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NOMBRE DE LA HISTORIA: “La Historia de la Abuela Gilma”

Una noche, cuando estaba en la maloca junto a mi abuela y mi


familia; prendimos una fogata y empezamos a contar anécdotas
cada uno. Nos divertimos por un rato hasta que mi abuela nos
empezó a contar la historia sobre las pandemias.

Era el 31 de diciembre, era mi cumpleaños número 15; invitamos a


todos mis amigos, familiares y las personas del resguardo. Hicimos
una fiesta grande, repartimos regalos para los niños del resguardo
y celebramos mi cumpleaños. También recibí muchos regalos de
parte de mi familia y amigos ya se acababa ese año. Cuando de
repente llego un señor del exterior; la cual presento una alteración
de salud en su cuerpo. Lo recibimos y le dimos de comer; se quedó
ahí en la fiesta, compartiendo junto a nosotros; pero su salud cada
vez más empeoraba; paso toda la noche y al amanecer todas las
personas se fueron, también aquel señor del exterior. Empezamos
a ordenar la maloca, nos acostamos y descansamos ya era un nuevo
día del nuevo año; cuando a mi madre y a mi padre les empezó a
dar los mismos síntomas de aquel señor que nos visitó. Les hicimos
yerbas, pero nada de eso los curaba; paso una semana y ellos
seguían igual.
Una mañana desperté y fui donde se encontraban mis padres;
los vi dormidos pero decidí despertarlos para ver como
seguían, moví y la moví a mi madre, pero ella no despertaba;
había muerto al igual que mi padre por una enfermedad que
desconocíamos. Pasaron los días y veía muchas personas
que se quejaban de los mismos síntomas y por este suceso
llegaron entidades de salud y protección y nos aislaron en
nuestras viviendas. Unas personas decían que era una
simple gripa, que pasaría rápido, no le pusieron mucha
atención a aquella enfermedad; pero esta enfermedad llego
más lejos y fue acabando con nuestra poca población. Y los
pocos que estamos vivos estamos dando testimonio de que la
enfermedad es mortal. Estos testimonios han llegado a otros
países; para que se cuiden y cuiden a los demás.

Quise reunir a varias personas para que dieran ideas de como


formar máscaras de protección; varios me apoyaron;
creamos hartas máscaras de protección, dimos a las pocas
personas que quedaban en el resguardo. También invitamos
a otras a que hicieran lo mismo y que se cuidaran así mismos
y a sus familias. Pocas personas buscaban remedios,
experimentaban una y otra vez pero nada funcionaba;
pasaban y pasaban los días, algunas personas se recuraban
y otras morían
Las entidades de salud dijeron que ya era una gripa y la nombraron COVID –
19; a lo cual debíamos acostumbramos y que debíamos ser responsables con
nuestra salud; cuidar la nuestra y la de nuestra familia hasta que se lograra
obtener una vacuna.

Al recordar la historia de la abuela Gilma, comprendí que en nuestro


resguardo se cometieron muchos errores; que sin saberlo aquel extranjero y
nosotros no fuimos responsables, compartimos sin tener precauciones y que
aquella enfermedad que acabo con la vida de mi madre, de mi madre y de
muchos en mi resguardo era una pandemia, como aquellas de las que nos
contó mi abuela y que esto nos cambió la vida para siempre

FIN

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