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Todos los días, desde el momento en que salimos de casa, estamos expuestos a muchos
riesgos, y no hablamos solo de accidentes o catástrofes naturales, sino de un peligro muy
pequeño en tamaño, pero grande en capacidad para hacernos daño, las infecciones.
Si, las infecciones producidas por microorganismos, como virus, bacterias, hongos y
parásitos, que están dispersos por todos lados, en las superficies, en el aire, en alimentos, y
muchos lugares más. Pero si hay tanto peligro microscópico alrededor ¿Cómo es que seguimos
vivos? O ¿por qué no nos enfermamos todos los días?
Pues sucede que los seres humanos, al igual que los mamíferos, contamos con un sistema
de protección muy eficaz, que forma barreras para evitar la entrada de estos agentes
invasores, o en caso de lo que logren penetrar al cuerpo, poder eliminarlos lo más pronto
posible. Estamos hablando del “Sistema inmunológico y linfático”.
El sistema inmunológico y linfático está compuesto por una seria de barreras naturales,
tejidos, órganos, células y sustancias que evitan la entrada de microorganismos y agentes
invasores al cuerpo, además de identificarlos y eliminarlos en caso de ataques posteriores.
- Celular: representada por los linfocitos T, los cuales hay de 2 tipos, citotóxicos y
colaboradores. Los citotóxicos matan células infectadas y/o dañadas por
patógenos, mientras los colaboradores regulan la respuesta inmune, dirigiendo a
otras células para que actúen en el proceso.
La inmunidad específica permite generar memoria, para que ante futuras infecciones por el
mismo patógeno, el cuerpo pueda defenderse inmediatamente con la mayor eficacia posible y
evitar así la enfermedad.
Al igual que la función o respuesta inmune tiene una clasificación, los órganos que
conforman el sistema inmune también la tienen. De este modo podemos clasificarlos en 2
grupos: primarios y secundarios.
Primarios: son aquellos donde se producen las células del sistema inmune, y son el
timo y la médula ósea roja.
Timo
Se encuentra en la parte anterior del tórax, se reduce de tamaño a partir de los 7 años de vida,
posee una corteza y médula, en la corteza llegan células provenientes de la médula ósea roja,
que se convierten en timocitos, los cuales luego se alojan en la médula para formar linfocitos
T.
Bazo
Se ubica en el cuadrante superior izquierdo del abdomen, su función consiste en filtrar y
eliminar los glóbulos rojos viejos que ya no puedan cumplir su propósito, además de madurar
linfocitos B y T productores de anticuerpos.
Ganglios linfáticos
Se hallan repartidos por todo el sistema circulatorio y linfático, su función consiste en filtrar la
linfa, y presentar los antígenos a los linfocitos B y T para que sean activados.
Todo agente externo capaz de invadir el cuerpo humano y producir una respuesta
inmunitaria se conoce como antígeno, y es gracias a los anticuerpos, que las células pueden
marcarlos, como identificar a un delincuente o el grupo al que pertenece, para así capturarlos
a todos y encarcelarlos.
Sin un sistema inmunológico que nos proteja, la vida sería imposible, pues estaríamos
susceptibles a cualquier infección, sin ningún medio para combatirla.
El sistema inmunológico y linfático tiene estrecha relación con el aparato circulatorio, pues
las células inmunes circulan principalmente en la sangre, así logran llegar a todos los tejidos,
además de que el exceso de líquido entre una célula y otra, el líquido intersticial forma la linfa
que es transportada en los vasos linfáticos, los cuales luego pasan a través de ganglios,
actuando como puntos de control y verificación, para que en caso de detectar algún patógeno,
sea retenido en ese tejido y posteriormente eliminado.
Cabe destacar que existen trastornos en los cuales, el sistema inmune sufre alteraciones, ya
sea por causas genéticas o adquiridas, en donde comienzan a atacar al propio organismo,
reconociéndolo como si fuera un agente patógeno, este es el caso de los conocidos trastornos
autoinmunes. Algunos por mencionar: artritis reumatoides, lupus eritematoso sistémico,
esclerosis múltiple, entre otros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Roque Latorre, P. (2015). Ciencias de la salud I (1.a ed., Vols. 1–2). Secretaría de
Educación Pública.