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Especialización en Edución maternal

Clase 3 - Cambio de pañales, lavado de manos y otras


prácticas cotidianas de higiene en las instituciones
educativas que trabajan con niños/as de 45 días a 3
años

¡Bienvenidos/as nuevamente! En esta clase abordaremos ciertas pautas vinculadas


al cuidado del cuerpo y a la higiene de los/as bebés y niños/as en las instituciones
educativas, dado que se constituyen en óptimas oportunidades de enseñanza.
La importancia del desarrollo de estas temáticas radica en que el cuidado del cuerpo
y ciertas pautas de higiene tienen una connotación social, cultural, sanitaria y
educativa. Desde bebés aprendemos a cuidar nuestro cuerpo.
A medida que los niños/as crecen, el cuidado del cuerpo y su aseo pasa de ser un
acto realizado en forma exclusiva por el adulto ―tanto en la casa como en la
institución educativa― a ser una actividad que va desarrollando el niño/a en la
medida en que su autonomía se lo permite; y con ello con una progresiva
disminución de la intervención del adulto acompañante de este proceso sin perder la
mirada atenta de cuidado.
Por lo tanto, en un primer momento es el adulto quien cambia los pañales al/ a la
bebé, le lava sus manos, sus dientes o lo baña. Luego, el niño/a empieza a adquirir
estas pautas vinculadas al cuidado del cuerpo hasta que llega el momento en el que
va al baño solo, se lava las manos/los dientes y más adelante se baña y cambia
solo.
En esta clase también trabajaremos con un documento complementario, así que les
recomendamos que lo abran y lo tengan a mano dado que en distintos momentos
de la clase, los/as invitaremos a leerlo.

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El cuidado del cuerpo del/de la bebé o niño/a se lleva a cabo


cotidianamente tanto en el hogar como en la institución educativa. Es
importante que reflexionemos como educadores/as sobre estos momentos
y veamos el modo de potenciarlos y enriquecerlos en el proceso de
trayectoria educacional.

Estas prácticas cotidianas tienen ciertas particularidades al desarrollarse en el


ámbito de proyectos educativos y, tal como se mencionó en la clase 1, deben
guardar relación con las prácticas y los ritmos que se van realizando en el ámbito
familiar. De ese modo se continúa y se establecen lazos con lo conocido por el
niño/a, lo que es necesario e importante pero no suficiente.

¿Qué se propone enseñar el educador/a a través de distintas


acciones e intervenciones que realiza cotidianamente en tareas
tales como el cambio de pañales, el lavado de las manos, el
acompañamiento al baño de aquellos niños/as que comienzan a
controlar esfínteres?

Es posible afirmar que, en concordancia con las posibilidades y la autonomía que


van conquistando las/os niños en relación a estas actividades cotidianas, el
educador/a en todo el proceso de cambiado del/de la bebé o del lavado de manos le
enseña al niño/a cómo es su cuerpo, a cuidar de él, a colaborar en el cambiado e ir
adquiriendo paulatinamente autonomía en esas prácticas.
El educador/a estimula al niño/a desde que le anticipa que va a ser cambiado/a, en
la preparación para ello, en los posibles diálogos, desde el masaje-mimo, los gestos
y canciones que allí se pueden compartir.
Paulatinamente se irán dando forma a prácticas como son el lavado de manos, el
pedir y asistir al baño, el comenzar a vestirse y/o colocarse algunas prendas.
Intencionalmente, el educador/a ofrece lo conocido y, gradualmente, lo nuevo.
Estos son nuevos desafíos que impactarán en sus nuevas conquistas relacionadas
con el cuidado del cuerpo.
Esta afirmación, nos invita a abrir nuevos interrogantes:
¿Qué particularidades pueden asumir este conjunto de acciones en singular en el
ámbito educativo? ¿Cómo varían estas propuestas en los distintos grupos de edad,
en los diferentes contextos e instituciones educativas y por ende las intervenciones
del educador/a? Y también podemos preguntarnos por los modos, las maneras de
llevar a cabos dichas prácticas.
Algunas de estas preguntas y otras las iremos abordando juntos en el desarrollo de
esta clase, en la que les proponemos focalizarnos en:
• El cambio de pañales en la institución educativa.
• Cómo la institución educativa puede acompañar al niño/a y a su familia en el
proceso de control de esfínteres.

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• El lavado de manos y otras pautas de higiene que podrían desarrollarse en la


institución educativa.
¡Los/as invitamos a iniciar este recorrido acompañado por las dos experiencias
educativas que venimos conociendo!

El cambio de pañales en la institución educativa


En todas las instituciones que atienden a bebés de 45 días a 3 años se lleva a cabo
el cambio de pañales. A cada bebé/a o niño/a se le cambian los pañales más de una
vez en el tiempo en que están fuera de casa. Se torna necesaria la reflexión sobre
ésta práctica cotidiana.

¿Cómo la llevamos a cabo? ¿Por qué? ¿Cómo hacer de esto una experiencia
placentera y de aprendizaje para el/la bebé? ¿Qué enseñamos en este
momento? ¿Qué estimamos que aprende el/la bebé? A medida que el/la
bebé crece… ¿Qué cambios didácticos-metodológicos requieren dichas
actividades? ¿Qué medidas de cuidado tenemos en cuenta a la hora de
cambiar a un/una bebé o niño/a en la institución educativa?

