Andreea Diana Alexandru
Vulneración de los Principios de La APA y de la EFPA
Principio (APA)
Principio A: Beneficiencia y
no maleficiencia
Este principio expresa el esfuerzo que los
psicólogos deberán mantener para
salvaguardar el bienestar y los derechos de
las personas implicadas en las relaciones
terapéuticas, ya sea directa o indirectamente,
evitando causar daños. También especifica el
esfuerzo que se ha de mantener para no dañar
a los animales de investigación.
En caso de conflicto entre bienestar y
perjuicio el psicólogo deberá intentar
resolverlos de un modo responsable que evite
o minimice los posibles daños.
Teniendo en cuenta que los juicios científicos
y las acciones profesionales pueden afectar
las vidas de otros, este principio general
establece la necesidad de prestar especial
atención para no utilizar mal la influencia en
favor de factores personales, financieros,
sociales, orgánicos o políticos; del mismo
modo el psicólogo deberá esforzarse por ser
consciente del posible efecto que su propia
salud física y mental produce sobre su
habilidad en ayudar a aquellos con quienes
trabaja.
Desarrollo del ejemplo
Un psicólogo educativo detecta un caso de
trastorno de desarollo.Tras una pequeña
entrevista, el psicólogo aplica una serie de
tests al niño y días después comunica a los
padres que, efectivamente el niño tiene
Síndrome de Asperger. Los padres del niño
consideraban desde tiempo atrás que su hijo
tiene altas capacidades y le solicita a la
psicóloga educativa que le aplique una batería
de pruebas para determinar si efectivamente
están en lo cierto. Se determina efectivamente
que el paciente tiene altas capacidades, pero
no destaca especialmente en el resto de las
materias. Los padres se marchan de la
consulta al decepcionarse del resultado pues
llevaban tiempo barajando la idea de
inscribirlo en un colegio de nivel superior. Al
día siguiente el padre vuelve a la consulta y le
exige que le sean entregados los materiales
originales del test porque el cree que no son
válidos. El psicólogo tiene la sospecha fundada
de que el padre desea los materiales para una
posible falsificación para matricular a su hijo
en un colegio de altas capacidades. El
psicólogo en un principio se niega a cederle
dicha información, pero el padre alega que al
ser él el cliente tiene derecho a la información
por la que ha pagado y finalmente le entrega
los resultados. La psicóloga, por su
experiencia, sabe que este tipo de
estimulación para un niño que no tenga esas
características no es beneficioso y podría ser
perjudicial.
Este caso es un ejemplo claro en el que se
vulnera el principio de beneficencia y no
maleficiencia ya que el psicólogo está obligado
en base a su sólido conocimiento acerca de la
interpretación y comprensión de los métodos
evaluativos a evitar que de dichos métodos se
haga un uso incorrecto que puede conllevar el
daño a terceras personas en este caso un
menor.
Principio B: Fidelidad y
Responsabilidad
Este principio general se refiere a las
relaciones de confianza que el psicólogo
establece con aquellos con quienes trabaja y a
la responsabilidad que el psicólogo asume
frente a la sociedad y con las comunidades
específicas en las que trabaja. El psicólogo
deberá mantener una conducta profesional
correcta, clarificará sus roles profesionales y
deberes, aceptará las responsabilidades
debidas a sus actos y se esforzará en manejar
los conflictos de interés que pudieran
producir explotación o daño. Establece
también la necesidad de consultar o cooperar
con otros profesionales e instituciones para
servir de la mejor manera los intereses de
aquellos con quienes trabaja. Este principio
también establece que el psicólogo deberá
preocuparse por la obediencia ética de la
conducta científica y profesional de sus
colegas. También establece el esfuerzo por
contribuir de manera desinteresada, a cambio
de una pequeña o ninguna compensación o
ventaja personal, con una pequeña porción de
su tiempo profesional.
Un psicólogo escolar en un instituto, que
trabaja junto a otros profesores de educación
especial y terapeutas, evalúa niños con
dificultades académicas. Después de la
evaluación del alumno y determinar que el
problema no es de tipo psicológico y sí de
rendimiento académico, decide sin reunirse
con sus compañeros y sin coordinación con
ellos, ni de su centro, tomar la decisión de
derivar al niño a un colegio de educación
especial.
