Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gálatas 2:15-21.
INTRODUCCIÓN:
Cuando una persona muere, los parientes gestionan el certificado médico de defunción, inscripción de
la defunción en el registro civil, se solicita la licencia de entierro. Estos documentos son constancias
legales que dan fe del fallecimiento de una persona.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo
en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios {Gálatas 2:20}
El texto, nos va a permitir entender mucho acerca de nuestra creencia, privilegio, y modo de existencia y vida en el
Señor mientras estamos en este mundo.
El Apóstol San Pablo, se sentía crucificado, muerto en el sentido carnal, el hombre viejo, el yo
pecador, está absolutamente muerto.
Pero nace en su naturaleza el nuevo hombre al permitir que Cristo gobierne su vida.
(2da. Corintios 5:17). “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosa
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Ahora tenemos que entender que, esa muerte por crucifixión, se refiere a todo lo implica pecaminosidad; a todo
aquello que desagrada a Dios. Pablo lo resume así:
Romanos 6: 5-7 <<Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la
de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, porque, el que ha muerto ha sido
justificado del pecado>>
Cuando Cristo murió en la Cruz, llevó todos nuestros pecados y forma pecaminosa de vivir en aquella Cruz.
Así pues, en cuanto a la carne, estamos crucificados con Cristo; y como consecuencia de ello, ya no vivimos para
hacer nuestra carnal voluntad:
Colosenses 3:5. “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: Fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos, y avaricias, ira, enojo, malicia, palabras deshonestas de vuestra boca”.
¿Quién gobierna tu corazón?
(Gálatas 2:20) Y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; El Espíritu de Dios tiene que gobernar tu
corazón.
(Romanos 8:9) “Más vosotros no vivís según la carne, si no según el Espíritu, si es que el Espíritu
mora en vosotros….”
Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. (Romanos 6:6)
El texto que leemos, nos da la oportunidad de hablar del yo del pasado y el yo del presente.
El yo del pasado.
Amargura, orgullo, mal carácter, mal hablado, chismoso, inmoral, pleitista, borracho, cantinero, celoso,
calumniador, mentiroso, violento, rencoroso.
El yo del presente.
(Gálatas 2:20) Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios.
Esta fe en Jesús me hace creer el perdón de mis pecados, por lo tanto me motiva a perdonar.
Esta fe en Jesús me hace creer que Cristo me amó, por lo tanto yo debo amar a mi prójimo.
CONCLUSIÓN: