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CUENTOS CLÁSICOS INFANTILES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA:

PRODUCCIÓN EDITORIAL DE ADAPTACIÓN.

ANA MARÍA TAFUR MANRIQUE

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR SOCIAL

CAMPO PROFESIONAL:

EDITORIAL

DIRECTOR:

JUAN SEBASTIAN MONTOYA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE

COMUNICACIÓN SOCIAL

BOGOTÁ

2017

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ARTÍCULO 23

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos
en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma
y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente
personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”

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Bogotá, 14 de noviembre de 2017

Señora:
Marisol Cano Busquets
Decana Académica
Facultad de Comunicación Social y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana
La Ciudad

Cordial saludo,

Por medio de la presente, Ana María Tafur Manrique, estudiante de onceavo semestre de
comunicación social con énfasis en editorial, presento mi producto editorial, Cuentos clásicos
infantiles desde una mirada feminista: producción editorial de adaptación, que es el resultado de una
investigación alrededor del feminismo y la infancia, la cual se basa en mis conocimientos
aprendidos e intereses como persona y como comunicadora.

Agradezco a la Facultad de Comunicación y Lenguaje por mi formación como profesional. Espero


que este producto sea un aporte al área de la comunicación, del mundo editorial, y un medio para
cambiar el futuro de las niñas del mundo.

Gracias por su atención,

Atentamente

Ana María Tafur Manrique


C.C 1136885144
306238448

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Bogotá, D.C., 14 de noviembre de 2017
Señora:
Marisol Cano Busquets
Decana Académica
Facultad de Comunicación Social y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana
La Ciudad

Respetada decana, reciba un cordial saludo, con la presente, hago entrega a usted del trabajo de grado de
la estudiante Ana María Tafur Manrique, identificada con c.c. nro. 1.136.886.144 de Bogotá, su Tesis
titulada Cuentos clásicos infantiles desde una mirada feminista: producción editorial de adaptación.
Considero que la estudiante cumplió con los objetivos propuestos. Su investigación sobre el feminismo es
relevante, sobretodo en este momento actual del movimiento. Se logró hacer una adaptación de una
literatura escogida y volverla acorde con las nuevas exigencias que demanda la literatura infantil. Todas
las metas se cumplieron en los tiempos previstos, como se habían planteado desde el principio de semestre.
Espero pueda disfrutar de su lectura y material de apoyo. Este libro nos da esperanza para seguir en este
camino.

Cordialmente,

Juan Sebastián Montoya Vargas


Docente Cátedra
CC. 80.876.568
Tel. 315 304 31 91

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PTG‐E‐3

Referencia: Formato Resumen del Trabajo de Grado

FORMATO RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de Grado que se
presentan para sustentación, con el fin de contar con un material de consulta para profesores y
estudiantes. Es indispensable que el resumen contemple el mayor número de datos posibles en forma
clara y concisa.

I. FICHA TÉCNICA DEL TRABAJO

Título del Trabajo: Cuentos clásicos infantiles desde una mirada feminista: producción editorial de
adaptación.

Autor (es): Nombres y Apellidos completos en orden alfabético)

Ana María Tafur Manrique D.I. 1136885144

Campo profesional: Editorial

Asesor del Trabajo: Juan Sebastián Montoya

Tema central: Feminismo

Palabras Claves: Infancia, Literatura, Género, igualdad de género.

Fecha de presentación: 14/11/2017

No. Páginas: 145

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II. RESEÑA DEL TRABAJO DE GRADO

1. Objetivos del trabajo (Transcriba los objetivo general y específicos del trabajo)
Objetivo:
Contribuir a cambiar los estereotipos de la literatura clásica infantil, al respecto del rol de
sus protagonistas femeninas.
Específicos:

Diseñar y desarrollar un libro con nuevas versiones de cuentos clásicos infantiles.

Destacar los ideales feministas de la igualdad de género en algunos de los más populares
clásicos infantiles.

2. Contenido (Transcriba el título de cada uno de los capítulos del trabajo) 1- Introducción, 2-
Objetivos, 3- Historia del feminismo, 4- historia de la literatura infantil, 5- Infancia, literatura infantil y
feminismo, 6- Presentación del producto, 7- Conclusiones.
3. Autores principales (Breve descripción de los principales autores referenciados.
1- Juan Sisinio Pérez Garzón: Historiador español, catedrático de historia contemporánea en
la Universidad Castilla-La mancha.
2- Ana Garralón: Profesora, traductora y crítica literaria española, especializada en literatura
infantil y juvenil.
3- Catherine Bouley: Escritora de la tesis Una mirada feminista a la literatura infantil en
Colombia, de la Universidad Nacional de Colombia.
4- Galia Ospina Villalba: Ensayista, poeta y crítica literaria colombiana. Magistrada e
educación y profesional en estudio literarios.

4. Conceptos Clave (Enuncie tres a seis conceptos calve que identifiquen el trabajo)
Literatura, Feminismo, Infancia, Estudios de género, Mujer.
5. Proceso metodológico. (Tipo de trabajo, procedimientos, herramientas empleadas para
alcanzar el objetivo). Producto editorial, para el cual se llevó a cabo un análisis del feminismo
y de la literatura infantil, además de una actividad en un colegio de Bogotá.
6. Resumen del trabajo (Escriba dos o tres párrafos que, a su juicio, sinteticen el trabajo)
Este trabajo busca generar un nuevo punto de vista en el repensar de los clásicos de la
literatura infantil desde el feminismo, creando una perspectiva más consciente sobre
el impacto que tienen los cuentos de hadas en el subconsciente infantil, para así crear
un producto con nuevas versiones adaptadas de tres cuentos, donde se entroniza a la
mujer como un ser inteligente e ingenioso que crea un modelo a seguir en nuestros
días.
Todo esto basándome en la investigación de la historia tanto del feminismo, como de
la literatura infantil y de la infancia, para poder construir un análisis entre estos tres, y
entrar a plantear la estructura, contenido y forma del producto, que en este caso es un
libro físico.

III. PRODUCCIONES TÉCNICAS O MULTIMEDIALES ANEXAS

Si su trabajo incluye algún tipo de producción, Indique sus características:

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1. Tipo de producto (Video, material impreso, audio, multimedia, otros): Libro
2. Cantidad y soporte (por ejemplo: 1 dvd): Físico
3. Duración en minutos del material audiovisual. Haga clic o pulse aquí para escribir texto.
4. Link: (indique la dirección electrónica en la cual se puede ver el producto, si aplica) Haga
clic o pulse aquí para escribir texto.
5. Descripción del contenido de material entregado: Libro con la adaptación de los cuentos
clásicos: La bella durmiente, el soldadito de plomo y pulgarcita.

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Tabla de contenido

1. Introducción……………………………………………………………10
2. Objetivos……………………………………………………………….13
3. Capítulo 1: Historia del Feminismo…………………………………….14
4. Capítulo 2: Historia de la literatura Infantil…………………………….30
5. Capítulo 3: Infancia, Literatura infantil y feminismo…….…………….54
6. Capítulo 4: Presentación del producto………………………………….66
7. Conclusiones...………………………………………………………….71
8. Referencias bibliográficas….…………………………………………...76
9. Anexos…...….…………………………………………………………..76
9.1.Plan Nacional de lectura…………………………………………….76
9.2.Encuestas y Tabulación……………………………………………...79
9.3.Cuentos……………………………………………………………...136

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Introducción

A lo largo de la historia de la educación en nuestro país se han reproducido y divulgado

importantes obras de la literatura clásica infantil, todas ellas colmadas de hadas, reyes,

nobles y desvalidas princesas, que siempre requerían ser socorridas por fuerzas

sobrenaturales o apuestos y valientes príncipes que oportunamente acudían en auxilio de

estas indefensas mujeres. Este ideario ha tenido un impacto notable en la formación de

los modelos de comportamiento de los niños y niñas y consecuentemente de muchas

generaciones de colombianos. Así los personajes de los cuentos infantiles, han dejado una

huella profunda en nuestro subconsciente, generando paradigmas que aún hoy son

reproducidos por las personas y de alguna manera perpetuados por la oferta de productos

literarios y de entretenimiento a nivel global. Sin embargo los cuentos de hadas no

responden o no encajan en las necesidades educativas actuales, dado que los mismos

reproducen modelos de conducta y estereotipos de épocas remotas en contextos culturales

completamente diferentes a los nuestros.

Sin embargo terminan asimilándose y reforzando los roles de género en la sociedad

actual, marcados por una preocupante desigualdad e injusticia para las mujeres y aunque

se hayan creado nuevos contenidos editoriales infantiles para procurar abordar esta

realidad de nuestra sociedad, aún los clásicos infantiles son una lectura obligada en la

formación de los niños y niñas y son reproducidos y magnificados por el cine, la televisión

y demás medios de difusión y formación actualmente disponibles, constituyendo un

asunto muy favorable desde el punto de vista comercial, pero nefasto, pues refuerza

sistemáticamente roles abiertamente desventajosos para la mujeres, roles que revalidan el

machismo que las oprime y las agrede. De esta manera, generación tras generación, se

enseñan y se leen los mismos cuentos, que profundizan y entronizan el papel secundario

de las mujeres, el cual es finalmente inconveniente para el progreso de la sociedad.

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El presente trabajo, reconoce el valor artístico de estos íconos de la literatura clásica

infantil, pero, desde la preocupación por la problemática actual de las mujeres, explora la

fundación de nuevos paradigmas que si bien nacen de esta literatura, transforman el

protagonismo de los personajes femeninos, en términos de autogestión de sus problemas,

dotándolas de discernimiento y autonomía, con la plena convicción que el

replanteamiento de estas grandes obras vendría muy bien en la formación de nuevas

generaciones, que deben ser más justas y ecuánimes en su proceder al respecto de las

mujeres. Naturalmente esto ha supuesto un parafraseo de estas notables obras, pero con

una mirada feminista, comprometida con la lucha de esta generación de niñas y niños y

de aquellas por venir. Me inspira la profunda certidumbre que en la medida que la mujer

sea un ser libre, valorado como igual y respetado en los hechos, más allá del discurso de

la hipotética igualdad, el mundo será mejor.

Mi propósito es dirigirme a un público joven que necesita contenidos aptos para

desarrollar el concepto de igualdad de género, y que al contrario de los adultos, aún

pueden configurar una forma más tolerante y responsable de pensar y de actuar.

El trabajo también incluye y recoge una experiencia (en el 2016) en un colegio de Bogotá,

donde desarrolle una página web sobre feminismo para niños, y tuve la oportunidad de

interactuar con ellos, lo que me demostró, y me animó a realizar este trabajo, ya que había

esperanza y todo un campo de trabajo para fomentar y promover la igualdad de género.

De otra parte pude comprobar que las marcadas diferencias y el sexismo son determinadas

por los modelos que la sociedad impone, en tanto que para este grupo de niños todos

somos iguales y merecemos las mismas oportunidades.

De acuerdo con lo dicho anteriormente y el hecho de que los cuentos de hadas son de

interés para los niños y niñas de Colombia, propuse y desarrollé un trabajo que conjuga

conceptos básicos de feminismo con el argumento de cuentos clásicos de la literatura


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infantil. De esta manera concebí tres versiones de narraciones desde una mirada feminista,

con heroínas independientes, fuertes y valientes, que no conformes con su posición

deciden levantarse y demostrar de lo que son capaces.

Príncipes y princesas, un lugar común en la literatura infantil, crean paradigmas en la

educación a manera de un fetiche de alienación, de deformación y desigualdad. Pequeñas

desenredadas son historias antiguas pero nuevas a la vez, una invitación a explorar un

mundo diferente, en que ingeniosas personitas nos enseñan a resolver mitos y problemas

de manera inteligente, dejándonos como enseñanza que la igualdad es provechosa y nos

hace grandes e iguales.

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Objetivos

2.1 Objetivo General

Contribuir a cambiar los estereotipos de la literatura clásica infantil, al respecto del rol de
sus protagonistas femeninas.

2.2 Objetivos específicos

Diseñar y desarrollar un libro con nuevas versiones de cuentos clásicos infantiles.

Destacar los ideales feministas de la igualdad de género en algunos de los más populares
clásicos infantiles.

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Capítulo 1: La historia del Feminismo

Se pueden tener fechas exactas de las luchas de las primeras sufragistas, o de los primeros

grupos que empezaron a emprender la batalla por sus derechos, pero también se podría

investigar a fondo, para encontrar que en cada país, región y cultura, siempre han existido

mujeres, que no conformes con su situación se han levantado y luchado para encontrar un

lugar digno en la sociedad; “voces anónimas, mujeres que dieron su vida para construir

un mundo más justo” (Carvajal, 2015).

En la época medieval, las condiciones de vida para las mujeres eran dramáticamente

injustas. Su papel en la sociedad era marginal. Debían cumplir con lo que la sociedad de

la época esperaba de ellas, es decir, ser amas de hogar, procrear hijos, cuidar de los niños

y permanecer pacientes y sumisas, sin posibilidad alguna de aspirar a algo más lo

establecido.

La desigualdad, en toda sociedad era la nota predominante. Primero estaba la monarquía,

luego la Iglesia, que con su poder validaba a la anterior y en su conjunto con el poder

sobre las leyes y el monopolio sobre el pueblo determinaba el destino de la sociedad;

luego se encontraban los nobles que tenían una clara posición de bienestar; luego los

artesanos, seguidos del llamado estado llano, donde estaba la mujer como un bien, una

propiedad. En esta época, las mujeres no tenían derechos políticos, ni libertad de

expresión, reunión o religión, además se veían obligadas a cumplir funciones sociales

estrictas e inamovibles: como las labores domésticas, la procreación, el cuidado, y la

subordinación a varón.

A lo largo de la historia de la humanidad y en el contexto religioso, se consideró a la

mujer como la personificación del pecado, la lujuria, un ser que podría conducir al hombre

a la perdición. Lo anterior generó un rechazo hacia lo femenino, considerándolo inferior,

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situación que permaneció durante mucho tiempo; aún hoy en día, en determinadas

culturas, tradiciones y situaciones, esta desigualdad se mantiene estable y normal en casi

todas las esquinas del globo. A pesar de ello, en muchas otras culturas también se

otorgaron capacidades y se reconocieron virtudes al género femenino, incluso en la

tradición griega se consideraba que la sabiduría procedía de la diosa Atenea, en la

mitología romana otorga esa virtud a la diosa Minerva en tanto que Ceres era la diosa de

la agricultura. De otra parte en la mitología griega las musas eran

divinidades inspiradoras de la música y el arte, pero sin embargo estas representaciones

positivas del género no suavizaron el pensamiento colectivo y enardecido y negativo de

los hombres hacia las mujeres, que cada vez más se convencían de su supuesta

superioridad. Entrados en el primer milenio San Agustín, un filósofo central de la iglesia

católica, afirmaba que

“Además de no alcanzar a ver qué utilidad puede dar una mujer al hombre,

salvo la de concebir niños, pensaba que las mujeres no deben ser

iluminadas ni educadas en forma alguna… [Sino que] deberían ser

segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en

los santos varones” (Carvajal, 2015).

Se considera que el feminismo nació a raíz de la Ilustración. El autor Juan Pérez dice que

el feminismo se considera como el hijo no querido de esta época, pues menciona que no

se le concede el reconocimiento que este merece. Esta fue primera ola del feminismo,

conocida como “feminismo ilustrado”, producida a partir de la publicación de obras y

debates alrededor del tema, que desembocaron en ciento veinte años de polémicas. “[…]

consiguieron algo asombroso: desnaturalizar un tema sobre el cual nunca se había

realizado esa distancia” (Carvajal, 2015). Este fragmento del libro Historia del Feminismo

de Juan Pérez es parte del prólogo, donde el autor plantea una comparación sobre esta

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distancia tan necesaria. El autor decide relacionarlo con el cuadro de las Meninas de

Velázquez, ya que ninguno de sus personajes podría verlo, sin salirse del mismo. Para

entender la situación y poder comprender la realidad, es necesaria la distancia, lo cual fue

un gran triunfo, y de los mayores logros de la historia del feminismo, pues logró lo

impensable para una época tan cerrada.

Ya para la Revolución Francesa, los aires de cambio y transformación inspiraron

movimientos y sublevación. Estos llevaron a la independencia de países en todo el mundo,

y además generaron cambios que permitieron que las mujeres tomaran un papel en la

revolución, por esta razón, el feminismo logró cimentar los pilares en relación con las

“libertades compartidas que se entienden hoy en día en nuestro entorno. Además, es el

mayor éxito y la mayor innovación política habida en nuestras sociedades” (Carvajal,

2015). Los discursos revolucionarios de igualdad, libertad y derecho llegaron a todos, y

tocaron profundamente al mundo, pero las mujeres notaron que el discurso no las

arropaba, ya que eran “los derechos del hombre”. Por esta razón, en Europa y Estados

Unidos, se emprendió la lucha por el voto; esta ola es llamada el feminismo sufragista,

que logró que no solo en los grandes países se logrará este derecho, sino que animó a

mujeres de todo el mundo para luchar por él, y para reclamar por sus derechos básicos.

