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Expediente 3017 - 2006

APELACION DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 3017-2006
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, nueve de abril de dos mil siete.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veinticinco de
septiembre de dos mil seis dictada por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del
Ramo Civil, constituida en Tribunal de Amparo, en la acción de amparo promovida por
Blanca Lidia Estrada González contra el Juez Quinto de Primera Instancia del Ramo
Civil del departamento de Guatemala. La postulante actuó con el auxilio del abogado
José Leonel Moscozo Lemus.

ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el veinticuatro de julio de dos mil seis en
la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil. B) Acto reclamado:
sentencia de siete de marzo de dos mil cinco, en la cual se ordena el desalojo del
inmueble identificado como finca dos mil trescientos treinta y cuatro (2334) folio
ochenta y dos (82) del libro cuatrocientos cinco (405) de Guatemala, propiedad de la
señora Gregoria González Duarte. C) Violaciones que denuncia: derechos de
defensa y al debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: lo expuesto por la
postulante se resume: a) su padre, Francisco Estrada Monzón o Francisco Estrada
Barbales –propietario de dos bienes inmuebles–, se encontraba unido con la señora
Gregoria González Duarte, su madre y juntos procrearon siete hijos. Tras el
fallecimiento de su padre, su hermano Víctor Manuel Estrada González (por ser el único
de los hijos que se encontraba en la capital, pues, tres de los siete hermanos ya
fallecieron, dos se encuentran en el extranjero, y ella reside en Chiquimulilla) promovió
el trámite del proceso sucesorio intestado ante los oficios de la notaria Laura Elena
Pérez Salvado, sin que el resto de los hermanos tuvieran conocimiento de ello; b) en
dicho proceso, el dieciocho de agosto de mil novecientos ochenta y seis, la notaria
mencionada dictó el auto de declaratoria de herederos, en el que declaró heredero
universal a su hermano Víctor Manuel; posteriormente, éste vendió uno de los bienes
mencionados a su madre, y ésta en su oportunidad registró dicho inmueble a nombre
de ella; c) el ocho de marzo de mil novecientos noventa y tres, el Juez Segundo de
Primera Instancia Civil del departamento de Guatemala, decretó la ampliación del auto
de declaratoria de herederos aludido –del dieciocho de agosto de mil novecientos
ochenta y seis–, tras declarar como heredero también a Horacio Estrada Morales, a
solicitud de él, quien resultó ser hijo reconocido por su padre; d) con ello, dicha
persona solicitó al Juez Cuarto de Primera Instancia del Ramo Civil del departamento
de Guatemala, la exclusión de su hermano Víctor Manuel, aduciendo que no había sido
reconocido por su padre, así como la desocupación de los inmuebles que fueron
propiedad de su padre, a lo que accedió dicho Juez, declarando excluido a su hermano
como heredero y nulas las inscripciones registrales a favor de su hermano Víctor
Manuel, pese a que uno de los bienes ya era propiedad de su madre, para lo cual se
libró los despachos respectivos al Registro General de la Propiedad Inmueble; e) el
trece de febrero de dos mil seis, se decretó el lanzamiento de la parte demandada y de
cualquier otro ocupante de los inmuebles objeto del litigio, incluyendo a su madre, sin
haber sido citada, oída y vencida en juicio, violándose así su derecho de defensa y al
debido proceso; f) para la restitución del bien de su propiedad, su madre interpuso
acción de amparo, en el cual le fue otorgado el amparo provisional, ordenándose la
restitución del bien inmueble, orden que no fue acatada en su momento por el Juez
Segundo de Paz del Municipio de Mixco, sin embargo, durante la tramitación de ese
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proceso su madre falleció, por lo que a solicitud del señor Horacio Estrada Morales el
amparo fue sobreseído; g) de esa cuenta, promueve el presente amparo por enterarse
hasta ahora de lo sucedido, y denuncia violaciones a los derechos de defensa, al
debido proceso y de legalidad cometidas contra su fallecida madre, que hoy le
corresponden a ella, en su calidad de hija, y, por lo tanto, de heredera de los
derechos, acciones y obligaciones que por ley le correspondían a su difunta madre.
Solicita que se declare con lugar el amparo. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos
de procedencia: invocó el contenido en artículo 10 incisos a) y d) de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes violadas: citó los
artículos 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 4o. de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y 16 de la Ley del Organismo
Judicial.

