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Agüero Jorge, Sobrepeso, Educación y Salud Preventiva en El Sector Rural - SEPIA XVI
Agüero Jorge, Sobrepeso, Educación y Salud Preventiva en El Sector Rural - SEPIA XVI
INTRODUCCIÓN
En los últimos veinticinco años, se aprecia una enorme mejoría en los nive-
les de salud del sector rural, especialmente en salud materno-infantil. Por
ejemplo, la tasa de mortalidad infantil, que en 1991 era de 90 por mil naci-
dos vivos, bajó a 25 en el 2012. Esta reducción es aún mayor si se compara
con 1985, cuando la tasa era de 106 por mil. Una parte importante de esta
mejora se ha logrado a través de una mayor inversión en prevención. Se ha
incrementado tanto el conocimiento (ahora casi universal), así como el uso
de métodos anticonceptivos (74% en el 2012), lo que ha llevado a una reduc-
ción en la tasa de fertilidad de 6,2 en 1991 a 3,5 en el 2012. Si en 1991 más
de la mitad de los embarazos no tenía ni una sola visita prenatal, hoy solo 3%
carece de ello. Además, mientras que en sus primeros cinco años, menos del
50% de niños, en 1991, había sido vacunado, este porcentaje subió a más del
70% en el 2012. Finalmente, en tanto que un recién nacido era amamantado
exclusivamente por dos meses a comienzos de los noventa, hoy lo es por más
de cinco meses1.
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Jorge Agüero
Figura 1
Evolución de los indicadores de peso para la talla: mujeres rurales
Nota: Cada línea representa el valor promedio del indicador. Un IMC igual o mayor a 25 es definido
como sobrepeso y por encima de 30 es considerado como obesidad. Elaboración propia en base a las
ENDES. Ver texto para más detalles.
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
577
Jorge Agüero
578
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
De acuerdoDe conacuerdo
la Organización Mundial deMundial
con la Organización la Salud,deeste índiceeste
la Salud, provee información
índice provee sobre
peso (IMC<18,5), sobrepeso (IMC>25) y obesidad (IMC>30). Un
información sobre bajo peso (IMC<18,5), sobrepeso (IMC>25) y obesidadpeso normal (para la talla
aquel que tiene un IMC
(IMC>30). Unpor encima
peso normalde(para
18,5laytalla)
menor es aaquel
25. Nótese
que tieneque
un siIMC
bienporestos
en- cortes pue
cima de 18,5 y menor a 25. Nótese que si bien estos cortes pueden variar
variar para las poblaciones altoandinas, es ya estándar utilizarlos para medir sobrepeso y obes para
a través dellas poblaciones
IMC, inclusivealtoandinas, es ya estándar
por el Ministerio de Saludutilizarlos para medir2012)
del Perú (MINSA sobrepeso
4
.
y obesidad, a través del IMC, inclusive por el Ministerio de Salud del Perú
El uso (MINSA
del IMC 2012)
como4. indicador central de nuestro análisis nos permite utilizar trece de
dieciséis ENDES disponibles en el Perú, pues en las encuestas de 1985-86, 2004 y 2006 n
El uso del IMC como indicador central de nuestro análisis nos permite utili-
incluyó información de talla ni de peso de la mujer. Por lo tanto, la muestra final contiene 59
zar trece de las dieciséis ENDES disponibles en el Perú, pues en las encuestas
observaciones e incluye
de 1985-86, a todas
2004 y 2006lasno mujeres
se incluyóeninformación
edad fértildequetallavivían en el
ni de peso ámbito rura
de la
5
momento de la encuesta
mujer. y que
Por lo tanto, fueronfinal
la muestra encuestadas
contiene 59 en585
losobservaciones
años mencionadose incluyehasta el 2
Debido a que la ENDES no es una encuesta longitudinal, utilizamos un análisis de cohort
partir del año de nacimiento de la mujer (Deaton, 1997), lo que permite estimar la evolución e
tiempo de los IMC para cada grupo. Esta metodología se describe en la siguiente sección.
