Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
que los humanos parecen excepcionales en su capacidad para universales en el desarrollo de la conducta prosocial y luego
responder a una diversidad de necesidades (Svetlova y col., identificando los correlatos cognitivos sociales subyacentes.
2010; Dunfield et al., 2011; Dunfield y Kuhlmeier, 2013), muy Estas dos variedades de explicaciones no son mutuamente
temprano en el desarrollo (Zahn-Waxler y col., 1992; Warneken y excluyentes, y hay razones para pensar que tanto los factores
Tomasello, 2006). Aunque hemos logrado grandes avances en la disposicionales como los de desarrollo trabajan en conjunto para
documentación de la miríada de comportamientos prosociales que apoyar la producción de comportamiento prosocial (p. Ej.,Nichols
pueden producir los niños, todavía tenemos muchoconocer los y col., 2009). Específicamente, tienese ha sugerido que El
mecanismos que subyacen y apoyan estos actos fundamentales comportamiento prosocial se puede considerar tanto
(ver Radke-Yarrow y col., 1983 para un histórico, pero relevante,
perspectiva sobre temas similares).
Tiempo muchos han planteado la hipótesis de mecanismos
de apoyo como la socialización (Hastings y col., 2007), cognitivo
desarrollo (p. ej., toma de perspectiva, Hoffman, mil novecientos
ochenta y dos; Underwood y Moormi, mil novecientos ochenta y
dos), o diferencias individuales subyacentes (p. ej.,
personalidad prosocial, miIsenberg et al., 1999; genético
fundamentos, Knafo e Israel, 2009), estas afirmaciones han sido
difíciles de evaluar. Una tendencia histórica a emplear una
definición amplia de proso- cialcomportamiento y diseños
naturalistas u observacionales (Schroeder y col., 1995; Eisenberg y
col., 2006) ha dado lugar a una coherencia limitada en el registro
de la edad de aparición (p. ej., Zahn-Waxler y col., 1992),
trayectorias de desarrollo (p. ej., Radke-Yarrow y col., 1983),
correlatos de comportamiento (p. ej., Eisen-berg y Hand, 1979),
y diferencias individuales asociadas con la producción de actos
orientados hacia otros. De hecho, tratar todos los
comportamientos prosociales como "tipos" similares ha
resultado en mucha dificultad para desarrollar teorías
coherentes con respecto a los mecanismos de desarrollo
(verRadke-Yarrow y col., 1976; Eisen-berg y Hand, 1979; Zahn-
Waxler y col., 1992 para notable excepciones).
Parte de la dificultad explicativa puede resultar de una
tendencia a considerar el desarrollo prosocial desde una
diferencia individual o una perspectiva universal del desarrollo
(p. Ej., Nichols y col., 2009). Las explicaciones de las diferencias
individuales (disposicionales) intentan explicar la variabilidad en
la propensión a actuar prosocialmente examinando los factores
de diferencias individuales estables, como la regulación de las
emociones, la contienda o el control inhibitorio. Aunque hay
apoyo para esta perspectiva (p. Ej.,Eisenberg y col., 1999), el
patrón de relaciones ciones no es siempre consistente. Por
ejemplo, aunque la conducta prosocial espontánea en el
preescolar predice la conducta prosocial autoinformada y de
otros en la edad adulta temprana, la ayuda obediente y de bajo
costo no lo hizo. Es importante destacar que el mecanismo
subyacente a estas relaciones variables no siempre está claro.
Una posibilidad es que las limitaciones metodológicas asociadas
con la evaluación de la motivación en la infancia y la primera
infancia estén limitando nuestra capacidad para identificar las
relaciones relevantes (Thompson y Newton, 2013).
Alternativamente, es posible que la variabilidad refleje el hecho
de que la motivación prosocial es diversa (p. Ej.,Eisenberg y col.,
1991; Paulus, 2014).
Los relatos del desarrollo, por otro lado, normalmente
examinan cómo la adquisición de diversas habilidades
cognitivas universales, como la comprensión del estado mental,
afecta la producción de la conducta prosocial. Estos relatos
buscan explicar las similitudes entre individuos en el desarrollo
de conductas prosociales identificando primero los hitos
www.frontiersin.org Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |3
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
una categoría general, superior que contiene una variedad de (p. ej., Tomasello y col., 2005; Tomasello, 2009; Desembocadura,
respuestas distintas (es decir, una disposición prosocial), pero 2012).
también una construcción que gana aliento y complejidad con
el desarrollo (es decir, un desarrollo universal; Thompson y
Newton, 2013). Al adoptar una perspectiva universal del
desarrollo, el artículo actual busca aclarar la variedad de
formas en que los humanos actúan prosocialmente con la
esperanza de que al aclarar las diversas manifestaciones del
comportamiento prosocial y sus limitaciones únicas, podamos
obtener una mejor comprensión de la interacción entre los
universales del desarrollo. y diferencias individuales en la
producción de comportamiento prosocial.
De acuerdo con esta afirmación, estudios previos han una respuesta apropiada y, finalmente, la motivación para
encontrado que, como Las capacidades sociocognitivas de los intervenir. Con estas limitaciones en mente, es útil considerar los
niños maduran, al igual que su capacidad para trabajar con tipos de estados negativos que las personas pueden necesitar
(Brownell y Carriger, 1990; Brownell y col., 2006) y en nombre de reconocer y responder al relacionarse con otros. Considerados
otros (Wu y Su, 2014). Además, enmarcar las tareas cognitivas ampliamente, los humanos parecen experimentar tres
sociales como problemas prosociales parece facilitar el variedades
desempeño (Matsui y Miura, 2008; Buttelmann y col., 2009),
sugiriendo que los comportamientos prosociales están
integralmente entrelazados con el desarrollo de la cognición
social humana (ver también Brownell y col., 2013b para una
revisión). Dado que automático y penetrante El papel que juega
la comprensión del estado mental en una amplia variedad de
interacciones humanas, y el papel central que juegan los
comportamientos prosociales en el éxito social humano, es
plausible que la capacidad de representar los estados mentales
de los demás con precisión sea un requisito previo necesario
para el comportamiento prosocial temprano.
Una de las formas más fáciles y seguras de beneficiar a otro
implica intervenir cuando se enfrenta a una experiencia
negativa. Teniendo esto en cuenta, se puede pensar que los
comportamientos prosociales requieren tres componentes: (1)
la capacidad de tomar la perspectiva de otra persona y
reconocer que está teniendo un problema; (2) la capacidad de
determinar la causa de ese problema; y (3) la motivación para
ayudarlos a superar el problema. De hecho, el simple hecho de
reconocer que alguien está angustiado tiene poco valor si uno
no está dispuesto a hacer algo al respecto, ni la motivación es
útil si no sabe cómo intervenir. Juntos, la capacidad de navegar
con éxito cada uno de estos pasos es necesaria, pero no
suficiente por sí sola, para la producción de un comportamiento
prosocial eficaz;
Para ser claros, la afirmación no es que todos los
comportamientos prosociales estén siempre motivados por la
percepción directa del estado negativo de otra persona. En
cambio, la propuesta es que las primeras instancias de
conductas prosociales probablemente lo sean, y que al
considerar las limitaciones cognitivas sociales relacionadas con
el reconocimiento de un estado negativo y la identificación de
una intervención adecuada, podemos obtener una mejor
comprensión de cómo se desarrollan y cambian las conductas
prosociales. vida temprana. Los adultos están claramente
motivados por la angustia imaginada o implícita y se involucran
en un comportamiento prosocial incluso en ausencia de una
percepción directa de un problema. En algún momento del
desarrollo (potencialmente tan pronto como al comienzo del
segundo año, por ejemplo,Vaish y col., 2009; Knudsen y
Liszkowski, 2013; Warneken, 2013), los humanos pueden usar
estados negativos imaginados o inferidos como ímpetu
prosocial. Sin menospreciar los impresionantes desafíos del
desarrollo que subyacen a la internalización de la motivación
prosocial, existe un importante papel explicativo para la
comprensión. destacando cómo los niños muy pequeños llegan
a reconocer, interpretar y superar los estados negativos que
perciben directamente en los demás.
