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¿Qué es la transmisión?

Es importante saber que el sistema de transmisión del auto es el encargado de transmitir


la potencia y fuerza del motor después de la caja de cambios hasta las ruedas motrices.
Es decir, es lo que hace que el auto “camine”.
La transmisión se compone de varias partes claves:
1. Embrague: Acopla o desacopla el motor de la caja de velocidades.
2. Caja de velocidades: Realiza una multiplicación o desmultiplicación variable del giro que
recibe de motor, proporcionando fuerza o velocidad en función de las necesidades,
aprovechando al máximo la potencia del motor y su rendimiento.
3. Árbol de transmisión: Transmite el movimiento de la caja de velocidades del grupo-
cónico diferencial.
4. Grupo cónico-diferencial: Convierte el movimiento giratorio longitudinal que recibe el
árbol de la transmisión en movimiento giratorio transversal que envía a las ruedas.
Desmultiplica constantemente las revoluciones del motor y permite que en las curvas la
rueda exterior gire más deprisa que la interior. En el caso de los vehículos pesados el
sistema suele ser el nombrado, pero en vehículos pequeños, cuando el motor está situado
en el mismo sitio que las ruedas motrices (motor delantero y tracción), se prescinde del
árbol de transmisión y el grupo cónico se encuentra situado en el interior de la caja de
velocidades.
5. Palieres o semiárboles de transmisión: Transmiten el movimiento desde los planetarios
del grupo cónico diferencial a las ruedas.

Tipos de transmisiones
Las transmisiones más comunes utilizados para los vehículos son la transmisión manual (o
mecánica) y automática. Pero hay otros tipos. La diferencia está en cómo es el mecanismo
que acopla y desacopla el motor a la transmisión.

Manual

La caja mecánica es la única que requiere un pedal de embrague. Este tipo de transmisión
puede tener hasta siete velocidades para automóviles. Esta caja está compuesta de
engranajes de diferente tamaño colocados de tal forma, que cuando se mueve la palanca
de cambios, se está seleccionando el engranaje que se desea activar, lo que quiere decir
que para que un engranaje mueva a otro, primero deben acoplarse; a este acoplamiento
se le llama cambio de velocidad.
Es un elemento de los carros deportivos, donde el conductor pueda explotar al máximo el
rendimiento del vehículo.

Automatizadas o secuenciales

Esta es la misma caja de cambios manual, pero con un dispositivo electromecánico que
activa el embrague y hace que los cambios de marcha se den de forma automática. El
tiempo de respuesta de cambio de marcha varía con la tecnología utilizada.
Los vehículos equipados con este tipo de cambio manual automatizado pueden llegar a
tener hasta 16 velocidades, lo que se puede igualmente traducir en un mayor rendimiento
y un menor coste.
Como hemos dicho antes, el control electrónico del cambio emite las señales necesarias
para el cambio de marchas y activa el embrague. No obstante, tanto el arranque como el
embragado se realizan de la misma forma que en el cambio manual.

Automático

Este es el tipo de transmisión que muchos consumidores prefieren, ya que ofrece para un
mayor confort de conducción. Aquí el conductor no necesita intervenir para nada más que
cambiar el sentido de la marcha o estacionar. Tanto el embrague como las marchas
funcionan de manera completamente autónoma
El dispositivo utiliza un convertidor de par para transferir la potencia del motor a las ruedas,
y un sistema (electrónico) de accionamientos hidráulicos a los engranajes, cuando estén
conectados.

CVT
Muy popular en Japón, donde es casi un elemento obligatorio en sus automóviles, la
transmisión CVT es otro tipo de transmisión automática. Ella no utiliza engranajes en un
eje, sino un cinturón de acero y dos poleas, que alteran su diámetro. Por lo tanto, el
dispositivo proporciona una velocidad continuamente variable, haciendo que las marchas
que sean infinitas.
Esta transmisión utiliza ampliamente en los híbridos, donde su economía colabora con las
autonomía limitada de las baterías.

