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Microquimerismo fetal: el lado desconocido del aborto

Dra. Patricia E. Acra


Santo Domingo, RD

“En el fondo, el discurso ideológico amenaza con anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad,
distorsionar la percepción de los hechos, de las cosas, de los acontecimientos”. – Paulo Freire

Me pregunto: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué nos cuestionamos siquiera justificar la muerte
de los seres humanos más puros e indefensos como respuesta al dolor de una madre herida en su cuerpo
o en su corazón? ¿Qué han hecho todos ellos para merecer su exterminio masivo e implacable? ¿Qué nos
está pasando como humanidad?

Muchos de los que creen en el Ser Absoluto, de los que estudiaron ciencia y la practican, de los que
dicen sentirse atraídos por la justicia y la verdad, se han dejado seducir por esta carnada de persuasión
masiva que no tiene otra motivación de fondo que la fría conquista de una ley que promueva el control
de la regulación de la natalidad en la población mundial. Sin embargo, aún nos apartemos de la ciencia,
la justicia, la verdad, de Dios, por más que lo intentemos, nunca lograremos destruir el estrecho vínculo
que toda madre tiene con su creatura porque, sencillamente, no es posible…

“Durante el embarazo, reconocemos que los órganos de la madre sufren transformaciones para poder
adaptarse a su creatura, pero hasta ahora no sabíamos qué sucedía en el cerebro”, explicaba Susana
Carmona, coordinadora e investigadora del Servicio de Medicina Experimental del Hospital Gregorio
Marañón y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM). Según ella, “Lo que hemos podido comprobar es
que el cerebro de la madre cambia durante el embarazo para incrementar el vínculo materno filial”.
(https://gacetamedica.com/investigacion/el-embarazo-modifica-el-cerebro-de-la-madre-ic675587/)

La integración materno-fetal realmente nos sigue sorprendiendo y anonadando nuestra ignorancia ante la
majestuosidad de tal perfección. Hace poco, un equipo de patólogos del Centro Médico de la
Universidad de Leiden, en Holanda, llevaba a cabo un experimento que podía parecer condenado al
fracaso. Tomaron muestras de mujeres que habían estado embarazadas. Buscaban la presencia de células
fetales en sus cuerpos después de desembarazarse. Para su sorpresa, su investigación tuvo un éxito
asombroso. Descubrieron que las células de los hijos, tanto niñas como niños, pasaban del útero, a través
de la placenta, y migraban al cuerpo de la madre, permaneciendo en él posiblemente por el resto de sus
vidas, al encontrarse estas células incluso presentes en una madre de 94 años de edad. A es te fenómeno
se le llamó: “microquimerismo fetal” (Arlett, C. (2002). Microchimerism in Health and Disease. 2, 525-
35).

La pregunta obvia sería: ¿Qué propósito tiene este pasaje celular? Pues, desde apenas la tercera semana
de gestación, estas células van migrando a través de los vasos sanguíneos de la placenta en formación y
viajan libremente por todo el cuerpo de la madre, haciendo hogar en sus diversos tejidos y órganos.
Curiosamente, las células fetales que terminan en su corazón pasan a formar parte del tejido cardíaco de
la madre. “Por su capacidad de auto inducirse indefinidamente, estas células fetales eventualmente se
convierten en parte de las células del corazón de la mujer y laten al unísono, una junto a la otra”, afirma
J. Lee Nelson, experta en microquimerismo del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson de
Seattle, WA. (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2633676/).

Por otro lado, estas células también parecen apuntar a tejidos de la madre cuando hay presencia de daño
o lesión, en muchas ocasiones mejorando el estado de la salud de la mujer, influyendo en su sanación. Es
tanto así, que un estudio demostró que estas células superaban el trabajo regenerativo que las mismas
células de la madre realizaban en sus propios tejidos. (Lee, E., Bou-Gharios, G., Seppanen, E.,
Khosrotehrani, K., Fisk, NM. 2010. Fetal stem cell michochimerims: natural-born healers of killers?.
Molecular Human Reproduction, 16(11); 869-878).

¡Qué hermosa donación de amor incondicional de parte de la creatura se teje en el silencio del interior
del cuerpo de la madre!

Esto pudiera explicar por qué el duelo de una madre, al perder un hijo, es mayor que cualquier otra
pérdida que esa mujer pueda sufrir en la vida; haciéndose muchas veces, incluso, insuperable. Es por
esta razón también que tiene sentido el hecho de que la mayoría de las mujeres que abortan
voluntariamente experimentan reacciones psicológicas negativas después de haber abortado. Es que
nunca podrán eliminar completamente la creatura que anidaban. Esta quedará como parte incluso de su
mismo corazón por el resto de sus vidas. (https://journals.sagepub.com

De hecho, irónicamente, los niveles de transferencia de células del feto a la madre parecen ser mayores
en los casos de aborto, particularmente en los casos de aborto quirúrgico. (Microchimerism after induced
or spontaneous abortion. American College of Obstetricians and Gynecologists, 112, 593-97).

Esto solo nos confirma una vez más que NO ESTÁ EN LA NATURALEZA PROPIA DEL SER
HUMANO DESHACERSE DE SUS CREATURAS. Por ende, se establece la condición de anti-
naturalidad de la postura abortista.

Nos encontramos en un momento de profunda y transcendental definición de los principios que nos
seguirán rigiendo como Nación. Más que una cuestión de pareceres o de ir unos en contra de otros en
bandos paralelos que no parecen encontrarse, lo que debemos decidir, unidos como un mismo pueblo, es
a qué dios vamos a honrar y defender: al Dios de la vida o al dios de la muerte. Punto.

Si realmente creemos en Dios como Dueño y Señor de toda la creación, jamás eligiremos matar cuando
Él ha decidido que haya vida.

Texto ligeramente editado por el investigador.

https://listindiario.com/la-republica/2021/03/29/663390/microquimerismo-fetal-el-lado-
desconocido-del-aborto

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