se con el papel de Moisés durante el combate de los amalecitas. Cierto es que
apresuren: que acudan pronto: el premio será doble, pues aquella tierra está sus preocupaciones, en el Concilio de Bari, eran numerosas: dificultades con
llena de leche, de miel y de todos los alimentos. Es inútil -añade muy Guiberto, con el rey de Inglaterra y con el rey de Francia, excomulgado de
perspicazmente- llevar más de lo necesario: los tibios pueden entender que nuevo. En abril de 1099, cuando Urbano II reúne en Roma, en la ciudad eterna
todo el resto les será dado por añadidura. reconquistada al fin, un importante concilio 271, se repiten las viejas
El mismo papado no da muestras de un singular fervor por la Cruzada. En los condenaciones contra la simonía, las investiduras y los beneficios, se renueva
últimos años de su pontificado, Urbano II, el predicador de Clermont, se la Tregua de Dios, y se habla mucho de la tiranía del rey de Inglaterra contra
preocupa sobre todo de una actividad conciliar referente a la disciplina y la Anselmo de Cantorbery, presente en el concilio. Nada o casi nada se dice de
herejía. Y los príncipes cruzados lo saben, habiéndole escrito desde Antioquía, la Cruzada, como si los que habían provocado el gran movimiento de las
el 11 de septiembre de 1098, una carta de llamamiento vibrante de expediciones los abandonasen a su destino incierto272.
reproches267. Como el jefe espiritual de la Cruzada, el obispo Adhemar, ha
muerto durante el asedio de la ciudad, le piden al papa que vaya a
reemplazarlo. La responsabilidad espiritual es imperiosa. "Tú que por tus 268
predicaciones nos has mostrado el camino y nos has hecho abandonar La existencia de movimientos llamados heréticos está confirmada por la carta de Ma-
nasés de Reims a Lamberto de Arras ([124], 416), en la que aquél hace alusión a las di-
nuestras tierras y todo lo que sobre nuestras tierras había, tú que nos ficultades del patriarca. Arnulfo "contra sectas et deceptiones haereticorum...". ¿Pero
prescribiste que siguiéramos a Cristo cargándonos con la cruz, tú que nos no se trataría simplemente de turbulencias cismáticas en el encuentro de las diferentes
262 comunidades cristianas orientales?
Véase HAGENMEYER [113], nº 21 y [129], nº 457; RIANT, Comptes Rendus Acad. Ins- 269
Las actas del concilio se han perdido. [9], 186-187; JAFFÉ-LOWENFELD, s. anno; HA-
criptions [Actas de la Academia de Inscripciones], 1884, t. XII, páginas 212-214.
263 GENMEYER, [113], n° XVII, n. 61.
RAÚL DE CAEN, Gesta Tancredi, [3], Hist. Occ. III, 648 F. 270
264
PAULOT, [139], pp. 476 y sigs.
Abundan los documentos, con dos trabajos de primer orden sobre su conjunto: conde 271
"Concilio general" dicen Bernoldo de Saint-Blaise y Lamberto de Arras. (Cf. PAULOT,
Riant, [9], ya citado, y HAGENMEYER, [113], que da los textos, pero reduce a 23 el nú-
[139] p. 488).
mero de los documentos epistolares auténticos. 272
265 Para ser justos, hay que notar, sin embargo, que Urbano II no se desinteresó por
Carta de Simeón, patriarca de Jerusalén, y de Adhemar del Puy, 18 de octubre de
completo de la Cruzada, ya que en una carta perdida, pero mencionada en Landulfo de
1097, HAGENMEYER, [113], VI, pp. 141-142. y RIANT, [9], p. 221.
266 Saint-Paul ([9], p. 195), el papa exhortaba a los milaneses a tomar la cruz, y que fue
RIANT la coloca en octubre de 107; [124], n° 228, en enero de 1098. después del concilio de Roma cuando Alberto II, conde de Parma, salió con la cruzada
267
RIANT, [9], 181; [124], n° 314; [113], nº XVI. rezagada de 1100-1102 (cf. RIANT, [143]).
¿Habrá que esperar, sin embargo, una vuelta del viejo entusiasmo al Apariencias solamente o más bien evolución natural de un paroxismo. Los
difundirse la noticia de la toma de Jerusalén? No podemos darnos bien cuenta grandes entusiasmos se ordenan cuando deben persistir y la Cruzada era, en
de ello antes del anuncio oficial que hace el papa Pascual II al clero de las la vida religiosa de un mundo, un movimiento demasiado profundo para que
Galias en diciembre de 1099 273. Los cronistas emplean, para hablar del gran pudiera desaparecer en unos años. Este debilitamiento, sensible en los
acontecimiento, una retórica piadosa o clisés bíblicos, cuando no se limitan a documentos de la historia, es el signo de una reflexión. Había lugar a un
una seca anotación. Röhricht ha creído por el contrario poder determinar la examen; hasta tal punto la opinión de Occidente había estado trabajada
popularidad de la Cruzada por el número de las canciones narrativas o desde las grandes expediciones por los rumores más diversos que refluían a
simplemente líricas que tuvieron por objeto la Cruzada y la liberación de través de Europa. Ante todo, una impresión de la cizaña mezclada con el
Jerusalén. Pero en todo esto, incluso en el ciclo francés (Canción de Antioquía, grano, como lo observa Ekkehard, a propósito de los excesos cometidos por
Conquista de Jerusalén, Los Cautivos), no hay casi nada contemporáneo, los cruzados contra las poblaciones cristianas de los territorios que
directamente popular; sólo reflejos, continuaciones, repeticiones varias veces atravesaban: reflejo instintivo que ha sufrido el cronista, como sus
revisadas. En cuanto a las canciones corrientes, mucho más populares es compatriotas, cuando veía pasar las catervae de populacho, hombres,
cierto, sobre las cuales querría también apoyarse Röhricht, en latín monástico mujeres, niños, que marchaban hacia Tierra Santa: "Se ridiculizaba
en su mayoría, y probablemente obra de clérigos más que de gente del naturalmente su empresa insensata."277 Además, tenemos el desaliento, la
pueblo, no aportan sino mediocres testimonios, salvo quizá ese Laetare decepción que manifiestan los que se detienen en el camino 278: y asimismo la
Jerusalem274, en el que resurge por última vez la esperanza redentora y campaña de denigración llevada a cabo por los fugitivos, los que desertan en
escatológica, la espera de la visión de paz y de Cristo rey en su gloria. Pero los peores momentos del sitio de Antioquía. A ellos es, a lo que parece, a
van al final de la historia de Raimundo de Aguilers, como para afirmar aún quienes designa en su prefacio Raimundo de Aguilers: "esos cobardes y esos
más el carácter de la primera fase de la Cruzada, popular y provenzal 275. pusilánimes, que después de habernos abandonado, se esfuerzan en asentar
La impresión es la misma respecto a los regresos. Aquellos soldados de Cristo el error en el lugar de la verdad. Pero quien conozca su apostaría" -he aquí el
que marcharon a la Tierra prometida no vuelven de ella rodeados de una objeto del libro-, "no escuchará sus palabras y evitará su encuentro"279. La
gloria casi sobrenatural. Casi ningún rito de fiesta se esboza dedicado a ellos. carta del clero y del pueblo de Lucca es todavía más clara en cuanto a
Debió de considerárseles apenas un poco superiores a los romeros ordinarios. mostrar el efecto desmoralizador del regreso de Esteban de Blois a
Regresaban llenos de recuerdos y de relatos, pero sin nimbo alguno. Las Constantinopla durante el sitio. El conde se granjeará, por otra parte, con ello,
recomendaciones que traían de parte de sus compañeros de armas que su leyenda en la Canción de Antioquía, en la que se convierte, con trazos
habían quedado en Tierra Santa, refrendadas con una contraseña del papa gruesos y casi caricaturescos, en el símbolo del fugitivo, no sólo cobarde en la
Pascual II, eran triviales, anodinas, utilitarias. La gran preocupación es la empresa guerrera, sino infiel a la voluntad divina. Compréndese desde este
recuperación de los bienes, el pago de las deudas gracias a una caridad momento la reserva que se advierte en Ekkehard, hacia 1125, en sus
cristiana276. Como si de la gran aventura no hubiesen traído más que la Crónicas, posteriores en una docena de años al Hierosolymita, a propósito de
preocupación de recobrar sus comodidades de antaño. ¿Se ha extinguido, Pedro, el mito de los primeros entusiasmos, "Pedro, de quien se pretendía
pues, el ideal de la Cruzada, por la voluntad material de los hombres? luego que había sido hipócrita" 280. La culpa no podía ser de Dios, sino
únicamente pecado de los hombres. Y en Ekkehard apunta ya la sensación de
que los fracasos de la Cruzada y sus retrasos se deben a la insuficiente
273 moralidad de los cruzados. En Alberto de Aix, se hace manifiesto en el célebre
Manasés de Reims habla a Lamberto de Arras de esta noticia transmitida por el papa
relato del hermano lombardo que reproduce la conversación entré un
y también del anuncio que le había sido hecho por el duque Codofredo y el patriarca Ar-
nulfo (HAGENMEYER, [113], XX).
sacerdote de su tierra y un peregrino desconocido, de aspecto afable. Se
274 habla de las Cruzadas, y el buen sacerdote italiano expone sus dudas sobre
Edelestand DU MÉRIL, Poésies populaires latines du Moyen Age" [Poesías populares
latinas de la Edad Media], París 1847 p. 255; HAGENMEYER, la ha editado a continua-
las intenciones de esas multitudes que marchan hacia Jerusalén. El peregrino
ción de su edición del Hierosolymita de Ekkehard, [110] bis, páginas 385-387. 277
275 Sentido de [110], c. IX.
No llegamos a atribuir gran importancia a los versos mnemotécnicos reunidos por H. 278
Olsterley, Forschungen zur deutschen Geschichte, XVIII, que están destinados a recor- FOUCHER [204], libro I, caps. VII-VIII.
279
dar de manera fácil y bastante sugestiva ciertos hechos más o menos importantes, re- [103], 235.
franes cómodos sin alcance histórico. 280
Sobre la fecha respectiva de las dos obras, véase WATTENBACH, Deutschland Ges-
276
Cf. carta de septiembre de 1099 de los príncipes y de Daimberto al papa: "...benefa- chichtsquellen..., II, 189-198; BUCHHOLZ, Ekkehard v. Aura, 1888, 8° y J. TESSIER, La
ciendo eis et solvendo debita eorum..." (Epist. XVIII. HAGENMEYER, [113], p. 401, quiere Chronique d'Ekkehard [La Crónica de Ekkehard], Rev. Historique, XLVIII, 267-277; MOLI-
hacer de ella el tipo de las cartas de recomendación). NIER, [23], nº 2194.
-era San Ambrosio- declara solemnemente que ese largo viaje era voluntad de establece así en la vida religiosa de estos comienzos del siglo XII, como un
Dios y que todos los que morían realizándolo se contarían en el cielo en el medio de remozamiento para una espiritualidad venida del Oriente. Es el
número de los mártires, siempre que perseverasen "en el amor de Dios", sin momento en que Mauricio Burdin, a la sazón arzobispo de Braga, hace
entregarse a la avaricia, al robo, al adulterio ni a la fornicación281. La idea de trasladar de Jerusalén a Santiago de Compostela unas reliquias de Santiago el
la salvación escatológica es cosa terminada: el reino de Dios se les promete a Mayor. Así va a nacer, a partir de los tiempos que siguen a la primera
los que comiencen por hacer penitencia. El mérito espiritual de la Cruzada ya Cruzada, una de las devociones orgánicas de la Edad Media.
no es el fruto necesario de una expedición tumultuosa y ferviente a la He aquí, pues, para la sensibilidad del Occidente cristiano, la sensación
liberación de la Tumba del Salvador. concreta, próxima, de la Tierra Santa. Relación afectiva de los dos mundos
Por lo demás, los que regresan, si bien afirman con su vuelta misma el que da a los cambios de hombres entre sí una primera estabilidad. Es sobre
aplazamiento de la gran esperanza, si siguen sin signo alguno de elección 282, todo para el Occidente la posibilidad de participar en los beneficios de la
no por ello atestiguan peligrosamente la quiebra espiritual de la Cruzada. Por Cruzada. Se opera una sublimación verdadera de un fenómeno contingente,
el contrario, el caballero, de regreso en su tierra, no queda por ello desligado temporal, para hacer de él un valor duradero. El que la Iglesia insista también
de su voto: sigue participando en la obra de defensa de la Tierra Santa. Su sobre la penitencia previa, rito de preparación y participación en lo espiritual
vida permanece espiritualmente consagrada a la guarda de la Tumba del va a aportar, en la vida religiosa del Occidente cristiano, formas nuevas de
Señor. Y esto tanto más cuanto que, si los estigmas han desaparecido, los que méritos.
regresan no vuelven con las manos vacías: aportan testimonios más Y esto con tanto mayor motivo cuanto que la agitación de las grandes
materiales sin duda, pero provistos de virtudes divinas y milagrosas. Con la expediciones repercute aún en las masas cristianas. Entre 1099 y 1106, de
vuelta de la Cruzada, las reliquias van a tomar cada vez más importancia en manera casi continua, las tropas de cruzados parten para Tierra Santa, en una
la vida religiosa de Occidente. confusión de expediciones así como de sentimientos. ¿Qué queda, pues, de la
Con seguridad, el carácter de los textos283, su número restringido284, así como esperanza de salvación, para esos venecianos que en 1099 se embarcan con
la complejidad de sus elementos que deja traslucir a veces la compilación, no fines de peregrinación; y vuelven con reliquias y sólidas garantías de nuevos
permiten grandes certidumbres285. Es seguro, sin embargo, que en los mercados, o para esos genoveses, que movidos también por un piadoso
alrededores del año 1100 se traen reliquias a Génova, a Venecia y a entusiasmo han entrado a saco en Cesárea y vuelven, según el cronista, cum
Saint-Nicolas-du-Port, en Francia, en centros todavía limitados, con una triompho et gloria, recompensas bien temporales? Pensamientos de lucro,
repercusión probablemente restringida. Pero el hábito nace, para ir en ambiciones de conquistas políticas, todo esto flota como un espejismo
aumento rápidamente. Testimonio para aquel que la trae del cumplimiento de oriental sobre estos grupos de rezagados. A menos que en estos encuentros
la Cruzada y de un a modo de santificación, la reliquia, en aquellos tiempos de razas, de pueblos, de mundos, no nazca uno de esos odios profundos que
de fe profunda y colectiva, no podía ser el privilegio de uno solo. Pertenece a animan a los hombres a veces con más violencia que el ardor religioso. Tal es
la colectividad: así, Roberto de Flandes, gran proveedor, fundará, con el sentimiento que va a explotar Bohemundo para venir a Europa, al terminar
Clemencia su mujer, varias iglesias y monasterios para hacer llegar al pueblo su cautiverio, a predicar la cruzada contra el basileus. A medida, en efecto,
piadoso éste beneficio indirecto de la Cruzada. El culto de las reliquias se que estas expediciones múltiples se agotan antes de obtener sus fines, las
desconfianzas contra Alexis, aumentan: sobrepasan la reflexión amarga del
281 cronista, que comprueba que el Emperador "no hace de los cristianos que
ALBERTO DE AIX, lib. IV, cap. XXXVIII.
282 combaten a los turcos más caso que de unos perros enzarzados". Se habla
Ya no se vuelve a hablar de los estigmas de la Cruzada después de 1096.
283
incluso de traición. Bohemundo, desde lo alto del ambón de Chartres,
Así la leyenda de Jacobo de Varazzo sobre el traslado de las reliquias de San Juan suscitaba todos los hombres armados contra el perseguidor de los cristianos.
Bautista a Génova es de los últimos años del siglo XIII. Sabido es que esta última profectio Occidentalium antes de la segunda
284
Se encuentran todos en el tomo V, [3], Hist. Occ., pp. 229 y sigs., Documenta Lipsa- Cruzada habría de terminar por la capitulación de Bohemundo y su sumisión
nographica ad primum bellum sacrum spectantia.
285
al basileus. "Aquel orgulloso montón de ambiciosos no tuvo nada de lo que se
Conviene ser más prudente que Röhricht ([126], p. 221, n. 6), que encuentra en los había prometido," concluye severamente Orderic Vital286.
tratados del tomo V numerosas pruebas de que los cruzados trajeron reliquias. Jacobo
No se crea, sin embargo, que el antiguo fervor se desvanezca. Así lo atestigua
de Varazzo es poco digno de fe; Lamberto de Ardres, por lo general exacto, es muy pos-
terior a los hechos Los únicos textos claros son el relato de la traslación a Venecia de esa cruzada milanesa, predicada por el arzobispo Anselmo a través de toda la
las reliquias de San Nicolás de Myra (el texto del Monje del Lido está en Rec. V, Lombardía, y que arrastró, como en los primeros tiempos, en torno de
253-292), el Qualiter reliquiae B. Nicolai, episcopi et confessoris, ad Lotharingiae villam, algunos hombres de guerra, una numerosísima plebe piadosa entre la que
quae Portus nominatur, delatae sunt, y la Narratio quomodo reliquiae martyris Georgii
286
ad nos Aquicinenses pervenerunt (junio de 1100). Hist. Ecclesiastica, edic. Le Prévost, II, 449.
acuden diligentes muchos clérigos y hasta mujeres. "Movimiento popular piadosa peregrinación. Al principio, les niegan la entrada, pero al fin
-dice Ekkehard, que formó parte de él-, que podía casi igualar en número a las consienten mediante determinada cantidad, y como Godofredo tarde en
expediciones anteriores."287 Su retraso es más probablemente efecto del pagarla, uno de los porteros le da una bofetada. Godofredo soporta la injuria
independiente carácter milanés, siempre muy suspicaz con respecto a en silencio; pero cuando regresa a Occidente, entabla conversaciones con
Roma288. Para otros, por el contrario, se trata de verdaderas cruzadas de Raimundo de Tolosa y otros barones. Pronto los tenemos reunidos en un
arrepentimiento, temor al castigo o impulso confuso de opinión. Lo que grupo de doce, en el Puy, donde discuten durante tres días la manera de
cuenta, en efecto, desde el punto de vista del sentimiento religioso, es la realizar el iter hierosolymitanum. La noche del tercer día se aparece el ángel
continuidad del impulso. La Cruzada prosigue. La Iglesia, recobrada, Gabriel a Bartolomé, uno de los doce, y le comunica la voluntad del Señor de
ciertamente, anima y fomenta, ya que agrava sus rigores contra los que que se libere su tumba. Lo marca con la cruz sobre el hombro derecho y lo
vacilan en el cumplimiento de su voto289. Pero nada más significativo de una envía al obispo con este signo de autenticidad, para que el papa acuda
propensión siempre clara como la predicación de Bohemundo en 1106-1107, inmediatamente al Puy y predique la Cruzada. Reagrupación, como se ve, de
tan pobre de valor religioso y sin embargo eficaz. El iter hierosolymitanum los elementos más dispares: las peregrinaciones anteriores a la Cruzada; la
está en adelante abierto de manera normal a la fe de los fieles. La Cruzada, elección del Puy, ciudad de Adhemar, el legado de la Cruzada; la mística de
llega a ser una forma de la vida religiosa de la Edad Media. Tenemos la elección del número doce; los estigmas de cruzada; el nombre del barón
prueba en la consagración de la Iglesia que, en el concilio ecuménico de favorecido con el sueño y que es casi el de Pedro Bartolomé, el visionario del
Letrán, en 1123, reproducirá, en un canon especial, las decisiones de Urbano sitio de Antioquía. Pero su composición es sintomática: es Godofredo quien
II y de Pascual II relativas a la protección de los bienes de los cruzados y las ocupa ahora el primer lugar, es el héroe de la Cruzada y Pedro el Ermitaño el
sanciones espirituales contra los que no observen sus votos. La legislación se comparsa. Y como desaparece el predicador de los humildes, el elemento
establece como la misma necesidad. escatológico no se muestra en parte alguna: se trata únicamente de una
Con las transformaciones necesarias, sin embargo, a toda evolución, las que leyenda de peregrinación, peregrinación armada con un objeto determinado,
precisamente descubre el cambio de perspectiva de la leyenda Hay que la venganza del ultraje hecho a Godofredo, la liberación de la Tumba del
buscarlo, en efecto, en los cronistas que parten de Occidente después de la Señor, y un resultado de devoción 292. Lo prueba esa flota inglesa, de "cerca de
conquista de Jerusalén290. De ellos, el menos circunspecto, el más hábil en siete mil navíos", que llega a Jaffa a mediados de 1106 y que envía a algunos
leyendas, es quizá el más revelador: Caffaro de Caschifellone, cuyas dos de sus notables a solicitar del rey de Jerusalén el permiso de ir "a adorar",
obras, Annales Genuenses y De liberatione civitatum Orientis son una para volver a marchar inmediatamente habían ido desde tan lejos "para rezar
fabulación sobre la primera Cruzada, pero un valiosísimo testimonio sobre la en Jerusalén y ver el sepulcro del Señor" 293. Intención piadosa y curiosidad
tradición que ya se establece en Occidente291. He aquí el trabajo de la sagrada: nada más.
imaginación colectiva: Godofredo y Roberto de Flandes, en su designio de Han acabado, pues, los tiempos heroicos, y con ellos lo que comportaban-de
visitar la tumba del Señor han ido a embarcarse a Génova. Llegados a singular: los caracteres de una expedición única de salvación colectiva. La
Alejandría y bajo la guarda de soldados sarracenos, llegan a Jerusalén para su Cruzada pasa a ser una forma media de la vida religiosa: pierde todo carácter
épico y su heroicidad. Tiende a ser una peregrinación que es preciso hacer en
287 tropas bien armadas, pues los caminos no son seguros. Así, habrá de limitarse
EKKEHARD, [110], 28. cada vez más a la gente de guerra y al pequeño número de hombres de a pie
288
LANDULPH, Historia Mediolan., Muratori, Script., V, 470; ALBERTO DE AIX, VIII, 1; que consientan en llevar con ellos. Como la Cruzada se establece, regular,
RIANT, [143], 251-254. bajo una forma nueva, las masas de Occidente vuelven a su sedentarismo.
