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Ser Autodidacta
Ser Autodidacta
Sabías que el 70% de lo que conocemos lo aprendemos experimentalmente fuera de los centros
educativos formales?
1.- LEE
Lo ideal siempre es tener un ebook, un artículo, una página web, un blog, entre otros contenidos
en tu mano, no te limites a libros. Con el tiempo te darás cuenta de que un texto será tu mejor
compañía, nunca falta la fila de espera larga en la que tendrás la oportunidad de disfrutar de unas
líneas de lectura.
Leer mejora tu memoria, aumenta tu vocabulario, te mantiene actualizado y abre las posibilidades
de estudiar nuevas materias.
2.- INVESTIGA
Si en medio de tus lecturas encuentras un término o tema nuevo, no dudes en indagar y ampliar
una investigación hacia fuentes de información y autores que te ayuden a resolver dudas. Al
hacerlo, descubrirás temas que te podrían interesar y a medida que encuentres más información,
podrías volverte un experto en el tema.
3.- REFLEXIONA
Cada minuto se suben 300 horas de video a la plataforma de Youtube y en Internet se crean 571
nuevas páginas web. Es importante reconocer que no toda la información alimentará tu
conocimiento de una manera positiva, para no equivocarte, revisa la fuente y confirma en otros
espacios de la web la veracidad de esta información, poco a poco descubrirás fuentes académicas
confiables de gran relevancia.
5.- DISFRÚTATE
Es imprescindible conocerse a uno mismo a lo largo de este camino de aprendizaje. Disfruta cada
momento para que puedas descubrir tus materias favoritas, intereses y aficiones, para que de esta
manera puedas encaminar tu aprendizaje con mayor seguridad.
Desde una pequeña libreta hasta tu propio blog, puede ser el medio en el que compartas tus
nuevos descubrimientos, tomes apuntes, y reflexiones con otros usuarios tus ideas. De esta
manera recordarás lo aprendido y si en algún momento deseas volver a revisar la información, la
tendrás a la mano.
9.- EXPERIMENTA
¿Aprendiste a programar, una nueva técnica de dibujo, redacción o cocina? ¡Experimenta! Bien lo
dijo Benjamin Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. La
mejor manera de aprender es practicando; las actividades te ayudarán a comprobar la teoría, a
desarrollar nuevas habilidades y a recordar lo aprendido.
10.- DISCIPLÍNATE
Una vez que experimentes el mundo del aprendizaje informal, notarás que no tienes un
compromiso por presentar tareas a un tutor o sacar calificaciones para demostrar lo aprendido.
Llegarás a la conclusión de que ser autodidacta es un compromiso personal. Si tienes una meta, es
importante que te plantees objetivos que te lleven a ella, como: horarios de estudio, generación
de proyectos para poner en práctica lo aprendido o aprender un nuevo tema después de acabar
uno.
Para alimentar esas ansias por conocer temas nuevos, te recomendamos visitar la plataforma
Miriadax, este es un espacio con cursos gratuitos con una gran parrilla para que elijas qué te
gustaría aprender.
Si cumples con estos diez pasos, podrás observar cómo aprender se convierte en un hábito de tu
vida y te encantará notar que cumples metas para cumplir compromisos contigo mismo. ¡Anímate
y conviértete en un autodidacta!
¿Cuántas veces hemos querido aprender algo por nuestra propia cuenta? Ya sea hablar un idioma,
tocar un instrumento, dibujar o practicar un deporte hay muchas cosas que se pueden aprender a
nuestro ritmo e interés.
El problema es que, a veces, no nos atrevemos a empezar o, una vez que hemos dado el primer
paso, no somos constantes y lo que parecía un gran proyecto de aprendizaje se convierte en otra
cosa que no llegamos nunca a acabar.
Por este motivo hoy vamos a ver algunos consejos e ideas clave para aprender de manera
autodidacta eficaz, iniciando con una buena motivación y siendo conscientes de que para
conseguir nuestros propósitos debemos poner el máximo empeño.
En esta vida hay muchas cosas que se pueden aprender acudiendo a la educación formal y reglada
(escuela, universidad, academias...), pero son muchas más las cosas que se pueden aprender de
forma autodidacta. Lo que se necesita es saber cómo enfocar el proceso de aprendizaje sin caer en
la procrastinación y el abandono. Para ello, son útiles los siguientes consejos.