II. TRÁMITE DEL AMPARO


A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: Horacio Estrada
Morales, Lázaro Estrada González y Ana Raquel Monzón González. C) Remisión de
antecedentes: expediente del juicio sumario de desocupacion C dos guión dos mil
cuatro guión cuatro mil ochocientos treinta y nueve (C2-2004-4839) promovido por
Horacio Estrada Morales contra Víctor Manuel Estrada González. D) Prueba: a)
certificación de la partida de nacimiento de Blanca Lidia Estrada González, número
setecientos ocho (708), folio trescientos setenta y nueve (379) del libro de nacimiento
cuarenta y tres (43) Antiguo del Registro Civil de la Municipalidad de Chiquimulilla,
departamento de Santa Rosa; b) certificación del acta mil cuatrocientos cuarenta y
nueve (1449) del libro sesenta y nueve (69) de defunciones del Registro Civil de la
Municipalidad de Mixco, departamento de Guatemala, correspondiente al asiento de
defunción de Gregoria González Duarte; c) copia simple de las partes conducentes de
la certificación del Registro General de la Propiedad de la finca dieciocho mil doscientos
cincuenta (18,250), folio cincuenta y ocho (58) del libro quinientos catorce (514) de
Guatemala; d) fotocopia de la partida de nacimiento de Horacio Estrada Morales,
número trescientos treinta y ocho (338) folio S-N del libro cuarenta y tres (43) de
nacimientos del Registro Civil de Chiquimulilla, departamento de Santa Rosa; e) copia
simple del acta de radicación y de la junta de herederos del proceso sucesorio
intestado, iniciado por Víctor Manuel Estrada González, ante los oficios de la notaria
Laura Elena Pérez Salvado de Valencia. E) Sentencia de primer grado: el tribunal
consideró: “...Analizados los antecedentes que sirven de base a la presente acción
constitucional, se verifica que de conformidad con los preceptuados [sic] en los
artículos 265 de la Constitución Política de la República de Guatemala y 8 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, el Amparo procederá siempre que
las leyes, disposiciones, resoluciones o actos de autoridad lleven implícitas una
amenaza, violación o restricción a los derechos que la Constitución y las leyes
garantizan, es decir que causen un agravio directo en la esfera personal, jurídica o
patrimonial de quién accede a la justicia constitucional en protección de sus derechos,
el Amparo como garantía contra la arbitrariedad es un instrumento jurídico procesal
instituido para proteger a las personas contra las amenazas de violaciones a sus
derechos o restaurar el imperio de los mismos, cuando la violación hubiere ocurrido, y
siendo que el agravio es un elemento sine qua non, para la procedencia del amparo y
al no evidenciarse el mismo, no le causaron agravios, como consta en el proceso de
mérito. Esta Sala determina que en el juicio sumario de desocupación la Juez cumplió
con el principio del debido proceso, que al emitir la sentencia de fecha siete de marzo
de dos mil cinco, no se ha producido el agravio que denuncia, ya que la parte
demandada ha tenido acceso a los medios de impugnación que la ley regula y de
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conformidad con el artículo doscientos treinta y ocho del Código Procesal Civil y
Mercantil el desahucio afectará al demandado y al inquilino y a cuales quiera [sic] otros
ocupantes del inmueble por cualquier título, y si lo resuelto por la Juez recurrida no le
es favorable a sus pretensiones, no necesariamente debe tenerse como violatorio a sus
derechos constitucionales, de donde se evidencia que no existe el agravio denunciado
y que la postulante pretende que este tribunal constitucional de amparo se constituya
en un ente revisor y paralelo de lo resuelto por un órgano jurisdiccional en
cumplimiento de sus atribuciones legales y se contravenga lo regulado en los artículos
203 y 211 de la Constitución Política de la República, de donde concluye que por esta
acción constitucional de amparo, este tribunal no puede operar como una INTANCIA
[sic] REVISORA DE LO RESUELTO en la primera y segunda instancia, y
consecuentemente no se han violado las garantías constitucionales denunciadas, por
aparte la resolución que eventualmente le pudo haber causado agravio es la sentencia
dictada por esta Sala con fecha siete de julio de dos mil cinco, fallo que fue revisado y
confirmado por encontrarse ajustado a derecho, de donde el Amparo en su caso debió
haberse enderezado contra este tribunal ante la Corte Suprema de Justicia y
evidenciándose erróneo señalamiento en la autoridad recurrida. Por lo que es
procedente denegar el amparo, condenar en costas procesales al postulante del
mismo, e imponer a su Abogado Director y Procurador, la multa correspondiente que
se especificará en la parte resolutiva del presente fallo…” Y resolvió: “…DECLARA:
“…I) DENIEGA EL AMPARO solicitado por BLANCA LIDIA ESTRADA GONZÁLEZ,
contra la JUEZ QUINTO DE PRIMERA INSTANCIA DEL RAMO CIVIL; II) condena en
costas procesales a la postulante del amparo y a su Abogado Director y Procurador
JOSE LEONEL MOSCOZO LEMUS, le impone la multa de UN MIL QUETZALES, que
deberá hacer efectiva, dentro de los cinco días siguientes de estar firme la presente
resolución, en la Tesorería de la Corte de Constitucionalidad, que en caso de
insolvencia, se cobrará por la vía legal correspondiente …”