Los/as invitamos aacceder y leer los episodios 10 de ambas experiencias,


y reflexionar acerca de las preguntas recién planteadas.

Clase3 Situacion Verde 10 from PostituloMaternal


Clase3 Situacion Naranja 10 from PostituloMaternal

El cambio de pañales
Nos gustaría comenzar este punto desnaturalizando el momento del cambio de
pañales para que podamos pensar -acompañados por la voz de distintos autores-
qué ocurre en ese momento, cómo puede concebirse dicha práctica cotidiana.
Al respecto Daniel Calmels, retomando la idea de transformar la rutina en ritual
(desarrollada en la clase 1) expresa que “Cambiar al niño/a cobra un relieve
diferente cuando se puede transformar la rutina en ritual. Mudar las ropas,
renovarlas, le otorga al cuerpo del niño/a una sensación táctil de importancia. La
sensación del cuerpo desnudo, sin agregados ni pesos, le sirve al niño/a para
renovar sus fronteras naturales. La piel recubierta por otras texturas, que
reemplazan a las ropas anteriores, le dan a la piel y a la ropa una presencia por
separado. Luego piel y tela se vuelven a mimetizar, se acogen al abrigo, se apegan.
Renovar las telas es distinguir la piel, darle categoría. (…) Si cambiar la ropa incluye
limpiar al cuerpo de las excreciones, la ceremonia cobra una distinción. La humedad
que proviene de la orina, le da a la ropa un carácter de adherencia y unión entre las
telas y la piel, indiscriminado los dos elementos, que si bien en primera instancia no

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hay registro de incomodidad, luego se produce cierto malestar. Se pasa entonces de


lo húmedo a lo seco, de lo caliente a lo frío, de lo adhesivo a lo superpuesto, de la
unión a la segmentación y, supuestamente, de la incomodidad a la comodidad”.
(Calmels, 2014).
Esta manera de concebirlo nos permite poner de relieve la importancia de este
momento y todo aquello que puede sentir y aprender el/la bebé cuando es
cambiado. Asimismo, podemos señalar la relevancia de esta práctica en el ámbito
familiar, dado que el cambio de pañales pueden realizarlo varios adultos
significativos como el padre, el abuelo/a y/o algún hermano/a mayor. Muchas
acciones, intercambios, aprendizajes pueden desarrollarse en torno a ello. En estas
prácticas, aspectos de las costumbres familiares como de la comunidad se pondrán
seguramente de manifiesto. Probablemente, pueda recordarse junto a los más
grandes de la familia la exclusividad del pañal de tela, su lavado y planchado antes
de que surgieran los descartables, gestos, canciones y retahílas que acompañan
este momento.

¿Qué rituales recuerdan de su entorno familiar o de las familias con las que
interactúan a diario en la institución educativa?
Avanzando en este sentido, si este momento es de tal importancia, nos
podemos preguntar: ¿Qué podemos hacer en las instituciones educativas,
en cada una de las salas, de los grupos, con cada bebé/a para transformar
esta actividad cotidiana, el cambio de pañales, en un momento de
enseñanza?
Entonces se nos plantea un gran desafío: ¿Cómo desarrollar estas
actividades cotidianas? ¿Cómo concebir y desarrollar el cambio de pañales
para que se torne un momento de genuino aprendizaje? ¿Cómo retomar y a
su vez ampliar lo ofrecido al niño en sus hogares?

El momento del cambio de pañales ofrece al


niño/a y al educador/a un momento único, de
intimidad, donde no sólo se cambia al bebé y
se cubre su necesidad de ser higienizado.
Permite un momento de encuentro, íntimo y
exclusivo que hay que potenciar, al que hay
que dedicarle tiempo para establecer una
comunicación, gestual, corporal, verbal con
el/la bebé, para dejar liberado el cuerpo de la
ropa, para establecer momentos lúdicos a
través de las caricias, del recupero de las
retahílas y de los juegos de crianza.
Tal como expresa Calmels (y como se ha desarrollado en la clase 1), es necesaria la
presencia del lenguaje, la presencia de lo lúdico, de una actitud lúdica por parte del
adulto, ambos aspectos permiten al/a la bebé anticipar lo que viene y convierten la
rutina en un acto humanizado “Impidiendo que los procederes gestuales, verbales y
emocionales no se mecanicen o se anestesien”.

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Para que el educador/a y el/la bebé puedan disfrutar y potenciar este encuentro es
importante la organización de la tarea y la comunicación fluida con otro educador/a
que acompañe al resto del grupo mientras el cambiado se desarrolla.

Cabe recordar que tornar el momento de cambio de pañales en el ámbito educativo


en un genuino momento de aprendizaje sistemático no implica una complejización
artificial. ¿Qué sería complejizar “artificialmente” el momento de cambiado? Una
complejización artificial, con la que no estamos de acuerdo, podría ser por ejemplo
cada día colocarle al/a la bebé cascabeles en las extremidades (brazos, piernas)
mientras se le cambian los pañales. O usar en días diferentes cambiadores de
distintos colores y cada vez que se va a cambiar al bebé señalarlo y mencionar el
color. No tendría sentido. ¡Sería totalmente artificial y forzado!

La clave parecería está en lograr el equilibrio entre la recuperación del formato


hogareño, conocer cómo se cambia en casa al/a la bebé, cuál es ese ritual ―en
términos de Calmels― y el enriquecimiento de la propuesta que realiza la familia,
teniendo claro qué enseñar en ese momento… ¿Qué estimo que aprenderá el/la bebé
a través del cambiado de pañales en la institución educativa?