No siendo suficiente, claramente, en la segunda ola las feminista (mediados del siglo XIX

y finales de la segunda guerra mundial) inconformes con su valor social, empiezan a

protestar por los derechos sobre su vida, su dinero y su ciudadanía, exigiendo un cambio

en las tradiciones y moral de la época. Paralelo a lo que se conoce como la segunda ola

del feminismo estadounidense, apenas se iniciaba la lucha en otros países del mundo,

16
como Inglaterra donde además de luchar por el voto, la ciudadanía, la educación para

niñas y niños por igual, se anima la lucha por el fin de la esclavitud, situación que se

estaba dando en Estados Unidos. La segunda ola también es reconocida por movimientos

fuertes que reclamaban por una igualdad, y se confundían con la imitación del otro género

como validación del valor de la mujer, imagen que marca con fuerza el futuro del

feminismo (de manera negativa), referido a que se empieza a considerar que el feminismo

es básicamente esto, y que las mujeres feministas son masculinas, odian a los hombres y

quieres cambiar los roles de género convirtiéndose en el otro.

“La palabra ‘feminismo’ sigue suscitando ciertos recelos incluso en los ambientes

intelectuales de los países democráticos” (Carvajal, 2015). Se quedó la percepción de que

las feministas son demasiado radicales, y el mensaje nunca ha logrado ser claro. El

movimiento busca encontrar y garantizar el principio de igualdad de todos los seres

humanos, independientemente de su género. Pero muchas personas consideran que está

bien ser feminista, “pero no tanto”, lo que Chimamanda Ngozi Adichie llama feminismo

light, en su libro Cómo educar en el feminismo. Aquí, la autora resalta esta actitud, como

que una sociedad no puede ser más o menos demócrata o alguien no puede ser más o

menos legal. La realidad es que la democracia y feminismo se complementan para

construir una sociedad realmente basada en la igualdad de todos (Adichie, 2016).

En la disparidad hombres y mujeres se han encontrado como opuestos completos, la

sociedad los ha divido de acuerdo con sus capacidades físicas, aunque lo cierto es que

estas diferencias “naturales” no son razón para descalificar a un género y para elevar a

otro, pero esta simple razón ha hecho que sociedades y culturas completas se cimienten

sobre esta base para producir desigualdad, violencia e injusticia hacia la mujer. El

reconocer las diferencias para encontrar la igualdad es lo que las personas no logran
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entender. Se cree que tanto hombres como mujeres nacen para realizar unas tareas y

labores específicas; que las mujeres solo sirven para tener hijos y para criarlos, y los

hombres tienen el deber sostener la una familia. Dicho modelo ha sido argumentado y

sostenido durante siglos. Se tiene la percepción de que esto es una condición “natural”, e

inamovible. Sin embargo la sociedad, la cultura y las tradiciones sufren transformaciones

día a día, y cada nueva generación aporta nuevas formas de entender la vida con la

esperanza de construir un mejor futuro para todos. No obstante aún vemos este enfoque

de sociedad frecuentemente en cartillas médicas, modelos educativos, publicidad,

películas, entre otros.

Lo cierto es que los movimientos y las luchas han cambiado muchísimas cosas. Los

cambios sustanciales se han producido desde la segunda ola, pero a partir de los noventa,

se inició una lucha renovada y con más fuerza. Una lucha que se reafirmaba desde la

diferencia, desde la consciencia sobre el ser único y diferente que es cada ser humano:

todos merecen por igual el respeto, los derechos y la libertad. No existe un único modelo

de mujer, ni dentro de su sociedad, su cultura o incluso su núcleo más primario, la familia.

Cada persona es un mundo y la solidificación del movimiento, desde este punto, ha

generado grandes avances para el mismo y para las mujeres. Ahora los modelos

legislativos reconocen la igualdad de géneros –aunque no siempre se cumpla a cabalidad–

, lo que ha hecho que cada vez más mujeres entren a organizaciones de poder y logren

escalar en ellas. Los modelos tradicionales se han ido transformando poco a poco, y en

ciertos casos, esto ha permitido la liberación de las mujeres en la familia, el trabajo, e

incluso en la sexualidad. Este suceso es más fuerte dentro de las generaciones jóvenes que

han tenido la oportunidad de crecer en un mundo cada vez más abierto y tolerante.

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“En definitiva, se trata de conocer cómo el feminismo ha sido uno de los

movimientos históricos de mayor impacto para la transformación social porque ha

abanderado la igualdad nada menos que de la mitad de la población humana. Ha

roto con siglos de historia y con enormes sedimentos culturales que habían

establecido que era la naturaleza la que hacía a las mujeres no diferentes, sino

desiguales en capacidades y posibilidades. El feminismo ha hecho valer que esas

capacidades y potencialidades no están ligadas al género femenino, al sexo de las

mujeres, sino que son construcciones sociales e históricas, esto es, que son

cambiantes y no responden a exigencias insoslayables de la naturaleza” (Carvajal,

2015).

Por estas razones, la obra y labor femenina fue dejada al margen de la historia, lo que no

significa que no existiera, sino que no se le consideraba correcta y por esto debían ser

publicadas bajo el nombre de autores masculinos obras que de otra manera eran dejadas

de lado. El caso de Dhuoda, quien fue la autora de la primera obra francesa de pedagogía,

escrita en el siglo IX, aunque en los colegios enseñaban que la primera obra fue de

Rabelais, y como estos muchos otros ejemplos. En este sentido, podemos ver como el

feminismo no es un movimiento que nació de la nada, es un grito de desesperación, de

libertad, que llevaba generaciones gestándose, guardando paciente al momento de poder

salir y hacer valer los derechos humanos, para todos.

Romper con las tradiciones ancestrales no es una tarea fácil. Esto ha llevado a que mujeres

sean asesinadas y silenciadas en sus luchas, a que muchos rechacen la palabra y a los

ideales feministas, porque alteran la comprensión ya establecida, y esto siempre será el

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pretexto para alguien.

A lo largo de la historia, la supremacía del patriarcado ha limitado los derechos de las

mujeres, pero surgieron en las transiciones industriales, y económicas- modernas, nuevos

modelos políticos, nuevos intereses ciudadanos y, en general, nuevos principios que lo

cambiarían todo; el poder clásico estaba derrumbándose y, por ende, la cultura y las

tradiciones. “Libertad, igualdad y fraternidad” fue el tan aclamado himno de la revolución

francesa, grito que sembró el germen del feminismo organizado. Esta idea ha tardado dos

siglos en construir lo que hoy en día conocemos por feminismo, aunque no ha logrado

una aceptación completa en la sociedad. Se sembró alrededor del mundo, llegando a los

más alejados rincones, con un aliento de esperanza y de cambio, hablando de la

revolución contra las monarquías, contra los órdenes esclavizantes, y no fue distinto con

el feminismo.

En Latinoamérica, el feminismo ha sido un proceso largo, complejo y fragmentado, que

aun así ha logrado un notable avance, pero todavía tiene un largo camino por recorrer, ya

que las distancias distintas culturas y sociedades que habitan cada país latinoamericano,

han configurado sus luchas autónomamente, de modo que ha sido complejo, desde el

punto de vista general configurar la unidad. El movimiento feminista es un movimiento

social que busca mediante grupos organizados y ONG conseguir cada día más derechos

y condiciones justas e iguales para todos. Latinoamérica tiene un contexto cultural

diferenciado, de hecho en cada país se construyen ideales y se configuran retos distintos,

aunque claramente en todo el continente el voto y la igualdad de derechos eran

primordiales y se consiguieron. Sin embargo, el feminismo ha tenido que replantearse en

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muchos ámbitos, donde las mujeres tienen agendas y esperanzas distintas “Las mujeres

latinoamericanas decidieron renovar su imaginario del ser mujer” (Gargallo, 2007). Uno

de los grandes problemas de Latinoamérica, es que la economía es inestable, los gobiernos

corruptos y la sociedad está aquejada por la falta de educación y de oportunidades, y es

por ello que las mujeres de los distintos países latinoamericanos, buscan la oportunidad

de participar en los cambios necesarios para lograr un mejor país, por esto es importante

pensar el desarrollo desde cada lugar, teniendo en cuenta las luchas individuales y los

asuntos más urgentes.

A pesar de que la Revolución Francesa y todos los movimientos europeos que dieron luz

al feminismo fueron vitales en este proceso, la historia de Latinoamérica es otra. Los

saberes ancestrales fueron casi erradicados, la muerte del 90 % de la población originaria

dejó vacíos y dudas sobre nuestras raíces, la “colonización” y el afán por acabar con las

culturas y religiones distintas, terminó por acabar con las tradiciones y la cultura que nos

conformaba, Latinoamérica fue integrada a la fuerza, transformándola en una suerte de

nueva Europa, de continente occidentalizado, lo cual ha dejado líneas sin llenar, espacios

inconformes y sociedades complejas y problemáticas. La solución no puede seguir

construyendo una identidad a partir de la occidentalización. A lo largo de nuestra historia

reciente, el feminismo latinoamericano se ha construido a partir de distintitas teorías

políticas, con temas centrales como: la raza, la visión de las organizaciones políticas y

sociales, y el análisis del movimiento desde sus raíces europeas, para construir puentes

válidos y funcionales.

Al igual que el feminismo europeo, la lucha comienza desde los vacíos de reconocimiento

21
por la labor de las mujeres en la historia, y de su falta de participación, cuando en guerras,

rebeliones e independencias, las mujeres fueron parte vital de los triunfos. La variedad

étnica también compete una lucha distinta y complicada, ya que blancas, mestizas, indias

y afros podían tener una misma finalidad como mujeres, pero sus razas marcaban otras

luchas individuales de por sí complejas y alienadas la una de la otra. Siendo así, las

mujeres de piel blanca tenían más oportunidades para levantarse dentro de los distintos

sectores de la sociedad. Estas mismas encontraban los espacios para levantarse y

protestar,

“mujeres mexicanas, argentinas y venezolanas se unieron para publicar periódicos

en los que explayaban sus ideas acerca de qué eran con respecto a los hombres,

daban a conocer sus cuentos y poemas y compartían noticias sobre modas y

modales, además de maestras que se organizaron alrededor de demandas como el

derecho a la educación y a la expresión, al control de su economía y al voto”

(Gargallo, 2007).

Aun así, las feministas latinoamericanas eran mucho más reservadas que su contraparte

en Europa o Estados Unidos, aquí todavía se perpetuaban ideas machistas como válidas

y funcionales, se revindicaban algunos derechos, como el voto y la participación política,

pero no fue sino con el tiempo que el movimiento creció y exigió igualdad total.

Uno de los principales factores de esta situación es que Latinoamérica siempre ha sido un

territorio religioso, principalmente católico, y la Iglesia siempre difundió estas ideas de

la familia y de los roles de género. Esta institución ha puesto a la mujer como un ser

inferior al hombre, de aquí a que muchas exigieran libertades, pero nunca la igualdad, ya

que no era algo que la iglesia considerará como opción, el afán por conservar el orden

que iban perdiendo poco a poco, llevaba a la iglesia a postular discursos que perpetuarían

el rol de género en la sociedad, y lo hacían fundamentándose desde la biblia. En este


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sentido solo es necesario revisar todos los versículos para la mujer, y encontrarse con

dictámenes de comportamiento sumiso, con la supresión de la fuerza y del levantar la voz.

"Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres

cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también

los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos

con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en

sí mismos la retribución debida a su extravío." Romanos 1:26-27 “

Desde esta mirada se ha juzgado y condenado a todo un género por los males de la

sociedad, indicando que la mujer solo surgió para acompañar, complacer y servir al

hombre.

“Génesis 2:18, 22-24 Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre

esté solo, le haré ayuda idónea para él. “... Y de la costilla que Jehová Dios tomó

del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. Entonces el hombre dijo: “Esta

vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,

porque fue tomada del hombre.” Por eso el hombre dejará a su padre ya su madre

y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

Estas entre otras muchas miradas de la iglesia católica, han marcado un rumbo en un

continente tan católico como América Latina, donde es difícil que la religión pueda ser

emancipada de los derechos civiles, el gobierno y la economía.

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Ya para el siglo XXI, la globalización lleva las ideas feministas a otro nivel. La profunda

crítica y las ansias de igualdad, respeto y libertad, llevaron a que las organizaciones y las

ONG se replantearan y reorganizaran sus prácticas y sus ideas. Aun así, hoy en día, no es

fácil fusionar los ideales de distintas regiones, razas y culturas, pues se debe entender que

Latinoamérica tiene problemas mayores, como la desigualdad, corrupción, la falta de

agua, alimento, y en general la búsqueda de la supervivencia; esto está por encima de

cualquier lucha política o social, ya que el camino del continente ha sido tan nuevo como

accidentado, entre guerra civiles, golpes de estado, guerrillas y narcotráfico, la violencia

ha marcado el día a día de Latinoamérica. . Otro factor es la frágil memoria del pueblo

latinoamericano. Según Pilar Calveiro,

“Es necesario analizar la memoria, la resistencia y la sumisión, para entender por

qué en América Latina los poderes, por violentos que sean, son enfrentados por

ciertas resistencias que desafían las relaciones más asimétricas. Recordar ahora el

pasado indígena sería, según su planteamiento, un proceso de reconstrucción, ya

que existe entre las mujeres de los pueblos originarios una ‘urgencia actual’ de

interrogar el pasado, rememorándolo” (Gargallo, 2007).

Recuperar nuestra historia borrada implica que encontremos en el pasado las respuestas

para el presente a las situaciones que atraviesa cada país en particular. Estas situaciones

de violencia y de conquistas dominantes que invadieron a América Latina perpetuaron

situaciones y violencia contra las mujeres. Estas empezaron a ser tratadas como un objeto,

como botín de guerra, como propiedad privada y como sirvientas sometidas. Esta

situación fue mucho peor para la mujeres de bajos recursos, negritudes e indígenas, “Las

que podrían ser consideradas historias o reminiscencias del periodo colonial, permanecen

vivas en el imaginario social y adquieren nuevos ropajes y funciones en un orden social

supuestamente democrático que mantiene intactas las relaciones de género, según tu

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color, la raza, la lengua que habla y la religión que profesas” (Gargallo, 2007). Aún hoy

en día en un país como Colombia, los roles de género poco se han transformado en las

regiones alejadas del país, e incluso en las principales capitales, aún hoy tu color y tu

género determinan tu futuro y tus oportunidades. “El colonialismo europeo ha marcado

América Latina con cicatrices profundas: en su mayoría es un continente católico; se rige

por una economía de mercado determinada por un centro externo a la región; y su

estructura social es patriarcal, racista y discriminadora” (Vargas, 2007).

Solo desde el análisis de la pobreza y la desigualdad, se logra construir un feminismo

latino, pensado para nuestras configuraciones como una multiculturalidad basta y

complicada, que debe pensar más allá de las ideas occidentales, para funcionar en una

realidad tan variada como compleja.

“Los géneros son construcciones sociales que, con base en los genitales de un

cuerpo humano, transforman ese cuerpo en sexuado (eso es, destinado a la

reproducción) y asignado a un sistema jerárquico que considera inferior lo

femenino y descarta cualquier opción que no sea el reconocimiento de ser hombre

o mujer (asignación forzada de un género a toda intersexualidad y

desnaturalización de la misma). La superioridad del hombre es por tanto una

compleja construcción cultural que se absolutiza en todos los países dominados

por la cultura que la produce. A la vez, esta construcción tiene características

parecidas al racismo de la conquista y a la esclavización de los vencidos, de tal

forma que sistema de géneros y guerra, sistema de géneros y colonialismo se

acompañan y refuerzan uno a otro, porque tienen un mecanismo de jerarquización

25
común en su base (Gargallo, 2007).

El feminismo latinoamericano conoce desde los textos y los análisis, todas estas

construcciones sociales, se comprende que los roles no son algo natural, y que aquí con

más fuerza que en occidente las diferenciales sociales y las jerarquías construyen con

firmeza el imaginario social, y sin embargo, las ideas fragmentadas sobre este, retrasan el

avance y limitan el alcance de los discursos, que son ampliamente rechazados. “Para

deshacerse de la asignación del género con sus características impositivas, las mujeres

empiezan a reconocerse en su historia. Exclusión y muerte, violencia y negación de su

palabra, inferiorización y falta de derechos las han acompañado siempre” (Gargallo,

2007). Al ser rechazados los discursos, y con la limitada educación se vuelve complicado

llegar a todos y lograr cambiar las formas de pensar y de vivir en sociedad, por lo que

este es siempre un camino accidentado y difícil.

En Colombia, los movimientos sufragistas se dieron lentamente. Fue un proceso lleno de

altibajos, y con muchos frenos por parte de la Iglesia católica, sin embargo, con la

industrialización del país, la mano obrera era tan necesaria que tanto mujeres como

hombres hacían parte de las grandes fábricas. Desde este punto, las mujeres empezaron a

organizarse en grupos donde exigían derechos y libertades iguales a las de los hombres.

Ya en 1920, empezaron las huelgas organizadas, reclamando diversas reivindicaciones,

como tiempo justo de trabajo, un pago igualitario, defensa frente al abuso sexual constante

que sufrían en sus trabajos, entre otros. Las primeras luchas fueron lideradas por mujeres

como María Cano y Betasabé Espinosa. Entre las primeras protestas se registra la de

planta de Fabricato, en Bello Antioquia, lideraba por Betsabé Espinosa, quien durante tres

26
largos meses de negociaciones, abrió las puertas para la ardua batalla de la igualdad en

Colombia.