De un profesional se espera que utilice los
procedimientos diagnósticos de modo
adecuado y establezca un juicio clínico del
problema lo más certero posible. En este caso
el psicólogo escolar está involucrado en una
colaboración multidisciplinar para la
formulación psicológica y uso de los
procedimientos diagnósticos sin embargo
elude esta colaboración intersectorial y toma
decisiones por sí solo, una postura totalmente
irresponsable pues ante dificultades en el
aprendizaje se demanda en general de
actuaciones de coordinación intersectorial.
Principio C: Integridad
El Principio de Integridad establece que los
psicólogos deberán promover la honestidad,
la exactitud y la veracidad en su quehacer
profesional, ya sea en la investigación, la
docencia o la práctica de la psicología. El
psicólogo no robará, ni estafará ni se
implicará en ninguna actividad fraudulenta,
subterfugio o falsedad de manera intencional.
Se esforzará por mantener sus promesas y
evitará compromisos imprudentes o inciertos.
En situaciones en las que el engaño pueda
estar éticamente justificado para maximizar
los beneficios y minimizar el daño, los
psicólogos tendrán la seria obligación de
considerar la necesidad de ello y sus posibles
consecuencias, así como asumirán
responsablemente las correcciones sobre
cualquier desconfianza resultante u otros
efectos dañinos surgidos del uso de tales
técnicas.
Un psicólogo profesional, recibe en una
primera consulta a una madre divorciada del
padre del menor llevado a consulta. El hijo, de
catorce, presenta un bajo rendimiento escolar
y entre otras conductas de inadaptación
social. Valorando el interés terapéutico que el
caso conllevaba, el psicólogo tras varias
sesiones, tomó la decisión de ponerse en
contacto con la madre y concreta una cita
fuera del marco profesional. En un primer
encuentro la madre expresó muchas dudas e
inseguridad sobre lo que debía hacer,
convinieron en otros encuentros para seguir
discutiendo. En los siguientes, la madre
expresó su soledad y sus necesidades de
afecto. Por todo lo sucedido, el psicólogo
entendió que era importante que la madre
superara este estado de malestar personal a
través de este tipo de ayuda ya que ella estaba
pasando por un periodo de muy baja
autoestima. Todo lo que dio lugar a un
encuentro íntimo y sexual.
Este supuesto ilustra una vulneración
deontológica de la integridad. Desde el
principio de integridad y honestidad, la
actuación del profesional ha pasado de la
inicial prestación de servicios a establecer una
relación en beneficio propio. También desde
una actuación correcta en una primera etapa
ha pasado, en un abuso de confianza de su
situación de poder o superioridad, a
abandonar su rol y función para caer en una
conducta confusa, equívoca y ambigua.
Principio D: Justicia
Los psicólogos reconocerán que la
honestidad y la justicia dan derecho a todas
las personas a acceder a y beneficiarse de las
contribuciones de la psicología y acceder en
igualdad de condiciones a la calidad en los
procesos, procedimientos, y servicios que son
dirigidos por psicólogos. Los psicólogos
serán razonables en sus opiniones y tomarán
precauciones para asegurar que sus posibles
prejuicios, los límites de su competencia y las
limitaciones de su especialización no les
conduzcan a mantener o aceptar prácticas
injustas.
Al atender a un paciente en la primera
consulta, el psicólogo hace un cobro alto de
sus honorarios. Posterior a ello, el servicio que
ofrece es pésimo, pues solo tiene intervención
de ganar dinero y no cooperar con la mejora
del paciente además de que no posee la
capacidad de poder ayudar a su paciente.
Frente a esta situación, el psicólogo incumple
este principio por realizar prácticas injustas, la
calidad de un servicio debería de ser
beneficioso y satisfactorio para el paciente,
pero en la escena presentada, se observa a
un psicólogo injusto buscando solo el bien
para sí mismo.
