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1.

1 Análisis sociocultural de la niñez y la


adolescencia
Te has preguntado ¿qué es ser una niña o un niño? Esta es una pregunta
para la que existe una diversidad de respuestas derivadas de las diferentes
formas de ver, entender y ser en el mundo, sin embargo, algunas de estas
definen a niñas y niños como “personas chiquitas”, “menores de edad”,
“seres incapaces de valerse por sí mismos”, o posiblemente se les
visualice como “regalos de la vida” o “el futuro de la sociedad”. Incluso les
miran como personas adultas en potencia a los que hay que formar y de
ahí se derivan diversos métodos socioeducativos que muchas veces caen
en las primeras visiones referidas.
¿Alguna vez has escuchado qué se dice de las y los adolescentes? El
abanico de respuestas también resulta un amplio catálogo de nociones
que los consideran “personas que se creen grandes”, pero aún “sin
experiencia”, que “no son niños, pero tampoco son adultos”, que están “en
la edad de la punzada” o que buscan “retar a la autoridad” o que “no saben
lo que quieren” y por eso no tienen razón.
Para comprender la construcción de estas ideas asociadas a la niñez y
adolescencia es importante conocer la historia detrás de estas
concepciones, puesto que, en ellas se exponen los contextos sociales,
culturales, políticos y económicos en los cuales se han construido las
nociones de quiénes son las niñas, niños y adolescentes (NNA).
A continuación, revisa las siguientes etapas históricas que desde el
pensamiento de occidente y la perspectiva del Estado moderno reflejan
algunas de las diferentes nociones de la niñez y la adolescencia.
Ilustración 2. Elaboración SIPINNA con base en Cusiánovich, A. (1994), Niño y adolescente:
enfoques y contexto, Rädda Barnen, Perú; Imhoff, D. et.al (2012) “Pensar la participación
sociopolítica infantil a partir de los paradigmas de infancia”; Corona, Y. & Morfín, M. (2001) Diálogo
de saberes sobre participación infantil
Diseño: Conapred - Ucol

Desde la antigüedad hasta el siglo XIX. La niñez no existe


En la antigüedad, “la niñez” no era considerada como una etapa de la vida,
es por ello que era común que las niñas y niños tuvieran una esperanza
corta de vida, pues, la inexistencia de instituciones especializadas para su
atención y formación, así como las prácticas de infanticidio, formaban parte
de las condiciones sociales que limitaban su desarrollo. En caso de que
lograrán sobrevivir, desempeñaban trabajos como personas adultas
(Cusiánovich, 1994).
Respecto a la adolescencia desde el siglo XVI, hasta el siglo XIX esta
etapa se contemplaba como parte de la niñez, es por ello que, el registro
histórico de “la adolescencia” es escaso y algunas referencias se remontan
a la antigua Grecia.
Ilustración 3 Niñas y niños representados como personas adultas en pequeño.
Fuente: artmirrorsart.wordpress.com (2011) Oleo original Las meninas por Diego Velázquez.
(Consulta con fines educativos, de difusión y no lucrativos, los cuales pertenecen a sus
creadores/as.)

