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Nº 9

LA CONFECCIÓN DE FICHAS BIBLIOGRÁFICAS Y DE LECTURA –


SSP – Area de Investigación en Salud

Para organizar un repertorio bibliográfico que facilite nuestro trabajo y le preste


solidez, es indispensable utilizar un sistema de conservación y clasificación de rápido manejo.
Esta es la oportunidad de conocer cómo se puede elaborar una ficha bibliográfica, o de
localización, que, sin contener todos los datos que ella tiene para el servicio de las bibliotecas,
conserve los más imprescindibles y sirva eficientemente para las distintas fases y exigencias
de nuestra tarea intelectual: a) preparación de un registro bibliográfico completo al empezar la
investigación; b) referencia exacta y sencilla a las fuentes utilizadas en el estudio; c)
elaboración de la sección bibliográfica que se ofrecerá en la última parte del trabajo.
De cualquier clase de papel, aunque es preferible usar cartulina delgada blanca para su
mejor conservación, la ficha bibliográfica será rectangular, de 75 mm. de alto por 125 mm. de
largo, medidas que consideramos preferibles a otras dimensiones internacionales.
Cada ficha deberá contener todos los principales datos que caracterizan y singularizan
a la unidad bibliográfica, ya sea documento, artículo o libro, editados o inéditos. De ese
modo, será identificable frente a los otros documentos, artículos o libros y también frente a
sus varias copias o ediciones, cada una de las cuales puede variar tanto en su distribución
física cuanto en el contenido mismo, por sucesivas impresiones, correcciones o adiciones.

I . En la ficha bibliográfica dedicada a un LIBRO, se deben consignar, con la distribución y


tipos de letra del grabado, los siguientes datos:

JAEGER, Werner, Paideia: los ideales de la cultura griega.


México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1962. XI + 1151 pp.

1. NOMBRE DEL AUTOR. que empezará con el o los apellidos y, después de una coma,
continuará con el o los nombres de pila, de los que pueden aparecer sólo las Iniciales. Los
nombres de pila extranjeros que aparezcan en la lengua original no se traducen.
Cuando haya varios autores, se empezará por el primero que aparezca y se enumerarán
después, en orden natural, los nombres y apellidos de los otros, separándolos por comas y
uniendo el último con y.

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Si se trata de una obra emanada de una institución, ésta aparecerá como autor. En el
caso de las instituciones oficiales y nacionales de un país, ellas suelen estar precedidas por el
nombre del país y un punto.
En caso de que el autor firme con seudónimo, éste ocupa el lugar del nombre del autor
y a continuación, entre paréntesis, se pone la abreviatura seud.; después de una coma
aparecerá el nombre del autor en orden natural.
Cuando no sea conocido el autor, la obra será encabezada por la palabra Anónimo.
Si la obra no tiene autor, como en el caso de las enciclopedias, se empieza la ficha por
el título de la obra.

2. TÍTULO DEL LIBRO. escrito, después de una coma, detrás del nombre del autor,
subrayado y con punto final. El título debe aparecer completo, salvo que sea excesivamente
largo, en cuyo caso se suspende la trascripción cuando ya haya alcanzado un cierto sentido y
se pone tres puntos suspensivos detrás, entre corchetes.

3. EDICIÓN. cuando no es la primera, según aparezca en la obra.

4. NÚMERO DE VOLÚMENES. indicado, cuando la obra conste de varios volúmenes,


inmediatamente detrás del título. Se emplean las abreviaturas t. o vol.

5. Empezando otro renglón, el LUGAR DE LA EDICIÓN. que, si lo necesitase, puede llevar,


inmediatamente después, entre paréntesis, el país a que pertenece.

6. La EDITORIAL. o, en su defecto, la imprenta.

7. El AÑO DE LA EDICIÓN. o los años si son distintos en cada uno de los


volúmenes de que conste la obra.

Estos tres últimos elementos (5, 6, 7) irán separados por comas.


Todos estos datos se extraen de la portada del libro -página en que aparecen,
llenándola casi por completo, la mayoría de ellos- y nunca de la tapa del libro ni de su
anteportada -breve resumen que, en una página casi vacía, anticipa la portada. Si alguno de
estos datos no apareciese en la portada, será buscado en la contraportada, o todavía en el

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colofón, pequeño aviso final donde se consignan la imprenta y el día en que se terminó de
imprimir el libro.
Si bien con los primeros datos (1, 2) se individualiza el libro, con el de la edición (3) y
los tres últimos (5, 6, 7) se precisa la edición concreta que manejamos, sin que quepa
confusión alguna.

II. En la ficha bibliográfica de un ARTÍCULO DE REVISTA aparecerá, aparte de los datos 1


y 2 ya indicados, con la variante de que el título del artículo aparece entre comillas, lo
siguiente:

HOUSSAY, Bernardo A., "Misión y responsabilidad del investigador


científico".
En Finis Terrae. Santiago (Chile), No. 32 (4to. trimestre 1961), pp. 3-11.

3. Empezando en otro renglón, y dejando los espacios ya indicados para la visibilidad del
nombre del autor, el TÍTULO DE LA REVISTA, subrayado, precedido de la palabra En.