Principio E: Respeto a los
Derechos y Dignidad de las
Personas
Los psicólogos respetarán la dignidad y el
valor de todas las personas, así como los
derechos de los individuos a la privacidad, la
confidencialidad, y la autodeterminación. Los
psicólogos serán conscientes de que puede
ser necesario salvaguardias especiales para
proteger los derechos y el bienestar de
personas o comunidades cuyas
vulnerabilidades les dificultan la toma de
decisiones autónoma. Los psicólogos
respetarán y serán conscientes de las
diferencias culturales, individuales,
incluyendo aquellas basadas en edad, género,
identidad de género, raza, etnia, cultura,
nacionalidad, religión, orientación sexual,
invalidez, idioma y estatus socioeconómico y
considerarán estos factores cuando trabajen
con miembros de tales grupos. Los
psicólogos intentarán eliminar el sesgo de
tales factores sobre su trabajo, y no
participarán a sabiendas ni tolerarán las
actividades de otros
Un paciente acude con su actual esposa a una
terapia de pareja sin embargo tras varios
intentos desde hace años de terapia recibe de
su esposa una demanda de divorcio al haber
roto un mes antes las negociaciones. La mujer
le pide ayuda al psicólogo para realizar un
informe y utilizarlo en su contra en el juicio de
divorcio. En este informe el psicólogo utiliza
los datos confidenciales y recurre al secreto
profesional de las conversaciones de la
consulta. En el caso presentado se observa que
el psicólogo rompe la confidencialidad
profesional atentando contra la dignidad de la
persona, además, incumple la protección de los
los derechos de la persona solicitante del
servicio, pues en ningún momento el psicólogo
terapeuta le pidió el consentimiento para
realizar dicho documento a sabiendas de que
esta vulneración afectará la toma de decisiones
en el juicio de divorcio. El psicólogo debería
realizar esta actividad con máxima
imparcialidad
Principio (EFPA) Desarrollo del ejemplo
1. Respeto a los Derechos y
Dignidad de las Personas
Los Psicólogos darán el respeto apropiado y
promoverán el desarrollo de los derechos
fundamentales, la dignidad, y los valores de
todas las personas. Respetarán el derecho de
los individuos a la privacidad, a la
confidencialidad, a la autodeterminación y a
la autonomía en forma congruente con las
otras obligaciones profesionales del
psicólogo y con la ley.
Privacidad y Confidencialidad:
Un psicólogo clínico está dando terapia
desde hace tres años. Su hermana le lleva
un paciente, que era el novio de ella, el
mismo novio le pidió que busque un
psicólogo, no hubo problema en que fuera
su hermano, porque se han visto muy poco
y casi no han hablado. El problema que
presentó el paciente fue que quería tener
una experiencia sexual con un hombre. El
psicólogo realizó su trabajo, aunque no
tenía estudios especiales en el abordaje de
la homosexualidad. En definitiva, el
paciente termino la relación con la
hermana del psicólogo y se generó una
situación familiar difícil.
En este caso se presenta una situación de
confianza y de búsqueda de alternativas
rápidas en donde una hermana entiende
que su hermano puede ayudar a su novio.
El psicólogo pone en evidencia la situación
del paciente de forma pública, lo que hace
que el paciente se vea perjudicado ante la
sociedad creando un conflicto familiar.
Éticamente y moralmente hablando el
psicólogo no actuó de forma prudente
vulnerando la privacidad y
confidencialidad ya que los psicólogos
tienen el deber de guardar el secreto de
todo conocimiento obtenido en el ejercicio
de su profesión y no deben intervenir en
asuntos que puedan obligarlos a revelar
conocimientos amparados por el secreto
profesional.
2. Competencia
Los Psicólogos se esforzarán por asegurar y
mantener niveles altos de competencia en su
trabajo. Ellos reconocerán los límites de sus
competencias particulares y las limitaciones
de su especialización. Sólo proporcionarán
aquellos servicios y sólo utilizarán aquellas
técnicas para las cuales están capacitados por
formación, entrenamiento o experiencia.