Del siglo XVII al XX. La niñez como seres incapaces, inferiores,


menores
A partir del siglo XVII, surge el descubrimiento de la niñez como categoría
distinta a las personas adultas. Esta categoría asignaba una carga de
desvalorización, dependencia, alienación y debilidad de la niñez y la
adolescencia.
Durante este siglo, se hace visible la problemática de la niñez en situación
de pobreza o de calle y se les consideraban como personas débiles en una
“situación irregular”, de ahí la importancia de que fueran tutelados y
protegidos.
La atención a la niñez se basaba en la perspectiva que tenían las
instituciones religiosas sobre la caridad. Este tipo de intervención trataba
de generar sentimientos de culpa en la sociedad para que las personas
reconocieran a la niñez como una etapa específica de la vida que
necesitaba ser protegida por ser vulnerable bajo la idea de que “no
pueden, no saben o no son capaces” (Salinas, 2005).
El fundamento de esta perspectiva sobre la niñez y adolescencia era
asociado a la incapacidad, inmadurez y debilidad, estas razones
promovieron el desarrollo de políticas preventivas que los/las dirigirían por
el buen camino mediante leyes de asistencia social y de protección, dando
así pauta a la aparición de asilos y casas de caridad para atenderles
(Costa, M. & Gagliano, R, 2000). Sin embargo, y pese a que la
educación que brindaba este tipo de instituciones se basaba en la idea de
afecto y cuidado por la niñez, fomentaba la severidad, lo que contradecía
su principio educativo, pues la escuela se consideraba como un centro de
encierro y disciplina para moldear la conducta, a través de procesos
formativos fundados en el castigo físico.
Siglo XX. Niñas, niños y adolescentes son sujetos de derechos
En el siglo XX la niñez y adolescencia eran consideradas como etapas con
características peculiares, exclusivas y de mayor importancia en el
desarrollo de la persona, esto se debió a los avances importantes de
diversas disciplinas como la salud, la psicología, educación, trabajo social
y el ámbito legal; sin embargo, la visión de la niñez seguía siendo
relacionada a la inmadurez física y mental en comparación con la adultez.
Mientras que la adolescencia ha tenido su propia historia y su
conceptualización teórica, ya que, se ha construido a partir de nociones
sociales y culturales asociadas a la preparación para la vida adulta y las
características generales de cambio físico y conductual que se le asocian.
A continuación, se presenta una línea del tiempo que te ayudará a
visualizar algunas de las Declaraciones y Convenciones que permitieron
un cambio dentro de la percepción de NNA y aseguraban su protección y
goce de derechos humanos:
Ilustración 5 Declaraciones y Convenciones de los Derechos de niñas, niños y adolescentes.
Diseño: Conapred - Ucol
Ilustración 5 La Declaración de Ginebra. 1924
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A principios del siglo XX y con el término de la Primera Guerra Mundial se


crea la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño (1924). Esta
declaración reconoce y afirma por primera vez la existencia de los
derechos para niñas y niños, tomando como principal eje, la
responsabilidad de las personas adultas hacia ellos y ellas disponiendo de
medios para su desarrollo material y moral.
“Por la presente Declaración de los Derechos del Niño, llamada
Declaración de Ginebra, los hombres, mujeres de todas las naciones,
reconociendo que la humanidad debe dar al niño lo mejor de sí misma,
declaran y aceptan como deber, por encima de toda consideración de raza,
nacionalidad, o creencia que:
1. El niño debe ser puesto en condiciones de desarrollo normalmente
desde el punto de vista material y espiritual.
2. El niño hambriento debe ser alimentado; el niño enfermo debe ser
atendido; el niño deficiente debe ser ayudado: el niño desadaptado debe
ser reeducado; el huérfano y al abandonado debe ser recogido y
ayudados.
3. El niño debe ser el primero en recibir socorro en caso de calamidad.
4. El niño debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida y debe ser
protegido de cualquier explotación.
5. El niño debe ser educado inculcándoles el sentimiento del deber que
tiene de poner sus mejores cualidades al servicio del prójimo”.
(Declaración de Ginebra 1924).

Ilustración 6 Declaración de los Derechos del Niño. 1959


Diseño: Conapred - Ucol

De acuerdo a UNICEF[1], en 1959 la Organización de Naciones Unidas


aprobó una Declaración de los Derechos del Niño que incluía 10 principios:
Principio 1. Derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión o
nacionalidad.
Principio 2. Derecho a una protección especial para que puedan crecer
física, mental y socialmente sanos y libres.
Principio 3. Derecho a tener un nombre y una nacionalidad.
Principio 4. Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica
adecuadas.
Principio 5. Derecho a educación y atenciones especiales para los niños
física o mentalmente disminuidos.
Principio 6. Derecho a comprensión y amor por parte de las familias y de
la sociedad.
Principio 7. Derecho a una educación gratuita. Derecho a divertirse y
jugar.
Principio 8. Derecho a atención y ayuda preferentes en caso de peligro.
Principio 9. Derecho a ser protegido contra el abandono y la explotación
en el trabajo.
Principio 10. Derecho a recibir una educación que fomente la solidaridad,
la amistad y la justicia entre todo el mundo.
Estos principios fueron tan famosos y se adoptaron tan bien por las
naciones, que incluso Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido
como Quino, en 1979 los ilustró con Mafalda y sus amigos y amigas:
Ilustración 7 Historieta de Mafalda
(Consulta con fines educativos, de difusión y no lucrativos, los cuales pertenecen a sus
creadores/as.)

Como se puede notar en los principios de 1959, la visión del niño y la niña
se relacionaba con estadios del desarrollo físico y mental, faltaban muchos
derechos más y legalmente no tenía un carácter obligatorio.
En 1978, el Gobierno de Polonia presentó a la Organización de las
Naciones Unidas la versión provisional de una Convención sobre los
Derechos del Niño.