289
Lo atestigua la agravación de la amenaza de excomunión en el concilio de Anse (pri- ¿No han demostrado, por otra parte, su impotencia y hasta los peligros a que
mavera de 1100). Pascual II había condenado únicamente a los fugitivos de Antioquía; exponen a la conquista cristiana, con esa Cruzada lombarda, la postrera, en la
pero el concilio decide que todos los que no hayan cumplido su voto de peregrinación
serán excomulgados hasta el día en que cumplan su promesa (Hugo de Flavigni, en
que pululan los humildes, cuya terquedad irrazonada en liberar a Bohemundo
Pertz, VIII, 487).
290
Roberto el Monje (1100); Caffaro de Caschifellone (1100-1101); Ekkehard (1101),
292
luego Raúl de Caen, Gautier el Canciller, etc. Hay probablemente en la mención de Roberto de Flandes al lado de Godofredo, con
291
Es cierto que de las dos obras de Caffato, una está escrita hacia 1163 y la segunda ocasión de la primera peregrinación una confusión bastante frecuente. Roberto el Mag-
hacia 1155 o 1156 pero el cronista formó parte hacia 1100-1101 de una expedición de nífico, sexto duque de Normandía fue en el período anterior ala primera Cruzada el pe-
genoveses a Oriente, por lo cual puede consignar la tradición que se había establecido regrino-tipo. Cf. WACE, 3ª parte del Roman de Rou y Romania, t. IX, pp. 515 y sigs., el
ya sobre las circunstancias de la primera Cruzada. El De liberatione civitatum Orientis, art. de Gaston Paris. Se convirtió en Roberto de Flandes en tiempos de Caffaro.
293
está en [3], Hist. Occid., V, 41-75. ALBERTO DE AIX, X, 1.
prisionero de los turcos ha provocado las derrotas de los cruzados y hecho contra los sarracenos y los bandidos 297. Balduino, rey de Jerusalén, apreciando
cada vez más difícil la ruta de Jerusalén? mucho sus servicios, les asigna una morada en proximidades de un convento
La ciudad santa, igualmente, ha perdido su carácter único de designación de canónigos regulares, sobre el emplazamiento del templo de Salomón : los
divina. Las necesidades militares y los llamamientos de Daimberto hacían ya Templarios tenían ya su nombre. No existen, sin embargo, hasta después de
de ella una especie de colonia piadosa a la que se socorre con colectas. De 1119, cuando se ligan por un voto solemne en presencia del patriarca de
modo natural debía irse ampliando la idea de una participación posible en los Jerusalén, para combatir a los enemigos de Dios "en la obediencia, la castidad
beneficios de la Cruzada por simples sacrificios materiales: tal es, sin duda, el y la pobreza". Contra el espíritu del siglo, aparece la reforma del hombre en
sentido del populo Dei subvenire non negligant de la carta de Manasés294. Así estos hombres de guerra. Pero todavía no se les considera religiosos. La
como el pensamiento de Orderic Vital al hablar de los que no parten, sensibilidad de la época encontraba edificante que un caballero hiciese voto
preocupados de socorrer a los que parten295. Por lo demás, si el decreto que de pobreza, pero no comprendía que se hiciese monje: a tal punto la sociedad
publica Pflugk-Harttung296, tomado del manuscrito de la Vallicella, pero sin medieval se mantenía diferenciada hasta en su estructura moral; y cuando el
indicación cronológica, debe ser referido al Concilio de Roma de 1099, es conde de Champaña, Hugo, abandona su feudo para entrar en la orden en
preciso notar ya otra transformación de la noción hierosolimitana en la 1125, San Bernardo duda en felicitarle. También el reclutamiento se hacía
espiritualidad de Occidente. El decreto estipula, en efecto, que los violadores difícil, siendo preciso que Hugo de Payns fuera a Francia a encontrar
de la Tregua de Dios estarán obligados en penitencia a ir a pasar un año en compañeros, y fue en el concilio de Troyes, en 1128, cuando probablemente
Jerusalén o en España: la indulgencia de Jerusalén se confiere, a igualdad de se esbozó la regla de la nueva orden, fijada algunos años más tarde: 298 los
tiempo de servicio, a los que vayan a combatir a España, estipulación Templarios hacían voto de pobreza, de castidad y de obediencia, y llevaban
consagrada, por lo demás, por los concilios de Clermont en 1130 y de Letrán sobre sus armas un gran manto blanco.
en 1139. Jerusalén no es ya más que un lugar común de expiación. Al lado de Así la guardia se hacía permanente sobre los caminos que conducían a la
la colonia piadosa mantenida con limosnas, la tierra de penitencia. Ha tumba del Señor, religiosamente ligada por su voto. San Bernardo,
terminado aquella elección singular que hacía de Jerusalén el lugar hacia el convencido ya, la consagró con todo su prestigio de apóstol, escribiendo para
cual debía tender la cristiandad entera. ella el De laude novae militiae. Lejos de censurar a los novadores, exalta su
originalidad. Despreciadora de los placeres del siglo, dicha milicia reúne todas
III LA GUARDA DE LOS CAMINOS DEL SEPULCRO: EL TEMPLE. las virtudes del clérigo y del lego. "No sé si debo llamarlos monjes o
caballeros; quizá haya que darles los dos nombres a la vez, porque es
Doble movimiento religioso y social que muestra la complejidad del hecho de manifiesto que unen a la dulzura del monje el valor del caballero" 299. El
la Cruzada en estos finales del siglo XI: la sensibilidad del Occidente tiende a caballero no pierde en absoluto nada de su virtud militar por hacerse
depurar, a establecer en reglas religiosas lo que fuera tumultuosa aventura; voluntariamente pobre. Por el contrario, se eleva al humillarse, según ese
sublima y por lo tanto entrega a la experiencia común el gran movimiento ideal de pobreza, latente en la espiritualidad de la primera Cruzada.. Prepara
parúsico. Pero, por otra parte, las ambiciones temporales devoran a los asimismo su regeneración moral, si es pecador. Porque la afirmación del
barones que han quedado guardando el Sepulcro: la primacía de la defensa Santo es clara cuando comprende en esta piadosa milicia a los "malhechores,
podría acarrear un debilitamiento de lo espiritual. Oposición que sobrepasa la los impíos, los homicidas y los adúlteros"300. El servicio del Temple tiene un
lógica inconsciente de esta historia. Nada lo ilustra mejor que el valor de purificación. La Cruzada se organiza. lentamente como prueba de
establecimiento de la milicia del Temple. Vínculo humano entre el mundo penitencia.
cristiano del Occidente y su conquista, va a manifestar la idea de cruzada
viva, pero con todas sus complejas exigencias. Al principio son simples
hombres de guerra los que aseguran la entrada en Tierra Santa. Algunos
franceses, en efecto, a la cabeza de los cuales se encontraba Hugo de Payns,
297
se agruparon para hacer el servicio de vigilancia de los caminos y de las Guill. DE TIRO, [1591, lib. XII, cap. 7; Gualt. Neapol., De nugis curialium, cap. 18, ed.
cisternas en torno de los Santos Lugares, y para proteger a los peregrinos Wright, 1850, p. 29.
298
Cf. PRUTZ, [202].
299
294
De laude novae militiae, cap. IV, nº 8, y Vacandard, [223], I, 253.
HAGENMEYER, [113], p. 176. 300
295
No prescindamos con demasiada prontitud de un pensamiento de prudencia política,
Orderic Vital muestra esta solidaridad con ocasión de las primeras salidas, (t. III) : expresado seguramente por aquel hombre de orden que era San Bernardo: "¡Qué pla-
hay más bien que considerarla como contemporánea del cronista. cer -para nosotros vernos libres de crueles asoladores, asoladores, y qué alegría para
296
Acta Pontif. Rom., II, 167. Jerusalén recibir fieles defensores!" (De laude novae militiae, capítulo V, n° 10).
CAPITULO II Es cierto que entre la primera y la segunda Cruzada la vida religiosa de
LA ESCATOLOGÍA EN LA DISCIPLINA DEL ORDEN POLÍTICO Occidente se había lentamente transformado. Como el orden político y el
medio social, ella busca también su estabilidad y su norma. Se comprueba
Henos llegados, según el verso de Dante, al lugar en el que ya no hay luz. Sin fácilmente en la evolución del eremitismo. Sin duda en estos comienzos del
duda, para descubrir toda la realidad religiosa de la primera Cruzada, nuestra siglo XII, el Wanderprediger conserva toda su fuerza de irradiación: actúa con
documentación era bastante fragmentaria, bastante sujeta a revisión. Y, sin su persona, predicador caminante, con un complejo prestigio de santidad, de
embargo, algunos cronistas habían prestado a los actos de las primeras ascesis y a menudo de taumaturgia. Por lo insólito de su presencia, el ejemplo
bandas de cruzados, de Pedro el Ermitaño y de los demás jefes, cierta de su pobreza religiosa y la fuerza espiritual que de ellos emana, estos
atención, desdeñosa en Alberto de Aix, regocijada en Guiberto de Nogent. ermitaños errantes conmueven y marcan religiosamente a las poblaciones de
Raimundo de Aguilers había defendido ampliamente la intervención de los un país, tras de lo cual marchan a otra parte para proseguir su obra
pobres en la Cruzada, al menos en la tropa provenzal. En torno de Pedro el despertadora. Vagabundeo que parece no deber jamás detenerse: tal Roberto
Ermitaño, de Pedro Bartolomé y de los tafures, eran numerosas las leyendas. de Arbrissel que recorre en misiones incesantes las tierras de Anjou, del
Ahora, para Odón de Deuil, para Otto de Freisingen, para Gerhoh de Maine y de Normandía. Y, sin embargo, el ermitaño no es ya un perpetuo
Reichersperg y las Gesta Ludovici VII, la historia de la segunda Cruzada es desarraigado, móvil como su palabra. Tiene ante todo discípulos, que forman
ante todo, la historia de los príncipes Luis VII y Conrado III. Guillermo de Tiro en torno suyo ruta sociedad espiritual; a medida que su nombre crece se hace
no tiene valor más que para la historia interna del reino de Jerusalén. La fundador. Roberto fundará Fontevrault, modelo de todos los monasterios que
literatura moderna apenas ha sobrepasado "los primeros papeles" 301. Queda, van a abrirse a porfía al paso de los ermitaños predicadores. Es un verdadero
pues, todavía por aprehender toda una realidad. Hay que intentarlo, con frenesí -signo de una necesidad colectiva- de crear por doquier centros
crónicas, anales, todo lo que suministra notas breves "sin pretensión", todo lo estables de vida religiosa. Roberto en el Oeste, y Norberto de Xanten en el
que, tomado en conjunto, ofrece posibilidades de exactitud, leyendas, cuya Este, son incansables fundadores. En 1120, se crea la orden de los
deformación está henchida de significación histórica, o cualquier hecho premonstratenses en el bosque de Coucy y, hacia mediados del siglo,
particular en torno del cual se establece una media de la opinión Anselmo, obispo de Havelberg, observará que apenas si hay una provincia en
contemporánea. Notas que deben articularse en la pujanza de un fervor Occidente donde no se hayan establecido los premonstratenses, y que hasta
religioso. tienen casas en Oriente. Tanto más cuanto que los nuevos monasterios no
viven con el espíritu de sección del monacato tradicional. Importa poco que se
I. LAS FUERZAS DE CRUZADA EN OCCIDENTE EN VÍSPERAS DE LA SEGUNDA inspiren en las grandes reglas preexistentes, en la regla de San Benito o de
CRUZADA los canónigos agustinos: éstos son marcos cómodos. Las casas nuevas sé
caracterizan sobre todo como otros tantos templos en que se alimenta la
A fines de 1144, el atabey de Mosul atacaba el condado de Edesa y el 28 de piedad popular. Permanecen en contacto con las masas religiosas cuyo fervor
noviembre se presentaba ante su capital. El día mismo de Navidad, la mantienen302. Igualmente, aunque establecido en un marco de vida colectiva,
guarnición cristiana capitulaba ante el infiel. Y Nur-ed-Din, el hijo del atabey el prestigio del hombre se mantiene entero, en lo más vivo de la sensibilidad
que acababa de ser asesinado, proseguía la lucha contra los Estados popular. Lo atestigua la emoción que suscitará Bernardo algo más tarde
cristianos. En noviembre de 1145, una embajada de armenios que iba cuando, dócil a las necesidades del siglo, se esfuerza en exteriorizar la acción
acompañada por Hugo de Gibelet, uno de los obispos más importantes del de Citeaux. "Su cabeza tocaba las nubes," exclamará Berenger en la Apología
principado de Antioquía, solicitaba en Viterbo, del papa Eugenio III, el socorro para Abelardo; y, como lo expresa el proverbio popular, sus ramas
del Occidente. ¿Sobre qué fondos de sensibilidad religiosa podía repercutir sobrepasaban la sombra de las montañas 303. Imagen gigantesca del
este llamamiento? taumaturgo que crece en la sensibilidad de los humildes, tanto más cuanto
que éste, hombre de Dios, se pone en contacto con multitud, se prodiga por
ella, por ella también se sobrevive en su tumba, con el fin de que la piedad
301
Se encontrará muy poco en los tres libros o folletos de KUGLER, [217], [218] y Neue 302
Analekten, Tubinga, 1883, 4°; BERNHARDI, [220]; A. LUCHAIRE, Louis VII, en Lavisse, Verdadera atmósfera de reforma religiosa en la que Vital de Savigny, Raúl de la Fut-
Histoire de France, t. III, 1ª parte, HIRSCH, Studienz Geschichte des Königs Ludwig VII v. saye y Giraud de Salles evangelizan a la manera de Roberto el oeste de Francia.
303
Frankreich, Leipzig, 1892, no habla de la Cruzada. Sobre los comienzos, se consultará Texto que no da más que una indicación de emoción, con una amplia parte de retóri-
también a NEUMANN, [222]; H. HÜFFER, [219]; E. VACANDARD, Saint Bernard et la se- ca. Tanto más cuanto que San Bernardo no llega inmediatamente a las multitudes. Pa-
conde croisade [San Bernardo y la segunda Cruzada], Rev. Quest. Hist., t. XXXVIII y rece que hay que esperar a su viaje a Languedoc en 1145 para encontrar en él una ver-
[223], t. II. dadera irradiación popular (Vacandard, [223], II, 224 y sigs.).
popular le venere allí con un culto conmovedor, ya que no multiplique los Cochet ha descubierto en una iglesia contemporánea de la comarca ruanesa,
milagros. en Manéglise, látigos y disciplinas esculpidos en los capiteles. Nuncios de los
Pero la irradiación del individuo es una fuerza, de anarquía. Y los tiempos flagelantes del siglo XIV, los penitentes de la Cruzada monumental atestiguan
buscan el orden. La tendencia es clara en esas masas en las que se elaboran un espíritu de organización colectiva del que carecían las multitudes
principios estables de vida social: es el atractivo de la vida religiosa en grupo. alucinadas del siglo XI. Se reúnen para expiar sus faltas, pero con una
Lo atestigua esa extraordinaria. "Cruzada monumental" que se ve organizarse elección resuelta de aquellos que habrán de guiarles en su obra de
por entonces en los caminos304. No se trata únicamente de un impulso penitencia. En la época de la primera Cruzada la gente se reunía en partidos
espontáneo que arrastre a los fieles para llevar piedras a los trabajos de la nacionales y marchaba detrás de un "señor de vasallos". Ahora el jefe es
catedral que se eleva. Constitúyense asociaciones más duraderas en las que necesario y se le elige. Como si esta masa, en efervescencia religiosa,
los hombres se reúnen con la intención perseverante de arrastrar ellos instintivamente consciente de su carencia de poder, comenzase a manifestar
mismos carros de piedras y de materiales. Iniciado en Chartres, a lo que así su realidad ya política.
parece, el movimiento se extendió por Normandía y buena parte de Francia. Por lo demás, en Normandía, el comunalismo se desarrolla a la par que esta
Hacia 1140 el abad de Saint-Pierre-de-Dives queda edificado por el ejemplo Cruzada monumental. No se intentará ciertamente establecer una causalidad
de aquellos nobles poderosos que aceptan doblar su cuello delicado y ser demasiado aventurada; pero los hechos convergen para descubrir el clima de
enganchados en los carros como animales. Son piadosas caravanas que se la época. La comuna manifiesta en su vida propia necesidades análogas a las
extienden en silencio a lo largo de los caminos. En las paradas sólo se oyen que revelan la evolución del eremitismo y los movimientos de penitencia.
confesiones de pecados u oraciones unánimes. Los sacerdotes dicen Afición al rito colectivo, esta religio juramenti de los preámbulos, la obtención
sermones. Se olvidan los odios, se perdonan las deudas. Si alguno no quiere y la observación de la carta, reglas de la vida obrera que van a definir la
perdonar o se niega a obedecer al sacerdote que le exhorta, se arroja del existencia corporativa. Tampoco faltan los objetos para las ceremonias del
carro su ofrenda y él queda excluido de la sociedad piadosa. Luego, vuelven a nuevo culto: el sello, la torre de la campana, el emplazamiento de esta torre.
resonar las trompetas y se reanuda la marcha. Como en otro tiempo los Y pronto unos actos solemnes marcarán, en el marco de la liturgia católica, la
hebreos en el desierto, nada puede detener la santa procesión. Hasta las vida religiosa de la comuna. Cualquiera que sea el impulso de necesidad
aguas, según dicen, dejan pasar la tropa de penitentes. Y cuando han llegado mítica que haya tenido en ciertos momentos el movimiento comunalista305,
a la iglesia, se disponen los carros alrededor, como para un "campo sociológicamente converge con nuestras agrupaciones por necesidad
espiritual". Durante toda la noche se vela, entonando cánticos. Sobre los religiosa. En ese comienzo del siglo XII, las formas monásticas, las formas
carros se ,encienden cirios y lámparas, junto a los inválidos y los enfermos comunales, la ciudad de Dios, la ciudad de los hombres, parecen inspiradas
que han acudido también a esta Cruzada para recobrar la salud del cuerpo. por un mismo espíritu antiindividualista que se realiza con una fuerza
Porque se trata de una medicación, especialmente en lo espiritual. Todo este desconocida hasta entonces. A cada instante nacen asociaciones libremente
esfuerzo es penitencia y con características que descubren una evolución del consentidas, como para afirmar una necesidad de orden, ante todo en lo
concepto dogmático de la penitencia pública; la idea de rescate de la espiritual, en la anarquía feudal.
penitencia canónica por un sacrificio pecuniario destinado a una obra pía Con todo, las grandes fuerzas que componen las multitudes según sus
tendía a hacerse habitual: era la "relajación de la pena", antes de que se instintos no habían perdido nada de su fuerza. Especialmente el temor, ya
hablara de indulgencia. Aquí se esboza la reacción. La "Cruzada monumental" que azotes y prodigios no cesan de alucinar el Occidente cristiano hasta la
se consagra a la obra pía por excelencia en la época: la construcción de segunda Cruzada. Si se examinan ya sea los anales locales, ya la mejor
iglesias. Pero en esta forma nueva la penitencia se hace exigente. Henos aquí crónica universal de la época, la de Sigiberto de Gembloux y sus
en presencia de un grupo humano claramente definido en el que no se
305
penetra sino tras una prueba. Todos los miembros realizan en común ritos Entiendo por mítico todo lo que representa el fondo narrativo, el relato sagrado, na-
penitenciales, tales como la confesión pública y la procesión de expiación. rración histórica o simbólica dada como base a todo o a parte del sistema comunalista.
