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TALLER 1

Redacción y composición textual

Estudiante: ​Silvia Vega Camacho


El siguiente es un texto narrativo.
Instrucciones:

1. Lea con atención el texto. Identifique la puntuación blanda señalada en rojo y explique
qué función o finalidad tiene esa puntuación dentro del texto.
2. Señale un caso de asíndeton. Justifique.
3. Establezca el índice de puntuación fuerte presente en la lectura (uso de punto seguido,
punto y coma y dos puntos) por número de renglones. ¿Es un índice alto o es un índice
bajo? (Ejemplo: un (1) signo de puntuación fuerte por cada ocho (8) renglones: tiene un
índice bajo de puntuación fuerte; cuatro (4) signos de puntuación fuerte por cada ocho (8)
renglones: tiene un índice medio de puntuación fuerte; ocho signos de puntuación fuerte
por cada ocho renglones: tiene un índice alto de puntuación. Recuerde que un párrafo sin
presencia de puntuación fuerte se convierte en una oración-párrafo). En su opinión,
¿cómo el uso de la puntuación fuerte de la autora contribuye a su intención narrativa?

Ángela Álvarez Vélez

CÍRCULO DE MUERTE

Ella había votado a favor del Aunschlüss. Se había sentido enferma consigo misma todo el
camino a casa​, (1) ese día de marzo de 1938​, (2) pero sabía que no hubiera podido evitar lo que
sucedió. Su caso no era aislado. Sabía de muchos austriacos que votaron a favor de la adhesión
de su amado país al régimen de la Alemania de Hitler​, (3) que se oficializó el trece de marzo​, (4)
porque habían sido amenazados. Ella era viuda, con cuatro hijos, tres aún sin casarse. ¿Que
podía haber hecho? No tenía opción. Lo sabía. Pero de todas maneras sentía que había
traicionado a su país y a su Dios.
Elsa Bünte​, (5) con la mente llena de preocupaciones​, (6) horneó un strudel de manzana. Esa
noche, cenó con su hijo mayor y su nuera. Durante toda la comida repetía una y otra vez cuánto
le agradaba que estuvieran juntos sus cuatro hijos: Samuel​, (7) Josiah​, (8) Ruth​, (9) Seth y
Corina​, (10) que era como parte de la familia desde que se casó con Samuel cuatro años antes.
Elsa no la quería al principio​, (11) pues no le atraía la idea de que su hijo se casara con una
católica. Intentó persuadirlo de unirse con una buena chica judía, pero el insistió en quererla y
ella terminó aceptando la unión en vez de arriesgarse a perder un hijo. Todavía no había nietos.
Como acostumbraba hacerlo desde que se casaron​, (12) la matrona de la familia Bünte dejó caer
indirectas sobre sus ansias de ser abuela. Pero Samuel y Corina no rieron esa vez ante las
constantes insinuaciones. No estaban de humor esa noche. Ellos también habían votado a favor
ese día y temían lo que podría suceder.
Samuel trabajaba como conductor para un importante diplomático austriaco. Él les había
advertido que Hitler buscaría unirse a Austria de cualquier manera, y que eso representaría un
gran riesgo para él y para todos los judíos. Esa noche​, (13) ​todos hablaron de los horrores que
habían oído sobre los campos de concentración y las torturas a los que eran sometidos los de su
religión. Ese loco antisemita se quemaría en el infierno, decían. Se despidieron en medio de
oraciones y deseos para que la locura terminara al fin, todos con la sensación de que sus acciones
de ese día regresarían para castigarlos por darle la espalda a sus hermanos alemanes, sus
hermanos judíos que habían sufrido con el hombre que habían apoyado, aunque no