Es importante a su vez, no perder de vista el interjuego entre lo conocido y lo


novedoso, propiciar la confianza en los otros y en sí mismo y a su vez, el planteo de
nuevos desafíos a medida que la autonomía y lo saberes del niño/a van cambiando.

¿Cómo les parece que es posible lograr este equilibrio entre lo conocido y
lo novedoso? ¿Qué ejemplos se les ocurren o pueden tomar de
experiencias en las que hayan participado u observado en la institución
educativa en la que trabajan o conocen?

Según Willis y Ricciuti (1990), en una situación en la que un educador/a cambia el


pañal de un bebé de 6 meses, se pueden dar las siguientes experiencias para el
pequeño/a: percibir el sentimiento de verse libre de la ropa, poner en juego su
motricidad al dar patadas vigorosamente cuando se le quita la ropa, sentir la
sensación suave, fresca y seca cuando un nuevo pañal reemplaza al anterior, el
placer de la sonoridad y lo lúdico si se realiza la dinámica de aparecer y
desaparecer, establecerse diferentes maneras de comunicación hablando,
balbuceando y riendo junto con el adulto. “El proyecto educativo no es algo solo
ENTRE el cambio de pañales y la comida, sino DURANTE ellos también”.

Para leer:
“El juego de aparecer y desaparecer o “acá está” es una f orma de ir
elaborando, comprendiendo y aceptando la separación del adulto, el
distanciamiento. Es un modo de aprender a soportar la ausencia de las
personas que lo cuidan. La tela que tapa, que impide ver, es un símbolo:
representa la ausencia del otro". (Daniel Calmels, disponible aquí).

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Es muy importante cuidar la intimidad del niño/a. Es decir, no olvidar que es su


cuerpo, que es un momento clave para enseñarle a cuidarlo y mostrarle hasta dónde
un otro puede acercarse. Las caricias son un modo de mostrar afecto y respeto por su
intimidad. Se lo acaricia si manifiesta agrado, de lo contrario se respeta ese tiempo y
se observa qué sucede en las sucesivas cambiadas.
Es fundamental entonces, no ofrecer una propuesta artificial pero tampoco rutinizar
estos momentos, sino dedicar el tiempo necesario, anticipar el cambiado, propiciar el
vínculo a través de las caricias, los gestos, el diálogo (pueden incluirse poesías que
incluyan las distintas partes del cuerpo), realizar una buena higiene cuidando y
observando que quede limpia la cola del/de la bebé. Cuidar las indicaciones que nos
da la familia acerca de cómo lo limpian en su casa.

Este momento de cambiado irá variando en función de la creciente autonomía de los


niños/as. Más adelante el/la bebé o niño/a podrá colaborar en el momento del
cambiado, sosteniendo el pañal, buscando su pañal, moviendo su cuerpo
cooperando en el momento de la higiene, informando que hizo pis o caca ante la
pregunta del educador y luego anticipándose a ella.

Lo desarrollado hasta aquí es muy importante en el marco de una educación


integral y da cuenta de cómo es posible hacer de estos momentos cotidianos
verdaderas oportunidades de enseñanza y aprendizaje.

Es importante que no perdamos de vista otra arista, que también es parte de una
propuesta educativa integral para los/as niños/as de 45 días a 3 años y que se
sostiene en los derechos de los niños/as y de educación sexual a desarrollarse con
salud, a ser criados en un ambiente de respeto y dignidad y a recibir educación.
Esta otra arista tiene que ver con ciertas consideraciones vinculadas con el cuidado
de todos, de los/as bebés y de los adultos, que apuntan a atender a la salud, y a
ciertas medidas de higiene para evitar la transmisión de enfermedades.

Para leer:
Puede ampliarse accediendo a la Convención de los derechos del niño (1989), o a la
Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes Ley
26.061 (2005). Ministerio de educación. Programa de educación sexual integral.

En este punto, los/as invitamos a leer el apartado “¿Qué aspectos tenemos que
tener en cuenta al momento de cambiar los pañales en una institución donde hay
niños/as?” del documento complementario de esta clase.
Hasta aquí hemos reflexionado juntos acerca de esta actividad cotidiana, el cambio
de pañales.

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¿Cuáles son las ideas potentes que consideran que hemos abordado
respecto al cambio de pañales en la institución educativa?, ¿Cómo
consideran que pueden impactar en la tarea docente que desarrollan? ¿Qué
consideran que hacen para que estos momentos sean experiencias plenas
que se deseen repetir en la jornada diaria en la institución educativa? ¿Son
verdaderas situaciones educativas? ¿Por qué? ¿Qué aspectos consideran
que es necesario revisar enriquecer, ajustar, modificar en torno a esta
práctica diaria que llevan a cabo? ¿Qué les parece que podrían tomar de las
últimas consideraciones desarrolladas?

¿Cómo acompañamos a los/as niños/as y a las familias en el


proceso de dejar los pañales desde la institución educativa?
Las vivencias del niño/a durante el acto de cambio de pañal lo llevan al próximo
gran paso: el control de esfínteres. Esto es considerado un proceso a través del cual
el niño/a logra dejar los pañales y evacuar en el baño. Es importante considerar que
no todos los niños/as inician este proceso al mismo tiempo. Generalmente,
comienza entre el segundo y tercer año de vida.