Ilustración 8 Convención sobre los derechos del niño. 1978


Diseño: Conapred - Ucol
Ilustración 9 Convención sobre los derechos del niño. 1989
Diseño: Conapred - Ucol

Se ha mencionado que en el siglo XX se transformó poco a poco la visión


sobre la niñez. Uno de los acontecimientos que detona la importancia de
brindar protección a la niñez y adolescencia surge tras la Primera Guerra
Mundial, pues en este periodo millones de niñas, niños y adolescentes
quedaron en situación de hambruna, huérfanos, refugiados o desplazados.
Como respuesta a este acontecimiento, diversas organizaciones sociales
realizaron acciones, como la recaudación de fondos y alimentos para
atender a NNA víctimas de la Guerra, y aunque dichas acciones no fueron
suficientes, un logro importante fue superar los pensamientos filantrópicos
y de caridad, dando pauta al impulso del reconocimiento institucional de
los Derechos del Niño.
Diez años de negociaciones transcurrieron cuando por fin se logró aprobar
el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) el 20 de
noviembre de 1989, cuyo cumplimiento era obligatorio para todos los
países que la ratificasen (UNICEF, consultado en junio de 2017). La
convención es un tratado internacional que reconoce los derechos
humanos de niñas, niños y adolescentes, definidos como personas.A
continuación, ve el siguiente video para saber más acerca de esta
Convención:
¿Qué es la Convención sobre los Derechos de la Niñez (CDN)?
Fuente: UNICEF Latin America and Caribbean (2012).
(Consulta con fines educativos, de difusión y no lucrativos, los cuales pertenecen a sus
creadores/as).
El video cuenta con subtítulos
Versión estenográfica

Como viste en el video, la CDN se funda en cuatro principios rectores y


transversales:
1. Principio de No discriminación: El Art. 2 de la CDN establece que los
Estados Parte, entre ellos México, tienen la obligación de respetar el
ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia que se estipulan en la
Convención, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política, origen nacional, étnico o social, así como por las condiciones
económicas, impedimentos físicos, el nacimiento, o cualquier otra
condición de la persona.

 Un niño, fue expulsado de una escuela por llevar el cabello largo, bajo
el argumento de que incumple el reglamento escolar.

2. Principio del Interés Superior del Niño: El Art. 3 de la CDN hace


referencia a todas las medidas concernientes a niñas, niños y
adolescentes que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el Interés
Superior del Niño.“Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño
la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo
en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas
responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas
legislativas y administrativas adecuadas”.(CDN, 1989)

 Una niña que se encuentra en un proceso de asignación de custodia,


se toma en cuenta su opinión respecto a la persona con quién quieren
vivir.

3. Principio de vida, supervivencia y desarrollo: El Art. 6 de la CDN


establece que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida y que los
Estados deben garantizar su supervivencia y su desarrollo.

 En casos de emergencia, desastres naturales y conflictos armados


niñas, niños y adolescentes deben ser atendidos prioritariamente antes,
durante y después, se debe prevenir la separación familiar o buscar su
reintegración además de la atención integral.

4. Principio de participación: El Art. 12 de la CDN hace alusión al


principio de “participación,” como un derecho a garantizar para que toda
persona, en particular la adulta, respete y promueva la participación de la
niñez, incluida la adolescencia, ya que de esa manera también se
promueve su autonomía progresiva, a través de la comunicación de sus
opiniones, su sentido de responsabilidad, identidad y pertenencia social,
toma de decisiones, justicia, democracia y equidad con las demás
personas.

 En México en 2016 se llevó a cabo un proceso de participación de


niñas, niños y adolescentes en el que se recopilaron opiniones,
aportaciones, inquietudes y propuestas para ser integradas en el primer
borrador del Programa Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños
y Adolescentes (PRONAPINNA).

Es con la CDN donde se conceptualizó el término de niño:


“Artículo 1: Para los efectos de la presente Convención, se entiende por
niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en
virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de
edad. Convención de los Derechos del niño (CND).”
Este término fue utilizado para dirigirse a niñas, niños y constantemente
era válido aplicarlo en adolescentes.Posterior a la proclamación de la
Convención, el paradigma de la niñez se modifica vislumbrando una
nueva noción de la figura de la niñez y adolescencia como sujetos de
derechos, es decir, personas activas titulares de sus derechos.La
Convención reconoce la obligación del Estado, las instituciones y la
participación activa de la sociedad en general para la plena garantía de
derechos de niñas, niños y adolescentes.El derecho a no ser discriminado
reitera la garantía que deben cumplir los diferentes núcleos sociales sobre
el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes; ya que
establece que se debe brindar trato igualitario y no restringir dicho ejercicio
por ninguna condición o características identitarias.