voluntariamente, con su voto esa tarde.
El castigo no se hizo esperar. En mayo, Samuel y Corina habían telefoneado a Elsa y le dijeron
que era importante que se vieran esa mima tarde. Los cinco volvieron a cenar juntos. Luego de
comer​, Samuel les mostró el papel blanco que le había llegado esa mañana. Era una citación para
comparecer ante las autoridades alemanas. Sería enviado a uno de los temidos campos de
concentración. Corina también tenía una carta. La suya decía que tenía dos semanas para
tramitar el divorcio de su esposo judío o también sería procesada como judía y enviada a morir
junto a él. Finalmente, mostraron un tercer papel. El señor Amerlich, jefe de Samuel, también
había recibido la orden de comparecer.
Esa mañana, él y Samuel habían llegado a un acuerdo. Samuel atestiguaría que su jefe padecía
ataques de ira incontrolables, lapsos de pérdida de memoria y largos periodos de ausencias. De
esta manera, lograrían que fuera admitido en un sanatorio, lo cual podría salvarlo de una muerte
segura en Auschwitz o Dachau. A cambio, le dejaría a su chofer y confidente una suma
considerable de dinero y una carta de recomendación para que pudiera conseguir pasaporte falso
y tiquetes de tren para salir del país. Tendrían que hacerlo mientras Corina empezaba los
trámites del divorcio para despistar a los Gestapo. No podían sacar a ningún otro miembro de la
familia.
Elsa, Josiah, Ruth y Seth habían llorado en silencio. Comprendían que todos estaban en peligro y
que ellos debían aprovechar esa oportunidad que les daba Dios para escapar del destino fatal que
para ellos deparaba el futuro si se quedaban.
Solo se vieron una vez más, para despedirse definitivamente. Corina y Samuel salieron por tren
de Austria. Elsa recibió una carta que venía de un lugar que nunca había oído nombrar:
Colombia. Desde la soleada ciudad de Barranquilla habían enviado una carta diciendo que
estaban sanos y salvos y que Corina esperaba el tan anhelado bebé. La feliz abuela había
contestado emocionada que se alegraba de saber que su descendencia estaba asegurada. Samuel
nunca volvió a saber de su madre.
Dos meses más tarde​, (14) la tragedia volvía a visitar a los Bünte. Esta vez fue Josiah. El hijo del
medio, el hijo alegre y deportista había recibido el temido papel blanco. Él también tenía un
plan: esquiar. Saldría esquiando hacia Checoslovaquia y tomaría refugio en algún país aliado.
Salió sin despedirse, al amanecer del día siguiente. Recibieron, meses más tarde, una postal de
Australia. Nadie sabe cómo llegó hasta allí y nunca volvieron a recibir más cartas suyas. Pero no
porque él no las hubiera escrito​, (15) sino porque ya la correspondencia no se la entregaban a los
judíos.
La única correspondencia que entregaban era la que venía con el sello oficial de la República.
Había vuelto de nuevo la pesadilla del sobre de manila. ¿Y que harían ella, Ruth y Seth? Ruth
era joven, pero no se había casado aún. En momentos así, no había tiempo para pretendientes. La
caritativa Ruth era voluntaria de la Cruz Roja y se pasaba el día entero cosiendo uniformes con
la insignia de la Cruz Esvástica. No le agradaba su trabajo, pero colaborar con la causa era una
manera de evitar las represalias. Y Seth, pobre Seth, había tenido que entregar su silla de ruedas
junto con la platería de la bisabuela y las estatuas de bronce del ajuar de la tía Annabel cuándo
llegaron a pedir una colaboración para tener algo que fundir para hacer municiones. Ya no podía