4 O’Neill 2015 es un ejemplo reciente de los posibles sesgos de utilizar el IMC
para medir obesidad. Según este estudio, el corte de IMC≥30 para obesidad puede estar
2.2 Modelo econométrico
subestimando la tasa en mujeres en los EE.UU. y se propone el uso de un corte de 27,5. Un
mejor estimador, según O’Neill, sería la medición de la cintura, pero esta no se encuentra
La siguiente ecuación
disponible representa
en las ENDES. la base para la descomposición de la trayectoria de las med
de peso para la talla por cohortes:
Hijt=+tEDADt+jANj+t(EDADt*ANj)+Xijt+eijt (2)
579
donde Hijt es el indicador de salud de la mujer i nacida en el año j y medido cuando ella ten
aquel que tiene un IMC por encima de 18,5 y menor a 25. Nótese que si bien estos cortes pueden
variar para las poblaciones altoandinas, es ya estándar utilizarlos para medir sobrepeso y obesidad,
Jorge
a través IMC, inclusive por el Ministerio de Salud del Perú (MINSA 2012)4.
del Agüero
El uso del IMC como indicador central de nuestro análisis nos permite utilizar trece de las
a todas
dieciséis ENDESlas mujeres
disponiblesen enedad fértil pues
el Perú, que vivían en el ámbito
en las encuestas rural al 2004
de 1985-86, momento
y 2006 no se
incluyódeinformación
la encuestade
5
ytalla
quenifueron
de pesoencuestadas
de la mujer. en
Porlos años mencionados
lo tanto, la muestra finalhasta el 59 585
contiene
2012. Debido a que la ENDES no es una encuesta longitudinal, utilizamos
observaciones e incluye a todas las mujeres en edad fértil que vivían en el ámbito rural al
momentoun análisis de cohortes
de la encuesta 5
y que a partir
fuerondel año de nacimiento
encuestadas en los añosdemencionados
la mujer (Deaton,
hasta el 2012.
1997), lo que permite estimar la evolución en el tiempo
Debido a que la ENDES no es una encuesta longitudinal, utilizamos un de los IMC para de
análisis cada
cohortes a
grupo. Esta metodología se describe en la siguiente sección.
partir del año de nacimiento de la mujer (Deaton, 1997), lo que permite estimar la evolución en el
tiempo de los IMC para cada grupo. Esta metodología se describe en la siguiente sección.
1.2. MODELO ECONOMÉTRICO
2.2 Modelo econométrico
La siguiente
La siguiente ecuaciónecuación representa
representa la base
la base para para la descomposición
la descomposición de la trayec-
de la trayectoria de las medidas
toria de las medidas de peso
de peso para la talla por cohortes: para la talla por cohortes:
Hijt=+tEDADt+jANj+t(EDADt*ANj)+Xijt+eijt (2)
donde Hijt es el indicador de salud de la mujer i nacida en el año j y medido cuando ella tenía t
donde Hijt es
años. Este trabajo
el indicador de salud de la mujer i nacida en el año j y medido
utiliza tres indicadores de salud: el IMC propiamente, la probabilidad de tener
cuando ella tenía t años. Este trabajo utiliza tres indicadores de salud: el IMC
sobrepeso (IMC≥25) y la probabilidad de ser obesa (IMC≥30). La ecuación (2) descompone la
propiamente, la probabilidad de tener sobrepeso (IMC≥25) y la probabilidad
evolución de H en tres efectos. El primero viene dado por la edad de la mujer (variable EDAD).
de ser obesa (IMC≥30). La ecuación (2) descompone la evolución de H en
4
tres efectos. El primero viene dado por la edad de la mujer (variable EDAD).
O’Neill 2015 es un ejemplo reciente de los posibles sesgos de utilizar el IMC para medir obesidad. Según
Así, q mide el efecto sobre H asociado a tener la edad t. El segundo efecto,
este estudio, elt corte de IMC≥30 para obesidad puede estar subestimando la tasa en mujeres en los EE.UU.
p j, captura
y se propone la relación
el uso de un corte dede27,5.
la cohorte,
Un mejorque en estesegún
estimador, reporte se mide
O’Neill, por
sería la el añode
medición dela cintura,
nacimiento
pero esta (AN).
no se encuentra disponible en las ENDES.
5
Las conclusiones no varían si se usa la muestra de las que nacieron en una zona rural en lugar de las que
residenComo
allí al momento de la encuesta.
las cohortes son observadas a lo largo de varios años es posible estimar
la evolución específica de H, para cada cohorte, en el tiempo. Este es el tercer
factor y viene dado por gt. La ecuación (2) incluye una serie de variables de 4
control identificadas por el vector X ijt (por ejemplo educación, estado civil
y número de hijos nacidos vivos). Finalmente, los errores estándar son esti-
mados de forma robusta para cualquier forma de heterocedasticidad y por
conglomerados según el año de nacimiento (36 conglomerados).