Niñas, niños y adolecentes como sujetos de derechos

Las Convenciones y Declaraciones transforman la conceptualización que


se tiene hacia las niñas, niños y adolescentes y se da un avance en la
historia, que marca una diferencia en el contexto de tal población, teniendo
así el primer paso para un enfoque de derechos humanos.Así, todas las
personas desde que nacen son sujetas de derechos y son protagonistas
desde el principio de su vida. Además, la noción de “sujeto de derecho”
conceptualizó la vulnerabilidad como algo que depende del contexto, el
cual violenta sus derechos y no como algo natural o normalizado en su
propia condición de edad o identidad.La visión acerca de la niñez y la
adolescencia se puede observar de diferente manera conforme a las
sociedades regidas bajo sus tradiciones y costumbres, las cuales se
reflejan en las relaciones familiares, en el tipo de educación y crianza; por
ejemplo, en determinadas sociedades, de niñas, niños y adolescentes a
ciertas edades, se les exige asumir responsabilidades, y se les asigna
tareas, que determinan el acceso o negación al ejercicio de sus
derechos.Sin embargo, aunque existen marcos normativos que exhortan
y obligan a todas las autoridades a cambiar la visión y trato hacia las niñas,
niños y adolescentes; aún persisten formas que impiden lograr una
completa transformación. Existen términos que hacen referencia a los
tipos de relación que llevan las personas adultas con las niñas, niños y
adolescentes. Dichas relaciones comprenden la percepción y la conducta
que se tiene hacia la niñez y la adolescencia, las cuales se describen a
continuación:

Adultocentrismo

Las relaciones entre la niñez y la adolescencia con las personas adultas


se han construido como relaciones históricamente desiguales. Estas se
reproducen por medio de prejuicios, estereotipos, expectativas, roles y
tareas que dependen de valores, normas y pautas de cada sociedad,
basadas en el reconocimiento de la superioridad que las personas adultas
han impuesto. Pues este factor identitario se ha establecido como garantía
de privilegios, una idea de autoridad y de poder para las personas adultas
que posiciona a niñas, niños y adolescentes en un rol inferior desprovisto
de poder.La construcción de relaciones familiares, comunitarias e
institucionales de dominación, subordinación y discriminación hacia la
niñez y la adolescencia, se derivan de la creencia social de que, a mayor
edad, mayor poder. A esta idea se le denomina adultocentrismo, es decir,
relaciones de poder asimétricas que promueven el ejercicio de poder
como dominación de las personas adultas hacia niñas, niños y
adolescentes.

 Un niño rompe un vaso de vidrio por error, recibe una sanción de parte
de la persona adulta (grito, insultos, castigo o golpes). Si esta persona
adulta comete el mismo error, no recibe castigo de parte del niño e
incluso puede asumir que fue un accidente y decir que tiene derecho a
equivocarse.

Adultismo

Este concepto se refiere a cualquier comportamiento, acción o


lenguaje que limita o pone en duda las capacidades de la niñez y la
adolescencia y que puede generar discriminación por una condición
etaria. (UNICEF, 2013)

Las expresiones adultistas son desiguales en tanto que la edad es un


factor identitario por el que se considera a niñas, niños y adolescentes
como personas con menos capacidad, cuando en realidad sus
capacidades se encuentran en desarrollo. Algunos ejemplos son:

 “Cuando seas grande puedes dar tu opinión”,


 “No tienes experiencia”,
 “Es mejor que las decisiones las tome yo, porque tengo
más conocimientos que tú”.