Automatizada de doble embrague


Esta caja de cambios es similar en apariencia a una transmisión manual, pero el engranaje
tiene dos ejes en lugar de uno. En realidad, se trata de dos cajas de cambio dentro de una
única carcasa. Cuando una está moviendo el coche en una marcha, la otra tiene
preparada la siguiente. De ese modo, el conductor, al seleccionar una relación,
simplemente desembraga una caja de cambios y embraga la que corresponda, reduciendo
así el tiempo de respuesta.
Por lo general es más rápido que una transmisión manual. Completamente controlada por
el ordenador, permite varios modos de conducción, así como otros cambios con asistencia
electrónica.

El sistema de transmisión permite que llegue a las


ruedas motrices la potencia y movimiento necesarios
para funcionar
El sistema de transmisión de un vehículo consiste en una serie de componentes
encargados de conducir desde el cigüeñal la potencia suficiente para que las ruedas
motrices giren.
Para conocer el funcionamiento de los distintos tipos de transmisión que puede llevar
equipado nuestro vehículo, es imprescindible conocer los diferentes elementos que
componen este sistema:

Embrague:
Su misión es acoplar o desacoplar el giro del motor de la caja de cambios de forma que no
cause tirones, sino que el movimiento suceda de forma progresiva. Este elemento ubicado
entre el volante motor (o de inercia) y la caja de velocidades, puede ser de distintas
clases: hidráulico, electromagnético, de fricción, de disco y hasta de muelles.

Caja de velocidades:
Es la responsable de la relación entre el cigüeñal y las ruedas, aumentando o
disminuyendo las revoluciones a las que gira cada uno de ellos para sacar el mayor
provecho posible al motor. Pueden ser automáticas o manuales.

Árbol de transmisión:
Se trata de una pieza cilíndrica que va unida por un extremo a la caja de cambios y por el
otro al piñón del grupo cónico-diferencial para transmitir el movimiento, en determinados
tipos de vehículos, se prescinde de este elemento dentro del sistema de transmisión.

Grupo cónico-diferencial:
Cuando el movimiento longitudinal (inducido por el embrague y la caja de cambios) llega al
árbol de transmisión, éste lo une a grupo cónico-diferencial donde se convierte en
movimiento transversal y es dirigido a los palieres. Pero su verdadera labor es mantener
constante la suma de velocidades que llevan las ruedas motrices antes de tomar una
curva, permitiendo que las ruedas exteriores den más vueltas que las interiores y evitando
que patinen. Pese a la importancia que tiene el diferencial en el buen funcionamiento de
los automóviles, en vehículos pequeños puede no resultar visible, ya que se aloja dentro
de la caja de velocidades.

Palieres:
Los palieres o semiárboles de transmisión reciben el movimiento, tal como indicamos, en
ángulo recto para ejercerlo directamente sobre las ruedas motrices, incluso en modelos de
automóviles que carezcan de árbol de transmisión.

Ahora que conocemos el recorrido que realiza el movimiento desde el cigüeñal hasta las
ruedas motrices, indicaremos que no siempre circulan a las mismas revoluciones. Cuando
el árbol de transmisión gira más despacio se produce una reducción o
desmultiplicación, mientras que cuando es al contrario, lo denominamos
multiplicación o súper-marcha. Esta relación vendrá determinada principalmente por el
tipo de sistema de transmisión que llevemos instalado:

Motor delantero y tracción:


Propio de turismos de baja o media potencia, donde las ruedas delanteras son tanto
motrices como directrices y no encontramos árbol de transmisión.

Motor delantero y propulsión trasera:

Lo encontramos en camiones o turismos que cuentan con motores de potencia elevada.


Las ruedas motrices, en este caso, son las traseras y cuenta con un árbol de transmisión.

Motor trasero y propulsión:


No es habitual encontrar este sistema montado en vehículos actuales ya que genera
problemas de refrigeración en el motor. Las ruedas traseras también son las motrices,
como en el supuesto anterior, pero carece de árbol de transmisión.

Propulsión doble:
Es el sistema adecuado para vehículos de gran tonelaje donde las ruedas traseras
soportan gran parte del peso, por lo que se colocan dos puentes traseros motrices
dividiendo entre dos el esfuerzo que soporta habitualmente un solo grupo cónico.