Con respecto a qué hacer desde la institución educativa durante el proceso


de control de esfínteres, nuestra postura es que los educadores/as no
deciden cuando un niño/a deja los pañales pero sí es importante que
acompañen este desarrollo que tendrá avances y retrocesos con frecuencia.
Para ello es fundamental mantener una comunicación fluida con la familia.

¿Cómo concebimos este proceso? ¿Cuáles son las miradas desde la pediatría y
desde la psicología? ¿Cómo podemos acompañar este proceso desde el espacio
educativo?

Los/as invitamos a acceder y leer los episodios 11 de ambas experiencias,


y reflexionar acerca de las preguntas recién planteadas.

Clase3 situacion verde_11 from PostituloMaternal


Clase3 Situacion Naranja 11 from PostituloMaternal

A través de nuestra actitud en el momento de cambiado transmitimos el significado


social de la producción y eliminación de excretas para nosotros como seres
humanos. Geraldi (2014) nos advierte que hay una doble actitud en general en los
adultos a cargo del niño/a ya sean familiares o educadores/as con respecto a la
producción de excretas. Por un lado nos ponemos contentos de que “el nene hizo
caca” pero, por otro lado, cuando le cambiamos el pañal, a veces decimos “puff qué
olor” o hacemos gesto de desagrado.

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Asimismo, ella señala que “La caca es la primera creación del niño, el primer
producto; este está marcado por la ambivalencia: es el regalo esperado por la
madre, el padre y otros familiares que lo festejan y también algo a ser desechado,
algo propio que debe expulsarse y que antes se mantenía unido al cuerpo a través
del pañal.” (Gerardi, 2014)
La producción de excretas es fisiológicamente necesaria, es una producción propia y
una experiencia satisfactoria pero, con el tiempo, la inserción en la sociedad nos
implica realizarla en una forma que corresponde al ámbito de la intimidad y en un
determinado lugar/ tiempo. A través de estas expresiones que el niño/a vivencia
durante el proceso de cambio de pañales aprende que esta doble relación es
adecuada entre los seres humanos.
Por lo tanto, las vivencias del/de la bebé durante el acto de cambio de pañal, le
facilitan el próximo gran paso: el control de esfínteres.
En este punto lo invitamos a leer el apartado “¿Qué son los esfínteres?,
del documento complementario de la clase.

¿Qué quiere decir que el niño/a logra independencia del pañal?


Con estas palabras designamos el momento en el que el niño/a deja el pañal y
empieza a hacer pis y caca en el inodoro. Este momento suele ocurrir entre el
segundo y tercer año de edad, pero dependerá de diversas situaciones.
Para saber si un niño/a está preparado para iniciar el control de esfínteres tenemos
que pensar desde tres lugares:
1. el aspecto de la maduración neurológica física del niño/a;
2. el aspecto que tiene que ver con el desarrollo emocional;
3. las circunstancias contextuales o familiares que está viviendo el niño/a en
ese momento.

Es fundamental tener en cuenta que este proceso se vive en compañía de la


familia y muy pero muy importante respetar el momento madurativo del
niño/a así como su ritmo y las circunstancias vitales que está atravesando.
Es un momento de construcción de un primer control, un primer límite que
pone en un lugar al niño/a donde él/ella mismo visibiliza la posibilidad de
construir decisión y actuar entre el adentro y el afuera corporal. Es un
momento envuelto de incertidumbres, de molestias y satisfacciones, de
enfrentar lo inesperado, de evidenciar las reacciones y el carácter de ese
niño/a frente a dichas emociones y circunstancias.
Es un momento de la trayectoria sustantivamente interesante en su
potencial educacional. Las ideas de finitud, de retención, de acumulación, de
propiedad entran en juego en este proceso.

En el aspecto físico hay algunas pautas que el niño/a debe tener incorporadas que
le permiten cumplir con este proceso. Por ejemplo debe haber aprendido a caminar
y comprender el lenguaje y poder expresarse verbalmente aunque sus palabras no
sean totalmente claras.

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Desde el punto de vista neurológico debe haber una maduración del sistema
urinario e intestinal que le permita, justamente, lograr cerrar los esfínteres y
retener la orina y la materia fecal hasta llegar al baño.
Con respecto a los aspectos psicosociales el niño/a debe estar en un momento en el
que puede separarse de su mamá, papá o adulto referente para lograr mayor
independencia. Según la teoría psicoanalítica empezaría a transitar la etapa anal, es
decir estar interesado en lo que sucede con sus excretas y menos en la oralidad, es
decir, lo que rodea a la succión. También puede empezar a tener momentos de
reposo, quietud, detenerse, sentarse, más prolongados con respecto a los meses
anteriores en que deambular era tan excitante. Desde la misma línea psicoanalítica,
esa etapa sucede en forma dinámica entre lo anal-expulsivo y anal-retentivo, es
decir, en un proceso complejo donde las variaciones en los modos de resolver por
parte del niño/a deben estar acompañados por adultos atento-tolerantes y
dispuestos a esperar- explicar- argumentar- crear confianza para que el otro/a
pueda ceder y poder consensuar.
En el aspecto social el contexto familiar debe estar preparado y dispuesto a
acompañar al niño/a en este proceso. Es recomendable que la familia no esté
pasando por procesos como mudanzas, la llegada de hermanos/as u otras
situaciones que impliquen movimiento emocional que impidan que el niño/a pueda
poner su energía y atención a construir este aprendizaje en una forma más o menos
armoniosa.