salir a tomar el sol como antes, no podía moverse solo por la casa. Se quedaba sentado al lado
del viejo radio Transoceanic escuchando noticia tras mala noticia todo el día.
Elsa sabía que no tenían mucho tiempo. La carta decía que tenían que esperar la llegada de un
inspector que recibiría la casa y los transportaría al campo de concentración en una semana.
La mañana siguiente, empeñó algunas joyas en una compraventa cerca de su casa. Fue al centro
y compró tres armas pequeñas calibre .22 y tres balas. Los recibos de estas compras y el tiquete
de la compraventa los metió en un sobre, junto con una carta explicando lo que sucedería. En el
sobre puso el nombre de los Andersen, sus vecinos de toda la vida, católicos pero buenos de
corazón, y depositó la carta en el buzón de la oficina de correos central.
Llegó a su casa y preparó una gran fiesta. Hizo borsh, wrust, goulash y compot de frambuesa.
Los platos preferidos de todos. Ruth había llegado particularmente cansada esa noche, y al ver la
comida se animó mucho. Seth había ayudado a preparar la cena y la comió con igual entusiasmo.
Ninguno de los dos sabía lo que les esperaba de sobremesa.
Elsa reunió a sus dos hijos esa noche en la sala de la casa en la que todos habían crecido. Les
mostró la citación y sus compras de la tarde. Discutieron. Lloraron. Protestaron. Oraron.
Accedieron.
Todos sabían que no tenían opción. No había manera de reunir dinero para sobornar a los
guardias y obtener identificaciones falsas como habían hecho algunos de la sinagoga. Ahora,
ellos tenían pequeñas cruces de oro en sus cuellos en lugar de grandes estrellas de David en sus
hombros. Pero los Bünte no tenían cómo pagar los precios que exigían los guardias. No tenían
amigos en altos cargos que pudieran ayudarles. No trabajaban en grandes fábricas donde podrían
decir que ellos eran empleados indispensables. No había otra manera. Seth no duraría nada en un
lugar espantoso como Dachau. Sin sus medicamentos​, (16) el dolor se hacía cada vez mayor. La
polio infantil que padeció de niño lo debilitaba y necesitaba grandes cantidades de calmantes que
ahora no podía comprar. Y Elsa ya no era una mujer de buena salud. Tenía setenta y dos años.
Su artritis ya casi no la dejaba ni coser. Sabía que su hijo y ella preferían morir antes que sufrir
en un campo de concentración.
La única que estaba indecisa era Ruth. Tenía treinta años. No era una anciana, pero tampoco una
jovencita que podía valerse de sus encantos para sobrevivir. No tenía prospectos de casarse y no
tenía una dote cuantiosa, lo que es importante para una novia judía. Ella fue la última en estar de
acuerdo con el plan​,​ ​(17)​ pero​, (18)​ finalmente, lo estuvo.
Para los judíos, matar en defensa propia o por orden de Dios es mucho mejor que cometer
suicidio. No hay cielo para los suicidas. Sus almas arden por siempre en el infierno porque
destruyeron la creación suprema del Señor. El cuerpo es el templo de Dios. Seguramente, los
Bünte no querían evitar un infierno yendo a otro.
Debe ser por eso que los guardias SS los encontraron sentados en círculo​, (19) c​ ada uno con un
revólver en su mano derecha, ​cada uno con una mortal herida de bala en su temporal izquierdo.
El círculo de la muerte se había cerrado sobre la familia Bünte.
Desarrollo:
1. Lea con atención el texto. Identifique la puntuación blanda señalada en rojo y
explique qué función o finalidad tiene esa puntuación dentro del texto.
5.1

