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Physiologus

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Physiologus

El Physiologus es un manuscrito redactado en griego por un autor


desconocido, y compilado con fines moralizantes. Probablemente se
escribió en Alejandría, entre el siglo II y el IV. Fue uno de los libros
más populares de la Edad Media, que aparece en la mayoría de las
lenguas: siríaco, latín, armenio, etíope, árabe, etc. El Physiologus
contiene un conjunto de descripciones de diversos animales,
criaturas fantásticas, plantas y rocas, la mayoría con frases y
sentencias moralizantes. De cada animal se muestra su descripción y
se narran varias anécdotas, pero todo ello con sentencias morales y
cualidades simbólicas del mismo. Algunos manuscritos poseen
ilustraciones. Algunos académicos —como Thorndike— consideran
que las primeras redacciones no tenían la parte de interpretación
alegórica, basándose en “la ausencia de alegorías en textos
tempranos tales como la versión en siríaco o los fragmentos
conservados en el glosario latino de Ansileubus”.[1]​
El Fisiólogo de Berna ( Bern Physiologus), manuscrito del siglo IX: página en la que
se describe a la pantera.
El libro fue traducido al latín hacia el año 400, y después a otros
idiomas europeos y orientales. Aunque no se ha conservado el texto
original griego, perduran varias versiones del Physiologus en
manuscritos ilustrados, que son traducciones de texto en latín, como
el Bern Physiologus. Muchos textos y libros enciclopédicos de la
época medieval contenían numerosas alusiones al Physiologus, como
las Etimologías de Isidoro de Sevilla, ejerciendo gran influencia en el
simbolismo religioso de diversas imágenes medievales, tales como el
Fénix o el pelícano. Esta obra influyó durante cientos de años el
pensamiento de muchos europeos, siendo el predecesor de los
bestiarios medievales («libros de bestias») de los siglos XII y XIII.

Índice

1 Autor
1.1 La intención del autor
2 Historias alegóricas
3 Referencias
4 Bibliografía
5 Véase también
6 Enlaces externos

AutorEditar

El verdadero autor del Physiologus griego original es desconocido,


aunque durante la Edad Media, las versiones en griego y latín fueron
atribuidas a varios escritores de la Iglesia cristiana, tales como
Epiphanius, Pedro de Alejandría, Basilio, Juan Crisóstomo, Atanasio,
Orígenes, Ambrosio y Jerónimo, incluso se dice que habían escrito
parte de él personajes anteriores al cristianismo, como Aristóteles y
Salomón.[2]​

Probablemente se elaboró en Alejandría, entre los siglos tercero y


cuarto. Esta fecha se basa en las evidencias del propio texto y en las
referencias del mismo a otros escritores del siglo V. El lugar es
sugerido por los animales descritos, varios de las cuales eran
conocidos sobre todo en Egipto.

La intención del autorEditar

A menudo, el Physiologus es traducido como «el naturalista», pero


este título es engañoso. La obra no tiene título, y se lo ha llamado así
porque comienza afirmando “El Fisiólogo, que redactó estos
discursos, dijo [...]”. El Physiologus no es una «historia natural». La
intención del autor no era describir lo que se sabía acerca de la
«naturaleza» en aquella época, al objeto de difundir conocimientos.
El autor utiliza algunas descripciones de los animales que se
encuentran en las primeras obras, pero su intención es diferente: las
historias estaban allí para ilustrar el significado más profundo de las
ideas explícitamente religiosas cristianas, dogmáticas, de sentido
alegórico, que se consideraban inmersas en la naturaleza. El
Physiologus nunca fue escrito con la intención de ser un tratado de
historia natural; es una interpretación metafísica, moralizante, con
significados místicos y trascendentes del mundo natural.[3]​

Historias alegóricasEditar

El Physiologus contiene algunas historias alégoricas. Por ejemplo,


cuenta la historia de la leona, cuyos cachorros nacen muertos, pero
gracias a que suspira sobre ellos, reviven al tercer día. Otra historia
narra que el ave fénix se quema a sí misma, muriéndo, pero al cabo
de tres días resurge de sus cenizas. Ambas historias guardan
bastantes semejanzas con Cristo. Del unicornio comenta que sólo
puede ser apresado cuando reposa apaciguado en el regazo de una
virgen pura, siendo un símbolo de la Encarnación; o que el pelícano
alimenta con su propia sangre a sus crías, para que pueda transmitir
parte de su vida a ellas, siendo otros ejemplos de salvación que
guardan similitud con la crucifixión de Jesucristo.

También el Physiologus presenta ciertas alegorías que tratan sobre la


derrota de Satanás ante Jesucristo, y otras que ejemplifican actitudes
que aconseja seguir o evitar a toda costa. Es por ello que el
Physiologus presenta numerosas historias que muestran un fuerte
valor didáctico y con semejanzas a los sucesos que se relatan en los
textos de la religión católica.

ReferenciasEditar

1. ↑ Guglielmi, Nilda (2002). El Fisiólogo. Bestiario medieval. Madrid:


Ediciones Eneida. p. 11. 
2. ↑ Curley, p. xvi
3. ↑ Curley, p. xv

BibliografíaEditar

Curley, Michael J.: Physiologus. Austin: University of Texas Press,


1979. ISBN 0-292-76456-1
Lazaris, Stavros: ″Quelques considérations sur l’illustration du
Physiologus grec″, en: Bestiaires médiévaux: Nouvelles
perspectives sur les manuscrits et les traditions textuelles. Actes du
XVe colloque international de la Société Internationale
Renardienne, Louvain-la-Neuve, 18-22 août 2003, B. Van den
Abeele (ed.), Louvain-la-Neuve, 2005, pp. 141-167, pdf.

Véase tambiénEditar

Enlaces externosEditar

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Physiologus.

  Datos: Q1233377
  Multimedia: Physiologus manuscripts

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