Transmisión total:

Encontramos esta opción generalmente en camiones similares a los antes mencionados,


en automóviles todoterreno y en vehículos dedicados a la construcción. Consta de un
puente en cada eje del vehículo, así que ambos son motrices; tanto el delantero como el
trasero. Además cada uno tiene su propio diferencial lo que nos permite elegir a qué
puente enviamos el movimiento a demanda.

En líneas generales, existen dos diferentes tipos de transmisión: la automática


y la manual. Ambas tienen exactamente la misma misión: canalizar la potencia
generada por el motor hacia las ruedas motrices.

Con la excepción de transmisión variable continua (CVT, y de la cual también


hablaremos), una transmisión cuenta con la llamada caja de cambios: una
pieza (caja) metálica llena de aceite, engranajes, ejes y rodamientos. Cada
engranaje tiene una relación específica que garantiza que las ruedas no giren a
la misma velocidad que el motor. Para que te hagas una idea, tu bicicleta de
montaña está equipada con una versión mucho más básica de esta misma
tecnología.

Sobre el papel, lo que hace una transmisión es simple: el par motor o torque
ingresa a la transmisión a través del eje de entrada, atraviesa los engranajes y
sale por el eje de salida. La forma en que la fuerza llegue a las ruedas desde el
motor dependerá de si el automóvil tiene motor delantero, medio o trasero, y si
se cuenta con tracción delantera, trasera o total.

¿Lo importante de todo esto? Que, dependiendo de tus gustos, experiencia,


tipo de carro que tengas y lugar en el cual vivas, una transmisión te servirá más
que otra. Te aseguramos que es bueno conocer esta información antes de
comprar tu próximo carro. TY sí: todo lo que necesitas saber te explicamos a
continuación.

TRANSMISIÓN MANUAL

Chevrolet Camaro ZL1 2017

La transmisión manual o mecánica, es también conocida como la stick-shift, o la


de la palanca de cambios porque el conductor —literalmente— usa una
palanca para cambiar de marcha. Muchos recordaremos los carros y las
camionetas de nuestros padres o abuelos, con la palanca de cambios montada
en la columna de dirección, atrás y a la derecha del volante, casi en horizontal.
Los modelos modernos traen esta palanca montada verticalmente en la
consola central, conectada a la transmisión a través de un varillaje.
Para cambiar los engranajes, un disco de embrague intercalado entre el motor
y la transmisión debe ser liberado a través de un tercer pedal ubicado en el
lado izquierdo del freno. Pisas el pedal de embrague, se libera el disco,
seleccionas la marcha, sueltas el pedal, se engancha nuevamente el disco… y
ya está. Partiendo desde un punto muerto, el engranar el embrague con
demasiada lentitud desgastará el disco prematuramente, y si lo acoplas
demasiado rápido, harás que el motor se detenga. Aprender a manejar con una
transmisión manual toma tiempo, pero es gratificante y mucho más simple de lo
que parece. Además, los conductores que saben manejar con una transmisión
manual pueden manejar prácticamente cualquier tipo de automóvil y en
cualquier parte del mundo.
Las transmisiones manuales de tres marchas o velocidades fueron comunes en
los años 40 y 50. Más engranajes se iban agregando a medida que la
tecnología del motor mejoraba, haciendo que los autos fueran más rápidos y
eficientes. Los modelos con cuatro marchas fueron la norma durante décadas.
Luego, llegaron los de cinco, y ahora, de seis… Algunos modelos deportivos de
gama alta, como el Porsche 911 y el Chevrolet Corvette, ofrecen siete
velocidades.

TRANSMISIÓN AUTOMÁTICA

Audi R8 V10 Plus 2017


Parece increíble, pero alguna vez la idea de una transmisión que pudiese
cambiarse por sí sola se consideraba un lujo y era una opción costosa. Pero lo
cierto es que, hoy en día, la transmisión automática se ha generalizado y
“democratizado” bastante.