Frente a la incapacidad de reconocerlos como personas sujetas de


derechos frecuentemente se asumen posiciones autoritarias como:

 El castigo físico hacia niñas y niños se visualiza como algo correctivo,


mientras que una agresión entre personas adultas puede presentar
cargos, como una denuncia.
 Discriminar a niñas, niños y adolescentes por su edad, tratándoles
como objetos que pertenecen a sus madres y padres, y no como
personas.
 Estereotipar o poner etiquetas negativas. Cuando se dice que las niñas
y los niños son manipuladores, que los y las adolescentes son
irresponsables e irrespetuosos.
 Considera los sentimientos y las opiniones de NNA como triviales y algo
que puede ignorarse o cambiarse con presión o chantajes
 No incluir a NNA en la toma de decisiones importantes o fingir que se
les incluye y al final no tener en consideración o como algo válido su
punto de vista y sus decisiones.
En este sentido, las personas adultas educan a niñas, niños y
adolescentes como personas pasivas, sumisas, obedientes, incapaces de
desarrollar cuidados y otras capacidades por sí mismas y “por lo tanto”
necesitadas de protección y cuidado, subordinadas a lo que las personas
adultas y las instituciones puedan pensar y decidir para ellas y ellos, pues
persiste la idea de niños, niñas y adolescentes, como las y los actores del
futuro, no como las personas que son en el presente. En resumen, podrás
notar que el adultocentrismo se refiere a la estructura general en la que
la sociedad se ha minimizado a niñas, niños y adolescentes como
personas sujetas de derechos, y el adultismo que se refiere a todas las
expresiones verbales, conductuales y simbólicas, a través de las que
se refleja esta estructura.
[1] UNICEF en español. https://www.unicef.es/causas/derechos-ninos/convencion-derechos-
ninos [Consultado el 26 de junio de 2017]
Última modificación: Tuesday, 4 de February de 2020, 12:33

1.2 Enfoque de derechos humanos de


niñas, niños y adolescentes
Los derechos humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la
naturaleza de los seres humanos, cuya realización efectiva resulta
indispensable para el desarrollo integral de cada persona. Estos derechos
están establecidos en la Constitución Mexicana, así como, en las leyes
nacionales e instrumentos internacionales. Estos deben ser reconocidos y
garantizados por el Estado (CNDH, 2007).
Reconocer, a partir de la Convención de Derechos del Niño, los derechos
de la niñez y la adolescencia ha sido un proceso que por un lado exige a
la familia como la primera e inmediata institución obligada con el goce y
ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes; y por el otro,
obliga además al Estado como el máximo responsable de brindar
protección particularmente a partir de la garantía jurídica.
La normativa de los derechos humanos establece que los instrumentos y
mecanismos de protección a sus derechos son complementarios a otros,
por lo tanto, los derechos de niñas, niños y adolescentes no tienen ninguna
condición.
El Estado mexicano habiendo firmado y ratificado la Convención de los
Derechos del Niño, refrenda su responsabilidad en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, así como en la Ley General de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Última modificación: Thursday, 3 de August de 2017, 16:10