NECESIDAD INSTRUMENTAL
Representando el problema
Ayudar requiere la capacidad de representar con precisión
una necesidad instrumental. Representar una necesidad
instrumental requiere la capacidad de atribuir un objetivo
previsto a pesar de las observaciones incompletas.
Investigaciones anteriores sugieren que durante el primer año
de vidalos bebés pueden representar una acción simple
dirigida a un objetivo (Woodward, 1998; Csibra et al., 1999), y
dentro de poco después de eso ellos puede diferenciar los
actos intencionales de los no intencionales y recrear actos
previstos a pesar de las observaciones incompletas (Carpenter
y col., 1998; Behne et al., 2005). Para ejemplo, Entre 5 y A
los 9 meses, los bebés comienzan a interpretar las acciones de
los demás en términos de metas, no de mociones, mostrando
mayor interés en los actores que cambian el objetivo, en
oposición a la dirección, de su alcance (WoodwarD, 1998). A
los 8 meses, los bebés identifican e imitan preferentemente
los comportamientos previstos, incluso cuando se combinan
con comportamientos accidentales (Carpenter y col., 1998).
Finalmente, a los 9 meses, los bebéspreferir y mostrar más
paciencia hacia las personas que no comparten porque no
pueden (y siguen dejando caer el juguete fuera de su alcance)
en lugar de no querer (y siguen tirando del juguete fuera de su
alcance; Behne et al., 2005). Juntos, estos estudios demonio-
Estime que entre el final del primer año y el comienzo del
segundo año, los bebés son capaces de representar los
comportamientos de otros en términos de su estructura de
metas subyacente y, a pesar de observar acciones
incompletas, diferenciar los resultados deseados de los no
deseados.
Representando la solución
Además de poder representar la estructura de la meta que
subyace y organiza el comportamiento, la ayuda eficaz
Fronteras en psicología | Psicología del desarrollo Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |4
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
2014). A los 2 años, los bebés muestran una excitación del prosocial, la mayor parte del trabajo que habla de la
sistema nervioso simpático en respuesta a metas incompletas, comprensión de los niños sobre la desigualdad de recursos se ha
que se reduce después de presenciar que el individuo recibe examinado en relación con las conductas compartidas.
ayuda, independientemente de si la ayuda es iniciada por ellos A pesar de una larga historia de debate sobre si los niños
mismos o por otra persona (Hepach y col., 2012). Finalmente, menores de 5 años son sensibles a distribuciones desiguales de
cuandoLos bebés son testigos de un personaje que intenta pero
no logra completar una meta, prefieren el personaje que fue
útil (Hamlin et al., 2007) y esperar que otros compartan esta
preferencia (Kuhlmeier y col., 2003). Y aunque estos estudios no
tenían la intención específica de evaluar la comprensión de los
bebés sobre las intervenciones efectivas con objetivos, la única
forma deLos bebés podrían haber comprendido las diversas
interacciones representando una meta inicial (p. ej., subir la
colina), representando la intervención apropiada (p. ej.,
empujando hacia la cima) y entendiendo que los individuos se
inclinan positivamente hacia las metas completadas.
Finalmente, utilizando un paradigma de recreación
conductual, Meltzoff (1995) proporciona la evidencia más clara
de que a los 18 meses los bebés no solo representan las
acciones de otros como dirigidas a una meta y prefieren
individuos y situaciones asociadas con metas cumplidas, sino
que también pueden representar y reproducir metas que no
han visto cumplidas. Los niños vieron cómo un experimentador
intentó, pero no pudo completar una serie de acciones, como
desmontar una campana tonta o colgar un aro en un poste. A
continuación, se dio a los niños la oportunidad de producir ellos
mismos las acciones. De acuerdo con la capacidad de
representar la acción humana a través de la lente organizadora
de los objetivos, los bebés produjeron preferentemente el
resultado deseado por el actor (por ejemplo, separaron las
pesas y colgaron el aro) a pesar del hecho de que nunca habían
visto estos objetivos completados, simplemente implícitos.
Juntos, está claro de La literatura existente dice que antes
del segundo cumpleaños, los niños representan las acciones de
otros en términos de metas subyacentes, reconocen cuándo y
por qué las metas pueden fallar en completarse y están muy
motivados para ver las metas alcanzadas. Esta sugiere que
dentro de los primeros dos años de vida, los niños han
desarrollado las habilidades cognitivas sociales necesarias para
apoyar el reconocimiento de necesidad instrumental y producen
conductas de ayuda.
Representando la solución
Aliviar eficazmente el deseo material requiere la capacidad de
reconocer una distribución desigual de los recursos, la
motivación para ver restaurada la igualdad y la capacidad de
superar un deseo egocéntrico de monopolizar los recursos.
Aunque los niños pueden reconocer distribuciones desiguales
de recursos al menos a los 15 meses, no está claro que
reconocer la desigualdad sea, en sí mismo, suficiente para
explicar el comportamiento de compartir. De hecho, un punto
convincente planteado por los investigadores comparativos es
que incluso cuando los chimpancés (y otros primates no
humanos) pueden reconocer una oferta injusta, no están
necesariamente motivados para actuar para cambiar la
situación (por ejemplo,Brosnan, 2013). Además, incluso cuando
los niños actúan para cambiar situaciones, no siempre está claro
si sus comportamientos están dirigidosen el alivio de material
Fronteras en psicología | Psicología del desarrollo Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |6
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
Representando la solución
El simple hecho de reconocer las emociones negativas de otra
persona no es suficiente para apoyar un comportamiento
reconfortante maduro. Ser capaz de identificar la causa del
estado emocional de otra persona es de vital importancia para
comprender e intervenir en su nombre (p. Ej.,Saarni y col.,
Fronteras en psicología | Psicología del desarrollo Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |8
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
La comprensión de los niños de la naturaleza idiosincrásica la emoción juega un papel importante en la intervención
de las emociones surge en el segundo año de vida. Por ejemplo, temprana de la angustia.
aunque los niños de 14 meses generalizan en exceso sus Por lo tanto, aunque los bebés pueden reconocer la coherencia
preferencias personales, los de 18 meses reconocen que los en las emociones Expresiones dentro del primer año de vida, la
individuos pueden diferir en sus experiencias emocionales habilidad de representar, rastrear y responder apropiadamente
(Repacholi y Gopnik, 1997). Relat- edly, los niños tan pequeños a la naturaleza idiosincrásica específica de la persona de las
como 2, entienden que los factores situacionales in fl uence emociones toma mucho más tiempo en desarrollarse. De
tanto emociones como comportamientos (Wellman y Woolley, hecho, de acuerdo con el relato teórico inicial de Hoffman, la
1990). Luego, a los tres, los niños pueden hacer predicciones capacidad de representar la angustia emocional de otro por sí
precisas sobre los tipos de situaciones que conducen a la sola no es suficiente para interacciones reconfortantes
felicidad y entre los 4 y 5 comienzan a hacer predicciones efectivas. En cambio, es probable que surja un consuelo eficaz
precisas sobre situaciones que conducen a la ira, el miedo o la orientado a los demás en el transcurso del segundo al cuarto
sorpresa (Denham y Couchoud, 1990; Widen y Russell, 2003). año y se aproveche de una comprensión cada vez mayor de la
Finalmente, los niños no solo reconocen situaciones que naturaleza única, diversa y restringida situacionalmente de las
conducen a diversas emociones, sino también la adecuación experiencias emocionales de los demás.