Hay dos tipos básicos de transmisiones automáticas: la automática tradicional,


la cual está conectada al motor a través de un convertidor de par hidráulico;
otra es la automática de doble embrague, la cual se basa (como su nombre lo
indica) en un par de embragues. Ambas pueden cambiar de marcha sin la
intervención directa del conductor. Este proceso se realiza hidráulica o
electrónicamente al monitorear algunos parámetros importantes, como la
posición del acelerador, la velocidad a la que va el automóvil y las revoluciones
por minuto del motor. En algunos modelos automáticos, los engranajes se
pueden seleccionar manualmente, usando una palanca de cambio o unas
paletas (levas) montadas trás del volante.

Tener solo dos pedales ofrece muchas ventajas. Es casi imposible que se pare
el motor con esta configuración, y un carro automático tiende a ser más suave
y más cómodo de conducir que uno manual, especialmente en una situación de
tráfico intermitente. Además, una caja de cambios automática normalmente
requiere menos mantenimiento, aunque eso puede variar de un modelo a otro.
Una caja de cambios automática de doble embrague a menudo cambia de
marcha en apenas unos milisegundos, otorgando así un mayor rendimiento y
eficiencia.

Las transmisiones automáticas de cuatro velocidades fueron la norma en la


industria durante mucho tiempo. Sin embargo, las automáticas de seis, siete y
ocho velocidades son muy comunes en la actualidad. Honda tiene una transmisión
de nueve velocidades; Ford y General Motors incluso tienen una de diez
velocidades en el mercado. Contar con más marchas se traduce en una mejor
aceleración, una conducción en carretera más silenciosa y una economía de
combustible mejorada.

CVT
Honda CR-V 2017

El tercer tipo principal de transmisión es la Variable Continua o CVT. En lugar


de engranajes, las CVT se valen de un sistema de correas y poleas que
proporcionan un número infinito de relaciones. En otras palabras, la transmisión
nunca cambia. Las CVT también se encuentran en scooters, motocicletas y
motos de nieve. En términos generales, un auto equipado con un CVT es más
suave de conducir que un modelo equipado con una transmisión automática
regular. Un CVT también puede mejorar el consumo de gasolina, lo que explica
por qué muchos autos híbridos están equipados con estas transmisiones.

Algunos compradores encuentran que, al no cambiar ni sentir los cambios,


manejar un automóvil con CVT por primera vez es algo extraño. En un intento
por promover este modelo, los fabricantes ofrecen automóviles equipados con
CVT con paletas de cambio que seleccionan unas relaciones pre-programadas
y que imitan los engranajes de forma automática. Aun así, no todos
los conductores disfrutan de un auto con CVT. Nuestro consejo es probarlo
antes de decidir. Las CVT se encuentran en muchos modelos del mercado
japonés, y cada vez son más comunes en los Estados Unidos. El Subaru
Crosstrek, el Mitsubishi Outlander Sport, el Honda CR-V y el Chevrolet Spark se
encuentran entre los modelos que vienen con CVT. Además, algunos autos de
rendimiento, especialmente el Subaru WRX, ofrecen una CVT en lugar de una
automática estándar.
¿QUÉ TRANSMISIÓN ME CONVIENE?

El tipo de transmisión que debe tener tu próximo carro depende de dos factores
importantes: el tipo de vehículo que estás mirando y tu estilo de manejo. Si el
término “dinámica de manejo” no ocupa un lugar destacado en tu lista de
prioridades, lo más probable es que la tranquilidad que proporciona una
transmisión automática o CVT sea perfecta para tus gustos y necesidades. Si
te consideras un fanático del manejo, un automóvil con transmisión manual
será siempre más entretenido de manejar. Sin embargo, es posible que no
tengas demasiadas opciones, ya que muchos autos nuevos ofrecen sólo un
tipo de transmisión, y la manual o mecánica no suele estar entre ellas, al
menos, en los EEUU.

En verdad, la lista de autos nuevos disponibles con una transmisión manual se va


reduciendo constantemente. A día de hoy, los modelos relativamente
asequibles ofrecidos con una tradicional palanca de cambios incluyen el
Volkswagen GTI, el Subaru Impreza, el Mazda MX-5 Miata (Fiat 124 Spider),
el Chevrolet Cruze, y el Toyota 86. Modelos más caros, como el BMW M3, el
Porsche 911, y el Jaguar F-Type también vienen con transmisión manual,
aunque es posible que tengas que pedirlo como modelo especial.

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