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● Decúbito supino: tumbado boca arriba con los brazos y piernas levemente en
ángulo y apartados del cuerpo.
● Sedestación: sentado con brazos, nuca y pies bien apoyados.
● En niños es conveniente que adopten la postura que más cómoda les resulte, sin dar
más indicaciones al respecto.
● Especial precaución si sufres algún problema estructural osteomuscular.
● La utilización de un semi rulo bajo la flexura del grupo poplíteo relajará la tensión de
la zona lumbar baja; y de un cojín para reposar la cabeza y rectificar tu zona cervical
hará lo propio con tu cuello.
● Es importante que la musculatura corporal este relajada.
● Se trabajaran todos los músculos del
cuerpo ayudados por la respiración.
Boca
● La respiración será diafragmática (bajo Nariz
abdomen).
● La fase de tensión muscular coincidirá
con la toma de aire o inspiración por la
nariz, la cual tendrá una duración de unos
5-7 segundos; y la distensión con la suelta
o exhalación por la boca, con una
duración entre 10-14 segundos
(aproximadamente el doble). Trata de
respetar un tiempo de unos 15 segundos
dejando el músculo trabajado en estado
de relación, sin hacer nada, antes de pasar
con el grupo muscular siguiente.
● ¡Una vez más! Cierra tu mano con fuerza, mucha fuerza, mantenla así
notando la tensión que acumulas en tu mano, muñeca y antebrazo… y suelta
ahora, sin realizar ningún esfuerzo, perfecto. Revisa de nuevo tu zona corporal
trabajada y registra las sensaciones producidas tras la práctica.
2. Brazo dominante
● Aprieta el codo de tu brazo dominante fuertemente contra el sillón o
colchoneta. ¡Hazlo con fuerza!, nota la tensión, fuerte, fuerte, registra esa
sensación de fuerza en todo tu brazo… y suelta de golpe, relaja… Perfecto. No
trates de hacer ningún esfuerzo, sólo suelta y relaja. Haz un rastreo tu brazo.
Observa y percibe la sensación tras la tensión. Haz lo mismo con el resto de tu
mano, tu muñeca y antebrazo.
● Una vez más. Cierra tu puño y aplica tensión en tus dedos, tu mano y tu antebrazo.
Mantén un poco más… y ahora suelta rápidamente, relaja, destensa y siente los
cambios que puedas llegar a percibir en las zonas trabajadas.
4. Brazo no dominante
● Aprieta el codo de tu brazo no dominante fuertemente contra el sillón o
colchoneta. ¡Hazlo con fuerza!, nota la tensión, fuerte, fuerte, registra esa sensación
de fuerza en todo tu brazo… y suelta de golpe, relaja… Perfecto. No trates de hacer
ningún esfuerzo, sólo suelta y relaja. Haz un rastreo tu brazo. Observa y percibe la
sensación tras la tensión. Haz lo mismo con el resto de tu mano, tu muñeca y
antebrazo.
● Vamos a repetirlo. Hunde el codo de tu brazo dominante con fuerza contra el sillón
o colchoneta. Siente la tensión, fuerte, fuerte, registra esa sensación de fuerza en
todo tu brazo… y suelta de súbitamente, relaja… Muy bien. No te esfuerces en ello,
sólo suelta y relaja. Registra las sensaciones tras la tensión.
● Una última vez, aprieta el codo de tu brazo dominante fuertemente. ¡Hazlo con
fuerza!, nota la tensión, fuerte, fuerte, venga que seguro puedes un poco más… y
suelta, relaja… Perfecto. Haz un registro de la sensación de relajación de esta parte
de tu cuerpo. Y trata de apreciar la diferencia con la sensación de tensión anterior.
5. Frente
● Abandona tus brazos y manos, dejándolos relajados. Ahora te irás concentrando
en los músculos de la cara. Comenzaremos tensando los músculos de la frente.
Levanta las cejas, notarás cómo se tensan los músculos de la frente. Aguanta un
poco más. Suelta ahora de golpe, relaja tu frente… también tu cara… ya no hay
tensión en tu frente… ni en tu cara… sientes una agradable sensación en tu cara… te
sientes muy bien… y tranquilo… muy tranquilo.