Parece incluso que estos ritos se agravan con penas corporales, como la ¿Pretenden los comunalistas imitar la sociedad evangélica? ¿Pretenden imitar la socie-
flagelación, cuya práctica se reanuda con la renovación del ascetismo del dad hebraica? ¿Tienen un prototipo tomado de la historia sagrada, mítica en una pala-
bra? Las concepciones escatológicas, el mito apocalíptico con sus sociedades de elegi-
siglo XI y la escuela de San Romualdo. "Presentan su ofrenda no sin servirse
dos, sus clases de santos, pudo ejercer sobre las comunas una influencia preponderan-
de la disciplina y sin derramar lágrimas", escribe Hugo de Rouen; y el abate te. El tanquelmismo es una herejía urbana. El sentimiento de contrato podía encontrar-
se en la base de una especie de carta apocalíptica. El igualitarismo derivado de las co-
304
Cf. abate COCHET, Bulletin des Trav. de la Soc. Libre d'Emulation de Rouen, 1843, y munas, o bien en el origen de éstas, es muy conciliable con la idea de clases de elegi-
carta de Hugo, arzobispo de Rouen, a Thierry, obispo de Amiens (MIGNE, t. CXCII, dos y sobre todo de un jefe no humano sino trascendente, divino (P. Alphandéry, notas
1133). manuscritas).
continuadores306, se comprobará que los signos se manifiestan sin piedad de Así vuelve a hacerse posible en el Occidente cristiano una nueva partida. Los
mediados del siglo XI a mediados del XII. El mal de los ardientes, el ignis impulsos de antaño recobran su fuerza: terror del fin del mundo y alucinación
sacer, continúa sus estragos con un paroxismo en 1129 en la región de la. miseria, sobre todo. Pero son ocasionales y actúan ahora sobre un
parisiense y en Chartres. Casi cada año hay desastres (huracanes, fondo de vida religiosa que tiende a organizarse según formas estables. En
inundaciones, rigores del invierno, hambres) o prodigios, eclipses de Luna y torno de los monasterios que multiplican los ermitaños, se esbozan pronto en
sobre todo de Sol. En los años que preceden la predicación de la Cruzada, los los grupos de penitencia hábitos de existencia colectiva para la satisfacción
prodigios parecen ser, ya que no más nuevos, al menos más frecuentes. En de las necesidades religiosas, que convergen en su tendencia misma con la
1140, el Vesubio está en erupción y cubre con sus lavas toda la comarca evolución interior de la Cruzada para preferir al instintivo impulso parúsico la
hasta el delta de Salerno. Los huracanes son violentos y frecuentes en el año disciplina de la estabilidad.
1141. El invierno de 1144 es particularmente riguroso; las lluvias y las
tempestades derriban las casas y arruinan las cosechas. Inmediatamente, se II LA PREPARACIÓN DE LA CRUZADA. SU PREDICACIÓN. EL ERMITAÑO RAÚL Y
presenta el hambre. La miseria fue tal que llegó a afectar a mucha gente "que BERNARDO DE CITEAUX.
pensaba estar provista con abundancia". Los cronistas consignan, con
precisión desoladora los precios exorbitantes del trigo, del trigo candeal, y de Puede medirse por la preparación misma de la Cruzada. Ahora están en juego
la avena. Uno de ellos dice, hablando del hambre de 1146, que un pedazo de todos los principios de orden. El rey ante todo. Sabido es, en efecto, que
pan costaba hasta un dinero307. Evidentemente, estos azotes, al ser continuos, desde antes de la llegada de la embajada armenia a Roma, el rey de Francia,
agotaban a las poblaciones. Los pobres eran cada día más numerosos. Luis VII, había informado a Eugenio III de su intención de conducir una
Hambrientos en sus tierras, no vacilaban en abandonarlas, y así volvieron a cruzada a Tierra Santa311. Idea ya antigua en el ánimo del rey, constituía el
comenzar las migraciones. Unas hacia las ciudades nuevas que la política real cumplimiento de un voto heredado de su hermano Felipe, muerto sin haberlo
comienza, a fundar desde Luis VII; otras hacia tierras más propicias; satisfecho, o bien la expiación del incendio de la iglesia de Vitry, quemada por
verdadero tropismo económico, como ocurre con esos tejedores flamencos el rey en 1143 con un millar de personas dentro312. Pero no hay en esto la
que en 1139 abandonan en grupos numerosos su país por una Inglaterra amplitud de un movimiento propio de Cruzada; más bien una peregrinación
todavía rica308. Familias enteras se entregan a la protección de los con fines de penitencia individual, como esas peregrinaciones armadas que
monasterios. Atmósfera de inestabilidad, de inquietud y de miseria que los príncipes multiplicaban en los comienzos del siglo XII313. ¿Será precisa la
desarraiga a los hombres y los prepara para las expediciones. noticia de la toma de Edesa para volver a hallar los entusiasmos de antaño?
Tanto más cuanto que no ha desaparecido aún el espíritu escatológico. El Los hechos parecen responder negativamente, ya que el anuncio de la caída
terror de los castigos divinos, la espera parúsica de manifestaciones de la ciudad cristiana, aunque amplificado por toda la tradición oral entre
inminentes se cierne sobre estas multitudes nerviosas. Al reproducirse el mal Oriente y Occidente, no podía conmover profundamente a las multitudes. Se
de los ardientes, en 1129, se habla de cólera divina. De nuevo se difunden contaba que todos los cristianos de la dudad habían sido muertos, los
rumores de fin del mundo, y cuando un poco más tarde comienzan los años adolescentes vendidos como esclavos, las "vírgenes santas" violentadas, las
de desolación, con los huracanes y las hambres, el temor se hace cada vez iglesias mancilladas y los altares profanados; pero sin nada de la amplitud de
más preciso, sensación de un desequilibrio en la Naturaleza: "Fue tal el un desastre simbólico, como hubiera sido la caída de Jerusalén o la de
movimiento y el remolino del aire, que la máquina del mundo parecía a punto Antioquía. Podía ser la consecuencia de la ambición desmesurada de los
de caer y amenazaba ruina..." 309 La fermentación de las sectas, la aparición barones de Tierra Santa.
de los taumaturgos, el más célebre de los cuales es Eon de l'Etoile, remueven La prueba es que cuando, en la corte plenaria de Bourges, el 25 de diciembre
la afectividad popular. Los ánimos se encuentran en la espera no "del juicio de. 1145, el obispo de Langres, Godofredo, refiere la toma de Edesa y exhorta
que amenaza, sino del juicio presente" 310; los astrólogos confirman una a dos caballeros a que vayan a socorrer a sus hermanos de Oriente, el
mutatio regnorum. Los terrores apocalípticos, con toda su fuerza instintiva, entusiasmo es escaso. La derrota cristiana no suscita ni indignación ni fervor,
crean de nuevo la atmósfera de las grandes expediciones.
311
A. LUCHAIRE, Études sur des actes de Louis VII [Estudios sobre los actos de Luis VII],
306 p. 171 y sigs.; VACANDARD, [223], II, 274.
PERTZ, VI, reproducidos en Migne, CLX. 312
307 OTTO DE FREISINGEN, [211], 370, para la 1ª hipótesis; Contin. Proemonstr., PERTZ,
Annales Brunwilarenses, Pertz, XVI, 727.
308 VI, 453; Hist. Franc., en [21], XII, 116.
Gerv. Cantuar., PERTZ, XXVII, 297-298. 313
309
Así el voto del emperador Enrique III (1103 ); las expediciones de Foulque de Anjou
Balduini Ninovensis Chronicon; PERTZ, XXV, 531. (1120-1129), de Thierry de Flandes (1139), de Ottokar, de Estiria (1112), de Eric el Bue-
310
Gilles d'Orval, PERTZ, XXV, p. 102; Ann. Colon., XVII, 760. no, rey de Dinamarca, y del rey de Noruega Sigurd (1111).
como tampoco el llamamiento real. Falta la repercusión de una palabra Por el contrario, en torno de su predicación de la Cruzada, que no fue, si
religiosa, y Luis VII se la pide a San Bernardo, la mayor fuerza moral de la hemos de creer a algunos cronistas, el único objeto de su apostolado, se
época. Este, sin embargo -otro signo de orden-, se niega a aconsejar la suscitan nuevas agitaciones, ahora contra los judíos. Otto de Freisingen lo
Cruzada, antes de que el papa haya hablado 314. El monje cede el paso al jefe refiere con tono de censura: inflamada por la palabra del ermitaño, la
de la Iglesia; esperará incluso, para predicar, la dula pontificia, que no llegará multitud de las ciudades renanas, se encarniza contra los hijos de Israel, y
hasta el 1 de marzo de 1146. La Cruzada tiene, pues, necesidad de la prelados, como el arzobispo de Colonia y el arzobispo de Magancia, tienen
consagración de la Iglesia. Existe ya una tradición que precisa su carácter, la que renunciar a proteger con su autoridad a los desventurados perseguidos
que Eugenio III recuerda al hacer en su bula el relato de la primera Cruzada y por el furor popular. Los jefes seglares locales parecen haber sido incluso
al celebrar a Urbano II, cuya voz resuena aún como la llamada de una impotentes; los judíos perseguidos no encontraron protección firme sino cerca
trompeta celeste315. Por otra parte, la Iglesia se ha hecho indispensable para del Emperador, en una de sus ciudades más cercanas, en Nuremberg. De este
la organización de la expedición piadosa, ya que suministra las garantías modo, la sobreexcitación religiosa y la fermentación social se exasperan
temporales que necesitan los cruzados: toma bajo su protección sus bienes, hasta adquirir el aspecto de amenazas de anarquía318.
sus esposas y sus hijos, "hasta que su regreso o su muerte se reconozcan con Y es porque Raúl, como Pedro el Ermitaño, era el profeta que esperaba la
certeza". Sobre todo, define las intenciones espirituales de la Cruzada in multitud: Rudolphus propheta, dicen los Annales S. lacobi Leodiensis. Impone
peccatorum remissionem; y garantiza su recompensa, por la distribución de la signos de predestinación a quienes le escuchan, y tiene el prestigio de un
penitencia y la seguridad de la absolución final. El mito del fervor popular se glosolalo, porque ignora la lengua del país en que predica. Sobre todo anuncia
endurece rápidamente hasta no ser ya más que institución. una Cruzada apocalíptica. El viejo fervor del siglo XI no ha muerto aún.
Cambios que se manifiestan igualmente en la predicación de la Cruzada. Continúan circulando cartas excitatorias, llamamientos indudables del
Entre los predicadores que van a anunciarle a las multitudes, dos hombres Cielo:319 el ángel Gabriel, mensajero consagrado, es el que lleva esas misivas
sobre todo se oponen para definir la diferencia de los tiempos: San Bernardo y divinas. La tradición de la primera Cruzada, tal como se afirma en el Laetare
el fraile Raúl o Rodolfo. El uno significa la, organización estable, canónica, del Jherusalem por ejemplo, exalta la vuelta del pueblo de Dios a la ciudad Santa:
futuro; el otro sigue siendo el predicador inflamado del siglo XI. Jerusalén debe celebrar el regreso de los "verdaderos judíos", es decir, de los
Desgraciadamente para éste, si bien los redactores de los anales lo citan a verdaderos confesores320, los que manifiestan la victoria directa de Cristo. Y a
menudo, pocos hablan de él con detalle. Están de acuerdo, sin embargo, en partir de este momento, el drama escatológico recobra sus protagonistas: el
afirmar su origen francés. Lego o fraile, no se sabe bien, aunque ejército de Dios, la Cruzada de una parte, de la otra los sarracenos secuaces
probablemente ingresara en Citeaux en un momento de su existencia, es el del poder del mal. Vuelta al dualismo de los principios, que lleva consigo la
tipo clásico del Wanderprediger. Eligió como tierra de su girovaguismo las amenaza del principio del mal. Ante el asombro de San Bernardo321, San
regiones renanas, más firme en su fuerza de proselitismo religioso que en sus Norberto anunciará todavía la venida próxima del Anticristo. Porque todo el
conocimientos, pues hasta ignoraba la lengua de la comarca en que medio eremítico está imbuido en la. idea escatológica: el hereje del bosque
predicaba. Pero su poder de edificación era lo bastante grande como para de Broceliande, Eon de l'Etoile, rodeado de sus coros "de ángeles y de
hacerse servir como intérprete por el alto y poderoso abad de Lobbes316.
Gracias a Otto de Freisingen, se puede seguir bastante bien su itinerario de
apóstol: bajando del Hainaut, recorrió el valle del Rin, y predicó en Colonia, en 318
Maguncia, en Worms, en Spira, en Estrasburgo, ciudades ensangrentadas por Los documentos más útiles para la predicación de Raúl y la persecución consiguiente
las luchas entre los príncipes eclesiásticos y sus burgueses 317. A través de de los judíos son, aparte de los pasajes citados de Otto de Freisingen, el Enck Habbaka
de Rabbi José Ha Cohen (ed. Bialloblotzky, Londres, 1835, traducción francesa de J. Sée,
este conflicto de clase, que puede afectar a veces a la unidad religiosa, Raúl París, 1861), escrito en el siglo XVI, pero colección de multitud de tradiciones sobre las
no es en modo alguno portador de palabras de paz. persecuciones, y los Ann. S. lacobi Leodiensis, PERTZ, XVI, 641.
319
314
En particular la que se designa en el Chronicon S. Maxentii ([21], XII, 405), difundida
Bern. Vita, lib. III, cap. IV, n° 9; ODON DE DEUIL, [210], 1207. en Europa hacia 1110. EKKEHARD habla también de una carta celeste ([110], XXXVI).
315
BOCEK, Codex diplom. Moraviae, I, 241; cf. M. VILLEY, [58], pp. 93 y 99. No obstante la erudita demostración del P. DELEHAYE (Acad. real de Bélgica, Bulletin de
316
La cosa, es cierto, se encuentra afirmada por los Ann. Rodenses (de Klosterrath, cer- la classe des Lettres, 1899, pp. 171 y sigs.), en su estudio consagrado a las cartas ce-
ca de Aquisgrán), PERTZ, XVI, 718, que no son muy favorables a Bernardo, y Gesta ab- lestes, las que aparecen en la historia de la Cruzada son en nuestra opinión cartas apo-
bat. Lobbiens., PERTZ, XXI, 329. Pero el hecho no es singular: cf. Yves de Chartres para calípticas excitatorias, mucho más que simples imitaciones de las cartas tradicionales,
Roberto de Arbrissel, Hildeberto de Lavardin para Enrique de Lausanne, etc. destinadas a inculcar preceptos de práctica religiosa.
320
317
En Magancia, en 1159, insurrección contra el arzobispo, que es muerto. En Worms, [110] bis, pp. 385-387.
321
los burgueses reclaman la protección imperial. OTTO DE FREISINGEN, [211], 372-373. Bernardi Epistolae, ép. 56 ad Godefridum Carnotensem episcopum.
apóstoles", se presenta como aquel de quien habla esta pasaje de la Colecta: menos que la doctrina; tal es el pensamiento del gran cisterciense, que
Per Eum qui venturas est judicare vivos et mortuos et saeculum per ignem322. expone en dos documentos esenciales, más o menos dirigidos contra el fraile.
Un poco por acá y por allá, van los seudoprofetas predicando el juicio El primero le está destinado por entero y sin ningún miramiento: es la
purificador. Soplos de lo que en uno de los escritos se llamará "el espíritu del respuesta de Bernardo al arzobispo de Magancia. Regular en la Iglesia, se
Dios viajero": ¿cómo los humildes no se sentirían atormentados por este exaspera contra esos predicadores errantes que alteran la práctica ordenada
llamamiento de esperanza? de las multitudes: tanto más cuanto que si Raúl usurpa el ministerio de la
La paz social, garantizada por la Iglesia, no se concilia ya, sin embargo, con predicación, también desafía la autoridad de los obispos. No es asombroso
estos grandes movimientos épicos. Raúl hace peligrosamente escuela, si que predique contra la doctrina, aprobando el homicidio, desconociendo la
hemos de creer los Annales Herbipolenses majores. Estos, en efecto, enseñanza de la Iglesia que ruega por la conversión de los judíos, ya que en la
denuncian a los seudoprofetas, "hijos de Belial, testigos del Anticristo", que Escritura se dice: "cuando todas las naciones estén reunidas, todo Israel será
engañan a los cristianos con sus discursos insensatos y lanzan toda clase de salvo" (Rom., XI, 25), y en el Salmista: "cuando construya Jerusalén, el Señor
gentes contra los sarracenos para la liberación de Jerusalén. 323 La predicación reunirá todas las partes dispersas de Israel"325. La inobservancia de la
de la Cruzada se convierte en obra de facciosos. Así lo prueba, siempre según disciplina es causa de la heterodoxia: ambas miden la perversidad del
los mismos garantes, lo ocurrido en Wurzburgo en 1146-1147: burgueses y hombre. Su sabiduría es infernal y su vanidad diabólica. "El hombre de quien
peregrinos se sublevan ,contra el clero que defendía a los judíos y se negaba me habláis en vuestra carta -escribe Bernardo al arzobispo-, no ha recibido su
cuando menos a canonizar a Teodorico, pretendido mártir de los judíos, cuyas misión ni del hombre, ni por el hombre, ni por Dios. Si se jacta. de ser monje o
reliquias paseaban los revoltosos. El obispo Sigfrido y su clero fueron ermitaño y si se arroga el derecho a predicar, que sepa, y debe saberlo, que
amenazados por los levantiscos y obligados a permanecer encerrados en su el oficio del monje no es enseñar, sino llorar" 326. Llamamiento a la observancia
palacio la noche del jueves Santo, hasta que, cuando los peregrinos hubieron del claustro y a la contemplación dolorosa, hay en esto mucho más que
marchado de la ciudad, la semana de Resurrección y "se calmaron al fin las cobrar a un evadido: la afirmación doctrinal de la Iglesia de que sólo ella
emociones, todo quedó aplacado en la ciudad". Así, pues, el orden ya no es puede dispensar el derecho apostólico de enseñar.
posible hasta que la tropa turbulenta de los peregrinos se marcha por los Los agravios contra el giróvago se concretan en la carta de Bernardo al
caminos del Oriente. Renovación del espíritu apocalíptico y escatológico, arzobispo de Colonia, al obispo de Spira y a sus diocesanos, escrita un poco
fermentación de las masas al escuchar la palabra de unos hombres sin más después, en el otoño de 1146327. A Raúl, ciertamente, no se le nombra en ella,
mandato regular que su aparente santidad, matanza de los judíos como ¿pero cómo no cabría reconocer su apostolado irregular en , esta
realización de la promesa del reino de Dios y contra el interés de los grandes amonestación del santo al pueblo fiel: "Os lo advierto, hermanos míos, y no
y el pensamiento de la Iglesia, estas concordancias, al predicar Raúl, definen sólo yo, sino el apóstol de Dios conmigo: No hay que creer a todo espíritu?" Es
los riesgos de la Cruzada cuanto trata de recobrar su antiguo fervor. Se la advertencia de Juan con la amenaza de los falsos profetas: "No creáis en
impone una disciplina. todo espíritu,, sino probad si los espíritus son de Dios, pues muchos falsos
Sabido es que, ante las alteraciones populares provocadas por la predicación profetas han surgido en el mundo." (I Juan, IV, 1). Y he aquí la jerarquía de los
inhumana del giróvago Raúl, el arzobispo de Maguncia llamó a San Bernardo, valores del hombre nuevo del siglo XII: "Sabemos, y esto nos regocija, que el
para apaciguar a la multitud. Si el monje hubiese pertenecido en otro tiempo celo de Dios os anima; pero es preciso que no falte temperamentum
a la Orden, la autoridad del fundador de Citeaux tenía que reducirle, pero scientiae." La moderación, digamos la superioridad, del saber. Hay
mucho más el prestigio de su santidad, del cual se esperaba la adhesión de demasiados instintos inmoderados, en el pasado. La prueba está -es la
las masas en el sentido de la estabilidad. ¿Se encontraron los dos hombres en denuncia de los pecados del ermitaño- en la persecución de los judíos. Aquí el
su rivalidad de edificación? Así lo pretende Otto de Freisingen 324, quien santo se vuelve didáctico para moderar el desencadenamiento popular: no
muestra incluso a Raúl persuadido por el santo de volver al orden, es decir, a está permitido perseguir a los judíos, ni matarlos, ni aun expulsarlos. Porque
su monasterio, y esto a pesar de la indignación de la multitud, irritada al -tema éste que va a hacerse corriente en la Edad Media- son las imágenes
perder a su predicador predilecto. Pero el restablecimiento del orden importa, vivas de la pasión del Salvador. Por otra parte, su destino trágico de ceguera
debe durar hasta el fin de los tiempos. "Serán convertidos ad vesperam, al
322
Sobre Eon de l'Etoile, Guill. de Neubourg, [21], XIII, 98-99; OTTO DE FREISINGEN, anochecer del mundo." Se les reprochan sus prácticas usurarias, ¡pero
[211], 382; Contin. Gemblac, en [21], XIII, 273-274; Robertus DE MONTE, [21], XIII, 291; cuántos Cristianos desempeñan el papel de los judíos, donde faltan los judíos!
