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Ficha curricular:

Rebeca Alle Rivera.

18 de noviembre de 1990 en Orizaba, Veracruz.

Miembro Taller de creación literaria “Conejo Clandestino” dirigido por Mario Islasáinz,
Participó en el 9° encuentro internacional de escritores de la región de los ríos; ha
publicado poemas en las antologías: “Poetas de los 90’s” Editorial Diablura y “Germen”
Editorial Cartonera Conejo Clandestino. Coeditora de Editorial Cartonera Conejo
Clandestino en Veracruz. Estudia la Licenciatura de Psicología en la Universidad del Golfo
de México donde participa en mesas redondas, debates y talleres.
SANGRAR EN SILENCIO
Rebeca Alle Rivera
Yo
te quiero dar agua

y tú

no te dejas amar.
Lecho de esencias

Pasado enterrado a nuestros pies;

pirámides,

ruinas ancestrales,

ahora,

cimientos ordinarios

de cualquier estacionamiento.
Inocente niña,

camina encontrando sueños

colados en las grietas

de paredes que escuchan:

desesperación ofuscada,

alaridos de libertad

encadenada por mentiras

arregladas para navidad…


Último aliento

Si en tu voluntad está,

entiérrame.

Sitúame en los ideales

de tu retrete.

Advierto,

no te llevas mi esencia.

Mi lucha en pergaminos

sigue la batalla.
Lluvia doliente

La tormenta acecha,

nubes cargadas de amargura

gritan.

Imposible esconderse,

la lluvia manchó tus labios.

¡Bésame ahora,

si eres tú!
Fanatismo ensordecedor

Divinidad aplastante,

sacrificios rotos,

no te puedo sanar,

ya no tienes sangre.

Entregaste cada gota

a los brazos

de la realidad…
Visita incomoda

Toco a tu puerta,

te hablo de frente,

mi

fuerza

te

estorba,

dispara.

Conviérteme en sangre,

furia

y justicia,

derrámame

en tus ríos

sumisión impune,

no llevas frenos...
Un saludo cortés
a la maldad en sus pechos,
justicia ciega,
inexistente…

Camino de hipocresía
olor a muerte.

Buscando,
encontré todo el odio
e infamia
en tu regocijo.
Obediencia impune

lágrimas ajenas,

niños ensordecidos

me ofuscan.

Sujetos,

trajes y uniformes

preparan la guerra,

¡basta hermanos!,

no maquillemos más el hambre…


Música sexual

Esa voz,

densa,

humillante,

seductora…

Sigue ahí,

opacando toda melodía.

¡Cállate!

Déjame morir ésta tarde

bebiendo nuestra canción.


Perdida

Niebla espesa

Persiguiéndome

siento asco,

tus miradas,

mi cuerpo,

la maldita intención…

No toques más mi inocencia

antes de que regrese a la locura.


Una vez más…

Arrebataron el aliento

al deseo de gritar:

libertad;

no finjas demencia,

somos culpables.

Permitimos

teñir

la noche de sangre.

Lágrimas de madre

enterrando la inocencia,

dolor y vacío.

Muerte impune.
Carmesí

Nostalgia,

impedimentos

para llegar

a tu camino;

quédate,

es mi ruego.

Tu alma se alivia

al saberte lejos,

desconociéndote;

dolor aumentando

en cada plegaria:

arrástrame otra vez

a tu infierno carmín.
Adiós de las rosas

Reposa tus caderas

discúlpame,

no escucharé

tu vómito filoso.

Escapo

por caminos de sangre

buscando perderte.

Hitler no podrá salvarte,

nunca asfixiarás la libertad.


Recuerdos del gato

Edificios crecen

sin reproche

niños juegan,

desaparecen.

Luz y sombra se unen,

no hay mezcla;

nada.

Ojos cosidos

con tela de araña,

ojales eternos

y agujas de silencio

vierten vacíos

en la efímera faz

de tu zapato.
Comer a solas

Enigma en la mesa,

copas muertas,

botellas vacías.

Detén tu espada

y apunta a mi frente.

No he perdido,

la venganza nunca comenzó;

aún me oculto,

paseando

en cementerios de justicia,

como la duda…
Empatía rota

Silencio imperdonable,

sentidos manipulados

opacan nuestra esencia

con ideas confusas

atrapadas en la conformidad.

Estando en el lecho

de sentimientos vendidos

y trajes coloridos,

me asfixia el pensamiento:

¿Qué hacemos tan mal?


Me sirven una copa

Licor añejo

apaga el dolor,

mientras ruedan lágrimas

a borbotones;

b
a
j
a
n

en forma de cascada

cual imponente melena.

Pido otra ronda,

atragantándome.

Nudos

alimentan la tristeza

de mi madre.
Minerales fríos

Calles

teñidas de sangre,

inundan mi alma de nostalgia.

No hay hambre ni frío,

ya no queda más.

Estructuras de imperios

relucientes en minerales olvidados.

¡No hay nadie aquí!

La batalla ha terminado

y con ella

el último suspiro.

Lamento si no luché pacha mama,

naturaleza inmensa.

¿Dónde te hemos sepultado con todos mis hermanos?


Seductor conejo del espejo

Al lado

tu perfume

me salva

del razonamiento.

Imposible abstenerse

a la imaginería,

cuando se desata el instinto

mirando tus senos

envueltos en terciopelo.

Mi objetivo:

abrir tus piernas

cuales páginas.

Orgullo y prejuicio

son impedimento,

pero ni el día

que Nietzsche lloró

se apagaron las ganas…


Tinta marginal

La oscuridad acecha

l e n t a m e n t e,

ensordece los pasos,

congela la sangre.

Imposible escapar.

Él

no sabe qué pasa,

a ella

le prometen lujos…

humo y azúcar.

Todos ellos tenían contrato

nunca firmado.

Promesas rotas,

ilusiones mojadas,

alas bajo la almohada

¿Dónde estás mamá?

Sólo quería jugar…

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