1. No temer a lo nuevo
Si bien con el paso de los siglos hemos superado esta creencia de que lo desconocido es
necesariamente malo, el aprendizaje no está exento de temores iniciales, especialmente a cosas
que pongan en conflicto creencias que se tenían muy bien asentadas.
Si queremos aprender senderismo, no debemos temerle al ir a la montaña y probar por nosotros
mismos. Es posible que temamos a que nos vaya a pasar algo, pero si no lo comprobamos, ¿cómo
sabremos realmente si había algo que temer?
El primer paso para empezar a aprender algo de forma autodidacta es documentándose sobre lo
que queremos llegar a dominar. Hacer una lectura de iniciación es siempre fundamental, dado que
nos permite ver, a simple vista, cómo de extenso es aquello que deseamos aprender.
A modo de lluvia de ideas se puede buscar en Internet poniendo la frase “cómo aprender...”, “qué
es la ...”, “cómo empezar a tocar/jugar/hablar...”
De esta forma nos familiarizaremos con los nombres de expertos en la materia, veremos los
nombres de páginas web o libros que se consideran útiles para lo que queremos aprender, y
sabremos de otros recursos útiles por los que empezar.
Una vez hecha la primera lectura inicial, debemos seleccionar aquello que sea mejor para
aprender el tema deseado. Es muy importante que el proceso autodidacta empieza con buen pie,
priorizando la calidad frente a la cantidad.
Podemos buscar en Internet poniendo “Cuáles son los mejores libros sobre...”, “Los mejores
blogs…”
También se puede recurrir a tutoriales de YouTube de personas que tengan muchos seguidores o
que sean expertos en el tema.
Muchas personas tienen miedo a equivocarse por el hecho de que, en muchas ocasiones, en la
educación más clásica, se ha sugerido que el error es sinónimo de fracaso.
Aprender de forma autodidacta nos permite ver que nadie es perfecto, que cada persona aprende
a su manera y que podemos cometer errores, de los cuales siempre aprenderemos algo
provechoso.
Equivocarse varias veces no debe ser visto como un motivo de frustración, sino como una
oportunidad para reflexionar por qué hemos cometido esos fallos, ver si son comunes y entender
por qué algo es diferente a cómo creíamos que era.
La palabra disciplina puede sonar un tanto fuerte e, incluso, vista como algo negativo. En muchas
ocasiones, y sobre todo cuando se habla del proceso de aprendizaje, disciplina es entendido como
sinónimo de castigo o penalización.
Si queremos ser buenos autodidactas, no cabe duda que debemos ser constantes, y para ello
necesitamos disciplina, pero entendida más como un rasgo personal que no como una acción
penalizadora.
6. Compartir lo aprendido
Dominar una materia no se hace leyendo como un poseso cientos de manuales sin tomar contacto
con otras personas. Es la interacción con otros seres humanos lo que nos permite asentar nuestros
conocimientos. Por ejemplo, discutiendo nuestras dudas podremos expandir nuestros
conocimientos y, a la vez, podremos explicar lo que ya sabemos para debatirlo, fomentando un
contexto que siempre resultará beneficioso para todos los participantes.
Este consejo se hace especialmente útil en el aprendizaje de idiomas. Está claro que aprenderse
las reglas gramaticales es algo útil para entender cómo está estructurado el idioma, pero sin
compartir lo que sabemos conversando en esa lengua con otras personas, difícilmente podremos
avanzar y saber qué errores cometemos.
7. No limitarse a una sola fuente de información
Si bien es apropiado ir empezando por una sola fuente de información, para tener un primer
contacto con aquello sobre lo que queremos dominar, nunca debemos conformarnos con recurrir
a un único punto de referencia. Es posible que encontremos un cursillo online gratuito que sea
bastante completo, pero esto no quiere decir que tenga toda la información que nos interesa.
El espíritu del autodidacta se caracteriza por nunca conformarse con lo que ya ha aprendido:
siempre quiere más. Incluso los expertos están constantemente buscando nueva información,
nuevos artículos, libros y blogs.
