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EL REINO DE AKSUM

El esplendor de la Antigüedad Tardía en


el África oriental
J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

HISTORIA DE ÁFRICA (GRADO EN HISTORIA)

UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA. 2015.


El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

RESUMEN

El Reino de Aksum, situado al norte de Etiopía en un marco geográfico


excepcional, desarrolló su esplendor entre el 150 a.C. y el 300 d.C. Nuestro objetivo con
el presente trabajo es arrojar algo de luz, a través de diferentes preguntas y debates,
sobre aspectos como el proceso de formación estatal, la distribución territorial, la
economía local y comercial, el complejo de creencias culturales y religiosas, así como el
sistema socio-político monárquico que sustentaba al reino en sí.

Palabras clave: Aksum, Etiopía, historia africana, comercio, religión cristiana, reino

ABSTRACT

The Kingdom of Aksum, located in the northern Ethiopia in an exceptional


geographical framework, developed its magnificence between the 150 BD and the 300
AD. Our goal with the following paper is to shed light, through different questions and
discussions, on aspects as the state formation process, the territorial distribution, the
local and commercial economy, the cultural and religious beliefs complex, as well as
the social-politic monarchic system that supported the kingdom in itself.

Key words: Aksum, Ethiopia, African history, commerce, Christian religion, kingdom.

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El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN
1. Aclaraciones metodológicas……………………………
2. Hipótesis previas……………………………………….
3. Las fuentes
a. Fuentes escritas y leyendas………………………
b. El descubrimiento arqueológico de Aksum……...
4. Breve cronología del reino……………………………..
II. MARCO GEOGRÁFICO Y TERRITORIAL
1. El paisaje etíope durante el período aksumita………….
2. Formación y expansión del reino……………………....
III. EL MUNDO URBANO
1. La capital del reino: Aksum……………………………
2. Ciudades, pueblos y aldeas: la distribución de las urbes
IV. EL SISTEMA POLÍTICO Y LA SOCIEDAD
1. La monarquía…………………………………………..
2. La estructura militar……………………………………
3. La jerarquía social aksumita…………………………...
V. LA ECONOMÍA
1. La producción y las industrias locales…………………
2. El comercio interior y exterior…………………………
3. La acuñación de la moneda……………………………
VI. EL MUNDO CULTURAL Y SIMBÓLICO
1. La cultura material de Aksum…………………………
2. La lengua y las artes…………………………………..
3. La religión…………………………………………….
4. El mundo funerario……………………………………
VII. CONCLUSIONES
VIII. BIBLIOGRAFÍA
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El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

I. INTRODUCCIÓN
1. Aclaraciones metodológicas

A la hora de abordar este trabajo, el primer paso a seguir fue el de rastrear que
fuentes bibliográficas íbamos a utilizar. No fue ninguna sorpresa comprobar que el
material en español era prácticamente inexistente, y que en su mayoría este estaba en
francés o inglés; de hecho, hasta donde conocemos, este sería el primer trabajo
académico sobre el Reino de Aksum en español. Por otro lado, tampoco este material
era muy abundante y accesible: dos monografías, la de Munro desde una perspectiva
temática y la de Phillipson en un sentido cronológico, y unas pocas decenas de artículos.
Todos ellos son de reciente publicación, lo que no permitía hacer un verdadero
seguimiento de la evolución historiográfica, salvo en ciertas cuestiones. A pesar de ello,
se ha evitado en lo posible seguir una única línea argumental, y finalmente optamos por
desarrollar el trabajo presentando los principales ejes temáticos en lugar de realizar un
desglose cronológico, por lo que hemos usado sobre todo la monografía de Munro-Hay,
añadiendo algunos debates teóricos que se están planteando en los últimos años sobre
Aksum con la complementación de la información aportada por distintos artículos. Esta
opción ha sido tomada en base a una preferencia por enfocar más las estructuras
socioeconómicas, los fundamentos político-culturales y el desarrollo territorial en sí,
que a llevar a cabo una mera explicación del devenir histórico del Reino, aunque si bien
haremos constantes referencias a ciertos eventos, procesos y personajes históricos
ilustrativos. Así todo, hay que tener en cuenta que contamos con la limitación del
espacio de un trabajo académico de estas características, por lo que hemos preferido
centrarnos en las ideas principales para evitar enumeraciones tediosas.

2. Hipótesis previas

Antes de comenzar con el corpus temático de nuestro trabajo, creemos


conveniente plantear de forma explícita una serie de hipótesis previas que girarán en
torno a los principales ejes temáticos. En primer lugar, habrá que tener en cuenta cuáles
son las fuentes textuales y arqueológicas que disponemos para conocer la historia de
Aksum, haciendo cierto hincapié en los problemas que puede derivar de las mismas.

A continuación, se intentará dilucidar cómo fue el marco territorial en el que se


formó la expansión del estado aksumita, y hasta qué punto influyó el uno en el otro.

4
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

Además, en este marco territorial también se insertó un mundo urbano representado por
la capital y otras ciudades, por lo que será necesario hacer referencia a esta distribución.

En tercer lugar, habría que plantear cuáles fueron los basamentos políticos e
ideológicos del Estado aksumita para conseguir su expansión, y cómo se estructuró su
sociedad en base a ello. Por otro lado, hay que abordar cómo este sistema político
organizó la producción local y el comercio, prestando especial atención al sistema
monetario.

En último lugar, cabría preguntarse sobre cómo se han percibido las


características culturales diferenciadoras del Reino de Aksum, al menos en lo que
refiere a la cultura material, la escritura, las artes y las creencias religiosas.