4. Inmediatamente después, tras coma, el LUGAR de aparición de la revista, que, entre


paréntesis, puede llevar, si fuera necesario, el país.

5. Después de coma, el VOLUMEN de la revista y, entre paréntesis, el año a que éste


pertenece, por ejemplo: XX (1960). Si el volumen no tuviese numeración corrida o si la
revista no estuviera dividida en volúmenes, el número de ella y, entre paréntesis, el mes y año.

6. Después de coma, las PÁGINAS en que se inicia y concluye el artículo, unidas por un
guión.

La confección de fichas de lectura


Entre todos los tipos de fichas, las más habituales y al fin de cuentas las más
indispensables son las fichas de lectura; es decir, las fichas en que se anotan con precisión
todas las referencias bibliográficas concernientes a un libro o artículo, donde se sintetiza el

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tema, se selecciona alguna cita clave, se formula un juicio, se añade una serie de
observaciones.
En resumen, la ficha de lectura es un perfeccionamiento de la ficha bibliográfica (...).
Esta última sólo contiene las indicaciones útiles para localizar el libro, mientras que la ficha
de lectura contiene todas las informaciones sobre el libro o artículo, por lo que deberá ser
mucho más grande (...) pero por lo general habrá de tener el tamaño de una hoja de cuaderno
en sentido horizontal o de medio folio. Conviene que las fichas de lectura sean de cartulina
para poder consultarlas en un fichero, agruparlas, clasificarlas, etc. (...) Su estructura será más
o menos la de las fichas propuestas como ejemplo en los cuadros subsiguientes.
Nada desaconseja, más bien al contrario, que en los casos de libros importantes se
llenen muchas fichas consecutivamente numeradas cada una de las cuales lleve observaciones
breves sobre el libro o artículo de que se trate.
Las fichas de lectura se utilizan para la literatura crítica.
Son muchos los modos de fichar un libro, tarea que depende también de la memoria
del investigador; hay personas que lo tienen que escribir todo y personas que tienen bastante
con un apunte rápido. El método más común es el siguiente:

a) Indicaciones bibliográficas precisas, de ser posible más completas que las de la


pequeña ficha bibliográfica; ésta servía para buscar el libro, mientras que la ficha de lectura
nos sirve para hablar de él y citarlo correctamente en la bibliografía final; cuando se elabora la
ficha de lectura se tiene el libro delante y es el momento de apuntar todas las indicaciones
posibles: número de páginas, ediciones, datos sobre el editor, etc.

b) Datos sobre el autor: cuando no se trata de una autoridad conocidísima.

c) Breve (o largo) resumen del libro o del artículo.

d) amplias citas entre comillas de los fragmentos que se supone habrá que citar
textualmente con indicación precisa de la o las páginas.

e) comentarios personales, al final, al principio o a mitad de la cita; para no creer


luego que sean obra del autor, se ponen con letra tipo normal, sin comillas, lo que indica que
no es textualmente lo expresado por el autor.

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En el cuadro siguiente hay un ejemplo de ficha de lectura que corresponde a un
material preparado por la Lic. María Herminia Di Liscia1 para el Curso de Abordaje en
Metodologías Cualitativas, que fue organizado por el Area de Investigación y llevado a cabo
en el año 2000. Cabe señalar que se trata de una ficha de lectura correspondiente a un libro, y
dado que se utilizaba en una instancia de enseñanza / aprendizaje, es particularmente
exhaustiva. No obstante no pretender ese nivel de exhaustividad en las fichas que Uds.
confeccionen, nos pareció pertinente su incorporación teniendo en cuenta que a la vez
presenta todos los pasos de un proceso de investigación.

MUJERES POPULARES. EL MANDATO DE CUIDAR Y CURAR


De Graciela Prece, María H. Di Liscia y Laura Piñero. Edit. Biblos, 1996,
Buenos Aires.

Planteo del problema:

Los procesos de salud - enfermedad requieren de la comprensión de


aspectos multidimensionales: el carácter social del proceso, tanto en lo
referente a la etiología social de la enfermedad como a la construcción social
del enfermo y las estrategias que los colectivos sociales elaboran para su
superación.
Frente al planteo tradicional del modelo médico hegemónico hay otra
perspectiva que debe involucrar a los sectores populares con sus saberes,
cultura e historia para la elaboración de las propuestas preventivas y
curativas, destinadas a promover en los sectores populares la capacidad de
cuidado de su salud y atención de las enfermedades.

Objetivos de la investigación:
Objetivo general:

- estudiar las representaciones sociales que en torno a la salud y la


enfermedad predominan en los sectores populares urbanos de Santa Rosa.

Objetivos específicos:
♦ relevar experiencias, saberes y prácticas populares locales vinculadas a la salud-
enfermedad.
♦ explorar las representaciones sociales y las relaciones que se establecen entre la
medicina científica y las prácticas populares, las condiciones de trabajo y las
condiciones de salud.
♦ Indagar sobre la accesibilidad de las familias populares a los servicios de salud y
el grado de satisfacción que muestran con respecto a la atención médica.

