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Comentario Complementario No.

1:
Estructura y Mecanismo de Funcionamiento del Kli
26.08.17

En el poema “El árbol de la vida” del Sagrado Arí aprendimos que el Eterno se restringió en el
medio de su propia esencia y manifestó los mundos. Como consecuencia de la restricción ÉL
expresó dos realidades: La abundancia que se extiende de sí mismo (Placer) y el deseo de
recibir esa abundancia (Percepción del placer). Así lo refleja el Rav Yehuda Leib HaLevi Ashlag
(Baal HaSulam) en su artículo: “La Idea de la Creación y las Cuatro Fases de la Luz Directa”.

“…les reiteraré brevemente que la Idea (o Pensamiento) de la Creación consistía en deleitar a las
criaturas de acuerdo con Su abundante generosidad. Por esta razón se imprimió en las almas un gran
anhelo, un gran deseo de recibir Su abundancia.

Esto se debe a que el deseo de recibir es el Kli (vasija) para la medida del deleite en esta abundancia,
ya que la medida y fuerza del deseo de recibir la abundancia, corresponde precisamente con la medida
de placer y deleite en la abundancia. Y están tan interconectadas, que son indivisibles excepto en
cuanto a que el placer se relaciona con la abundancia, y el gran deseo de recibir la abundancia se
relaciona con el receptor.

Ambos se extienden necesariamente del Creador, y necesariamente se encontraban en la


Idea/Pensamiento de la Creación. Sin embargo, deben dividirse de la siguiente manera: la abundancia
viene de su Esencia, extendiéndose a modo de “existencia a partir de la existencia” (Iesh mi Iesh), y el
deseo de recibir que está incluido ahí, es la raíz de las criaturas. Esto significa que es la raíz de su
origen; es decir, del surgimiento (…) a modo de “existencia a partir de la nada/ausencia”, puesto que
ciertamente no existe forma alguna de “deseo de recibir” en su esencia.”

En otro sentido el debate colectivo del segundo comentario aplicado al poema del Santo Arí,
también condujo a profundizar en el diseño y funcionamiento del Kli o Alma General, la cual
como es obvio, no solo trasciende la arquitectura y dinámica del psiquismo humano, sino que
es la causa que la origina.

La subjetividad es el último estado de conciencia manifestado dentro del Kli. Esto si lo


analizamos tomando como punto de partida el sistema de descenso de las Almas desde Olam
Atziluth. Sin embargo la subjetividad constituye el primer eslabón de percepción tomando como
referencia el sistema de ascenso de las Almas desde Olam Assiyah.
Estructura del Ser Manifestado (Kli o Alma General).

La esencia (cualidad) del Alma General (Kli/vasija) es el deseo de recibir y su estructura está
conformada por:

 Cinco mundos (Olamot) que se organizan jerárquicamente según el grado de deseo por la
Luz (placer). El nivel de deseo de cada mundo está determinado por su grado de Aviut
(densidad, grosor). En un orden ascendente de Aviut los mundos son: Adam Kadmón,
Atziluth, Briah, Yetzirah y Assiyah. La capacidad de disfrutar la Luz es inversamente
proporcional con el grado de aviut (densidad): A mayor nivel de Aviut menor percepción de
la Luz.
 Veinticinco Partzufim. Cada mundo a su vez está conformado por cinco partzufim. Un
partzuf es un objeto o configuración espiritual completa ¿Qué es una configuración? En este
contexto se aplica para traer la idea de una figura o forma, aun cuando en el mundo
espiritual las formas no existen sino las sensaciones. ¿Por qué objeto o configuración
espiritual completa? Para trasmitir la idea de acabado o nivel completo. Ej: El ser humano
se conforma anatómicamente por una cabeza, un trono y 4 extremidades, y a esto se le
llama cuerpo, he aquí la idea de un objeto completo o acabado ¿Cuál es entonces la forma
o configuración completa de un Partzuf? Un partzuf está conformado por 10 sefirot, y estos
se distribuyen básicamente en Rosh (cabeza) y Guf (cuerpo). La organización jerárquica de
un partzuf es la siguiente: Arij Anpin, Aba, Ima, Zeir Anpin y Nukva. Otra clasificación sería:
Galgata, Aba ve Ima, SAG, MA y BON. También el partzuf se puede reconocer por los
nombres de las sefirot: Keter, Jojmá y Biná como Rosh, Zeir Anpin como Guf que incluye
en sí misma a las sefirot (Jésed, Guevurá, Tiferet, Nétzaj, Hod y Yesod) y Maljut como Sium
(final).
 La Luz (placer) que desciende del Creador y hace contacto con todos los niveles de aviut
de la vasija. La Luz del Creador cuando está fuera de la vasija se le denomina Luz
circundante. La Luz del Creador es una, pues “ÉL es el mismo ayer, hoy y siempre”, sin
embargo cuando la Luz entra en contacto con los diferentes niveles de aviut del Alma, esta
última la percibe y experimenta como Iejidá en el mundo de Adam Kadmón, Jaiá (vida) en
el mundo de Atziluth, Neshamá en el mundo de Briah, Ruaj en el mundo de Yetzirah y
Nefesh en el mundo de Assiyah. Como la Luz es lo que da vida a la vasija, estos cinco
grados mencionados, se conocen como Niveles del Alma: “Y fue hecho el hombre Nefesh
Jaim”. No se puede confundir el nivel de ruaj con el Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo). El Ruaj
Hakodesh es esencia Divina y tiene un grado de expresión en la Luz o Abundancia que se
extiende desde el Creador.