3. Las fuentes
3.1. Fuentes escritas y leyendas1

Aksum fue la capital de una sofisticada cultura del norte de Etiopía con su
propia escritura y moneda, y con una red de centros comerciales urbanos conectados
con las tierras altas del interior y de la costa del Mar Rojo, manteniendo además
contactos culturales y comerciales con el río Nilo, el mundo romano y a través del sur
de Arabia, con Asia.

En este espacio se constituye una de las más importantes y antiguas


civilizaciones del pasado, el ancestral reino etíope
de Aksum. Sin embargo ha sido un gran
desconocido hasta muy recientemente. Para
ponernos tras la pista de su pasado, hay que acudir
a toda una serie de fuentes que en su mayor parte
citan de pasada este reino. Ha sido un lugar de
leyendas, relacionado con el arca de la alianza,
Salomón o la reina de Saba, vistos a través del
Ilustración 1 Funda de cojín etíope moderno relato del rey serpiente Arwe o Waynaba, el cual
que muestra al Rey Salomón y la Reina de
Saba en Aksum junto a las stelae. pedía una mujer joven cada año. El que sería el
futuro primer rey, en un ámbito que recuerda mucho al del héroe fundador de mitologías
griegas y romanas, rescataría a la mujer elegida, la cual quedaría unida a él como

1
MUNRO-HAY, S. 1991 : 15-22

5
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

Salomón y Saba. Otros autores han especulado si Tigray y las fronteras etíopes y
sudanesas fueron para los antiguos egipcios la legendaria tierra de los dioses.

También nos encontramos retazos textuales que entroncan con el incipiente


cristianismo, como el del legendario rey Bazen, que se enclavaría en torno al nacimiento
de Cristo. Según interpretaciones modernas, este no sería sino uno de los tres reyes que
llegaron a Belén. También la del rey Caleb, que socorrió a los cristianos perseguidos en
Yemen por los reyes judíos, por lo que alcanzaría el estatus de héroe cristiano, siendo
hoy en día reconocido como santo en algunas iglesias.

Por otro lado, existen muchos detalles acerca de la historia política y militar de
Aksum que han sido preservados en fuentes documentales antiguas. Algunos geógrafos
e historiadores griegos y romanos, así como viajeros, mercaderes, eclesiásticos y
embajadores nos acercan a la realidad de este país a través de sus escritos.

Sin ir más lejos, Plinio el Joven en su Historia Naturalis menciona a Aksum.


También se hace lo propio en el Periplo del Mar Eritreo, un documento fechado
alrededor del siglo I a.C. que, en breves páginas, describe una ruta comercial desde los
puertos egipcios del Mar Rojo hasta la India.2 Por su parte, el geógrafo griego Ptolomeo
describe Aksum a mitad del siglo II como un próspero centro de intercambio. Maní, el
líder religioso persa fundador de la religión maniqueísta que vivió durante el siglo III
d.C. habló de los cuatro reinos más importantes del mundo: Persia, Roma, Sileos
(posiblemente China) y Aksum. Incluso el emperador Constantino II escribió una carta
a Ezana, rey de Aksum en torno al 356 d.C. También hay menciones más tardías en los
inicios del mundo musulmán, ya que fue en Aksum donde se dio asilo a los seguidores
del profeta Mahoma

Por otro lado, podríamos decir que durante la Edad Media hubo un
“redescubrimiento” de Aksum en tanto que había transcurrido casi un milenio desde el
fin del reino. En este sentido, hay menciones respecto a esta realizada por mercaderes
venecianos a finales del siglo XIV, aunque fueron los portugueses quienes tuvieron el
primer contacto real. Una de estas fuentes es Giovanni da Carigano que obtuvo la
información de un embajador etíope que se detuvo en Génova durante 1306. A partir de
este momento las menciones son continuas: Antonio Bartoli de Florencia y Pietro
Rombulo que llegaron a Etiopía entre el final del XIV y comienzos del XV; Poggio

2
DE CONTI, 2012 : 17

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El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

Bracciolini y su primera descripción más o menos creíble de Etiopía impresa en Europa


en 1492; o el propio Alfonso V de Aragón que llegó a cartearse con el monarca etíope
de ese momento, Ya´Qob. Durante el XV y el XVI las relaciones con Portugal fueron
constantes, arribando monjes, embajadores, soldados y comerciantes, en el marco de los
ataques que sufrió el reino etíope a manos de los musulmanes. Durante los siglos XVII
y XVIII se publicaron obras como la Historia de Etiopia (1622) de Manuel de Almeyda
donde se citan las estelas tanto erigidas como destruidas, o las descripciones del escocés
James Bruce que publicó Travels to Discover the Source of the Nile (1769), en el que
dedica algunas páginas a las antigüedades de Aksum, mencionando unos cuarenta
obeliscos.3

3.2. El descubrimiento arqueológico de Aksum

Aunque tenemos estas menciones medievales y las ya


evocadas descripciones de los exploradores ingleses y
portugueses de entre el siglo XV y el XVIII, el descubrimiento
arqueológico de Aksum no llegaría al territorio etíope hasta la
publicación de Viaje a Abisinia de Henry Salt en 1814, en la
que logró traducir las inscripciones trilingües de la Piedra de
Ezana (narra la conversión al cristianismo de dicho rey), lo
cual supuso el inicio del uso de técnicas históricas sobre
material arqueológico en este contexto. Sin embargo, no fue Ilustración 2. Retrato de
Henry Salt (1780-1814)
hasta 1868 cuando se ejecutó la primera excavación
deliberadamente planeada en Magdala por el agente del Museo Británico R. R. Holmes,
el cual acompañaba a una expedición militar británica.

