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agroecológicos y los
cultivos
Sección: 80.
Las plantas constan de diferentes partes y cada una de ellas reacciona de un modo
distinto a la temperatura. La temperatura de los frutos es similar a la del aire; cuando la
temperatura del ambiente aumenta, lo hace también la de los frutos y viceversa. Sin
embargo, la temperatura de los frutos fluctuará menos que la del ambiente y tardará más
en hacerlo (hasta un par de horas más en algunos casos). La temperatura de las flores,
por el contrario, es mayor que la temperatura de las hojas o la del aire, además, los
pétalos transpiran a mucha menos velocidad que las hojas. La temperatura de las hojas
en la parte más alta del follaje experimentará mayores fluctuaciones que la de las hojas
situadas en la parte baja. Asimismo, el follaje de la zona superior se calentará más
fácilmente por irradiación y, por lo tanto, alcanzará temperaturas más altas que las del
ambiente cuando los niveles de luz sean altos.
Para resistir el viento estas plantas se han adaptado a lo largo del tiempo y de las
generaciones y así es como cuentan con tejidos más fuertes tanto en sus ramas como en
los troncos. Esta es una de las variantes aunque también hay plantas a las que les ha
sucedido lo contrario: sus ramas o tallos se han vuelto más flexibles para así acompañar
los vaivenes del viento sin quebrarse.
Suelos de textura gruesa: Son los suelos con más de 50 % de arena, pero contienen
menos del 20 % de arcilla. Cuentan con una baja capacidad para retener nutrientes y
agua. La gran cantidad de poros grandes y bajo contenido de arcilla provoca que se
pierda más fácilmente agua y nutrientes, especialmente nitrógeno. Lo anterior ocasiona
un desarrollo pobre de los cultivos al no cubrir sus necesidades nutricionales. La alta
lixiviación y volatilización de nitrógeno en estos suelos hace necesario fraccionar la
fertilización nitrogenada tanto como sea posible y la aplicación de materia orgánica. Por
otra parte, la gran cantidad de poros grandes facilita la penetración y desarrollo del
sistema radical de los cultivos.
Suelos de textura media: Son suelos con buena aireación y drenaje para el desarrollo
de las raíces. Generalmente tienen menos de 35 a 40 % de arcilla y menos de 50 % de
arena. Presentan una alta proporción de poros de tamaño medio a fino. Son suelos con
una amplia capacidad productiva, disponibilidad de agua y nutrimentos. Son suelos que
facilitan la penetración de las raíces y desarrollo más acelerado al tener un equilibrio entre
las partículas de arena, limo y arcilla. Estos suelos pueden o no ser fácilmente
desmenuzables, pero a medida que la proporción de limo sea mayor, el potencial de
compactación también se incrementará.
Suelos de textura fina o pesada: Son suelos con más de 40 % de arcilla, aunque
también se pueden agrupar aquellos con más de 60 % de limo. Presentan alta capacidad
de retención de agua y nutrimentos. Estos suelos normalmente son los de más alta
fertilidad natural. Sin embargo, deben manejarse con precaución, pues se compactan
fácilmente cuando se labran o se cultivan en condiciones húmedas. Con niveles
adecuados de MO son muy productivos, ya que se le brindan a las raíces las condiciones
de aireación, humedad y alto contenido de nutrientes.
Profundidad del suelo: El mayor problema con el horticultor es que piensa que debe
sembrar la semilla lo más profundo posible para que desarrolle mejor sus raíces y la
planta sea más grande al crecer; cuando lo que en verdad se está haciendo es
condenarla a pasar varias dificultades para que logre emerger, si es que llega a hacerlo;
estas dificultades son: Va a estar más susceptible a las pudriciones por exceso de
humedad y poca aireación, ya que la semilla necesita de oxígeno para germinar
adecuadamente. Va a estar más cerca de las plagas (Gusanos de tierra), las cuales van a
comerse la semilla o parte de ella, impidiendo la germinación. Va a gastar toda la energía
que tiene para poder salir a la superficie, por lo que, si logra emerger, va a ser muy
susceptible al ataque de plagas y enfermedades.
Las semillas de la mayor cantidad de hortalizas son de tamaño pequeño (Entre 1 – 5 mm.)
Salvo algunas excepciones como el zapallo, fréjoles, caigua, etc. cuyas semillas tienen un
tamaño de entre 1 – 2 cm. La profundidad de siembra está relacionada con el tamaño de
la semilla; La regla, aunque muchas veces no se cumple, es que la profundidad no debe
ser superior al doble del tamaño de la semilla. Es decir mientras la semilla es más
pequeña la siembra será más superficial. El caso más resaltante vienen a ser las semillas
más pequeñas (Apio, albahaca, lechuga, zanahoria, etc.) donde la profundidad de
siembra se encontrará entre los 2 – 4 mm. Siendo lo más superficial posible pero
cuidando que el suelo o sustrato las cubra por completo para evitar que las aves las
consuman.
Conclusión
Todos los factores son importantes al momento de hacer una buena producción, no se
puede decir si hay alguno más importante que otro, por esto cuando el productor quiere
plantar alguna especie tiene que tener en cuenta todos los factores climáticos,
geográficos, entre otros. No puede pasar por alto las condiciones que hay en su región si
quiere obtener una excelente producción y una excelente cosecha.
Bibliografia
https://cienciacebas.wordpress.com/2013/09/04/importancia-del-agua-en-las-
plantas-i/
http://greenarea.me/es/256425/la-humedad-tiene-una-gran-importancia-para-las-
plantas/
https://www.intagri.com/articulos/suelos/propiedades-fisicas-del-suelo-y-el-
crecimiento-de-las-plantas
https://www.jardineriabordas.com/