Está muy extendida la idea de que la inteligencia y el talento vienen de forma innata y, por lo
tanto, no es posible cambiarlos. Realmente, esto no es del todo cierto, dado que un importante
factor en la mejora de nuestras habilidades es el esfuerzo y la creación de hábitos que favorezcan
el aprendizaje y no dejen que nuestras energías sean malgastadas.
Es posible que queramos aprender a pintar y veamos que hay gente que en unos pocos intentos ya
son capaces de hacer bodegones, mientras que nosotros todavía nos encontramos en lo más
básico.Esto no quiere decir que nunca vayamos a pintar bien, lo que pasa es que necesitamos
dedicarle más tiempo. Con esfuerzo todo es posible, el éxito es algo que tarde o temprano acabará
viniendo.
9. Descartar lo trivial
Está bien tratar de saber lo máximo sobre un tema o ver muchos tutoriales en donde se nos
enseñe varias formas de hacer una misma cosa, ya sea pintar, tocar una canción con la guitarra o
aprender un idioma, pero debemos saber descartar lo trivial.
Nos encontraremos con muchas cosas que ya las habremos visto con anterioridad, y otras que,
realmente, no necesitamos conocer. Dedicar tiempo a cosas innecesarias nos hará perder el
tiempo y hará que parezca que el camino a la meta sea algo titánico.
Pero esto se debe hacer con cuidado. Si somos principiantes, es mejor no arriesgarse y tratar de
absorber como esponjas toda la información y consejos útiles de expertos en la temática que nos
interesa. Así podremos disponer de un buen bagaje al inicio.
Medir el avance es algo extremadamente necesario para asegurarse de que vamos por buen
camino. Suele pasar que, por muchas ganas que tengamos, al no apuntar qué nuevos logros
hemos conseguido, nos quedamos estancados y, a la larga, nos frustramos.
Si bien hay recursos autodidactas que te facilitan el apuntar qué has conseguido, especialmente
aplicaciones de idiomas que te indican qué lecciones has hecho y cuáles no, en otras situaciones
eres tú el responsable de apuntarte todo lo que ya has visto.
Es muy recomendable apuntar en un diario o agenda lo que se ha ido dando, tener un registro más
o menos meticuloso de cómo ha ido la sesión y, si se puede, plantearse objetivos semanales.
Ponerse a aprender por cuenta propia se puede hacer de múltiples maneras, y es esta la principal
ventaja de aprender de forma autodidacta. El problema está en saber elegir la forma más
apropiada para ello.
Los video cursos son perfectos para habilidades relacionadas con la música o los idiomas. También
son útiles para aprender a manejar un programa, dibujar.
Los artículos escritos, tanto en blogs como en páginas especializadas, y otros recursos pueden
tocar varias temáticas y ser muy útiles para profundizar en ellos. Una buena forma de saber si un
artículo es bueno para aprender algo es que tenga como mínimo cerca de 1.500 palabras, y las
acompañe con imágenes.
Si eres de los que prefieren el formato físico antes que la pantalla del ordenador, es muy buena
idea comprar un libro especializado. Los hay de todo tipo, pero son especialmente útiles aquellos
que tienen ejercicios resueltos para comprender lo que se trata de aprender.
También están los audios, que son ideales para aquellas personas que tienen poco tiempo para
colocarse delante de una pantalla de ordenador o en una mesa y leer. Se pueden escuchar
mientras se está en el transporte público o haciendo ejercicio.
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No siempre disponemos de todo el tiempo libre que deseáramos, es por este motivo que, para
dedicarnos al estudio de algo que nos interesa, necesitamos definir nuestro momento y lugar de
estudio
Esto debe hacerse de forma muy reflexionada. Nos interesa escoger un momento del día en el que
no tengamos distracciones y que el lugar donde vayamos a estudiar sea un buen entorno de
aprendizaje. Si somos de los que nos cuesta empezar o que nos da la sensación de que esta nueva
afición nos quita tiempo para otras prioridades, podemos empezar de forma muy suave,
dedicándole solamente una hora a la semana.
Una vez veamos que una hora semanal es algo que podemos sobrellevar, podemos incrementar
en número de sesiones y su duración hasta que nuestro momento de estudio se haya convertido
en un hábito para el que siempre tenemos ganas y tiempo.
