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El pasuk 18 dice: "Con toda oración y petición orando en todo tiempo en el ruaj, y para eso velando con toda
perseverancia y petición por todos los santos".
Nuestro deseo es poner en práctica la verdadera vida de congregación, pero esto conlleva muchas cosas. Por tanto,
debemos dejar de chismear y de hablar sueltamente, y debemos ser positivos y activos en la oración. Debemos ir al
Adón y orar personalmente y también orar con otros dos o más. Debemos estar apoyados sobre el terreno y la
posición de la congregación, identificarnos con la Cabeza celestial y orar de manera prevaleciente por la
congregación. Si vemos que alguien tiene cierta debilidad, no debemos hablar acerca de eso. Si vemos que algunos
de los que llevan la delantera no son aptos, no debemos criticarlos. En cambio, debemos ir a la Cabeza que está en
el trono y orar. Entones el Adón solucionará el problema o lo quitará de en medio.
No debemos señalar a nadie criticándolo. Al criticar a otros de esa manera, dañamos la vida de congregación y le
abrimos la puerta al enemigo para que entre y ataque la congregación e introduzca muerte en el Cuerpo. Si hacemos
esto, ya hemos sido derrotados por el enemigo. Perderemos nuestra posición y causaremos mucho daño a la
congregación. Lo único que debemos hacer es llevar este asunto a la Cabeza y orar: "Adón, ten misericordia de
nosotros y ten misericordia de este hermano. Adón, Tú decide lo que tengas que hacer". El Adón honrará nuestra
oración. Si oramos de esta manera, seremos aquellos que se mantienen firmes en la puerta para cerrarle el camino
al enemigo, para que no entre y ataque al Cuerpo ni le cause daño. Simplemente debemos ir al Adón y orar. Si otros
ven lo mismo que nosotros, debemos unirnos e ir al Adón para orar. Nuestra arma es orar por los asuntos que vemos
y por los siervos del Adón.
Debemos estar firmes sobre el terreno apropiado, el cual consiste en permanecer en la congregación, en Mashiaj, en
el Ruaj y en los lugares celestiales. Además, no estamos peleando contra seres humanos, sino que estamos
combatiendo contra las huestes malignas de las tinieblas, contra el reino del enemigo. Éste es nuestro verdadero
enemigo. También debemos echar mano de nuestras defensas, que son: ceñirnos con la verdad, portar la coraza de
justicia, calzar nuestros pies con la Besorah, usar el escudo de la fe y ponernos el yelmo de la salvación. Además,
debemos aprender a ejercitarnos en la palabra y en el ruaj de una manera viviente, y debemos aprender a orar y a
hacer peticiones. Frecuentemente debemos orar con toda clase de oración y petición.
La vida de congregación es una vida de oración. Les ruego especialmente a los que toman la delantera entre los
santos, que lleven una verdadera vida de oración. Los hermanos que están en el liderazgo deben reunirse para orar
con frecuencia, y deben orar mucho. De esta manera ayudarán a todos los santos a que aprendan a llevar una vida
de oración. La congregación debe llevar una vida de oración, y los que están en el liderazgo deben ser los que toman
la delantera respecto a tal vida de oración. Todos estos elementos componen la armadura que necesitamos para
pelear la batalla. En estos días, la batalla no es algo pequeño. No es insignificante hablar sobre el propósito eterno
de Elohim, sobre Su pensamiento central, sobre la vida de congregación, sobre el testimonio y sobre la restauración
del testimonio. No podremos tener éxito sólo con palabras y la predicación; tenemos que experimentar estos asuntos
mediante la lucha y la oración.
Aquí hay muchas lecciones que tenemos que aprender. Si el Adón nos concede Su gracia para que aprendamos las
lecciones de experimentar la vida del Cuerpo y la verdadera guerra espiritual, ciertamente tendremos suficiente. Con
esto nos ejercitaremos y seremos disciplinados, gobernados y regidos por el Adón en el ruaj. Aprenderemos todas
las lecciones espontáneamente y no habrá necesidad de disciplinas exageradas, porque estas lecciones nos guiarán
en el Ruaj. Ésta es la única manera en la que podemos experimentar la vida de congregación y obtener una
verdadera restauración del testimonio del Adón sobre la tierra. Oremos y busquemos al Adón para que haga real
estas cosas a nosotros, de modo que cada uno de nosotros pueda experimentar la vida de congregación y la
verdadera guerra espiritual, con miras a que se establezca el reino del Adón.
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SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
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