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Estimado hermano y hermana te relatare una extraordinario parábola dicha por Jesús 1,
pero para entender cualquier relato del evangelio de Lucas debe tener en mente el texto
programático (4.18-19). A diferencia de los otros evangelios, este evangelio se percibe
la sensibilidad profunda de Jesús para con los hombres y mujeres que sufren, se sienten
excluidos, marginados, impuros, lejos de Dios y de su sociedad. En este contexto de
exclusión y desprecio, Jesús hace la diferencia, por el trato que tiene para con ellos,
lleno de misericordia, palabra clave en este evangelio.
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Se encuentra ante un texto netamente lucano, muchos han tratado de poner en tela de juicio este
relato como otros , pero siguiendo ese camino lo único que se lograra es destruir una historia narrada
y quitara al lecto el propósito del autor/narrador, presentare a Jesús, anunciador de la inminente
llegada del Reino de Dios y su actuar a favor de los desfavorecidos, marginados, excluidos del a
sociedad dominada bajo la ideología de la exclusión e insensibilidad social centro de la voluntad de
Dios.
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desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se
desvió y siguió de largo. (Lc.29-35)
Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y, viéndolo,
se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó.
Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.
Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento.
“Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo
vuelva.”
¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos
de los ladrones?
—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley. —Anda entonces y
haz tú lo mismo —concluyó Jesús. (Lc.36-37).
EXPLICACIÓN
Esta historia está dividida en dos escenas: una corta (10.25-28) y la otra más amplia
(29-37). Detallemos;
La primera escena (Lc.25-28):
Jesús revierte la situación, ahora la prueba se enfoca sobre el maestro de la Ley por
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El honor era el valor más importante en la sociedad mediterránea en aquellos tiempos. Se podía ser
pobre, pero con honra, esto le daba respetabilidad y prestigio social. Además, debe usted conocer que
el honor era un bien limitado, por ello se producían luchas por adquirir la honra que el otro tenía.
Aquí en este relato también está en juego la honra, este experto en la Ley quería arrebatarle la honra
que tenía Jesús y dejarlo avergonzado.
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medio de una repregunta (es natural en el mundo judío de la época de Jesús
responder con otra pregunta): ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?
En otras palabras, Jesús le estaba diciendo que siendo un experto en la Ley no
comprendía lo que leía. Si bien este mandato en la narrativa es la repuesta a la
pregunta de Jesús, pero, preste atención, está en labios del experto en la Ley, y ese
dato es importante, porque realmente si conocía la respuesta, pero, aquí esta lo fatal
del asunto no lo ponía en práctica, Realmente era un critica a todo el sistema
religioso del fariseísmo o al menos gran parte de ella. Ante esta nueva situación
para el experto en la Ley le responde (pues su prestigio, su honra estaba en juego):
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente”, y “Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Observe bien, son dos oraciones que tienen el mismo rango por el conectivo “y”. Lo
que quiere decir es, si no amas a tu prójimo no amas a Dios, en otras palabras, el
amor a Dios pasa por el amor al prójimo. Esto se tratará en la siguiente escena.
Para seguir en la segunda parte de este microrrelato tomen cuenta esta nota:
Hasta aquí parece satisfactoria la respuesta y debería acabar esta disputa entre
maestros. Pero no es así, para sorpresa del oyente, esta continua mediante otra
repregunta de parte del experto de la Ley. Al parecer el experto en la Ley quedó
avergonzado por lo dicho por Jesús, ahora quiere justificarse. Al hacer esta nueva
pregunta el experto en la ley, la narración se convierte en un diálogo (los diálogos
son muy importante en la narrativa porque explora con mayor profundidad los
pensamientos, sentimientos, prejuicios de los personajes). Ahora el tema está
centrado en: ¿quién es mi prójimo?
Aquí entramos en la segunda escena (Lc. 29-37). Esta segunda escena tiene como
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parte central una parábola, que será lo que responderá a esa pregunta central de
¿Quién es mi prójimo?
Para un judío prójimo era otro judío. Vera como Jesús cambia toda
esta visión tan estrecha, prejuiciosa y excluyente. Por otro lado, las
parábolas generalmente tienen la función de cambiar los prejuicios o
tradiciones ancestrales por otra tradición. Eso es lo que verá con esta
parábola.
Entendiendo la parábola
Los oyentes de la narración son judíos, por lo menos en su estadio originario, luego
pasaría a los oyentes lucanos. Estos oyentes lucanos seguramente eran gentiles
simpatizantes del judaísmo, como lo era el mismo Lucas, por lo tanto, comprendían
bien la historia y lo que se tejía en ella. Ya desde esta óptica debieron comprender
sus prejuicios étnicos-religiosos de los judíos contra los samaritanos.
La parábola comienza con un relato llamativo: una persona que desciende SÓLO de
Jerusalén a Jericó. Esto es algo inaudito, porque todo judío sabe que no pueden ir
solos de un pueblo a otro pueblo por el riesgo de ser asaltados por los bandidos.
Esto es lo llamativo inicialmente de la parábola y su atracción a la vez.
La reacción emocional del público: Los judíos esperarían que estos personajes que
conocían perfectamente la ley y sabían quién era el prójimo, otro judío, como el
herido, los ayudarían. Pero fue una decepción total. Decepción de sus cargos y de la
religiosidad que profesaban. Estos valoraban más el guardar los rituales de pureza
que salvar a su prójimo que necesitaba de su ayuda. A pesar que estaban en el
templo ministrando a Dios no le conocían. Hasta allí, la historia narrada es
desesperanzadora.
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Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo:
Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
Esto no es una inversión, como piensan los de mentalidad capitalista, es el amor de Dios
manifestándose por medio de una persona, el enemigo samaritano. Esto realmente
necesita nuestra sociedad urgentemente si quiere salvarse de esta vorágine de violencia,
individualismo y relativismo ético.
Kenneth L. Bailey3
La conclusión:
Ahora Jesús después de contar la parábola, se dirige al experto de la ley y le
pregunta que es otra repregunta a la pregunta de ¿quién es mi prójimo?: ¿Cuál de
estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones? Fíjese, Jesús no dice quién es el prójimo, sino deja que experto lo diga
con sus propios labios:
—El que se compadeció de él.
La narración acaba con una orden, que es una delegación: Anda entonces y haz
tú lo mismo. Mire como concuerda con la orden que Jesús da al experto en la ley en
la primera escena: Haz eso y vivirás. Fíjese en el verbo hacer y en los verbos de acción en
el samaritano y la no acción en el sacerdote y levita. Tremendo contraste.
Aplicación eclesial
Esta parábola es secular, así como la historia de Rut y Noemí. Secular, porque no
interviene Dios directamente como se representaban en los teatros griegos Deus
ex machine. Es decir, Dios descendiendo desde el cielo para resolver
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Kenneth L. Bailey. Jesús a través de los ojos del medio oriente. Downers Grove (IL):
Grupo Nelson,2012, 248.
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directamente una tragedia humana. Aquí en la parábola son las actuaciones de las
personas lo que resalta, entonces, la pregunta es ¿cómo se muestra el rostro de
Dios (mediante qué actos)? y ¿mediante quién?