El comienzo de la arqueología en Etiopía supuso un potencial incremento de la


información sobre el modo de vida aksumita, aportando detalles centrados sobre todos
en la urbanización, la agricultura y tecnología, los cuales eran desconocidos desde las
fuentes escritas. En este sentido, podemos destacar la Expedición Alemana de Aksum,
llevada por Enno Littmann en 1906, que se encargó de explorar distintos yacimientos y
prospectar la región entera, y cuya publicación de cuatro volúmenes aportó numerosas
inscripciones traducidas, planos, fotografías, descripciones y las primeras
especulaciones sobre la cronología material.

3
MUNRO-HAY, S. 1991 : 15-22

7
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

Así todo, esta misión alemana fue luego superada por las posteriores
expediciones llevadas a cabo por equipos italianos, franceses, británicos y americanos,
así como por parte del Departamento de Antigüedades de Etiopía, quien lleva
actualmente las publicaciones. Como resultado, se han obtenido numerosas estructuras
y material doméstico en el norte de Etiopía de fecha coincidente con la época aksumita,
aunque existen algunos debates en torno a la adscripción cultural de algunos elementos.4

Entre las misiones europeas llevadas a cabo en este ámbito, fueron bastante
remarcables las excavaciones llevadas a cabo en los años 70 por el doctor Neville
Chittick y el Instituto Británico del África Oriental, las cuales fueron las primeras en
usar técnicas de arqueología científica en Aksum.5

De manera reciente, podemos destacar algunos estudios relativamente recientes


centrados en la gestión de recursos hídricos en la formación estatal (Sulas, 2009)
utilizando novedosos estudios geoarqueológicos y paleoambientales.6 No obstante, el
estudio arqueológico del reino se encuentra aún en una etapa primaria, si bien los
resultados son bastante interesantes y ponen a Aksum entre las grandes civilizaciones de
la Antigüedad tardía.7

4. Breve cronología del reino

Aunque ya hemos indicado que el enfoque no será el cronológico, es necesario


encuadrar los contenidos que vamos a abordar en unos procesos históricos
determinados.

Durante el segundo milenio antes de Cristo y como resultado de una progresiva


introducción de esta región en el circuito de intercambio entre el mundo mediterráneo y
el Océano Índico, una serie de culturas sedentarias emergieron en el norte de Etiopia y
Eritrea. Lo que se ha considerado desde la arqueología como una suerte de entidad pre-
estatal surgió en la región entre el 700 y el 600 a.C. hasta que fue entrando en declive
hacia el 400 a.C., momento en el que emergió un proto-estado político aksumita con
influencia de los inmigrantes de Sabea en Arabia, con fechas comprendidas entre el 400
y el 150 a.C., momento en que se inicia el desarrollo del nuevo estado que fue llamado

4
: Ibídem : 23-28
5
Referencia web: http://www.archaeologyexpert.co.uk/aksumofethiopia.html (01/12/2015)
6
SULAS, F. 2009 : 4-5
7
MUNRO-HAY, S. 1991 : 28

8
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

como Reino de Aksum (150 a.C. - 700 d.C.).8 Éste se extendió en torno a la actual
Eritrea, norte de Etiopía, Yemen, norte de Sudán y parte del sur de Arabia Saudí en su
período de máximo esplendor.

Alrededor del siglo III de la era, se produce la cristianización de los dioses


aksumitas a la vez que el Estado empieza a dominar algunos estados de la Península
Arábiga a través del pago de impuestos. No obstante, en el 350 d.C. Aksum fue
conquistada por el Reino de Kush durante breve tiempo. Posteriormente, y a pesar de
los intentos desde el mundo romano de una revisión de la doctrina en Aksum, después
del Concilio de Calcedonia del 451 el cristianismo se dividió debido a la interpretación
de la naturaleza de Cristo, quedando Aksum incluido en el grupo que conocemos como
monofisitas.

En torno al siglo VI d.C., movimientos geopolíticos como la independencia de


Yemen y las conquistas de Persia sobre Siria y Egipto incidieron negativamente en
Aksum. Finalmente, hacia el siglo VII el reino entró en claro declive por el aumento del
poder de los estados islámicos en el Mar Rojo, por el cambio climático y de las
corrientes del Nilo, y por una serie de luchas tribales que llevaron a Reino de Aksum a
una “Edad Oscura”, tras la cual se inició la dinastía Zagwe. De hecho, todo parece
indicar que la capital del reino fue abandonada en el 630, aunque continuará siendo
usada como centro religioso ocasional para dinastías posteriores.9

II. MARCO GEOGRÁFICO Y TERRITORIAL


1. El paisaje del norte de Etiopía durante el período aksumita

Antes de abordar los principales aspectos del reino aksumita, es conveniente


explicar el contexto geográfico en el que se desarrolló esta entidad política, el cual
además influiría en cierta manera el modo de vida de su sociedad, y en la adquisición de
determinadas estrategias económicas. Una de las formas más fidedignas de aproximarse
al contexto paleoambiental de Aksum son los estudios geológicos, micromorfológicos y
paleobotánicos desarrollados en torno a la primera década del siglo XXI.

Según estas investigaciones10, las tierras altas del norte de Etiopía estarían
caracterizadas por una serie de valles pluviales situados sobre un lecho geológico

8
SULAS, F. 2009 : 4
9
MUNRO-HAY, S. 1991 : 13-14
10
Moeyersons et al. 2006; Schmidt et al. 2008 ; Nyssen et al. 2004 ; Dramis et al. 2003 ; Lamb 2001.
(Mencionados en SULAS, F. 2009)

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El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

volcánico, y cuyos bosques se fueron reduciendo por el impacto de la aridez y la presión


humana, aunque éste es aún un aspecto en debate por las discusiones en torno al
progreso de la agricultura en esta zona y sus cronologías. No obstante, la mayoría de
investigaciones coincide en que
entre los últimos siglos antes de la
era y el siglo IV d.E. había un clima
estable, con una vegetación más
desarrollada y una humedad más

Ilustración 3. Paisaje de sabana etíope en la actualidad (provincia alta que en la actualidad. Según las
de Tigray)
evidencias de carbones, polen y
fitolitos, el suelo estaría predominado por hierbas y plantas arbóreas (Acacia sp., Cordia
abyssinica, etc…) características de la sabana abierta11.