Para leer
Si apresuramos este proceso o lo iniciamos antes de tiempo (lo ideal sería que por
lo menos el niño/a hubiera cumplido 18 meses), el niño/a no puede participar
activamente ya que aún no se encuentra en el nivel de habilidades requeridas para
que este pasaje sea por una decisión autónoma de retener o expulsar las heces.
Esto puede generar tensiones o ansiedad que se manifiestan más adelante, y
aparecen trastornos como constipación o episodios de pérdida de materia fecal en la
ropa interior cuando el niño/a ya tiene 4 o 5 años y teóricamente controla sus
esfínteres.
Si dejamos pasar mucho tiempo para iniciar este aprendizaje quizás haya una cierta
“comodidad” del niño/a y/o la familia, que no propicia el crecimiento y autonomía de
ese niño/a. Siempre es conveniente esperar a que el/la niño/a tenga noción de qué
se espera de él/ella y esté listo para hacerlo.

¿Qué cuestiones vinculadas a este aprendizaje observan en forma reiterada


como dificultad por parte de las familias? ¿Qué aspectos didácticos-
pedagógicos consideran sustantivos organizar al momento de acompañar a
un grupo de niños/as en este proceso de aprendizaje? ¿Qué elementos
potenciarían la enseñanza de dicha práctica cotidiana? ¿Cuáles son los
criterios de mayor dificultad para acordar con la familia y/o sus colegas al
momento de acompañar a niños/as que transitan esta etapa? ¿Qué

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situaciones relacionadas con el control de esfínteres lo vincula a la


enseñanza de límites, qué nivel de acuerdo se logra con la familia al
respecto?

Clásicamente, desde la pediatría, se describen tres etapas en este proceso:


En una primera etapa de este proceso el niño/a es capaz de percibir que se ha
hecho pis o caca en sus pañales y transmitirlo a sus padres o adultos.
Esto puede observarse en distintas situaciones: por ejemplo el niño/a se toca el
pañal sucio o se esconde para hacer caca debajo de la mesa o dice “pipi” o “caca”
una vez que se hizo en el pañal.
Estos serían los primeros signos que nos dan los niños/as y que nos indicarían que
el proceso puede comenzar.
En una segunda etapa de este proceso el niño/a percibe y puede transmitir que
está haciendo pis o caca pero es incapaz de retener y controlar. En este momento
dice “me estoy haciendo pis”
La última etapa de este proceso se da cuando ya puede retener o decidir la
expulsión, realizada en forma placentera. También puede interrumpir y recomenzar
la expulsión de las heces.

Para leer
Es importante tener en cuenta que cada familia tiene sus propias creencias y
actitudes con respecto al momento y la forma de dejar los pañales y esto ha de
observarse y respetarse dentro de lo que se considera saludable para el niño/a. Las
edades indicadas son orientativas pero siempre debemos tener en cuenta el ritmo
madurativo de cada niño o niña, las circunstancias familiares de ese momento y las
pautas culturales de ese grupo familiar, para poder acompañar al niño/a en este
cambio.

¿Cómo podemos acompañar desde la familia y desde la institución


educativa al niño/a en este proceso?
Podría indicarse que estamos ante la primera etapa de un proceso de producción de
saberes donde el niño/a comprende que las excretas son un producto de su cuerpo.
En este momento podemos por ejemplo, empezar mostrándoles una pelela,
explicarles para qué sirve, jugar con ella. Así si el niño/a lo desea, podrá sentarse,
podrá conocerla, al principio podrá “hacer como si” y luego, en la segunda etapa,
acercarse a ella con una mayor intencionalidad de uso. También podemos depositar
allí la caca que el niño/a hizo en el pañal.

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Este proceso comienza en el hogar, con la familia, y la institución educativa


acompaña en concordancia con lo que los familiares del niño/a comenten
que ha empezado a suceder en la casa.

En la segunda etapa de este proceso, se puede empezar a dejar al niño/a sin


pañales de a ratos para que tenga un contacto más mediato con sus excretas y
familiarizarse con ellas (esto sucede, sobre todo, en su casa). En este momento por
ejemplo podemos acompañar al/ niño/a al baño e invitarlo a ir, preguntarle si tiene
ganas de hacer pis o caca, ofrecerle que se siente en la pelela o inodoro sin esperar
resultados positivos, salvo aquellos que se producen casualmente.
Los invitamos a leer el apartado “Un ítem a tener en cuenta al momento de
acompañar al niño/a al dejar los pañales”, en el documento complementario de la
clase.
Cuando el niño/a no usa pañales durante el día en su casa, es aconsejable que en la
institución educativa ocurra lo mismo.

Una vez que se logre un control más estable, se podrán sacar los pañales en
forma definitiva. Generalmente se espera que primero haya control diurno
y, luego de un tiempo de que este sea exitoso, se comienza con el
nocturno. También se puede tomar como parámetro que el niño/a no moje
el pañal por varias noches seguidas.

