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Caja de cambios

La caja de cambios es un elemento indispensable de


la transmisión  de un vehículo, que está formada también por
el embrague, el árbol de transmisión, el grupo cónico-diferencial
y los palieres como integrantes principales.
El objetivo de la caja de cambios consta de tres partes
principales. Por un lado, tiene la capacidad de invertir el sentido
de giro para que el par motor permita arrancar y pasar de una
marcha a otra. Además, debe ofrecer el par necesario para que
el vehículo pueda moverse manteniendo el giro del motor.
Finalmente, tiene que ser capaz de desacoplar el motor de la
transmisión para que el vehículo quede en punto muerto o
parado.
Partes de una caja de cambios

La caja de cambios cuenta con una serie de ruedas dentadas


que se disponen en tres árboles que, conjuntamente con otros
elementos, forman el conjunto:

Primario: recibe el movimiento a las mismas revoluciones de giro


del motor y en su mismo sentido. En las cajas longitudinales
suele llevar únicamente un piñón conductor.
Intermedio: inexistente en las cajas transversales, es el
denominado contraeje u opuesto y consta de un piñón corona
que engrana con el árbol primario, así como de varios piñones
que forman parte de un todo con el eje y que giran en el sentido
opuesto al motor.

Secundario: consta de varios engranajes conducidos que están


sueltos, pero pueden unirse mediante un sistema de
desplazables. Su sentido de giro coincide con el del motor si se
trata de una caja de cambios longitudinal y es opuesto en el
caso de las transversales.
Eje de marcha atrás: lleva un piñón interpuesto entre los árboles
intermedio y secundario (caja de cambios longitudinal) o entre el
primario y el secundario (transversal). De ese modo, invierte el
sentido de giro habitual del árbol secundario. En este caso el
dentado es recto y no helicoidal.
Palanca de cambios o levas del volante: es la parte que controla
el conductor y con la que selecciona las marchas a través del
movimiento de los electores.
Selectores: son los encargados de desplazar el piñón
correspondiente a la marcha seleccionada por el conductor a
través de la palanca de cambios o las levas del volante.
Piñones: ruedas dentadas de diferentes tamaños que, en
función de su tamaño y posición determinan la velocidad de giro
y el par motor que se transmite a las ruedas.
Carcasa: se trata de la cubierta que protege todos los
componentes de la caja de cambios, además de asegurar la
lubricación de los mismos, pues está llena de aceite. Suele estar
fabricada en acero, aluminio o magnesio.

Mecanismo de una caja de cambios

Al seleccionar una marcha con la palanca de cambios, se activa


el selector de ejes, que serán movidos por el motor.
El dispositivo sincronizador protegerá el cambio de marcha
hasta igualar la velocidad de los engranajes.
El propulsor acciona el eje principal, el cual impulsa al eje
intermedio. El eje intermedio gira los engranajes en el eje
principal, aunque éstos giran libremente hasta que se bloquean
por medio del dispositivo sincronizador, que está calzado al eje.
El dispositivo sincronizador es el que realmente acciona el
conductor, a través de la palanca que mueve el los selectores
para engranar la marcha. El anillo sincronizador, un dispositivo
de retardo, es el 'refinamiento' final en la caja de cambios,
pues evita el acople de un cambio hasta que las velocidades del
eje se sincronizan.
Como regla general, con la primera marcha se logra que las
ruedas giren a un tercio de la velocidad generada por el motor,
pero con el triple de fuerza. Las marchas sucesivas
permiten aumentar la velocidad a costa de fuerza de un modo
similar al de los platos y los piñones de una bicicleta.
La relación de cambio

Todos los vehículos dotados de motor de combustión deben


incluir una caja de cambios que adapte el par motor a las
necesidades del movimiento y, para ello, constan generalmente
de cinco o seis velocidades si el cambio es manual, siendo
habitualmente más de siete si es automático.
Cuando el punto muerto está seleccionado, es decir, no
engranamos ninguna marcha, todos los piñones del eje de salida
giran libremente mientras que los del intermedio están fijos, por
lo que no hay transmisión de par ni movimiento.
En la primera velocidad, el piñón más pequeño del eje
intermedio se bloquea, por lo que la transmisión llega al eje
principal otorgando un alto par motor, pero baja velocidad. De
ese modo, podemos arrancar en cualquier situación, por mucha
pendiente que haya en la calzada.

Al meter segunda, la diferencia de tamaño de los piñones entre


los ejes se reduce, por lo que la balanza entre par motor y
velocidad se va equilibrado gradualmente a medida que subimos
marchas. La tercera velocidad sigue permitiendo agilidad en la
conducción, pues aún la entrega de par motor es mayor que la
de velocidad al ser el piñón del eje intermedio algo mayor.
En la cuarta velocidad ambos ejes ofrecen ya una transmisión
directa y no se produce aumento de par motor, pero es posible
incrementar la velocidad en gran medida. La quinta y la sexta
acentúan este efecto y permiten rodar a velocidad de crucero sin
aumentar en exceso el consumo, especialmente en la última de
estas cuando el vehículo dispone de ella.
Finalmente, la marcha atrás se acciona al interponerse un piñón
entre los engranajes de los dos ejes, lo que propicia que el
principal cambie su sentido.
Tipos de cajas de cambios

Manual: es la más común y acostumbra a tener tres ejes. El eje


primario recibe el par motor a través del embrague y lo transmite
al eje intermediario. El conductor debe alterar la transmisión a
través de la palanca de cambios.
Automática pilotada: es un tipo de caja automática que incluye
un control electrónico para embrague y caja de cambios. Suele
contar con dos embragues, uno para las relaciones pares y otro
para las impares. Dentro de las cajas automáticas, es la de
menor coste.
Automática con convertidor de par: tiene un convertidor que
comunica la caja de cambios con la transmisión. Está dotada de
trenes epicicloidales y es muy pesada, pero ofrece un buen
rendimiento y es resistente. Su principio básico es tener la
siguiente marcha preparada para reducir el tiempo de la
operación.
Automática de variación continua: Es muy frecuente en
ciclomotores, pero este tipo de caja (CVT) es poco utilizada en
coches. Incorpora un controlador electrónico.
Averías en la caja de cambios
En las cajas manuales, los síntomas a tener en cuenta son los
siguientes:

Bloqueo al intentar cambiar de marcha: Los bolillos de seguridad


bloquean el acceso a más de una marcha a la vez, pero si se
desgastan entrarán dos a la vez y el eje secundario se quedará
atascado al girar a dos velocidades diferentes. Hay que colocar
bolillos nuevos.
Ruido al meter una marcha: probablemente hablamos de un
desajuste del embrague, algo que se suele solucionar con la
tensión del cable del embrague y el reajuste del tope para que la
operación de desembrague sea completa. Conviene revisar el
desgaste de los sincronizadores y el estado de los anillos.
Dificultad para meter marcha: el mando del embrague podría
estar desajustado y habría que tensar de nuevo el cable. En
caso de persistir, es recomendable lubricar y ajustar el varillaje
de accionamiento del cambio.

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