Chron. Britannicum, en [21], XII, 558.
325
323
PERTZ, XVI, 3 y sigs. Salmo 146.
326
324
OTTO DE FREISINGEN, [211], 373, confirmado por Annales Rodenses, PERTZ, XVI, Epístola CCCLXV, P. L., t. CLXXXII col. 570.
327
7-18, únicos textos que hablan de la acción de Bernardo contra Raúl. Epístola CCCLXIII, y VACANDARD, [223], II, 290-293.
Lo que de ellos se puede exigir tan sólo es la observancia de las todo cruzado como un culpable que debe expiar. Lo revela, por otra parte, al
prescripciones pontificales: a todos los que han tomado el signo de la cruz, ponderar la mansedumbre del Señor: "Admirad los abismos de su
deben perdonarles sus deudas. misericordia: ¿no es algo exquisito y digno de él admitir a su servicio a
Finalmente, hay lecciones de la experiencia, y Bernardo no vacila en mostrar homicidas, raptores, adúlteros, perjuros y tantos otros criminales, y ofrecerles
los errores del pasado. No culpa a Raúl, sino a Pedro el Ermitaño, predicador por este medio una ocasión de salvarse? Tened confianza, pecadores. Dios es
de la primera Cruzada, cuya impericia denuncia; y, para que cada cual bueno..."329 Orden providencial, que multiplica las posibilidades de perdón: los
reflexione, muestra, cómo condujo a su pérdida a la tropa numerosa de los más grandes culpables deben sufrir la prueba más grande. La Cruzada es
que creyeron en él. Llamamiento a una prudente salvaguardia física, en la como la obra postrera que fuerza la misericordia divina. A condición, sin
que se funda el consejo de Bernardo: es preciso partir todos juntos y bajo embargo, de que se lleve a cabo de acuerdo con las reglas: rito de penitencia,
jefes elegidos por ser versados en el arte de la guerra. Disciplina colectiva y corresponde a la Iglesia, sólo ésta puede determinar y dispensar sus efectos.
encuadramiento jerárquico, lo cual era a la vez el final del eremitismo También es ella la que debe fijar en adelante sus condiciones técnicas; lo hará
suscitador de multitudes y la supremacía de los poderes ordenadores en la conforme al orden establecido.
economía de la Cruzada. La predicación de Bernardo es, en efecto, conformista. En. la asamblea de
Bernardo es el hombre de los tiempos nuevos, de la estabilidad doctrinal y de Vézelay, el rey está a su lado; y, según parece, el santo se contenta con leer
la sensatez del siglo. Su carta al arzobispo de Colonia y al obispo de Spira la bula del papa330. En el entusiasmo de la multitud, que consignan los
ilumina desde el comienzo su concepto de la cruzada328. Su llamamiento cronistas, parece ser que fueron sobre todo, los nobles quienes tomaron la
primero está manifiestamente dirigido a los hombres de guerra: quiere cruz. Cuando, por su propia iniciativa, o por la del papa -los historiadores no
despertar en ellos la altivez física, mostrando, como Eugenio III lo había hecho están acordes-, Bernardo emprende una gira de predicación para la Cruzada
en su bula para la nación francesa, los deberes cristianos de la raza germana por los países del otro lado del Rin, se dirige al Emperador. Otto de Freisingen
joven y fuerte, que no podía dejar de tomar las armas por el celo del nombre lo afirma:331 el santo quería proponer a Conrado el mando de una expedición
del Señor. Sentimiento de elección, si se quiere, pero atenuado, llamamiento alemana.
a las fuerzas corporales del hombre: el atractivo mesiánico ha desaparecido Pero el Emperador, esta primera vez, en la entrevista de Francfort, se negó.
por completo. Se trata de guerreros a los que hay que impulsar para una No insistió Bernardo, y su biógrafo esboza de una manera marcadamente
expedición lejana; el apóstol despierta en ellos el dinamismo de sus instintos. eclesiástica la retirada del fraile: no correspondía a su pequeñez importunar
O bien, si, para hacer partir a esos hombres se precisa un interés más amplio, más tiempo a la majestad imperial332. Pero la humildad es tenaz, y Bernardo,
he aquí el otro llamamiento, igualmente realista para el temperamento en un segundo viaje durante el invierno de 1146, reanuda sus gestiones.
religioso de la época: "Os propongo un trato ventajoso. Tomad la cruz, la Llegado a Spira algunos días antes de la coronación, insistió de nuevo con el
materia cuesta poco, pero es de un gran precio, pues vale el reino de Dios." Emperador, siendo vanos sus esfuerzos. El 27 de diciembre, mientras
Ya no es la promesa apocalíptica, sino la salvación en el día del juicio par la celebraba la misa en presencia de la corte, en contra de todos los usos, se
adquisición de méritos. Porque la Cruzada, en el pensamiento del santo, se decide a hablar. Habló, y al fin de su sermón, volviéndose hacia el rey, se
convierte esencialmente en una ocasión y una obra de penitencia. Es, para dirigió a él, como a un hombre, mostrando el juicio final, la comparecencia
todos los que han pecado, el medio raro de purificación; y San Bernardo, postrera y a Cristo haciendo la pregunta terrible: "¡Oh hombre!, ¿qué podía
obsesionado .por esta idea de penitencia, no está muy lejos de considerar a hacer por ti que no haya hecho?" Y he aquí todos los beneficios de Dios con
respecto al soberano: poder, riquezas, corazón viril, cuerpo robusto. La
328
Se ha discutido mucho sobre la amplitud que había que conceder a este documento. conclusión brota en la sensibilidad del acusado. El rey, se nos dice, rompió a
Se ha querido ver en él, de acuerdo con el encabezamiento indicado por OTTO DE FREI- llorar y con la mayor emoción confesó su culpa y se decidió a tomar la cruz.
SINGEN, [211], 373: "Dominis et patribus carissimis archiepiscosis, episcopis et universo
clero et populo orientalis Franciae et Bavariae", como una especie de manifiesto a la 329
Ep. 363 y VACANDARD, [223] II, pp. 291 y sigs.
cristiandad occidental. Otros encabezamientos son más precisos: al obispo de Spira; al 330
Chron. Maurin. [21], XII, 88. La crónica de Morigny inserta un discurso de Luis VII en
clero de Colonia y de Spira, etc. Lo que parece más probable es que el texto de esta
Vézelay, discurso que sólo se encuentra en ella y que es probablemente una amplifica-
carta sea un texto-tipo, en el que se hayan inspirado el santo o sus secretarios para
ción retórica de la bula de Eugenio III, en su parte relativa a los franceses y a su papel
provocar el movimiento, de la Cruzada en diferentes puntos de la cristiandad. Cf. las
en la Cruzada. Hist. de Louis VII, edición Molinier, pp. 157-160; ODÓN DE DEUIL, [210],
cartas, todas muy difíciles de fechar: ad comitem et barones Britaniae (MIGNE, CLXXXII,
col. 1207; Rich. Pictav., [21], XII, 120, etc.
Ep. 467); duci Wladislao... et populo Bohemiae (Ep. 458, que Neumann sitúa entre el 17 331
de febrero y la Pascua de 1147); ad peregrinantes Jerusalem, en Archivos de la Corona [211], I, 39 p,. 36 después de él KÜGLER, [217], p. 96; Analekten, p. 40; NEUMANN,
de Aragón, en Barcelona (VACANDARD [223], II, 301). La misma disposición en Annales [222], p. 36 y VACANDARD, [223], II, 289, nº 4.
332
Herbipolenses, PERTZ, XVI, 3. Bern. Vita, lib. VI, cap. IV, nº 15.
Poder de la palabra inspirada, que Bernardo quiere confirmar por auténticos de hombre a hombre, en los que el santo, amado de Dios, se hace su
milagros. En el momento de uno de ellos, el santo, volviéndose hacia el rey, intermediario para la acción de curación corporal. Deben los milagros mostrar
no deja de sacar la enseñanza: "Esto ha sido hecho a causa de vos, para que la eficacia de la penitencia y justificar en cierto modo la predicación que
sepáis que Dios está realmente con vos y que juzga agradable lo que quiere persuadir la expiación de los pecados. Son severos, como notan los
emprendisteis.333" La intervención sobrenatural es la persuasión última para redactores de los anales, "con los que tienen el corazón duro"; ya no
mantener al Emperador en su decisión. Todo converge en efecto para realizar pretenden arrastrar a las masas en la vía de la aventura lejana.
esta armonía y que el jefe natural se ponga a la cabeza de sus tropas. La Un testimonio, por lo general de gran peso, como es el de Helmold336,
intervención popular también, pues ahí está la multitud esperando la decisión pretende que la predicación del fraile cisterciense fue claramente
imperial. Y cuando se entera de que su príncipe ha tomado la cruz, echan las escatológica. Según él, anunció la proximidad de los tiempos en los que el
campanas a vuelo; la vociferatio de la multitud estalla. Atmósfera humana y conjunto de las, naciones había de reunirse y en el que Israel se salvaría.
religiosa cuya influencia tienen que sufrir los mismos reyes. Tanto más cuanto Pero, ni en la obra escrita del santo, ni en su actuación, hay nada que permita
que cuando la palabra dé Bernardo resonaba momentos antes en los oídos aceptar ésta aseveración. ¿Por qué se habría opuesto, de manera tan tajante,
del Emperador para animarle a la Cruzada, llevaba con ella la aprobación a Raúl, el ermitaño predicador?
apasionada de esas multitudes en las que el santo, en las diferentes ciudades Es indudable que hizo promesas, pero son promesas análogas a las de Moisés
alemanas en las que había predicado, acababa de suscitar remordimientos o para arrastrar a su pueblo a la tierra prometida: esas esperanzas que mueven
despertar fervores. La emoción popular se disciplina ahora, con las obras de a los hombres. En el De consideratione, su justificación en cuanto al hecho de
Bernardo, para provocar la decisión soberana. Podía no ser más que un la Cruzada, combatirá abiertamente toda idea de esperanza material 337. Y
medio. precisamente, porque su concepto de la expedición santa expresa, en toda su
Se lo sospecha, por ejemplo, en un comentario de los compañeros de fuerza, el progreso de la espiritualidad religiosa de su época.
Bernardo que escribían el libro de los Miracula334. Volviendo sobre los milagros Hay que buscar su cimiento más allá de la idea de penitencia, consecuencia
realizados por el santo en su viaje, insisten en el hecho de que éstos no se práctica, y no inspiración religiosa. Todo movimiento escatológico implica en
hacen solamente "para los humildes y las pobres gentes". El santo, por el efecto una colaboración de Dios y del hombre, un entendimiento entre ambos
contrario, ha solicitado oraciones para los ricos, con el fin de que Dios les para llevar a cabo la obra de salvación. Pero Dios no había acudido a la cita
arranque el velo que oscurecía su corazón. Y el narrador consigna prometida. Las últimas tropas de la primera Cruzada esperaban aún en Tierra
ingenuamente el éxito del milagro335. Había, pues, una resistencia latente de Santa su manifestación parúsica. El sentimiento religioso, sin perder nada de
las clases superiores a la aventura de la Cruzada: no se las podía mover de la su intensidad en estos siglos de fervor, se había replegado a una justa medida
misma manera que a las masas populares, tanto más entusiastas cuanto que del hombre. ¿No había sido demasiado excesiva la audacia de citar a Dios
tenían menos que perder. Por lo demás, en sus sermones a las multitudes, para el Día del juicio?
Bernardo habla poco de la Cruzada. Apenas algunas indicaciones en el diario Se supone su temor en los cronistas de la Cruzada. Para la mayoría de los que
de sus compañeros, prolijos por el contrario en el capítulo de los milagros. En refieren los hechos de la primera Cruzada, la interpretación no es dudosa: es
el ánimo de aquellos hombres, era la taumaturgia del santo lo que importaba. la fórmula de elección, Gesta Dei per Francos. Dios se sirve de un pueblo
Así consignan constantemente los efectos de ese poder sobrenatural, los elegido para liberar del infiel la Tierra Santa. Y los ejércitos celestes, los
lugares en que se ejerce, los movimientos frenéticos que suscita. Porque allí "ejércitos blancos", no son más que un refuerzo bien recibido. Pero después
está el pueblo, jadeando, con sus miserias, pegado al santo y arrastrándole a de la toma de Jerusalén, en los primeros tiempos del reino, cambia el
veces en sus remolinos. El pueblo crea esa atmósfera de eficacia religiosa, en concepto: ya en Foucher de Chartres aparece la idea de que el reino de
la que la humildad de los grandes se hace real, y la manifestación del cielo sin Jerusalén subsiste en su debilidad, no por la fuerza de los guerreros, sino por
cesar renovada -como los prodigios o las señales de la primera Cruzada-, un continuo milagro de Dios. En Ekkehard, esta idea se amplía y se sublima:
atestigua la constancia de una misericordia que cura las almas, del mismo Arnulfo no vacila en hablar del simulacro al que se entregan los guerreros:
modo que alivia los cuerpos. "Vos pugnarse videmini... Hicisteis como que combatíais."338 De hecho, el
Los milagros de Bernardo no tienen, en efecto, otro sentido. Los
336
seudoprofetas, como Raúl por ejemplo, predican el cumplimiento de las Chron. Slavorum, PERTZ, XXI, 56-57. Helmold; para la primera Cruzada, ha sido uno
profecías y se justifican con prodigios. Ahora se trata de milagros individuales, de los únicos cronistas que haya hecho mención de la carta celeste de que fuera porta-
dor Pedro el Ermitaño. Cf. Notación escatológica en Annales Pegavienses, PERTZ, XVI,
333
Bern. Vita, lib. VI, cap. V, n° 17. 258.
334 337
Liber miraculorum, 1° parte (cf. VACANDARD, [223], 1, pp. XXVIII y siguientes). Lib. II, cap. I, P. L., t. CLXXXII, col. 741-745.
335 338
C. 385 y 375. Hierosolymita, [110], p. 34.
país, pertenece de antemano a los cruzados, por donación de Cristo. Una hombre esa ocasión única que le ofrece la mansedumbre del Señor?... 343 A los
providencia inmanente dirige los actos de los hombres. Así, en el momento de peores pecadores les está permitida la mayor esperanza: la Cruzada dirige y
la primera Cruzada, se encuentra difundida la creencia de que Dios puede, si regula está purificación. Esto, por lo demás, sin perder su carácter
quiere, sin ayuda humana de ninguna clase, liberar la Tierra Santa y dársela a aristocrático. ¿Cómo podrían los humildes entrar en esas. sutilezas
los cristianos339. El hombre es como una paja, y a Dios no le vale nada su teológicas? La necesidad de una penitencia crucial excede quizá su
ayuda; sólo es el instrumento de la voluntad creadora. Así, la exaltación de la sentimiento o su poder de pecado. Y además, ¿representan ellos la suficiente
primera Cruzada, potencia de una sociedad de hombres anárquica, se fuerza temporal para tentar, por su eficacia en guardar la tumba del Señor, la
resuelve en esta justa tradición cristiana, la humillación del hombre ante la misericordia del Padre? Cuando menos, la predicación de Bernardo sobrepasa
omnipotencia de Dios. el alcance de sus inteligencias. Una metafísica de la debilidad no podría
Pero, ¿en qué se convertirá a partir de ese momento la obra de la Cruzada? convenir a estos hombres humildes que no tienen más recurso que la
Un teocentrismo excesivo conduce a la sola justificación por la fe. San esperanza. Pero a la vez, la palabra inflamada del santo, llena de
Bernardo ha entrevisto la desviación peligrosa y, en las primeras frases de su invocaciones a lo maravilloso, y que necesita de las multitudes para arrastrar
carta a los obispos alemanes, esboza con agudeza la objeción. Si el Señor a los grandes, despierta toda la fuerza imperativa de los fervores populares.
llama en defensa de su herencia a unos gusanillos como nosotros, ¿es una Doble movimiento del que el primero es, de hecho, el de la esperanza: a
confesión de impotencia? ¿Acaso la mano de Dios es débil e incapaz de menudo, a pesar de sus señores, los pobres no vacilan en ponerse en camino:
salvar? ¿No puede enviar doce legiones de ángeles y muchos más, o decir tan la Providencia es para ellos su realidad inmediata, y esperan, como nos lo
sólo una palabra para que Palestina sea liberada? Aquí el teólogo detiene el dice Gerhoh de Reichersberg, "en tan santa empresa", la ayuda de Dios, el
mal pensamiento: "Yo os digo en verdad que el Señor vuestro Dios os induce maná que cae del cielo, el abastecimiento de sus necesidades 344. Esperanza
en tentación."340 Es el pecado del orgullo que apunta, la duda del hombre ante pronto perdida: es la decepción del entusiasmo popular. La masa necesita, en
su Dios. Pero, ¿cómo conciliar la certidumbre de la omnipotencia y este efecto, en su empresa espiritual, de un fiador de la solicitud celestial: como
llamamiento a la expedición heroica, tan llena de trabajos? Por una definición en otro tiempo Pedro el Ermitaño, el predicador que la suscite debe ponerse
de las relaciones entre Dios y la criatura, que permite a la vez la, esperanza al frente de ella. Ahora bien, Bernardo va a volver a Citeaux. Cuando ha
de una recompensa. Dios es todo, el hombre nada; pero Dios se inclina hacia vuelto a Alemania, en marzo de 1147, para organizar en la dieta de Francfort
el hombre para elevarlo hasta él. Noción de la misericordia infinita que funda la Cruzada contra los eslavos, su popularidad es enorme: ha removido hasta
la idea de penitencia y que da a la Cruzada un nuevo alcance espiritual. La las fibras más profundas del alma de ese país del otro lado del Rin. Los
marcha sobre Jerusalén no es ya inmediatamente redentora, sino la ocasión milagros suceden a. los milagros, y los favorecidos con ellos toman la cruz.
