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Anotaciones Libro “Los Aborígenes de la Argentina (Guillermo E.

Magrassi)

Capítulo: “La Avaidad, el ser guaraní”.

Fundamento: el respeto a la naturaleza. El hombre le pertenece, de ella está hecho, de ella se


alimenta, de sí mismo.

Cuando se caza, recolecta o pesca se pide permiso al eterno principio… de animales, peces, etc.

Plegaria al sol, el agua, fertilidad de tierra al pedir permiso para sembrarla.

Horticultura de selva requiere que sea itinerante para no destruirla. Se va pasando de un lugar a
otro, dejando tiempo de que la selva vuelva a crecer cada vez. Mandiocas, batatas, zapallos y
camotes.

Hace unos 1500 años se fue conformando el ser guaraní. Se desplazaron de desde lo que hoy es
Paraná Brasil y Este de Paraguay, hacia Amazonas, el océano atlántico y la costa del Plata.
Inspirados por sus karai (profetas), guiados por sus Ava-Tumpa (hombre dios) los de Pya guazu
(plexo solar o corazón grande, valeroso), los jeguakáva (“los que llevan el emblema de la
masculinidad”) y a veces también jachukava (“las que portan el emblema de la femeneidad”)
partían en busca de IWY MARÁ ‘EY (LA TIERRA SIN MAL)
A veces identificaron la tierra sin mal en el Kandire de los Andes centrales, otras, más allá del
océano.

En su cosmovisión el PARAÍSO ESTÁ EN LA TIERRA; se puede llegar a él sin pasar por el transe de la
muerte. Hay que ENCONTRARLO.

El principio es la igualdad, la forma la solidaridad en la pertenencia común.

El acontecimiento traumático impone el CAMBIO DE NOMBRE.

Ante síntomas de desigualdad los profetas definen la necesidad de “cambiar el mundo”. Se van de
donde están, en busca de la tierra-patria prometida, la tierra sin mal.

El ensalmo con canto ritual, la danza y el ayuno son necesarios para alcanzar el awyje (estado de
perfección, el recto sendero)

Siglo XVI los guaraní eran 1.500.000 sólo en el Gran Chaco (Brasil-Paraguay-Argentina. Fueron
masacrados desde el norte hasta en Buenos Aires, donde había varios.

Después surgió la civilización jesuita-guaranítica. Construyeron iglesias, esculturas, instrumentos y


tocaron una música única. También fue destruída.
En Buenos Aires se habló guaraní hasta la época del virrey Vertiz.

Los guaraníes pelearon en los ejércitos libertadores.

“Cantan y danzan todavía en un mundo invadido por la desigualdad, las pocas gentes, Ava, que
quedan en la “morada terrenal imperfecta”.

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