No es de extrañar, sin embargo, que luego de que el control se haya establecido


“haya accidentes”. Esto debe ser considerado parte normal de este proceso, ya que
al principio el niño/a debe estar muy atento a sus sensaciones para proceder a ir al
baño y es lógico que esto a veces sea difícil de lograr. Entonces debemos transmitir
al niño/a tranquilidad en estos momentos para que no los viva como una situación
angustiante. Quizás podamos ayudarlo a evitar estos episodios, recordándole de vez
en cuando, si no tiene ganas de hace pis o de ir al baño o sentarse en la bacinilla
(es importante ubicar la bacinilla en el baño).
En la última etapa de este proceso es habitual que el niño/a logre retener hasta
sentarse y realice exitosamente la evacuación. En este momento, es bueno
expresarle la satisfacción por este hecho, lo cual favorece el proceso de su
autoestima, de su autonomía y la confianza en sus logros. En el acontecer diario en
la institución educativa es muy importante estar atentos al pedido del niño/a para
acompañarlos al baño y quitarles el pañal o la ropa interior y ayudarlos a sentarse
en la pelela o en el inodoro. Es preciso que esta respuesta sea constante y no
errática.

En resumen, es conveniente que tengamos claro que el control de esfínteres


es un proceso que va atravesando las distintas etapas y que es importante
que se vaya acordando su coparticipación y no se dé en forma punitiva.

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Resulta interesante la interpretación que realizan Molina y Jiménez (1998) respecto


al logro de controlar esfínteres: “Los niños y las niñas una vez que han
alcanzado el control lo usan también como un medio para agradar a los
adultos, o para oponerse a ellos, o para mejorar su imagen ante ellos, o
para imponer su persona etc. Ante estas reacciones los educadores deben
hacer un esfuerzo por encontrar un equilibrio entre la valoración y
gratificación de las conquistas del pequeño (…) tampoco hace falta que
convirtamos la cuestión en el tema monográfico de nuestras relaciones con
los pequeños, ni que demos pie a que ellos interpreten que es lo que más
valoramos y gratificamos de cuanto hacen” (Op. Cit, 1998)

Para leer
Al respecto Silvia Bleichmar, establece un vínculo muy interesante con las normas,
el control de esfínteres y “el regalo” y explicita que la aceptación de esta norma,
como de otras, hacen a la constitución psíquica del sujeto: “Empecemos por la
primera norma que un sujeto acata, que es el control de esfínteres. (…)
Cuando los niños pequeños aceptan el control de esfínteres, en realidad lo
aceptan como una forma de demostrar el amor hacia el otro. Lo que le
regala el niño a la madre es la renuncia a las heces, que es muy diferente,
porque el niño no dice “ay, se las regalo a mami y mami me hace una tortita
con eso”, no. En cambio, a mi entender, el niño regala su deseo de evacuar
en cualquier lado, en cualquier momento, por amor a la madre. Esta
inscripción de la norma va marcando ya una renuncia en el interior de la
cultura”(Bleichmar; 2008).

Lo desarrollado hasta aquí nos permite inferir que no serían convenientes las idas
colectivas al baño, o todos a la misma hora en la institución educativa, ya que cada
niño/a necesita lograr iniciativa y cada vez mayor autonomía en este aspecto.
Asimismo, el momento de cambiado a aquellos niños/as de dos años que continúan
con pañales ya no suele ser tan prolongado como lo era cuando eran bebés.
Generalmente se puede anticipar al niño/a que lo vamos a cambiar, pedirle que
busque su pañal, que lo sostenga, se le puede preguntar previamente si hizo caca o
pis, se puede conversar a lo largo de este momento y también solicitarle que
colabore moviendo su cuerpo, levantando su cola mientras se lo limpia con algodón
y óleo. También los niños/as pueden acompañar a descartar el pañal al tacho y
luego proponerle lavarse las manos.
Cabe aclarar que en las instituciones educativas se dan muchas situaciones que no
suceden cuando nos referimos al control de esfínteres intrafamiliar.

Los invitamos a leer el siguiente fragmento de La escuela infantil: “Por regla


general, cuando unos pocos niños y niñas de un grupo-clase usan
regularmente el orinal (pelela) o WC (inodoro), otros niños y niñas, que
quizá aún no han llegado a percatarse de que el pipí y la caca son
materiales de su producción, suelen mostrar su deseo de que les quitemos

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el pañal y sentarse en el orinal o WC. Es conveniente no negarse a ello


aunque pueda parecer excesivamente precoz. El interés motivado por el
deseo de hacer como los compañeros, acompañado por una aprobación
naturalizada de nuestra parte, no tiene nada que ver con una precocidad
impuesta a rajatabla. Al contrario, incita y promueve
desarrollo/aprendizaje” (Molina, Jiménez, 1998).

Pudimos ver que el momento de control de esfínteres tiene una variedad interesante
de aristas que hace que tengamos que estar en comunicación estrecha con las
familias en todo el proceso y también muy atentos a las necesidades de los
niños/as. Desde la institución educativa podemos acompañar este proceso.

El lavado de manos en la institución/organización educativa


Si bien es una práctica sencilla, es imprescindible que sea desarrollada a diario y
varias veces por día, dado que a través de ella cuidamos la salud de los/as bebés,
niños/as y adultos que integran la institución educativa. Es una práctica que
entusiasma a los niños/as en la medida que pueden compartir su realización a
temprana edad y en forma simultánea con otros.
Haremos hincapié en cómo lavarse, cuándo lavarse, en qué condiciones, tanto
los/las niños/as, como los adultos. También los invitaremos a reflexionar sobre
posibles modos de intervenir como educadores/as en esta práctica diaria.