Aunque los escritos de los exploradores portugueses e ingleses del siglo XVI-
XVIII sucedieron más de un milenio después de la época aksumita, en el que han
podido ocurrir grandes variaciones climatológicas y medioambientales, lo cierto es que
al menos describen cómo era el paisaje antes del impacto de la colonización y la
Modernidad, por lo que sería conveniente al
menos señalarlo. Estos viajeros remarcaban el
contraste observado en su viaje de ocho días
entre la calurosa planicie costera del puerto
comercial de Adulis (Mar Rojo) y el frío
altiplano de Aksum (2100 m. de altitud) con
una temp eratura media de 1 6ºC. No obstante,
Ilustración 4. La altiplanicie del norte de Etiopía en
lo que más les sorprendía de esta región la actualidad.

marcada por valles y ríos al oeste del Nilo Azul era el panorama montañoso y los
bosques poblados de félidos africanos, elefantes, lobos, tapires, cocodrilos e
hipopótamos.12

En este excepcional entorno geográfico de la altiplanicie del norte de Etiopía


surge el reino de Aksum en el siglo I a.C. en torno a la capital, un proceso que como
veremos a continuación va a estar muy conectado al marco territorial.

11
SULAS, F. 2009 : 4-5
12
MUNRO-HAY, S. 1991: 29-32

10
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

2. Formación y expansión del reino: una aproximación teórica

Antes de que las ambiciones aksumitas pudieran alcanzar la costa del Mar Rojo,
hubo una serie de precondiciones políticas, económicas y comerciales para que tal
entidad pudiera surgir en este marco territorial. En primer lugar, hay que destacar que
previamente hubo un control sobre ciertos recursos locales y rutas comerciales
interiores: la que llevaba al Valle del Nilo usando los ríos Marab y Takaze; luego una
ruta más larga (unos 30 días de viaje según las fuentes13) que iba a los límites de Egipto
en Elefantina; otra que llevaba hacia las costas de Somalia, mencionada como “la tierra
del incienso llamada Barbaria”; y una última ruta de comercio del oro hacia el sur,
cruzando las tierras de Agaw y Sasu, que tomaba unos 6 meses.

Así pues, no es de extrañar que esta encrucijada de caminos inserta en una


región fértil estuviese ya poblada en período pre-aksumita. La cultura de estas
poblaciones tempranas, según algunas investigaciones italianas desarrolladas en los 90,
estaría influida por un lado por la cultura sabea al oeste y por otro lado por los pueblos
sudaneses del sur, cuyos contactos se producirían a través de las rutas.

Aunque la formación del estado aksumita


es casi desconocida, se han desarrollado dos
interpretaciones sobre este proceso. Para el primer
modelo (desarrollado desde los años 70), dado que
la ciudad de Aksum estaba situada en un buen
punto para el comercio y la producción
alimenticia, se pudo incrementar la prosperidad de
la urbe y su consecuente aumento demográfico, lo
cual facilitaría una expansión para asegurar
nuevos recursos y un necesario incremento de la
fuerza militar. En este contexto surgiría entonces
un líder militar con la suficiente capacidad como
Ilustración 5. Mapa de la aproximada para darle a Aksum el rol dominante en la región.
extensión del Reino de Aksum en su plenitud.
De la misma forma, se ha sugerido también que
este líder tendría su base de apoyo en los concejos tribales de la zona como herencia de

13
Monumentum Adulitanum (inscripción del reino de Adulis –Eritrea- en griego que describía las
campañas militares de un rey adulita) y Procopius de Cesarea (erudito de la Antigüedad Tardía que fue
el principal historiador del siglo VI d.E.).

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El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

un sistema de jefaturas, y que a pesar de absorber cultural y políticamente a los grupos


tribales vecinos dejaría a sus antiguos líderes como “virreyes”. De hecho, en las
titulaturas de los reyes aparece una lista de regiones que constituían al reino, como por
ejemplo Eritrea, Tigray, Aksum, Adwa, Hamasien, Keren y Wollo, por lo que
seguramente los aksumitas formaron el concepto de Estado comprendiendo la cohesión
de todas estas comunidades bajo un mismo líder, el negus de Aksum que representaba a
la entidad política. No obstante, también se observa que algunos pueblos, a pesar de
estar en el área de influencia aksumita, permanecieron independiente y mantuvieron con
el reino o relaciones de subordinación con el pago de impuesto, o bien simplemente
relaciones comerciales, como fue el caso de Adulis en la costa. En última instancia, esta
teoría puede resultar bastante plausible, aunque lo cierto es que se enmarca en unos
momentos en los que la arqueología posee aún unos matices evolucionistas en tanto que
considera el proceso de forma determinista y lineal, dándole una especial importancia al
control de los recursos por parte de un líder militar para el surgimiento de un estado.14

