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INFLUENCIA DE LA ORGANIZACIÓN MILITAR EN LA ADMINISTRACIÓN

PRESENTADO POR
ALEXIS JULIAN ALEJO LAGUADO
(COD: 1252115)

UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
SAN JOSÉ DE CUCUTA
2021
La organización militar también influyó en el desarrollo de las teorías de la administración.
Hace 2500 años Sun Tzu, general y filosofo chino muy reconocido en la actualidad,
escribió un libro sobre el arte de la guerra, en que trata la preparación de los planes, de la
guerra efectiva, de la espada envainada, de las maniobras, de la variación de tácticas, del
ejército en marcha, del terreno, de las fortalezas y debilidades del enemigo, y de la
organización del ejército.
Las lecciones de Sun Tzu ganaron a versiones contemporáneas de muchos autores y
consultores. La organización lineal tiene sus orígenes en la organización militar de los
ejércitos de la antigüedad y de la época medieval.
El principio de unidad de mando, según el cual cada subordinado puede tener un superior,
es el núcleo de las organizaciones militares. La escala jerárquica (niveles jerárquicos de
modo, con grado de autoridad y de responsabilidad) es un elemento típico de la
organización militar, utilizado en otras organizaciones. Con el paso del tiempo, a medida
que aumentaba el volumen de operaciones militares, crecía también la necesidad de delegar
autoridad en los niveles más bajos de la organización militar.
Todavía en la época de Napoleón (1769-1821), cada general que dirige su ejército, cuida la
totalidad del campo de batalla. Con las guerras de mayor alcance, incluso de ámbito
continental, el comando de las operaciones exigió nuevos principios de organización,
planeación y control centralizados, paralelos a las operaciones descentralizadas. Es decir, se
pasó a la centralización del mando y a la descentralización de la ejecución. Otra
contribución de la organización militar es el principio de dirección, según el cual todo
soldado debe conocer perfectamente lo que se espera de él y lo que debe hacer. Ni siquiera
Napoleón Bonaparte, el general más autócrata de la historia militar, dio alguna orden sin
explicar su objetivo y verificar que se había comprendido correctamente pues estaba
convencido que la obediencia ciega jamás lleva a una ejecución inteligente.
El general Prusiano Karl von Clausewitz (1780-1831), es considerado el padre del
pensamiento estratégico. A comienzo del siglo XIX escribió un tratado sobre la guerra y
sus principios, y cómo administrar los ejércitos en periodos de batalla. Definió la guerra
como una continuación de la política por otros medios. La guerra siempre ha sido un juego.
Aunque cruel y destructora, un pecado, la guerra siempre constituyó una institución normal
de la sociedad humana y un instrumento racional de política.
Clausewitz consideraba que la disciplina era un requisito básico para una buena
organización. Para él, toda organización requiere una planeación cuidadosa en que las
decisiones deben ser científicas y no sólo intuitivas. El administrador debe aceptar la
incertidumbre y planear la manera para minimizar sus efectos.
La influencia del Ejército se revela también en el nacimiento de la Administración y del
régimen administrativo. Respecto de lo primero, se ha señalado cómo el triunfo de Augusto
tupuso la yuxtaposición a las antiguas magistraturas de un nuevo cuadro de hombres (los
del «partido» del emperador), que pueden ser designados con la denominación
aproximativa de «militares» y que, con misión al principio exclusivamente de índole fiscal,
fue el germen de la frondosa burocracia que acabó imponiéndose plenamente en el Bajo
Imperio.
En definitiva, el Estado, de oficio y a instancia de la Administración civil, pudiéramos
decir, subordina la Administración militar a la civil mediante una serie de restricciones,
separa a los órganos de una y otra (a lo que ha contribuido, según Emil Lunwic, el mismo
uso obligatorio del uniforme militar) y, en general, se declara incompatible la carrera
militar con toda profesión civil.
También en cuanto al modo de su actuación se diferencia la Administración militar de la
civil, si no esencialmente, al menos tuanlilativamente. Entendemos nosotros, con LÓPEZ
RODÓ, que la potestad discrecional no implica, como decía MERKL, la ejecución de una
norma superior, o al menos, no sólo esto ni de una manera principal, sino un criterio de
valoración, de oportunidad, en suma, de discreción, que nadie como la Administración,
perito del interés público, puede tener.
Sometida la Administración a la ley, quedan o quedarán (siempre) zonas más o menos
extensas adonde no llega el legislador o llega con dificultad, zonas en las cuales la
Administración actúa discrecionalmente. Pues bien, esta discrecionalidad, que de hecho es
consubstancial a la idea misma de Administración, está mucho más acentuada en la militar
que en la civil: parece como si ésta hubiera sido más dócil y se haya ido acercando cada vez
más a la jurisdicción. En cambio, la Administración militar es la auténtica plaza fuerte del
Régimen, es el «reducto irreductible» donde la discrecionalidad continúa teniendo un gran
campo de aplicación. De ello se hace eco nuestro Reglamento de lo Contencioso-
administrativo, es decir, que «corresponde señaladamente a la potestad discrecional las
cuestiones que... afecten a la organización del Ejército.»

BIBLIOGRAFÍA

 file:///C:/Users/Pezosaurio/Downloads/Dialnet-
LaAdministracionMilitar-2111839.pdf
 http://files.uladech.edu.pe/docente/32805306/ADMINISTRACION_
I/Sesion_2/Contenido_Sesi%C3%B3n_2.pdf
 https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2111839.pdf

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