A partir de este primer episodio, se iniciaron las discusiones en el gobierno, ya que año

tras año, más mujeres se levantaban para exigir sus derechos y su independencia. Durante

la presidencia de Enrique Olaya Herrera se presentó al congreso el “Régimen de

capitulaciones matrimoniales”, que buscaba modificar la ley para que las mujeres

lograrán acceder a sus bienes de forma independiente; antes de esto, una mujer solo tenía

autorización, si su padre, hermano o marido lo permitía. A pesar de las voces airadas que

despertó esta iniciativa, como la del representante Muñoz Obando, quien afirmó que “las

mujeres colombianas están empeñadas en quebrar el cristal que las ampara y las

defiende”, se logró la promulgación de este norma, cristalizándose en la Ley 28 de 1932,

a través de la cual “se reconoció la igualdad en el campo de los derechos civiles” (Vallejo,

2007)

Sin embargo para ese entonces, la idea del voto era una ilusión lejana. Ya en 1936, las

mujeres lograron llegar a desempeñar cargos públicos, y en 1944, se fundó la Unión

Femenina. Para la nueva reforma de la Constitución, en 1945, las mujeres se consideraron

“ciudadanas”, sin la posibilidad del voto. Aun así, esta nueva forma de mirar a la mujer

permitió dar grandes pasos para la igualdad de género.

“En la revista Letras y Encajes, que propendía por el voto femenino, Margarita

Gómez de Álvarez escribió el 27 de agosto de 1948: aunque ya se hace sentir entre

nosotros el movimiento feminista, son poquísimas las mujeres que realmente van

bien orientadas; una gran mayoría de ellas tiende a masculinizarse, idea donde

reside, principalmente, su error. No se trata de imitar, se trata de crear” (Vallejo,

27
2007)

Definitivamente, esto generó las primeras ideas equivocadas alrededor del feminismo,

que tal parece no ha cambiado mucho hoy en día. Además, desde entonces, se ha

relacionado al feminismo con los movimientos de izquierda, ya que se creía que todos

estos cambios a la estructura social y a las tradiciones buscaban romper con todo y

establecerse dentro de los modelos comunistas. Lo cierto es que las grandes esferas del

poder colombiano repudiaban el cambio. A este respecto en el periódico el Tiempo

publicó en la década de los 40 el siguiente texto, refiriéndose a Colombia: “salvémosla y

no la sometamos al voto femenino, que será el paso inicial en la transformación funesta

de nuestras costumbres y en la pugna entre los sexos” (Vallejo Franco,2007) Afirmaba

un columnista que además hablaba de la inferioridad “natural” de la mujer: “ninguna

hembra ha igualado al macho en las manifestaciones del atletismo, en toda la escala

animal. Solo una yegua ha ganado el Gran Derby (1915) y esto porque el hándicap la

favorecía” (Vallejo, 2007)

Y fue así como entre protestas y puntos de vista, los liberales y los conservadores debatían

sobre el futuro de más de la mitad de la población colombiana. Los liberales compartían

la idea con las feministas de activar la participación en la vida política; sin embargo, los

conservadores apoyaban el ideal religioso a partir del cual afirmaban que las mujeres

debían permanecer en el hogar.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el Papa Pío XII pidió a todas las mujeres que

votaran por un partido (Socialcristiano), para evitar el triunfo del comunismo. Este suceso

religioso ayudó para que el partido Conservador cambiara de parecer, en 1948. Para 1953,

se pasó al poder legislativo la reforma del sufragio femenino y con el apoyo de las

asociaciones de mujeres organizadas en diferentes regiones del país, como de hombres

28
progresistas, se logró el reconocimiento al voto. Este se dio durante la dictadura de

Gustavo Rojas Pinilla, exactamente en 1954, a través del acto legislativo No. 3 de la

Asamblea Nacional Constituyente; pero este voto se estrenó hasta el plebiscito de 1957.

Para la década de los setenta, se instalaron movimientos más beligerantes que pedían

igualdad en todos los ámbitos sociales. Por esta razón, en la segunda ola del feminismo

en Colombia había pensamientos más radicales y críticos respecto al patriarcado. Los

setenta fueron una época de revolución, porque tras la conformación de los grupos

guerrilleros, el panorama incluía feministas en grupos armados. Aun así, el movimiento

logró ampliarse en los ochenta y noventa.

Ya para finales de los noventa, se replantean los discursos, se generan profundos cambios

y casi que se retoman muchas ideas de las sufragistas, como la inclusión. Entendían la

igualdad de una manera distinta, desde los cambios que debían hacerse dentro de las

organizaciones y el gobierno, desde las transformaciones, ya que ante todo se entendió

que se debía abogar por una igualdad de derechos y deberes efectiva, pero que la igualdad

se debía entender desde la diferencia, Sin embargo infortunadamente el proclamarse

como iguales ha generado gran confusión y dejado vacíos aún difíciles de comunicar, el

feminismo desde la diferencia, entiende que hombre y mujeres no somos iguales, pero

que exigimos y merecemos todos los mismos derechos, deberes y libertades. La cabida y

participación en la sociedad debe ser igual, pero se reconoce que (claramente) hombres y

mujeres tenemos características naturales diferentes.

En este nuevo recorrido del feminismo, el país lleva veinte años, en que poco a poco se

ha ido comprendiendo su mensaje. Las ideas del feminismo radical sembraron grandes

raíces pero fueron percibidas en alguna medida como malas o negativas, con una pobre

aceptación, ya que se dio a entender que las feministas odian a los hombres, y buscan una

29
supremacía, para invertir la situación del patriarcado. Por esta razón, solo algunas grandes

organizaciones y países toman cartas en el asunto. En relación con Colombia, la religión

sigue siendo fuerte y aún hoy se condena que muchas mujeres pretendan salir del modelo

clásico de familia o que opten por ser independientes y autónomas.

Actualmente la lucha se orienta a informar sobre el feminismo, ¿qué busca?, ¿a qué hace

referencia cuando habla de igualdad?, ¿Qué son los roles de género y por qué son

creaciones culturales?, entre otros. Para muchos, el panorama es ideal y justo, pero solo

basta analizar nuestra realidad para descubrir que ni en dos siglos de lucha se ha alcanzado

el pago de salarios igualitarios para ambos géneros por los mismos cargos, ni la garantía

de que todas las niñas y jóvenes del mundo tengan acceso a la educación, ni se ha abolido

el matrimonio infantil, entre una infinidad de derechos que ya deberían de estar

garantizados.

Capítulo 2: Historia de la literatura infantil

La literatura infantil no es un género demasiado antiguo, de hecho, no existe una

definición clara de lo que esta abarca, la visión de infancia se ha ido transformando con

el tiempo, y con esta la industria alrededor de ellos, no es realmente hasta 1800 que el

libro infantil comienza a coger forma, ya que antes de esto, la tradición oral era lo único

que se tenía. Mediante la tradición oral de historias, leyendas y mitos, hoy en día

conocemos grandes historias del pasado, en momentos históricos donde la lectura era solo

para unos pocos y donde el pueblo solo tenía la opción de transmitir sus historias a través

de la oralidad. Estas historias contaban anécdotas heroicas, historias de fantasmas, del

mundo y como este funcionaba, y poco a poco los personajes empezaron a ser personas

30
del común que siempre terminaban dando una lección final, una “moraleja”, con lo que

empezó la primera forma del cuento, y lo que sería el puente con la literatura moderna.

Ana Garralón, en su libro de La historia portátil de la literatura infantil, confirma que

investigadores se han encontrado, que, desde la Grecia antigua, los ancianos reunían al

pueblo para relatarles sus historias, que la oralidad se vivía casi en cualquier espacio de

las ciudades, y que, en los pequeños pueblos, era una costumbre reunirse a escuchar

historias cada noche. En distintos países alrededor del mundo, como Egipto o India, la

religión se difundió por medio de lo que en India se llamaban las Jakatas, que luego

terminaron siendo recogidas en fábulas que llegan a hoy en día, y que en su momento se

expandieron por los países árabes, hasta llegar a España, ya que, debido a las cruzadas, la

mezcla de culturas entre occidente y oriente llevó a que estas grandes aventuras se

escucharán en todos los rincones.

Ciertamente no hay registro de que estas historias fueron contadas a los niños, o de que

estos tuvieran historias especiales, como dije anteriormente, en las distintas épocas de la

historia, los niños eran pensados de maneras distintas, por ejemplo, en la Edad Media los

niños se consideraban adultos desde los 5 años y pasaban a ser parte del mundo, con todo

lo que esto involucraba. Desde este punto de vista, se puede suponer que los niños hacían

parte de estos relatos, pero ciertamente no eran historias pensadas para este público en

específico. (Garralón, 2016)

El nacimiento de la imprenta fue fundamental para la difusión de la cultura, desde su

creación, se extendió rápidamente por el mundo, pero la imprenta tardó muchísimo

tiempo en dedicarse a imprimir libros específicamente para niños. Antiguamente, sólo los

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pequeños de alta cuna tenían la oportunidad de acceder a la educación, y a estos se les

proporcionaban libros de instrucción, cartillas y manuales educativos llamados

ejemplarios. Fue en Inglaterra donde el primer editor se arriesgó a añadir unos grabados

de madera como acompañamiento de la lectura, y fue este mismo quien imprimió las

primeras lecturas para niños, llamados hornbooks (cartillas pedagógicas), primers y

chapbooks (libros baratos que reproducen alguna historia), aunque lo cierto es que la

lectura como diversión era bastante juzgada por la iglesia, por lo que se propagaron los

libros moralistas. (Garralón, 2016, P.19)

Así como en la Edad media el niño era considerado un adulto, más adelante Rousseau

entendió que antes del ser adulto estaba la niñez, pero no fue hasta más adelante que la

infancia se empezó a entender como un público específico y que poco a poco la infancia

se empezaba a construir como la conocemos hoy en día, tratando de entender las etapas

dentro de esta, y el valor de la educación, la libertad y el enriquecimiento de las distintas

edades.

La primera obra impresa para niños fue el Orbis Sensualium pictus (el mundo en

imágenes) en 1658, un libro innovador para su época, creado por Comenius Johannes,

que consideraba que la educación no debería ser una tortura, sino que se tendría una mejor

experiencia por medio del juego. La fábula tuvo un importante rol, ya que “en el siglo

XVII, la fábula tuvo pleno apogeo. El viejo prodesse et delectare o “enseñar deleitando”,

al que tanto se recurrirá en las historias para niños, pretendía educar conforme a las

normas de la época. Los fuertes, los listos, los astutos y los laboriosos son los ganadores”

(Garralón, 2016, p. 21). Incluso al delfín de Francia se le educó con estas historias, que

envolvían situaciones de política, filosofía y moral, donde los animales imitan el

32
comportamiento humano. Aunque estas formas de educar fueran muy populares, personas

como Fénelon querían llegar a los más pequeños sin la necesidad de decir explícitamente

el mensaje, él fue el primer escritor culto en transmitir el mensaje sin que fuera explícito.

De esta manera, Fenelon traduce historia como la Odisea, dentro de las aventuras de

Telémaco, obra que se traducirá a más de ochenta idiomas.

El pionero de la recopilación de cuentos fue Giambattista Basile (ca. 1575 - 1632), en su

primer libro Cuentos de los cuentos, ya se tendrían historias como “Cenicienta”, “El gato

con Botas” o “Piel de Asno”, que habían sido recolectadas de las historia populares y

consideradas como grandes exponentes de la época. Sin embargo, este no era un libro

infantil, Charles Perrault se enfocó en la construcción de historias basadas en lo que se

contaba en el pueblo, para así producir lecturas en los círculos nobles. “El contraste entre

las oscuras calles de entonces, llenas de lodo e inmundicias y el mundo maravilloso y

radiante de las mansiones de los nobles, debió de ser abrumador” (Gombrich). Este

contraste hizo que él como muchos otros embellecieran las historias y produjeran grandes

textos que inevitablemente llegaron a todos.

Lo cierto es que la moda del mundo de la magia, las hadas y los reinos se imponían cada

vez con más fuerza. Los escritores que se dedicaban a adaptar y recopilar historias estaban

en su auge, y todo pedían más y más historias. Es así como John Locke se convirtió en el

primer impulsor de las reformas pedagógicas en Inglaterra, porque apelaba que las

historias debían ser contadas de formas distintas a los pequeños, ya que mediante estas se

podría transformar el modelo de educación rígido, para así aprender por medio del juego.

Este primer interés por el bienestar infantil se propagó entre la clase media, donde los

padres empezaron a prestar más atención a la educación de sus hijos, y con esto a la

33
economía también, por lo que se empezaron a nacer más y más libros educativos para

niños. Rousseau, consciente del contenido de estos libros, quiso transformar un poco el

modelo educativo y propuso dar más libertad a los niños, para que pudieran jugar,

descubrir y moverse, poniendo por encima la protección a la formación. Sus

revolucionarias ideas quedaron recogidas en el tratado Emilio (1762), donde explicaba su

propuesta de una educación más natural y libre, aunque no tuvo mucho apoyo de la

Iglesia.

“Lo que Rousseau reivindicaba era la bondad intrínseca de la infancia y la necesidad de

que los niños descubrieran todo por sí mismos, adquiriendo sus propias ideas” (Garralón,

2016). Rousseau provocó el cambio en su época, seguidores de sus propuestas aplicaron

poco a poco estas ideas, transformando las fábulas, historias populares y clásicas, para

que fueran entendidas por los niños. El único libro aceptado por Rousseau fue Robinsón

Crusoe, lo que propició el nacimiento de un género literario llamado robinsonadas, donde

escritores adaptaban las obras para el público infantil. Esta nueva ola abrió posibilidades

en el mercado literario, y, poco a poco, la iglesia aceptó la idea y empezó a producir sus

propias historias y vetar otras. Escritores como Campe detestaban la idea de las historias

de Hadas, buscaba adaptar otros cuentos, donde lo niños encontrarán en el libro un

“despertar de respeto y el temor a Dios”, libro que se hizo rápidamente popular, mientras

Defoe era prohibido en países ultracatólicos como España.

Ya para mediados del siglo XVII se puede hablar del género literario infantil, ya que

existía un público específico, donde los intereses económicos y políticos estaban posando

sus intereses. Esto pasó principalmente de Inglaterra donde los comerciantes llevaban

libros de todas partes y donde se abrió la primera librería infantil, dirigida por el librero

34
John Newbery (1713 - 1767), famoso por publicar obras a precios asequibles, y por

prestar tanta atención a este sector en crecimiento, mejorando el contenido de los libros,

su edición e incluyendo ilustraciones y formatos más adecuados. Dentro de su equipo de

trabajo, tenía ilustradores y escritores, y el mismo producida nuevos títulos, que tendrían

mucho éxito y aceptación.

Para la época del movimiento llamado Romanticismo, los temas en los libros infantiles

empezaron a cambiar, “Él romántico, emotivo y soñador, buscó sus raíces en los cuentos

populares, llenos de fantasía, que circulaban por pueblos y aldeas. Lo popular era

considerado romántico y algo propio, el acervo cultural de cada pueblo, el referente

cultural que permitía distinguirse de los demás. Por esto, para las publicaciones infantiles

se empezaron a recolectar cada vez más cantos y rimas populares, ya que para los

románticos la infancia era “la emoción en su estado más puro”.

Siguiendo estas ideas, escritores como Joachim von Arnim y Clemens Brentano

publicaron El cuerno maravilloso del muchacho, donde se recogía gran parte del folclor

alemán, o Jacob Ludwig y Wilhelm, quienes publicaron un conjunto de cuentos que

pasaron a la historia como “los hermanos Grimm”. Los hermanos fueron vitales para la

conservación de la cultura de la época, estos recorrían el país en búsqueda de historias, a

las cuales solo hacían un par de cambios para respetar el espíritu esencial del cuento.

Historias como Hansel y Gretel, Blancanieves, La Bella Durmiente del bosque,

Cenicienta y Caperucita roja aún perduran hasta nuestra época con el mismo éxito de

entonces. Así como los hermanos, hubo otros que siguieron el ejemplo, como Afasiev en

Rusia, o Andersen en Dinamarca. Fernán Caballero decía que “en todos los países cultos

se han apreciado y conservado cuidadosamente no solo los cantos, sino los cuentos,

35
consejas, leyendas y tradiciones populares e infantiles, en todos, menos en el nuestro”

(prefacio a cuentos y poesías populares andaluzas, 1859)”.

Otro caso especial fue el de la condesa de Ségur, ella fue una mujer que ya mayor decidió

escribir historias para sus nietas, a quienes enviaba por correo todos los cuentos, y fue así

que terminaron en manos de un editor que decidió publicarlos de inmediato bajo el

nombre de Nuevos cuentos de hadas, que vendría ilustrado por los grabados de Gustave

Doré, y que rápidamente se convertiría en un éxito total. Se cree que desde este momento

el libro para niños tomó muchísima fuerza y logró establecerse como un género de

importancia, y un cambio a la concepción del niño, ya que la condesa le escribía a la

infancia y no a la educación clásica, generando un niño “más espontáneo y natural”, entre

sus libros más importantes están Las desgracias de Sofía (1856) y Memorias de un burrito

(1859).

A partir del éxito de estos libros, se empezaron a producir textos cada vez más creativos

y dinámicos. Heinrich Hoffmann decidió introducir ilustraciones coloridas y vividas, con

el fin de causar una impresión inmediata en el lector, de tal manera que el primer tiraje

de 1500 ejemplares se vendió en cuatro semanas. Junto con su obra de El despeluzado,

nace la idea de que los niños necesitan diversión y humor en las historias, que debe

entenderse la infancia desde esa noción de inocencia y felicidad: no era para todos los

niños, ya que la división entre clases era absoluta, mientras que los más ricos vivían entre

libros y atenciones, los pobres debían trabajar desde que fueran capaces de ayudar. Al

igual que Hoffmann, William Blake fue consciente del alma pura e inocente de la

infancia, y el valor que esta etapa merecía en la vida. Blake postuló la idealización de la

infancia, “existe la necesidad de una infancia inocente que pueda reír, alejada de la dura

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realidad de los adultos. Por primera vez el niño fue considerado como un ‘estado’ del

alma” (Garralón (2016) p. 71), con esto Blake se anticipó a un movimiento que se llamaría

la idealización de la infancia, donde muchas personas reconocen el sufrimiento que

muchos niños deben sufrir y así se reconocería el valor de la infancia y el vivirla mediante

el juego, la diversión y la fantasía.

Entre alguno de los escritores que vivieron en carne propia la explotación de la época,

está Charles Dickens (1812 - 1870), quien de pequeño trabajaba doce horas diarias en una

fábrica de betún, y que por medio de la escritura publicó folletines y novelas por entrega,

donde denunció a través de Oliver Twist (1837) la nueva ley de pobres. Por esta razón,

exageró todo el ambiente criminal y de explotación en Londres, lo cual fue considerado

un gran riesgo, pero todo un éxito. Por lo tanto, Dickens continuó denunciando

instituciones y políticas con sus historias (p.73) como: Copperfield (1850) o Cuento de

navidad (1843), que resultaron grandes éxitos que mediante historias divertidas y

aventuras mágicas, lograba crear relatos entretenidos que además denunciaban

situaciones que vivían los niños pobres de la época.

Y si los niños se divierten, qué, Garralón (p.73) introduce a Edward Lear, que al igual

que Dickens, es el escritor que transformaría la concepción de la literatura infantil, Lear

genera una ruptura con las tendencias de moralizar y reprimir conductas mediante los

cuentos, pues este proponía generar disfrute y felicidad por medio de las historias,

siguiendo la línea de Lewis Caroll, quién produjo en Inglaterra la llamada era de oro de

la literatura infantil, con el exitoso libro de Alicia en el país de las maravillas, donde la

protagonista busca huir del mundo plástico y exigente que le pide comportarse de una

manera, y se enfrasca en un mundo de fantasía donde todo es posible.

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Debido a la difícil vida de Lear, se dedicó al dibujo como medio de sustento. A pesar de

la falta de educación, creó un libro de dibujos de aves y solicitó permiso al Zoological

Society of London para poder trabajar como dibujante allí, que es donde conocerá al

conde Derby, quién lo contrató para ilustrar su zoológico personal. Mientras trabajaba en

esto, realizaba historias disparatadas para los nietos del conde, como Limericks, poemas

de cinco versos que mezclan juegos de palabras rítmicamente. Finalmente, terminaría

publicando una recopilación en 1846 con el título de El libro del absurdo (sin sentido).

Se debe resaltar su importancia, ya que gracias a los libros de Lear se incrementó la

calidad literaria infantil, pues innovó el plano estético y lingüístico.

A partir de las creaciones de Lear, se retomó la clásica tradición anglosajona de las

Nursery Rhymes, que consisten en eso de crear rimas de “cinco versos en los que las

palabras juegan y se mezclan rítmicamente” (Garralón, (2016) p. 75). Esto junto con la

innovación del “disparate en la comicidad en las rimas, la sonoridad de las palabras y la

experimentación”, se crearía un estilo novedoso y divertido para los pequeños, tan exitoso

que llegaría a América Latina con los poemas de Rafael Pombo (1833-1912). Pombo

vivió en Nueva York, y allí descubriría este exitoso estilo de las Nursery, y así crearía los

Cuentos pintados (1867) y Cuentos morales para niños formales (1869), que aún hoy en

día son muy exitosos, ya que en estos el humor, la musicalidad y el juego, harían de este

autor colombiano un clásico infantil.

Ya para 1850 y 1900, el auge de la Revolución Industrial llevaba a buscar mejor y más

formados ciudadanos, el capitalismo moderno transforma la educación y poco a poco abre

escuelas para los más pobres, e incluso algunas academias femeninas. En Latinoamérica,

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las independencias marcan una nueva era, Naturalismo, Modernismo y El Romanticismo

están en auge, mientras países como Alemania e Italia se configuran como naciones y la

Guerra de Secesión ocupa los Estados Unidos. Como es de esperarse, estos grandes

acontecimientos transformaron los temas en cada región del mundo: en Estados Unidos,

el tema por excelencia fue la lucha de los colonos contra los aborígenes y en América

Latina, Simón Bolívar era el héroe de todos.

En el Reino Unido, triunfan las novelas de aventura, y autores como Lloyd Osbourne

crean historias como La isla del Tesoro (1883) La Flecha negra (1886) y Secuestrado

(1886). Otros autores como Defoe, Irving, Poe y Cooper fueron fuente de inspiración en

la nueva era de la aventura. Entre los autores que más destacan por su trabajo, está Joseph

Rudyard Kipling quien escribió El libro de la selva, donde se cuentan las aventuras de un

niño salvaje que vive en la selva junto con sus amigos animales y los problemas que deben

enfrentar. Allí se hace una búsqueda de “la naturaleza como un espacio bucólico, que se

enfrentaba a las ideas científicas del momento, representadas por Julio Verne”, y que

estaría ampliamente influenciado por el Romanticismo.

Howard Pyle (1853-1911) estadounidense, “considerado por muchos como el padre del

libro ilustrado en los Estados Unidos” con sus libros “Las alegres aventuras de Robín

Hood (1883) y con La historia del rey Arturo y sus caballeros, contribuyó con más que

las ilustraciones, favoreció el trabajo de estos y además creó historias que se convertirán

en grandes clásicos infantiles.

Julio Verne, opuesto a las ideas Romanticistas, se apoyaba en la ciencia y en la

racionalidad para crear historias fantásticas y fascinantes, como Cinco semanas en globo

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(1863), Viaje al centro de la Tierra (1865), Los hijos del capitán Grant (1867), Veinte

mil leguas de viaje submarino (1869), La vuelta al mundo en ochenta días (1873),

Capitán de quince años (1878), La isla misteriosa (1871) entre otras, harían de este autor

uno de los más importantes del siglo XIX, explicando a sus lectores que la ciencia podría

aclararlo todo, siempre apoyó las innovaciones y el valor de la investigación en pro del

progreso.

“Estos libros ofrecían fantasía, evasión, recompensa y consuelo en una sociedad influida

todavía por la opinión de damas que se ocupaban de la educación de los niños” (Garralón,

2016, p. 92). El papel de Lewis Caroll fue fundamental en las reformas educativas

inglesas, pues este autor afirmaba que “las niñas eran la esencia de lo romántico y un

permanente recuerdo de la infancia” y que por esto Alicia en el país de las maravillas

rescataba la importancia de la aventura en las pequeñas que más que los niños eran

sometidas a ideales y deberes segregadores desde muy pequeñas, por lo que Alicia fue

una historia refrescante, exitosa y aclamada casi unánimemente por la sociedad inglesa.

Al país de nunca jamás, fue la obra de James Barrie, quien rescataba esta idea del niño

perdido, y el valor de la infancia inocente, feliz y divertida. Aquí el personaje no quiere

crecer y crea un refugio para todos aquellos niños que quisieran permanecer como tales,

sin las intrusiones y los problemas de los adultos, lo cual fue un gran éxito para el público

infantil de la época, con detalles como el “mundo de las hadas, el de los piratas, el de los

pieles rojas y el de la aventura, todo ello acompañado de una trama leve, fino humor y un

estilo basado en el lenguaje poético”, hizo de peter pan y del País de nunca Jamás el

refugio y el sueño de muchos. (p.94)

40
Aunque muchos escritores dedicaran sus historias a la diversión y el juego mediante la

lectura, aún se publicaba de la educación y la formación moral. Pinocho de Carlo Collodi

fue uno de estos libros que mezclaban el tema de la obediencia y de las historias mágicas

y divertidas. Otros autores como José Martí pensaban que más que moralizar, había que

preparar a los niños para el futuro, había que enseñar sin amarrarse a la lógica clásica. Por

esta razón, el mundo de los adultos era presentado de forma divertida, con las enseñanzas

en forma de aventuras o de las contradicciones que contenían la vida en sociedad.

A partir de la toma de consciencia en el valor del contenido infantil, también se empezó

a considerar la importancia de la presentación de estos contenidos. Beatrix Potter llamaba

a estos “los libros manejables”, pensando en las proporciones y la importancia de los

formatos. Es cuando nace el libro objeto, versiones más elaboradas y pensadas que los

libros tradicionales, lo que llevó a que la ilustración tomará cada vez más fuerza en la

configuración del libro.

Paralelo a esto, poco a poco se empiezan a atribuir cada vez más cualidades intelectuales

a los niños, se cree que desde la infancia se pueden transmitir ideas de economía, filosofía

y política, que claramente reflejaban a la sociedad de la época. Como imagen de esta, se

crean libros como Mujercitas (1868) escrita por Louisa May, quien encarnaba los valores

y costumbres clásicos de las damas de la época, se reflejaba toda una generación

estadounidense, y bajo esta tendencia los temas se diversificaron y libros impensables de

creación, se habló de sexo, muerte, de los derechos de las minorías, entre otros problemas

de la sociedad.

41
La modernidad traía consigo grandes transformaciones en ideas políticas, económicas,

artísticas e incluso arquitectónicas, la transformación se volcaba hacia la practicidad, con

lo que se empezaban a aceptar ideas como de las nuevas familias, el final del racismo y

la fuerza que toman movimientos como el feminismo. Con todo esto, el niño claramente

se transforma en un ser crítico y constructor del cambio, “Los niños son el futuro” y,

partiendo de esto, los contenidos para ellos tenían igual valor a cualquier otro contenido.

El siglo XVIII trajo a la escena el valor de la infancia femenina, no tan atendida y más

bien enfocada al valor de futuras madres y cuidadoras, se reflejaba en estas lecturas lo

que se esperaba de una mujercita en formación para la sociedad. La lectura para finales

del siglo XIX pasó a considerarse cosa de niñas, por lo que muchas autoras se animaron

a publicar sus trabajos y a resaltar todos los temas relacionados con la familia, la

sensibilidad, el cuidado y muchos otros valores tradicionalmente relacionados al género

femenino. Pero esta nueva etapa de la literatura llevaría a crear protagonistas femeninas

y a cultivar la importancia de la lectura en las pequeñas.

A principios de siglo, los niños encontraron los espacios para dar a conocer su voz en el

mundo de los adultos, historias con protagonistas infantiles empezaron a tener un gran

éxito, por ejemplo, Celia, una serie de libros, que empezaron como publicaciones

semanales en el diario ABC, escritos por Elena Fortún (1886-1952). Desde su primer

capítulo, Celia tuvo un éxito rotundo, pues la escritora logra conjugar el lenguaje

coloquial infantil, el mundo de los adultos, el Madrid de aquella época, haciendo una clara

radiografía de la sociedad española. “Según Jaime García Padrino, “Elena Fortún goza de

un lugar privilegiado en la historia de la literatura infantil española, gracias a haber

conectado con los gustos de su público y, sobre todo, por el acertado reflejo de las

42
reacciones infantiles de las complejas relaciones entre el mundo del niño y el propio del

adulto” (Garralón (2016) p.126). Es así como la autora presentaría, Celia, lo que dice;

Celia madrecita; Celia novelistas; Celia en el colegio, y Celia y sus amigos. Después de

la Guerra Civil, Fortún se ve obligada a emigrar a Argentina, y después de sus

experiencias escribió Celia en la revolución, que sería publicada como obra póstuma.

Mientras tanto en América Latina, el libro más exitoso sería el de Marcela Paz (1902-

1985), chilena que obtendría el reconocimiento del premio convocado por la editorial

Rapa Nui en 1947 por sus historias de Papelucho, que era el diario de un niño “divertido,

tierno, aberrante y encantador” (p.127). Lo que sin duda fue uno de los personajes más

importantes, de mayor carisma y relevantes para la literatura infantil latinoamericana.

A principios de 1900, la poesía era un género muy importante que inspiraba a grandes y

a pequeños, sus estrofas procedían de diferentes puntos del globo, desde países europeos,

anglosajones, árabes o latinoamericanos. Lo cierto es que llegaba a todos y tenía variados

canales de difusión, como libros ilustrados, revistas, periódicos y claro, libros escolares,

las poesías buscaban transmitir sentimientos y emociones, pero principalmente era un

espacio para todos donde recrear la fantasía y el juego de palabras. En América Latina, la

producción literaria estaba en auge, comparado con el viejo continente en guerras, y

gracias a la producción y difusión de estos, se produjeron gran variedad de obras dirigidas

a la infancia. De aquí que la poesía se consideró el vehículo idóneo para llegar a los niños,

autores de todo el mundo dedican sus trabajos a la infancia. Rubén Darío (1867-1916)

encontró “en los niños los oyentes perfectos para su poesía cargada de elementos

románticos y clásico” (p.133). Rubén Darío veía la capacidad de asombro y fascinación

de los pequeños, sentían y vivían de una manera tan distinta, que permite reinventar las

historias y los sentimientos, un universo de hadas, dragones, prisioneros y aventuras.

43
Como Rubén Darío, muchos otros escritores se volcaron hacia el mundo de la poesía y la

literatura infantil, una de las más grandes transformadoras fue Gabriela Mistral (1889-

1957), maestra mexicana que encontraba todas las falencias en los modelos de educación

clásico, feminista destacada por su papel en las revoluciones de igualdad de género y

claro, excelentísima escritora. Mistral veía todos los libros clásicos europeos,

eurocentristas que debían leer los niños en la escuela, que consideraba eran alejados y

obsoletos para la realidad social latinoamericana, ella “prefirió mostrar una mirada limpia

hacia la infancia con poemas llenos de ternura, inocencia y con gran exigencia literaria”

(p.134). Al ganar el premio nobel, sus escritos y trabajos fueron ampliamente difundidos

y aclamados.

Otro género que triunfaba en la época, eran las novelas de Kastner, como Emilio y los

detectives, estas historias fueron publicadas entre 1930 y 1960 de manera arrasadora, el

anhelo por resolver misterios, algún crimen o asesinatos, fueron el tema de moda, los

niños lo adoraban, y como en países como España no corrían buenos tiempos, estas

aventuras eran el escape perfecto, donde un pequeño personaje podía resolverlo todo y

ser el héroe.

El recurso de los animales comportándose como humanos ha sido ampliamente usado en

la historia de la literatura, no siendo contrario en la literatura infantil, este un elemento

que todavía hoy podemos encontrar fácilmente, y que todos adoramos. Por medio de las

aventuras de animales podemos entender mejor las situaciones del “bien” o del “mal”,

algunos escritores buscaban mostrar la espiritualidad, el alma y el valor de la naturaleza

(romanticismo) por medio de estas historias. En 1924, el austriaco Felix Salten recreó la

vida de un pequeño corzo llamado Bambi, donde trató de mostrar la psicología de los

44
animales, y desde aquí muchísimos autores como Hugh Lofting con Dr. Dolittle y

muchísimos otros escribieron historias célebres y atemporales de los animales y su vida.

Beatrix Potter cambió el juego en los libros infantiles, su talento para ilustrar y para crear

historias fantásticas la llevó a transformar los libros en estructuras más simples, donde la

imagen era un factor vital a la hora de mostrar a sus personajes curiosos, atrevidos y

desobedientes, el niño se divertía y adoraba la lectura acompañada de todos estos

hermosos dibujos. Historias desde Robinsón Crusoe hasta Donde viven los monstruos

triunfan bajo lo que marcó Potter con su trabajo.

Los libros empezaban a adoptar distintas formas y tamaños. Potter publicó en formatos

pequeños para llevar a todas partes, pero los libros grandes y llenos de ilustraciones

también encontraban su cabida, La historia de Babar fue el primero en publicarse en un

formato de (37 x 27 cm) libro de Brunhoff que significó una enorme novedad en su

momento. El juego perfecto entre ilustración, espacio, tipografía y texto, comprendieron

el nuevo universo que no se comprendería si cada detalle se presentará por separado –

noción del libro álbum moderno.

En una época donde los osos de peluche y los animales con características humanas

estaban de moda, nace Winnie de Pooh, creada por Alan Alexander, quien solo había

escrito un par de poemas para niños y quería ser reconocido por sus obras de teatro. Este

recibió la petición de escribir su primer cuento para niños, y Alexander, inspirado en su

hijo, creó la historia donde su osito de peluche cobrara vida, y entraría en un mundo

fantástico y mágico. Ya con la idea de conjugar el texto con la ilustración, la decisión de

buscar a un ilustrador óptimo fue exhaustiva, el encargado fue Ernest Howard Shepard y

45
desde aquí se creó el éxito que fue ampliamente promocionado y que además despegó el

comercio de todo lo relacionado con Pooh, desde juegos de té, calendarios, postales,

juguetes y pegatinas.