Marco Teórico:

Se construyó en torno a las siguientes categorías claves:


- la construcción social del enfermo y de la enfermedad
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Lic. En Ciencias Políticas, Universidad Nacional de La Pampa.

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- la perspectiva de los actores sociales a través del concepto de Representación Social.
- Las prácticas cotidianas vinculadas a la salud-enfermedad.
- Género y Salud

Metodología:

Se partió de la convicción de que el método no es totalmente separable del


objeto de estudio sino que está unido a él y también a la concepción que
los/as investigadores/as tengan de lo social, por lo cual la aplicación de los
métodos supone una determinada definición teórica de lo que es el sujeto de
estudio.

Se eligió la perspectiva cualitativa ya que permite abordar el conocimiento


de los fenómenos sociales desde la propia visión de los protagonistas, pues
permite reflejar lo que la gente cree, siente, dice y hace como producto del
modo en que interpreta su mundo.

Herramientas metodológicas:
- Entrevistas semiestructuradas con ejes temáticos.
- Observación participante en los domicilios y centros de salud

Se elaboraron : guía de entrevista, guía de observación para los ámbitos


de residencia y trabajo y cuestionario de datos básicos del grupo familia.
La guía de entrevista quedó integrada por las siguientes áreas temáticas:
* Organización de la vida doméstica.
* Concepción de salud (saberes y prácticas para mantenerse sano).
* Ideas de protección y de promoción de la salud
* Percepción de las relaciones entre las condiciones de trabajo del grupo
familiar y el cuidado de la salud.
* Historia de la salud familiar.
* Prácticas cotidianas para el cuidado de la salud (en especial eventos
leves)
* Información acerca de temas de salud: fuentes: modalidad, referentes.
* Percepción del trato con el médico y condición social.
* Percepción del cambio en las prácticas personales acerca de la salud-
enfermedad con el paso del tiempo (ciclo de vida individual y familiar, cambio
intergeneracional).
* Coexistencia y delimitación de saberes y prácticas de la medicina oficial
y la popular.

Universo de estudio: sectores populares de la ciudad de Santa Rosa (La


Pampa) localizados en los barrios periurbanos de la ciudad.

Muestra: no probabilística, intencional por cuotas de 20 mujeres-madres de


entre 21 y 45 años, seleccionadas a partir de la ocupación del jefe de hogar, a
fin de que se encontraran diferentes tipos de trabajos de los sectores
populares La muestra fue estratificada a partir de la modalidad y el tipo de
ocupación, así como la educación del jefe de hogar y la del cónyuge y las
características de la vivienda del grupo familiar. Se establecieron dos niveles
socioeconómicos:
Nivel A (diez casos) en el que al menos uno de los cónyuges tiene trabajo
estable.
Nivel B (diez casos) en el que ninguno tiene trabajo estable.

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Resultados:
Los hallazgos se organizaron en los siguientes temas:
* la salud cotidiana: preocupación por la alimentación e higiene
* el papel de la madre como cuidadora de la salud familiar: estrategias
utilizadas para cumplir con el mandato de cuidadora, las pautas de crianza
del medio rural y los nuevos preceptos de la medicina. La condición de
género en el cuidado de la salud.
* Medicina casera y popular. Relevamiento de saberes y prácticas.
* La concurrencia a la curandera. Tipos de dolencia y remedios aplicados.
* La salud oficial: distancia, condicionantes. Diferentes tipos de razones
que impiden una utilización eficaz.
* El trabajo y el rol de cuidadora: cinco casos paradigmáticos.
* El cuerpo de la mujer, cuerpo olvidado, soporte de la cotidianeidad.

Conclusiones:

La percepción de la salud está asociada en forma directa a los hijos,


particularmente los pequeños.
Las mujeres sienten que tienen la responsabilidad “natural” de cuidar la
salud de los miembros de la familia, sus límites están marcados por las
exigencias laborales.
El pasado rural es fuente de creencias y prácticas, pero se reconocen sus
límites y se han incorporado otras normas como la higiene y el control
periódico.
Tanto por las mujeres como por la medicina, se refuerza el mensaje que
salud y enfermedad es tarea de mujeres.
La construcción de la identidad de género, focalizada en la maternidad,
supone el “ser para otros” y su cuerpo también “para otros” lo que hace
devaluar el cuidado de su propio cuerpo y la percepción de señales de
enfermedad que las afectan directamente.
Hay una convivencia creativa entre los aportes de la medicina científica y
la popular.
Con respecto al uso de los servicios de salud, se valora el rol de la
enfermera y de los centros de salud. Contrariamente, la burocracia
hospitalaria y el discurso médico alejan a los sectores populares.
La circulación de las mujeres en espacios públicos en busca de
medicamentos, subsidios, alimentación, información, etc. sorteando
mecanismos rígidos y burocráticos, permite relativizar la noción de lo
femenino popular como una concepción exclusivamente intradoméstica.
Se tuvo la certeza de que las entrevistadas recrean la vida cotidiana con
creatividad y protagonismo. Cabe preguntarse si esas estrategias son
gérmenes de autonomía o tan sólo reflejan nuevas formas de resignación a un
mandato ancestral.

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