contextual de las expresiones emocionales. Desde los 18
meses, los bebés tienen expectativas con respecto a las COMPORTAMIENTO PROSOCIAL COMO SUBTIPOS
posibles reacciones emocionales, participando en un DE AYUDAR, COMPARTIR Y CONFORTAR
comportamiento más de control y una atención menos En resumen, esta categorización (Figura 1) propone que dentro En
preocupada cuando presencian angustia injustificada en lugar el ámbito general de la conducta prosocial, hay tres variedades
de justificada (es decir, angustia después de positivo versus más específicas de conducta en las que se involucran los
angustia).negativo resultados respectivamente; Chiarella y individuos, a saber, ayudar, compartir y consolar. Además, cada
Poulin-DuBois, 2013). Además, a los 3 años de edad, los niños una de estas tres variedades de comportamiento es provocada
mostrarán preocupación, ofrecerán ayuda e incluso controlarán por un estado negativo único: necesidad instrumental, deseo
a una persona que haya mostrado una angustia justi fi cable, material y angustia emocional, respectivamente. Debido a que
mientras que en gran medida ignoraránun individuo cuya la producción exitosa de una intervención prosocial eficaz
angustia es injustificada (Hepach y col., 2013). Parece como si la depende en gran medida de la capacidad de reconocer la
idoneidad de la presencia de un estado negativo y determinar la causa del
estado negativo,
FIGURA 1 | Categorización de la conducta prosocial basada en las variedades de estados negativos que el niño debe identificar y superar.Una
intervención eficaz solo ocurrirá cuando los tres componentes se puedan resolver con éxito. Las diferentes variedades de comportamiento prosocial muestran
trayectorias de desarrollo independientes debido a las demandas cognitivas sociales únicas.
esta categorización nos permite hacer una serie de inapropiada en ausencia de una señal de angustia; en cambio,
predicciones: simplemente no demostraron ningún comportamiento prosocial.
(1) prosocial El comportamiento debería ser más probable De acuerdo con un papel importante para representar
que ocurra cuando un el estado negativo está presente que estados negativos en la producción de comportamiento
cuando está ausente. (2) Las diferentes variedades de prosocial, es más probable que los niños pequeños actúen
comportamiento prosocial deberían surgir a diferentes edades prosocialmente cuando la intervención apropiada se hace obvia,
y desarrollarse a lo largo de diferentes trayectorias basadas en o el estado negativo específico y la intervención apropiada se
las limitaciones socio-cognitivas subyacentes. (3) Finalmente, hacen explícitos (p. Ej., Brownell y col., 2009, 2013a; Svetlova y col.,
los factores diferenciales individuales deberían afectar las 2010; Dunfield y Kuhlmeier, 2013). Por ejemplo,Svetlova y col.
diversas formas de comportamiento prosocial de manera (2010) dio a los niños de 18 y 30 meses la oportunidad de responder
diferente dependiendo de cómo influyan en las restricciones a múltiples "solicitudes" prosociales en las que los niños podrían
subyacentes. En las siguientes secciones, presentaré aliviar la angustia del experimentador ofreciéndole varios
brevemente una selección de investigaciones relevantes que
hablan de estas predicciones y respaldan la utilidad de esta
categorización.
distintas trayectorias de desarrollo debido al hecho de que de responder a cuatro instancias de necesidad instrumental,
dependen de diferentes atribuciones del estado mental, que se deseo material insatisfecho y angustia emocional. Debido a que
desarrollan a lo largo de diferentes trayectorias. Aunque los niños tuvieron la oportunidad de responder a múltiples
investigaciones anteriores han sugerido que el comportamiento instancias de múltiples variedades de cada uno de los tres
proso- cial surge entre el primer y segundo cumpleaños e estados negativos, fue posible examinar las correlaciones tanto
incrdisminuye en frecuencia y complejidad a medida que el niño dentro como entre las tareas. De acuerdo con la utilidad
envejece (p. ej., Hoffman, mil novecientos ochenta y dos; Zahn- propuesta de la presente categorización, los participantes
Waxler y col., 1992; Decir ahy, 1994; Eisenberg y col., 2006), no respondieron de manera confiable a un estado negativo
está claro que esta afirmación se aplique igualmente a todas las particular, mientras que las respuestas en los estados negativos
variedades de respuestas prosociales. permanecieron sin correlación.Thompson y Newton (2013),
En cuanto a la literatura existente revisada anteriormente,
los niños deberían poder responder a la necesidad instrumental
antes del deseo material insatisfecho y la angustia emocional,
los cuales mostrarán más variabilidad y dependencia del
contexto debido a los apoyos cognitivos sociales emergentes
posteriores. De acuerdo con esta predicción, la ayuda parece
ser una de las formas emergentes más tempranas de conducta
prosocial, que comienza poco después del primer cumpleaños
del niño (Warneken y Tomasello, 2007) y mostrando un rápido
desarrollo durante la primera mitad del segundo año (Warneken
y Tomasello, 2006). El intercambio parece surgir más tarde, en el
segundo año, aumentandoing en frecuencia y espontaneidad
entre los 18 y 24 meses (Brownell y col., 2013a), Apoyado por a
claro articulación de deseoBrownell y col., 2009, 2013a), y una
reducción de las demandas inhibitorias (p. ej., Olson y Spelke,
2008; Smith y col., 2013). Por fin,Como era de esperar, la
capacidad de los niños para aliviar la angustia emocional de
otro con un comportamiento reconfortante orientado hacia los
demás surge en último lugar (Dunfield y Kuhlmeier, 2013) y va
precedido de una atención preocupada (Spinrad y Stifter,
2006), y facilitado aclarando la intervención adecuada (Svetlova
y col., 2010).
Vemos el mismo patrón de producción cuando los tres
estados negativos se presentan dentro del sujeto, lo que
sugiere que esto no es un artefacto metodológico, sino una
característica de los primeros comportamientos orientados al
otro (Dunfield y col., 2011; Dunfield y Kuhlmeier, 2013). Además,
las tareas que utilizan subconjuntos de comportamiento
prosocial convergen, mostrando que, en relación con la ayuda,
el consuelo surge más tarde (Radke-Yarrow y col., 1976) y
compartir parecen menos frecuentes (Radke-Yarrow y col., 1976;
Grusec, 1991; Eisenberg, 2005).
Juntos, lo existente La literatura apoya la afirmación de que
los comportamientos prosociales tempranos muestran
patrones únicos de emergencia como una función del estado
negativo específico que abordan. Además, estos estudios son
consistentes con la posición de que la capacidad de
comprender los estados mentales negativos de los demás
influye en la edad en la que los niños pueden intervenir
prosocialmente en nombre de los demás. De hecho, es más
probable que los niños ayuden a otros cuando el estado
negativo se aclara y la intervención adecuada es simple, lo que
sugiere un papel facilitador importante para la comprensión del
estado mental en el desarrollo de las respuestas prosociales de
los niños.
