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Debido a que en el embarazo, se presentan una serie de alteraciones hormonales que llevan a
cambios fisiológicos en diferentes sistemas. Algunos de estos cambios pueden implicar un mayor
riesgo de diferentes trastornos, entre ellos: la anemia, condición asociada a mayor
morbimortalidad materno-fetal.
Tres de cada diez mujeres en estado de gestación (29,6%) padecen de anemia en el Perú, según
detalla la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2017 elaborada por Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Por lugar de residencia, Lima Metropolitana es el que concentra la mayor cantidad de mujeres
embarazadas con anemia con un 23,1%, seguido de la selva con 22,9%, la sierra y el resto de la
costa con 18,9%.
Asimismo, el 23,3% de las mujeres que están dando de lactar también padece anemia
No obstante, en situaciones en las cuales no se tienen las reservas suficientes o la pérdida son
superiores a estas (gestaciones múltiples, cesáreas, histerectomías) se produce un balance
negativo que conduce al cuadro de anemia. De igual forma, entre las 6-12 semanas de gestación,
se produce una expansión del volumen plasmático, de aproximadamente 10-15 %, hasta alcanzar
un aumento de 40-50 % para las semanas 30-34 de gestación. La ganancia en promedio es de
aproximadamente 1,2 - 1,6 L, esto resulta en un volumen total de 4700 a 5200 mL
Este incremento del volumen plasmático se relaciona inversamente con los niveles de Hb y Hto,
condición denominada anemia dilucional. Generalmente, la desproporción más grande entre la
tasa de aumento de plasma y glóbulos rojos se produce durante el segundo al tercer trimestre,
tiempo durante el cual se hallan los niveles más bajos de hemoglobina. Cuando se aproxima al
parto, los niveles de hemoglobina tienden a estabilizarse dado que los volúmenes de plasma
dejan de aumentar, pero la cantidad de eritrocitos continúan incrementando. Sin embargo, toda
anemia en el embarazo debe ser evaluada para ser diferenciada de una anemia patológica dado
que anemias severas con hemoglobina por debajo de 6 g/dL se han asociado con un volumen
reducido de líquido amniótico, vasodilatación cerebral fetal, patrones de frecuencia cardíaca
anormales, prematuridad, aborto espontáneo, bajo peso al nacer y muerte fetal
Durante el embarazo, una mujer tiene más cantidad de sangre. Esto hace que la concentración de
glóbulos rojos en su cuerpo se diluya. Esto suele denominarse anemia del embarazo y no se la
considera anormal, a menos que los niveles sean muy bajos.
SINTOMAS
Es posible que las mujeres con anemia del embarazo no tengan síntomas evidentes, a menos que
los recuentos celulares sean muy bajos. Los síntomas de la anemia pueden ser diferentes para
cada mujer. Algunos de los síntomas son:
palidez de la piel, los labios, las uñas, las palmas de las manos y la parte inferior de los
párpados;fatiga.
vértigo o mareos.
EL DIAGNOSTICO DE LA ANEMIA
Suele encontrarse durante un análisis de sangre de rutina que se hace para ver los niveles de
hemoglobina o hematocrito. Otras maneras de comprobar si hay anemia pueden incluir análisis
de sangre adicionales y otros procedimientos de evaluación.
La hemoglobina es la parte de la sangre que distribuye oxígeno de los pulmones hacia los
tejidos del cuerpo.
TRATAMIENTO
PREVENCION
Una buena nutrición antes del embarazo no solo ayuda a prevenir la anemia, sino también ayuda
a construir otras reservas nutricionales en el cuerpo de la madre. Una dieta saludable y
equilibrada antes y durante el embarazo ayuda a mantener los niveles de hierro y de otros
nutrientes importantes necesarios para su salud y la del bebé.
Carne de ave: pollo, pato, pavo, hígado (en especial, la carne oscura)
Carne de pescado: los mariscos, incluyendo almejas, mejillones y almejas (bien cocidos) son
buenos. También las sardinas y las anchoas. La FDA recomienda que las embarazadas coman
entre 8 y 12 onzas a la semana de pescado con bajo contenido de mercurio. Por ejemplo, salmón,
camarón, abadejo, bacalao, tilapia y siluro. Pero no coma los siguientes peces que son los que
más contenido de mercurio tienen: blanquillos del Golfo de México, tiburón, pez espada y
caballa real. Limite la cantidad de atún blanco (o bonito del norte) a solo 6 onzas a la semana
Vegetales de hojas verdes de la familia del repollo, como el brócoli, la col rizada, los
grelos y la col silvestre
Legumbres, como frijoles, chícharos, frutos secos, porotos, porotos negros y alubias
cocidas enlatadas; Pan y bollitos de avena con levadura Pastas, arroz, cereales y panes
blancos enriquecidos con hierro
Se recomiendan suplementos de vitaminas con, al menos, 400 microgramos de ácido fólico para
todas las mujeres en edad de concebir y durante el embarazo. Las fuentes de alimentos con folato
incluyen lo siguiente: