Está en la página 1de 3

cita directa larga 1

La violencia familiar puede adoptar muchas formas, pero involucra el uso de la


intimidación y amenazas o conductas violentas para ejercer poder y control
sobre otra persona. En general, la persona abusiva es de sexo masculino y las
mujeres a menudo son las víctimas; sin embargo, la violencia familiar también
se produce contra los hombres. El maltrato infantil, de personas mayores y de
hermanos también se considera violencia familiar. (Vidal 2008) define:
Como la violación de la integridad de la persona , la cual suele ejercerse
cuando interviene la fuerza física o la amenaza de su uso, pero también
cuando se actúa en una secuencia que causa indefensión en el otro, por
lo que este autor la considera un proceso en el que participamos todos y
no un simple acto cuyo fin es la afirmación del dominio a través del cual
busca el control de la presencia y las condiciones del estar, así como
hacer del otro un medio considerándolo como propio y cooperando
siempre sobre el estar del sujeto. (p. 17-20)
Primero, se debe reconocer que el maltrato físico está ocurriendo. Debido a
que el maltrato verbal y emocional a menudo preceden la violencia física, debe
prestar atención a las señales de advertencia que incluyen celos extremos,
posesión, mal carácter, impredecibilidad, crueldad con los animales y maltrato
verbal.
Cita directa corta 2
Debemos saber que la violencia es precisamente uno de esos
comportamientos que tiene gran capacidad para expandirse, en especial sus
consecuencias. La familia puede convertirse en reproductora de este tipo de
conductas debido a que está comprobado que la misma es un agente de
socialización de marcada importancia y constituye un ambiente constante de
aprendizaje grupal e individual de normas de convivencia.
“El reconocimiento de la realidad de la violencia como una construcción
que se presenta y legítima en la práctica familiar cotidiana, hace
necesario generar procesos de reflexión frente a las prácticas de
socialización que ocurren en la vida familiar. (Vidal, 2008, Garaigordobil
y Oñederra, 2010 p. 48)
Es importante recalcar que la familia es el eje fundamental para el desarrollo de
relaciones afectivas en su entorno para fortalecer las uniones entre la familia y
la escuela, consideradas las principales fuentes de desarrollo de la
personalidad del infante y fomentarlos desde pequeños que no debemos
utilizar la violencia.
cita directa larga 3
La agresividad es parte de la Violencia intrafamiliar porque existe conductas
violentas, las cuales atribuyen factores biológicos, emocionales, cognitivos,
ambientales. Así encontramos estudios basados en Halperin (1994) o
Wurtman (1995)
Que explican la agresividad desde las deficiencias genéticas,
hormonales y de los neurotransmisores puede tener consecuencias
graves para el desarrollo de los niños y adolescentes, en casos
extremos resulta en lesiones graves o incuso muerte. No obstarte,
también puede afectar a la salud del infante o adolescente, a su
capacidad de aprendizaje, destruye su autoestima, los lleva a la
depresión hasta incluso al suicidio. (p.18)
Las conductas agresivas son conductas intencionadas que pueden causar
daño, ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, ofenderlos,
burlarse de ellos, tener rabietas o usar palabras inadecuadas para la
intimidación y amenazas o conductas violentas para ejercer poder y control
sobre los demás y exponiéndolos a que adquieran ese comportamiento.
Cita directa corta 4
Los Autores como (K. Browne y R.J. Gelles 1986) “sugieren un enfoque global
sobre el origen y el mantenimiento de la violencia familiar, tienen una visión
centrada en la mujer, adolescentes e infante, en sí a los miembros del núcleo
familiar”. (p.52)
Teniendo este el poder, sobre personas percibidas vulnerables por el
agresor pues está asociado con variables como el género y la edad de las
víctimas y, entre ellas, las más vulnerables son las mujeres, los infantes, los
adolescentes las personas mayores y las personas con algún tipo de
disminución (física, psíquica o sensorial).En el marco familiar por obra de uno
de sus componentes que atente contra la vida, la integridad corporal o
psíquica, o la libertad de otro componente de la misma familia, o que amenace
gravemente el desarrollo de su personalidad.
Cita directa larga 5
La intervención en los jóvenes por un delito por violencia doméstica tiene que
ser diferente a la que se hace por otras conductas delictivas, prioritariamente
desde el ámbito de la salud mental familiar o individual, de la mediación
comunitaria y del ámbito social (Romero, 2005). Menciona:
Muchos de estos fenómenos se producen en el entorno familiar o es
factible que su factor precipitador se encuentre en este ámbito. Se
trataría de fortalecer las capacidades, las relaciones afectivas y el
equilibrio intrafamiliar, como vía para prevenir las conductas violentas en
el futuro, en cualquiera de sus expresiones. (p.67)
Los padres deben tener y mantener el mismo criterio, que tiene que ser firme,
tiene que tener continuidad y permanencia para no crear confusiones en el
infante, Corregir desde el principio las conductas agresivas del hijo, no reírlas
cómo si fueran una gracia del niño. Por lo tanto los padres de familia deben ver
la educación para la empatía y transmitir al hijo un afecto y unos valores
basados en la comunicación y el respeto mutuos para educar con
responsabilidad inculcando responsabilidad hacia la colectividad. Los padres
han de aprender a decir no al hijo, sin crispación, sin violencia, sin temor a que
esta negativa provoque en el infante reacciones negativas en el presente o en
el futuro. La permisividad no es educativa; inculcar pautas y pequeños hábitos
de comportamiento hechos como rutina pone los fundamentos de una vida
futura en que el niño sea capaz de asumir sus decisiones.

Rojas Marcos, L. (2005) Semillas y antídotos en Violencia: Tolerancia cero.

Romero, F/Melero, A./Cánovas, C./Antolín, M. (2005) La violencia de los


jóvenes en la familia: una aproximación a los menores denunciados por sus
padres.
Sanmartín, J. (2000): La violencia y sus claves.

Trujano, P./Nava, C./Tejeda, E./Gutiérrez, S. (2006) Estudio confirmatorio


acerca de la frecuencia y percepción de la violencia. Intervención Psicosocial
15, Págs. 95 – 110.
Yanes, J. M./González, R. (2000) Por un enfoque integral de la violencia
familiar 12, nº 1. Págs. 41- 48.

También podría gustarte