Una predicción estrechamente relacionada es que la
producción de diversas formas de comportamiento orientado al
otro no debe necesariamente correlacionarse. Dunfield y
Kuhlmeier (2013) dio a los niños de 2, 3 y 4 años la oportunidad
www.frontiersin.org Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |13
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
encontrar resultados conductuales consistentes y, de manera ayudar y compartir (Liebal y col., 2008), es poco probable que
similar, sugerir que las diferencias en la producción de respondan a las observaciones de angustia (p. ej., Sigman y col.,
variedades de comportamiento prosocial pueden estar 1992; Travis y col., 2001; Hobson y col., 2009). Cuando se le da la
relacionadas con las restricciones sociocognitivas subyacentes oportunidadsintonía para responder a las tres variedades de
únicas. Finalmente, en apoyo de estas interpretaciones, comportamiento prosocial en un
parece que ayudar y consolar están asociados con correlatos
neurales distintos y disociables (no se examinó el
compartir;Paulus y col., 2013).
En conjunto, existe un apoyo creciente para la propuesta
de que ayudar, compartir y consolar reflejan variedades
únicas de comportamientos prosociales con distintas edades
de inicio (Dunfield y col., 2011), único trayectorias de desarrollo
no correlacionadas (Dunfield y Kuhlmeier, 2013; sin embargo,
miraThompson y Newton, 2013 para una explicación
alternativa), y distintos soportes neurofisiológicos
subyacentes (Paulus y col., 2013). Cada uno de estos
hallazgosson consistentes con la utilidad de dividir el dominio
general de la conducta prosocial en tres variedades más
específicas basadas en el estado mental único al que
responden.
VARIABILIDAD EN DESARROLLO
La tercera predicción es que las diferencias individuales no
serán necesarias in fl uyen esencialmente en cada variedad de
comportamiento prosocial por igual. Se ha encontrado que
varios factores de diferencia individual afectan la producción
de la conducta prosocial en su conjunto (para revisiones
integrales, verEisenberg et al., 2006, en prensa). Sin embargo,
debido a que estos estudios no pretendían examinar si las
diferenciasDiferentes comportamientos prosociales son
afectados diferencialmente por los factores de diferencia
individuales, no es posible determinar si estos factores tienen
una influencia similar en todas las variedades propuestas de
comportamientos prosociales o si, en cambio, ejercen sus
influencias de manera selectiva. Si la categorización propuesta
basada en la atribución de estado negativo va a ser útil para
organizar el examen de la conducta prosocial, entonces
debería ayudar a predecir y explicar las diferencias en la
producción de la conducta prosocial entre los individuos.
Específicamente, un factor de diferencia individual sólo
debería afectar la producción de un comportamiento prosocial
particular si influye en la capacidad de representar, o en la
motivación para resolver, un estado negativo particular. En
esta sección demostraré cómo las variaciones en la cognición
social, el procesamiento de las emociones, la socialización,
revisado paradigma experimental (consulte la sección "Métodos" Si bien el enfoque de este artículo ha sido en gran medida la
en Dunfield y col., 2011), los niños con TEA respondieron al deseo importancia de considerar los mecanismos cognitivos sociales
material y angustia emocional, pero sorprendentemente, no universales de las especies subyacentes que diferencian las
necesidad instrumental (Dunfield y col., 2012). Aunque estos variedades de comportamientos prosociales, la socialización
niños eran mucho mayores (la edad media era de 46 meses) juega un papel integral en el surgimiento y producción del
queDunfield et al.s (2011) sam- Por ejemplo, el patrón general de comportamiento prosocial (p. Ej., Rheingold, mil novecientos
resultados fue opuesto, con reconfortar y compartir antes que ochenta y dos; Decir ahy, 1994). Se ha descubierto que los estilos de
ayuda, lo que sugiere que el conjunto único de habilidades y cuidado, juego y disciplina influyen en la tendencia de los niños a
deficiencias sociocognitivas que caracterizan a los TEA responder de manera sensible y apropiada a las
efectivamente afectan de manera diferente a las tres
variedades de comportamiento prosocial. Sin embargo,
actualmente no es posible determinar si estos efectos son una
función de la dificultad que representa el estado negativo
mostrado, o una motivación limitada para interactuar, se
requerirán investigaciones futuras para determinar en qué
etapa del proceso prosocial los niños con autismo están
experimentando dificultades.
Socialización
www.frontiersin.org Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |15
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
observación de la angustia de otra persona (para una revisión Aunque está bien establecido que los humanos se involucran
completa de la socialización de comportamiento prosocial, ver universalmente en comportamientos prosociales (p. Ej., Henrich
Hastings y col., 2007; Eisenberg et al., en prensa). et al., 2005), allí aparece ser variabilidad específica de la cultura
Particularmente relevante para la propuesta actual es la idea de en las trayectorias de desarrollo (Rochat et Alabama., 2009;
que hay al menos tres vías a través de las cualesización puede Callaghan y col., 2011), frecuencia (Tumbas y tumbas, 1983;
influir en la producción de comportamiento prosocial (p. ej., Williams, 1991), y las influencias cognitivas sociales (Kärtner y col.,
Brownell y col., 2013c). Específicamente, la socialización podría 2010) variedades subyacentes de prosocial comportamiento
afectar laproducción de comportamiento prosocial (para obtener revisiones más completas, consulte Drummond y
aumentando la motivación (p. ej., Dunn, 2008), apoyando las col., en prensa;
habilidades de autorregulación (p. ej., Eisenberg, 2000;
Spinrad y Stifter, 2006), o apoyando el desarrollo de
habilidades cognitivas sociales subyacentes (p. ej., Denham y
col., 1994; Ensor y col., 2011).
Si bien está claro que la socialización es fundamentalmente
importante para apoyar la producción de un comportamiento
prosocial, no está claro que todos los tipos de socialización
sean igualmente efectivos para alentar todas las variedades
de comportamiento prosocial. Por ejemplo, un estudio
reciente (Pettygrove et al., 2013) investigó la relación entre
socialización de los padres y comportamiento prosocial al
darles a los niños de 18 y 30 meses la oportunidad de ayudar,
compartir y consolar en respuesta a señales cada vez más
explícitas sobre el estado negativo del experimentador.
Además, las técnicas de socialización de los padres se
codificaron mientras el padre y el niño interactuaban en una
tarea diferente pero relacionada. Los investigadores
replicaron hallazgos previos con respecto a la producción
única y no correlacionada de comportamiento prosocial en el
desarrollo temprano. Además, demuestran que las variedades
de conductas prosociales se vieron afectadas de manera
diferente por las variedades de técnicas de socialización, y
encontraron que las técnicas de socialización más efectivas
eran las que se enfocaban en las necesidades particulares de
desarrollo del niño.
Sin embargo, la socialización las influencias no siempre
muestran relaciones distintas con variedades de
comportamientos prosociales. Por ejemplo, los padres que
con frecuencia provocaban conversaciones emocionales de
sus hijos tendían a tener hijos que ayudaban y compartían
más rápidamente y con más frecuencia que los niños que
participaban en conversaciones menos emocionales (Brownell
y col., 2013c). En cuanto a los tres componentes que se proponen
para apoyar el comportamiento prosocial eficaz, es posible que
los factores que influyen en la capacidad de representar el estado
negativo subyacente y la solución requieran diferentes influencias
socializadoras (p. Ej.,Pettygrove et al., 2013) que factores
conmovedor motivación para actuar en nombre de otros (p. ej.,
Brownell y col., 2013c). Específicamente, aunque la socialización
indudablemente juega un papel importante en apoyar cuándo y
cómo los niños actúan en nombre de otros, considerando las
limitaciones únicas que subyacen a las variedades de
prosocialidad.El comportamiento puede conducir a una
comprensión más matizada de la variedad de formas en que la
socialización ejerce su influencia. Esta categorización de la
conducta prosocial, basada en las limitaciones sociocognitivas
únicas y disociables que subyacen a los actos orientados a
otros, podría ayudar a comprender mejor cuándo, cómo y por
qué las variedades de prosocial se ven influidas de manera
diferencial por la socialización.
