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TRABAJO EN MINIBASKET

Cada vez que entramos con un grupo de niñas y niños para tratar de enseñarles los
principios básicos del baloncesto nos asaltan una serie de dudas: ¿estarán asimilando
realmente?, ¿no avanzan demasiado lento?, ¿por qué les cuesta tanto aprender este o aquel
fundamento? Estas junto con otras preguntas nos las llevamos haciendo durante años, y a
medida que creemos tener resuelta una cuestión aparece otra de similar cariz en la que,
por raro que nos parezca, no habíamos caído hasta la fecha. Pero no nos asustemos;
tampoco es tan grave, es más, puede ser hasta saludable. Sí, porque un entrenador debe
dudar; debe interrogarse constantemente acerca de su trabajo; indagar sobre los porqués
intentando hallar las respuestas. Y entre todas estas preguntas hay una que se repite de
una manera obsesiva: ¿se aburren?

Nos encontramos ante una cuestión delicada, sea cual sea el ámbito en el que desarrollemos
nuestro trabajo. Pero si nos encontramos con niños en edad escolar, estamos ante la
pregunta del millón, puesto que la respuesta condicionará todo el proceso de enseñanza-
aprendizaje.

Si el niño no se divierte, es seguro que su interés por mejorar será mínimo. Si son mayoría
los que no se divierten, cada sesión de trabajo puede convertirse en una especie de
tortura, tanto para los niños como para el propio monitor. Y la pregunta es ahora ¿compensa
realmente enseñar los fundamentos a este precio? Nos hallamos, pues, ante el nudo del
debate: conseguir que el niño aprenda y a la vez se divierta.

Nuestro grupo: cinco entrenadores, que sumamos unos cuantos años trabajando con equipos
alevines y benjamines, con diferentes experiencias y puntos de vista a menudo dispares,
coincidimos plenamente con la importancia del aserto final del párrafo anterior. Hay que
conseguir que el niño/a se lo pase bien entrenando. Y para ello consideramos el juego como
elemento indisponible en el desempeño de nuestra labor pedagógica. Un juego
contextualizado en nuestro deporte, con objetivos técnicos definidos y que aúne a la vez
las vertientes lúdica y pedagógica.

Esta propuesta contempla diez bloques de diferentes fundamentos en los que, a nuestro
juicio, estarían contenidos los fundamentos objeto de trabajo del baloncesto mini. La
exposición de cada fundamento será detallada de cada fundamento será detallada tanto en
su desarrollo básico como en sus posibles variantes. Igualmente, cada juego será explicado
de forma detallada en su ejecución, por medio de un gráfico aclaratorio y por las posibles
especificaciones a que dicha propuesta pueda dar lugar.

Algunas de las propuestas, por su carácter específico (tiro en estático, 2x2...) no podrán
llevarse a cabo por medio de formas jugadas, debiendo desarrollarse por medio de
ejercicios concretos, que trataremos que sean significativos, globales y que a la vez
proporcionen un cierto margen de maniobra. Esperamos sinceramente que este trabajo os
pueda servir de ayuda a todos los que trabajáis en la enseñanza del mini para conseguir lo
que para nosotros es la clave de la enseñanza de nuestro deporte y de todos los demás:
“aprender jugando”.

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