Por último, y como algo que parece bastante obvio, se debe cumplir la idea de que la práctica hace
al maestro.
Sin práctica nunca aprenderemos lo que queremos dominar. Debemos ser pacientes y constantes,
y siendo conscientes de que con esfuerzo, tiempo y ganas un día habremos alcanzado nuestro
objetivo.
Por último, vamos a comentar tres hábitos a evitar para asegurarse de que el proceso autodidacta
fluye de la mejor forma.
1. Repetir errores
Cómo ya hemos visto, no se debe tener miedo a equivocarse, siempre y cuando se vea esto como
una oportunidad para entender qué hemos hecho mal y cómo podemos mejorarlo. Lo que no se
debe hacer es presuponer que el cometer ese mismo error una y otra vez es algo inevitable, y no
dedicar ningún tipo de energía a evitar.
Esto es lo que llamaríamos un vicio, algo que hacemos por inercia y que, pese a que sabemos que
no está bien, seguimos haciéndolo una y otra vez confiando en que todo lo bueno que hacemos lo
compense.
Puede ser cierto que hagamos el resto de cosas tan bien que el vicio no suponga un gran
problema, pero puede ser que no sea así. Se hace necesario tratar de ponerle solución, porque
quizás el no solucionarlo determine la calidad del resto de aprendizajes.
2. Ser desorganizado
En un mundo en que las demandas sociales son muchas, el desorden no ayuda. Si queremos
dedicarnos a aprender algo por nuestra propia cuenta, para asegurarnos de que lo logramos
debemos coger al toro por los cuernos y establecer un orden.
El no registrar el progreso, el tener distracciones cerca, el tener la mesa llena de papeles… son
factores que entorpecen el aprendizaje autodidacta. Aprender se vuelve algo caótico que está
condenado al fracaso.
3. Perder constancia
Sin constancia, no hay aprendizaje. Así de sencillo. No podemos ponernos a aprender cuando nos
dé la gana porque, de hacerlo, entre sesión y sesión, el tiempo será demasiado largo como para
poder asentar bien los nuevos aprendizajes.
Un autodidacta es aquella persona que logra aprender a dominar una habilidad o una materia sin
la necesidad de una institución o educación formal. Un autodidacta es alguien que busca el
conocimiento de forma crítica y voluntaria.
El autodidactismo es, por definición, el proceso informal, privado y voluntario durante el cual el
autodidacta reúne, procesa, absorbe y utiliza nuevos conocimientos de distintas fuentes.
Ser autodidacta no es una tarea fácil. Autodidacta significa que ser una persona que requiere de
tiempo, paciencia y sobre todo de voluntad para querer aprender por sí mismo.
Estamos en una época de la vida donde conseguir trabajo por falta de experiencia no es nada fácil
o querer estudiar pero no tener los recursos se vuelve más complicado aún; es aquí donde se debe
tener toda la disposición y aprender por medio de mecanismos propios y necesarios para sacar las
capacidades intelectuales que se adquieren a través de este autoaprendizaje.
Un autodidacta, siempre tiene mucha iniciativa y constancia, se apoya en medios digitales, libros
de texto o asiste a conferencias, con la intención de aprender cada vez más y no conformarse con
lo que aprende. Siempre va a ser importante apoyarse en personas que tengan experiencia en el
campo y seleccionar el mejor material posible para aprender el tema. Este es uno de los factores
que considera el ensayo sobre estrategias de aprendizaje autodidacta de la revista Pedagogía
Universitaria.
No todos tenemos la capacidad de ser auto reflexivos y pensamos ¿Podemos ser todos
autodidactas?
Como se mencionó al principio del texto, ser autodidacta no es tarea fácil, es decir, no es para
todos. No todas las personas disponen de iniciativa o interés para su autoaprendizaje. Muchos
prefieren tomar clases y recibir ayuda de terceros, con la idea de aprender y además recibir algo a
cambio por ese aprendizaje obtenido; el autodidacta se alimenta de conocimiento e información
sin obtener reconocimiento alguno.