Cultura
Fronteras en psicología | Psicología del desarrollo Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |16
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
Hammond y col., en prensa). Específicamente, las culturas variabilidad cultural en la forma y el desarrollo de los actos
parecen variar en los tipos de comportamientos prosociales que orientados hacia otros. La cultura puede ejercer su influencia en
valoran, las creencias sobre quién merece un comportamiento el desarrollo de la conducta prosocial al enfatizar selectivamente
prosocial y la manera en que las habilidades sociocognitivas valores particulares y luego brindar oportunidades diferenciales
apoyan la producción de un comportamiento prosocial (p. ej., de socialización (p. Ej.,Keller, 2007). Además, dependesiguiendo En
de Guzman et al., 2008; Knafo y col., 2009). el contexto cultural del desarrollo, es posible que el mismo
Hay relativamente poca investigación intercultural resultado del desarrollo (es decir, un comportamiento eficaz
sistemática que examine la producción de múltiples variedades orientado hacia los demás) pueda surgir a lo largo de diferentes
de comportamiento prosocial, particularmente en la primera vías. Con ese fin, investigue
infancia, pero los estudios que existen sugieren que algunos
componentes del desarrollo prosocial se comparten entre
culturas, mientras que otros varían. Por ejemplo, aunque las
madres de Perú, India y China informan que sus bebés
comienzan a ayudar entre los 14 y los 17 meses,identificó
diferentes tipos de comportamiento de ayuda (Callaghan y col.,
2011). Específicamente, peruano y indio niños tendido para
ayudar solo con las tareas del hogar, mientras que los niños
canadienses también participaron en conductas de autoayuda,
como vestirse y guardar juguetes. Las madres también
informaron diferentes motivaciones subyacentes a la ayuda;
Las madres peruanas vieron la ayuda como un comportamiento
natural, las madres indias lo vieron como un reflejo de la
comprensión de la necesidad de sus hijos, mientras que las
madres canadienses lo vieron como una función del
aprendizaje social. Sin embargo, a pesar de estos autoinformes
diferenciales, a los 18 meses los niños de las tres culturas
identificaron la necesidad instrumental y ayudaron
preferentemente cuando hubo necesidad.
Cuando se examina el comportamiento de compartir en una
serie de diversos contextos culturales (es decir, entornos
urbanos ricos y pobres, comunidades rurales y tradicionales de
pequeña escala; Rochat y col., 2009), la tendencia general de los
niños de 3 años a participar en actividades relativamente
egoístas se replica un comportamiento que se vuelve cada vez
más orientado hacia los demás. Además, los resultados
apuntaban a una asociación universal entre el desarrollo de la
cognición social y un comportamiento cada vez más generoso.
Sin embargo, a pesar de la considerable similitud, existen
importantes diferencias en el nivel de interés propio con el que
comenzaron los niños más pequeños y la magnitud de las
diferencias de desarrollo entre las diversas culturas evaluadas.
Finalmente, cuando se les dio la oportunidad de responder a
la angustia emocional de un experimentador, los niños de 19
meses en Berlín y Delhi fueron igualmente propensos a
reconocer y responder al estado emocional negativo de un
experimentador (Kärtner y col., 2010). AunqueRespondiendo de
manera similar a las señales de angustia, las dos culturas
diferían en los objetivos de socialización que enfatizaban y el
papel del desarrollo cognitivo social en la producción de un
comportamiento pseudoconfortante. Específicamente, las
madres de Delhi tendieron a enfatizar más objetivos de
socialización relacional que las madres de Berlín, mientras que
el autorreconocimiento reflejado predijo angustia y
comportamiento reconfortante en Berlín, pero no en Delhi.
Juntos, estos resultados sugieren que puede haber una serie de
rutas de desarrollo distintas que conducen a resultados de
comportamiento similares.
Aunque la tendencia a producir comportamientos
prosociales es un universal humano, existe una considerable
www.frontiersin.org Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |17
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
que examina específicamente las variedades de comportamiento
prosocial y su asociado social-cognitivo Los apoyos estarán en
una mejor posición para comprender el desarrollo matizado
de estos comportamientos sociales fundamentales.
En conjunto, las líneas revisadas Las investigaciones sugieren
que los factores diferenciales individuales no ejercen
necesariamente la misma influencia en todas las variedades de
comportamiento prosocial. Específicamente, es importante
considerar el ajuste entre los efectos socio-cognitivos o
motivacionales de una variable de diferencia individual particular
y las demandas de unavariedad particular de comportamiento
prosocial al predecir cómo interactuarán los dos. Si bien es
emocionante y sugerente, esta línea de investigación está
todavía en su infancia. Una dirección importante para la
investigación futura implicará un examen más sistemático de
cómo las diversas diferencias individuales afectan las
representaciones y motivaciones subyacentes a las tres
variedades de estados negativos y la medida en que estas
diferencias afectan los tipos y frecuencias de los
comportamientos prosociales que producen los niños.
RESUMEN
El objetivo de este documento era abordar algunos de
losinconsistencias en nuestra comprensión de la aparición y el
desarrollo tempranos de la conducta prosocial al considerar
las limitaciones sociocognitivas que subyacen a la capacidad
de actuar en nombre de los demás. Esta categorización socio-
cognitiva de la conducta prosocial propone que, dentro del
dominio general de la conducta prosocial, las acciones
orientadas a otros pueden clasificarse en tres tipos distintos, a
saber: ayudar, compartir y consolar. Cada una de estas
variedades de comportamiento prosocial se basa en el
reconocimiento y la respuesta a un estado negativo distinto, a
saber: necesidad instrumental, deseo material insatisfecho y
angustia emocional, respectivamente. Al distinguir entre estos
tres estados negativos, estamos en una mejor posición para
identificar las distintas habilidades cognitivas sociales que
apoyan cada tipo de comportamiento prosocial. En tono
rimbombante,
EXPRESIONES DE GRATITUD
Gracias a Valerie Kuhlmeier, Krista Byers-Heinlein y a ambos
revisores por sus comentarios constructivos y sus valiosos
comentarios sobre una versión anterior de este manuscrito.
Este trabajo fue apoyado por una Beca de Desarrollo Insight
del Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y
Humanidades de Canadá y el Fondo de Autor de Acceso
Abierto de Concordia.
REFERENCIAS
Anderson, C. y Kilduff, GJ (2009). La búsqueda de estatus en grupos sociales.
Curr. Dir. Psychol. Sci. 18, 295-298. doi: 10.1111 / j.1467-8721.2009.01655.x
Baumard, N., André, JB y Sperber, D. (2013). Un enfoque mutualista de la
moralidad: la evolución de la justicia mediante la elección de la pareja.
Behav. Brain Sci. 36, 59–78. doi: 10.1017 / S0140525X11002202
Behne, T., Carpenter, M., Call, J. y Tomasello, M. (2005). No querer versus
incapaz: la comprensión de los bebés de la acción intencional. Dev. Psychol.
