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BARROCO EN NUEVA ESPAÑ A

El arte barroco en Nueva Españ a permitió a los artistas novohispanos experimentar


en la creació n de formas expresivas, contrastantes y realistas, creando
manifestaciones artísticas que tuvieron gran aceptació n entre la sociedad
novohispana
Destacan, por una parte, esculturas talladas y policromadas que ademá s de mostrar
las habilidades técnicas de los artesanos, reflejan la expresividad y los contrastes de
color propios del barroco novohispano.
Dos columnas que formaron parte de algú n retablo, muestran los rasgos
característicos de las modalidades del barroco en la arquitectura novohispana: el
salomó nico, desarrollado a partir de mediados del siglo XVII y el estípite que comenzó
a difundirse a partir de los primeros añ os del XVIII
Una maqueta de la Catedral de Puebla, representa la magnificencia de las obras
arquitectó nicas de Nueva Españ a. Un libro de coro, acompañ ado de un clavicordio del
siglo XVIII, destacan la importancia que tuvo la mú sica para la sociedad novohispana
del periodo barroco en México.

Arquitectura
Durante los siglos XVII y XVIII, la arquitectura barroca hispanoamericana siguió el
modelo establecido por Españ a. Sin embargo, el medio físico, la diferencia de
materiales disponibles en las diversas á reas geográ ficas y la herencia de las culturas
precolombinas lo acabarían diferenciando del barroco de la Península Ibérica. La
frecuencia de terremotos en algunas zonas, como México, Guatemala o Perú , obligó a
los arquitectos a desarrollar técnicas de construcció n resistentes a los movimientos
sísmicos. Por esto, el barroco de Hispanoamérica es principalmente decorativo y no
presenta las mismas caracterisictas estructurales que el barroco españ ol. Algunas de
sus características son la fachada-retablo (fachada que repite en el exterior de un
templo la espléndida decoració n del interior), la ausencia del oro, la presencia de
colores vivos que se logra con piedras, ladrillos, la yesería y talla de madera
policromada y los azulejos.

Pintura

Las primeras muestras de pintura colonial fueron las de escenas religiosas elaboradas
por maestros anó nimos, realizadas con medios precolombinos, con tintas vegetales y
minerales y telas de trama á spera e irregular. Destacaron las imá genes de la Virgen
con el Niñ o, con una iconografía de raíces autó ctonas donde, por ejemplo, se
representaban los arcá ngeles como arcabuceros contemporá neos. La producció n
artística hecha en Nueva Españ a por indígenas en el siglo XVI es denominada arte
indocristiano. Adentrado el siglo XVI surgieron los grandes frescos murales, de
cará cter popular. Desde mediados de siglo empezaron a llegar, procedentes de Sevilla,
maestros españ oles (Alonso Vá zquez, Alonso Ló pez de Herrera), flamencos (Simon
Pereyns) e italianos (Mateo Pérez de Alesio, Angelino Medoro).
Escultura

El mismo sentido decorativo afectará a la escultura ornamental, presente en los


interiores y exteriores de las numerosas iglesias barrocas que, con un estilo
extremadamente recargado, se construyeron a lo largo de las colonias españ olas. En
México destaca el españ ol Jeró nimo Balbá s, que llegó a América a principios del siglo
XVIII, autor del retablo del altar mayor de la iglesia del Sagrario. La imaginería
popular floreció en Guatemala, con Quirio Catañ o y Juan de Chá vez, en Quito, con
Bernardo Legarda, y en Lima donde, gracias al estrecho contacto con Sevilla, se
pueden contemplar numerosas obras de Martínez Montañ és

Literatura

La literatura barroca es la continuidad del renacimiento en temas géneros y


formas.Los escritores del Barroco buscan la originalidad caracterizada por la
dificultad entendida como una como un reto a la inteligencia de lector actitud
crítica, satírica y hasta sarcástica que permite la aparición de géneros como la
picaresca. La lengua literaria se enriquece con la incorporación de cultismos y con
el retorcimiento expresivo

Historia de la música en la Nueva España

A principios del siglo XVII comenzó a darse un cambio en la música española que terminó por
influir en la música creada en los territorios conquistados del continente americano.

En España, como en el resto de Europa, hacia finales del siglo XVI y comienzos del
XVII tuvo lugar un importante cambio en la música. Hasta hace poco a esa época se
le conocía como inicios del barroco, un nombre prestado de las artes plásticas. Pero
a diferencia de Italia, en España el cambio ocurrió de modo imperceptible, sin
estridencias, por la dinámica interna y la evolución de la música del Renacimiento,
que cuando había alcanzado su punto máximo de perfección rompió hacia nuevos
derroteros. Este desarrollo alcanzó a la música americana de una forma natural, ya
que la vida musical de nuestras catedrales estaba hecha según el modelo de las de
España.