1.3 Niñez y adolescencia en situación de


discriminación y vulnerabilidad
¿Qué es la discriminación?
La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, reformada y
decretada el 20 de marzo del 2014, estipula que por discriminación se
entiende:
“Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda
distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión,
con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga
por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y
libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el
origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la
edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o
jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la
situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias
sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar,
las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o
cualquier otro motivo.”
También se entenderá como discriminación la homofobia, misoginia,
cualquier manifestación de xenofobia, segregación racial, antisemitismo,
así como la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia
(LFPED; 2014).
La discriminación hacia NNA se ha construido a través de estereotipos,
prejuicios, estigmas que los sitúan como seres inferiores, desprovistos de
poder y capacidades ante la persona adulta.
En México, existen grupos histórica y sistemáticamente discriminados
entre ellos niñas, niños y adolescentes, migrantes, afrodescendientes,
indígenas, personas con discapacidad, que viven con VIH/SIDA, etc. Los
actos de discriminación, se suscitan en ámbitos como la familia, escuela,
comunidad, instituciones y la sociedad en general. Los más habituales se
dan por razones de:
•Género: Son las niñas y las adolescentes quienes viven mayor
discriminación por ser mujeres, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional
de la Dinámica Demográfica (ENADID) México 2014, 3.9 millones de
mujeres entre 15 y 54 años se casaron por primera vez antes de los 18
años.
•Discapacidad: Conforme a los resultados de la Encuesta Nacional
Dinámica Demográfica ENADID 2014, 1.9% de las NNA, que representan
cerca de 767,969 personas, tiene algún tipo de discapacidad.
La discriminación se observa en su acceso a la escuela, pues asisten sólo
el 78.2% de las NNA con discapacidad, el nivel de escolaridad en términos
generales es adecuado a su edad. Sin embargo, el 12.4% de las niñas y
niños de 6 a 11 años no tienen escolaridad, o apenas preescolar, cuando
debería tener al menos primaria completa (PRONAPINNA, 2016).
•Migración Infantil: De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la
Secretaría de Gobernación, en 2015 hubo 35,704 eventos de detención de
NNA migrantes extranjeros presentados ante la autoridad migratoria
mexicana.
La gran mayoría (80% en 2014 y 2015) de niñez y adolescencia migrante
extranjera que es detectada en México por la autoridad migratoria (tanto
acompañada como no acompañada) es retornada a sus lugares de origen
y pocos son las y los niños y adolescentes reconocidos como refugiados
(PRONAPINNA, 2016).
•Origen étnico o nacionalidad: De acuerdo a la Encuesta Intercensal del
INEGI (2015) se consideran indígenas 21.9% de las NNA, de los cuales la
mitad son hombres y la otra mitad mujeres y una distribución equilibrada
por grupos de edad (33% en promedio). Esta población es donde se
evidencia claramente la discriminación a través de la pobreza, pues
prácticamente 8 de cada 10 NNA indígenas eran pobres en 2014 (78.6%).
Otros ámbitos en donde se ve reflejada la situación de vulneración de
derechos a niñas, niños y adolescentes son:
•Violencia: En los últimos años, la violencia ha atacado a NNA con mayor
fuerza. De acuerdo al registro de homicidios del INEGI, en 2015 hubo 769
homicidios de NNA, de los cuáles 27% son mujeres y 73% son hombres.
El principal grupo de edad es de 12 a 17 años con 73.8%. El Registro
Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas indica que,
hasta el 31 de enero de 2016, existían 26,038 denuncias de personas entre
1 y 17 años reconocidas ya sea como desaparecidas o extraviadas. De
esta población, 5,237 están aún sin localizar y 135 se localizaron muertas
(PRONAPINNA, 2016).
•Participación de NNA: En México persiste una falta de cultura de
participación social de NNA y, por consiguiente, se carece de estadísticas
e indicadores para medir varias de sus dimensiones. La encuesta de
Fuentes, et.al, (2016) revela una buena opinión sobre participación, puesto
que 42.4% de las personas encuestadas consideran que la niñez tiene
este derecho como cualquiera, así como 84.1% cree que deben tomarse
en cuenta mucho o algo las opiniones de las y los adolescentes en las
decisiones familiares. Y, 68.1% considera que las personas adultas no
escuchan a NNA.
Por otro lado, hay escepticismo de este ejercicio, puesto que 33%
considera que las niñas, niños y 34.5% que las y los adolescentes quieren
tomar decisiones que no les corresponden y 15.5% opina que niñas y niños
no tienen la capacidad para participar, así como que las y los adolescentes
están desinteresados(as) en participar (25%) (PRONAPINNA, 2016).
La discriminación tiene un impacto específico en niñas, niños y
adolescentes. Por ser personas que se encuentran en desarrollo, la
negación de acceso a sus derechos afecta de manera grave y en mayor
medida que a las personas adultas.

 Niñas y mujeres adolescentes embarazadas excluidas de los espacios


educativos sin opciones para continuar con sus estudios.
 Niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situación de calle y
son institucionalizados y separados de sus núcleos familiares o
sociales.
 Mujeres y hombres adolescentes son estigmatizados y viven
detenciones injustificadas por su forma de vestir o apariencia física.
 Niñas, niños y adolescentes educados a golpes, socialmente es
permitido y aceptado bajo la idea de “hacerles un bien”.
 Hay falta de reconocimiento a niñas, niños y adolescentes transgénero.

La discriminación múltiple a la que se enfrentan niñas, niños y


adolescentes en México, ha sido poco cuestionada, debido a que los
prejuicios, estereotipos y estigmas, están naturalizados en nuestra
sociedad, así como institucionalizados, esto trae consigo la limitación de
sus derechos.

 Niñas y niños indígenas no son aceptados en la escuela por su origen


étnico y por su apariencia.
Por tal motivo es de vital importancia armonizar y aplicar las normas
jurídicas nacionales e internacionales e incidir en un cambio cultural
mediante la transformación de prácticas familiares, escolares,
institucionales, gubernamentales y sociales que reconozcan a niñas, niños
y adolescentes como sujetos plenos de derecho libres de discriminación.
Última modificación: Thursday, 28 de September de 2017, 17:10

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