única, inesperada, de obtener la remisión de los pecados y por ende la Todos quieren ver al apóstol, escuchar su voz, tocar la orla de sus vestidos.
seguridad de la salvación. Como lo da a entender el biógrafo de San Un día, en Francfort, al salir de la catedral, la aglomeración es tan grande que
Bernardo, se trata menos de liberar el Oriente de los paganos que las almas Conrado, muy robusto y de elevada estatura, tuvo que coger a Bernardo en
de los hombres de Occidente de sus pecados 341. Tal es también el sus brazos para impedir que le asfixiaran345. Pero he aquí que en el momento
pensamiento de Juan, abad de Casamari342, cuando escribe a Bernardo, de la marcha el predicador se retira: terminada la obra de la palabra, lo
atormentado, según dice, por el fracaso de la Cruzada, una carta de consuelo. recobra la disciplina monástica, y la ambición, sublimada, del religioso es la
La expedición no ha dado el fruto que de ella esperaban los deseos Jerusalén celeste, no la satisfacción temporal346. ¿Cómo podría entender la
bajamente temporales y los vicios de quienes la emprendieron, pero la multitud estas elevadas razones espirituales, individuales ya?
profecía de Bernardo se ha realizado felizmente, "según la intención de Dios". Los dos mundos se diferencian cada vez más para amenazar definitivamente
Lo prueban esas escenas de piedad referidas por los propios cruzados, en las el ideal antiguo, unitario, de la primera Cruzada y, para una gran parte, la
que se ve a los moribundos aceptando la muerte con alegría y declarando que eficacia misma de la Cruzada. La multitud, en efecto, quería jefes, jefes muy
no querrían volver a su vida pasada, "para no caer de nuevo en el pecado". La cercanos a ella y sólo los encuentra ocasionales. Estos no ejercen ya siquiera
Cruzada es la purificación redentora. No hay nada de asombroso, pues, en sobre ella una influencia religiosa: ¿no se había comprobado que los
que Bernardo invite a ella a los mayores criminales: ¿cómo podría rechazar el predicadores populares no eran más que mediocres guerreros y conducían al
339 343
Cf. Gesta abb. S. Bertini contin. (PERTZ, XIII, 664), a propósito de ir grandes prepara- Ep. 63.
tivos hechos en 1147 por los guerreros de Occidente. 344
De investigatione Antichristi, fragm. en PERTZ, XVII, 461.
340
Epist. 363 y VACANDAIRD, [223] II, 291. 345
Cf. Bernardi Vita, lib. IV, c. V; lib. VI, c. XVI, nº 54-57.
341
GODOFREDO DE AUXERRE, lib. III, c. IV, col. 308-310. P. L., t. 185. 346
Michelet ha puesto muy bien en evidencia las razones de Bernardo. Las indica el pro-
342
P. L., CLXXXII, carta 386, col. 590. pio santo en la ep. 399, al abad de Saint-Michel.
desastre? La preocupación de la eficacia técnica, la de los grandes, y ahora la III.-LA SEGUNDA CRUZADA: SU VIDA RELIGIOSA SEGÚN EL TESTIMONIO DE
de los hombres de Iglesia, desorganiza profundamente las agrupaciones LOS CONTEMPORÁNEOS.
populares posibles. No es nada extraño comprobar en los cronistas una
desconfianza análoga a la de Ekkehard en otro tiempo, con respecto a las No se encontrará aquí la historia de la segunda Cruzada: lo que tratamos de
masas que acompañan a las Cruzadas. Guiberto de Nogent descubre sin entrever, si es posible, es simplemente su vida interna. Los hechos, desde
indulgencia las pasiones diversas que mueven a esta plebe piadosa; los luego, sólo cuentan por su significación religiosa, por su repercusión moral.
aficionados a la evasión y al descubrimiento, los únicos semihonorables en Un resumen esquemático bastará para fijarlos352.
esta sociedad en busca de una estabilidad; los necesitados, los, que tenían En mayo de 1147, Conrado sale de Bamberg con unos 100 000 peregrinos en
deudas y pretendían no pagarlas; finalmente, los criminales; tropa dispuesta, dirección de Hungría y del Imperio griego. El rey de Francia no sale de
de ser preciso, a doblar la rodilla ante Baal. He aquí el reverso de la Cruzada Saint-Denis, para Metz, hasta el miércoles después de Pentecostés, el 12 de
de penitencia: un conglomerado de aventureros con todas sus junio de 1147. Se despide de Eugenio III, quien le entrega el zurrón, el bordón
concupiscencias en carne viva347, sin vocación, sin otros jefes que unos jefes y la oriflama y le bendice. Entre los dos soberanos contaban unos 200 000
temporales que les recuerden la misericordia del Señor. hombres; pero más de 60 000 eran incapaces de esgrimir útilmente las
¿Habrá que poner una esperanza más segura en la Cruzada de los grandes? armas. El ejército francés después de haberse concentrado en Maguncia, se
Fraile, sostén del orden establecido, Bernardo predicó con una idea de orden reunió con el de Conrado en Ratisbona. Luis VII se había resistido a las
y de jerarquía. Los penitentes, que toman la cruz para ganar su salvación, intrigas de Roger de Sicilia, que le ofrecía, si pasaba por Italia, transportar por
deben agruparse en los "ejércitos del reino". La Cruzada respeta todos los mar a su ejército hasta Siria. El espíritu de unidad en el rey piadoso había
cuadros de la nueva sociedad occidental. Y sin duda, el espíritu de penitencia prevalecido, y alemanes y franceses, no sin dificultades internas por lo
parece asegurar por un momento la disciplina espiritual de la expedición. Se demás, marchaban de concierto hacia Constantinopla.
esboza una purificación de las costumbres: ya no se oyen, en lugar de las Manuel, el basileus, esperaba, muy mal dispuesto con respecto a las tropas
obscenas canciones de camino, más que cantinelas en alabanza de Cristo 348; alemanas, que se habían entregado en Tracia a saqueos concienzudos. De
las guerras intestinas se apaciguan; una Tregua de Dios se extiende sobre el acuerdo con la táctica tradicional, trató de obtener que Luis VII y Conrado III le
Occidente349. No por mucho tiempo, sin embargo, y Bernardo deberá pronto hiciesen homenaje de sus futuras conquistas, pero recibió una negativa
denunciar a esos grandes que parten, con todos sus pensamientos formal. Por eso, cuando Conrado atravesó el arrabal de Pera, Manuel río quiso
proyectados hacia lo que dejan: "¿Qué grandes progresos -dice el santo, siquiera verle, y le amenazó con cercarle si no pasaba inmediatamente a Asia.
indignado- podían hacer unas gentes que durante todo su camino no Luis VII fue recibido con menos hostilidad declarada: se le agradecía la
pensaban más que en su regreso? ¿No volvían también incesantemente hacia rigurosa disciplina que mantenía en su ejército. Pero Constantinopla no era
Egipto su corazón y su voluntad los hebreos, a lo largo de su recorrido?"350 más que una etapa en la marcha sobre Jerusalén, y las dificultades de 1096
Almas débiles, atormentadas por todas las ambiciones del siglo. "¡Ay de estaban a punto de reaparecer.
nuestros príncipes!", maldecirá Bernardo, el año mismo de su muerte351. En la Los ejércitos cristianos pasaron, pues, a Asia Menor. Los franceses se
tierra del Señor, no hicieron nada bueno; urgidos tan sólo por regresar a sus dirigieron por el Oeste para evitar el cruce penoso de los desiertos, pero los
casas, dieron muestras de una extraordinaria malicia. El gran sueño de alemanes, que no los habían esperado, y que, conducidos por guías griegos,
purificación se desvaneció en ilusión por la maldad de los hombres, que a su habían marchado sobre Iconium, fueron derrotados por los turcos, cerca de
debilidad añadían la perversidad o la impotencia. Hay una gran amargura en Dorilea, en octubre de 1147. Conrado, vencido, fue a reunirse con Luis VII,
esta acusación postrera del santo, que ilumina todos los desfallecimientos pero no podía humillarse a desempeñar junto al rey de Francia el papel de
temporales de la segunda Cruzada. brillante segundo, y volvió pronto a Constantinopla, desde donde marchó por
mar a San Juan de Acre, en tanto que su medio hermano, Otto de Freisingen,
recogía toda la plebe piadosa e intentaba continuar la ruta, siendo
347
Viri cum mulieribus añaden los poco benévolos Annales Herbipolenses, PERTZ, XVI 3, despedazado cerca de Laodicea.
mostrando el carácter tumultuario y pasional de estas tropas de la Cruzada. Por su parte, Luis VII no era más afortunado. Cuando seguía con sus tropas la
348
OTTO DE FREISINGEN, Comment. in Psalm., ed. PERTZ, p. 794; RÖHRICHT, [35], II. costa y, por el paso del Meandro y Laodicea, se dirigía sobre Atalia, el jefe de
97, nota 27. su vanguardia se dejó sorprender por los turcos. Luis VII se defendió con
349
FREISINGEN, [211], 374. valentía, pero una multitud enorme de peregrinos había sido muerta por
350
De consideratione, II, I. sorpresa; el rey, con el resto de sus tropas, tuvo que marchar
351
Ep. 288, a su tío Andrés de Montbard, gran maestre del Temple. P. L., t. CLXXXII, col.
352
493. Sobre la historia de la segunda Cruzada, cf. bibliografía.
apresuradamente a Atalia. No era más que una etapa precaria. El hambre y pronto esta misma, multitud se manifestó como un obstáculo a los rápidos
los ataques de los griegos diezmaban el ejército francés, y Luis VII acabó por progresos del ejército cruzado. Movido por sus instintos, paroxismos religiosos
decidirse a embarcar para Antioquía en una flota bizantina, con una parte tan o pasiones violentas, era incapaz de someterse por mucho tiempo a la
sólo de sus tropas; las otras, condenadas a la ruta de tierra, fueron autoridad del jefe legítimo. Ya en Worms, en torno de los convoyes de víveres,
abandonadas a los turcos. los peregrinos habían acometido a los habitantes de la ciudad, produciéndose
Raimundo de Aquitania, el tío de su mujer Leonor, era príncipe de Antioquía. encuentros- violentos. Pero era peor aún lo que sucedía con la plebe piadosa
Aquí hay un triste episodio conyugal en el desarrollo de la Cruzada. El rey alemana, turbulenta, ávida y brutal. Odón de Deuil los acusa simplemente de
amaba a su mujer de una manera casi inmoderada, como lo consigna J. de borrachos: después de haberse entregado al pillaje, y una vez embriagados,
Salisbury; y no tardó en sentir desconfianza respecto a las relaciones de la se quedaban perdidos a retaguardia y eran muertos por los griegos; sus
reina y de su tío. Este, por lo demás, parecía esforzarse en retener a Luis VII cadáveres sin sepultura apestaban el aire353. Era precisa la enérgica severidad
con el pretexto de combinaciones de intereses entre los soberanos de los del rey Luis VII para salvar de tales excesos a la tropa francesa: dando
principados cristianos de Siria. El drama doméstico estalló, y la reina, ejemplo, el rey repartía, igualmente los víveres entre ricos y pobres, y podía
alegando un parentesco en cuarto o quinto grado, pidió la anulación del de este modo mantener la disciplina con extremo rigor. El cronista, añade que
matrimonio. Ya no quedaba otra cosa que partir lo más rápidamente para hubiese sido preciso castigar a "no pocos millares". Así, los instintos
Jerusalén, llevándose a la fuerza a la infiel. parcialmente refrenados por esta parte se manifestaban en otra. Tales esas
En Jerusalén vuelven a encontrarse Luis VII y Conrado III, y persuadidos por el impaciencias del ejército, imperiosas como las intimaciones de las masas de
rey de Jerusalén Balduino III, aceptaron marchar sobre Damasco. Así, en el la, primera Cruzada; hábilmente trabajada por las insinuaciones de
mes de julio de 1148, 50 000 hombres, entre los que iban los caballeros del los-griegos, la tropa francesa arde en deseos de partir y murmura ya contra la
Temple, en manos de los cuales Luis VII, su huésped en Jerusalén, había demora del rey; éste tiene. que ceder y atravesar el brazo de San Jorge aun
puesto implícitamente la dirección de las operaciones, partían para sitiar a antes de haber podido reunir todas sus fuerzas 354. La impaciencia popular es
Damasco. La ciudad, construida a la salida de las montañas, en un valle bien decididamente ciega a toda prudencia estratégica. Los hombres de guerra
regado, cubierto de verdor en medio de un desierto abrasador, estaba querían un cambio, desembarazarse de esos frenesíes inútiles e imprudentes,
rodeada de arrabales llenos de jardines; de huertos y de casas de campó. ante todo entre los alemanes, en los que reinaba la indisciplina. Y esto tanto
Todo esto constituía otras tantas tentaciones para el ejército cristiano que se más cuanto que en la marcha sobre Iconium, a través de esos desiertos cuya
demoró en aquellas delicias de Capua, dejando tiempo a los turcos para que travesía se acometía con víveres para una semana355. Las dificultades
reforzaran las defensas de la ciudad. El sitio, difícil de por sí, se hacía exasperaban las impotencias. Se incriminaba a los "hombres débiles y sin
prácticamente inútil. Los dos reyes no se obstinaron, y el 28 de julio se armas" que eran una carga para los suyos y una presa fácil para los
decidieron a regresar lamentablemente a Jerusalén. Conrado, por su parte, no enemigos. Y los humildes se desquitaban con los grandes, si hemos de dar
permaneció mucho tiempo, sino que se apresuró a volver a sus Estados, y crédito al relato, tal vez legendario, de los Annales Herbipolenses356. El
una buena parte de las tropas del rey de Francia también se marchó por las hambre, la sed, y la disentería hacen estragos en el ejército alemán; pero
rutas de tierra. Luis VII, una vez que volvió a la Ciudad Santa, se demoró en como la sed es la que causa mayor sufrimiento, Conrado, a quien se le había
ella, entregado a devociones: obras piadosas y visitas a los santuarios. Todo hablado de un lugar en el que había agua, abandonó el campo durante la
esto, con gran desesperación por parte de Suger, el fiel político a quien el rey noche con los suyos, duques, prelados, nobles, todos los jefes. "La multitud"
hostigaba sin cesar con peticiones de dinero. En fin, después de la Pascua de esperaba su regreso para ir a saciar su sed después de ellos, cuando de
1149, Luis VII se decidió a volver a su reino, casi solo, con Leonor. repente, en medio de la noche, los sarracenos se arrojaron sobre el campo
He aquí el exterior de la Cruzada: manifiesta un fracaso del cual, en el plano haciendo una carnicería atroz. Cuando el rey volvió se había consumado la
de la vida moral y religiosa de la época, es preciso buscar las derrota. La justicia del cielo y de los pobres, que no tuvieron otra recompensa
responsabilidades o sacar las consecuencias. Un hecho se impone desde el que la de regresar con grandes trabajos a su patria357. Conrado no conservaba
primer momento, como es el de la lamentable aventura de la Cruzada
popular, Los alemanes, por la impericia de su jefe, son muertos por los-turcos; 353
ODÓN DE DEUIL, [210], col. 1217.
a los franceses, su rey los abandona a la servidumbre o a la muerte cuando se 354
embarca, con algunas tropas tan sólo, en Atalia, para Antioquía. Y sin Ibíd., col. 1224.
355
embargo, al partir la Cruzada, había habido un hermoso movimiento de ODÓN DE DEUIL, COL. 1229.
356
entusiasmo: el pueblo se agolpaba en torno del piadoso rey Luis cuando Ann. Herbipol., XVI, 6.
357
marchó a Saint Denis a tomar la oriflama y su bordón de peregrino. Pero Según ODÓN DE DEUIL (c. 1231), cierto número fue a pedir ayuda y protección al rey
de Francia, Ann. Herbipolenses, XVI, 6.
con él más que a sus caballeros. El testimonio de los cronistas concuerda bien ser jefes de pueblos para mandar únicamente una caballería diseminada y
en efecto para mostrar decidido a Conrado, después de la derrota de Iconium, honrar con su presencia sobre las rutas de Oriente, una peregrinación
a desembarazarse de su molesta escolta y a marchar contra los turcos colectiva361. San Bernardo había propuesto para la realización de la antigua
únicamente con sus hombres de guerra358. La calidad guerrera seguía siendo esperanza a los jefes legítimos, y éstos, por impericia o egoísmo, faltaron a su
la única garantía de eficacia359. misión social. Las naciones no buscarán ya ahora, en su unidad tumultuosa,
Una necesidad análoga de depuración se afirma en la Cruzada francesa. Los su salvación y su gloria sobre los caminos de la Jerusalén terrena. Con la
resortes son menos cínicos -el rey de Francia era hombre piadoso y bueno-, matanza de los humildes -los que partían, milenaristas aún, para no volver
pero igualmente determinantes. En la marcha de Constantinopla a Satalia, las más-, la Cruzada. pierde su significación universal para no ser más que una
dificultades de aprovisionamiento fueron tales, y los griegos tan expedición sin resonancia, reservada a quienes poseen la fuerza y la virtud.
desvergonzadamente ladrones, que los pobres gastaron para alimentarse sus Limitación que explica, en la vida religiosa de la Cruzada, un impresionante
últimos recursos. Una masa hambrienta acompañaba a la tropa real, tanto empobrecimiento. Este era evidente, por otra parte, en la lógica del
más inquieta y violenta, cuanto que no había comido. El rey trató de agotamiento de una fórmula, mucho antes de los fracasos sangrientos de Asia
protegerla por todos los medios, pero el esfuerzo tiene un límite, sobre todo Menor. No obstante su sentimiento tan rico del mito y del símbolo, Gerhoh de
cuando la derrota exaspera. Los pobres naturalmente abrumados critican Reichersberg no llega, en efecto, a persuadirse por completo del fervor
ásperamente a los jefes, y éstos no se preguntan, con la elevación de ánimo religioso de la Cruzada.
del cronista: "Qué cosa deplorable no sería ver a unos señores morir por sus Los prodigios fueron, como es sabido, raros; y los prodigios de la partida, tan
esclavos, si Jesucristo que es el señor de todo, no hubiese dado ejemplo?" 360 interesantes y numerosos en la primera Cruzada, fueron en ésta
La altivez señorial recobraba en la prueba: todos sus derechos, y el rey no se particularmente pobres. Hay que contar sobre todo los milagros de San
sentía con fuerzas para resistir a sus nobles hasta el fin. Hubo un momento, Bernardo, con valor de ordalía, y algunos otros realizados por los cruzados,
después de haber tomado consejo del gran maestre del Temple, en que pensó siempre ad probandum. En el curso de las pruebas de camino, el caballero
salvar la unidad de su tropa haciendo de ella una especie de ejército fraternal blanco, nuncio de victoria, no aparece más que una vez, en el Meandro, la
y disciplinado como la milicia del Temple, en el que las clases estarían única victoria, es cierto, de la Cruzada 362. El cronista es de tal manera pobre
confundidas, efímera tentativa de enderezamiento moral: en Satalia, donde el en presagios favorables, que encuentra uno, totalmente negativo, en la
propio rey se había resignado a no continuar la marcha sino con los hombres clemencia del cielo y la ausencia de lluvia. Parece entonces como si la
válidos y armados, los grandes prevalecieron al fin. Decidióse no embarcar solicitud divina. se apartara del ejército cruzado y no quisiera ayudarle ya a
sobre los navíos más que la parte eficaz de la tropa francesa, los nobles y sus vencer las dificultades del camino. Por el contrario, las señales sobrenaturales
hombres de armas. Luis VII, para satisfacer su conciencia, trató con los son nefastas y condenatorias. Durante la misa del papa la sangre de la
griegos de Satalia a fin de asegurar la protección de todos aquellos "débiles y Eucaristía cayó sobre la alfombra delante del altar, en lo cual los hombres de
enfermos"; pero encerrados en la ciudad como en una ratonera entre griegos buen juicio vieron el anuncio de muy grandes desgracias para la Iglesia; fue el
y turcos, allí perecieron casi todos o terminaron como esclavos. Así la año mismo de la derrota de la Cruzada 363. Más aún: como un concierto de la
aristocracia feudal, apoyada en su valor militar y en sus caudales, era la única opinión inquieta, los redactores de los anales no encuentran ya a los prodigios
capaz de hacer la Cruzada: el pueblo humilde -y ésta era la lección, moral si un sentido favorable: el cometa de 1145 manifiesta la voluntad de Dios en la
se quiere, de la expedición francesa- sólo podía por su misma pobreza y sobre derrota de los cristianos de Oriente 364. El de 1147, lejos de prometer la
todo por el desbordamiento de sus instintos, comprometerla. En el abandono victoria, marca el final y por lo tanto el fracaso de la Cruzada. Un destino
cínico de Satalia había como una evidencia de purificación necesaria.
