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Sandweiss
SAI BABA
y el psiquiatra SAI RAM
Título original:
Sai Baba, the holy man… and the psychiatrist
Traducción: María Martínez de Velázquez
Velázquez
Sandweiss, Samuel H.
Sai Baba y el psiquiatra. - 2a ed. - Buenos Aires : Fund. Sri Sathya Sai Baba
de Argentina, 2011.
90 p. ; 19,5x13,5 cm.
A Sai Baba
Agradecimientos
Deseo manifestar, de modo muy especial, mi
agradecimiento a Dick Croy, escritor y cineasta de Los
Ángeles, cuyas aptitudes y empeños como supervisor y
redactor tuvieron parte importante en la elaboración de este
libro. Gracias a su afán, un gran cúmu lo de material mal
pergeñado por un escritor bisoño fue organi zado hasta
adquirir forma. Asimismo, expreso reconocimiento especial a
Mary Alice Berning, mi secretaria, quien mecanografió el
borrador las veces necesarias y cuya actitud positiva, servicio
desinteresado y consejo útil fueron muy valiosos durante la pre
paración de la obra.
Mi gratitud sincera a Larry Smith, artista y dibujante de San
Diego, quien al diseñar el libro e ilustrarlo con sus delicados di
bujos, le dio dimensión artística; también a Lee Gerlach, Nancy
Sandweiss y Freda Sandweiss, mi madre, quienes colaboraron
en las etapas finales de la edición; a Homer Youngs, quien pro
porcionó el glosario; a The Sai Baba Center de Los Ángeles y
al Lite Storm Singing Group, por facilitar muchas de las foto
grafías que aparecen en la obra; a The Sri Sathya Sai Baba
Book Center of America de Tustin, California, por suministrar
las selecciones de las policromías; a Howard Murphet, por per
mitir la reproducción de pasajes de su libro Sai Baba, man of
mi racles; asimismo a Indra Devi y Elsie Cowan, así como a los
doc tores V. K. Gokak, S. Bhagavantam y John Hislop por
autorizar el empleo de material referente a sus experiencias
personales con Sai Baba.
Expreso particularísimo agradecimiento a Sharon, mi queri
da esposa, quien ha sido mi apoyo constante en todo y,
mientras me ocupaba en la elaboración del libro, nos atendió
amorosa mente a los niños y a mí. Sus provechosos
comentarios e ince sante estímulo constituyeron profunda e
inagotable fuente de energía.
Unas palabras del editor
La tarea que desempeñé en la edición de este libro la
dedico a mis padres, cuyo amor siempre creciente me ha dado
una base para empezar a comprender la inefable relación
entre Sai Baba y sus seguidores.
Dick Croy
ÍNDICE
Prólogo por el Dr. V. K. Gokak ....................................... 13
INTRODUCCIÓN .......................................................... 15
PARTE I. EL VIAJE
1 Dulces, dulces ..................................................... 25 2
Buenas noticias ................................................... 31 3
Cartas a casa ...................................................... 39 4 El
primer encuentro............................................. 45 5 Del
simple aire.................................................... 51 6 Una roca
hecha pedazos...................................... 67 7 Psiquiatría y
espiritualidad .................................... 73 8 La mente
simiesca............................................... 89 9 Caduceo y
kundalini ............................................ 99 10 Un alma en
transformación.................................. 105
DULCES,
DULCES
2
BUENAS
NOTICIAS
Tal vez hayan oído decir a la gente que “tomo” esto y “doy”
aquello, que satisfago todas sus necesidades, etc., que curo
sus enfermedades. Pero estas cosas no son tan importan tes
como la satvaguna (cualidad espiritual de firmeza, pureza y
desinterés) que promuevo e infundo. Por supuesto, les con
fiero estas gracias de salud y prosperidad para que puedan,
con un entusiasmo mayor y menos interrupción, proceder con
el sadhana espiritual (trabajo espiritual).
SAI BABA Y EL PSIQUIATRA - 33 -
Querida Sharon:
Todos tratan de convencerme de que son las 7 a.m. El sol
ha salido, todo el mundo habla en voz alta y está
desayunando; pero no pueden engañarme: es la 1 a.m., hora
de San Diego. Estoy terriblemente cansado. No puedo
desayunar porque cené hace dos horas apenas.
A pesar de todo, estoy disfrutando realmente mi situación.
Mataji es en verdad amable y protectora. Ha hecho a menudo
este viaje y anda tras de mí como un halcón. En el aeropuerto
John F. Kennedy, buscándome, subió y bajó, casi volando, tres
tramos de escaleras.
He ido comiendo todo lo que me empacaste, menos un tan
gelo (fruta cítrica, híbrida de mandarina y toronja). Siento haber
te despertado tan temprano cuando llamé al llegar a Londres.
Mis pensamientos están contigo siempre y te amo mucho. Mi
sentimiento del amor se ha intensificado, o me estoy volviendo
más consciente de él conforme aumenta la distancia entre
noso tros. No sé en qué clase de situación extraña me estoy
metiendo; tendré que esperar y ver.
Amor, Sam.
- 40 - SAMUEL H. SANDWEISS Bombay: 6 a.m.; jueves 11 de mayo
Querida Sharon:
Hoy será un día atareado. Un amigo de Mataji me ha con
certado cita para cierta lectura del Libro de Bhrigu. Este es mi
primer encuentro con una situación así y estoy emocionado. Yo
no lo sabía, pero el Libro de Bhrigu es un manuscrito espiritual
muy respetado y prestigioso. Se presume escrito hace siete mil
años por alguien de un nivel superior de conciencia con acceso
a otras dimensiones de la realidad.