Los/as invitamos a acceder y leer los episodios 12 de ambas experiencias,


y además a reflexionar acerca de las actividades cotidianas tales como el
lavado de manos.

Clase3 Situacion Verde 12 from PostituloMaternal

Clase3 Situacion Naranja 12 from PostituloMaternal

Y ahora, los invitamos a leer el apartado “¿Por qué les lavamos las manos a los
niños/as y nos lavamos las manos nosotros como educadores/as?” en el documento
complementario de la clase.

El lavado de manos de los/las bebés y los/las niños/as en la


institución/organización educativa

Los educadores/as tenemos el


compromiso de potenciar estos
momentos. Debemos propiciar para

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que se tornen placenteros, que se quieran repetir y sean verdaderas situaciones de


enseñanza y aprendizaje. ¿Cómo podemos llevarlo a cabo?
Es importante brindar información, ayudarlos para que incorporen las costumbres
de nuestra comunidad y hacer de la institución educativa un espacio para el cuidado
de la salud.

El lavado de manos está cada día más difundido en nuestra sociedad. Sin
embargo, aún no siempre es parte de las rutinas que la escuela y el jardín
de infantes han incorporado más allá de los momentos de alimentación,
por ejemplo.

En la sala de lactario o grupos donde hay bebés/as es necesario lavarles las manos,
tal como se señaló anteriormente, antes y después de alimentarlos y, si se sale a un
SUM, patio o parque, al regreso. Es importante no hacerlo “con apuro” sino
potenciar este momento, detenernos, ver y acompañar a ese/a bebé cuando
disfruta de tocar, sentir el agua entre sus dedos. En ocasiones puede recitarse por
ejemplo una poesía breve.
En los grupos de niños/as de uno
y dos años de edad, según las
condiciones edilicias, podrá
realizarse el lavado de manos en
la sala o, si existe un baño o
pileta cerca, puede proponerse ir
de a dos o tres niños/as mientras
el resto permanece con el grupo
y otro/a docente. De este modo
se acompaña tanto a los niños
que están en actividad de lavado como a los que están en situación de espera
realizando otra acción.
Lo ideal es que se laven las manos luego de jugar en el patio, SUM o arenero, luego
de ir al baño (aquellos que lo hacen) y antes y después de cada comida. Es
importante que cada niño/a cuente con una toalla propia que coloque en su mochila
y la familia mantenga limpia o con toallas de papel y utilizar jabón neutro (si es
posible, es mejor el jabón líquido para este procedimiento).
Es importante que los niños/as vayan teniendo cada vez mayor autonomía y vayan
conquistando las habilidades necesarias para tomar o colocarse jabón, lavarse,
secarse, abrir y cerrar las canillas, acompañados siempre por el educador/a quien
puede hacer hincapié en cómo llevar a cabo estas prácticas. Para ello es necesario
que se ofrezcan condiciones seguras y adecuadas para desarrollar estas prácticas.
Disponer de una pileta en la sala o cerca de la sala, acordes a la altura de los
niños/as sería lo deseable y, de ser posible, con más de un grifo (puede ser un
piletón largo con dos o tres canillas).

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¿De qué manera llevan a cabo el lavado de manos en la institución en la


que trabajan o conocen? ¿Qué aportes recuperarían de este tópico: el
lavado de manos en la institución educativa? ¿Cómo consideran que puede
enriquecer o modificar su tarea como educadores/as?

A modo de síntesis

Realizar el cambio de pañales, acompañar el proceso de control de


esfínteres, el lavado de manos, el limpiarse la boca cuando se participa de
un momento de alimentación, el vestirse y desvestirse (momentos que
también ocurren en la institución educativa y no hemos incluido) son
actividades cotidianas que se desarrollan a diario y hacen al cuidado del
bebé/ del niño/a.

Tal como señalamos al comenzar la clase están estrechamente vinculadas a las


prácticas y modalidades sociales y culturales, y pueden tornarse verdaderas
oportunidades de enseñanza y aprendizaje. Para ello, es importante aprovechar su
reiteración y cotidianeidad y brindarle al niño/a nuevos desafíos manteniendo el
interjuego entre lo conocido y lo nuevo.
A través de estos momentos, se ofrece al bebé la posibilidad de conquistar diversos
aprendizajes, vinculados a su autonomía e independencia en algunas acciones, a la
seguridad en sí mismos, al cuidado de su cuerpo, a la identificación de la posibilidad
de “producir” hacia un afuera y de controlar un “adentro”, al acercamiento con
marcos de consensos/convencimientos a determinadas pautas y modos sociales y
culturales, entre otros.
Es importante señalar también que para que esto sea posible es necesario disponer
de condiciones físicas y ambientales seguras.
Aspiramos a que la reflexión sobre estos momentos cotidianos permita poner de
relieve e intensificar el valor que poseen como espacios de enseñanza y
oportunidades de aprendizajes para el niño/a al ser mediadas por el educador/a.

¿Cuáles serían las ideas centrales, potentes que se desarrollaron en este


encuentro? En caso de haber observado o de ser o haber sido parte de una
institución educativa que atienda a niños/as de 45 días a 3 años… ¿Qué
reflexiones podrían realizar respecto las prácticas abordadas en esta clase?
¿Qué modificaciones, cambios propondrían en el proceso didáctico-
pedagógico de construcción de estos aprendizajes?

¡Los/as esperamos para seguir reflexionando y produciendo juntos/as en las


actividades y espacios de intercambio!