El uso del órgano para el acompañamiento de la polifonía y el desarrollo de una


práctica policoral estuvieron asociados, o bien se desarrollaron de manera conjunta.
La bicoralidad fue el punto de partida de una práctica que alcanzó proporciones
esplendorosas en el siglo XVIII. Durante el siglo XVII, además del órgano, se
incorporó el arpa a las capillas musicales catedralicias para realizar el
acompañamiento de los villancicos. Aunque desde 1611 se registra la presencia de
un arpista en Puebla, el bajo continuo con el arpa se consolidó en todo el ámbito
hispanoamericano alrededor de 1630 y este instrumento estuvo vigente hasta finales
del siglo XVIII. Muchos de los arpistas que tocaron en los conjuntos catedralicios
eran mestizos o indígenas.

Quizá el verdadero aporte de nuestros compositores de la época colonial no está


tanto en la música latina como en el villancico o en la canción de alabanza en lengua
vernácula. En el siglo XVII, el villancico polifónico se torna en una pieza
acompañada con instrumentos que ejecutan el bajo continuo, alcanza rasgos de
dramatismo y asume una jerga típica de los negros e indios conversos; aunque en
esto suele repetir esquemas provenientes de España, la solución es mucho más
típica, mucho más nuestra. Los elementos sustanciales del villancico están
planteados en el Cancionero musical, de Gaspar Fernandes, un cuaderno que
contiene casi 300 composiciones polifónicas escritas a mano, la mayor parte de ellas
firmadas por el mismo Gaspar, el cual logró llegar más o menos completo hasta
nuestros días.

CREADORES PROPIOS

En el siglo XVI se conformaron grandes centros culturales y artísticos que hicieron


posible prescindir de la importación europea de pintores, escultores, poetas y
músicos. Muchas de las edificaciones fueron realizadas por constructores nativos o
peninsulares radicados en la América española. Lo mismo se puede decir de las
obras de pintura y escultura, que en su mayoría surgieron de los talleres de la Nueva
España, Nueva Granada y del Perú. En lo musical, instrumentistas y compositores
nativos o españoles avecindados en nuestras tierras llenaron de sonidos los
conventos y los templos grandes y pequeños. En los centros urbanos, donde se
fundaron obispados, aparecieron conjuntos musicales, coros y grupos de ministriles.

El primer arzobispo de México, fray Juan de Zumárraga, nombrado en 1528,


emprendió un ambicioso programa para la catedral, solicitando fondos especiales a
Carlos V para cantores y músicos profesionales. En 1539, nombró al canónigo Juan
Xuárez como maestro de capilla y a Antonio Ramos como organista. El principal
compositor de la Nueva España del siglo XVI fue Hernando Franco, o Fernandus
Franco, maestro de capilla de la catedral de México en 1575 y 1585. De su labor
quedan valiosos testimonios, entre los cuales destaca el famoso códice Franco, un
excepcional manuscrito que contiene una colección de Magnificat y que se conserva
en el Museo del Virreinato, en Tepotzotlán.
La música de los maestros españoles también se cantó en las catedrales de México,
Puebla y Oaxaca, donde se conservan ediciones originales o copias manuscritas de
música hispana de Cristóbal de Morales, Sebastián Aguilera de Heredia, Tomás Luis
de Victoria, Francisco Guerrero, Rodrigo de Ceballos y Alonso Lobo. Pero el
vínculo entre la metrópoli y las colonias se dio también por la presencia en la Nueva
España de compositores ibéricos que desempeñaron un papel importante en nuestras
catedrales, entre ellos destacan Juan Xuárez, Lázaro del Álamo, Juan de Victoria y
Hernando Franco, en la catedral de México y Pedro Bermúdez en la de Puebla.

Instrumentos

los instrumentos barrocos


en el barroco hay una serie de instrumentos que van a destacar:
familia de viento:
el oboe: aparece en francia hacia 1650 como adaptació n a la chirimía renacentista.
el clarinete: los primeros clarinetes comienzan a construirse a principios del siglo xviii. el
ó rgano: es el instrumento más espectacular del barroco. autores como j.s. bach desarrollará n
la técnica de este instrumento hasta límites insospechados.
familia de cuerda:
el violín: la familia de cuerda frotada (violín, viola, violonchelo y contrabajo) será la gran
protagonista de la mú sica barroca. los mejores luthiers, como la familia stradivarius, van a
realizar los mejores violines de la historia.

BARROCO DE INDIAS

Para mi el barroco de indias fue una corriente don predominaban los criollos o tenian un
intenso protagonismo , los cuales en un principio estabn muy apegados con el estilo españ ol
pero que poco a poco gracias al sincretismo entre ambas culturas fueron tomando rasgos de
la tierra en don de ellos habitaban ( nueva españ a). El proceso de sincretismo se empezo a
dar por 1531 con la aparicion de la virgen de guadalupe a un indio.

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