Por ambos lados era, decididamente, el final de la Cruzada popular. Los reyes 361
Los textos parecen confirmar esta desaparición de todo elemento popular. GUILL. DE
vuelven a encontrarse, simples peregrinos, con sus amigos y sus hombres; TIRO, [159], lib. XVI, c. 27-29; lib. XVII, c. 1-2, no habla más que de barones y de nobles
van a Jerusalén a hacer sus devociones; atacan a Damasco, porque el rey de en torno de los príncipes. Señala igualmente, confirmado en esto por OTTO DE FREISIN-
Jerusalén se lo pide; vuelven a marcharse cuando les parece; han cesado de GEN, [211], p. 58, que era preciso para marchar sobre Damasco reclutar por todos los
medios y a cualquier precio infantes. No obstante, la cifra del ejército cristiano ante Da-
358
Ann. Herbipol., ibíd. masco, que se está de acuerdo en calcular en 50 000 hombres, puede dejar suponer
359 que se había logrado con todo, agrupar un número bastante importante de hombres de
Tanto más cuanto que la aventura intentada por Otto de Freisingen con quince mil
a pie.
hombres de marchar a liberar Edesa había también fracasado. Otra imprudencia de la 362
pasión popular, mal contenida esta vez por un hombre de ODÓN DE DEUIL, [210], c. 1235-1236.
363
Iglesia. Otto, como se sabe, era obispo. [212], pp. 520-521.
360 364
ODÓN DE DEUIL, C. 1238. Gesta episcop. Virdunnens., PERTZ, X, 516.
adverso parecía encarnizarse contra la santa empresa y el ciclón que inundó una manera digna del rey y de Francia". Grandes señores feudales, en modo
el campo alemán antes de la llegada a Constantinopla, no pareció menor alguno disminuidos por su clericatura y que podían muy bien entenderse con
testimonio de la cólera de Dios. Porque aquella masa, en marcha hacia la los legados del papa, auténticos éstos, otros señores del siglo. Eran Teodwin,
Tierra Santa, entregada a todas las dificultades y todos los peligros de la obispo de Porto, un alemán al que los franceses consideraban como un
Tierra, no tenía más esperanza que la celestial. Y cada día se hacía manifiesto bárbaro, hasta tal punto eran rudas sus costumbres; y con él, Guido,
que el secreto juicio de Dios no le era favorable. Se lo debían a su conducta, cardenal-preste de San Crisógono, florentino de dulce carácter y lengua,
saqueadores y devastadores, que no marchaban "humildes y pacíficos en el amigo de las letras, coleccionista de libros, perdido en las brutalidades de la
temor del Señor" -es la interpretación ahora familiar de los cronistas-365, se lo Cruzada. "Buenas personas ciertamente -señala el cronista-, pero muy por
debían a la flaqueza de su fe. debajo de su misión." Podría ser éste el mejor juicio sobre todos aquellos
Porque, sin realidad mítica, o casi sin ella, la segunda Cruzada no es en mayor clérigos políticos que laicizaban la Cruzada y que, solos o casi solos en
medida creadora de ritos. Sin duda, estamos mal informados: no tenemos ya representar a la Iglesia -el bajo clero y el fraile desaparecen con el pueblo del
de ella diarios de ruta, como los escribieron, para la primera, Raimundo de cual proceden-, no conservan más que sus humores guerreros o el hábito sin
Aguilers, Foucher de Chartres o las Gesta. Odón de Deuil y Guillermo de Tiro alcance del rito pontifical369.
nos dan indicaciones sobre la piedad de Luis VII y su exactitud en cumplir Decepción tanto mayor en el mundo cristiano cuanto que la segunda Cruzada
todos sus deberes religiosos, pero nada en cuanto a la vida religiosa de las había aspirado a una moralidad más elevada. Marcada en sus comienzos, en
tropas. Nada tampoco sobre la preparación religiosa sobre los combates: la predicación de San Bernardo, por una voluntad de penitencia, llega a la
cierto es que hubo pocas batallas formales, y asedios insignificantes. Se sabe exasperación de todas las pasiones humanas. Los cronistas las notan con una
únicamente que después de la inundación que destruyó el campo del ejército ardiente severidad, y todos encuentran en el anatema del santo la expresión
alemán, se celebró una misa y se cantaron acciones de gracias en la tienda de su reprobación unánime: ¡Vae principibus nostris! ¡Ay de los grandes
de Federico, que fue la única, que quedó intacta 366. Eran simples restos de la porque se han manchado desde el comienzo de la Cruzada por sus
liturgia tradicional. Lógica del agotamiento del mito incapaz de creaciones exacciones con respecto a las iglesias y su despotismo con respecto a los
nuevas sin el fervor de la piedad popular. pobres! El fracaso exige una responsabilidad, y serán los nobles los que
El papel del clero en la Cruzada, del alto clero especialmente, es carguen con ella. Y con justicia, por otra parte. Se necesitaba dinero para
preponderante. Los esfuerzos de Bernardo no habían sido vanos. El ejército ponerse en camino, y la codicia de los feudales, legos y clérigos, encargados
cristiano había partido sólidamente encuadrado por sus jefes temporales y en cierto modo oficialmente de la Cruzada, parece no haber tenido límites. El
pontífices. Numerosos arzobispos y obispos van a la cabeza de las tropas; obispo de Langres, para que pudiese cubrirse el gasto, dice ingeniosamente el
incluso uno de ellos es el jefe del ejército: Otto de Freisingen, medio hermano texto, se llevó buena parte de la vajilla sagrada de su catedral, cierto es que
del emperador. En torno del rey Luis VII, algunos prelados ejercen extremada prometiendo su restitución370. El abad de Sainte-Colombe de Sens se proveyó
influencia: Aloise, obispo de Arras, el pacificador del conflicto de Worms entre igualmente371. Pero sobre todo, lo que pesaba más sobre el pobre pueblo era
los peregrinos y los ciudadanos, gran celebrador de misas y confesor, según la contribución especial exigida por el rey y sus señores 372. Y aún hubiera sido
dice la crónica367, especie de capellán mayor; Godofredo de Langres y Arnulfo bueno, si, bien provistos para el camino, se hubiesen resignado a la virtud,
de Lisieux, que se disputaban, después de la muerte de Aloise, la confianza pero arrastrados por sus pasiones, se entregaban a la rapiña y sobre todo a la
del rey así como el título de legado del papa, al cual no tenían ningún lujuria. Porque partieron, en gran número, con sus mujeres, lo cual no sería
derecho, muy pintorescamente retratados en la Historia Pontificalis368; el uno, censurado por los piadosos cronistas, pero tampoco desdeñaban a las
Godofredo, antiguo prior de Clairvaux y prevaliéndose del prestigio de San
Bernardo, gran señor, colérico y violento; el otro, más astuto, de una 369
Aparte del obispo Esteban de Metz (O. DE DEUIL, c. 1232) y Otto de Freisingen, el
elocuencia persuasiva, y ambos igualmente ávidos de dignidades y de ejército alemán no parece haber tenido prelados tan señalados como aquellos cuyos
riquezas. Ambos también espiritualmente pobres y nombres hemos retenido. En cuanto al clero regular, ciertamente hubo abades: el abad
ganosos de gloria temporal: fue Godofredo el que aconsejó la toma de de Saint-Bertin, Hermann, abad de Saint-Martin de Tournai (Lib. de restauratione S.
Constantinopla e insistió para que el ejército ante Jerusalén se ilustrara "de Martini Tornac., PERTZ, XIV, 336), Gilberto de Alberia abad de Prémontré (AA. SS., 6 ju-
nio, I, 761) y el abad de Sainte-Colombe de Sens. Pero, salvo en cuanto al abad de
365
Cas. Monast. Petrishus., PERTZ, XX, 674; GUILLERMO DE NEWBURY, XXVII, 228. Saint-Bertin, gracias a O. de Deuil, ignoramos sus papeles y su influencia. Y aun así, no
366
OTTO DE FREISINGEN, [211], 375-376. es ésta más que una categoría del alto clero.
370
367
PERTZ, XIII, 664. "Currus et auriga Francigenae exercitus..." dice de él singularmente [21], 324.
371
la Fondatio monasterii Aquicinctini, Pertz, XIV, 583. Murió en Constantinopla. Ibíd, XII, 288.
368 372
[212], 534-535. CL KÜGLER, pp. 16-17. Cf. VACANDARD, [223], II, 283.
mujeres públicas, que encontraron naturalmente un lugar en el ejército de la los historiadores están unánimes, no menos que contra su imperator
Cruzada. Y no fue éste su peor pecado. El pensamiento religioso no se clandestinus insidiator378. Pero lo que aparece con tanta novedad como
complace en las flaquezas de la carne. Lo que se les reprocha es el carácter fuerza, son las acusaciones contra los cristianos de Siria. La expedición contra
público de sus desórdenes, su impudicia de grandes señores y, sobre todo Damasco sobre todo, aventura al margen de todo sentido religioso, parece
esto, su soberbia. Su goce descarado de la vida se liga, en efecto, al haber suscitado la sospecha general: se habla de la rapacidad de los
sentimiento de su calidad superior. Pecado del espíritu más que del cuerpo, hierosolimitas; existe el convencimiento de sus tratos ante Damasco con los
pecado aristocrático que les conducía a todas las indisciplinas, fanfarronadas musulmanes379, y se achaca la felonía a los caballeros del Temple, esos
guerreras que hacen perder las batallas373, y sobre todo desconocer la fiadores de una virtud monástica para la evolución militar de la Cruzada380. En
omnipotencia de Dios374. Mientras el sentimiento religioso aumenta con la realidad hubo sobre todo este período del sitio de Damasco una enojosa
debilidad del hombre y la única eficacia de una voluntad sobrenatural, "ellos apariencia de traición. Guillermo de Tiro, cristiano de Siria, inquieto por estas
cuentan más consigo mismos que con la ayuda de Dios"375. Dios, en verdad, disensiones entre príncipes de Occidente y reinos cristianos de Oriente, ha
no podía estar con aquellos señores feudales demasiado satisfechos de vivir y tratado de hacer la luz; ha interrogado a testigos dignos de fe, y no ha podido
de dominar376. recoger más que opiniones discordantes. Los unos acusaban al conde de
Ultimo aspecto de la Cruzada, éste, ciertamente, posterior a la Cruzada Flandes de haber intentado poseer Damasco, frustrando a los príncipes de
misma, pero en la línea de su evolución temporal: la combinación política. A Jerusalén, los cuales prefirieron abandonar la ciudad al enemigo. Otros
medid, en efecto, que se impone el fracaso de la Cruzada y que el análisis se pretenden que el príncipe de Antioquía maquinó la defección de los príncipes
aplica a encontrar sus causas, la explicación se eleva, se hace más de Jerusalén, porque estaba furioso contra el rey de Francia que no le había
sistemáticamente intelectual. Y lo que ciertos cronistas descubren, sin secundado en sus ambiciones. Otros, en fin, hablan de corrupción pura y
concederle siempre toda su importancia, es, a través de la empresa religiosa, simple; por otra parte, el oro dado a manos llenas por los turcos no era sino
el ascenso de un pensamiento político. En dos sentidos, por otra parte. El cobre. Lo seguro es que todas estas interpretaciones son políticas; la menor
primero manifiesta la tendencia natural de aquellos señores guerreros a intención religiosa ha desaparecido y los cristianos pactan con el infiel. Los
fabricarse en los territorios por los que cruzan nuevos dominios. Sus señores de Occidente no parecen en modo alguno dispuestos a comprender
predecesores de la primera Cruzada no les habían escatimado los buenos que esto pueda obedecer a una necesidad o a la prudencia de los defensores
ejemplos, pero lo que ahora es característico, es la confesión cínica de la responsables del reino de Jerusalén: conservan el mal humor de haber llegado
intención. Sabido es que el obispo de Langres aconsejó vivamente tarde, y la defensa de la tumba del Señor puede no ser ya a sus ojos más que
-adelantándose a la historia- apoderarse de Constantinopla, y los cronistas no un piadoso pretexto, mantenido por hábiles ambiciosos, hombres de guerra
dejan de notar la codicia desvergonzada de los grandes377. La otra amenaza como ellos. Estos señores feudales, con sus rivalidades temporales, destruyen
política es más sutil, pero más fecunda en posibilidades futuras. ¿Se podía, lentamente el mito de la guardia cristiana en Jerusalén: la gran continuidad de
para explicar el fracaso de la expedición piadosa, entonar incesantemente el fervor entre el Occidente y el Oriente puede encontrarse amenazada por ello
mea culpa? Era natural y justo buscar otros responsables, tanto más cuanto en el futuro. Al menos, el espíritu político ocupará en adelante entre los dos
que, mucho más intensos que para la primera Cruzada, circulan por doquier mundos un lugar esencial, y cuando las ambiciones se hagan demasiado
los rumores de traición. En primer lugar contra los griegos, contra los cuales vivas, con la tentación extremada del espejismo oriental, no bien las
circunstancias lo permitan, habrá para los barones toscos de Occidente una
373
El reproche de indisciplina se repite con frecuencia, sobre todo en cuanto al ejército
presa infinitamente deseable: la Constantinopla de la decadencia bizantina.
alemán. Se conducen superbe et indisciplinate, dice GUILLERMO DE NEWBURY, PERTZ,
XXVII, 288. Cf. también G. de Bruil, PERTZ, XXVI, 201; Vinc. Prag., PERTZ, XVIII, 663, vio- 378
G. de Bruil, PERTZ, XXVI, 201. Dos textos tan sólo se esfuerzan en juzgar con más
lento contra las mujeres y el pecado de la carne; Gisleberti Chron. Han., PERTZ, XXI,
justicia: Guill. de Newbury, que reconoce que el basileus tenía razones para desconfiar
516, denuncia el número excesivo de mujeres.
374 de los occidentales (PERTZ, XXVII, 228), y los Ann. Palidenses (PERTZ, XVI, 83), que re-
Los textos convergen en torno de esta condenación religiosa; cf. Ann. Egmundani, servan su juicio sobre la acusación que se hace a los griegos de haber envenenado a
XVI 456; Gesta Abb. Saint-Bertini Contin., Pertz, XIII, 664. los alemanes de regreso en Constantinopla después de Dorilea.
375
Ann. Magdeburgenses, XVI, 188. 379
Gerhoh de Reichersberg; fragmento De investigatione Antichristi, PERTZ, XVII, 463;
376
Se advertirá la corriente particular de severidad que se forma, a mediados del siglo Ann. Brunvilarenses, XVI, 727; Ann. S. Medardi Suession. PERTZ, XXVI, 621; Ann. Casi-
XII, entre los historiadores ingleses, con respecto a la segunda Cruzada. El amor propio nenses, XIX, 310.
nacional no está ausente, pero más todavía el espíritu antiaristocrático, que caracteri- 380
de Coggeshall, PERTZ, XXVII, 345. Los Ann. Herbipolenses agregan que Conrado se
zará a los cronistas ingleses, de Enrique de Huntingdon a Gervasio de Dorobern. irritó en extremo y juró que los templarios felones no entrarían jamás en sus Estados
377
Ann. Magdeburg., PERTZ, XVI, 188, como igualmente los Ann. Herbipolenses. (XVI, 7).
Signo de los tiempos, sin embargo: ante la proposición de Godofredo de luego las contradicciones se desvanecen; lo real se sublima, como para esos
apoderarse de Constantinopla, fueron numerosos los que se negaron a luchar cristianos triunfantes de su fracaso, la propia Jerusalén. Vislumbrada no hacía
o a morir para conquistar las riquezas de la capital oriental. Una promesa los mucho por San Bernardo, la idea de una Jerusalén celeste se precisa en la
ligaba aún; también una esperanza381. historia espiritual de la Cruzada, reacción de las índoles religiosas contra la
Pero los contemporáneos carecen de esas perspicacias, fáciles para la laicización de la expedición santa, indispensable renovación de fórmulas de fe
historia. Sería engañarse singularmente en cuanto al complejo espiritual de la y de acción agotadas.
segunda Cruzada si se hiciesen resaltar demasiado las sevicias del espíritu del Es el último rasgo que debe marcar el valor de etapa de la segunda Cruzada.
siglo. Todo esto se mantiene confuso, latente en una necesidad religiosa, más Cuando ésta termina, sus mitos de partida han perdido todo su dinamismo. Si
disciplinaria en unos, teológico-mística en otros: el hombre participa todavía entre la primera y la segunda Cruzadas, se ha podido advertir una
demasiado de una atmósfera de mito para definir claramente las necesidades continuidad, ya débil sin duda, pero aún viva en las fuerzas de movimiento,
de su acción, ya que no de su pensamiento. Se contenta con vivir con después de los regresos sin gloria de Conrado y de Luis VII, es preciso
intensidad y con arreglarse con su Dios. Son los cronistas, clérigos en reposo, comprobar que algo termina. ¿Qué queda, por ejemplo, de la fe en las
los que comienzan a juzgar. Aún en la mayoría la condenación nace de una predicciones? Algunas fórmulas sin fuerza y sin alcance colectivo385. ¿Y del
necesidad lógica, más que de una propensión moral. El fracaso es un hecho, y mesianismo inicial? Nada o muy poco: la entrada triunfal que los clérigos y el
hay que explicarlo. Dios no puede ser culpable, y se vuelven los ojos pueblo de Jerusalén prepararon al rey Luis VII no era más que una habilidad
naturalmente hacia el hombre. Pero, sin duda, sólo hacen esto los caracteres política para persuadirle de, que marchara sobre Damasco386. El mito de
agrios y temporalmente justicieros. Otros más nobles prefieren la dignidad del elección de los francos y de su rey no podía, por lo tanto, seguirse
silencio382. La actitud más difundida -otro rasgo que precisa la necesidad de manteniendo... Como si las dificultades del camino hubiesen descubierto lo
sumisión sobrenatural de la época- es la de renunciar a explicar: hay en esto ilusorio de esas ideas-fuerzas de la partida, las más vigorosas sin embargo, a
un oscuro juicio de Dios, y sería impío en el hombre tratar de penetrarlo 383. causa de que eran plásticas y simples. La debilidad de los hombres era
Lo prueba, por lo demás, la continuidad del movimiento hacia Jerusalén. La decididamente muy grande. Sin duda -acabamos de indicarlo-, nuevos
quiebra de la Cruzada parece no ser más que un simple episodio: las recursos espirituales se preparaban para la Cruzada, pero aún estaban
peregrinaciones a la tumba del Señor no disminuyen ni en número ni en encerrados en algunas almas de elección. El hecho histórico normal, la regla
fervor384. La necesidad religiosa se aviva, por el contrario, con el mismo de las masas, era, después de la gran prueba y su fracaso, el desaliento.
fracaso. Porque, ¿de dónde vendría esa asimilación crítica que opone al hecho Algunos espíritus positivos -ya los había-, pero capaces únicamente de una
la promesa de Dios, y a la impotencia real la predicción inspirada de la reflexión inmediata sobre los acontecimientos, comparaban el enorme
Cruzada? Nadie duda aún del valor sobrenatural de la empresa: era "el movimiento de multitudes provocado por la Cruzada y su valor práctico. La
movimiento del Espíritu", "voluntad de vivir". En este plano de intensidad frase hiriente aparece una vez: "Esto no sirvió de nada" y -áspera, igualmente
religiosa, las apariencias sólo pueden ser sobrepasadas; Otto de Freisingen, amarga- la comprobación de Gerhoh de Reichersberg: "De un ejército tan
como Juan, abad de Casamari, en su carta famosa a San Bernardo, grande apenas si volvieron unos restos" 387. Profundizar en el fracaso podía
reconocerán que el resultado de la Cruzada les parece "bueno en sí mismo". afectar a la esperanza, ingratitud extrema para con la bondad providencial.