Siempre tenemos dudas, expectativas o emociones al querer intentar algo nuevo. Para eso, una
estrategia es trazar un plan de estudio autodidacta:
Buscar experimentar
En el siguiente video Freddy Vega te explica en detalle cómo lo puedes lograr:
Para el autodidacta, auto aprender es una manera de superarse intelectualmente, ya que se llenan
de conocimiento, todo les resulta más fácil y pueden resolver problemas por sí mismos, si ven
algún problema, intentan resolverlo con ayuda de foros u otros autodidactas que tenga los
mismos intereses que este.
Ser autodidacta es un gran desafío y depende de cada uno de nosotros el esfuerzo que queramos
ponerle, estamos en una era donde tenemos todos los recursos para aprender y acceder a todo lo
que necesitamos, también puede llegar a ser divertido si nos gusta aprender, lo que realmente
amamos.
Es el mejor consejo que te puedo dar si es la primera vez que vas a aprender algo o si vas por algo
más avanzado. Aprender algo nuevo puede ser estresante y esto causa ansiedad. Por eso
procrastinamos, pues nuestro cerebro intenta evitar esta sensación y distraerse con algo
diferente.
No te llenes de información en un solo día, esto puede ser ineficiente y resultar en un aprendizaje
no duradero. Asegúrate de descansar después de cada jornada de aprendizaje, hacer ejercicio y
participar en actividades sociales para producir nuevas neuronas.
Cuando has creado suficientes fragmentos de un solo tema puedes entrelazarlos para crear
relaciones. Esto puede hacer el proceso de aprendizaje un poco más complejo pero va más allá de
simplemente memorizar algo y te lleva al punto de poder usar lo que aprendiste de manera
independiente.
4. Resuelve tu mismo
No generes una ilusión de competencia por el simple hecho de haber visto como se hacen las
cosas. Luego de ver cómo se resuelve un problema intenta hacer un ejercicio que te permita
evaluar si realmente aprendiste.
Aprender se vuelve más fácil a medida que avanzas, a pesar de que los conceptos se tornen más
complejos. El simple hecho de saber esto te ayudará a continuar 😉. Tal vez te sientas abrumado
por tener muchas cosas que hacer. Si es así, aquí tienes 10 consejos para trabajar y estudiar sin
enloquecer en el proceso.
Esto sirve más que volver a leer (ver un video, escuchar o tomar una clase), y te va a ayudar a ser
más efectivo a la hora de tomar un examen.
Te ayudan a entender mucho mejor lo que estás aprendiendo. Eso si, no intentes trabajar en un
ejercicio práctico sin haber entendido antes el concepto.
Lista de tareas: si haces tu lista el día anterior después estos pendientes no ocuparán espacio en tu
memoria.
Afianza hábitos
Te permite aprender más rápido, pues tus errores muchas veces son más fáciles de identificar por
otros
Te ayuda a entender mejor lo que has aprendido si participas en discusiones. Explicarle a alguien
más significa que tú entendiste.
Conclusión
Ser una persona autodidacta tiene diferentes ventajas si quieres desarrollar ciertas habilidades
que en otros espacios sería imposible lograr. Los procesos de aprendizaje no son igual para cada
individuo, por eso, ser autodidacta es la manera de medir y entender cuál es tu mejor forma de
aprender conocimientos.
30 JULIO 2015
Tanto la inmensa oferta de cursos online disponible como un sistema académico que pretende
que sea el estudiante quien elabore su propio proceso de aprendizaje, hacen que cada vez se
tenga más oportunidad de ser autodidacta. Aunque para hacerse con este título no basta con
empezar un curso o leer cantidad de libros de historia, sino que como señala el portal
Profesionistas, se debe cumplir con una serie de principios que hacen a una persona autodidacta.
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La curiosidad es una de las características que define a las personas autodidactas. Para ellos no es
suficiente con hacer un curso sobre un determinado tema, ellos quieren saberlo todo al respecto
por lo que dedican tiempo a indagar entre diversos materiales, consultan con especialistas, leen
libros sobre la temática, etc.
Aunque las personas autodidactas prefieren adquirir sus conocimientos de manera informal,
saben que para tener un mejor proceso de aprendizaje es útil debatir o consultar con personas
que conozcan acerca del tema. Por esta razón, se dice que un buen autodidacta sabe cuándo ser
aprendiz y cuando maestro.