Por el contrario, en 1986 Joseph Michels propuso una nueva interpretación de la


formación del estado aksumita basándose en los cambios en los patrones de
asentamiento y el registro material, y diferenciando tres fases pre-aksumitas (700-150
a.C.), tres fases aksumitas (150 a.C.-800 d.C.) y una última fase post-aksumita (1000
d.C.). Lo más llamativo de este modelo es que para Michels el primer cambio se
produciría en torno a la segunda fase pre-aksumita gracias a los contactos de la
población indígena con el sur de Arabia, cuyos habitantes crearon colonias para la
explotación agrícola. A partir del 150 d.C., Michels sugiere el desarrollo de tres niveles
de organización: en primer lugar jefaturas de pequeña escala en torno a comunidades de
pueblos; seguidas por “reinos” que gobiernan en distritos de unos 150 km 2; y en un
tercer nivel estaría el propio reino de Aksum, que para el autor sería una confederación
de reinos cuyo gobernador era un “Rey de reyes”. Por último, se señala que en torno al
200 d.C. los reyes o nagashi de Aksum estuvieron implicados en conflictos bélicos con
el sur de Arabia. Así pues, podemos denotar que esta interpretación se insertaría en el
materialismo histórico en tanto que crea etapas históricas a través de los cambios en el
registro material y los patrones de asentamiento, los cuales abordaremos en el siguiente
apartado para aproximarnos a cómo fueron las ciudades de Aksum.15

14
MUNRO-HAY, S. 1991 : 32-37
15
Ibídem : 38-42

12
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

III. EL MUNDO URBANO


1. La capital del reino: Aksum

Tal y como hemos podido observar, el


Reino de Aksum toma el nombre de su propia
capital, ya que la primera entidad política
confederativa se expandió a partir de la ciudad.
Ésta creció en torno a las colinas amesetadas de
Beta Giyorgis y Mai Qoho, y según fuentes como
Ilustración 6. Reserva de agua cercana a la
el Liber Axumae y la hagiografía de la iglesia de ciudad de Aksum.

San Yared, la ciudad también se expandió alrededor de algunos cursos de agua


estacionales que atravesaban este paraje, ya que el agua fue probablemente un
importante elemento en el desarrollo de la ciudad. De hecho, muchos autores coinciden
en que la etimología kushita-semítica de Aksum vendría a significar “el agua del jefe”,
lo cual ha sido interpretado por Munro-Hay como una sugerencia de que el lugar pudo
ser un importante sitio de suministro de agua que pronto se convertiría en el
asentamiento de un importante jefe local.

En lo que refiere a la magnitud de la ciudad, en fuentes del siglo I d.C. como el


Periplo griego del mar Eritreo se observa que era lo suficientemente prominente como
16
para ser llamada “metrópolis”. No obstante, lo que más se conoce sobre la ciudad
viene de las evidencias arqueológicas, si bien éstas se limitan a los edificios de las
clases altas (construidos en piedra), ya que probablemente las estructuras más humildes
fuesen construidas con materiales que no se han conservado (vegetales) o bien
estuvieran situadas a las afueras, donde aún no se han realizado excavaciones
sistemáticas. El plano de Aksum era bastante simple, comenzando por una vía
ceremonial este-norte, flanqueada por estelas de granito y estatuas de bronce, que iba
del centro religioso (posiblemente un templo-catedral) hacia el cementerio real donde se
enterraban los monarcas y sus cercanos. A través de las prospecciones, se cree que al
menos había una plaza abierta o mercado en torno al área central 17, el cual cumpliría
una función importante en tanto que la ciudad de Aksum contaba con una posición
ventajosa para el comercio entre el Nilo Azul y la costa del Mar Rojo 18. Por otro lado, el

16
MUNRO-HAY. 1991 : 96-98
17
Ibídem : 101
18
Ibídem : 34

13
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

principal suburbio residencial, situado al oeste, contaba con grandes palacios que
estaban flanqueados por cementerios más pequeños y casas más humildes. Las distintas
excavaciones de estas casas nobiliarias han desvelado que compartían un plano
simétrico más o menos similar: un pabellón central situado encima de un alto podio al
que se accedía por amplias escaleras, a su vez rodeado por habitaciones adosadas más
bajas y patios abiertos19.

En último lugar, hay que destacar


la arquitectura monumental aún
conservada en Aksum, de la cual lo más
conocido son las llamadas stelae, cuya
magnitud puede variar de simples
piedras erigidas para marcar las tumbas,
a torres masivas esculpidas a modo de
Ilustración 7. Las grandes stelae de Aksum
obelisco aún en pie, y que también marcan los
lugares en los que se sitúan las tumbas de los reyes aksumitas.

2. Ciudades, pueblos y aldeas: la distribución de las urbes

Además de la capital, una serie de comunidades urbanas florecieron de forma


conjunta con Aksum, lo cual es un fenómeno interesante pero que aún está parcialmente
documentado, ya que en casi todos los núcleos se repite el mismo problema de que las
excavaciones sólo han cubierto las estructuras monumentales de las élites. A pesar de
esta dificultad, sabemos que la mayoría de las urbes medianas eran comunidades
probablemente asociadas con la explotación de los campos y recursos circundantes,
como Matara, aunque también había núcleos que crecieron a partir del intercambio y el
transporte como puertos y ciudades comerciales.

Entre estas urbes comerciales, destacó principalmente el próspero puerto de


Adulis, situado en la costa del Mar Roja. Tras la conquista aksumita de los centros
tribales de esta área, se cree que la ciudad-puerto llegó a cubrir unos 20.000 m2 que
alojaron elegantes edificios, iglesias y casas de varias habitaciones. De hecho, la
importancia de dicho centro llegó a ser tal que en fuentes como el Periplo del mar
Eritreo se diferencia identitariamente a los adulitas de los aksumitas.

19
Ibídem : 98

14
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

En este Periplo también se habla de una ciudad al norte de Adulis, Sabath


(también nombrada como Saue y Sabea), cuyas excavaciones han revelado que
mantenía contactos con otras civilizaciones, aunque sus orígenes se desconocen. De la
misma forma, el Periplo y otros autores como el geógrafo Ptolomeo mencionan al
cercano núcleo de Koloë, cuya importancia deriva de su mercado de marfil y que contó
con espléndidas mansiones, iglesias, tumbas, y excepcionalmente respecto al resto de
las excavaciones, edificios domésticos en áreas más humildes.

