Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Sin formación general, difícilmente pueda haber madurez intelectual, puesto
que el desnivel entre varias potencias de la mente impide el equilibrio y la
solidez, componentes inconfundibles de la mente madura.
2
Por otra parte no se debe entender la templanza en un sentido rigorista y
puritano. La templanza no elimina los placeres, sino los restituye a sus
justos límites. Al temperante que no busca el placer por el placer, las
satisfacciones auténticas no le faltan. Un saber superficial nunca puede
ofrecer aquellas profundas alegrías, que experimenta el estudioso al llegar a
la visión clara de los problemas, alegrías éstas que hacen olvidar el
cansancio y restauran las energías gastadas en los esfuerzos laboriosos.
Sin embargo la mente del escéptico, como toda mente humana tiende hacia
la certidumbre, porque tiende hacia lo que realmente existe. Pero al faltarle
a ésta tendencia su término natural, se le sustituye un término postizo: el
dogmatismo rígido (3). Con la actitud dogmatista se pretende disfrutar del
efecto de la certidumbre sin pagar su precio, imponiendo autoritariamente a
uno mismo y a los demás las verdades a las cuales íntimamente el
dogmatista no se ha adherido.
3
justeza de sus ideas, sino porque buscando en el fondo sólo la verdad,
someterá con gusto sus conclusiones a toda confrontación que se le ofrezca.
Conocer la verdad es empresa grande y no admite pequeñez de ánimo.
Sin cierta valentía intelectual es imposible ser justo, esto es, dar a
cada uno lo suyo. El hombre no deja de ser un animal social aún cuando se
dedique al trabajo intelectual. Su existencia no transcurre en un espacio
vacío, sino entre otros hombres, que tienen sus ideas, y ocupa un lugar que
dejaron libre los que desaparecieron: con los vivientes y con los muertos hay
que practicar la virtud de la justicia.
4
Es necesario reconocer el mérito de cada uno y evitar iconoclastias
insípidas. Es común que los que no saben fundamentar las tesis propias se
ayuden desahogándose contra las anteriores y las ajenas.
Las hipótesis son como metáforas, que pueden ser distintas y aparentemente
contradictorias aunque tengan en vistas la misma realidad. Las opiniones
diversas revelan aspectos ocultos pero por esto nada menos reales de las
cosas (5). Siendo justo, el intelectual no pierde nada, sino gana mucho a los
efectos de la meta que persigue.
Sin embargo nada más lejos que esto de la verdadera prudencia, que es
virtud intelectual y moral: intelectual, porque descubre como están las cosas
y nos indica lo que conviene hacer de acuerdo con la situación real; moral,
porque inclina a la voluntad a hacer lo que de veras corresponde.
5
Es lícito entonces hablar de prudencia en el campo intelectual.
Sin embargo, el método (la palabra significa en griego: camino hacia algo) no
tiene ninguna autonomía científica, es un puro instrumento que se relaciona
con determinada realidad.
Por esto no hay métodos universales que podrían aplicarse a toda clase de
realidades, como pensaban los cartesianos con el método cartesiano o los
marxistas con el método dialéctico. Y aún dentro del ámbito de una sola
ciencia la realidad es tan variada por lo cual exige un ajuste más perfecto de
la mente a los casos distintos que el permitido por la aplicación de reglas
fijas.
6
Quien ama una cosa se ajusta al objeto amado queriendo su bien y no
rebajándolo a ser mero instrumento del bien del pretendido amante. El
amor verdadero se distingue así del falso.
Una madre que ama realmente a su hijo, lo ama según le conviene al hijo; si
por el contrario con el amor al hijo quiere llenar sus afectos insatisfechos de
esposa, busca sus intereses y no los de su hijo, que en casos semejantes sufre
serios menoscabos. El bien del objeto amado le imprime un determinado
estilo al verdadero amor.
Así el amor genuino al hijo es de otra clase que el amor al esposo, el amor a
una causa política o ideológica, distinto del amor erótico.
7
Ahora bien, cómo se forman estos hábitos morales en servicio de la perfección
del intelecto?
Por esto importa mucho más darles a los alumnos bases modestas pero
sólidas, semillas sanas del futuro desarrollo que impresionarlos y
confundirlos con la erudición frondoza que a menudo sirve sólo para cubrir
fallas serias de formación.
10
Miles de parches de color rojo pálido, decía Pierre Duhem, no hacen tejido de
color rojo vivo.
Por otra parte la formación es maduración y como tal cae bajo aquella
norma de la naturaleza que no admite saltos ni hiatos. Es un proceso lento y
constante y por eso poco popular en una época apurada e intolerante con los
ritmos naturales.
Notas:
1. Compárese: J.Maritain, "Arte y escolástica". Ed. Espiga de Oro, pp104-105.
2. Tomás de Aquino: "In III Sent." disp. 26, 2, a.4.
3. Se llama dogmatismo al procedimiento de aquellos que declinando todo examen
crítico imponen arbitrariamente una tesis. El dogmatismo nada tiene que ver con el
dogma católico. Estos son verdades de las cuales no es posible dudar, pero la
teología debe probar que han sido reveladas por Dios, y por eso no las acepta sin
examen crítico.
4."República", VI, 486, a-6.
5. Ver opúsculo "Science et hypotese", passim.
6. Frammenti di un dizionario giuridico, pp 113 y sig.
# Subrayados y cursivas nuestros.
11