41, 328–337. doi: 10.1037 / 0012-1649.41.2.328
Blake, PR y McAuliffe, K. (2011). “Tenía tanto que no parecía justo”: los niños
de ocho años rechazan dos formas de inequidad. Cognition 120, 215-224.
doi: 10.1016 / j.cognition.2011.04.006
Frith, CD (2012). El papel de la metacognición en las interacciones sociales infancia ”, en Navegando por el mundo social: qué bebés, niños y otras especies
humanas. Philos. Trans. R. Soc. Lond. B Biol. Sci. 367, 2213–2223. doi: 10.1098 Enséñanos, eds MR Banaji y SG German (Nueva York: Oxford University Press),
/ rstb. 2012.0123 44–48. doi: 10.1093 / acprof: oso / 9780199890712.003.0009
Geraci, A. y Surian, L. (2011). Las raíces evolutivas de la equidad: las reacciones Kärtner, J., Keller, H. y Chaudhary, N. (2010). Cognitivoy las influencias sociales
del bebé a distribuciones iguales y desiguales de recursos. Dev. Sci. 14, 1012– sobre el comportamiento prosocial temprano en dos contextos
1020. doi: 10.1111 / j.1467-7687.2011.01048.x socioculturales. Dev. Psychol. 46: 905. doi: 10.1037 / a0019718
Graves, NB y Graves, TD (1983). “El contexto cultural del desarrollo prosocial: un Keller, H. (2007). Culturas de la infancia. Mahwah, Nueva Jersey: Psychology Press.
modelo ecológico”, en The Nature of Prosocial Development, ed. DL Knafo, A. e Israel, S. (2009). “Influencias genéticas y ambientales en
Bridgeman (Nueva York: Academic Press), 243-264. lacomportamiento ", en Motivos, emociones y comportamiento prosociales: los
Greene, J. (2013). Tribus morales: emoción, razón y la brecha entre nosotros y mejores ángeles de nuestra naturaleza, eds M. Mikulincer y PR Shaver
ellos.Nueva York, NY: Penguin Press. (Washington, DC: Publicaciones de la Asociación Americana de Psicología
Grossmann, T. (2010). El desarrollo de la percepción de las emociones en el (APA)), 149-167.
rostro y la voz durante la infancia. Restor. Neurol. Neurosci. 28, 219-236. doi: Knafo, A., Schwartz, SH y Levine, RV (2009). Ayudando a extraños en culturas
10.3233 / RNN-2010-0499. más bajas en incrustaciones. J. Cross Cult. Psychol. 40, 875–879. doi: 10.1177 /
Grusec, J. (1991). Socializar la preocupación por los demás en el hogar. Dev. 0022022109339211
Psychol. 27, 338–342. doi: 10.1037 / 0012-1649.27.2.338 Knudsen, B. y Liszkowski, U. (2013). Los niños de un año advierten a los demás
Hamilton, WD (1964). La evolución genética del comportamiento social. En t. J. sobre los resultados de las acciones negativas. J. Cogn. Dev. 14, 424–436. doi:
Theor. Biol. 7, 1-16. doi: 10.1016 / 0022-5193 (64) 90038-4 10.1080 / 15248372.2012. 689387
Hamlin, JK, Wynn, K. y Bloom, P. (2007). Evaluación social por preverbalinfantes. Kuhlmeier, V., Wynn, K. y Bloom, P. (2003). Atribución de estados disposicionales
Naturaleza 450, 557–559. doi: 10.1038 / nature06288 por niños de 12 meses. Psychol. Sci. 14, 402–408. doi: 10.1111 / 1467-
Hammond, SI, Waugh, W., Satlof-Bedrick, E. y Brownell, CA (en prensa). 9280.01454
Comportamiento prosocial durante la infancia y variaciones culturales, 77 Lane, IM y Coon, RC (1972). Asignación de recompensas en niños en edad
enciclopedia internacional de ciencias sociales del comportamiento, 2ª ed., preescolar. Child Dev. 43, 1382-1389. doi: 10.2307 / 1127523
Elsvier. Liebal, K., Colombi, C., Rogers, S., Warneken, F. y Tomasello, M. (2008). Ayuda y
Hastings, PD, Utendale, WT y Sullivan, C. (2007). “La socialización del desarrollo cooperación en niños con autismo. J. Autism Dev. Desorden. 38, 224-238. doi:
prosocial”, en Handbook of Socialization: Theory and Research, eds JE Grusec 10.1007 / s10803-007-0381-5
y PD Hastings (Nueva York: Publicaciones de Guilford), 638–664. LoBue, V., Nishida, T., Chiong, C., DeLoache, JS y Haidt, J. (2011). Cuando
Hay, D. (1979). Interacciones cooperativas y compartir entreniños muy pequeños conseguir algo bueno es malo: incluso los niños de tres años reaccionan a la
y sus padres. Dev. Psychol. 6, 647–658. doi: 10.1037 / 0012-1649.15.6.647 desigualdad. Soc. Dev. 20, 154-170. doi: 10.1111 / j.1467-9507.2009.00560.x
Hay, DF (1994). Desarrollo prosocial. J. Child Psychol. Psiquiatría 35, 29–71. Martin, A. y Olson, KR (2013). Cuando los niños saben mejor: ayuda paternalista
doi:10.1111 / j.1469-7610.1994.tb01132.x en niños de 3 años. Dev. Psychol. 49: 2071. doi: 10.1037 / a0031715
Hay, DF (2006). Tuyo y mío: charla de niños pequeños sobre posesiones con Matsui, T. y Miura, Y. (2008). El motivo prosocial promueve la comprensión
compañeros conocidos. Brit. J. Dev. Psychol. 24, 39–52. doi: 10.1348 / temprana defalsa creencia. Nat. Prec. Disponible en:http: //hdl.handle-
026151005X68880 net/10101/npre.2008.1695.1 Meltzoff, AN (1995). Comprender las intenciones de
Hay, DF y Cook, KV (2007). “La transformación del comportamiento prosocial los demás: recreación de los actos intencionados por parte de niños de 18 meses.
desde la infancia a la niñez”, en Desarrollo socioemocional en los años del Dev. Psychol. 31, 838–850. doi:
niño pequeño: Transiciones y Transformaciones, eds CE Brownell y CB Kopp 10.1037 / 0012-1649.31.5.838
(Nueva York: Guilford Press), 100-131. Mikulincer, M., Gillath, O., Halevy, V., Avihou, N., Avidan, S. y Eshkoli, N. (2001).
Hay, DF y Murray, P. (1982). Dar y pedir: facilitación social de ofertas infantiles a Teoría del apego y reacciones a las necesidades de los demás: evidencia de
adultos. Infant Behav. Dev. 5, 301–310. doi: 10.1016 / S0163- 6383 (82) que la activación del sentido de seguridad del apego promueve respuestas
80039-8 empáticas. J. Pers. Soc. Psychol. 81: 1205. doi: 10.1037 / 0022-3514.81.6.1205
Henrich,J., Boyd, R., Bowles, S., Gintis, H., Fehr, E., Camerer, C. y col. (2005). Mikulincer, M. y Shaver, PR (2005). Seguridad de apego, compasión y altruismo.
'Hombre económico' en perspectiva transcultural: etnografía y experimentos Curr. Dir. Psychol. Sci. 14, 34–38. doi: 10.1111 / j.0963-7214.2005. 00330.x
de 15 sociedades de pequeña escala. Behav. Brain Sci. 28, 795–855. doi: Mikulincer, M., Shaver, PR, Gillath, O. y Nitzberg, RA (2005). Apego, cuidado y
10.1017 / S0140525X05000142 altruismo: impulsar la seguridad del apego aumenta la compasión y la ayuda.
Hepach, R., Vaish, A. y Tomasello, M. (2012). Los niños pequeños están J. Pers. Soc. Psychol. 89: 817. doi: 10.1037 / 0022-3514.89.5.817
intrínsecamente motivados para ver ayudados a otros. Psychol. Sci. 23, 967– Moore, C. (2009). La equidad en la asignación de recursos para los niños depende del
972. doi: 10.1177 / 0956797612440571 destinatario.