Límites de competencia:
Una paciente sufrió un grave accidente de
tráfico en el que falleció un familiar que
viajaba con ella. Tras detectar que se trataba de
un caso grave de Trastorno por estrés
postraumático consulta a un psicólogo y al
entrevistar a la paciente decide hacerse cargo
del caso. El psicólogo está en el segundo año
de formación en técnicas para el tratamiento
del TEPT y aunque aún no tenía mucha
experiencia en la aplicación de estas técnicas,
si poseía una larga experiencia como
psicoterapeuta lo que le hacía pensar que, con
la debida supervisión del caso, y dado que en
las entrevistas había establecido un buen
vínculo con su paciente decide atenderla, pero
sin revelar a la paciente el estado actual de
conocimientos que tiene en cuanto al
tratamiento de TEPT.
Este caso vulnera los límites de competencia
pues un psicoterapeuta en formación nunca
debe aventurarse a llevar casos sin supervisión
y cuando excede nuestra competencia deben
derivarse desde un principio. El psicólogo por
mantener la relación terapéutica, no le desvela
a la paciente sus limitaciones por tanto es una
decisión perjudicial pues la necesidad de
“mantener la clientela "nunca puede justificar
una mala o mediocre práctica profesional y
hay que considerar que esta ambición puede
condicionar en el terapeuta una
“sobrevaloración optimista” de sus propias
capacidades.
3.Responsabilidad
Los Psicólogos serán conscientes de las
responsabilidades profesionales y científicas
de cara a sus clientes, a la comunidad, y a la
sociedad en la que trabajan y viven. Los
Psicólogos evitarán dañar y serán
responsables de sus propias acciones, y se
asegurarán, hasta donde sea posible, de que
sus servicios no sean mal empleados.
Resolución de dilemas:
Iván trabaja como psicólogo para una
organización internacional en defensa de
comunidades indígenas que necesitan de ayuda
socio-económica. Como parte de su trabajo,
atiende a los escolares de la comunidad en
aspectos psicológicos de su desarrollo y
estudio. En una de sus intervenciones, intuye
que algunos adolescentes de la comunidad han
sido sometidos a la mutilación genital por sus
madres cuando eran niñas. Esta comunidad no
tenía reportes de esta práctica y algunos
lideres habían negado haberlo realizado. Ante
la situación Iván asume encontrar situaciones
que para su propia cultura no son válidas y
toma la determinación de indagar en esta
práctica. El considera que es probable que su
actuación genere inconvenientes para la
comunidad, pero no soportaría no implicarse.
Efectivamente en este caso hay una
vulneración del principio de Responsabilidad
pues antes de nada Iván debería solicitar a las
entidades relevantes para que asuma la
indagación de esta práctica, sin embargo, se
sale de lo establecido por la organización. Es
un caso de dilema ético ya que ¿hasta que
punto un profesional de la psicología social en
el área investigativa tiene derecho en principio
a intervenir en el campo sí encuentra
situaciones que para su propia cultura no son
válidas? Sí asumimos el derecho de las
personas y los pueblos a la identidad como un
derecho humano básico, ¿Que debe ser
respetado hasta el punto de evitar la
imposición de principios provenientes de otra
cultura?
4.Integridad
Los Psicólogos promoverán la integridad en
la ciencia, en la docencia y en la práctica de
la psicología. En estas actividades serán
honestos, justos y respetuosos con los demás.
Intentarán clarificar a las partes pertinentes
los roles que están realizando y actuarán
apropiadamente de acuerdo con ellos.
Honestidad y precisión:
Un psicólogo pretende promocionarse y se
dispone a diseñar tarjetas de visita como una
página web. Se autodenomina en las mismas
como "Psicólogo clínico "a pesar de no haber
hecho el PIR ya que considera que el haber
finalizado el “Curso de experto en Psicología
Clínica y Psicoterapia en adultos "le acredita
como tal.
En este caso el psicólogo debería haber
reconocido los límites de su competencia y no
atribuirse una titulación que no posee pues
constituye una grave violación de la
deontología profesional. Rotundamente no se
puede ser psicólogo clínico sin el PIR ya que
la ley de Ordenación de las profesiones
sanitarias (LOPS) señala explícitamente que la
posesión del título de especialista será
necesaria para utilizar de modo expreso la
denominación de especialista como para
ejercer y ocupar puestos de trabajo con tal
denominación.