La realidad es que en cualquier curso o clase de universidad habrá lecciones o materias que todos
sabemos no te serán de gran utilidad en el futuro. Un autodidacta tiene claro cuándo está ante
una de estas situaciones, por lo que no duda en descartar estos contenidos triviales que sólo le
harán perder el tiempo, para dedicarse a aprender cosas más relevantes.
Las personas autodidactas creen que si un avance no es mediable, entonces es difícil continuar
mejorándolo. Por esta razón, estas personas no dudan en hacer pruebas o test luego de adquirir
un nuevo conocimiento. Los resultados de éstas les dan los parámetros para saber si van por buen
camino o si necesitan implementar una serie de modificaciones.
Abierto el periodo de matrícula para los 88 cursos de la Escuela Complutense de Verano 2021
efinición de Autodidacta
Es alumno y maestro
Otro punto importante a destacar es que el mismo se busca toda la información y documentación
para efectivizar su aprendizaje. Suele recurrir a libros de texto, técnicos, búsqueda por internet,
observación directa, asistencia a conferencias o cualquier otro método, sistema, que crea que le
será favorable para su cometido.
Ahora bien, debemos destacar que ser autodidacta no es para todos, no todo el mundo dispone de
la iniciativa ni de la capacidad de promoverse su propio aprendizaje y sin contar con la ayuda de
nadie.
Hay que disponer de tiempo para hacerlo y por supuesto también ser constante. La gente que no
disponga de estas condiciones importantes verá complicada la cuestión.
Antiguamente, era muy corriente encontrarse con autodidactas, incluso muchos grandes
intelectuales, políticos, y científicos de la historia fueron autodidactas. Esto no es tan habitual hoy
porque la educación básica y luego la universitaria están híper instaladas como la manera a través
de la cual una persona se asegura de manera conforme la instrucción para luego de la misma, y
con la obtención de un título, poder dedicarse a aquello que se haya estudiado.
En qué consiste el auto aprendizaje
En tanto, a la forma de aprender por uno mismo se la conoce como auto aprendizaje. El auto
aprendizaje básicamente consiste en la búsqueda individual de la información y asimismo la
realización individual de los experimentos y prácticas que correspondan.
El auto aprendizaje de alguna manera es algo que se encuentra en casi todos los organismos vivos
de manera innata y que sale a la luz generalmente a instancias del juego. Si bien no se lo tiene
presente o en cuenta en el preciso momento del juego, el jugar implica la aprehensión de nuevas
habilidades y el mejoramiento de aquellas que ya se poseen.
Casi siempre el auto aprendizaje comienza con el juego y luego, con el tiempo, se descubre que se
ha aprendido muchísimo de este modo, además de haberse divertido claro está.
Entre las principales ventajas que se le puede atribuir a esta forma de aprendizaje se cuentan las
siguientes: fomenta la curiosidad, la investigación, la autodisciplina, desarrollo de la capacidad
para resolver los problemas por sí mismo, permite dedicar más tiempo a las dificultades y
dedicarle menos tiempo a aquello que resulta ser más fácil, constructivo, contribuye a desarrollar
personalidades positivas.
Obviamente el costo del auto aprendizaje es prácticamente nulo y mucho menor que el que
acarrea el aprendizaje tradicional.
A instancias del proceso de enseñanza o del aleccionamiento acerca de cómo realizar tal o cual
actividad, el alumno será aquel individuo que recibe la información cualificada por parte del
maestro o de quien más sabe sobre la materia en cuestión, o sea, el alumno será aquel que
aprende, que recibe conocimientos por parte de otro, es el discípulo respecto del maestro.
En tanto y estrechamente vinculado con este concepto aparece el de estudio, tal como llamamos
al proceso a través del cual un alumno se pone frente a su maestro y se abr a la incorporación de
información y de conocimientos útiles en lo inherente a una temática o disciplina.
El aprendizaje puede ser formal, como ya decíamos, y en él se cumple con la meta de aprender un
programa de estudios que ofrece una institución educativa, o no formal cuando se efectúa por
ejemplo un taller o curso con la intención de incrementar el conocimiento sobre un tema.