Hepach, R., Vaish, A. y Tomasello, M. (2013). Los niños pequeños se compadecen Psychol. Sci. 20, 944–948. doi: 10.1111 / j.1467-9280.2009.02378.x
menos en respuesta a una angustia emocional injustificada. Dev. Psychol. 49: Newton, EK, Goodman, M. y Thompson, RA (2014). ¿Por qué algunos niños
1132. doi: 10.1037 / a0029501 pequeños ayudan a un extraño? Orígenes de las diferencias individuales en el
Hobson, J., Harris, R., García-Pérez, R. y Hobson, R. (2009). Preocupación comportamiento prosocial. Infancia 19, 214-226. doi: 10.1111 / infa.12043
anticipatoria: un estudio sobre el autismo. Dev. Sci. 12, 249-263. doi: 10.1111 Nichols, SR, Svetlova, M. y Brownell, CA (2009). El papel de la comprensión social
/ j.1467- 7687.2008.00762.x y la disposición empática en la capacidad de respuesta de los niños pequeños
Hoffman, ML (1982). "Desarrollo de la motivación prosocial: empatía y culpa"en El a la angustia de los padres y compañeros. Cogn. Brain Behav. 13: 449.
desarrollo de la conducta prosocial, ed. N. Eisenberg (Nueva York, NY: Olson, KR y Spelke, ES (2008). Fundamentos de la cooperaciónen niños pequeños.
Academic Press), 281–313. Cognición 108, 222–231. doi: 10.1016 / j. 2007.12.003 Paulus, M. (2014). El
Hoffman, ML (2000). Empatía y desarrollo moral. Nueva York, NY: surgimiento del comportamiento prosocial: ¿por qué los bebés y los niños pequeños
CambridgePrensa Universitaria. doi: 10.1017 / CBO9780511805851 ayudar, consolar y compartir? Child Dev. Perspect. 8, 77–81. doi: 10.1111 /
Johnson, SC, Dweck, C. y Chen, FS (2007). Evidencia del modelo de apego de cdep.12066Paulus, M., Kühn-Popp, N., Licata, M., Sodian, B. y Meinhardt, J.
trabajo interno del bebé. Psychol. Sci. 18, 501–502. doi: 10.1111 / j.1467- (2013). Correlaciones neuronales de la conducta prosocial en la infancia:
9280.2007.01929.x diferentes mecanismos neurofisiológicos apoyan la aparición de ayuda y
Johnson, SC, Dweck, C., Chen, FS, Ok, SJ, Stern, HL y Barth, ME (2010). En la consuelo. Neuroimagen
intersección del desarrollo social y cognitivo: modelos de trabajo interno de 66,522–530. doi: 10.1016 / j.neuroimage.2012.10.041
apego en la infancia, Cogn. Sci. 34, 807–825. doi: 10.1111 / j.1551- Pettygrove, DM, Hammond, SI, Karahuta, EL, Waugh, WE y Brownell, CA (2013).
6709.2010.01112.x Desde la limpieza hasta la ayuda: socialización de los padres y
Johnson, SC, Dweck, CS y Dunfield, KA (2013). “Cómo los universales y las comportamiento prosocial temprano de los niños. Infant Behav. Dev. 36, 843–
diferencias individuales pueden informarse entre sí: el caso de las 846. doi: 10.1016 / j.infbeh.2013.09.005
expectativas sociales en Pinker, S. (2011). Los mejores ángeles de nuestra naturaleza: el declive de la violencia
en la historiay sus causas. Penguin: Reino Unido.
Preston, SD y De Waal, F. (2002). Empatía: sus bases últimas y próximas.
Behav. Brain Sci.25, 1–20.
www.frontiersin.org Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |21
Dunfield Variedades de
comportamiento prosocial.
Radke-Yarrow, M., Zahn-Waxler, C., Barrett, D., Darby, J., King, R., Pickett, M. y Travis, L., Sigman, M. y Ruskin, E. (2001). Vínculos entre la comprensión social y
col. (1976). Dimensiones y correlaciones de la conducta prosocial en niños el comportamiento social en niños con autismo con capacidad verbal. J.
pequeños. Child Dev. 47, 118-125. doi: 10.2307 / 1128290 Autism Dev. Desorden. 31, 119–130. doi: 10.1023 / A: 1010705912731
Radke-Yarrow, M., Zahn-Waxler, C. y Chapman, M. (1983). "Para Trivers, RL (1971). La evolución del altruismo recíproco. Q. Rev. Biol. 46, 35–57.
niñosdisposiciones y comportamiento prosociales ”, en Handbook of Child doi: 10.1086 / 406755
Psychology, vol. 4, Socialización, personalidad y desarrollo social, 4ª ed., Underwood, B. y Moore, B. (1982). Toma de perspectiva y altruismo. Psychol.
Editores P. Mussen y EM Hetherington (Nueva York, NY: Wiley), 469–545. Toro. 91, 143-173. doi: 10.1037 / 0033-2909.91.1.143
Repacholi, BM y Gopnik, A. (1997). Razonamiento temprano sobre los deseos: Vaish, A., Carpenter, M. y Tomasello, M. (2009). Simpatía a través de la toma de
evidencia de niños de 14 y 18 meses. Dev. Psychol. 33, 12-21. doi: 10.1037 / perspectiva afectiva y su relación con el comportamiento prosocial en niños
0012-1649.33.1.12 pequeños. Dev. Psychol. 45, 534–543. doi: 10.1037 / a0014322
Rheingold, HL (1982). La participación de los niños pequeños en el trabajo de los Walker-Andrews, AS y Dickson, LR (1997). "Comprensión infantil del afecto" en El
adultos, un comportamiento prosocial incipiente. Child Dev. 53, 114-125. doi: desarrollo de la cognición social, ed. S. Hala (Hove: Psychology Press), 161-
10.2307 / 1129643 186.
Rheingold, HL, Hay, DF y West, M. (1976). Intercambioen el segundo año de vida. Warneken, F. (2013). Los niños pequeños solucionan de forma proactiva los
Child Dev. 47, 1148-1159. doi: 10.2307 / 1128454 accidentes que pasan desapercibidos.
Rochat, P., Dias, MD, Liping, G., Broesch, T., Passos-Ferreira, C., Winning, A., et Cognición 126, 101–108. doi: 10.1016 / j.cognition.2012.09.011 Warneken, F. y
al. (2009). Equidad en la justicia distributiva para niños de 3 y 5 años en siete Melis, A. (2012). "La ontogenia y la filogenia de la cooperación"
culturas. J. Cross Cult. Psychol. 40, 416–442. doi: 10.1177 / 0022022 en The Oxford Handbook of Comparative Evolutionary Psychology, eds J. Vonk y