III. APELACIÓN
La postulante apeló.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA


A) La interponente no alegó. B) El tercero interesado, Horacio Estrada Morales,
indicó que la sentencia apelada se encuentra dictada conforme a derecho, pues la
amparista pretende convertir al amparo en una instancia revisora de lo resuelto por los
órganos jurisdiccionales, con lo que se infringen los principios que rigen el proceso
constitucional de amparo; además, la postulante no agotó los recursos ordinarios
dentro de los juicios que sirven de antecedentes de este amparo, por lo que existe
falta de definitividad. Por otro lado, alega que existe falta de legitimación pasiva, pues
debió enderezar su amparo en contra de la Sala que conoció en segunda instancia del
juicio sumario de desocupación. Solicitó que se declare sin lugar la apelación intentada.
C) El Ministerio Público reiteró los argumentos vertidos en el trámite del amparo en
primera instancia en el sentido de denegarse el amparo solicitado, pues la amparista
pretende una revisión con el presente amparo del proceso subyacente; además, estima
que existe falta de legitimación activa, ya que no compareció como parte en el juicio
que sirve de antecedente a la presente acción.

CONSIDERANDO
–I–
El amparo es un proceso de carácter extraordinario cuya procedencia está sujeta a la
concurrencia obligada de requisitos procesales, entre ellos, la legitimación activa del
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postulante. Para lograr el otorgamiento de la protección que el amparo conlleva, es


presupuesto necesario demostrar la existencia de agravio personal y directo, dado que
la legitimación activa corresponde a quien tiene interés en el asunto. Este presupuesto
se deduce al hacer interpretación de la dicción legal contenida en los artículos 8º, 20,
23, 34 y 49, inciso a), de la Ley de Amparo Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
en los que figuran las expresiones “sus derechos”, “afectado”, “hecho que lo
perjudica”, “derechos del sujeto activo”, “interés directo”, “ser parte”, o tener
“relación directa con la situación planteada”, las que son reveladoras y congruentes
con la doctrina que establece que en el amparo no existe acción popular, sino que es
necesario hacer valer un derecho propio; por ello, para que esta garantía
constitucional sea viable es necesario que los actos de autoridad reclamados hayan
producido agravio en la esfera de los intereses jurídicos del reclamante.

Respecto de la interposición de esta acción, en representación del sujeto legitimado, la


Ley de la materia prevé que la personería que se invoca debe acreditarse, lo que se
hará, en aplicación supletoria, de conformidad con las formalidades que para el efecto
prevé la ley Procesal Civil y Mercantil (Artículo 7o. de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad).
– II –
En amparo acude Blanca Lidia Estrada Gonzalez en forma personal contra el Juez
Quinto de Primera Instancia del Ramo Civil, y señala como acto reclamado, la sentenca
de siete de marzo de dos mil cinco, en la que se decrtetó el desahucio de su madre,
reclamando que se le causó agravios a su progenitora fallecida, al haber declarado con
lugar el juicio sumario de desocupación de un inmueble que le pertenecía a su mamá,
a quien no se citó, oyó y venció en juicio –ésta aún en vida–, con el objeto de que se
restituyan los derechos de defensa, al debido proceso y de legalidad, conculcados por
la autoridad impugnada con la emisión del fallo que se reclama. Al formular sus
peticiones de fondo, solicita que se declare nulo el acto reclamado, y en consecuencia,
que no afecta los derechos que en vida le correspondían a su difunta madre, y que
ahora le corresponden a ella como hija, y por lo tanto, heredera de los derechos,
acciones y obligaciones que por ley le correspondían a su fallecida madre. Su condición
de hija la acreditó con la certificación de la partida de nacimiento.

– III –
Conforme lo expuesto por la postulante, la acción la ejercita como heredera de los
derechos, acciones y obligaciones que en vida le correspondía a su difunta madre. Para
determinar la procedencia de dicho ejercicio, esta Corte considera oportuno analizar lo
referente a la legitimación activa en el amparo, y lo concerniente al presente caso.