● Vamos a hacerlo otra vez. Sube las cejas, nota la tensión de tu frente, así, muy
bien. Arrúgala.. Y ahora relaja las cejas… relaja la frente… la tensión se ha
convertido en relajación.
● Una vez más. Tensa los músculos de la frente, levanta las cejas, eso es, mantén
esa tensión un poco más. Ahora relaja las cejas… relaja la frente… y nota la
diferencia… ya no hay tensión en tu frente… ni en tu cara… sientes una agradable
sensación… te sientes bien y relajado.
6. Ojos y nariz
● Ha llegado el momento de llevar tu atención a tus ojos y tu nariz. Cuando yo te
diga apretarás los párpados y arrugaras la nariz. ¡Aprieta los párpados fuerte!,
¡arruga tu nariz fuerte! ¿Estás notando la tensión en el interior del ojo, alrededor
de la órbita ocular? ¿Y en la nariz? Registra bien esa sensación de tensión… Y ahora
suelta… deja caer los párpados, suelta la nariz… Relaja. Registra.
● Repetimos. Cierra los ojos y arruga tu nariz con fuerza, aprieta los párpados,
apriétalos fuertemente… aprende esa sensación de fuerza… un poco más. Ahora
suelta los párpados… relájalos, destensa tu nariz todo lo que puedas… ¿sientes tus
ojos tranquilos, descansados? Deja caer los párpados suavemente… toma
conciencia de las sensaciones cuando relajas los párpados… al relajar los ojos te
sientes tranquilo… te sientes bien. Aún puedes liberar más tensión en tus ojos.
Confía en ti.
● Vamos a realizarlo por última vez. Cierra los ojos con fuerza, apretando los
párpados muy fuerte y arrugando tu nariz, siente la tensión en tus párpados, en
tus órbitas oculares y en la nariz... Ahora deja caer los párpados…relájalos todo lo
que puedas… Concéntrate en la sensación de relajación que sientes en ellos… te
sientes relajado.
7. Boca
● Pon tu atención en el área de tu boca. Tensa la mandíbula, haz que tu cara y
boca adopten una sonrisa forzada. Las mejillas deben estar fuertemente apretadas
sobre los dientes y las muelas. Presiona tu lengua con la bóveda del paladar.
Repara en la tensión, dureza o rigidez que vayas notando en los músculos de la
cara… Y relaja de golpe toda la zona tensionada de cada lado de la cara. Siente la
sensación que experimentan tus músculos al dejar de hacer presión, olvida toda la
tensión para relajarte.
● De nuevo, cierra la boca con fuerza. Aprieta la mandíbula con fuerza. Crea
tensión en el interior de la boca, en la garganta, aguanta un poco más… Y ahora
suelta, relaja. Libera toda la tensión en la zona. Siente como se relajan tu boca,
lengua, garganta y mandíbula. Disfruta de la sensación.
● Una vez más. Cierra la boca con fuerza. Aprieta la mandíbula con fuerza. Un
poco más. Puedes crear más tensión todavía… Y ahora suelta, relaja los labios, la
boca, la mandíbula, las mejillas, la barbilla… Disfruta de la relajación de todas las
zonas y observa si queda algo de tensión… Todos los músculos de tu boca están
relajados, muy relajados. Deja tu boca entreabierta.
8. Cuello y garganta
● Ahora lleva tu atención a tu cuello y garganta. Flexiona ahora tu cuello hacia atrás
lentamente y tensa sin mover ni desplazar la barbilla de su lugar y, al mismo tiempo,
intenta tocar tu pecho con la barbilla sin dejarla bajar. Siéntelo, un poco más… y ahora
suelta, vuelve lentamente a la posición inicial, muy despacio nota como se empieza a
relajar tu cuello y tus garganta.
● Arquea la espalda como si fueras a unir los omóplatos. Siente a estar más relajada.
inspira profundamente, tensa tu pecho y presiona los brazos contra tu cuerpo. Pon
rígido el pecho. Trata de percibir dónde sientes la tensión… y registra esta sensación
de tensión para compararla con la de relajación. Y ahora deja salir el aire… relajando
de golpe tu tórax, tu parrilla costal y sintiendo cómo desaparece toda la tensión
ejercida por tu pecho, de tus hombros y tu espalda. Te sientes relajado y con una gran
sensación de bienestar y paz.