5 Las conclusiones no varían si se usa la muestra de las que nacieron en una zona
rural en lugar de las que residen allí al momento de la encuesta.
580
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
1.3. RESULTADOS
Antes de mostrar los resultados de la estimación de los parámetros de la ecua-
ción (2), conviene describir la intuición detrás de esta descomposición de la
evolución de los indicadores de peso para la talla. Para ellos simplificamos el
análisis de cohortes de la regresión y definimos una cohorte por el quinque-
nio de nacimiento. Así, la primera cohorte que podemos identificar (observa-
da en más de tres encuestas según la Tabla 1) es la nacida entre los años 1950
y 1954 y la última corresponde a aquellas mujeres nacidas entre 1990 y 1995.
Para cada una de estas cohortes se puede calcular el IMC promedio y cómo
este varía en las diferentes ENDES. Esta evolución se presenta en la Figura 2,
donde las líneas representan la evolución de sendas cohortes.
Se pueden identificar por lo menos tres patrones claros en esta gráfica. Prime-
ro, en todas las cohortes, el IMC promedio aumenta con la edad. Por ejem-
plo, cuando las integrantes de la cohorte nacida entre 1950 y 1954 tenían
treinta y seis años su IMC era poco menor a 24 pero sube a 25,5 trece años
después y cruza así el umbral de sobrepeso. Segundo, este aumento con la
edad parece ser más acelerado en las cohorte más jóvenes: las líneas de la Fi-
gura 2 sugieren una pendiente que aumenta con el año de nacimiento de las
cohortes. Tercero, para la misma edad las nuevas cohortes tienen un mayor
IMC que las anteriores. Si a los treinta años, las nacidas entre 1960 y 1964
tenían un IMC promedio poco mayor a 24, sus pares nacidas entre 1970 y
1974 muestran, a esa misma edad, un IMC por encima de 25, lo cual las
clasifica como con sobrepeso. Más aún, aquellas nacidas entre 1980 y 1984,
también a los treinta años, mostraban un IMC de 26. Es decir, si usamos
la línea de corte de sobrepeso (IMC≥25) se aprecia que cada nueva cohorte
cruza ese umbral a una edad más temprana. Es importante notar que los
resultados de la Figura 2 implican que la ubicación de la línea de corte para
obesidad y sobrepeso no afecta las conclusiones, pues el incremento del IMC
en el tiempo para todas las cohortes es monotónico.
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Jorge Agüero
Tabla 1
Distribución de la muestra por cohorte y encuesta
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
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Jorge Agüero
Figura 2
Tendencia en el Índice de masa corporal de mujeres por cohorte y edad
Nota: Cada línea es estimada a partir de un polinomio local con respecto a la edad de la mujer en la
cada encuesta. Un IMC igual o mayor a 25 es definido como sobrepeso. Elaboración propia en base a
las ENDES. Ver texto para más detalles.
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
Figura 3
Tendencia en la proporción de mujeres con sobrepeso por cohorte y edad
Nota: Cada línea es estimada a partir de un polinomio local con respecto a la edad de la mujer en la cada
encuesta. Elaboración propia en base a las ENDES. Ver texto para más detalles.
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Jorge Agüero
Figura 4
Tendencia en la proporción de mujeres con obesidad por cohorte y edad
Nota: Cada línea es estimada a partir de un polinomio local con respecto a la edad de la mujer en la cada
encuesta. Elaboración propia en base a las ENDES. Ver texto para más detalles.
Los resultados de estimar la ecuación (2) para cada uno de los tres indica-
dores de peso para la talla se presentan en las Figuras 5-7. Nótese que por
la enorme cantidad de parámetros a estimar –34 para los efectos de edad y
32 para cada conjunto de estimadores por cohorte– preferimos realizar una
presentación gráfica en lugar de tablas. La Figura 5 muestra el efecto de cada
componente para el caso del IMC. El primer panel (izquierda) indica que hay
efectivamente un efecto por edad en todas las cohortes: cada año adicional
está asociado con un aumento en el IMC. Así, una mujer de cuarenta años
tiene en promedio 3 puntos de IMC más que una mujer con similares carac-
terísticas pero de 20 años. Este efecto es grande: es el doble del incremento
en el IMC entre 1991 y 2012 en el todo el sector rural.
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
6 Este cálculo no toma en cuenta el efecto natural de la edad, por lo que los núme-
ros serían aun mayores para ambas.
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Figura 5
Efectos sobre IMC por cohorte, edad y tendencia por cohorte: mujeres
Nota: En cada panel, las líneas muestran los coeficientes de la ecuación 2. El intervalo de confianza
robusto y por conglomerados por año de nacimiento (36 conglomerados) al 95% se muestra en el
área gris. La regresión incluye efectos fijos por estado civil, número de hijos nacidos vivos y años de
educación. Elaboración propia en base a las ENDES descritas en el texto.
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
Figura 6
Efecto sobre probabilidad de sobrepeso por cohorte, edad y tendencia por cohorte:
mujeres
Nota: En cada panel, las líneas muestran los coeficientes de la ecuación 2. El intervalo de confianza
robusto y por conglomerados por año de nacimiento (36 conglomerados) al 95% se muestra en el
área gris. La regresión incluye efectos fijos por estado civil, número de hijos nacidos vivos y años de
educación. Elaboración propia en base a las ENDES descritas en el texto.
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Jorge Agüero
Figura 7
Efecto sobre probabilidad de obesidad por cohorte, edad y tendencia por cohorte:
mujeres
Nota: En cada panel, las líneas muestran los coeficientes de la ecuación 2. El intervalo de confianza
robusto y por conglomerados por año de nacimiento (36 conglomerados) al 95% se muestra en el
área gris. La regresión incluye efectos fijos por estado civil, número de hijos nacidos vivos y años de
educación. Elaboración propia en base a las ENDES descritas en el texto.
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Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
Figura 8
Escolaridad de las mujeres por año de nacimiento
Nota: La línea representa el promedio de los años de educación. Elaboración propia en base a las
ENDES. Ver texto para los detalles.
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Jorge Agüero
Consideremos un caso estilizado donde un agente tiene que decidir cuánto con-
sumir entre dos tipos de alimentos sobre los cuales obtiene utilidad U=U(V,C). El
primer alimento (V) puede ser visto como uno que favorece la salud y reduce
el sobrepeso. Por ejemplo, V puede incluir vegetales y frutas. Por el contrario,
el segundo alimento (C) es menos saludable, pero su consumo genera un bien-
estar en el agente. Ejemplos de este segundo tipo pueden ser los chocolates,
caramelos, frituras y productos similares. Este agente tiene asignado un nivel
de ingreso Y (exógeno), el cual se gasta íntegramente en estos dos bienes que se
compran en el mercado a precios Pv y Pc, respectivamente.
592
genera un bienestar en el agente. Sobrepeso,
Ejemplos educación
de este segundo tipo pueden
y salud preventiva sersector
en el los chocolates,
rural
caramelos, frituras y productos similares. Este agente tiene asignado un nivel de ingreso Y
(exógeno), el cual se gasta íntegramente en estos dos bienes que se compran en el mercado a
precios U=U(S(V,C)). En este caso, nuestro modelo original puede ser visto como
Pv y Pc, respectivamente.
una transformación monotónica del modelo más complejo siempre que asu-
A pesar de su simpleza, este modelo es compatible con uno donde el agente deriva
mamos que el efecto de los insumos sobre la producción de salud sea del
utilidadmismo
no del consumo
signo quedirecto
sobredelaestos alimentos,
utilidad en el sino de sumás
modelo nivelsimple
de buena salud,
y que unaS, mejor
pero donde
C y V son insumos de esa función de producción.
salud no disminuya la utilidad del consumidor.Este último modelo se deriva del trabajo sobre
capital humano y salud propuesto por Grossman (1972). Formalmente, el nivel de salud vendría
dado por S=S(V,C) ylaporgeneralidad
Establecida la función dedel
utilidad
modelo U=U(S),
más de tal manera
simple, que U=U(S(V,C)).
asumimos una funciónEn este
caso, nuestro modelo original puede ser visto como una transformación monotónica
de utilidad de tipo Cobb-Douglass con parámetro α para facilitar la presen- del modelo
más complejo
tación.siempre
Así, la que asumamos
función que el viene
de utilidad efecto dada
de lospor
insumos
U=Vsobre
α 1-α la producción de salud
C , donde 1>α>0.
