Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
281
ESTÉTICAS DE LA RE-EXISTENCIA:
¿LO POLÍTICO DEL ARTE?
Son muchas las tendencias de pensamiento que se han ocupado del de-
bate modernidad/posmodernidad, con diferentes matices y tensiones
que dan cuenta de las implicaciones que el surgimiento de la moder-
nidad tuvo en el desarrollo de occidente, por las transformaciones en
la visión del mundo, la hegemonización del pensamiento eurocéntrico
y la imposición de patrones de poder que desconocieron, minorizaron y
excluyeron la diversidad de formas de ser, estar, pensar, sentir, hacer,
representar y soñar en diversas partes del planeta hasta donde occidente
se expandió, haciendo suyo el territorio, tanto física como simbólica-
mente.
Los defensores del proyecto moderno, como Habermas, sostienen
que este es necesario concluirlo en tanto que sus promesas aún no han
sido cumplidas; sus opositores, como los anticolonialistas de la mitad
del siglo XX, entre ellos Cesaire y los teóricos de la negritud (Shengor,
Fanon), proclamaron que este era un proyecto insostenible; por su par-
te, los poscoloniales del sudeste asiático (Bhabha, Chakravarty, ) han
proclamado el inicio de una nueva era criticando fuertemente los nacio-
nalismos y conjuntamente con los teóricos de la subalternidad (Guha,
Spivack, Winter, Glissant) han reclamado la necesidad de escuchar esas
voces históricamente desconocidas para que tenga relevancia. Desde
otras perspectivas, los teóricos de la modernidad/colonialidad/deco-
Estéticas y opción decolonial
282
283
284
285
286
287
288
289
290
291
coincido con el maestro Luís Camnitzer cuando afirma que “el sentido de
lo artístico no está dado en unos objetos, en unas obras o en unas accio-
nes, sino que es una compleja red de significaciones tejidas desde tramas
y lógicas diversas, como los sistemas simbólicos, las relaciones económi-
cas, las relaciones sociales y las experiencias personales y sociales, entre
otras” (Camnitzer, 2000, p. 109).
Las estéticas de la re-existencia deben enfrentar el gran cuadro de
la colonialidad que, en su taxonomía, ubicó unos sujetos y sus subje-
tividades en lugares específicos de la sociedad tanto en su producción
económica como en sus formas de representación, asignándoles todo lo
despreciable, horrible, enigmático, donde el color de la piel jugó —y si-
gue jugando hasta hoy— un papel preponderante en la concepción de
lo bello, de lo puro, de lo dignamente posible en tanto y en cuanto la
blancura sea la traza fundamental que determine la existencia. En este
sentido, estas estéticas nos debe abocar a “… pensarnos una sociedad
diferente, en la cual la diversidad estética sea un posibilidad para en-
tender otras concepciones de lo bello, de lo creativo, de lo propio y de lo
apropiado, de lo artístico y no nos resulte extraño un tejido, una manta,
un bastón de mando, una marimba de chonta, un baile de bambuco vie-
jo, una ‘juga’1 o un alabao…” (Albán, 2011, p. 96).
Pero igualmente, van más allá de lo étnico y se afincan en todas las
formas de minorías excluidas por género, opciones sexuales y genera-
ción, espacios estos de lucha por la dignificación de la vida y por los
derechos a presentarse y no solamente ser re-presentados por otros, des-
estructurando las lógicas patriarcales, adultocentristas y heterosexua-
les como las únicas posibilidades de ser sujeto socialmente aceptable y
aceptado. Las teorías feministas y las teorías queer han puesto en evi-
dencia las falencias de una sociedad normatizada y tiránica que arre-
1 Las jugas y/o fugas son los bailes que se ejecutan en las adoraciones al niño Dios celebra-
das en el mes de febrero por parte de las comunidades afrodescendientes del Norte del
Cauca y Sur del Valle del Cauca, en Colombia.
Estéticas y opción decolonial
292
mete con sus fobias a todo cuanto se escapa de sus sistemas de control y
representación.
Las estéticas de re-existencias son las del descentramiento, las de
los puntos de fuga que permiten visualizar escenarios de vida distintos,
divergentes, disruptivos, en contracorriente a las narrativas de la ho-
mogenización cultural, simbólica, económica, socio-política, las que se
ubican en las fronteras donde a la institucionalidad le cuesta cooptar
las autonomías que se construyen y en esos espacios liminares en que
el poder se fractura y deja ver las fisuras de su propia imposibilidad de
realizarse plenamente.
Tal vez estas estéticas caminan por los senderos no ya de esa llamada
cultura material que ha servido para la exotización de la construcción
de lo que Joaquín Barriendos (2005) ha denominado como el “activo pe-
riferia”, es decir, la mercantilización de la diversidad y las diferencias
culturales mediante procesos de otrorización que se vuelven rentables
tanto a las narrativas como a las arcas del capitalismo neoliberal glo-
balizante, si no que marchan por los espacios simbólicos de las visio-
nes de mundo que dan cuenta de otras maneras distintas de concebir la
existencia, con todas las contradicciones y dificultades que esto acarrea.
Pintar cosmovisones, hacer aflorar narraciones orales que en la vida co-
tidiana son estrategias y mecanismos pedagógicos, desarrollar procesos
de auto-afirmación a partir de las músicas locales desconocidas y mar-
ginalizadas, apuntalarse en concepciones de naturaleza que generan
relaciones vitales mas allá de la separación entre naturaleza y cultura y
reconstruir los sistemas alimentarios como formas de interpelación a las
dinámicas de homogenización gustativa, constituyen un mundo basto
que está fuera de los circuitos del arte, de los sistemas de legitimación
estéticos, de la institucionalidad que clasifica y excluye y se encuentra
imbricado en la vida de las comunidades urbanas y rurales que luchan
por tener un lugar digno y un espacio para construir esperanza.
Lo político entonces será el acto de existir en condiciones de digni-
dad y, desde ese lugar, tener la autonomía suficiente y necesaria para de-
Estéticas de la re-existencia: ¿lo político del arte?
293
Bibliografía
Albán, A. (2011). “Estéticas decoloniales y de re-existencia: entre las
memorias y las comovisiones”. En: Haidar, J. y Sánchez Guevara, G.
(edit.). La arquitectura del sentido II. La producción y reproducción
en las prácticas semiótico-discursivas. Coyoacán: Escuela Nacio-
nal de Antropología e Historia, Instituto Nacional de Antropología e
Historia, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Programa del
Mejoramiento del Profesorado – PromeP.
Barriendos, J. (2005). Localizando lo idéntico / globalizando lo diverso.
El ‘activo periferia’ en el mercado global del arte contemporáneo.
(Artículo cedido por el autor al Portal Iberoamericano de Gestión
Cultural). Boletín GC: Gestión Cultural Mercado del Arte Contemporá-
neo. 12 (junio).
Bourriaud, N. (2009). Radicante. (Hidalgo, A. edit.; Guillemont, M. trad.)
Buenos Aires.
Estéticas y opción decolonial
294
295