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JUNGUIANA
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La palabra transferencia significa pasar algo de un lugar a otro, llevar algo de una forma a otra. Se trata
de un caso particular del proceso general que es la proyección. Proyección significa lanzar algo hacia
fuera y en psicología lo entendemos como el proceso normal de trasladar hacia fuera un contenido
subjetivo. Por ejemplo, cuando uno dice que el color de la sala en la que se encuentra es amarillo o azul
está trasladando hacia fuera un contenido subjetivo, que es el color que él percibe. El color no está ahí
sino que es el modo en que los sujetos percibimos la realidad exterior. Lo mismo sucede con el sonido y,
en general, con todo aquello que percibimos a través de los sentidos. La transferencia sucede de un modo
involuntario, como toda proyección, pero entre dos personas y, por lo general, en un marco
psicoterapéutico.
críticas en las que la persona se siente perdida, desorientada. Huelga decir que el
paciente que se encuentre en una situación así, reflejo de lo que sucede en el mundo,
tenderá a proyectar la imagen de un salvador en el terapeuta. Y que el terapeuta
trabajará con el paciente para que este retire dicha proyección en él. Con ello se
pretende disolver el acto de la proyección, es decir, el lugar en el que dicha imagen
arquetípica está transferida -el psicoterapeuta-, pero nunca el contenido que está siendo
transferido -el arquetipo del salvador o redentor-, puesto que esto último resulta
imposible. Los arquetipos son factores dinámicos trascendentes a la consciencia que
contienen un poder dinámico enorme. Son factores tan poderosos que pueden cambiar
toda una vida, así como toda la realidad del mundo, pues son los factores decisivos que
producen los acontecimientos mundiales.
Llegamos en este momento al cuarto estadio del proceso de terapia que consiste en la
objetivación de las imágenes arquetípicas presentes en la transferencia. Se trata de una
parte esencial del proceso de individuación o realización de la profundidad del paciente.
Su meta es la de separar las imágenes de la profundidad de los factores exteriores, ya
sean estos personas, ideas, situaciones o circunstancias materiales y que comprenda que
todo depende de si consigue una nueva relación con su profundidad. Cuando la persona
comprende que el centro que gobierna y hace girar todo cuanto sucede en su vida (y en
el mundo) se encuentra en él y deja de proyectarlo en factores exteriores, dotando al
otro de un poder que emana de sí-mismo, su vida deja de depender de factores externos.
El paciente necesita encontrar un modo individual con el que poder expresar las
imágenes atemporales de su profundidad. Dichas imágenes arquetípicas deben tomar
forma en la vida del modo que las caracteriza, ya que de lo contrario el individuo se
desorienta y entra en conflicto consigo mismo. El método que utilizo en este cuarto
estadio combina la interpretación de los sueños con el trabajo creativo mediante la
imaginación activa, que puede adoptar diferentes expresiones adaptadas a las
peculiaridades del paciente: escritura, dibujo, pintura, música, danza, etc.