sea del La
mismo signo que sobre la utilidad en el modelo más
solución del problema del consumidor genera dos ecuacionessimple y que una mejor
para salud no
las de-
disminuya la utilidad del consumidor.
mandas de cada alimento: V=αY/Pv y C=(1-α)Y/Pc. Para analizar la relación
entre la educación
Establecida y la demanda
la generalidad del modelo pormás
estos bienes
simple, introducimos
asumimos dos de
una función supues-
utilidad de
tos. Primero, asumimos que los más educados tienen una mayor preferencia
tipo Cobb-Douglass con parámetro para facilitar la presentación. Así, la función de utilidad
por bienes saludables. Ya sea por los efectos de eficiencia productiva, en que
viene dada por 𝑈𝑈 = 𝑉𝑉 𝛼𝛼 𝐶𝐶 1−𝛼𝛼 , donde 1>>0. La solución del problema del consumidor genera dos
la educación aumenta la efectividad de los insumos ya utilizados (productive
ecuaciones para las demandas de cada alimento: V=Y/Pv y C=(1-)Y/Pc. Para analizar la
efficiency de Grosman, 1972), o por eficiencia en la asignación, en que la edu-
relación entre la educación y la demanda por estos bienes introducimos dos supuestos. Primero,
cación hace que se escojan mejores o diferentes insumos (allocative efficiency
asumimos que los más educados tienen una mayor preferencia por bienes saludables. Ya sea por
de Rosenzweig y Schultz 1982), los más educados están más dispuestos a sa-
los efectos de eficiencia productiva, en que la educación aumenta la efectividad de los insumos ya
crificar el consumo de chocolates y caramelos en favor de frutas y vegetales
utilizados (productive efficiency de Grosman, 1972), o por eficiencia en la asignación, en que la
en comparación con los menos educados. En nuestro modelo, este impacto de
educación hace que seseescojan
la educación expresa mejores o diferentes
a través de α=α(e),insumos
que es(allocative
una funciónefficiency de Rosenzweig
creciente en el
y Schultz
nivel educativo. Este cambio generado por la educación lo llamamos elchocolates
1982), los más educados están más dispuestos a sacrificar el consumo de efecto y
caramelos en favor de frutas y vegetales en comparación con los menos educados. En nuestro
sustitución.
modelo, este impacto de la educación se expresa a través de =(e), que es una función creciente
en el nivel
Sineducativo.
embargo,Este cambio
existe generado
también unaporliteratura
la educación
quelomuestra
llamamosqueel efecto sustitución.
la educación
tiene un impacto
Sin embargo, existepositivo
también sobre los ingresos
una literatura (Cardque
que muestra 1999) 8
. Esto implica
la educación tiene unque
impacto
Y=Y(e), que también es una función
8 creciente con el nivel educativo
positivo sobre los ingresos (Card 1999) . Esto implica que Y=Y(e), que también es una (efecto
función
ingreso).
creciente con el Entonces, el efecto
nivel educativo de ingreso).
(efecto tener mayor educación
Entonces, sobre
el efecto de el consumo
tener mayor de V
educación
y C está dado por las siguientes dos ecuaciones:
sobre el consumo de V y C está dado por las siguientes dos ecuaciones
𝜕𝜕𝜕𝜕 1
𝜕𝜕𝜕𝜕
= 𝑃𝑃 [𝛼𝛼 ′ (𝑒𝑒)𝑌𝑌(𝑒𝑒) + 𝑌𝑌 ′ (𝑒𝑒)𝛼𝛼(𝑒𝑒)] > 0 (3)
𝑣𝑣
𝜕𝜕𝜕𝜕 1
= [−𝛼𝛼 ′ (𝑒𝑒)𝑌𝑌(𝑒𝑒) + 𝑌𝑌 ′ (𝑒𝑒)[1 − 𝛼𝛼(𝑒𝑒)]] ⋚ 0 (4)
𝜕𝜕𝜕𝜕 𝑃𝑃𝑐𝑐
En el primer caso, ecuación (3), tanto el efecto sustitución como el efecto ingreso apuntan
en la misma dirección. Los más educados van a preferir un mayor consumo de V porque sus
8 Es posible que la educación afecte el consumo de alimentos a través de otros me-
preferencias hacia ese producto son mayores PARA EVITAR LA REDUNDANCIA (PREFERIR
canismos no considerados en este modelo. Por ejemplo, una mayor educación puede generar
– PREFERENCIAS), ¿SE PODRÍA
que se adopten patrones REEMPLAZAR
más urbanos ESTAempleos
o que se obtengan ÚLTIMA PALABRA:
con una “PORQUE
menor demanda
física. Estos aspectos pueden ser incorporados en modelos de consumo más complejos que el
presentado en este trabajo.