La legitimación activa en el amparo la conforma la potestad del titular de los derechos


fundamentales lesionados de promover tal garantía constitucional, lo que conforma un
límite contra terceras personas, para que éstas no interpongan el amparo a favor de
los titulares sin su consentimiento expreso, o para que ellos no sean involucrados
injustificadamente. Tienen legitimidad activa para interponer el amparo las personas
naturales y las personas jurídicas que tienen la calidad de víctimas, o dicho de otro
modo, a quienes se les vulneró o amenazó un derecho fundamental. Por otra parte, en
el caso de las personas individuales, la capacidad para impetrar válidamente la tutela
judicial, surge con la mayoría de edad, siempre que no concurra alguna causa de
incapacidad o interdicción, y termina con la muerte, conforme lo establecen los
artículos 1° y 8° del Código Civil, y el 44 del Código Procesal Civil y Mercantil.
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Normativa aplicable supletoriamente a la jurisdicción constitucional, por lo que el


legislador constituyente previó en el artículo 74 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, el sobreseimiento del expediente de amparo
promovido por una persona, que durante su trámite halla fallecido, pues el ejercicio de
la garantía instaurada se desvanece con el deceso del titular de los derechos
fundamentales a protegerse. En forma distinta se sucede en el proceso civil, en el cual
se reconoce la sucesión procesal por muerte de la persona física, por la que el
heredero universal (así declarado) sucede al difunto o causante en todos sus derechos
y obligaciones, según lo reconoce el artículo 59 del Código Procesal Civil y Mercantil.
Sin embargo, Montero Aroca y Chacón Corado, advierten que esto no podría ocurrir
siempre, al existir casos en que la muerte de la parte ha de producir la terminación del
proceso, al carecer de sentido su continuación, que es lo que sucedería en el divorcio,
por ejemplo [Montero Aroca, Juan y Mauro Chacón Corado. Manual de Derecho
Procesal Civil Guatemalteco, Volumen primero, página ochenta y cinco (85)]. Todo esto
se confirma con el artículo 917 del Código Civil, que indica que la sucesión por causa
de muerte comprende todos los bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen
por la muerte.

Conforme la ley de la materia y el Código Procesal Civil y Mercantil, de aplicación


supletoria, la calidad de hija no es suficiente para acreditar que se tiene la
representación legal de una mortual, como lo pretende la postulante. Al respecto, el
artículo 509 de la ley procesal citada dispone: “…Mientras no se haya reconocido a los
herederos, podrá el juez autorizar al administrador para que gestione lo que proceda a
favor de los intereses hereditarios, ya se trate de intentar las demandas que tengan
por objeto recobrar bienes o hacer efectivos derechos pertenecientes a la mortual o de
contestar las demandas que contra ésta se promuevan, así como cualquier otra
diligencia extrajudicial. Una vez reconocidos los herederos, a éstos compete
exclusivamente la representación de la mortual.”, es decir, que la representación de la
mortual corresponde a quien haya sido designado como su administrador y a los
herederos cuando ya se les hubiera declarado como tales. En este caso, la postulante
no acreditó adecuadamente ser la representante (administradora, albacea o declarada
heredera) de la mortual de su madre, cuyos derechos intenta defender, ni demuestra
haber sido declarada heredera de ésta. Esta circunstancia -de no acreditar la
representación de la mortual-, determina la falta de representación legal para ejercer
la defensa de los intereses invocados por la accionante, con lo que se determina la
improcedencia del amparo. Para obtener dicha representación, la amparista debió
obtener -como mínimo- la calidad de administradora de la herencia y posteriormente,
solicitar al juez de la causa para que la autorizara a gestionar lo que procediera a favor
de los intereses hereditarios, como intentar acciones para recobrar bienes o hacer
efectivos derechos pertenecientes a la mortual.

Por las razones antes expuestas, el amparo debe denegarse y, habiendo resuelto en
este sentido el tribunal de primer grado, procedente resulta confirmar el fallo apelado.

LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272 inciso c) de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 1°, 4°, 5°, 6°, 8°, 10, 42, 47, 57, 60, 61, 66, 67, 149, 163 inciso c),
185 y 186 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 17 del
Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO
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La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, resuelve:


I) Confirma la sentencia apelada. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto,
devuélvanse los antecedentes.

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE


PRESIDENTE

MARIO PÉREZ GUERRA JUAN FRANCISCO FLORES JUÁREZ


MAGISTRADO MAGISTRADO

ROBERTO MOLINA BARRETO VINICIO RAFAEL GARCÍA PIMENTEL


MAGISTRADO MAGISTRADO

DEIFILIA BAPTISTINA ESPAÑA BARRIOS


SECRETARIA GENERAL, A.I.

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