Para evitar continuar con una


larga lista descriptiva de centros
urbanos, optaremos por hacer una
referencia general de las
características y similitudes de las
ciudades y poblaciones adscritas al
Reino de Aksum. A pesar de las
Ilustración 8. Ejemplo de casa nobiliar aksumita
obvias diferencias regionales, la homogeneidad de la arquitectura y del registro material
entre los centros urbanos nos indica la existencia de una “cultura aksumita”. En primer
lugar, en la mayoría de urbes las grandes casas pudieron haber sido las residencias de
los “virreyes” o gobernadores aksumitas, que normalmente contenían símbolos de
autoridad como un tesoro como en el caso de la residencia principal de Matara. Estas
mansiones con dependencias se pueden también encontrar en los entornos rurales a
modo de “villa” de los jefes locales.

En lo que refiere al patrón de asentamiento territorial, la mayoría de ciudades y


pueblos se situaban cerca de las rutas de comercio y suministro, aunque se asociaban
también a asentamientos agrícolas y de explotación local.20

Así pues, hemos visto que Aksum desarrolló una civilización cuya influencia
llegó entre los siglos IV y V d.C. a las regiones al sur del Imperio Romano, al oeste con
los límites del Sáhara y más allá del Mar Rojo llegando al desierto de Arabia. Para
sustentar una entidad de tal tamaño se requirió un sistema político e ideológico
centralizado para poder aglutinar a tal cantidad de diversas sociedades, por lo que es
ciertamente conveniente abordar las características de dicho sistema.

20
MUNRO-HAY, S. 1991 : 42-46

15
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

IV. EL SISTEMA POLÍTICO Y LA SOCIEDAD


1. La monarquía

En tanto que reino, Aksum fue claramente una monarquía en la que a través de
la evidencia arqueológica como monedas, estelas y obeliscos, vemos que los reyes
estaban decididos a mostrar públicamente su poder y a dar detalles de sus logros.

Como veremos posteriormente, en las monedas


aksumitas el rey se muestra justo con sus regalías como la
encarnación del Estado acompañado de su nombre y el título
“rey de los Aksumitas”, una concentración de poder
simbólico bastante inusual en el contexto del África
subsahariana de la Antigüedad, pero que tendría sentido
teniendo en cuenta de que tenían fluctuantes relaciones con
el contexto mediterráneo y persa, en los cuales se utilizaban
sistemas similares.
Ilustración 9. Representación
En lo que refiere a la base ideológica, en el período idealizada de un rey aksumita.
precristiano el rey era considerado como el hijo de Mahren, dios etíope de la guerra, el
cual fue probablemente el dios dinástico aksumita. Esta relación como hijo de la deidad
elevaba al monarca ante los ojos de sus súbditos a una categoría casi divina, y son
muchas inscripciones reales las que lo enfatizan también como líder, héroe de guerra,
conquistador, juez y legislador, lo cual nos puede hablar en cierta manera de sus poderes
teóricos en el contexto político. Según Munro-Hay, la aparición de estos poderes tendría
sus orígenes en los nagashi, unos oficiales que se encargaban de recoger los impuestos
entre los gobernadores de las colonias de Sabea, aunque se desconoce por falta de
registro arqueológico la transición entre estos recaudadores de impuesto y los reyes
aksumitas.

Posteriormente, entre el siglo III y IV d.C. se ha sugerido la posibilidad de que


existiera en momentos puntuales la presencia de una monarquía dual para evitar
posibles crisis de sucesión, ya que aparecen varias inscripciones en las que se menciona
el título dual de “los dos reyes de Aksum” para Datawnas y Zaqarnas; y para Wazeba y
Ousanas. De todas formas, lo cierto es que la naturaleza de la sucesión por
primogenitura no está clara, ya que aparecen constantes cambios de dinastía21. En lo que

21
MUNRO-HAY, S. 1991: 129-34

16
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

refiere al ritual de la coronación, es remarcable que probablemente fuera similar a la que


desarrollaron los reyes de Abisinia y Etiopía en época posterior, ya que estos utilizaron
a la historia de Aksum como elemento de prestigio y se enraizaron con los reyes
aksumitas para justificar su poder monárquico, lo cual se refleja en las mismas
recitaciones de coronación pronunciadas después del siglo VII d.C.

Tras la legendaria
conversión al cristianismo del
rey Ezana en el siglo IV d.C.,
y por tanto del mismo Reino
de Aksum, se modificó la
titulatura anterior (nombre
personal, la filiación divina,
Ilustración 10. Monedas del Rey Ezana. los epítetos y enumeración de
territorios) a empezar a tomar nombres bíblicos. De hecho esta transición fue conocida
gracias a la famosa Piedra de Ezana que narra los logros de dicho rey. No obstante, uno
de los mayores problemas históricos para el período de Aksum ha sido la creencia de
que la adopción de la Cristiandad fue un proceso clave en la construcción ideológica y
en la consolidación del estado de Aksum 22

En realidad la cuestión de la monarquía en Aksum, y concretamente la etapa


cristiana, ha sido un objeto de debate historiográfico por el uso de referente que se le dio
por la posterior monarquía etíope23, y sobre todo por lo complejo que supone abordar el
tema, algo que es achacado por autores como Wendowski a la dependencia que hay
hacia la numismática y a la falta de excavaciones con buen criterio metodológico.