109332844 TK Shackelford (Oxford: Oxford University Press), 399–418.
Saarni, C., Campos, JJ, Camras, LA y Witherington, D. (2006). "Desarrollo Warneken, F. y Tomasello, M. (2006). Ayuda altruista en bebés humanos y
emocional: acción, comunicación y comprensión", en Handbook of Child jóvenes chimpancés. Science 311, 1301–1303. doi: 10.1126 / science.1121448
Psychology, 5th Edn, vol. 3, Desarrollo social, emocional y de la personalidad, Warneken, F. y Tomasello, M. (2007). Ayuda y cooperación a los 14 meses. Infancia
W. Damon y N. Eisenberg (Hoboken, Nueva Jersey: Wiley), 237–309. 11, 271-294. doi: 10.1111 / j.1532-7078.2007.tb00227.x
Sagi, A. y Hoffman, ML (1976). Angustia empática en el recién nacido. Dev. Warneken, F. y Tomasello, M. (2009). Variedades de altruismo en niños y
Psychol.12, 175-176. doi: 10.1037 / 0012-1649.12.2.175 chimpancés. Trends Cogn. Sci. (Ed. Regul.) 13, 397–402. doi: 10.1016 /
Sallquist, J., DiDonato, MD, Hanish, LD, Martin, CL y Fabes, R. j.tics.2009.06.008
A. (2012). La importancia de la expresividad mutua positiva en el ajuste social: Wellman, H. y Woolley, J. (1990). De los simples deseos a las creencias
comprender el papel de los pares y el género. Emotion 12, 304–313. doi: ordinarias: el desarrollo temprano de la psicología cotidiana. Cognition 35,
10.1037 / a0025238 245-275. doi: 10.1016 / 0010-0277 (90) 90024-E
Schmidt, MF y Sommerville, JA (2011). Expectativas de equidad y participación Wellman, HM, Fang, F. y Peterson, CC (2011). Progresiones secuenciales en una
altruista en bebés humanos de 15 meses. PLoS ONE 6: e23223. doi: 10.1371 / escala de teoría de la mente: perspectivas longitudinales. Child Dev. 82, 780–
journal.pone.0023223 792. doi: 10.1111 / j.1467-8624.2011.01583.x
Schroeder, fiscal de distrito, Penner, L., Dovidio, JF y Piliavin, JA (1995). La Wellman, HM y Liu, D. (2004). Escalado de tareas de teoría de la mente. Child
psicología de la ayuda y el altruismo: problemas y acertijos. Nueva York, NY: Dev. 75, 523–541. doi: 10.1111 / j.1467-8624.2004.00691.x
McGraw-Hill. Widen, SC y Russell, JA (2003). Una mirada más cercana a la producción libre de
Shaw, A. y Olson, KR (2012). Los niños descartan un recurso para evitar la niños en edad preescolaretiquetas para expresiones faciales. Dev. Psychol. 39,
inequidad. J. Exp. Psychol. Génesis 141: 382. doi: 10.1037 / a0025907 114-128. doi: 10.1037 / 0012-1649.39.1.114
Sigman, M., Kasari, C., Kwon, J. y Yirmiya, N. (1992). Respuestas a las emociones Williams, W. (1991). Vidas javanesas: hombres y mujeres en la sociedad indonesia
negativas de los demás por parte de niños autistas, retrasados mentales y moderna.Nuevo Brunswick, Nueva Jersey: Rutgers University Press.
normales. Child Dev. 63, 796–807. doi: 10.2307 / 1131234 Wilson, EO (2012). La conquista social de la tierra. Nueva York: WW Norton &
Silk, JB y House, BR (2011). Fundamentos evolutivos de los sentimientos Company.
prosociales humanos. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 108 (Supl. 2), 10910–10917. Woodward, AL (1998). Los bebés codifican selectivamente el objeto objetivo del
doi: 10.1073 / pnas.1100305108 alcance de un actor. Cognición 69, 1–34. doi: 10.1016 / S0010-0277 (98)
Skerry, AE y Spelke, ES (2014). Los bebés preverbales identifican reacciones 00058-4
emocionales que son incongruentes con los resultados de la meta. Cognición Wu, Z. y Su, Y. (2014). ¿Cómo se relacionan los comportamientos de compartir
130, 204–216. doi: 10.1016 / j.cognition.2013.11.002 de los niños en edad preescolar con su teoría de la comprensión de la mente?
Sloane, S., Baillargeon, R. y Premack, D. (2012). ¿Los bebés tienen sentido de la J. Exp. Child Psychol. 120, 73–86. doi: 10.1016 / j.jecp.2013.11.007
justicia? Psychol. Sci. 23, 196-204. doi: 10.1177 / 0956797611422072 Zahn-Waxler, C., Radke-Yarrow, M., Wagner, E. y Chapman, M. (1992).
Smith, CE, Blake, PR y Harris, PL (2013). Debería pero no lo haré: por quélos Desarrollo de la preocupación por los demás. Dev. Psychol. 28, 126-136. doi:
niños pequeños respaldan las normas de participación equitativa, pero no las 10.1037 / 0012-1649.28.1.126
siguen. PLoS ONE 8: e59510. doi: 10.1371 / journal.pone.0059510 Zak, PJ (2008). La neurobiología de la confianza. Sci. Soy. 298, 88–95. doi:
Sommerville, JA, Schmidt, MF, Yun, JE y Burns, M. (2013). El desarrollode 10.1038 / scienti fi camerican0608-88
expectativas de equidad y comportamiento prosocial en el segundo año de Zaki, J. y Mitchell, JP (2013). Prosocialidad intuitiva. Curr. Dir. Psychol. Sci. 22,
vida. Infancia 18, 40–66. doi: 10.1111 / j.1532-7078.2012.00129.x 466–470. doi: 10.1177 / 0963721413492764
Spinrad, TL y Stifter, CA (2006). Respuesta a la angustia relacionada con la
empatía del niño: predicciones de la emocionalidad negativa y el Conflicto Declaración de interés: El autor declara que la investigación se realizó en
comportamiento materno en la infancia. Infancia 10, 97-121. doi: 10.1207 / ausencia de relaciones comerciales o financieras que pudieran interpretarse como
s15327078in1002_1 un posible conflicto de intereses.
Svetlova, M., Nichols, SR y Brownell, CA (2010). Comportamiento prosocial del
niño pequeño: de instrumental a empático y altruista. Child Dev. 81, 1814– Recibido: 09 de marzo de 2014; aceptado: 12 de agosto de 2014; publicado en línea: 02
1827. doi: 10.1111 / j.1467-8624.2010.01512.x de septiembre
2014.
Thompson, C., Barresi, J. y Moore, C. (1997). El desarrollo de la prudencia y el
Cita: Dunfield KA (2014) Un constructo dividido: comportamiento prosocial como
altruismo orientados al futuro en los niños en edad preescolar. Cogn. Dev. 12,
subtipos de ayudar, compartir y consolar. Parte delantera. Psychol. 5: 958.doi:
199–212. doi: 10.1016 / S0885-2014 (97) 90013-7
10.3389 / fpsyg.2014.00958 Este artículo fue enviado a Developmental Psychology,
Thompson, RA y Newton, EK (2013). ¿Bebés altruistas? Examinar la complejidad
una sección de la revista Fronteras en psicología.
de la motivación prosocial en los niños pequeños. Infancia 18, 120-133. doi:
Copyright © 2014 Dunfield. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los
10.1111 / j.1532-7078.2012.00139.x
términos de laLicencia de atribución de Creative Commons (CC BY). Se permite el uso,
Tomasello, M. (2009). Por qué cooperamos. Cambridge: MIT Press.
distribución o reproducción en otros foros, siempre que se acredite al autor original o
Tomasello, M., Carpenter, M., Call, J. y Moll, H. (2005). Comprender las
al licenciante y se cite la publicación original en esta revista, de acuerdo con la
intenciones de compartir: los orígenes de la cognición cultural. Behav. Brain
práctica académica aceptada. No se permite el uso, distribución o reproducción
Sci. 28, 675–691. doi: 10.1017 / S0140525X05000129
queno cumple con estos términos.
Fronteras en psicología | Psicología del desarrollo Septiembre de 2014 | Volumen 5 | Artículo
958 |22