● Una última vez. Inhala por la nariz y arquea la espalda como si unieras los
omóplatos, levantando a la vez tus hombros como queriendo tocar con ellos tus
orejas y mantén esa tensión con fuerza… levantándolos un poco más, vamos que
puedes, al mismo tiempo que quieres juntar tus omóplatos, fuertemente,
manteniendo la tensión… Y ahora, suelta, exhala, relaja tus hombros, espalda,
omóplatos… Siéntete totalmente relajado y respirando de forma profunda. Registra
todas las sensaciones que emergen y toma consciencia del aprendizaje que te esta
aportando esta practica.
10. Región abdominal o estomacal
● Lleva tu atención al abdomen. Inspira y tensa fuertemente los músculos de tu
estómago, comprímelos hasta que lo pongas tan duro como una tabla. Siente la
tensión, un poco más… Y ahora, relaja los músculos, suelta el aire de golpe hasta
que el estómago vuelva a su posición natural. Siente el bienestar que te
proporciona este estado y permítete experimentar la relajación alcanzada. Te
encuentras muy tranquilo y muy relajado.
● ¡Una última vez! Tensa el muslo de tu pierna dominante, sin elevarla y con los
dedos de tus pies mirando hacia arriba. Genera tensión, fuerte, un poco más. Siente
esa tensión que se genera, un poco más… Aún puedes ir un poco más allá. Tensa…
Y ahora suelta, siente la sensación de tu pierna y tu muslo relajados, libera y
asegura totalmente la relajación, sin forzarla. Siente las sensaciones de la relajación
profunda. Felicítate en silencio por el buen trabajo que estas realizando mientras te
sientes muy tranquilo y relajado.
12. Pantorrilla dominante
● Lleva tu atención a tu pantorrilla dominante. Ténsala sin elevarla y con los dedos
del mirando hacia arriba. Genera tensión, fuerte, un poco más. Siente esa tensión que
se genera… Y ahora suelta, siente la sensación de tu pantorrilla relajada, sin forzarla.
Siente las sensaciones de la relajación profunda. Experimenta la diferencia entre
tensión/distensión y registra ambas sensaciones.
● Vamos a realizarlo otra vez. Tensa la pantorrilla sin elevar la pierna y con los dedos
del mirando hacia arriba. Genera tensión, fuerte, un poco más. Siente esa tensión que
se genera… Y ahora suelta, siente la sensación de tu pantorrilla relajada, sin forzarla.
Siente las sensaciones de la relajación profunda. Experimenta la diferencia entre
tensión/distensión y registra ambas sensaciones.
● Una última vez. Ejerce tensión a tu pantorrilla dominante sin elevarla y con los
dedos del mirando hacia arriba. Siente la tensión, fuerte, muy fuerte… Y ahora suelta,
siente la sensación de tu pantorrilla relajada, sin forzarla. Siente las sensaciones de la
relajación profunda. Te sientes totalmente relajado.
● Piensa en tu pie dominante y dobla sus dedos hacia adentro sin perder los puntos
de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Un poco más, ejerce tensión… Y ahora
suelta, relaja, distiende. Percibe la sensación de tu pie totalmente relajado.
● Un vez más lleva a tensión tu pie dominante y dobla sus dedos hacia adentro sin
perder los puntos de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Fuerte, un poco más,
siente la tensión… Y ahora suelta, relaja, distiende. Percibe la sensación de tu pie
totalmente relajado.
● Una última vez, tensa tu pie dominante y dobla sus dedos hacia adentro sin perder
los puntos de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Seguro que puedes un poco
más, ejerce tensión… Y ahora suelta, relaja, distiende. Siente la sensación de tu pie
totalmente relajado y compara con la sensación anterior de tensión.
● Una última vez. Lleva a tensión tu muslo no dominante. Ténsalo al máximo sin
perder los puntos de apoyo apretándolo contra el sillón. Tensa fuerte, muy fuerte, un
poco mas… Y ahora suelta la tensión, libera, siente la sensación de tu muslo relajado.