Las personas a lo largo de toda nuestra vida estamos expuestas al proceso de aprendizaje, por
supuesto siempre en relación a la necesidad de seguir adquiriendo conocimientos para poder
desempeñar conforme la actividad que realiza.
Cabe destacarse que en el plano de la enseñanza formal, los alumnos, deberán someterse a un
proceso de evaluación por parte del maestro, quien tiene la obligación de someter a prueba los
conocimientos aprendidos por los estudiantes que alecciona para poder determinar si están en
condiciones o no de aprobar la materia en cuestión.
Tras la realización del examen el maestro decidirá la aprobación o no, y si el alumno desaprueba
deberá someterse nuevamente a una evaluación si es que quiere promocionar, aprobar, la materia
correspondiente.
El estudio es fundamental para el desarrollo de las personas, y por caso es que es importantísimo
que comience desde la infancia para poder ir preparando y desarrollando las habilidades de los
niños, las cuales, más tarde, lo favorecerán en una mejor integración y en la consecución de
oportunidades.
Para muchos, estudiar no es una actividad que causa placer, sino más bien lo contrario, sin
embargo, debemos inculcarles a los niños que más allá que nos resulte o no agradable, o divertida,
es una parte fundamental de la vida y la puerta hacia el progreso.
En este punto es importantísimo el rol que juga el maestro, porque él debe encontrar a través de
recursos y de estrategias el interés de sus alumnos en la materia que enseña.
Clases de alumnos
En lo que respecta a la enseñanza reglada de las escuelas e instituciones educativas es factible que
nos encontremos con diversos tipos de alumnos, entre ellos: alumno oficial (asiste a colegios,
institutos o universidades, entre otros, con obligatoriedad de cumplir con asistencia y aprobación
de trabajos y exámenes), alumno libre (estudia por fuera de la institución educativa y se presenta
para rendir exámenes), alumno oyente (tiene el permiso del decano o director para asistir a clase
en calidad de escucha, no participa de ninguna manera), alumno colegiado (estudia en un centro
educativo reconocido), alumno externo (solamente permanece en la escuela o institución en
cuestión el tiempo que dura la escolaridad, luego se retira), alumno interno (aquel que además de
estudiar vive en la escuela en las residencias estudiantiles), alumno mediopensionista (el alumno
que almuerza en la escuela) y alumno becario (alumno de goza de una beca para pagar sus
estudios).
Definición de Discípulo
DiscipuloAl pensar en el término discípulo viene a la mente el nombre y las enseñanzas de Jesús,
quien se dirigía a un grupo de seguidores para comunicarles sus ideas. Aquellos seguidores que
escuchaban atentamente las palabras de Jesús eran sus discípulos. La Biblia menciona
concretamente a doce discípulos ( también llamados apóstoles ). Su función no se limitaba a
aprender de Jesús, su maestro, sino que tenían el deber de difundir sus enseñanzas y debían imitar
su comportamiento.
El discípulo está convencido del valor y la verdad de las propuestas que defiende. Es fiel a sus ideas
y está comprometido con la doctrina que sigue. Por este motivo, considera que es su deber moral
trasmitir las enseñanzas que ha recibido.
El discípulo es una persona que quiere aprender y toma como referente intelectual y moral a
alguien al que le atribuye unos conocimientos y cualidades superiores. Normalmente el discípulo
admira a su maestro. La relación entre ambos puede transformarse y el alumno va ampliando sus
conocimientos hasta que supera a su maestro. Es un proceso lógico y bastante habitual en la
historia del pensamiento humano. Sócrates fue el maestro de Platón y los historiadores de la
filosofía consideran que el discípulo amplió y perfeccionó el ideario de su maestro. Y el proceso
continuó con Platón como maestro y la aparición de un discípulo aventajado, Aristóteles.
Aristóteles estudió en la academia de Platón durante muchos años y finalmente se desencantó,
creando así su
propia escuela filosófica ( el Liceo ). Y así podríamos seguir, ya que Aristóteles fue uno de los
maestros de Alejandro Magno.
Si el discípulo se desvía de la corriente intelectual del maestro hay una ruptura. Esta separación ha
sido muy frecuente en la historia de las religiones y se habla de herejía cuando hay una nueva
desviación en el ideario original.