8
Es posible que la educación afecte el consumo de alimentos a través de otros mecanismos no considerados
en este modelo. Por ejemplo, una mayor educación puede generar que se adopten patrones más urbanos o
que se obtengan empleos con una menor demanda física. Estos aspectos pueden ser incorporados 593 en
modelos de consumo más complejos que el presentado en este trabajo.
Jorge Agüero
Para estimar la relación que existe entre los niveles de educación y el con-
sumo de alimentos, aprovechamos la reciente inclusión de preguntas sobre
patrones de consumo en la ENDES del 2012. Este cuestionario adicional
(para personas de cuarenta años y más) constituye una ventaja sobre otras en-
cuestas de gastos en la medida en que se pregunta específicamente sobre con-
sumo relacionado al aumento de peso. Por ejemplo, las encuestas de gastos
tipo ENAHO buscan información sobre consumo de pollo o carne, mientras
que la ENDES pregunta sobre el consumo de pollo con o sin pellejo. De
esta manera, utilizamos seis preguntas específicas a partir de la ENDES: (1)
consumo de ensalada de verduras, (2) comer frutas todos los días, (3) comer
pollo o carne sin pellejo o sin grasa, (4) agregar sal a su plato, (5) comer golo-
sinas entre comidas y (6) el número de días que come frituras.
594
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
La Figura 9 muestra los resultados de la estimación para cada una de las seis
variables de consumo de alimentos. En la primera fila se aprecia que hay
una relación positiva y estadísticamente significativa entre el consumo de
alimentos saludables y el nivel educativo. Por ejemplo, una mayor educación
está asociada con un aumento en el consumo de verduras, frutas y un mayor
consumo de pollo excluyendo el pellejo. Estos resultados son consistentes
con el modelo descrito en la sección anterior: a mayor educación, mayor
consumo de alimentos saludables. Lo mismo se observa con el consumo de
sal. Las personas con más educación tienen menos probabilidades de añadir
sal a sus comidas.
Sin embargo, para que el modelo tenga validez en la explicación del aumento
en las tasas de sobrepeso y obesidad en el sector rural, debemos encontrar
que las personas con mayor educación tiendan también a consumir más pro-
ductos poco saludables como chocolates y frituras. Eso es exactamente lo
que se encuentra en los dos últimos paneles de la Figura 9. Existe una asocia-
ción positiva y estadísticamente significativa entre el consumo de golosinas
y frituras y el nivel educativo. Los más educados (con catorce o más años de
educación) son diez veces más proclives a consumir golosinas que sus pares
con solo un año de educación (estos tienen solo una probabilidad de 1% de
hacerlo). Para el caso de frituras, los más educados las consumen 0,35 días
595
Jorge Agüero
por semana mientras que los menos educados sólo 0,02 días. Estos resultados
son claramente consistentes con las predicciones del modelo de consumo de
alimentos descrito en la sección anterior y nos permiten entender, en parte,
el incremento de los niveles de sobrepeso y obesidad observados en el sector
rural en los últimos veinticinco años.
Figura 9
Nivel educativo y consumo de alimentos de los miembros del hogar
Nota: Cada línea representa el estimado para cada año completo de escolaridad. El intervalo de confian-
za al 95% robustos se muestra en el área gris. La regresión incluye también sexo del miembro del hogar
y efectos fijos por región y edad. Elaboración propia en base a la ENDES del 2012.
2.3. DISCUSIÓN
Los resultados arriba expuestos muestran que hay evidencia a favor de la
hipótesis de que parte del aumento en sobrepeso se debe a un efecto ingreso
(por encima de un efecto sustitución) generado por un mayor acceso a la
educación en el sector rural. No obstante, una limitación de dicho análisis es
la posibilidad de que tal asociación sea espuria en la medida en que existan
596
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
597
Jorge Agüero
Figura 10
Efecto de la educación en el peso para la talla y el ingreso per cápita
Nota: Cada punto representa el parámetro de los años de educación sobre las variables de peso para la talla
descrita en cada panel y para cada ENDES. El PBI per cápita corresponde al ingreso en dólares constantes
del 2011. Elaboración propia en base a las ENDES y el World Development Indicators del Banco Mundial.