Ya para el mundo entre 1948 y los ochenta, las guerras y el miedo a las bombas nucleares

marcan una nueva época, las dictaduras en latinoamérica, las revoluciones, el comunismo,

la caída del muro de Berlín generan una necesidad de crear fantasías, historias mágicas

que se alejen de lo que pasaba en el mundo. 1945 Marca el fin de la Segunda Guerra

Mundial, momento en el que se empezaban a dilucidar los crímenes cometidos por los

nazis, la destrucción de ciudades, la quema masiva de libros en Europa y todo lo que

significó para la cultura del momento, la literatura estaba claramente estancada y tuvieron

que pasar muchos años para que la literatura infantil volviera a ponerse en marcha, así

que mientras esto volvía a pasar en 1960, la producción provenía principalmente de

Estados Unidos.

Se producían principalmente libros fantásticos, era clara la característica anglosajona en

la escritura, y la influencia de escritores que adaptan historias clásicas a aquellos tiempos

modernos y de cambio. Los personajes principales o héroes de las historias, comienzan a

ser muy pequeños, sencillos y cotidianos, como Stuart Little (1945) de Elwyn Brooks

White, que relata la historia de un pequeño ratón que es adoptado por un familia de

humanos, donde debe enfrentarse a los problemas de integrarse a una vida en sociedad de

la cual él no es parte, pero que con su carisma y refinado comportamiento, logrará

ganándose el cariño de todos. Dentro de esta tendencia, dos de los más importantes

renovadores de la literatura fantástica, fueron Clive Lewis (1898-1963) y John Tolkien

(1892-1973) que, generando historias llenas de detalle, personajes, tramas y conocimiento

46
histórico, lograron crear mundos completos y fascinantes, Historias como el Hobbit

(1937), El señor de los anillos (1945), o en el caso de Lewis el mundo de Narnia (1956)

crearían universos que aún hoy generan fascinación y asombro.

Como el mundo, los modelos educativos de la época se transformaban en busca de una

pedagogía más abierta y efectiva, se adquirieron nuevas miradas de estos modelos. En

países como Suecia, se convocaban discusiones del método, con maestros, especialistas

y padres de familia. Astrid Lindgren (1907-2002), interesada en el tema y en contra de

los modelos clásicos de educación, decide escribir una historia diferente, sobre una chica

llamada Pippi Calzaslargas, que siendo rechazada durante muchísimo tiempo, por fin

logró salir a la luz años después. El libro mostraba un nuevo tipo de infancia, de niño, una

libertad divertida muy contraria a la época, además de tener una protagonista femenina

que era “todopoderosa, descarada, divertida, capaz de vivir de manera autosuficiente y de

gran vitalidad, que consigue organizarse sin sus padres” (p. 163). Pippi era una rebelde,

en contra de los adultos, sin miedo y mucho ingenio, Pippi fue la feminista de su época,

algo totalmente atrevido y único que cambiaría el juego, ya que fue un éxito en 1945, y

desde entonces su autora se dedicó a escribir muchos más libros para niños, pero nunca

tan exitosos como Pippi y su cambio en las típicas historias para niños.

Poco a poco, empezaron a surgir libros que buscaban mostrar la realidad del mundo. Así

surgió la tendencia de mostrarle a los niños temas que nunca habían sido tocados, y el

hablarles de lo que estaba pasando en todas estas guerras, revoluciones y dictaduras,

siendo más realista y responsable con la generación que se estaba formando. Estas

historias se crean con matices de denuncia y verdad dentro de una narrativa fantástica,

libros como el Oso que no lo era (1946) de Frank Tashlin, cuentan la historia de un oso

47
que después de despertar de la hibernación descubre que en vez de un bosque, hay una

fábrica, y que ahora a él solo lo consideran un obrero mal afeitado y muy peludo, lo que

viene siendo una denuncia a la destrucción de la naturaleza como espacio de los animales,

a la contaminación, la clase obrera y sus desventajas y al juego de relaciones de poder.

También escritores como Maurice Druon, escriben historias para sensibilizar a los niños

de la situación en las guerras del mundo, así como el aclamado Diario de Ana Frank, que

hará que niños y adultos se acerquen a la situación que se vivió en la Segunda Guerra

Mundial. Así como estos autores, muchos otros se atrevieron a hablar de muerte, sexo,

defensa de las minorías, y la crisis de valores que estaba viviendo el mundo. Por esta

razón, había que tener en cuenta que los niños eran capaces, y que debían entender lo que

pasaba, porque como ciudadanos tenían que protestar por sus derechos.

Como el mundo cambia, la imagen de la familia también se transforma, “las nuevas

estructuras con madres solteras, padres separados o ausentes, hombres con hijos, etcétera”

(p.173) abren nuevos temas y nuevas miradas en cuanto al papel de la mujer, tras tantas

guerras y la industrialización, su rol clásico se transforma poco a poco, y ésta va teniendo

cada vez más espacios en la sociedad. Bajo esta revolución de nuevos temas y espacios

de discusión, las feministas de la época analizaron los contenidos disponibles y a la

literatura clásica, donde encontraron reiteradas figuras estereotipadas con roles muy

marcados, los hombres siempre aventureros, poderosos y salvadores, mientras que las

mujeres ocupaban roles secundarios, pasivos, dulces, sutiles, y siempre como una

compañía o como la “bruja” y la madrastra malvada, que creaba casi que dos tipos de

mujeres, nada más alejado de la variedad que comprende a la raza humana.

48
“No se nace mujer, se llega a serlo” Simone de Beauvoir, citó refiriéndose a todas esta

enseñanzas e historias repetidas que dictan el “ser mujer”, y no conformes con esto,

feministas “querían que las niñas tuvieran un aprendizaje cultural de un nuevo papel en

la sociedad” (p.176). Y ya que no existían libros adecuados, ellas los escribieron, en el

caso particular de Italia, se escribió una colección, en 1970, llamada A favor de las niñas,

de Adela Turín. Estos fueron escritos desde una mirada un tanto extrema, se alternaban

los roles, se explicaban las formas de opresión, se eliminaban las características

femeninas y las masculinas, de forma que se suprimían esas condiciones diferentes para

crear humanos, pero el problema fue el punto en que a veces proponía la desaparición del

sexo masculino. Bajo este movimiento, se crearon libros como, Oliver Button es una nena

(1979), Rosalinde tiene ideas en la cabeza (1981), La rebelión de las lavanderas (1979),

cuentos en los que las mujeres cansadas de ser “el segundo sexo”, se levantan y rebelan,

mostrando cómo ellas son tan capaces como ellos.

El principal efecto que tuvo este debate fue la “Importancias de los cuentos de hadas”

(p.177). En Estados Unidos, un reconocido psiquiatra analizó la influencia que podían

tener estos modelos repetitivos en el crecimiento de los niños. Bruno Bettelheim (1903-

1990) escribió Psicoanálisis de los cuentos de hadas (1975), donde concluyó que los

cuentos de hadas no enseñan nada de la vida moderna y real, pero muestran “los

problemas internos de los humanos y cómo enfrentarse a ellos” (p.178). Estos cuentos

muestran los problemas humanos y los resuelven de formas muy específicas, enseñan lo

que es “bueno” y lo que es “malo”, y además perpetúan estereotipos como el de la bruja

y la madrastra, o el de la mujer que siempre es delicada y está en peligro. El análisis de

Bettelheim hilaba el funcionamiento de la mente infantil con el proceso que siguen los

cuentos de hadas, ya que muestran la comprensión que surge de toda la fantasía. Las

49
historias en los cuentos suelen mostrar un modelo muy claro, en el que los cuentos

empiezan con situaciones reales y mundanas, problemas del día a día, por ejemplo, en

caperucita roja, se empieza con una situación real donde la caperucita tiene la tarea de ir

a visitar a su abuela, o en la Bella durmiente, donde la situación del bautizo se torna turbia

con la presencia de un personaje malvado, en Hansel y Gretel los pequeños se encuentran

frente a la situación económica de sus padres, o en Pulgarcita, donde una mujer hace

hasta lo imposible por ser madre. Frente a todos estos problemas, el niño es enfrentado a

los problemas, y lo llevará a preguntarse el cómo, el porqué, y a plantearse posibles

soluciones. Lo que Bettelheim problematiza, es la forma en la que las mentes infantiles

funcionan, ya que es aún muy sentimental, y antes de enfrentarse a la racionalidad, se

generan sentimientos de amor, tristeza, odio, ansiedad, que hacen que el niño se deje

llevar por la historia, abriendo su subconsciente a los mensajes del cuento. La relativa

“realidad” de los cuentos de hadas se genera a través de símbolos que llevan a códigos de

comportamiento, que aunque chocan con la mente infantil, se genera la consciencia de

que no es real, evitando que se altere la realidad física del niño, lo que lleva a

problematizar los procesos internos, sugieren un viaje al interior de la mente, y se

externalizan dicho procesos por medio de las relaciones con los personajes.

El niño podrá empezar a ordenar sus tendencias contradictorias cuando todos sus

pensamientos llenos de deseos se expresen a través de un hada buena; sus

impulsos destructivos a través de una bruja malvada; sus temores a través de un

lobo hambriento; las exigencias de su conciencia a través de un sabio, hallado

durante las peripecias del protagonista, y sus celos a través de un animal que

arranca los ojos de sus rivales. Cuando este proceso comience, el niño

50
irá superando cada vez más el caos incontrolable en que antes se

encontraba sumergido. (Rosa, 2011).

Los cuentos de hadas finalizan su estructura en finales felices, en los que a pesar de caos

al final todo se repara con buenas acciones, que suelen ser recompensadas por medio del

dinero, bienes o matrimonio, siendo este último el inicio de los felices por siempre. Es así

como Bettelheim concluye con que cuando el niño escucha un cuento, recoge ideas de

este para poner en orden su caos interior, creando modelos de comportamiento para

solucionar las situaciones de su vida, comprende que los cuentos de hadas son importantes

referentes y mensajes al subconsciente de un niño. Gracias al trabajo de Bettelheim y su

análisis de los cuentos, se empezó a tener una mirada diferente del mundo infantil, lo que

hizo que se renovarán las fórmulas y las maneras de tratar y entender a los niños.

En el periodo que comprende entre 1980 y el 2000, los autores empiezan a tener muy en

cuenta al niño, el proceso creativo está empapado de las opiniones y miradas infantiles,

ahora el valor de la familia, del amor, la escuela y la importancia del acercamiento al

realismo trazan un camino novedoso y fructífero. Temas tan interesantes como la vida en

la ciudad, el concepto del barrio y de la participación ciudadana hicieron una nueva serie

de contenidos interesantes y diferentes, además el formato del libro álbum ha sido el boom

del nuevo siglo, la unión y perfecta armonía del texto y la ilustración, construyen una

nueva forma de lectura llena de emociones y sentidos que estimulan la lectura y crean

texto creativo y diversos.

51
“El libro álbum nos regala ilustraciones, invita a realizar una pausa, a descifrar colores,

formas y texturas; y nos impulsa a continuar una dirección sucesiva y lineal” (Ospina,

2016, p.47). Galia Ospina escribe El libro albùm invitando a recorrer la historia que ha

formado este nuevo formato infantil, como poco a poco los libros empezaron a desligarse

de su característica moralizante para crear mundos mágicos llenos de historias divertidas

y misteriosas, libros llenos de ilustraciones, que con el tiempo empezaron a ser parte

esencial de los relatos.

“Este género se configura en un juego poético de tensión entre las coordenadas del

espacio y el tiempo”. En los juegos de espacios, colores y páginas, crean una

experiencia que “remueve la forma tradicional de leer, no solo decodificamos el

código alfabético; también leemos el mundo, los rostros, las imágenes”. Ambos

lenguajes se vuelven interdependientes, cada uno muestra lo que el otro calla, para

crear una historia completa y armónica. (Ospina, 2010, p.40)

Desde esta mirada, es importante entender que nada en un libro álbum es aleatorio, su

construcción como género ha recorrido varias versiones e infinidad de autores, llegando

a lo que es hoy, “una construcción tejida de papel, texto e ilustración”, características que

han creado nuevos lectores y que logran comunicarse con la infancia del siglo XXI, donde

la tecnología inunda nuestra cotidianidad y altera nuestras lógicas de comunicación, aún

con más fuerza en las nuevas generaciones que se comprenden en un mundo visual,

diverso y complejo, y con todo esto la lectura y la tradición se han transformado para

encontrar cabida e impacto. Esto se genera con el primer impacto que debe tener la

cubierta y con los juegos que crean las guardas, “siendo vestíbulos” que abren una historia

que inicia con un formato diferente, donde usualmente el diálogo funciona entre la doble

52
página, creando un escenario más grande y tridimensional para la historia. Libros como:

El libro rojo, El libro en el libro en el libro, El increible niño come libros, entre otros

crean aventuras llenas de experiencias, “al nivel que el lector comprende un libro y trabaja

en él hasta hacerlo suyo”. (Ospina, 2010)

Además del libro-álbum, otro nuevo formato en auge, son los libros interactivos, lo que

se refiere a diferentes formas de experimentar la lectura, libros digitales o fìsicos crean

un nuevo acercamiento más compatible con las nuevas generaciones. En Ipad, tablets y

celulares existe la opción –aún novedosa– de descargar historias llenas de botones,

sonidos e incluso juegos, que crean nuevas y exitosas formas de lectura. Otra subsección

de los libros interactivos consiste en formatos fìsicos que se complementan con códigos

QR que llevan a actividades, animación de ilustraciones, información extra o aplicaciones

que complementan el mundo de la historia. En Colombia, editoriales como LuaBooks

presenta varios formatos modernos y creativos, como aplicaciones que acompañan

pequeños formatos, juegos que debes ganar en el celular mientras recorres un libro fìsico,

libros llenos de sonidos e imágenes 3d, páginas con más información de la que te imaginas

con códigos que llevan a conocer y aprender cada vez más, Pájaros de los mil cantos,

Mercado de Pulgas, El libro secreto de los Monstruos, entre otros.

Estas nuevas formas de crear agrandan el espectro clásico de la lectura, abren

posibilidades antes imposibles y además aportan una nueva herramienta para comunicar,

educar y transformar el futuro.

53
Capítulo 3 Infancia, literatura infantil y feminismo

3.1 La infancia como construcción social

La infancia constituye un momento fundamental en la vida humana, y a lo largo de la

historia, las percepciones sobre esta se han transformado, teniendo puntos de vista

diversos. Niños y niñas, desde tempranas edades, se ven sesgados por diferentes patrones

y guías que reciben dependiendo de su sexo. Desde el mismo momento en que la familia

sabe el género del bebé, se empiezan a abrir caminos distintos, segmentándose en

extremos que dictarán la gran mayoría de oportunidades, deberes y obligaciones de estos.

En la infancia se han marcado ciertas normas que se deben seguir para llevar a cabo una

“educación” optima, creando metas específicas divididas por edades o consideraciones;

por ejemplo, se normalizó la enseñanza de ciertos temas para niños entre 5-7 años, 7-9,

10-12 (rangos que varían en diferentes modelos de educación), y luego a los 13 años ya

se es un adolescente y luego a cierta edad –dependiendo del país, cultura y religión– un

adulto. Desde que la infancia no se consideraba algo en sí –una etapa–, sino que los niños

eran adultos incompletos, se ha tratado de entender y de criar mejores ciudadanos,

mediante procesos cognitivos dentro de la familia, el colegio, los juegos y claro la lectura.

Sería muy amplio el querer abarcar todos los tipos de concepciones de infancia a través

de mundo, su historia y sus diferentes culturas, pero independientemente de eso tenemos

las características generalmente divididas entre lo que es la feminidad y la masculinidad,

y cómo desde cada uno hay una relación con la sociedad, la economía y los sistemas de

convivencia. Y desde esta mirada, debía prepararse a cada quien para encajar en el

sistema, ya que para el siglo XIII, el niño se convirtió en el objeto de la inversión y en el

heredero de lo que los adultos estaban construyendo, por lo que tomaron conciencia de

que los niños debían ser educados para continuar con esto y desarrollarlo de formas más

óptimas.
54
Para los historiadores de la infancia, a partir de la modernidad, la infancia adquirió un

status propio como edad diferenciada de la adultez, el niño se convirtió en objeto de

inversión y en heredero de un porvenir. La mirada de los psicoanalistas, en cambio, ha

estado atenta a la singularidad del niño, para leer y analizar las articulaciones complejas

que se tejen en la historia infantil con lo histórico-social. En la actualidad, se está

produciendo un debate acerca del alcance de la invención de la infancia moderna, cuyos

rasgos más importantes la ligaban con la escolarización pública y la privatización

familiar. Las nuevas formas de la experiencia social, en un contexto de redefinición de

las políticas públicas, de las lógicas familiares y de los sistemas educativos, están

modificando en forma inédita las condiciones como se construye la identidad de los niños

y transcurren las infancias de las nuevas generaciones.