2. La estructura militar

Como vimos en apartados anteriores, la monarquía y la figura del rey tenían un


peso fundamental en la estructura militar. Entre las responsabilidades de los reyes
aksumitas estaba la de comandar las campañas militares, tema principal de casi todas las
inscripciones que han llegado hasta nosotros. En ella además se citan los motivos de
dichas campañas, casi siempre relacionados con la necesidad de proteger las fronteras
para consolidar los negocios comerciales, luchar contra la piratería en el Mar Rojo, y
asegurar las rutas terrestres de comercio.
22
WENDOWSKI, M. 2003 : 2
23
HIRSCH, B. 2001 : 59-60

17
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

El estrato militar era indudablemente una de las principales instituciones de la


monarquía aksumita. El propio rey era el comandante en jefe, pero los hijos, hermanos y
otros parientes fueron frecuentemente colocados en altos cargos durante las campañas
en las que el rey estaba ocupado en otros asuntos. A pesar del carácter semidivino de la
monarquía, elemento base de su dominio, el control de estos brazos militares por
miembros de la familia gobernante debió haber sido también un recurso fundamental de
fuerza y legitimación.

El ejército aksumita estaba organizado en sarawit (sing. sarwe), grupos o


regimientos de fuerza numérica desconocida, cada uno con un nombre distinto, que
posiblemente aludieran a un distrito o provincia bajo el mando de un comandante o
general, algo que ha sido visto como una reminiscencia de una formación política previa
divida en subreinos que ahora formaban parte de Aksum.

Respecto al reclutamiento, partiendo de que el nombre de los regimientos está


relacionado con las provincias, quizás los gobernantes locales estuvieran obligados a
aportar hombres al ejército. Los nombres de algunos de los regimientos conocidos son:
Hara, Halen, Damawa, Sabarat, Hadefan, Sabaha, Dakuen, Laken, Falha y Sera.

En lo que refiere al equipo militar


esta mostrado en ciertas estelas, como la
Estela de la Lanza, que muestra una con una
larga cuchilla y otra más corta, y en cuyo
reverso se describe un escudo redondo. No
han sido encontradas aún armaduras
personales. Por otro lado, aunque no hay
Ilustración 11. Referencia mural posterior del uso
evidencias directas, se entiende que los de caballos.
caballos eran conocidos y usados para fines militares, pudiendo ser alguno de los
regimientos usados íntegramente como caballería. Huelga decir de lo valiosa que era
dicha posesión. El uso de elefantes pudo haberse dado, aunque no existe constancia de
ello.

Por ultimo habría que apuntar que además de su función comercial, la flota tuvo
que servir para el transporte de tropas en operaciones de persecución y vigilancia de las
rutas comerciales marítimas.24

24
MUNRO-HAY, S. 1991 : 180-186

18
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

3. La jerarquía social de los aksumita

El potencial demográfico fue un elemento significativo en el factor de desarrollo


del estado aksumita. Hay que tener en cuenta que las estimaciones de población
realizadas no pueden ser exactas, ya que se basan en extrapolaciones a partir del registro
material encontrado. Para ello se han usado también datos proporcionados por estelas y
grabados realizados por los gobernantes, que aunque nunca hicieron o plasmaron por
escrito un recuento de los habitantes, si indicaban por ejemplo el número de tribus o la
cantidad de comida que estas consumían. En resumen, por un lado tendríamos la urbe
de Aksum, la cual da la impresión de ser una ciudad de tamaño considerable que
albergaría una población aproximada de varias decenas de miles de personas. Por el
otro, y haciendo otra serie de cálculos que contabilicen el número de ciudades y pueblos
aksumitas conocidos, se considera que en total habría una población de entre quinientos
mil y un millón de habitantes25
Respecto a la estratificación de la sociedad, hay poca información al respecto.
Algunos indicios desde la arqueología y otras fuentes apuntan a que debería haber algún
tipo de división social donde destacara una clase privilegiada basada en la propiedad de
la tierra y estableciendo algún tipo de relación pseudofeudal a pequeña escala. En el
área central de los núcleos poblaciones más importantes estos dueños de la tierra que
entendemos ostentarían puestos de gobernantes, tendrían un mayor nivel de vida,
rodeados de sirvientes domésticos y esclavos en una serie de residencias de gran tamaño
cuyos restos han llegado hasta nosotros. En este sentido, el gobierno de Aksum estaba
administrado por una pirámide de autoridad que se situaba en los escalones inferiores al
rey: gobernadores, jefes y sub-reyes. De hecho, algunos de estos puestos eran ocupados
por los propios miembros de la familia del rey, pero a medida que el reino se fue
expandiendo, los cargos de la administración civil tuvieron que pasar a manos de jefes
locales de confianza, aunque si éstos no pagaran los impuestos se consideraría un acto
de rebelión.
En una sociedad principalmente dedicada a las tareas agropecuarias y
comerciales, el resto de la población estaría ocupada en dichas tareas, junto con el
sustrato de población especialista destinada a la producción cerámica así como del
trabajo del cuero y el metal. Por último, en el estrato menos privilegiados tendríamos a
los esclavos, compuestos por criminales o prisioneros de guerra, y sobre los que se

25
Ibídem : 138-140

19
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

aluden ocasionalmente en algunas fuentes. Algunos de ellos estarían más valorados que
otros al poder tener alguna habilidad artesanal que pudiera ser aprovechada26.
V. LA ECONOMÍA

1. La producción y las industrias locales

El reino de Aksum poseyó una economía esencialmente agraria y pastoril, a


pesar de que a priori pueda parecer que hubiera una predominancia de la actividad
comercial. En este sentido, su situación geográfica le proporcionaba acceso a una
inusual variedad de espacios para la explotación de cultivos y el pastoreo. Muestra de la
importancia de estos procesos ha quedado registrada en monedas acuñadas con la efigie
del rey en una cara y espigas de trigo en el reverso. De la misma forma, también hay
menciones en estas monedas de productos como la cerveza, la harina y el pan. Además,
se conoce la existencia de consumo de vino, miel y aceite. Esto se confirmaría por los
resultados de las investigaciones arqueobotánicas, que revelan la presencia de varias
especies como la cebada, el farro y el lino entre los siglos VIII y V a.C.; y de otras para
el primer milenio d.C. como el trigo, el tef, el sorgo, la avena, el guisante, las habas, las
lentejas, el algodón y las uvas. Cabe destacar que esta última especie aparece además en
contextos funerarios de élites y grabadas en marfil, con lo que posiblemente tuvieran
una especial importancia para esta clase sobre el resto de especies.27

