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Testigos de Jehová

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Anemia: causas, síntomas y tratamiento


“Tenía anemia cuando era adolescente”, recuerda Beth. Y añade: “No tenía fuerzas, me
cansaba muy rápido, me dolían los huesos y se me hacía difícil concentrarme. El doctor me
recetó suplementos de hierro, los tomé y también mejoré mi alimentación. Empecé a
sentirme mejor al poco tiempo”.

El problema de salud de Beth es bastante común. De acuerdo con la Organización Mundial


de la Salud (OMS), 2.000 millones de personas —más del 30% de la población mundial—
padecen anemia. Se estima que en los países en desarrollo una de cada dos mujeres
embarazadas y alrededor de un 40% de los niños en edad preescolar padecen anemia.

La anemia puede tener consecuencias graves. En casos extremos puede provocar


problemas de corazón y hasta insuficiencia cardíaca. La ONU afirma que en algunos países
“la anemia es responsable de un 20% del total de muertes maternas”. Las madres con
anemia por deficiencia de hierro, que es el tipo de anemia más común, tienen mayor
probabilidad de dar a luz bebés prematuros y con bajo peso. Es posible que los niños con
anemia se desarrollen más despacio y sean más vulnerables a las infecciones. Sin
embargo, la anemia por deficiencia de hierro se puede prevenir y curar. a

¿Qué es la anemia?
La anemia es un problema de salud. En pocas palabras, quien tiene anemia no tiene
suficientes glóbulos rojos sanos. Las causas varían. Los especialistas han identificado más
de 400 tipos de anemia. La anemia puede ser temporal o crónica, y puede variar entre leve
y grave.

¿Cuáles son las causas de la anemia?


Existen tres causas principales:

La pérdida de sangre provoca la disminución de glóbulos rojos.

El cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos.

El cuerpo destruye los glóbulos rojos.

La anemia por deficiencia de hierro es el tipo más frecuente de anemia en todo el mundo.
Cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro, no cuenta con niveles normales de
hemoglobina. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, que les permite transportar
oxígeno.

¿Cuáles son los síntomas de la anemia por deficiencia de


hierro?
Al principio, la anemia puede ser leve y la persona quizás no se dé cuenta de que la tiene.
Aunque los síntomas varían, estos son los más comunes:

Fatiga extrema.

Manos y pies fríos.

Debilidad.

Piel pálida.

Dolor de cabeza y mareos.

Dolor en el pecho, latidos del corazón acelerados y dificultad para respirar.

Uñas quebradizas.

Falta de apetito, especialmente en bebés y niños.

Antojo de comer hielo, almidón o incluso tierra.

¿Quiénes tienen más riesgo de padecer anemia por


deficiencia de hierro?
Las mujeres corren más riesgo debido a que pierden sangre durante la menstruación. Las
que están embarazadas también corren riesgo si su alimentación no les proporciona
suficiente folato, conocido como ácido fólico, que es un tipo de vitamina B.

Los bebés prematuros o con bajo peso que no obtienen el hierro suficiente de la leche
materna o maternizada.

Los niños que no comen alimentos sanos y variados.


Los vegetarianos que no incluyen en su dieta suficientes alimentos ricos en hierro.

Los que sufren enfermedades crónicas, por ejemplo, quienes padecen enfermedades de
la sangre, cáncer, insuficiencia renal, ciertas infecciones o pérdida lenta y crónica de
sangre por una úlcera.

¿Cómo se puede tratar la anemia?


No todos los tipos de anemia se pueden prevenir o curar. Pero, si la anemia se debe a
deficiencia de hierro o vitaminas, es posible prevenirla o curarla con una alimentación
sana que incluya los siguientes nutrientes:

Hierro. Entre los alimentos ricos en hierro se incluyen carnes, frijoles, lentejas y verduras
de hoja verde oscuro. b Otra cosa que también puede ayudar es cocinar en ollas de hierro,
pues algunas investigaciones dicen que eso aumenta el contenido de hierro en la comida.

Folato. Este nutriente, y su forma sintética conocida como ácido fólico, se encuentra en
frutas, verduras de hoja verde oscuro, guisantes (arvejas o chícharos), frijoles, queso,
huevos, pescado, almendras y maníes. También se halla en productos integrales
enriquecidos con vitaminas, como pan, cereales, pasta y arroz.

Vitamina B-12. Entre los alimentos ricos en vitamina B-12 están la carne, los productos
lácteos y de soya, y los cereales fortificados.

Vitamina C. Entre los alimentos ricos en vitamina C se incluyen frutas cítricas, enteras o en
jugo, pimientos, brócoli, tomates, melones y fresas. Los alimentos con vitamina C ayudan a
aumentar la absorción de hierro.
Los alimentos varían en cada región. Así que averigüe qué alimentos nutritivos hay en
donde usted vive. Esto es muy importante si usted es mujer, especialmente si está
embarazada o quiere tener un hijo. Si usted cuida su salud, reducirá los riesgos de que su
bebé tenga anemia. c

a La información de este artículo proviene principalmente de la Clínica Mayo y de la obra The Gale
Encyclopedia of Nursing and Allied Health (Enciclopedia Gale de enfermería y personal auxiliar). Si usted
sospecha que tiene anemia, consulte con un profesional de la salud.

b No tome suplementos de hierro ni se los dé a sus hijos sin consultar primero con un médico. Consumir
demasiado hierro puede dañar el hígado y causar otros problemas.

c A veces, los médicos tratan la anemia con transfusiones de sangre. Los testigos de Jehová no aceptan ese
tipo de tratamiento (Hechos 15:28, 29).

La vida de los glóbulos rojos

Tenemos aproximadamente 25 billones de glóbulos rojos. Estos se producen en la


médula ósea. Cuando entran en el torrente sanguíneo, transportan oxígeno desde los
pulmones hacia otras partes del cuerpo. Como son diminutos y flexibles, los glóbulos
rojos pueden llegar hasta los vasos sanguíneos más estrechos, llamados capilares.
Después de llevar el oxígeno, absorben el dióxido de carbono y lo transportan hasta
los pulmones para que pueda ser exhalado. Luego se vuelven a cargar de oxígeno y el
ciclo se repite. Los glóbulos rojos viven unos 120 días, después se eliminan en el
hígado. Algunos de sus componentes, incluido el valioso hierro, se reciclan.

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