En breve, la infancia ha sido y será adaptada a la cultura y a cómo ésta quiera construir

las comprensiones de esta etapa, variando con el pasar de los años y transformándose

continuamente. Desde esta mirada se busca entender cómo la literatura infantil es un

objeto formador de las subjetividades infantiles, cómo estas lecturas construyen la

infancia y la encasillan dentro de unos moldes sociales. La literatura infantil en específico

ha sido un género muy estudiado y criticado, en referencia a su influencia y valor dentro

del crecimiento de los niños, esto se debe a que como ya se vio en el capítulo anterior,

normalmente tenía una finalidad moralizante, religiosa o pedagógica. (Bouley, 2014).

“En casa o en la escuela, leer un libro con una niña o un niño suele ser comúnmente

asimilado como un ejercicio educativo” (Bouley, 2014, p.40).Lo que poco a poco fue

cambiando y tratando de alejarse de estos “deberes”, pero que realmente los cuentos más

55
clásicos y distribuidos tenían algún valor o deber que cumplir dentro de las mentes

infantiles, se llaman las “moralejas”, 1. f. Lección o enseñanza que se deduce de un

cuento, fábula, ejemplo, anécdota, etc. (RAE, 2017) que, aunque muchos autores

intentaron cambiar, tardaría mucho para adaptar esa idea, aún hoy en día se crean libros

con esta intención moralizante y educativa, aunque la oferta es mucho mayor a solo eso,

ya que las producciones editoriales se han vuelto mucho más variadas, y hoy en día los

niños buscan los contenidos, y claro que se sienten más atraídos hacia los libros

divertidos, didácticos y novedosos, y esto termina creando dos espacios de lectura, la

educativa y moralizante, normalmente exigida por la institución escolar, y la parte

divertida que suele ser la escogida por los niños.

Cuando se habla de literatura infantil, se refiere a varios géneros que se encierran bajo el

mismo nombre, pero que ciertamente alberga gran cantidad de subgéneros como: poesía,

cómics, novela, cuentos, entre otros… Y aunque durante mucho tiempo no fuera

considerado un tema como tal, hoy en día es un conjunto muy enriquecedor, que alimenta

las comprensiones alrededor de la infancia, y construye un mundo lleno de posibilidades

que cumplen todo tipo de expectativas.

Según la mirada esencialista, la condición de niño se encierra bajo una característica

física. Desde la biología, se reconoce un grupo poblacional que se reconoce como menor

de edad, que según los legisladores son seres incapaces de vivir de manera autónoma y

de decidir por sí mismos, por esta razón están bajo la responsabilidad de un adulto.

Mientras el estilo romántico reconoce a este grupo como aquellos niños que son ingenuos,

inocentes y puros. Otras miradas encuentran que la capacidad física y mental reconoce

56
grupos específicos (Jean Piaget) que están basados en modelos europeos, que al final de

cuentas no son aptos para las particularidades latinoamericanas, o en este caso

colombianas, pues se establecen miradas repetidas en culturas distintas que no reconocen

y excluyen realidades diversas. Por ende, feministas como Chandra Talpade Mohanty

hacen un llamado de atención, donde hablan de la importancia de las construcciones de

infancia de las diferentes miradas y subjetividades particulares de cada cultura, ya que

esta pensadora de estudios postcoloniales, hace un amplio análisis y llamado de atención

a las diferencias entre la educación occidental y la de lo que ella llama “El tercer mundo”,

donde se establecieron los mismos parámetros evitando reconocer las diferencias y la

importancia de esta.(Clavo, 2005). Se considera que en los procesos de globalización,

desde una mirada occidental, se ha homogeneizado la definición de infancia. El proceso

de escolarización y la literatura Infantil agruparon a las niñas y niños para que sus

singularidades fueran negadas, ya que para los organismos de poder era más fácil concebir

una fórmula única a construirse desde la diferencia.

Desde una mirada feminista, la construcción de los sujetos desde su etapa base es

fundamental para el desarrollo de los roles en la sociedad. Este movimiento decidió

analizar la infancia y las categorías sociales y morales en las que se inscribe. Las

feministas consideraban que era necesario reconstruir la infancia para entenderla mejor,

escapando de todas las leyes y concepciones que hacían de los niños dependientes de los

adultos y del mundo que los rodea. Feministas como Margaret Meah antropóloga

estadounidense (1901- 1978) hicieron análisis sobre lo que la infancia significaba

(Pachón, 1999). Esto la llevó a desnaturalizar la infancia y las características de niños

dependientes y sumisos, para entrar a hablar de humanos más creativos y empoderados

que tenían capacidad sobre su toma de decisiones. Los niños tienen la capacidad de

57
construirse desde su toma de consciencia. Feministas como Christine Delphy hablaba de

que los niños no tenían que formarse bajo un estatuto estricto de características, niñas y

niños tienen voz y voto, son sujetos activos que construyen su realidad, y por tanto deben

desarrollarse bajo la libertad y cierto nivel de independencia. (Bouley, 2014, p.54)

“Las niñas y los niños son sujetos construidos socialmente que tienen capacidad de

agencia y reflexión propia” (p.56). Se considera que, así como los sistemas de legislación

oprimen e invisibilidad poblaciones y vulneran sus derechos, la literatura infantil clásica

se encuentra plagada de muchas de estas connotaciones, pues estas historias presentan

esquemas tradicionales que perpetúan formas de pensar e ideologías determinadas, sin

mencionar que son pensamientos eurocéntricos que mucho se alejan de la realidad

colombiana. Desde que se comprende a la literatura infantil como un género específico

para un grupo poblacional, se sesgan las posibilidades y comprensiones sobre este,

empezando porque en principio se consideraban sólo textos escritos producidos por

hombres, negando la producción infantil, femenina y la tradición oral, y se transforma en

un “utilidad” la literatura clásica infantil tenía la finalidad de educar y de crear futuros

ciudadanos –hombre para aquel entonces.

Se consideraba esta etapa como “la página en blanco” que debía ser rellenada, que claro

tenía que encajar perfectamente dentro de la cultura establecida, una que comúnmente

tenía roles bien definidos dentro los géneros, estrato social y raza, y que estaba

principalmente producida para los clases aristocráticas, donde buscaban imponer modelos

de comportamiento de los usos y modales y donde el núcleo familiar era tema central; el

ejemplo de la familia era vital en la formación del infante, en especial el rol del padre.

Uno de los principales y más exitosos modelos literarios, fue el de hacer adaptaciones de

los cuentos clásicos de la tradición oral. La idea era volverlos más aptos para la
58
civilización del momento, por esto resaltaban los valores cristianos, morales y la

dominación masculina. Autores como Perrault (1628-1703), adaptaron estas historias de

hadas y las volvieron modelos de comportamiento para los niños, como fue con caperucita

roja, que en su historia original la protagonista no era tan pudiente y modesta como el

ideal femenino de la época dictaba. En este cuento se resalta la imprudencia y debilidad

de la mujer, además de eliminar la posibilidad de una libertad sexual, ya que el cuento

toma otro camino, donde debe enseñar que el niño tiene “unas pasiones diabólicas que

debe impedir” (p.64). Al imponer estos modelos de comportamiento rígidos, se anulan

ciertas formas de vida y además se refuerzan estereotipos como el de la mujer bruja, los

lobos malos, los judíos “malos” y los herejes. “Las niñas, los niños y las mujeres eran los

seres considerados más débiles para resistir a sus instintos naturales” (Zipes, 1986, p.65).

Como vimos en el segundo capítulo, feministas italianas no conformes con los modelos

clásicos de la literatura infantil europea, donde los hombre gozaban de características

enaltecidas y grandes capacidades y donde las mujeres por el contrario eran débiles y

cumplían unas características acordes a la cultura que las veía como madres, brujas y

como personajes secundarios e inferiores a los hombres, decidieron crear historias para

las niñas, donde su rol fuera principal y además se resaltaran todas sus características

únicas e individuales. Es entonces que surgió lo que se llama la literatura infantil

feminista, donde “el protagonista es empoderado independientemente de su género”

(p.77). No se distingue entre características estereotipadas, sino desde la capacidad

humana de cada personaje, y donde –frente a la falta de estos– se favorece a las

protagonistas femeninas y a sus historias. Dentro de los intentos que se han producido

alrededor de la literatura infantil feminista, se han creado historias donde de revierten los

roles de género, o hay mujeres empoderadas que toman las riendas de su vida y luchan

contra lo establecido. Lo cierto es que nace desde la toma de conciencia de las diferencias

59
abismales entre los personajes de los cuentos clásicos que favorecen un género, y además

educan y “moralizan” desde esta mirada; lo que construye una lógica aprendida en las

niñas y niños.

En historias como la Bella Durmiente, Caperucita Roja, Blancanieves, entre otras

resaltan la típica trama donde la mujer es cautiva, debe ser rescatada, liberada y salvada

por su “príncipe”, sin mencionar que suelen terminar en matrimonio. Esto lleva a construir

este aspiracional de ser rescatada, liberada y casada con un “príncipe azul”, que además

resalta el estereotipo clásico de que la mujer es débil, se la muestra en la cocina, en

deberes como la confección y además como un personaje bello y desprotegido,

concordante con la idea de la “gracia y delicadeza que debe tener una mujer”. Además de

crear un imaginario en las niñas, también crean estas lógicas en los niños, que creen que

deben hacer esto, que de cierto modo es un deber y legitima la supuesta debilidad de

género femenino.

3.2 La infancia y la literatura infantil en Colombia

Si las investigaciones alrededor de la infancia y los contenidos que son expuestos a esta

son pocos, en países como Colombia es mucho más preocupante. Las investigaciones han

sido realizadas principalmente en Bogotá, siendo solo una pequeñísima parte de

Colombia, un país tan diverso, variado y fragmentado. En este país, aún hoy en día la

lectura es un tema débil, el índice de lectura esta por los 2,2 libros al año por habitante,

de acuerdo a los informes del 2016, en donde también se indica que hay una biblioteca

por cada 34.259 habitantes (Ministerio de educación, 2016) y la mayoría de libros que

hay y que llegan a los diferentes rincones de Colombia, suelen ser las adaptaciones de

60
cuentos clásicos hechos por alguna editorial, como la panamericana que tiene libros como

100 cuentos clásicos, cuentos clásicos juveniles, colección dorada, que no invierte en

compra de derechos y debe optimizar su producción. Además de que el plan lector

planteado por el gobierno nacional, incluye todos estos cuentos de la literatura clásica

europea.

El concepto de la niñez en Colombia fue confuso hasta principios del siglo XIX, aquí las

diferentes concepciones y lógicas de las diferentes culturas todavía ubicaban al niño como

un pequeño adulto, que, aunque tenía atributos de “origen divino”, “inocente” y “puro”,

estaba cargado de “malos impulsos” que “debían de ser dominados con ternura, pero

firmeza” (p.79). En Colombia, aunque el hijo es responsabilidad de los padres, es la madre

quien lleva a cabo todas estas tareas de educación y quien le explica cómo comportarse y

le aconseja. Con los años, se tomó conciencia del papel de la infancia en la formación y

futuro de una persona, por lo que surgieron muchas leyes de protección de menores;

aunque en Colombia aún sea común encontrar casos de trabajo infantil y de deserción

escolar.

Y así como la infancia ha sido difusa en Colombia, la literatura infantil también, pues se

comprende desde el siglo XIX con recopilaciones de escritores y poetas costumbristas

colombianos, como Rafael Pombo, que generó una gran obra infantil, pero que sería uno

de los pocos en la época. Otras historias de literatura infantil fueron aquellas transcritas

desde la tradición oral, o desde la influencia de países vecinos, sobre todo desde México

y Argentina que tenían industrias más sólidas. Debido a los conflictos internos del país,

la industria no tuvo un crecimiento constante durante el siglo XX, las distintas “guerras,

la inequidad constante y los avances y retrocesos que sufrieron la pedagogía y las

instituciones escolares” (p.81), además de los enfrentamientos entre liberales y

conservadores, entre el Estado y la Iglesia, hicieron del siglo XX un escenario demasiado

61
complicado para una industria próspera.

El auge de la literatura infantil en Colombia fue en los ochenta, ya que se empezaron a

publicar libros álbum, y la infancia obtuvo una nueva mirada –influenciada por Estados

Unidos– y además se tuvo un fuerte desarrollo técnico y económico para la industria

editorial y de diseño gráfico. Ya se entendía el valor de la lectura, especialmente en los

niños, y esto fortaleció la red de librerías y bibliotecas. Se comprendió la importancia de

los roles del editor y de los escritores de literatura infantil.

Para los noventa, el mercado entraba a beneficiar más a producciones extranjeras que a

autores locales, además las grandes editoriales empezaron a apostar por la lista del “plan

lector” del gobierno, por lo que fue una época de poca producción creativa en el país. Y

aún hoy en día muchas editoriales prefieren favorecer la producción de libros para

distribuir en instituciones académicas, que hacer creaciones originales. Editoriales como

Norma y panamericana son las más grandes del país y suelen apostarle más a

publicaciones para vender en masa que a creaciones originales: esto básicamente por el

índice de lectura nacional, que indica que los colombiano en gran medida (un 38.3%) lee

por obligación del estudio (El tiempo, 2015), lo que hace que muchas editoriales prefieran

apostarles a publicaciones de las cuales puedan tener ventas aseguradas.

En Colombia, la producción internacional es parte esencial de las estanterías, España tiene

la mayor producción en el mundo hispanohablante, y en la literatura infantil casa

editoriales como Babel, Alfaguara y SM son las más grandes, pero también suelen hacer

grandes apostuestas por el sector educativo.

En la última década, los gobiernos se han enfocado en crear campañas que promuevan la

lectura y fomenten los hábitos alrededor de esta; sin embargo, problemas como el

62
conflicto armado, la pobreza, entre otros, hacen que este proceso sea largo y accidentado,

aunque en diez años la cifra ha logrado elevarse de un 1,9 a un 2,2 de libro por persona

en los últimos años.

Hablando de la producción actual, el país apuesta por libros para el posconflicto, la

inclusión y la paz, por ejemplo, los niños piensan la paz, es un proyecto del banco de la

república, o hay libros como Camino a casa de Jairo Buitrago y Rafael Yockteng, también

de Francisco Montaña como el Gato y la madeja perdida, que hacen cambios sobre el

conflicto en el país, además de obras históricas y libros-álbum para los más pequeños de

temas variados que son vitales para la primera etapa, pero que sin embargo, no son el

fuerte de la industria nacional.

3.3 Mirada feminista de la Literatura Infantil

Ahora bien, como ya hemos visto en los capítulos pasados, existe una conexión directa

entre el contenido del libro y la influencia que este tiene sobre la infancia, y es entonces

valioso resaltar que estos cuentos clásicos que se encuentran en el plan lector se usan en

todos los colegios públicos del país y generan una influencia directa en la educación

nacional.

En relación con esto y desde un punto de vista feminista, la gran mayoría de estos libros,

generan una perpetuación de estereotipos que crean unas construcciones de género ya

obsoletas. Dentro de estos textos, se naturaliza una imagen específica de lo que debería

ser una mujer y un hombre, qué roles deben cumplir, y tal vez cómo deben comportarse

en sociedad. Lo cierto es que para la actualidad es más que necesario replantearse las

estructuras clásicas de estas historias infantiles.

No es cuestión de segregar por comportamientos polarizantes, pues la educación debe

enfocarse en el pleno desarrollo de las capacidades independientemente del género. Es un

63
“modelo excluyente y se ejecuta mediante organismos de poder que perpetúan relaciones

de sexo conforme a las ideologías dominantes” (Estrada, 2001,6), (Bouley, 2014,87). A

pesar de la situación específica del plan lector colombiano, en el mundo editorial global,

y en las estructuras modernas de las historias de Disney y de otros grandes productores,

se está apostando por mujeres más activas en su rol, y en su comportamiento. Ahora

tenemos heroínas independientes, aunque la característica de la belleza, la gracia y la

dulzura como característica femenina sigue vigente, pero independientemente de esto, las

nuevas generaciones, más conscientes y diferentes, quieren contenidos modernos, que las

empoderen y no solo las hagan actrices secundarias de su vida.

Es interesante analizar las diferencias entre la crianza de una niña y de un niño,

normalmente se buscan características distintas en la personalidad de estos dos: a las niñas

se las educa para ser obedientes, para tener buenos modales, para verse bellas, sin excluir

a muchos padres también se esfuerzan en su educación, pero esto no anula lo primero, y

en el caso de los niños, la valentía, la agilidad, fuerza. Además, aquí está más que claro

el sentido académico, al parecer hay cualidades más banales en la crianza de una niña, y

hay que aclarar que más allá de lo bueno o lo malo, esto se da por lógicas culturales

adquiridas, donde lo más sensato y normal tiene estos comportamientos y lineamientos.

