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WSEN – 2017 Franz Rainier Gutierrez Millares

EL RETORNO A YANERAMAI1
«Yaneramai estaba sólo en la gran noche. Luego hizo la tierra y la puso en equilibrio
sobre palos. Después hubo allí dos gusanos, Maidyeuho y Maidyehim´ne. Ahora ellos están
con Yaneramai.
Yaneramai bajó a la tierra montado sobre un bambú gritando ‘ja, ja, ja’. Yaneramai llegó
a la tierra y comenzó a caminar, desde la dirección del sol naciente, sobre la nueva tierra.
En una mano llevaba las semillas de la calabaza puribe. Yaneramai tenía la luz en su
cuerpo, luego él disparó las semillas y de ellas aparecieron los seres humanos.
Una vez que hubieron aparecido los seres humanos, Yaneramai creó los animales, los
árboles, las plantas, los cerros, y los ríos. Él enseñó al guarasú a cazar con arco y flecha.
Mientras que nuestro padre vivió entre nosotros, no había muerte ni mal en la tierra. Los
seres humanos poseían la ‘luz eterna’. ‘Ciudad de luz’ dijo Yaneramai y abandonó a los
seres humanos caminando en dirección al sol poniente.
Pero los Guarasu’we perdieron la ‘luz eterna’; en la tierra donde vivían felices apareció la
muerte y el mal. Antes no habían conocido la muerte, ahora estaba allí.
Después de un tiempo -así cuentan- Yaneramai destruyó la tierra con el agua de abajo,
sólo un varón y una muchacha se salvaron.
Cuando el agua se retiró nuevamente hubo seres humanos, sobre la tierra se levantó un
Karaiuhu y habló: ‘Nosotros nos hemos olvidado de Yaneramai. La tierra será destruida.
Tenemos que ir donde Yaneramai, pues allí seremos felices, allí nuestra alma -Serata- no
se destruirá. Nosotros hemos estado en esa tierra, la hemos perdido. Ahora debemos volver
allá. Volvamos’. Bajo la conducción de Karaiuhu los guarasu’we se pusieron en camino a
la ‘tierra sin mal’.
Cruzaron vastos territorios, pampas y selvas; atravesaron ríos, siempre en dirección del
sol poniente en búsqueda de esa tierra.
Los guarasu’we soportaron todas las penurias de la marcha aferrados a la esperanza de
encontrar la ‘luz eterna’; la tierra dónde no se pasaría necesidades, donde hubiera
suficiente caza, la dulce miel, muchas frutas y raíces comestibles, yuca y otras cosas más.
Después de un tiempo de vida dura y llena de privaciones, los guarasu’we se cansaron de
marchar y se establecieron en el territorio en el que viven actualmente.
Ellos nunca renunciaron a la esperanza de encontrar la ‘tierra sin mal’ en este mundo.
Pero se pusieron en contacto con los blancos, establecieron relación con ellos y adoptaron
objetos de ellos. Ya están perdidos.
Finalmente llegaron a la conclusión de que recién podrán entrar a esta tierra, cuando,
después de la muerte, el alma de Yaneratague llegó a la Casa de los Muertos donde
Yaneramai».

1
JORDÁ E. & GUTIERREZ F. (2013). COSMOVISIÓN Y ESPIRITUALIDAD DE LOS PUEBLOS DE LA AMAZONIA Y
TIERRAS BAJAS. Pág. 104-105. La Paz. Bolivia. (mito en la crónica de los Guarasu´we sobre sus últimos días,
que fue recopilada por Riester)

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