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Bibliografía obligatoria
• Ministerio de Educación, Ciencia y tecnología de la Nación (2008) Primeros
años creciendo juntos. Guías para trabajar con las familias los contenidos de los
programas de TV. Señales de buen crecimiento y desarrollo. Cuidados en casa. Yo
solito. Buenos Aires: Dirección Nacional de Políticas socioeducativas.
Programa Nacional de desarrollo Infantil. Disponible
en: //repositorio.educacion.gov.ar:8080
/dspace/bitstream/handle/123456789/109569/Gu%C3%ADa%20naranja.pdf
?sequence=1
• Soto, Mateos y Castro en Ministerio de Educación de la Nación (2014) La vida
en las instituciones. 1ra edición. Serie “Temas de 0 a 3 años”. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.Disponible
en: //repositorio.educacion.gov.ar/dspace/bitstream/handle/
123456789/110050/Vida%20en%20las%20inst.%200%20A%203%20A%25
C%91OS-2014.pdf?sequence=1

Bibliografía complementaria
• Ferrari, Rosa (2010) La importancia del cambio de pañales a bebés . Disponible
en://www.seminariopikler.com/documentos/mediateca/articulos/Importancia
_cambio_panales_Ferri.pdf. Fecha de consulta: 31/03/2016
• Unicef (2009) Día mundial del lavado de manos. Guía para planificadores.
Segunda edición. Disponible
en: //www.unicef.org/lac/GHD_PLanners_Guide_Espanol_ Lowres.pdf. Fecha
de consulta: 31/03/2016.

Bibliografía citada
• Bleichmar Silvia (2008)“Violencia social – Violencia escolar” De la puesta de
límites a la construcción de legalidades.” Buenos Aires: Noveduc

• Calmels, Daniel (2014) El cuerpo cuenta, la presencia del cuerpo en las


versificaciones, narrativas y lecturas de crianza . Buenos Aires: Homo Sapiens

• Gerardi María Paula (2014) El Control de esfínteres. Noticias Metropolitanas


XXII; Julio 2014. Disponible en: www.sap.org.ar/docs/noticias_metr_60.pdf.
Fecha de consulta: 31/03/2016.
• Hospital Municipal de niños de Buenos Aires “Ricardo Gutiérrez” División
Promoción y Protección de la Salud (1995) Guía de diagnóstico y tratamiento .
• Lepow P; Cracken Mc P (1992) Red Book. Enfermedades infecciosas en Pediatría .
22° Edición. Bs. As. Editorial Panamericana.
• Molina Lourdes; Jiménez Nuria (1998) La escuela infantil. Acción y participación .
Buenos Aires: Paidós
• Soto, Vasta (2008) Del alfabeto cultural: prácticas cotidianas y juegos
tradicionales en Soto Violante y otros Pedagogía de la Crianza. Un campo teórico
en construcción . Buenos Aires: Paidós (pp.: 173-195)

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• Soto, Violante (2008) ¿Cómo armar propuestas de buena crianza? Algunos


principios pedagógicos-didácticos. En Soto, Violante y otros Pedagogía de la
Crianza. Un campo teórico en construcción . Buenos Aires: Paidós (pp.: 197-221)

• Willis, A y Ricciuti, H (1989) Orientaciones para la escuela infantil de cero a


dos años. Madrid: Morata.
• Congreso Argentino de Pediatría General Ambulatoria. Enuresis y Encopresis.
Rol del Pediatra frente al niño y su familia. Dra. Mónica Oliver. Disponible
en: //www.sap.org.ar/docs/congresos/2010/ambulatoria/oliver_enuresis.pdf.
Fecha de consulta: 31/03/2016.

Actividades
Para leer:

• Lectura de la clase.
• Lectura de la bibliografía obligatoria

Foros de intercambio (en pequeños grupos de trabajo) “Iniciando


la escritura del Trabajo final integrador”
Van a continuar trabajando en el espacio en pequeños grupos, continuando
la actividad que iniciaron la semana anterior. Les proponemos que cada
uno/a de ustedes, realice dos intervenciones en el Foro:
• Primera participación:
Identifiquen dos actividades cotidianas que consideren prioritarias para la
comunidad educativa del espacio institucional/organizacional
seleccionado. Argumenten desde los aportes bibliográficos por qué
consideran que son prioritarias.
Realicen una propuesta de primeros acuerdos con las familias sobre esas
actividades cotidianas, teniendo en cuenta que tanto las familias como la
institución poseen saberes respecto a las mismas.
• Segunda participación:
Luego de leer lo que escribieron sus compañeras/os, realizarle a cada
una/o, sugerencias o preguntas que les permitan enriquecer su escrito.

Foro de consultas
Este es un espacio para intercambiar inquietudes, consultas, comentarios,
etc. referidos a las clases, los materiales de lectura, la hoja de ruta, las
actividades y el trabajo integrador final.
Tengan en cuenta que este foro permanecerá abierto hasta la finalización
del módulo.

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¡Los/as esperamos por acá!

Cómo citar este texto:


Instituto Nacional de Formación Docente (2017). Clase 3: Cambio de pañales, lavado
de manos y otras prácticas cotidianas de higiene en las instituciones educativas que
trabajan con niños/as de 45 días a 3 años. Módulo: Las actividades cotidianas y el
cuidado de la salud. Especialización docente de Nivel Superior en Educación Maternal.
Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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