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La acción reivindicatoria en el Código Civil y Comercial

Fabián Guerrero

Conforme la naturaleza de la pretensión por la cual se interpone, la acción de carácter patrimonial


puede ser real o personal.

Las acciones reales tienen por objeto la protección de los derechos reales, se dirigen contra
cualquiera que ataque el derecho real objeto de la protección, debido precisamente al carácter
erga omnes de los derechos reales, como regla las mismas son imprescriptibles.

Puede definirse a la acción real como la facultad que asiste al titular de un derecho real de
requerir la intervención judicial frente a un ataque a ese derecho, con el fin de su protección, se
encuentran tutelados todos los derechos reales mediante una acción real, protegen a ellos y la
posibilidad de su ejercicio requiere la titularidad del derecho respectivo.

Metodológicamente en el Código Civil y Comercial se regulan dentro del libro destinado a los
derechos reales, desapareciendo la dificultad metodológica del anterior código civil enrolándose en
el criterio de su tratamiento luego de los derechos reales en particular.

Definición de acciones reales: La definición legal establecida en el art. 2247 refiere que son
acciones reales los medios de defender en juicio la existencia, plenitud y libertad de los derechos
reales contra ataques que impiden su ejercicio.

Legitimación Activa: el ejercicio de una acción real está reservado a los titulares de derechos
reales frente a los actos que importan menoscabar a su existencia, plenitud o libertad, la
titularidad del derecho debe existir al tiempo de la demanda y subsistir al tiempo de la sentencia
(Art. 2249).

En cuanto a los efectos el nuevo sistema lo establece con claridad respecto de cada una de ellas,
prevé la posibilidad de la indemnización del daño complementaria al restablecimiento del derecho
a partir del que se acciona.

Si el actor opta por demandar el restablecimiento del derecho real, puede reclamar el
resarcimiento complementario del daño. (Art. 2250) estableciendo con claridad conceptual y
metodológica una opción a favor del actor entre demandar el restablecimiento del derecho real u
obtener una indemnización sustitutiva del daño y en caso de optar por el restablecimiento de su
derecho, puede reclamar el resarcimiento complementario del daño. Si opta por obtener la
indemnización sustitutiva del daño pierde el derecho a ejercer la acción real.

Conforme la última parte del art. 2247 se establece que las acciones reales son imprescriptibles sin
perjuicio de lo dispuesto en materia de prescripción adquisitiva. Las acciones reales son
imprescriptibles, pero las pretensiones petitorias pueden ser detenidas como consecuencia de la
prescripción adquisitiva opuesta por el poseedor de la cosa reivindicada, el dominio no se pierde
por prescripción, pero si se adquiere por usucapión, cuando así ocurre porque la lógica
consecuencia es el cese del dominio del anterior propietario.

Es el art. 2247 el que enumera las acciones reales, y a las tres acciones reguladas y enumeradas por
el Código Civil de Velez (reivindicatoria, confesoria y negatoria), se suma una cuarta, expresada en
la acción de deslinde.

Así el CCyC. en forma clara y expresa efectúa una correlación entre las tres primeras acciones
reales y la finalidad; también la lesión que habilita el ejercicio de cada una de ellas.

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Entonces, la acción reivindicatoria tiene por finalidad defender la existencia del derecho real que
se ejerce por la posesión y corresponde ante actos que producen el desapoderamiento.

La acción negatoria tendrá la finalidad de defender la libertad del derecho real que se ejerce por
la posesión y corresponde ante actos que constituyen una turbación, especialmente dada por la
atribución indebida de una servidumbre u otro derecho inherente a la posesión.

Finalmente la acción confesoria tiene por finalidad defender la plenitud del derecho real y
corresponde a actos que impiden ejercer una servidumbre u otro derecho inherente a la posesión.

El art. 2248 en su parte final declara la legitimación activa en las acciones reales con carácter
general, será amplia incluyendo a los titulares del derecho de hipoteca sobre los inmuebles cuyos
titulares han sido desposeídos (a. reivindicatoria) o turbados (negatoria) o impedidos de ejercer los
derechos inherentes a la posesión (confesoria).

La acción reivindicatoria se halla regulada a partir del art. 2252, y dicha acción es conferida a los
titulares de derechos reales que se ejercen por la posesión y hayan sido desapoderados, deberá
dirigirse la acción contra el poseedor o tenedor del objeto, aun en el supuesto que declare tenerlo
a nombre del reivindicante.

Legitimación Pasiva: Los legitimados pasivos son establecidos en modo amplio pueden ser tanto el
poseedor como el tenedor, y este último sea representante de la posesión de un tercero o del
mismo reivindicante, eliminando las discusiones doctrinarias anteriores acerca de si podía
accionarse la reivindicación contra los tenedores a nombre del reivindicante.

El tenedor de la cosa a nombre de un tercero puede liberarse de los efectos de la acción si


individualiza al poseedor, si no lo individualiza, queda alcanzado por los efectos de la acción, pero
la sentencia no hace cosa juzgada contra el poseedor.

Objetos sobre los cuales podrán ejercerse la acción reivindicatoria, deben ser cosas en el sentido
del concepto que brinda el art. 16 del cuerpo legal, se admite la reivindicación de todo o parte de
la cosa y puede ser reivindicable la universalidad de hecho.