598
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
En segundo lugar, hay evidencia reciente que sugiere que el efecto positivo,
a través de un efecto ingreso, es efectivamente causal. Dasso y Fernández
(2014) utilizan un experimento natural generado por el momento cuando
se realizan los pagos del programa de transferencias condicionadas Juntos.
En particular, Dasso y Fernández explotan variación en la fecha de pago
de Juntos y la fecha de la entrevista en la ENHAO. Así, dentro del mismo
grupo de beneficiarios del programa algunos habrán recibido la transferencia
recientemente (menos de una semana) y otros varias semanas atrás. Los au-
tores encuentran que aquellos que recibieron el dinero recientemente tienen
un mayor nivel de gasto. Los resultados más interesantes aparecen cuando
se estudia el tipo de gasto. Los autores encuentran diferencias en el gasto en
caramelos, chocolates y gaseosas (y también en el consumo en restaurantes)
en aquellos que tienen “el dinero en la mano” o cash-on-hand como se define
en el estudio. Estos resultados sugieren que un gasto inmediato de los bene-
ficiarios del programa se destina al consumo de alimentos altos en calorías y
azúcares como los caramelos y las gaseosas. Esta evidencia favorece la validez
de nuestra hipótesis de que el efecto ingreso de la educación es lo suficiente-
mente mayor que el efecto sustitución, lo que contribuye al incremento del
consumo de alimentos que favorecen el sobrepeso y la obesidad.
599
Jorge Agüero
III. CONCLUSIONES
El presente estudio muestra que la fuerte reducción en las tasas de mortali-
dad y desnutrición infantil (aunque con una persistencia en las brechas ur-
bano-rurales de estos indicadores) producidas por enfermedades contagiosas
coexisten con un incremento en los factores de riesgo importante para las
enfermedades no contagiosas: el sobrepeso y la obesidad. A través de una
metodología aplicada a las ENDES entre 1991 y 2012, se muestra que el in-
cremento en la masa corporal se debe al aumento por la edad, pero también a
que la tasa de incremento es mucho mayor para las nuevas generaciones. Las
mujeres rurales jóvenes están llegando a las tasas de sobrepeso de sus pares
mayores cada vez más temprano. En algunos casos, las tasas de obesidad son
tan elevadas que superan las observadas en las generaciones mayores.
Esto ocurre a la vez que las jóvenes rurales tienen los niveles de educación
más altos en la historia. A través de un modelo teórico de demanda de ali-
mentos, mostramos que parte de este aumento en sobrepeso se puede explicar
justamente por el incremento en la educación. Un mayor nivel educativo
tiene, por lo menos, dos efectos sobre la demanda de alimentos poco saluda-
bles. Por un lado, disminuye su demanda, como es de esperarse, mediante
una sustitución hacia alimentos más saludables. Pero por otro lado, una ma-
yor educación genera un aumento en el ingreso y por lo tanto incrementa la
demanda de todos los alimentos incluidos los no saludables, como frituras,
caramelos y chocolates. Las predicciones del modelo son validadas empírica-
mente en este trabajo.
En ese sentido, el comportamiento de la población rural se asemeja al obser-
vado en países de ingreso bajo, donde una mayor educación está asociada a
un mayor peso y a mayores tasas de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, en
los países de ingreso alto, la relación es la opuesta. El desafío académico y de
las políticas públicas es, entonces, encontrar la manera en que el aumento en
educación formal se traduzca en una mejor salud y sobre todo en una mayor
inversión en prevención de las enfermedades crónicas que se generan con el
sobrepeso. De acuerdo con el modelo presentado en este trabajo, una posible
agenda de investigación está en hacer que el efecto sustitución sea mayor
al actual para que por lo menos equipare el efecto positivo generado por el
mayor ingreso. En este sentido, intervenciones efectivas que fomenten la sus-
titución hacia alimentos saludables en las escuelas y colegios rurales podrían
ayudar a lograr este objetivo.
600
Sobrepeso, educación y salud preventiva en el sector rural
BIBLIOGRAFÍA
AGÜERO, Jorge M.
2013 “Usos académicos internacionales de la ENDES y recomendaciones
para su mejoramiento”. En Reflexiones sobre la Encuesta Demográfica y
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