(1)​ Coma que enuncia la parte determinativa de la oración, seguida de (​ 2)​ la coma adversativa

(3)​ Coma adverbial pues brinda complemento circunstancial (fecha de la acción).

(4)​ Coma adverbial pues introduce un complemento circunstancial (brinda la razón de la acción).

(5) ​5)​ Coma explicativa o de incisos que introduce una circunstancia de modo (​ 6)​, pues la
información que precede equivale a un paréntesis que al retirarla, no altera el significado. Pero
también puede brindar luces de la circunstancia en la que se encuentra el sujeto (Elsa Bünte
seguirá horneando un strudel de manzana independientemente de que se mencione o no que
“tenía la mente llena de preocupaciones”. Se puede prescindir de dicha oración sin que genere
cambios lógicos ni secuenciales, pero también devela el estado emocional del sujeto)

(7), (8), (9)​ Coma enumerativa, pues separa los varios elementos a enunciar.

(10) Coma subordinada explicativa, pues introduce una oración en forma de inciso a la oración
principal.

(11)​ Coma adverbial o de circunstancias pues separa el complemento circunstancial de causa.


(Presencia de la palabra “pues” que antecede la causa de la acción)

(12)​ Coma circunstancial de modo.


(13) Coma subordinada 5.2 explicativa, pues se introduce una oración con nueva información en
forma de inciso. (Esa noche, sucedió tal cosa…)
5.3

(14)​ Coma subordinada explicativa, pues se introduce una oración con nueva información en
forma de inciso.
(15) Coma adversativa pues separa la oración subordinada adversativa de la oración principal
(Nadie recibió cartas, no porque no las hubiera escrito, sino porque…)

(16)​ Coma circunstancial de modo.

(17)​ Coma adversativa.


(18)​ Coma circunstancial de modo.

5.4

(19)​ Coma subordinada explicativa, pues se introduce una oración con nueva información en
forma de inciso.

2. Señale un caso de asíndeton. Justifique.


“Ella era viuda, con cuatro hijos, tres aún sin casarse.” Es un caso de
6.1 asíndeton pues no se

emplean conjunciones o nexos entre las palabras.

4. Establezca el índice de puntuación fuerte presente en la lectura (uso de punto


seguido, punto y coma y dos puntos) por número de renglones. ¿Es un índice alto o
es un índice bajo? (Ejemplo: un (1) signo de puntuación fuerte por cada ocho (8)
renglones: tiene un índice bajo de puntuación fuerte; cuatro (4) signos de
puntuación fuerte por cada ocho (8) renglones: tiene un índice medio de puntuación
fuerte; ocho signos de puntuación fuerte por cada ocho renglones: tiene un índice
alto de puntuación. ​Recuerde que un párrafo sin presencia de puntuación fuerte se
convierte en una oración-párrafo​). En su opinión, ¿cómo el uso de la puntuación
fuerte de la autora contribuye a su intención narrativa?

Se divide el texto en 8 renglones para verificar el índice de presencia de puntuación fuerte,


observando que: el primer conjunto de 8 renglones, cuenta con 9 signos de puntuación fuerte,
mostrando de entrada, un alto nivel de puntuación fuerte. Continuando, se aprecia un rango
constante que varía desde el uso de 6 signos de puntuación fuerte, siendo el número más bajo
a lo largo de la lectura, hasta 8, 9, 11 y 12 signos por conjunto de 8 renglones. Es posible
afirmar de acuerdo a lo enunciado anteriormente, que a grandes rasgos, el índice de
puntuación fuerte manifestado en el texto es considerablemente alto.
De acuerdo a esto, se puede afirmar que la autora utiliza constantemente
6.2 este tipo de
puntuación fuerte para enfatizar y dotar de mayor relevancia, a cada uno de los hechos
expuestos en la narrativa. Se usa la puntuación fuerte de manera reiterada, no solo al finalizar
oraciones que expresan los hechos desarrollados, sino que también se manifiesta esta
puntuación después de palabras expresadas individualmente, acciones, por lo que se
evidencia la intención de brindar mayor importancia a estos actos haciendo que el lector se
focalice en ellos por medio de los signos de puntuación empleados.

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Índice de comentarios

5.1 faltó poner que la 1 separaba una circunstancia de tiempo

5.2 precisamente esa noche implica un tiempo: es una circunstancia de tiempo. No es subordinada explicativa

5.3 circunstancia de tiempo

5.4 es una circunstancia de modo

6.1 perfecto, claro el caso

6.2 muy bien explicado

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