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poco saludables relacionados con la mala alimentación (comida chatarra) y el uso de tecnologías
como los computadores, la televisión, los dispositivos móviles y otros factores que aumentan la
aparición del sedentarismo el cual se encuentra asociado a múltiples problemas de salud.
¿Qué recomendaciones daría a este tipo población para que no padezcan enfermedades
crónicas en su etapa adulta?
Recomiendo ayudar a los niños a adoptar hábitos de alimentación saludables, a ser conscientes de
lo que comen, preparando versiones más saludables de sus platillos preferidos, reduciendo las
tentaciones de alto contenido calórico, ofreciendo leche, productos lácteos bajos en grasa o
descremados, carnes magras, aves, pescado, lentejas, frijoles y una variedad de verduras, frutas,
productos integrales en porciones razonables.
Otra forma de equilibrar calorías es realizar una cantidad apropiada de actividad física y evitar el
sedentarismo en exceso. Además de ser divertido para los niños y adolescentes, la actividad física
regular tiene muchos beneficios para la salud, por ejemplo: Fortalecimiento de los huesos,
disminución de la presión arterial, reducción del estrés y la ansiedad, aumento de la autoestima,
ayuda para controlar el peso. Algunos ejemplos de actividad física moderada son: caminar a paso
rápido, jugar al "corre que te alcanzo”, saltar la cuerda, jugar fútbol, natación, bailar.
1. Crea una estación de trabajo de pie: Poner una mesa especial que se ajuste a los empleados
que quieran trabajar estando de pie.
2. Párate mientras hablas: Ponte de pie cuando contestes el teléfono o cuando un compañero se
acerque a tu escritorio. Puedes permanecer de pie para juntas que no requieran computadora o
que no sean muy largas. Los beneficios son claros: después de un año de estar parado un par de
horas más cada día se habrán eliminado 30 mil calorías extras. Eso equivale a correr unos 10
maratones.
3. Levántate y estírate: No es sano mantener la misma postura por más de 30 minutos. Cuando
sientas que te está dando sueño o que tus músculos se entumen (un signo de que tu metabolismo
se está alentando), es tiempo de ponerse de pie. Levántate cada dos horas al baño, a servirte café
o llenar tu botella de agua.
5. Haz un pacto. Es más fácil hacer un cambio fuerte en los hábitos personales cuando se hace en
comunidad. Ponte de acuerdo con tus compañeros para tomar un descanso de un minuto para
levantarse y hacer ejercicio brevemente.
Estos sencillos cambios pueden tener un efecto positivo en el rendimiento laboral, incrementándolo
hasta en un 18 por ciento. Pararte y sentarte según tu cuerpo lo requiera incrementa el flujo
sanguíneo, metabolismo y el consumo calórico mientras mejora la concentración, energía y
productividad.
Para su salud cardiovascular es importante realizar una alimentación cardiosaludable, con una
dieta mediterránea (con frutas, incorporando legumbres, ensaladas, pescados y aceite de oliva).
Este tipo de dieta ayuda a controlar la obesidad y a reducir el colesterol, el azúcar y la tensión
arterial.
Cuando se hace la compra de los alimentos, es el momento más importante para cuidar la salud
cardiovascular de toda la familia, evite alimentos ricos en grasas, elija productos frescos y de
temporada.
Revise las etiquetas de los productos, elija productos con bajo contenido calórico y bajos en
colesterol.
Elija alimentos ricos en nutrientes (vitaminas, minerales y fibra) pero bajos en calorías.
Compre productos vegetales, frutas, harinas integrales y con alto contenido en fibra, pescado,
proteínas vegetales, alimentos bajos en grasa.
En los alimentos preparados la sal viene reflejada en las etiquetas como Sodio o Na.
Acostúmbrese a mirar las etiquetas, para comprobar la sal que tiene ese alimento si está
preparado.
Las carnes blancas son mejores que las carnes rojas, recomendando el conejo, el pollo y el pavo.
De la carne de cerdo elija las partes magras (sin grasa o retírela antes de cocinar).
Si usted fríe la comida, elija un aceite vegetal, preferente de oliva, evite que coja mucha
temperatura (que no humee), evite reutilizarlo repetidamente (pierde propiedades beneficiosas).
Lo que si me parece una maravilla de la leche desnatada, es que es muy pobre en grasa y aporta
sólo unas 66 calorías por cada vaso de 200 mililitros y al igual que la leche entera, es rica en
proteínas de calidad (6,8 gramos por cada vaso) que, en combinación con cereales tales como:
arroz, pan, cereales de desayuno, etc., se pueden equiparar a las proteínas de la carne, el pescado
o los huevos. Es muy buena fuente de calcio, ya que medio litro de esta leche cubre las
necesidades de calcio de un niño y del adulto.
Las condiciones de salud de cada persona deben ser valoradas por el médico, porque cuando las
personas no están acostumbradas al consumo de la leche de soya, pueden presentar desórdenes
digestivos y uno de las principales enzimas digestivas producidas por el páncreas puede provocar
diarrea, hinchazón de estómago y flatulencias.
Algunas dietas que son más altas en proteínas de lo normal, como suelen ser las dietas bajas en
carbohidratos, presentan peligro para las personas que padecen alguna enfermedad renal y más
proteína, significa menos calcio, lo cual se asocia con huesos más frágiles y más proteína,
representan más calorías y por consiguiente más probabilidad de ganar peso (sobrepeso u
obesidad), así mismo, más proteína, se refleja en más colesterol y grasa saturada, con lo cual,
aumenta el riesgo de enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.
Como no todos los seres humanos hacemos y sentimos de la misma forma, me considero seguidor
de un estudio sobre alimentación (según investigadores en USA) sugieren que existe una extrema
variabilidad en las necesidades de agua de cada individuo, que dependen del clima, nivel de
actividad y cantidad de sudor expulsado.
Partiendo del supuesto anterior, se recomienda consumos mayores de agua (hasta 5 litros en
algunas personas) por otras razones muy diferentes que la salud. El agua no contiene calorías
pero nos hace sentirnos llenos, eso significa que las personas que hacen dieta funcionarán mejor
cuando beben agua. Y por supuesto, el ejercicio intenso aumenta extraordinariamente nuestras
necesidades de fluidos. Por lo tanto, hay que beber más agua si nuestro objetivo es perder grasa o
aumentar de tamaño muscular. De no ser así, bastará con que dictamine el primer momento en
que sienta el acoso de la sed.
El deporte es el eje sobre el que se sustenta el equilibro de una dieta sana. En este aspecto, el
informe del Instituto de Medicina también aporta un punto de vista flexible: caminar, regar las
plantas, cuidar el jardín… todo ejercicio es válido.