Toma consciencia de la relajación, sin forzarla. Disfruta de las sensaciones de los
músculos a medida que se aflojan y se relajan más y más profundamente. Siente las
sensaciones de la relajación profunda y experimenta la diferencia entre ambos
estados de tensión/distensión.
● Lleva tu atención a tu pantorrilla no dominante. Ténsala sin elevarla y con los dedos
del mirando hacia arriba. Genera tensión, fuerte, un poco más. Siente esa tensión que
se genera… Y ahora suelta, siente la sensación de tu pantorrilla relajada, sin forzarla.
Siente las sensaciones de la relajación profunda. Experimenta la diferencia entre
tensión/distensión y registra ambas sensaciones.
● De nuevo. Tensa tu pantorrilla no dominante sin elevarla y con los dedos del
mirando hacia arriba. Ejerce tensión, fuerte, fuerte. Siente esa tensión… Y ahora
suelta, siente la sensación de tu pantorrilla relajada, sin forzarla. Siente las
sensaciones de la relajación profunda.
● Última vez. Aplica tensión a tu pantorrilla no dominante sin elevarla y con los dedos
del mirando hacia arriba. Fuerte, muy fuerte… Y ahora suelta, relaja tu pantorrillas sin
forzarla. Siente las sensaciones. Experimenta la diferencia entre ambas sensaciones.
● Piensa en tu pie no dominante y dobla sus dedos hacia adentro sin perder los
puntos de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Un poco más, ejerce tensión… Y
ahora suelta, relaja, distiende. Percibe la sensación de tu pie totalmente relajado.
● Repetimos. Lleva a tensión tu pie no dominante y dobla sus dedos hacia adentro
sin perder los puntos de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Tensión fuerte, un
poco más… Y ahora suelta, relaja, distiende. Percibe la sensación de tu pie totalmente
relajado. Registra esa sensación.
● Por última vez. Ejerce tensión sobre tu pie no dominante y dobla sus dedos hacia
adentro sin perder los puntos de apoyo ni levantar el pie del sillón o suelo. Seguro
que puedes ir un poco más allá, ejerce tensión… Y ahora suelta, relaja, distiende.
Percibe la sensación de tu pie totalmente relajado. Disfruta y relaja.
Final
Todo el cuerpo
● Para terminar, vas a realizar un recorrido por todas las zonas que hemos trabajado
de tu cuerpo para observar y revisar mentalmente si hay algo de tensión en ellas o si
por el contrario se ha eliminado cualquier resquicio de la misma. Intenta acompañar
el rastreo con imágenes de los grupos musculares en estado de relajación.
● ¡Empezamos! Recorre tus pies, haciendo especial hincapié en los dedos buscando
algún resto de tensión, si aparece alguno, elimínalo y siente esta parte de tu cuerpo
totalmente relajada. Recorre ahora las piernas, pantorrillas, rodillas y muslos buscando
restos de tensión, elimínala si aparece. Pon tu atención en el área abdominal y haz lo
mismo. Si aparece tensión, elimínala y visualiza la zona totalmente relajada. Recorre tu
pecho, hombros y parte superior de la espalda tratando de encontrar alguna tensión.
Hazlo de manera relajada y fluida, no poniendo mucho empeño y tratando de no
esforzarte. Si aparece alguna tensión, elimínala y visualiza estas áreas libres y muy
relajadas. Revisa en esta ocasión, tu cuello, tu garganta, tu barbilla observando si
aparecen zonas de tensión. En caso de que existan pasa a sustituirla por relajación.
Lleva tu atención a rastrear tu boca, mandíbulas, lengua, dientes, nariz, ojos y frente
con la intención de percibir alguna tensión. Recorre toda tu cara y cabeza en busca de
tensión. Elimina la que encuentres. Siente y registra todas las sensaciones. Extiende el
recorrido ahora a tus brazos, antebrazos, manos y especialmente a los dedos de las
manos en busca de áreas o zonas de tensión. Equilibra estas zonas y siéntelas en un
profundo estado de relajación y bienestar.