Se supone que la vida de todos los humanos está escrita
en ese libro, algo realmente inconcebible para un científico, y
desde luego, si fuera verdad, un revés para las
conceptualizaciones del tiempo y la realidad. Lo que es
extraordinario es la manera en que el lector escoge la página o
el capítulo que va a leer. Te mide la sombra, a cualquier hora
del día en que llegues: nada más específi co que eso. Hace
cálculos en alguna forma misteriosa a partir de su medición de
la sombra y después llega a la página correcta.
SAI BABA Y EL PSIQUIATRA - 43 -
4
EL PRIMER ENCUENTRO
5
DEL SIMPLE AIRE
Querido amor:
Estoy en un cuarto estrecho y mal ventilado lleno de anima
litos que caminan. Grandes hormigas negras en las paredes y
el piso, olores a moho y a mugre, y afuera la lluvia. Aun
cuando Baba todavía está allá, vine de Bombay simplemente
para esca par de las enormes multitudes y del claro
sentimiento de que se ría inútil tratar de verlo. Espero
mudarme pronto de este lugar, pero la ciudad está muy
concurrida y no hay habitaciones vacías en ninguna parte.
Baba regresará hoy y espero este acontecimiento con una
mezcla de frustración y ansiedad. Ayer fui a su ashram, a 24 ki
lómetros de aquí. Me gusta viajar en taxis; encuentro la escena
psicodélica y un poco rara. Los cuadros van de la
enloquecedora actividad de la ciudad a la paz bucólica: vacas
y caballos viejos bamboleándose por ahí; niños mendigos
demacrados y tullidos; taxis entrando y saliendo entre
muchedumbres apiñadas alrede dor de autobuses que vomitan
humaredas negras, el conductor dando bocinazos sin cesar,
sin atropellar a las personas y anima les sólo por la Gracia de
Dios. A veces chozas e inmundicia, y luego el olor a hierba, y
aparece un pequeño campo. Yo me re clino dejando que todo
eso suceda, y me conmuevo.
Brindavan es inesperadamente hermoso; los árboles, su
mo vimiento y color son casi indescriptibles. Su suave
ondulación en la brisa es tranquilamente religiosa. Levanta al
cielo bellas flores rojas. En contraste: personas sin zapatos
sentadas en medio de moscas y hormigas; perros sarnosos
vagando por los jardines. Encontré a algunos norteamericanos,
un hombre, su esposa y
Arriba:
Fotografía de
terrenos exteriores. A
la derecha: calzada
que conduce a los jar
dines interiores y a la
casa donde Sai Baba
recibe a los visitantes.
- 54 - SAMUEL H. SANDWEISS
Querida Sharon:
Fue magnífico escuchar tu voz por teléfono. Al principio
me sentía tan lejos; me llevó algunos segundos el
considerarme a tu lado. Te extraño mucho y a las niñas
también, y pienso en uste des a menudo. Estaré de vuelta muy
pronto. Déjenme recordar algunos de los incidentes de los dos
días transcurridos desde que escribí la última vez.
SAI BABA Y EL PSIQUIATRA - 55 -
para gente para esa operación. Alf piensa que habrá una catás
trofe mundial y que se dará a las personas la oportunidad de
lle var una existencia recta o de lo contrario…
Ahora me estoy volviendo humilde con el sentimiento de
que en realidad no estoy a cargo de mi propio destino, que yo
no soy el que hace; Dios es el Hacedor. No obstante, debo
reunir toda la fuerza que tenga para cumplir con mi deber lo
mejor que pue da, para vivir una vida recta y hacer lo que dice
un gran maestro como Baba. No hay otra opción.
Abandona el apego a las posesiones mundanas, dice Él.
Trabaja con empeño, cumple con tu deber, supera los cinco
sentidos. Sé amoroso, empieza a percibir tu voz interior y sí
guela. Medita y encuentra a Dios, que reside arriba, abajo, al
rededor y adentro.
Me entristece y me asusta el sentimiento de que probable
mente tenga que dejar tantas cosas que yo creía me traían pla
cer. Tengo una gran sensación de desamparo y vulnerabilidad
frente al pavoroso poder de Baba. Mis creencias básicas están
sacudidas. He comenzado a darme cuenta de que el poder del
mal también debe existir y me siento un poco desamparado al
no lograr entender la dinámica, los mecanismos y las leyes de
un poder superior a mis sentidos.
Como no estoy seguro del plan y la pauta de Baba, a
veces también temo que Él mismo pueda ser un elemento de
la magia negra y me espanto. Anoche me escurrí en la
oscuridad de mi cuarto del hotel, abrí despacio las puertas del
baño y del armario y miré por todas partes; me sentí feliz y
agradecido de que no hubiera duendes ni fantasmas que me
saltaran encima.
En verdad estoy como un bebé recién nacido, asustado
por lo que veo y empezando a reconocer esta nueva realidad
sin sa ber exactamente cómo llegar a ser parte de ella. Aun
cuando me confortan las narraciones sobre los poderes
protectores de Baba, al presente no poseo la gran fe en Su
Gracia que tienen muchos devotos, y por eso no me siento
protegido por ella.
…Bueno, estoy exhausto de escribir. Sé que no debo
permi tir que las primeras impresiones me dominen por
completo. De jaré que se asienten y buscaré más pruebas;
pronto escribiré de nuevo.
Amor, Sam.
6
UNA ROCA HECHA PEDAZOS
7
PSIQUIATRÍA
Y ESPIRITUALIDAD
2 Mensajes de Sathya Sai, vol. VII, Editorial Errepar, Buenos Aires, Argentina.