El Kli posee una estructura compuesta por cinco Olamot, cinco Partzufim para cada Olamot y
cinco niveles del alma atravesando los 25 partzufim. Si multiplicamos 5 Olamot x 5 Partzufim
x 5 grados de la Luz da 125. Esa es la totalidad de los niveles de revelación que los cabalistas
afirman que debe atravesar el alma para adherirse por completo al Creador.

Dinámica de funcionamiento del Ser manifestado (Kli o Alma General).

La Teshuvá (el retorno al Creador) comienza en el nivel de la sefirá Maljut del partzuf Nukva
del mundo de Assiyah (Maljut de Maljut). He aquí el grado inferior de desarrollo del Nefesh: La
subjetividad. El ascenso del alma individual ocurre a través de muchas correcciones del deseo
de recibir.

Esto es lo que se conoce como trabajo espiritual, el cual consiste en los esfuerzos continuos y
crecientes por parte de la persona para contrarrestar el deseo de auto-gratificación y percibir
gradualmente la abundancia (placer) que proviene del Creador. A continuación se describe el
ascenso a lo largo de toda la Escalera Espiritual.

La corrección completa del nivel de Nefesh ocurre cuando la persona logra el alcance de los 10
sefirot de los cinco partzufim (Nukva, Zeir Anpin, Ima, Aba y Arij Anpin) del mundo de Assiyah.
El logro del nivel de Ruaj acontece cuando el Kli alcanza los 10 sefirot de los cinco partzufim
(Nukva, Zo´N, Ima, Aba y Arij Anpin) del mundo de Yetzirah. El nivel de Neshamá tiene lugar
cuando el Kli logra los 10 sefirot de los cinco partzufim (Nukva, Zo´N, Ima, Aba y Arij Anpin) del
mundo de Briah. El nivel de Jaiá es loable cuando el Kli alcanza los 10 sefirot de los cinco
partzufim (Nukva, Zo´N, Ima, Aba y Arij Anpin) del mundo de Atziluth. El nivel de Iejidá se
produce cuando el Kli logra los 10 sefirot de los cinco partzufim (Nukva, Zo´N, Ima, Aba y Arij
Anpin) del mundo de Adam Kadmón.

Pero… ¿Cuál es el mecanismo de funcionamiento de las sefirot en el plano psíquico? ¿Cómo


se interrelacionan sus facultades entre sí?

Antes de contestar ambas interrogantes es necesario esclarecer los conceptos de Sefirot y


Klipot, así como la relación entre ellos. El concepto simple de Sefirot es emanación. Sin
embargo en la literatura cabalista muchas veces cuesta trabajo diferenciar cuando se habla de
una sefirá como vasija o como Luz emanada. Una visión más integral del concepto sefirá
tendría en cuenta ambos elementos: La Luz y la Vasija. Pues como expresó Baal Hasulam el
Kli (deseo de recibir) y la abundancia (Luz/Placer) están interconectados.

Una sefirá es un Kli que irradia una porción determinada de Luz. El grado de Luz expresado
por el Kli está en conformidad con su nivel de aviut. De modo que las sefirot del mundo de
Atziluth irradian más Luz que las sefirot del mundo de Briah y así sucesivamente.

Como sabemos el Árbol de la Vida está conformado por 10 sefirot. Cada sefirá expresa una
cualidad del Alma, pero este asunto será abordado en próximas reflexiones. Las propuestas
científicas más actuales validan la estructura o arquitectura del Árbol de las Sefirot. La teoría
de las Cuerdas es una evidencia de ello, al respecto el Rav. Yehuda Berg en su libro: “El poder
de la Kabbalah”, plantea:

“Dos mil años después de que el Zohar revelara que la realidad existe en diez dimensiones -y que seis
de esas dimensiones están compactadas en una- los físicos llegaron a la misma conclusión. Esto se
conoce como la teoría de las Supercuerdas.

Según esta teoría, nuestro universo está hecho de pequeñas y vibrantes cuerdas. Las distintas
vibraciones de las cuerdas crean partículas de materias distintas. Brian Greene, uno de los líderes
actuales de la teoría de las cuerdas, escribe esta idea en su libro The Elegant Universe: Supertrings,
Hidden Dimension, and the Quest for the Ultimate Theory (El universo elegante, supercuerdas,
dimensiones ocultas y la teoría definitiva):

De la misma forma que los patrones vibracionales de la cuerda de un violín dan origen a notas
musicales distintas, los distintos patrones vibracionales de una cuerda fundamental dan origen
a masas y cargas de fuerzas distintas. La teoría de las cuerdas también requiere de dimensiones
de espacios adicionales que deben enrollarse hasta volverse pequeñas para coincidir con el
hecho de que nunca las hayamos visto.

Por lo visto, el número de dimensiones requeridas para que esta teoría funcione es de diez. Y aún más,
según los científicos el número de dimensiones que están enrolladas y compactadas en una sola es de
seis. Estos son los mismos números que se mencionan en el Zohar.

En mi opinión personal una cuerda teóricamente supone el grado más elemental de


manifestación de la materia, lo cual sugiere que después de este estado no existe forma ni
organización posible. Las cuerdas vibran a diferentes frecuencias, y según la frecuencia
vibracional la materia asume diferentes formas y niveles de densidad.
Desde una perspectiva cabalista la cuerda representaría el nivel más simple de manifestación
del deseo. Es deseo en su grado más puro. Es deseo libre de aviut. Es Keter del mundo de
Atziluth.

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