La apropiación de estas lógicas también son adquiridas por las instituciones educativas,

donde se suele enseñar a las niñas a permanecer dentro de la norma y a los chicos a buscar

superarlas, se espera más de los niños simplemente por su género. Universidades como

Harvard han comprobado esto mediante experimentos, donde han descubierto cómo los

padres al tener una hija suelen tener busquedas en google como ¿es mi hija obesa?, ¿cómo

enseñar modales a una niña?, ¿cómo hacer hermosa a mi hija?, y en el caso de los padres

de hijos varones, las preguntas son diferentes: ¿es mi hijo un genio?, ¿cómo preparar a
64
mi hijo desde temprana edad para la universidad?, entre otras (The New York Times,

2014). Los estereotipos presentes en la cultura generan estas lógicas que llevan a esta

situación. Antes de verse afectadas por la sociedad, niñas y niños rinden igual en

matemáticas, pero entre cuarto y quinto grado el nivel de las niñas disminuye, ya que

empiezan su preadolescencia y la sociedad les dicta unas “prioridades” diferentes, dictado

bajo los estereotipos que inundan de falsas afirmaciones sobre lo que las mujeres hacen

“mejor” o “peor”.

Y aunque en muchas oportunidades, feministas han buscado reivindicar el género,

invirtiendo los roles, las historias clásicas siguen pisando con fuerza y además el modelo

de asignar características masculinas a las niñas o viceversa no es tan bien recibido por

las niñas y niños. Así producciones de adaptaciones de clásicos se hayan realizado en

otros idiomas, la tarea está en construir historias donde las niñas sean protagonistas de

sus historias, y no donde se deban alterar los roles, acción que han tomado las grandes

cadenas televisivas como Disney, Nickelodeon, Cartoon Network, que ahora tratan de

crear heroínas, inteligentes, aventureras, independientes, como: La princesa Sofía,

Doctora juguete, Nella una princesa valiente, Elena de Avalor, que crean una nueva

generación de dibujos animados, además de que el más grande, Disney, ahora se ha

enfocado en la producción de princesas más feministas, como en La princesa y el sapo,

Frozen, Moana, etc.

Hay que comprender la noción de feminismo para abordar los cuentos clásicos, buscando

una reconstrucción de esto. Es necesario reafirmar que el feminismo no es opuesto al

machismo, y la participación busca ser equilibrada entre los géneros. Ver que somos

65
iguales como humanos y merecemos lo mismo, entendido esto desde las diferencias

biológicas que nos definen, y desde aquí crear historias con protagonistas independientes,

donde tanto mujer como hombre tengan un papel individual y principal en sus historias,

y además puedan construirse cómo y en quien quieran. Los géneros no deben determinar

quién se debe ser y cómo comportarse frente a la sociedad.

No es un misterio que la literatura infantil necesita renovarse, pues se necesitan más

autoras en la producción global, y necesitamos aún más heroínas que representen esta

nueva era y a esta nueva generación de niñas y niños que creen en una sociedad distinta

e igual para todos.

Capítulo 4 Propuesta producto

Partiendo del hecho de que la Literatura infantil y en específico la clásica genera un fuerte

impacto en la formación de la infancia, y además refuerza estereotipos bajo el modelo

tradicional de enseñanza, consideré pertinente entrar a problematizar algunas de estas

historias que hemos escuchado incansablemente en diferentes formatos editoriales.

Cuentos con los que como mi generación y muchas otras, han crecido, cuentos que

conocemos todos y además son parte del catálogo del plan de lectura del Gobierno

Nacional. De este modo busco, generar nuevos contenidos más acordes con el momento

histórico en el que estamos.

Considero que es vital comprender que los roles protagónicos están repartidos

equitativamente, que es necesario encontrar historias donde las mujeres también puedan

vivir sus aventuras sin depender de terceros. Cabe resaltar que este modelo se está

imponiendo en películas de Disney, en series y producciones televisivas, como Frozen,

66
Valiente, Elena de Avalor, peg + gato, Saari, Nella una princesa valiente, entre otros.

Pero esto se ha dejado de lado en la literatura en español. Países como Estados Unidos,

Inglaterra, Francia y Países Nórdicos han creado historias novedosas, y además tienen

fuertes industrias editoriales para crear esto; sin embargo, en Latinoamérica y en

específico en Colombia, el fuerte económico, está puesto sobre los libros educativos, o

los exigidos por el gobierno, como lo son los del plan lector, donde se deben hacer

propuestas de libros que muestran figuras diferentes y más acordes con la actualidad.

En estos otros países, se han producido varias experiencias de libros feministas, que

proponen heroínas y protagonistas divertidas, independientes, únicas y capaces de todo,

que no conformes con su realidad buscan cambiar el panorama. En Colombia, se

encuentran distintas versiones de Malala, de editoriales como Lubooks o diferentes

versiones que cuentan su historia desde diferentes miradas, y su historia, pero en cuanto

a historias feministas que enmarquen la igualdad y la situación en general, solo se

encuentran unos 3 o 4 por librería, y el típico es el de Hombres y mujeres de babel, que

fue escrito e impreso en España, o La Sombra de Julia, también de babel y alguno otro

de princesos y de princesas rebeldes; muy pocos para afrontar la necesidad de educar a

una nueva generación, y ciertamente libros dirigidos a las clases altas que tienen acceso

a estos.

Entre los libros más destacados de feminismo y empoderamiento está Waking sleeping

beauty de Seelinger, que invita a “las escritoras y escritores a crear niñas protagonistas

que asumen una posición de sujeto en la historia y una voz propia en la narración”. Se

construyen personajes que tienen la libertad de luchas y de vivir sus vidas, sin estar

67
condicionadas por situaciones externas, ni por personajes masculinos que marquen su

futuro, todo esto para promover la emancipación femenina, y que este se encuentre en la

lógica de la infancia desde temprano, que niñas y niños entiendan que su importancia es

igual, y que ambos pueden llegar a ser quienes quieran ser.

Una historia presentada por Fundalectura es la de Clementina, una niña que piensa vive

y crea su mundo, con unos padres que la apoyan a ser la mujer que ella quiera ser, y a

tomar las decisiones por y para ella misma, sin depender ni vivir en torno a otros. Historias

como estas refuerzan las características que feminismo promueve, y además crean

escenarios e historias diversas y divertidas, novedosas que se abren un nuevo espacio en

la Literatura Infantil.

Como ejercicio de reconocimiento, se realizaron veinte encuestas en un colegio bogotano

llamado Centro Cultural y Educativo Español Reyes Católicos, donde se preguntó a niños

y niñas sobre mujeres y hombres que admiraban, sobre sus libros favoritos, personajes y

héroes favoritos, y sobre ellos que creían que era la igualdad de género, el machismo y el

feminismo. En principio, la mayoría de las niñas y niños suelen admirar figuras populares

de la música, como Taylor Swift, Ariana Grande y Justin Bieber, y en muchos otros

optaban por sus padres que referencian como figuras fuertes que los apoyaban siempre, y

además que en las mujeres admiran su fortaleza, sus capacidades y su eficiencia, y en los

hombres, la ayuda que les proporcionan y el hecho de que sean buenas personas. Vale

resaltar que, en cuanto a los libros favoritos de los niños, los gustos son variados, pero los

protagonistas de estos suelen ser chicos. Además, los personajes favoritos, ya sea en libros

o en caricaturas, también suelen ser masculinos, que aunque los niños de hoy en día

68
entiendan cada vez más lo que busca lograr la igualdad de género, aún los formatos no

publican lo suficiente, y la mayoría de los niños también deja claro que para ellos la

igualdad aún no se ha logrado, o que si la hay es muy poco, y aún queda mucho por lograr.

No es una novedad que en nuestra cultura como en muchas otras, la violencia, la pobreza,

la guerra y todas las injusticias sean temas del diario vivir, en noticia, en las

conversaciones, en casi todos los ámbitos sociales que nos rodean. Las tensiones globales

marcan miedo y descubren corrupción en todas partes, y en Colombia el nuevo proceso

de paz, las tensiones aún vigentes de otros grupos armados, la constante inseguridad y la

alza en asesinatos, además de los problemas medioambientales, hacen que todos nos

veamos involuntariamente involucrados en esto, lo que no excluye en absoluto a los niños,

y mucho menos cuando muchas de estas problemáticas los vulneran. A los niños, hay que

empezar a hablarles de lo que pasa, de cómo son las cosas y de cómo podemos y podrían

ellos cambiar las cosas, es importante darles voz, y reconocer la importancia de su acción

en la sociedad.

Después de realizar mi ejercicio en el colegio Reyes Católicos, descubrí lo curiosos,

interesantes y sorprendentes que pueden ser los niños, no cabe duda de que como siempre

se dice, “son el futuro”, y por esto mismo considero que es importante que ellos aprendan

para transformar. La educación y la literatura les brinden contenidos actuales que les

permita cambiar estos esquemas de historias clásicas que refuerzan generación tras

generación estereotipos de género.

Por esta razón, el producto consta de la reedición de tres historias de la literatura clásica

69
infantil, donde se crean protagonistas femeninas que prueban su valor, y luchan por el

reconocimiento de todos, resaltando la importancia de que somos “iguales, pero

diferentes”, creando un feminismo desde la diferencia, donde se nos reconoce como

distintos desde nuestro género, pero se nos valida como seres humanos iguales, en cuanto

a condiciones, libertades y valores. Mediante una versión nueva de La bella durmiente,

El soldadito de plomo y Pulgarcita, construí nuevas versiones que me permitieran

mostrar:

1. Somos diferentes

2. Somos iguales

3. Valemos lo mismo, porque tenemos las mismas capacidades (humanas)

4. Por lo tanto, debemos tener igualdad de oportunidades, para poder realizarnos como

deseemos.

De este modo, la idea fue presentar historias diferentes que comuniquen sobre el

feminismo positivamente, además de cerrar con una breve reflexión, y la propuesta de

qué harías para cambiar nuestro pequeño mundo, idea que surgió desde el ejercicio en el

colegio, donde los niños tenían muy claro que la igualdad de género no estaba lograda,

que sí existía era muy poca, y que definitivamente hay que hacer algo para cambiarlo.

Pequeñas desenredadas en el fruto de esta investigación, que lo que busca es repensar el

rol de los cuentos y de sus personajes en la literatura infantil, y esto, como mencione

anteriormente, se hizo por medio de las tres historias de La bella durmiente (La princesa

70
durmiente), El soldadito de plomo (Los soldaditos de plomo) y Pulgarcita, estos 3 bajo la

idea del nuevo planteamiento alrededor de una protagonista poderosa e independiente,

con ideales de cambiar su situación. El formato cuadrado del libro, con 21 por 21 permite

una experiencia cómoda para la lectura, acompañado por las ilustraciones de Paula

Vargas, estudiante de artes de la Universidad Javeriana, con quien se realizó el proceso

de creación y selección de color, en el cual quisimos salirnos de la típica idea alrededor

del rosa y el azul, como colores determinantes de los géneros, de manera que fuera un

libro abierto a todos, con tonos amarillos y verdes se crean historias y contenidos mixtos

que generaran un cambio común. El libró pegado a una tapa dura, con unas guardas

ilustradas, hacen un formato firme, que aunque no es para niños tan pequeños, permite

que el libro pueda ser releído, compartido y difundido sin mayor desgaste.

Es imprescindible explorar a través de la literatura otras visiones que permitan

encontrar salidas, opciones de vida y culturas diferentes a las sociedades actuales

dominadas por la violencia, el miedo, el poder y el dinero. Los niños están

diariamente inmersos en los círculos de violencia, conocen la muerte, el secuestro,

las desapariciones, el abuso sexual. Por ellos es necesario abordar estas realidades.

(Entrevista publicada en el diario El Universal, 2013) (BOULEY, 2014)

Conclusiones

Las representaciones repetitivas de los roles de género han creado modelos definidos y

casi que inmutables sobre lo que los sexos representan. Muchas voces se han levantado

en contra de statu quo y movimientos sociales actualmente discuten ampliamente sobre

el tema, procurando rebatirlo, luchando contra las injusticias que este marco mental

genera alrededor del mundo. Sin embargo la desigualdad ha entronizado en contra de la

71
mujer, a veces abiertamente, en ocasiones de manera soterrada, pero siempre en una

actitud discriminatoria de quien infravalora lo femenino. Esto determina que las

limitaciones de diverso orden para las mujeres aún sean muy notables. Por lo tanto, para

procurar cambiar este estado de cosas es necesario trabajar en diferentes frentes y uno de

ellos, es evitar a toda costa reforzar los clichés que contribuyen a fortalecer los

estereotipos que conducen a subestimación cultural de la mujer, restándole autonomía,

oportunidades y a la postre libertad.

Es el caso de algunas piezas de la literatura clásica infantil, historias con las que varias

generaciones han crecido, y que aún hoy en día son reproducidas sistemáticamente. Sin

embargo en el esfuerzo por generar alternativas, constituye un problema el encontrarse

que las editoriales en Colombia no suelen apostar por textos inéditos, la actividad de las

editoriales gira alrededor del sector escolar, produciendo lo que esta demanda. Los

colegios públicos, se guían por los planes de lectura del Gobierno Nacional, que siempre

incluyen cuentos clásicos, como clásicos de los hermanos Grimm, y textos educativos,

pues aunque se dispone de materiales novedosos, los docentes y las instituciones

educativas suelen inclinarse por los mismos textos clásicos, que consideras lecturas

obligatorias, sin analizar su repercusión, ya que se normalizó . En estas historias clásicas,

las mujeres son presentadas como personajes pasivos, con roles secundarios, sin identidad

y sujetas a la voluntad de personajes externos.

La situación en Colombia es aún más compleja, porque en nuestro medio la figura

femenina se concibe en unos marcos muy definidos y claramente demarcados: la

maternidad, la belleza y el hogar, que pasan a convertirse en ideales y exigencias que las

mujeres deben cumplir, además de que la masculinidad tradicional también imparte unas

lógicas y roles para los niños, los cuales deben reproducir; ambos, niños y niñas son
72
obligados a reproducir incesantemente, generación tras generación los roles establecidos

por la sociedad por una sociedad que juzga severamente lo contrario.

Por lo tanto el reto consiste en crear contenidos consecuentes con la época en que vivimos,

que aunque en el mercado se pueden encontrar algunos títulos, y trabajos en pro de esto,

no es normal encontrar en las librerías libros feministas, más allá de hombre y mujeres de

babel, la sombra de julia, libros de Malala, érase una mujer y el nuevo libro de editorial

planeta de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. Lo que atiende a su vez los

retos del porvenir, pero que aún son pocos, difíciles de conseguir, y no es un tema amplio,

por lo que requiere la activa e igualitaria participación de hombres y mujeres en el

progreso de la sociedad. Así, es importante que niñas y niños encuentren literatura que

les permita transformar el mundo, que comprendan que no hay necesidad de reproducir

roles, que cada quién puede escoger que quiere para su vida y su futuro, que hay que

reconocernos como iguales desde la diferencia, y que la tolerancia es una de las

características más importantes para esta nueva etapa del país, donde todos tenemos

cabida, y donde juntos contribuiremos a cimentar la cultura del respeto y la paz.

Finalmente, niñas y niños necesitan más contenidos en la literatura infantil en los colegios

nacionales que los impliquen como sujetos sociales y les enseñe sobre el contexto donde

viven, en este orden de ideas considero que no es conveniente seguir induciendo la

población infantil a la lectura de textos que refuerzan ideas erróneas y que crean símbolos

que se convierten en códigos de conducta para actuar en la vida; los libros deben invitar

a generar un cambio, a transformar la sociedad desde una mirada justa e igualitaria entre

niños y niñas, entre hombres y mujeres.

73
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75
Anexos
Plan lector:

76
77
78
Tabulación encuestas Colegio Reyes Católicos
1. Género del niño que contesta
Masculino Femenino
10 10

2. Edad:
10 años = 1
11 años = 18
12 años = 1

3. ¿La madre trabaja fuera de casa?


Si = 15
No = 5

4. ¿La madre realiza labores domésticas?


A.
Si = 18

Siempre 16
En algunas ocasiones 2
Casi nunca 0
Nunca 0

B.
No = 2

5. ¿El padre trabaja fuera de casa?


Si = 19
No = 0

6. ¿El padre realiza labores domésticas?


A.
Si = 14

Siempre 6
En algunas ocasiones 5
Casi nunca 3

79
Nunca

B.
No = 5

7. ¿Qué hace una mujer y un hombre que admiras?


Mujer Hombre
Artista 3 Artista 3
Ciencia 2 Ciencia 4
Deportista 2 Deportista 5
Política 1 Política 2
Estudia 1 Estudia 1
Se dedica al hogar 5 Se dedica al hogar 0
No tiene 6 No tiene 5

8 ¿Tienes un libro favorito?


Si = 19 No=1
Literatura 10
Aventura 6
Cuentos 3

9. ¿Qué crees que es la igualdad de género?


Igualdad ante la ley 9
Todos somos iguales 7
No sabe 4

10. ¿Piensas que en nuestra sociedad existe igualdad de género?


Si 4
No 8
Más o menos 8

11. Qué te diferencia como niño.


Actividades físicas o deporte 3
Actividades intelectuales 0
Gustos 1
Nada 6
No responde 10

12. Qué te diferencia como niña


Actividades físicas o deporte 0

80
Actividades intelectuales 2
Gustos 3
Nada 5
No responde 10

13. ¿Conoces el concepto de machismo?


Si: 20
No: 0

14. ¿Qué opinión tienes de este?


Buena: 20
Mala: 0
No sabe: 0

15. ¿Conoces el concepto de feminismo?


