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Si oramos y nos desafiamos sin desistir, con toda

seguridad seremos felices

«Aunque uno apuntara a la tierra y errase, o pudiera liar el firmamento;


aunque la marea dejara de subir y bajar, o el Sol saliera por el Poniente;
jamás podría ocurrir que las oraciones del practicante del Sutra del loto
quedaran sin respuesta».
Sobre la oración
Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 364.

¡Hola! ¡Hoy Vamos a estudiar juntos el Gosho!

Ejemplos para que los niños participen y asocien el gosho, se


puede hacer los mismo con los demás ejemplos del gosho (Aunque
uno apuntara a la tierra y errase, o pudiera liar el firmamento;
aunque la marea dejara de subir y bajar,):
El mes de julio es temporada de lluvia en muchas regiones.
Existen también otras leyes de la naturaleza como esta.

Por ejemplo, ¿ustedes saben por qué dirección se eleva el sol?

El sol se eleva del este y se sumerge en el oeste. Es por eso que,


«el sol saliera por el oeste» es algo imposible que suceda.

Punto primordial del gosho ¿Porqué Nichiren Daishonin pone


esos ejemplos?:
Primero, Nichiren Daishonin menciona, en este párrafo de gosho,
ejemplos de cosas imposibles que sucedan.

Dice que, aunque sucedan estos fenómenos, es imposible que las


oraciones del practicante del Sutra del loto quedaran sin
respuesta. Nos exhorta con firmeza que las oraciones de un
«practicante del Sutra del loto» sin falta serán respondidas.

¿Quién es un «practicante del Sutra del loto»? (con esta


definición podemos confirmar si los niños también se consideran
un practicante del Sutra del loto):

es una persona que lleva la práctica del budismo correctamente


por su felicidad y la comparte con todas las personas que la
rodean. En otras palabras, es una persona que no renuncia a la
felicidad y a la victoria personal y la de los demás.

¿Y cómo podemos asegurar que nuestras oraciones siempre


tengan respuesta?:

las oraciones de un «practicante del Sutra del loto» que


persevera en el desafío y esfuerzo diario, sin falta tienen
respuesta.

Por eso, Oremos en todo momento con el corazón de no dejarse


vencer, con la convicción de que tanto nosotros como los demás
poseemos «la vida del rey león», y estamos dotados de un
potencial infinito. Con la fe de no rendirse jamás, desafiémonos
hacia nuestros sueños y objetivos, atesorando y respetando a las
personas que nos rodean, alentándonos mutuamente.

Y el daimoku de «Nam-myoho-renge-kyo» sobrepasa cualquier


distancia y se impregna en todo el universo.

Un compromiso con el maestro en nuestras oraciones:


Ikeda Sensei nos dice: «Estoy orando con todas mis fuerzas por
su crecimiento y felicidad. Por ello, mi vida con la de ustedes
está conectada mediante el daimoku».

Comencemos cada día con una oración y convicción llena de coraje


por estar protegidos de la profunda oración de Sensei.

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