En forma opuesta es el art. 2253 el que establece los objetos que son reivindicables efectuando la
enumeración de objetos inmateriales, las cosas indeterminables o fungibles, los accesorios si no se
reivindica la cosa principal, ni las cosas futuras al tiempo de hacerse la restitución.

En el supuesto especial de la reivindicación de automotores: cuando se trata de un automotor


hurtado o robado, la acción puede dirigirse contra quien lo tiene inscripto a su nombre, quien debe
ser resarcido en los términos del decreto-ley 6582/58, de la cual el CCyC. recoge principios y
soluciones aportadas, y no son reivindicables los automotores inscriptos de buena fe, a menos que
sean hurtados o robados.

Tampoco son reivindicables los automotores hurtados o robados inscriptos y poseídos de buena fe
durante 2 años, siempre que exista identidad entre el asiento registral y los códigos de
identificación estampados en chasis y motor del vehículo.

Los extremos a probar en la acción reivindicatoria serán por parte del reivindicante la titularidad
del derecho real o el derecho de poseer y la posesión o tenencia del demandado. Sobre el título
que acredite el derecho de poseer y su incorporación al juicio el código divide la regulación de la
materia, según la cosa objeto de reivindicación así tenemos que para el supuesto de reivindicación
de cosas INMUEBLES el art. 2256 planteara cuatro supuestos de presunciones para colaborar al
juzgador a decidir sobre la viabilidad de la acción, para el caso de que ambas partes en el pleito
presenten títulos que emanen del mismo autor, la norma establece que se presume propietario
quien primero es puesto en posesión de la cosa, ignorando la obligación anterior,
independientemente de la fecha del título.

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El inciso b indica el caso en que ambas partes presentan títulos de autor o antecesor diferente y el
título del reivindicante posterior a la posesión del demandado, entonces se considera insuficiente
para que prospere la demanda, sin interesar que el demandado no presente título alguno.

Nos dice el inciso. c. que si ambas partes presentan títulos, el autor o antecesor es diferente y el
título del reivindicante es anterior a la posesión del demandado, se tiene que el transmitente del
reivindicante era poseedor y propietario de la heredad que se reivindica, en consecuencia se hará
lugar a la acción.

Y el inciso d. no aclara que en el caso en que los derechos del actor y del demandado emanaren de
diferentes antecesores, pero no puede establecerse cuál de ellos es el verdadero propietario,
entonces habrá una presunción en favor de quien se encuentre ejerciendo la posesión actual.

También hallamos casos en la práctica donde quien esgrime la defensa no parece detentar de
manera efectiva la titularidad de un derecho real sobre la cosa, ya sea porque no haya sido la
victima directa del despojo o porque el resultado final del juicio es contrario a sus intereses. Si con
la sentencia se provoca la total restitución del objeto por parte del demandado, en este caso será
porque la acción real se transfiere con el título o causa eficiente para adquisición de esa potestad.

Como consecuencia de lo precedentemente expuesto es que están legitimados entre otros para
iniciar la acción reivindicatoria: el cesionario de la acción real de reivindicación que en el plano
procesal (legitimados activos) pueden desdoblarse quien tenga la titularidad del derecho real
(título y modo) y la legitimación para esgrimir la acción real (basta solo el titulo) las acciones de
esta índole se transmiten con la causa título pudiendo el cesionario invocar la posesión efectiva que
hubiera detentado el cedente para demandar.

Si el adquirente cuenta con título suficiente pero sin el modo (tradición) se cuenta con un acto
cuya finalidad es la de transmitir un derecho real sobre el objeto de la contratación, sea este
mobiliario o inmobiliario, la cesión de las acciones reales es una accesorio implícitamente
contenido en ellos, también estará legitimado activamente quien aporte un negocio causal que
sirva de título suficiente para adquirir el derecho real que se ejerce por la posesión para hacer
frente a un despojo.

1) Si la cosa está en poder del transmitente que no ha cumplido voluntariamente con su entrega
efectiva, el adquirente está legitimado para ejercitar acciones personales por cumplimiento de
contrato pero no las de índole real (Art. 2239 CCyC.)

2) Si la cosa está en poder de un tercero, que la hubo por despojo del transmitente, la cuestión
cobra interés en las defensas reales, por eso se admite que el comprador está legitimado a la
acción real de marras. Existen distintos fundamentos a esta situación. A) Se argumenta que la
legitimación del comprador se sustenta en la cesión implícita de la acción de reivindicación que
provoca la celebración de un contrato de compraventa. B) Toma como base la acción subrogatoria
por la que el comprador actuaría en interés propio pero en nombre de su vendedor, no se soslaya
así la exigencia de la tradición para la adquisición del derecho real. C) Otros, argumentan que el
comprador al no haber adquirido el derecho real sobre la cosa, no puede reivindicarla a nombre
propio, pero podría ejercer los derechos de su vendedor por el mandato que este último le habría
conferido generando el titulo suficiente del caso.

Objeto de la acción de reivindicación los arts. 2252 y 2254 la regla es que todas las cosas
susceptibles de ser poseídas pueden ser objeto de la acción real de reivindicación.

Cabe la posibilidad de que la reivindicación puede recaer por la totalidad del objeto o de una parte
materialmente determinada.

Respecto de las universalidades de hecho el art. 2252 establece que pueden ser reivindicadas en
conjunto, en la medida en que todas pertenezcan al mismo titular del derecho real.

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