Derrota temporal sin duda, ¡pero de qué tesoros de misericordia no se han Había que partir de nuevo, pero de otro modo.
aprovechado las almas en la prueba! ¡Qué ocasiones magníficas de
penitencia, y por ende de salvación eterna! En el orden del pensamiento IV.-LAS LECCIONES DEL FRACASO: DE LA ESCATOLOGÍA A LA CRUZADA DE
divino, nada puede ser un contratiempo: basta con buscar con una fe firme la PENITENCIA.
explicación sobrenatural, teocéntrica, la única a la medida de Dios. Desde
Tal es la historia interna de la segunda Cruzada, superficialmente contada o
381
ODÓN DE DEUIL, [210], col. 1224. afectivamente vivida por los contemporáneos. ¿Se podrán ahora deducir, con
382
OTTO DE FREISINGEN, quien hubiese deseado escribir una historia gozosa, [211],
375, y Vicente de Praga, PERTZ, XVII 861-862.
385
383
Grande autem hoc miraculum Dei (Rich. Pictav., PERTZ, XXVI, 82). Dos textos única- Lib. de restauratione S. Martini Tornac., XIV, 326; PERTZ, XXX, 14.
386
mente parecen reprobadores y desconfiados con respecto al elemento espiritual de la GUILLERMO DE TIRO, [159], XVI, 29, que no engaña, por otra parte: los mismos hono-
Cruzada: evidentemente los Ann. Herbipol., XVI, 3, que consideran la Cruzada obra de res habían sido prodigados poco antes a Conrado (íd., XVI, 28).
los falsos profetas, y Helmold, poco simpático a San Bernardo, cuando habla de su pre- 387
PERTZ, XVII, 463. La impresión de los regresos no parece haber sido tampoco recon-
dicación: nescio quibus oraculis edoctus (PERTZ, XXI, 57). fortante (HELMOLD, PERTZ XXI, 58). Tanto más cuanto que el Occidente, atormentado
384
Se encontrará de esto un testimonio poco sospechoso en los Ann. Herb., XVI, 8. de 1148 a 1150 por azotes incesantes ,se preocupaba sobre todo de sí mismo.
el deseo de una explicación orgánica, algunos rasgos más esenciales gracias las vacilaciones de Conrado, está imbuido en temores escatológicos, cree en
a la perspectiva de la historia? la inminencia del fin del mundo y ve siempre en Jerusalén la Tierra prometida.
Nacida de una causa ocasional, especie de pretexto, la toma de Edesa, la Así, pues, no hay unanimidad en la partida. Lo atestigua Conrado, que se
segunda Cruzada, fenómeno de evasión colectiva, debía ver converger hacia cruza probablemente influido por una crisis religiosa, y todavía vacila en
ella las fuerzas de inquietud o de esperanza del Occidente. Eran numerosas ponerse en camino con un ejército dividido del cual desconfía. El
en aquellos tiempos trastornados por los azotes, el mal de los ardientes, las particularismo muy acusado de las regiones de su inmenso imperio, el espíritu
tempestades, inundaciones, hambres y huracanes, tan fácilmente explicables independiente de las ciudades, la autonomía moral de las potencias
para una mente de la Edad Media como fenómenos apocalípticos y realización eclesiásticas y de sus efectivos, son otras tantas condiciones necesarias de
de profecías. También las emociones colectivas se multiplican, emigraciones uña indisciplina fundamental. A esto se añade el peso considerable de los
bajo la influencia del hambre, grupos espontáneos de penitencia, humildes. ¡Cuántas condiciones desfavorables para un jefe de guerra,
constructores de lugares para él culto, penitencia colectiva ritualizada que se preocupado por otra parte de los destinos de su imperio y mirando siempre
inserta en el intenso movimiento social del siglo XII, las primeras migraciones hacia atrás! Rara vez se oponen más intereses a la convergencia espiritual y
de una clase obrera, el desarrollo comunal sobre todo. Un espíritu dinámica de la Cruzada. No hay ningún acuerdo entre los jefes y las masas, y
esencialmente apto para las formas escatológicas colectivas se manifiesta: existe una completa confusión en cuanto al objeto mismo de la expedición:
cometas, eclipses, fenómenos naturales se transforman en señales, en ¿cruzada o peregrinación? ¿Cómo en este desorden de las tropas y de los
figuraciones místicas. corazones podía dejar de justificarse la derrota?
Para todos, en todas las clases sociales, el fin del mundo está aún cercano, Otro motivo de confusión y no el menor: ¿a dónde se va?. Prácticamente a
mantenido, en las fuentes vivas, por la pululación de las herejías Edesa, místicamente a Jerusalén. El papa había especificado bien que se
escatológicas o montanistas y la palabra turbulenta de los seudoprofetas. En trataba no de Jerusalén, sino de Edesa. Pero buena parte de la tropa pensaba
Francia, en fin, una forma social escatológica, pariente próxima del mito del en la expedición de liberación, y Gerhoh de Reichersberg acusa a los
rey de los últimos días, engrandece la monarquía capetiana con un hierosolimitanos de haber atraído por codicia a los occidentales, "aunque
incomparable prestigio místico. La leyenda carolingia y las tradiciones estaban ya libres". En cuanto a los peregrinos no armados, escolta
sibilinas convergen en torno de Luis VII, y los primeros poemas épicos exaltan tumultuosa de la tropa, iban a Jerusalén. ¿Cómo podía haber así una idea'
sin cesar los destinos del rey de los francos. estratégica de conjunto? Tampoco se resolvió si el viaje había de hacerse por
Todas estas fuerzas conducen a un terrible y casi inmediato desastre. Hemos mar, como una expedición práctica, con un objeto que se trata de alcanzar lo
seguido, en el análisis de su asombro y la repercusión de su fe, a los más rápidamente posible, o bien por tierra, según la regla de la peregrinación
contemporáneos. Se pueden indicar otras causas, más profundas quizá, razón y para no suprimir ninguna de las pruebas de penitencia.
y lección del fracaso. Podrían multiplicarse los hechos de una incoherencia orgánica; explicarían el
La segunda Cruzada no es ante todo más que un equívoco, confusión en fracaso de la Cruzada y demostrarían la fuerza del fenómeno espiritual que
cuanto al sentido espiritual de la Cruzada y por lo tanto, inadaptación de los representa. Necesidad de partir, busca de la salvación, gusto de la penitencia,
esfuerzos. El rey Luis VII, al parecer, no ha hecho bien más que una exaltación de las pasiones: otros tantos remolinos espirituales en ese
peregrinación: expiación, cumplimiento de un voto ajeno, simple empresa movimiento múltiple que por su amplitud y su mismo desorden ofrece todas
piadosa, no se sabe, pero la intención no pasa de ser personal y los otros las características del instinto. Todas las riquezas también, ya que también el
peregrinos no son más que los compañeros y los testigos de este acto de tropismo de la marcha sobre Jerusalén es todavía vivaz. Orienta las
penitencia regia. Ahora bien, lo que la efervescencia religiosa de la época sensibilidades de ese siglo XII, y gracias a él podrá la Cruzada depurar para la
espera de él es una cosa muy distinta: una expedición mística, una conquista historia su compleja fisonomía.
de los últimos días, con todas las promesas escatológicas que comporta y, Porque con la segunda Cruzada se han sentado algunos hechos: degradación
para el puebla que la lleva a cabo en torno de su jefe natural, una elección temporal de una parte y exaltación espiritual de otra, como para salvar un
verdadera. Salvación individual preeminente a la salvación colectiva, es aún inaprehensible equilibrio, la vida misma durante varios siglos del instinto de
el pensamiento de San Bernardo, el predicador de la Cruzada. El austero Cruzada. Ante todo en lo temporal. En otro tiempo, cuando la primera
cisterciense no tiene, ciertamente, fe en lo específico de la Cruzada, ya que Cruzada, señales y predicaciones confundían las naciones y las clases
no cree en el valor purificador de la conquista por las armas, ni en la santidad sociales. Ahora el sueño inconsciente, pero magnífico, de unidad cristiana,
esencial, intrínseca, de Jerusalén, ya que la Jerusalén celestial es única de está destruido. Las naciones se han distinguido unas de otras, desconfiadas y
acuerdo con el espíritu de su vida interior. Por eso predica la obra de calumniosas a veces, y los grandes acaban de faltar a su fama de soldados de
penitencia. Otro equívoco. Porque el pueblo al cual se dirige para acabar con la cristiandad. Ya no son en la jerarquía feudal "los que luchan" y que por
consiguiente protegen. Son ya los que gozan. Se está estableciendo una
distinción decisiva en esa sociedad en, la que podían permanecer unidos
valores sociales, valores morales y hasta valores materiales, por el piadoso
deseo de la fe de hacer vivir armoniosamente la ciudad cristiana. El espíritu
laico de nacionalidad y de clase prevalece sobre la doctrina de unidad, y la
Cruzada es sin duda una de sus primeras víctimas. Ha perdido
definitivamente su ambición y su potencia de universalidad.
Es indiscutible que la Iglesia contribuyó inconscientemente, ya que no en lo
que a Roma se refiere, al menos en lo que atañe a las jerarquías nacionales,
imbuidas todas de espíritu feudal. Pero su responsabilidad no es únicamente
la de una traición temporal. Lentamente ha querido la transformación del
espíritu de Cruzada. Sociedad espiritual en la que las exigencias evolucionan
de acuerdo con las necesidades de un grupo escogido, era natural que se
sintiese inclinada a alejarse de ese torrente tumultuoso y profético en el que
los buenos y los malos se orientaban, con una esperanza mesiánica, hacia la
salvación milenarista. Esta parusia colectiva, sórdida en algunos de sus
aspectos exteriores e indisciplinada, debía provocar su inquietud o
mantenerse incomprendida. No es, por lo tanto, nada asombroso que la
austera conciencia de San Bernardo predicase la penitencia: la Iglesia, con él,
renuncia a los peligros, y tal vez a las facilidades, de la salvación colectiva,
para enseñar el mérito individual. Elevación espiritual que se enfrentaba con
la impaciencia de los grandes en condenar las Cruzadas populares. Existirán
ahora condiciones morales para realizar la Cruzada. Los cruzados -el
problema sigue planteado, pero su solución no es dudosa-, ¿son unos
elegidos, un pueblo de santos, o una multitud indisciplinada e impura? Otra
aristocracia amenaza la universalidad física de la Cruzada.
Pero ésta es según el espíritu, y su vida misma exige otra fuente de
universalidad: una sublimación, en verdad, de la idea de Cruzada. La ampliará
en el espacio -y éste será pronto el papel de la Iglesia de Roma-, y le dará
sobre todo un valor de purificación interior. La Cruzada se prepara en la
penitencia, con condiciones imperiosas de pureza y de pobreza. ¿ Se hace ya
tan necesario llegar a Jerusalén? La idea bernardiana de la Jerusalén celeste
se precisa cada vez más en las sensibilidades religiosas. Y el peregrino ruso
Daniel, que visita por la época de la segunda Cruzada toda Palestina y los
Santos Lugares, medita en las palabras de Cristo a Santo Tomás 388. "Dichosos
aquellos que ven y creen, pero más dichosos los que creen sin haber visto."
Cierto es -y es un signo de la vacilación de la época ante la suprema beatitud-
que él mismo acababa de llevar a cabo la peregrinación.

388
Edic. NOROFF, 141.
CONCLUSIÓN triunfo de la casta levítica, para adquirir aquella gloria "que los reyes más
LAS FUERZAS DE CONTINUIDAD poderosos no habían logrado alcanzar". La quería como coronamiento de su
vida, pues tenía el designio de ponerse a la cabeza de la expedición. La
Entre las lecciones de la derrota, la más noblemente sentida es la voluntad de muerte cortó esta ambición piadosa. El desquite por los clérigos no pasó de
repararla pronto. El Occidente, demasiado cansado, después de la segunda ser el sueño de gloria del constructor de Saint-Denis394.
Cruzada, no pondrá en ello su puntillo de honra. Solo, o casi solo, un clérigo, Por lo demás, cada cual ha vuelto a sus preocupaciones habituales,
muy ocupado hasta entonces de las cuestiones temporales y que hasta no conservando de la expedición oriental el sentimiento de un falaz y agotador
hacía mucho había soportado con impaciencia las dilapidaciones de su espejismo. El Occidente se abandona a un prudente letargo; se contenta con
soberano para realizar su deber de cruzado, se preocupa de vengar la enviar peregrinos a Jerusalén, pero son cada vez más gentes acaudaladas,
afrenta: me refiero a Suger, abad de Saint-Denis, gran ministro ante la que van bien armadas para vencer todas las dificultades del camino. El tipo
Historia. Avergonzado, nos dice su biógrafo389, de haber visto regresar en de las peregrinaciones de la época es la de Enrique el León, duque de Baviera
lamentable estado y "sin gloria" a los caballeros franceses, piensa en el y de Sajonia395. Sin preocuparse en modo alguno de los acontecimientos de
desquite. Temperamento político, piensa naturalmente en establecer una red Oriente, y después de dejar en orden sus Estados, emprende con la nobleza
de alianzas, que agrupe las fuerzas de Occidente contra el Imperio griego, de sus países una gran peregrinación armada. En la tropa no va ningún
culpable de la derrota cristiana. Pero si bien Roger de Sicilia, su inspirador elemento popular; sólo los hombres de guerra indispensables para abrir
quizá, está dispuesto a marchar contra el basileus, Conrado no quiere romper camino. El duque ha precisado que sólo se batirán si se ven obligados a
con Manuel390. Este fracaso diplomático no desalienta a Suger. Limitando hacerlo. No fue necesario, y la peregrinación pareció un paseo glorioso. En
ahora su ambición a una Cruzada contra los musulmanes, trata de animar a Constantinopla, Enrique fue magníficamente recibido por Manuel; incluso se
partir a los barones y a los jefes espirituales del reino. En todas partes dispuso de tiempo para discutir sobre teología. En Jerusalén, el rey Amauri,
encuentra la misma tibieza; en Chartres, los barones se remiten los Templarios y los Hospitalarios se mostraron solícitos con el ilustre
lamentablemente al clero para que prepare la Cruzada391; el papa Eugenio III, huésped. Visitó éste minuciosamente los Santos Lugares, fue al Jordán, y tras
asustado ante la idea de una guerra entre cristianos, desaprueba las de haber hecho cuantiosos donativos a las iglesias y a las órdenes militares,
gestiones de Suger encaminadas a una coalición antigriega y aconseja al se marchó. En el camino de regreso recibió las mismas facilidades el príncipe
abad de Saint-Denis que no intente nada antes de estar seguro de la firme peregrino: todavía tuvo una discusión de teología con el sultán selyúcida de
decisión de su rey392. El propio San Bernardo, animado por un momento a una Iconium. ¿Cómo podrían sospecharse ni por un momento las dificultades que
guerra contra Bizancio, parece esquivarse y se niega a ponerse a la cabeza de amenazaban al Estado de Jerusalén? Todo es concordia, fiestas, discusiones
la Cruzada393. "Deserción universal" que no disuade sin embargo al tenaz piadosas; Enrique vuelve con un botín de reliquias. En ningún momento
ministro. Financiero experto, ha tomado sus precauciones materiales y parece haberse preocupado de los destinos de la conquista cristiana. Se
enviado a Jerusalén, por medio de los caballeros del Temple, las cantidades comprenden las reflexiones un tanto amargas de Guillermo de Tiro sobre la
considerables que había economizado en Saint-Denis. "La reflexión era mucho indiferencia de que daban pruebas los brillantes peregrinos con respecto a las
más necesaria que la fuerza física y la prudencia más que las armas", dice preocupaciones del rey de Jerusalén. Van, numerosos y tranquilos con su
juiciosamente su biógrafo. Estos pensamientos mesurados no empequeñecen escolta noble, de la que forman parte cada vez más las mujeres de la
el designio, pues hay cierta grandeza en la obstinación de este sacerdote,
nada ejemplar en cuanto a santidad, temperamento positivo sin fervor, en
hacer su Cruzada. Quería que estuviese organizada por sacerdotes, como un
394
389
Vita Sugeri, [21], XII, 110. No nos referiremos aquí a la historia de la cruzada de Mayenne (1158), apoyada en
390 un texto de Ménage en su Histoire de Sablé, texto fabricado por exigencias genealógi-
Cf. VACANDARD, [223] II, 440 y sigs., en cuanto al papel de San Bernardo en la nego-
cas. Cf. la demostración perentoria del abate Angot, en Les Croisés de Mayenne en
ciación, y BERNHARDI, [220], II, 810 y sigs.
391 1158 [Los Cruzados de Mayenne en 1158], Laval 1896, en 8º, y Les Croisés et les pre-
Cf. epístola de San Bernardo a Pedro el Venerable, publicada por el P. SATABIN, en miers seigneurs de Mayenne. Origine de la légende [Los cruzados y los primeros seño-
Études, junio de 1894, p. 322. res de Mayenne. Origen de la leyenda], Laval, 1897, 89, 32 p.