Si: 14
No: 6

16. ¿Qué opinión tienes de este?


Buena: 12
Mala: 4
No sabe: 4

17. ¿Te consideras feminista?


Si: 13
No: 7

18. ¿Crees que el feminismo es solo para mujeres?


Si: 5
No: 15

81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
116
117
118
119
120
121
122
123
124
125
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La bella durmiente

Había una vez un rey y una reina que estaban tan afligidos por no tener hijos, que no había
palabras para expresar tal tristeza. Recurrieron a todas las aguas termales del mundo;
hicieron votos, peregrinaciones, recurrieron a todas las devociones, sin embargo, a pesar
de ensayar todo, nada dio resultado.

Después de un tiempo y contra todo pronóstico, la reina quedó embarazada y dio a luz
una hija… una hija. La reina estaba dichosa, pero el rey si bien se sentía contento, en gran
medida experimentaba un sentimiento mezclado entre alegría y resignación. Podría haber
sido mejor, pensaba para sus adentros: una niña, una princesa; era todo un reto, pues no
estaba asegurada en toda medida la continuidad de su linaje…

Sin embargo, se hizo un grandioso bautizo; fueron convidadas a la gran fiesta, como
madrinas de la princesa todas las hadas, que eran siete, o más bien ocho. Cada hada, a
manera de presente, le concedería un don a la princesa. Un don, como era la costumbre
de las hadas en aquel tiempo. Estos dones colmarían a la princesa de todas las
perfecciones inimaginables.

Fue una hermosa ceremonia, donde las hadas eran el centro de atención, pues cada una
con su don como regalo contribuiría a la formación de la princesa, para que fuera el
orgullo de sus padres y del reino. Cuando cada hada estaba sentada y bien dispuesta en
aquella elegante mesa, vieron entrar a un hada muy vieja que no había sido invitada; al
menos eso pensaba el rey. Pero en verdad, había sido invitada por la reina.

Lo que nadie sabía era que la reina y el rey habían discutido el tema días atrás. Al respecto,
el rey había dicho: pero es que has perdido el juicio mujer. Invitar al hada de la
inteligencia, sólo a ti se te ocurre esa extravagante idea.

—Pero es que no te has dado cuenta. Tenemos una hija, una princesa que ha de tener
inteligencia. Dijo la reina.

—No es un varón, no es un príncipe. Ella debe ser delicada, hermosa, graciosa, obediente,
discreta, buena bailarina y hacendosa… pero ¿inteligente?, ¿inteligente para qué? Para

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eso se casará con un príncipe; además, una chica inteligente, sería de alguna manera
varonil, nadie se querría casar con ella, ¡mujer!

— ¿Eso quisieras para tu hija, que fuese desgraciada toda su vida?

—No se diga más, el hada de la inteligencia no será invitada, dijo el rey haciendo gala de
toda su autoridad.

Esa noche, inexplicablemente para todos, especialmente para el rey, el hada de la


inteligencia hizo su entrada al salón donde se celebraba aquel suntuoso banquete.

El hada de la inteligencia miraba con serenidad a sus colegas y de repente tomó la palabra:
—sus majestades, buenas noches, en verdad me honran al haberme invitado a vuestro
palacio, a este banquete en que tendré la oportunidad de revestir a vuestra hija de un don
imperecedero, que le acompañará por siempre: la inteligencia. Esto demuestra lo mucho
que la amáis.

Una de las hadas jóvenes, la del tejido, la que confería el don de confección que se hallaba
cerca la escuchó y pensando que este enojoso don fuese perjudicial para la princesa, fue
a esconderse tras la cortina, a fin de hablar la última, de hacer algo y poder así, tal vez,
reparar en lo posible el mal que el hada de la inteligencia pretendía llevar a cabo.

Entretanto, las hadas comenzaron a conceder sus dones a la princesita. La primera le


otorgó el don de ser la persona más bella del mundo; la siguiente, el de tener el alma de
un ángel; la tercera, el de poseer una gracia admirable en todo lo que hiciera; la cuarta, el
de bailar a las mil maravillas; la quinta, el de cantar como un ruiseñor; la sexta, el de tocar
toda clase de instrumentos musicales a la perfección, y la séptima, concedería la virtud y
habilidad de confeccionar los más delicados bordados y los más primorosos vestidos.
Acercándose el turno del hada de la inteligencia, que por protocolo y para evitar
problemas cerraría la cesión, la joven hada del tejido, escondida tras la cortina salió y
gritando histérica, más por despecho y envidia, que haría cualquier cosa antes de permitir
que la princesa fuera revestida de inteligencia, puesto que esto la condenaría a no casarse
jamás, manifestó:

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—Predigo que la princesa se pinchará la mano con un huso, y esto le causará la muerte.

Este anuncio terrible hizo temblar a todos los asistentes y no hubo nadie que no llorara.
En ese momento, otra de las hadas, intervino y en voz alta:

—Tranquilizaos, rey y reina, vuestra hija no morirá, si llegara a ocurrir este hecho, la
princesa, en vez de morir, sólo caerá en un sueño profundo que durará el tiempo necesario
para que el verdadero amor la encuentre y rompa este hechizo despertándola de su letargo.

Para tratar de evitar la desgracia anunciada por la anciana, el rey hizo publicar de
inmediato un edicto, mediante el cual, bajo pena de muerte, prohibía a toda persona hilar
con huso y conservar husos en casa.

Pasaron dieciséis años, y un día, la joven princesa, correteando por el castillo, subiendo
de cuarto en cuarto, llegó a lo alto de una torre, a una pequeña habitación donde una
anciana estaba hilando sola.

— ¿Qué haces aquí, buena mujer? —dijo la princesa.

—Estoy hilando, mi bella niña. —le respondió la anciana.

— ¡Ah! qué lindo es, replicó la princesa, ¿cómo lo haces? Enséñame, y veremos si yo
también puedo hacerlo.

No hizo más que coger el huso, cuando se clavó la mano con él y cayó desmayada. La
buena anciana, muy confundida, clamó socorro. Llegaron de todos lados, tratando de
hacer algo, echaron agua al rostro de la princesa, la desabrocharon, le golpearon las
manos, le frotaron las sienes con agua de la reina de Hungría; pero nada la reanimó.

El rey desesperado acudió a su esposa.

—Mi rey, replicó su esposa, no os preocupéis, nuestra hija tiene el don de la inteligencia.
Así como proclamó la reina, la inteligencia de la princesa le había hecho prever distintos
planes para cuando el momento llegará. En la biblioteca de su palacio, encontró que las

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maldiciones como estas, podían ser anuladas por besos de algún príncipe enamorado…
pero ella no iba a esperar que algo tan irreal sucediese.

En los archivos más antiguos y prohibidos del reino, encontró el libro secreto de las hadas,
donde se leía la manera ciertamente riesgosa y complicada de arreglar la maldición. Al
inducir el sueño, las hadas ponían las mentes en una dimensión especial sin tiempo, donde
se podía estar a salvo mientras dormían, pero si ella tomaba un camino distinto, justo
cuando tocará el huso, debía pronunciar otras palabras para entrar a un sueño distinto,
oscuro y lleno de misterios, donde cruzando retos y obstáculos, lograría llegar al final y
despertar de inmediato.

Al despertar dentro de este mundo confuso y enredado, la princesa descubrió que debía
analizar sus posibilidades, debía investigar cómo funcionaba, pero al abrir los ojos
descubrió que todo era blanco, que no había nada, ni nadie. Muy confundida, intentó
recordar aquellas palabras de los libros prohibidos, eran como juegos de palabras, pero
nunca pensó llegar aquí, ahora ¿cuál sería el reto? ¿Cuáles serían los obstáculos que debía
vencer?

Desde este vacío, descubrió que, en sus diecisiete años de vida, había crecido para esto y
por esto, que incluso su madre, previniendo lo que se venía, la había hecho estudiar día
tras día sobre formas de supervivencia y que, ahora en este lugar sin nada, se daba cuenta
de que la prueba era un tanto distinta. Quizás no interpretó correctamente los escritos, o
quizás había que ver más allá de lo obvio.

Su don de la sabiduría había sido fortalecido por el arduo estudio y la profunda


investigación que la princesa había realizado por años, pero ahora debía atar los cabos
para solucionar el problema.

— ¿Si pronunciaba las mismas palabras?


—No…
— ¿Si las decía al revés?
—Tampocooo.

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El juego de las palabras en latín traducía algo como “abre las puertas de la luz”. Y
analizando sus posibilidades, la princesa intentó construir nuevas oraciones a partir de
esta frase, pero ya no era cuestión de abrir algo… ya se encontraba ahí, en la luz, y además
no había vuelta atrás, ya que permanecía atrapada en el sueño de las hadas.

La princesa entendió, claro que entendió: ella no debía volver atrás, ni debía pronunciar
palabras sin sentido, ella simplemente tenía que levantarse y seguir adelante. Se encontró
con un muro donde tuvo que unir los puntos encriptados de un rompecabezas y encontró
una puerta, pudo abrirla y regresó a su cuerpo.

Fue así como le demostró al rey que ella era capaz de todo, que era la digna heredera al
trono y que con su sabiduría podría gobernar como ningún otro. En el nuevo reino, se
dictó que el don de la sabiduría sería otorgado a todos, pero no por medio de un hada,
ahora niños y niñas tendrían los mismos derechos y oportunidades, las escuelas serían
para todos, niños y niñas podrían elegir libremente su destino, sin esperar príncipes,
hadas, ni princesas.

Los soldaditos de plomo

Veinticinco soldados de plomo con un bonito uniforme azul y rojo y un fusil al hombro
podías encontrar metidos en una caja de madera, en hermosas tiendas de juguetes, que
esperaban cada navidad, cumpleaños o día especial para que empezara la diversión.

Un día oyeron una voz de niño que decía:


- ¡Soldados de plomo!
Era la voz de Gabriel, quien había recibido los soldados como regalo de su abuelo.
Enseguida los sacó de la caja. Todos eran exactamente iguales menos uno, que, que
resultaba ser una soldadita de plomo.
Aunque a Gabriel le parecía diferente y divertido haberse encontrado con una soldadita,
a la familia le pareció un poco extraño. La soldadita de plomo, de inmediato notó que a
algunos no les alegró su presencia entre aquellos soldaditos, al parecer para ellos eso no
podía ser, pero eso ella no lo entendía. Mirando a su alrededor se percató de que los otros
muñecos también la estaban observando.
— Vaya que extraño esto, nunca lo habíamos visto. Se escuchaban los murmullos.

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Al llegar la noche, Gabriel guardó todos los soldaditos y a todos sus juguetes, que luego
aprovecharon que toda la familia dormía, para salir a divertirse.

De una caja sorpresa salió un muñeco verde que, al ver a la soldadita, le dijo:
- Soldadita de plomo, ¿por qué si eres una chica estás vestida así?
La soldadita confundida por su pregunta, acude a uno de sus compañeros soldados y le
pregunta qué tiene de raro.

- Bueno, bueno, soldadita, ya verás que eres la única soldadita de plomo que ha llegado
a esta casa, y que muchos han visto en su vida, nuestros fabricantes suelen pensar que las
chicas no pueden hacer ciertas cosas que los chicos si, por lo que supongo que debiste ser
un error de fábrica.

¿De qué hablas? yo no soy ningún error de fábrica, como yo muchas otras soldaditas
quieren estar en las cajas de juguetes y así como los chicos, nos encanta ser soldaditas.

Impactada, pero entendiendo lo que decía el payaso, la soldadita le responde que como
ella hay muchas, y que como los chicos, ellas también podían ser soldaditas o quien
quisieran ser.

El payaso miraba conmocionado a la soldadita, y dijo que como eso a él no le parecía,


ella debía irse o acoplarse a lo que el dictara.

Opciones que la soldadita rechazo, y dispuesta a demostrarle a todos que ella como
cualquiera, era capaz de ser un soldadito. Además haría que todas esas soldaditas en la
fábrica pudieran salir y estar en las jugueterías del mundo.

Al día siguiente la soldadita jugó con Gabriel y fue así por una semana, en todo este
tiempo, algunos juguetes aún estaban inconformes y otros la habían aceptado a ella, pero
no a la idea de soldaditas. Definitivamente ella quería cambiar las cosas así que en
compañía de uno de sus amigos soldadito, emprenden el viaje a la fábrica de juguetes.

—Mira, un soldado de plomo - dijo un niño que pasaba por la calle.

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—Les haremos navegar - dijo su amigo -. Le meteremos en una barca.

Y dicho esto, hicieron un barquito de papel en el que metieron a los soldaditos, luego
empujaron el barco y se alejaron por las aguas de un arroyo que se había formado por la
lluvia.

— ¡Justo lo que necesitábamos! ahora vamos a cambiar el mundo. Gritó la soldadita

—Es hora de demostrar al mundo que todos merecemos el lugar que soñamos. Dijo su
compañero.

El barco cada vez tenía más agua y se hundía más, porque era de papel. Al final le cubría
la cabeza, por lo que la soldadita decidió idear un plan. Junto con las sogas y los
accesorios en su cinturón, creó unos resortes que amarraron a su cintura, con lo que
pudieron impulsarse para subir a la calle, donde estaba la fábrica.

Ya allí encontraron cientos y cientos de soldaditas convertidas en otros juguetes, eran


transformadas en algo que no querían ser y el resto eran apartadas de la producción, por
lo que la soldadita y el soldadito con sogas y poleas crearon una especie de grúa para
sacar a todas estas soldaditas de la banda transportadora, y así llevarlas a la zona de
empaque de soldaditos. Allí las cajas fueron llenadas de cada uno de ellos en iguales
promociones, soldaditos y soldaditas estaban listos para ir a las tiendas de juguetes y
conocer a sus niños.

El plan de la soldadita había funcionado, ella ya no era la única, en las tiendas de juguetes,
las soldaditas habían sido un éxito total, ahora las chicas y los chicos tenían lugar donde
antes se creía imposible.

Y la soldadita y soldadito volvieron a casa, para descubrir que ahora todos entendían lo
que la soldadita siempre dijo y que era hora de dejar de encasillar a alguien por si es chico
o chica, todos somos iguales pero diferentes, y tenemos la libertad de elegir y ser felices.

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Pulgarcita

Había una mujer que deseaba tener un hijo, pero como no podía concebirlo fue a ver a un
hada para que la ayudase. Esta le dijo que no sería fácil, pero que cuando llegara a su
vida, sería más de lo que ella soñaba.

Fue así como el hada le dio una serie de tareas que la mujer cumplió con rigor, para que
así naciera de su jardín, dentro del fruto de un árbol, pulgarcita, nombre que obtuvo
debido a su pequeñísimo tamaño.

Pulgarcita llegó e inmediatamente alegro la vida de quienes la rodeaban, siempre


dispuesta, amaba hacer todo tipo de cosas con su mamá, cómo jugar, cocinar, ayudar con
lo que fuera necesario, e incluso amaba inventar y construir objetos novedosos.

Aunque Pulgarcita era muy feliz y la vida en casa estaba llena de amor y diversión, sabía
que su mamá estaba muy preocupada, puesto que debía mucho dinero y la fábrica donde
trabajaba había cerrado, lo que constantemente le hacía idear planes para ayudar como
fuera posible.

La mamá de Pulgarcita también buscaba soluciones para la situación, por lo que pensó
que podría casar a pulgarcita con el hijo de uno de los hombres más ricos de la región.
Pulgarcita se opuso al matrimonio, pues ella amaba la vida con su mamá y quería construir
su futuro cumpliendo sus sueños.

Pulgarcita, anhelaba construir cosas, ella quería mostrarle al mundo los inventos con los
que ayudaba a su mamá y sabía que con esto podría tener la casa más hermosa para ella
y su mamá. Al principio la mamá de pulgarcita encontró imposible esta idea, para ella lo
ideal era que su hija se casara y así no tendría que preocuparse por nada, además las
personas del pueblo y su pretendiente encontraron los ideales de Pulgarcita sin sentido.

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Queriendo demostrar su punto, Pulgarcita rechazó a este y a muchos otros pretendientes,
que solo la buscaban por su belleza; príncipes, ranas, aves, incluso los insectos pedían a
su madre la mano de su hija. Pulgarcita no entendía el porqué de esta situación, ni porque
todos recurrían a su madre y no escuchaban lo que ella quería. Poco a poco se agotaban
los pretendientes y la madre de pulgarcita no sabía qué hacer...

— Pulgarcita, ¿por qué no haces lo que todos te pedimos?

—Por qué no es lo que quiero y así yo como otras chicas, debemos tener la oportunidad
de elegir y ser lo que nos haga felices. Ahora mismo podemos encontrar otra forma y así
yo podré construir e inventar artefactos para ayudarlos a todos...

—Lo siento hija, tienes razón. No debí asumir que esta era la única salida, desde luego
haremos lo posible para que tus sueños se cumplan.

De esta manera pulgarcita y su mamá se dispusieron a crear una escuela para todas las
niñas y niños de la ciudad, así su mamá podría ser maestra, y pulgarcita podría enseñar a
todos los niños que no tenían la oportunidad de hacerlo. Juntas lograron que así como
Pulgarcita lo hizo, niñas y niños tuvieran las mismas oportunidades para escoger su futuro
y para poder construir su vida sin que nadie escogiese por ellos.

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