392
WIBALD, ep. 239; JAFFÉ, [16], n° 9385; [21], XV, 457. 395
Cf. GUILLERMO DE TIRO, XX, 25; Roberto de Torigny, PERTZ, VI, 520, que atribuye
393
Epíst. 256. El papa parece, sin embargo, que cedió a las instancias de Suger y del abusivamente a la peregrinación de Enrique intenciones belicosas, y sobre todo ARNOL-
episcopado francés; pero el concilio que debía reunirse en Compiègne el 15 de julio pa- DO DE LUBECK, Chronica Slavorum lib. I. La Historia de duce Henrico, edición Breck, en
ra arreglar los últimos detalles de la Cruzada, no parece haberse celebrado (VACAN- Script. minores rerum Slesvico-Holstatens., Kiel, 1875, I, 241-254, sólo añade algunos
DARD, [223], II, 446). detalles interesantes al texto esencial de Arnoldo.
aristocracia feudal396, y se vuelven como han ido, con algunas reliquias negociaciones temporales, el desprecio de lo espiritual? El patriarca Heraclio
fácilmente obtenidas. había de probarlo, en 1184. Llegado como embajador con los grandes
La Cruzada continúa abierta, pero como una obra de penitencia, piadoso maestres del Hospital y del Temple, ve en Italia al papa y al emperador, pasa
egoísmo en procura de la salvación individual, sin la menor preocupación de a París y luego a Londres. En todas partes se le recibe calurosamente: en
proteger el instrumento mismo de penitencia. Y sin embargo, jamás fueron París se le acoge "como un ángel del cielo", predica la Cruzada en
más graves las amenazas al reino cristiano de Jerusalén. Casi inmediatamente Notre-Dame, y Felipe Augusto, al cual ha llevado las llaves de Jerusalén y del
después de los fracasos de la segunda Cruzada, el patriarca de Antioquía y Sepulcro del Señor, convoca un concilio e impone subsidios. Enrique II, quien
Balduino de Jerusalén dirigían una nueva llamada a Francia397. El poder recibe por su parte la llave de la Torre de David y el estandarte del reino,
musulmán crecía, en Oriente con Nur-ed-Din, y un justificado espanto invadía convoca su parlamento -entre Inglaterra y Francia existe la diferencia del
a los jefes del reino cristiano. El patriarca Amauri se dirige a los más grandes parlamento y del concilio- y declara que los cristianos de Siria son los más
soberanos de la cristiandad, e incluso envía una embajada; un poco más caros a su corazón399. Como para afirmar su unanimidad, los dos soberanos se
tarde, es el gran maestre de los Hospitalarios quien regresa hacia Occidente encuentran en Vaudreuil. Allí reconocen que la Cruzada es impracticable, y
despreocupado. Vanas tentativas. Apenas si, cuando el peligro se precisa, se Heraclio regresa a Oriente en el verano de 1185. Los intereses espirituales de
encuentra la expedición de Felipe, conde de Flandes, el cual parte el 1 de la cristiandad no conmueven ya la fe de los príncipes. Por otra parte, son
mayo de 1177 con mil caballeros y sumas considerables. Se recibe a Felipe lógicos consigo mismos; después de haber laicizado la Cruzada, ¿qué
como salvador398. En Siria los éxitos de los musulmanes aumentaban sin provecho podrían obtener de una expedición lejana, costosa y -la experiencia
cesar. En 1183, Saladino se apodera de Alepo, a las puertas de los Estados estaba reciente- peligrosa, para su prestigio guerrero?
cristianos. Los destinos de Jerusalén están ya fijados. Cuatro años después, en Pero la Iglesia velaba. Como poder de orden, se había dirigido hasta entonces
el verano de 1187, el sultán derrotaba al ejército cristiano, al rey Guido de á los jefes naturales de los pueblos para conducir a éstos a la realización de
Lusignan, al conde Raimundo de Trípoli y al gran maestre del Temple, Renaud su deber cristiano, y no tiene demasiada afición a la anarquía. para dejar de
de-Châtillon, en Hattin. El 17 de septiembre, sitiaba Jerusalén, y el 28 de seguir haciéndolo así. Pero la voluntad tensa de los pontífices, algunos de los
octubre recobraba el infiel su ultrajante guarda de la tumba del Señor. Cerca cuales, como Alejandro III, no han cesado de pensar en proteger los Santos
de un siglo de Cruzadas para terminar en esta suprema humillación cristiana. Lugares de la amenaza infiel, multiplica los llamamientos. Esta palabra que no
Indudablemente, cargan con gran responsabilidad los príncipes occidentales, descansa no puede dejar de inquietar las conciencias y tanto más cuanto que
por no haber sabido sacar las lecciones de la derrota. Por cansancio algunos, promete recompensas espirituales. La bula Inter omnia400 concedía la
como Luis VII, que consiente en dar un vigésimo de sus rentas a la Tierra indulgencia plenaria a quien pasase dos años en la Cruzada y remisiones de
Santa, pero que se muestra poco dispuesto a la Cruzada. Porque no por ser penitencia a los que partiesen sólo por un año. Pero, ¿eran suficientes estas
cristiano se deja de ser rey, y el Capetiano no quiere abandonar su reino por perspectivas de méritos para decidir a los grandes? Es a ellos a quienes se
temor a Enrique II de Inglaterra. De ahí las tibiezas, las comedias de los dirige el papado: en Cor nostrum401, Alejandro III, volviéndose hacia los reyes
entusiasmos cuando los llamamientos del papado se hacen más apremiantes; cristianos y los príncipes de la Tierra, invita detrás de ellos "a todos cuantos
pero tomada la decisión, se demora su cumplimiento. El papa Alejandro III son fuertes y aptos para los combates de la guerra". Se mantiene el privilegio
hizo vanos esfuerzos por avivar este fervor fingido. ¿Qué podía, por otra aristocrático, y la aristocracia no responde. Pero la amplitud misma de la
parte, esperar de Alemania? Nos encontramos en pleno episodio de la palabra pontifical y su constancia rebasan la estrechez de una clase para
querella del Sacerdocio y del Imperio, y Federico I no tenía ningún deseo de alcanzar al pueblo fiel. Es cierto que por ella. la emoción se mantiene en él, y
favorecer una empresa de la que el papado hubiese podido obtener alguna no bien la ocasión la favorezca, logrará de nuevo hacer que brote el antiguo
gloria. ¿Preocupaciones políticas, conflicto de los dos poderes, aspectos del fervor de las expediciones.
mismo movimiento de exaltación nacional contra la unidad cristiana, La acción de la Iglesia influye en efecto por la ampliación, y tal vez la
suscitado en aquel Occidente, donde se afirma, con toda la bellaquería de las profundización, de un hábito religioso. La Cruzada, como si no hubiera habido
fracaso alguno, se convierte en una forma normal de la vida espiritual del
396
Se encontrará la lista de estos piadosos personas en Ch. KOHLER, [151, pp. 542-54]. Occidente cristiano. Y ahora con características particulares, distintas de los
Entre la segunda y la tercera Cruzadas, las listas abundan en nombres de mujeres: San-
399
ta Elena de Skedeven (1158); Santa Bona, hermana del patriarca Heraclio: Santa Gaeta- Epist. Petr. Blesens., edición Giles, ,1846, II, 115-116.
na y Santa Massaia (1169), etc. 400
29 de julio de 1169, MIGNE, CC 599 y sigs.; JAFFÉ, [16] nº 11637. Antes de ella, la
397
Vita Sugeri, [21], XII, 110. Quantum predecessores (14 de julio de 1165, MIGNE, CC, 384-386; JAFFÉ, [16], n°
398
GUILLERMO DE TIRO, [159], lib. XXI, cap. XIV; BENITO DE PETERBOROUGH, I, 116, 11218) había dado la voz de alarma.
401
158 y sigs. 16 de enero de 1181; MIGNE, CC, 1294 y sigs.; JAFFÉ, [16], n° 14360.
movimientos de peregrinación por las exigencias de la penitencia individual. destrucción de ciudades de Egipto y de Etiopía 404. Una de ellas añade: "y
Después de dos expediciones, que han arrojado sobre las rutas lejanas toda hasta tierras de los romanos". Todas hablan de destrucciones y de guerras,
clase de gentes y de todos los países, el Oriente es ya para el Occidente una pero terminan con una esperanza de apocalipsis. Cinco milagros, nos dice
realidad físicamente conocida. Más aún: entre los dos términos del mundo una, la más precisa, anunciarán el cumplimiento de los tiempos y la
mediterráneo, se esboza una compenetración fundada sobre intercambios purificación terminada. Tres están constituidos por la aparición de personajes
religiosos. En primer lugar, las reliquias, cuya importancia no cesa de misteriosos. Uno surgirá del Oriente, sabio entre los sabios, de una sabiduría
aumentar en la vida occidental: culto de la Santa Sangre en Flandes y en forínseca, es decir, una sabiduría que sobrepasa al hombre; enseñará la ley
Alemania; traslados numerosos a Francia y a Italia de los restos del Precursor, de verdad y volverá a las buenas costumbres a muchos de aquellos a quienes
de los apóstoles o de los mártires; y sobre todo, para alimentar la imaginación ciegan las tinieblas de la ignorancia; a los que atormenta la incredulidad, les
de todo el siglo XII, el descubrimiento de las reliquias de los Reyes Magos, que mostrará la vía de verdad. El segundo saldrá de Elam, reunirá inmensos y
se disputarán a porfía la iglesia de Milán y la iglesia de Colonia402. Con estos poderosos ejércitos, y hará gran matanza entre las naciones; morirá joven. El
profetas del Señor, venidos del Asia mesopotámica, todos los exotismos del tercero en fin -el falso profeta-, pretenderá haber sido enviado por Dios y hará
Oriente, sus más viejas tradiciones, vienen a reavivar la sensibilidad caer en el error a gran número de creyentes; él tampoco vivirá mucho
occidental, corno en un esfuerzo por recobrar la unidad perdida, unidad tiempo405. Señales de reconocimiento para esa liberación que espera la
geográfica, unidad sincretizada también. Igualmente la literatura piadosa, humanidad ansiosa. ¿De dónde procedían esas cartas? ¿Cómo circulaban?
más o menos eclesiás tica, se encuentra cada vez más influida por las Difícilmente se puede averiguar. Rigord insiste sobre el papel de los
leyendas orientales. La hagiografía se enriquece con vidas de santos venidas astrólogos judíos y sarracenos, y a propósito de una de esas cartas, se la
de Oriente, pronto traducidas en la literatura francesa. Entre la segunda y la atribuye incluso a uno de los sabios de Egipto406. Otro aspecto del espejismo
tercera Cruzadas es cuando aparecen las vidas de María Egipciaca, de Santa oriental, pero su fondo lo constituye la inestabilidad afectiva del mundo
Thais, de San Jorge, de San Nicolás de Myra, y sobre todo de San Alexis que, occidental. La inquietud de la salvación le acuciaba aún: necesitaba saber
como es sabido, alcanzó una fortuna extraordinaria. Como justamente ha para prepararse. Y nada más natural, en este fervor pujante, que la audacia
notado G. Paris, "los santos occidentales no ofrecían el suficiente atractivo del hombre en descubrir los destinos. En Francia y en Inglaterra sobre todo -el
para la imaginación prendada de lo maravilloso"403. Era precisa la renovación origen de las cartas lo prueba-, fue donde esta necesidad se manifestó de
de un tesoro mítico agotado. Pero ahí estaba el Oriente con sus riquezas sin manera más tumultuosa. Sueños proféticos circulan por doquier, y la
cuento. angustia, ávida de la menor seguridad, se transparenta bien en la carta
Desde entonces el tropismo oriental sobrepasa en mucho y con otras dirigida "a todos los letrados y sobre todo a los sabios" en la que Anselmo,
resonancias la vieja obsesión de Jerusalén. A la vez que se estabiliza y se religioso de Worcester, refiere las palabras de un hermano lego de su
amplía, la necesidad de Cruzada transforma y a veces purifica sus móviles. monasterio, después de diez días de postración extática 407. Cualquier medio
Las señales pierden cada vez más importancia en la preparación de la tercera de penetrar las intenciones sobrenaturales es ávidamente empleado por esa
Cruzada: los azotes ya no tienen más que una importancia local, sin multitud inquieta de su salvación. Tanto más cuanto que los hechos parecen
significación colectiva. ¿Es esto decir que el espíritu apocalíptico y obedecer a las profecías. Estas convergían hacia los años 1186-1187 cuando
escatológico haya desaparecido por completo? Ciertamente no, pero él prodigios y azotes reaparecían de repente: eclipses en 1186 y 1187,
también se eleva. Ya no es el fenómeno físico que, tiene un valor de emoción; tempestades, ciclones, y sobre todo el temblor de tierra de 1185 que tanto
el solo anuncio puede bastar. De ahí la importancia que adquieren de repente conmovió a Inglaterra408. Inundaciones, marejadas, guerras, epidemias, se
las cartas de los astrólogos. Ya éstos habían anunciado en el momento de la
segunda Cruzada hambres, pestes y la legendaria mutatio regnorum. En 404
Si se notan los lugares de origen de estos documentos (Roger de Hoveden, Benito de
vísperas de la tercera Cruzada, son predicciones precisas, escritas, las que Peterborough, Roberto de Torigny, Rigord) y las alusiones contenidas en ellos, hay que
circulan. La mayoría de estas cartas, en torno del año 1186, anuncian penar sin duda qué su repercusión debió de ser sobre todo en Francia y en Inglaterra.
405
huracanes, torbellinos de arena, temblores de tierra, voces en las nubes, un Carta de Rigord B., [228], I, pp. 75-77.
viento desenfrenado y devastador que irá de Occidente a Oriente, y la 406
Parece que sea preciso presumir un papel importante de España en la transmisión de
esta literatura astrológica (cf. carta de Fasamella, hilo de Abd el Ad de Córdoba, a Juan,
obispo de Toledo, publicada, por Roger de Hoveden, II, 297-298).
402 407
ROBERTO DE TORIGNY, PERTZ, VI, 508-513. En los dramas litúrgicos que aparecen ROGER DE HOVEDEN, II, 293-296; BEN. DE PETERBOROUGH, I, 325-328.
en esta época, los Magos se sitúan entre los profetas de Cristo, testigos de su divinidad. 408
R. de Auxerre, PERTZ, XXVI, 248; GERV. DE CANTORBERY, I, 334. La mayoría de los
403
G. PARIS, La Littérature française au moyen âge [La literatura francesa en la Edad textos están de acuerdo en fijar este temblor de tierra en abril de 1185; sólo Mat. Paris
Media], 2ª ed., París, 1890, p. 212. lo fecha en 1186.
acumulan en estos años funestos. La audacia de los astrólogos se veía se atrevieron a hacer frente a los señores, fautores de guerra; así, el obispo
coronada de éxito. Sin embargo, no habían previsto la prueba luctuosa más de Auxerre, a la cabeza de un ejército, los castigó brutalmente para rebajar su
dura: la caída de Jerusalén. La noticia repercutirá en la sensibilidad religiosa altivez demasiado espiritual. No se nos veda pensar que nobles y clérigos
del Occidente, súbitamente conmovido por un concurso de miserias, y presto, habían lanzado con gusto a los routiers contra aquellos colegas de peligrosa
en un viejo movimiento de esperanza, a la partida escatológica en la regla, virtud. Fracaso, pues, pero de los que endurecen. En la historia de la Cruzada
casi intacta aún de la salvación colectiva. los pobres, abandonados no hacía mucho sobre los caminos de Jerusalén,
¿Pero quién se mantiene capaz de la intensidad de otro tiempo? La afirman su independencia espiritual y su fuerza secular; en la vida de la
unanimidad de la primera Cruzada se ha roto: he aquí la huella de la historia. sociedad feudal, por primera vez, con la resolución de su fe cristiana,
Los grandes, los soberanos que dan el ejemplo, se encuentran retenidos por manifiestan una conciencia de clase413.
sus preocupaciones temporales. Los clérigos enseñan; pero, purificados por la En el momento mismo en que el ideal de lucha por la cristiandad se amplía,
reforma de la Iglesia, sienten cada vez más las necesidades espirituales de la en que la Cruzada rebasa su objeto de liberación de la Tierra Santa para
selección o la disciplina de los ritos: otras tantas exigencias de diferenciación. hacerse, en el sentido pleno del término, exterminación del infiel. Sublimación
Queda la masa. Ella, es la que ya se conmueve ante el llamamiento espiritual que converge naturalmente con la pobreza, movida por exigentes
perseverante del papado y la que mantiene, con sus imágenes simples y necesidades de reforma. colectiva, la Cruzada podía hacerse desde entonces
dinámicas, la idea de la defensa cristiana de los Santos Lugares; ella es la que obra interior de purificación social. El sueño tal vez se esbozó cuando la
permanece dispuesta a ganarlo todo, su salvación, sin perder nada, su vida Iglesia, el bajo clero por lo menos, aplaudía el movimiento comunalista y
terrena. Pero explotada por los unos y desconocida por los otros, adquiere garantizaba su virtud: Lamberto de Watrelos nos ha conservado, en cuanto a
conciencia de sus necesidades propias, y ya de su individualidad. La división la comuna de Cambrai el recuerdo de esa ciudad de armonía, en la que "el
espiritual de los grandes define a la vez su independencia y sus deberes. ¿Por ciudadano respetaba al ciudadano, el rico no menospreciaba al pobre; sentían
qué no alcanzaría para sí misma los méritos de la via Christi? Sin duda, la idea la mayor repugnancia por las riñas, las discordias y los procesos: sólo
es todavía muy confusa, pero toma forma con el característico movimiento de rivalizaban por el honor y la justicia"414. Ideal de pureza social, y a veces
la Cruzada de los Capuchinos. A ello coadyuva la Iglesia, pues es ella individual, sin dejar de vivir en el siglo: tales los Humiliati o los primeros
-Alejandro III en el III Concilio ecuménico de Letrán, en 1179-409 la que valdenses, que seguían habitando sus casas, con su familia, llevando una
extiende la indulgencia de Cruzada a los que tomen las armas contra los existencia piadosa, modestamente vestidos y sin jurar. Este ideal anima casi
cotereaux410 y los brabanzones, mercenarios sin empleo que asolaban el por doquier a unos trabajadores que se esfuerzan en asegurar en grupo su
centro de Francia411. Obra de policía interior de la cristiandad occidental, salvación: así, los primeros begardos no son otra cosa que obreros piadosos
protección de las iglesias y de los monasterios, habría de incumbir agrupados en cofradía415. Pero naturalmente se levantan contra los fautores
naturalmente al brazo secular. Ahora bien, son pobres gentes las que se de injusticia y de inmoralidad, los grandes, que van a desvirtuar el
congregan en el Puy, en 1182, en torno del carpintero Durand para llevar a movimiento comunalista: la reacción de lo espiritual no tiene para ellos más
cabo lo que ellos mismos llaman la Cruzada de la paz412. Reclutados entre las fuerza que la colectiva. A lo cual responderán pronto los dos poderes,
masas populares del centro y del mediodía de Francia, aquellos amenazados por este movimiento de unidad. El decreto de Verona condenó
encapuchados, los Capuciati, estaban ligados por una austera vida de grupo: en 1184 a los Humiliati y la jerarquía feudal impide que sus villanos
juramento de pureza, prohibición de jurar en falso, de jugar a los dados y de abandonen sus lugares. Ya no le quedará a esta emoción popular,
entrar en las tabernas, de llevar vestidos demasiado lujosos: una disciplina de transformación espiritual del milenarismo de otros tiempos, otra salida que
intención monástica les garantizaba la fuerza de las armas. Batieron por conducir a los hombres por los caminos de la Cruzada, o, supremo esfuerzo
doquier a los bandoleros. Pero, ¿no faltaban así aquellos villanos a la división
armoniosa de la sociedad feudal? Habiendo adquirido conciencia de su fuerza, 413
Los Ann. Laud. canon., [21], t. XVIII, 706, no vacilan en hablar de vesana dementia.
414
409 Annales Cameracenses, en el año 1138, [21], XIII, 500, y A. LUCHAIRE, Les Comunes
Canon 77, MANSI, [18], XXII, -232-233.
410 françaises [Las comunas francesas], París, 1890, p. 241.
Cotereaux: se daba tal nombre a unos soldados aventureros, a causa de su cota de 415
Nunca se exagerará al señalar el carácter obrero de estos movimientos piadosos,
mallas o más probablemente por el coterel o cuchillo que llevaban. (N. del T.).
411 que serán terreno abonado para el desarrollo de la herejía. Así ocurre con el movimien-
Cf. Guill. de Nangis, Rigord, Gerv. de Cantorbery como fuentes antiguas y como estu- to valdense, que no se debe confundir, como a veces se hace, con un franciscanismo
dios, H. Géraud, Les routiers au XIIe siècle [Los "routiers" del siglo XII], Bibl. Éc. des del cual sería el antecedente. El movimiento valdense procede de los grupos de peni-
Chartres, III, 125 y sigs.; A LUCHAIRE, [224], 10 y sigs. [Routiers: soldados que, como tencia, de la protesta de los pobres contra los grandes, del comunalismo en su más ele-
los cotereaux, brabanzones, etc., asolaban las campiñas francesas. (N. del T.)]. vado ideal social, el de Lamberto de Watrelos. En cuanto al franciscanismo, procede de
412
Se intitulan "cofrades o sectarios de la paz de María". (H. GÉRAUD, art. cit., p. 139). la idea eremítica; de la penitencia de pobreza individual y absoluta.
de una esperanza, encerrarlos en la herejía: la purificación cátara renuncia a
las obras serviles.
Pero todo esto no son todavía más que virtualidades de futuro. La derrota de
los grandes aviva el fervor de los humildes. Estos van a experimentar su
poder religioso en la nueva experiencia de una tercera Cruzada.
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1° LAS PEREGRINACIONES
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