Por otro lado, la existencia de presas como la de Qohayto y la de Basin ai Shum


indica que se practicaba el ya mencionado almacenamiento de agua desde época pre-
aksumita, lo que tradicionalmente indicó que deberían haber actividades de irrigación
como un factor clave para el origen y expansión de los imperios en esta zona del
mundo, impuestas a la larga por núcleos de población en continuo crecimiento. Sin
embargo, nuevos estudios han ofrecido una visión diferente: la gestión de recursos
hídricos no tiene que significar o evidenciar que hubiera en Aksum una serie de
complejos bajo el control del estado. Al contrario, se plantea que en realidad hubo un
aprovechamiento del agua de lluvia estacional a través de un sistema de cisternas
desarrollado de forma separada al proceso de formación estatal, ya que dichos sistemas
se caracterizan por haber sido construidos con una masonería distinta a la de las
estructuras estatales de Aksum, y además parecen haber sido organizados por
estructuras sociales descentralizadas y no jerárquicas para hacer frente a los problemas
26
MUNRO-HAY, S. 1991 : 214-215
27
SULAS, F. 2009 : 6

20
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

de subsistencia28. Esto desmontaría la afirmación del determinismo del control de los


recursos en la aparición del estado aksumita, una interpretación que seguía las premisas
de Wittfogel y su hipótesis hidráulica de 1957.29

Respecto a la industria local, la economía de Aksum en los períodos de más


prosperidad era lo suficientemente rica para soportar una gran variedad
de industrias locales especializadas. La más impresionante quizás sea
la de la cerámica, tanto la de lujo como la de utilización diaria,
producidas en muchas variedades. También destacan la producción de
pieles y cueros para los meses fríos, y el algodón, que pudo ser
introducido desde el área de Meroe u otras que estuvieran bajo el
control aksumita. Además han sido encontrados elementos
relacionados con la transformación del marfil, el hueso y la madera.
Por último, cabe destacar la producción de herramientas agrícolas y
Ilustración 12.
Panel de marfil vasos o copas hechas de cristal. 30
(Museo de Aksum)
Aunque no esté bien documentada, también hay ejemplos de
explotación local de recursos minerales como hierro, plata, cobre y plomo, que son
mencionados sobre todo en muchas fuentes portuguesas, al igual que son usados en
monedas y otros objetos metálicos presentes en el registro arqueológico.31

2. El comercio interior y exterior

El vigoroso comercio que soportaba Aksum fue un importante elemento en la


adquisición de poder y posición en los primeros siglos de la era, y probablemente fue el
origen de buena parte de su riqueza. La política de rutas comerciales fue de vital
importancia y muy mencionada en las inscripciones, un factor ya mencionado en las
precondiciones de la expansión aksumita. Esto a su vez conllevaba una paralela defensa
y vigilancia de las costas del Mar Rojo, lo cual se complementaba con el mantenimiento
de las vías internas de transporte, para que éstas estuvieran en condiciones razonables
para el tránsito de las caravanas.

En este sentido, hay muchas fuentes acerca del comercio tanto interno como
externo del reino aksumita. Entre las principales mercancías, observadas tanto en los

28
Ibídem : 7-10
29
MUNRO-HAY, S. 1991 : 32-37
30
MUNRO-HAY, S. 1991 : 147-148
31
Ibídem : 143

21
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

textos como en los hallazgos en las ciudades, podemos destacar el marfil, los cuernos de
rinoceronte, la piel de hipopótamo, los caparazones de tortugas, monos y esclavos, los
cuales se traían a través de circuitos articulados por los jefes tribales y los líderes
aksumitas del interior al exterior del reino. También se remarca la circulación de
especias y otros productos vegetales como el incienso de Somalia, la resina, la caña de
azúcar y la sal, un importante elemento en el comercio interno sobre todo a partir del
siglo VI d.C., transportada en bloques llamados amole o gayla.

En lo que respecta a las


manufacturas locales, éstas
normalmente circulaban por los
mercados interiores, ya que
probablemente no tenían la
calidad necesaria para ser
incluidas en los largos viajes
comerciales. En cambio, sí se
importaban productos desde el
Imperio Romano o la India a Ilustración 13. Mapa de las rutas comerciales
través del puerto de Adulis, ya que eran muy deseados y apreciados por la elite de
Aksum. Entre éstos, podemos destacar el hierro, transformado en herramientas o armas,
o artículos especialmente encargados para dicho fin, comúnmente realizados en metales
preciosos, recipientes de vidrios, vestidos, vinos, aceites y especias. De la misma forma,
también llegaban monedas del imperio romano que tenían como objetivo facilitar los
cambios comerciales, y cuyas tipologías probablemente inspiraran a las monedas
aksumitas, las cuales han sido un elemento muy representativo en el registro material,
por lo que será conveniente dedicarle a ello un apartado específico.

3. La acuñación de la moneda

Las monedas aksumitas más antiguas datan aproximadamente desde el 270 d.C.
y fueron usadas tanto en el comercio interior como exterior. Los orígenes de las
monedas de Aksum están influídos, tal y como dijimos, por el comercio romano en el
Mar Rojo, y en cierta medida por la aparición de monedas persas y kushanas, que
sugeriría a los aksumitas a emularlos. No obstante, en tanto que el sistema monetario
aksumita sigue al romano/bizantino, probablemente Roma fue la entidad que tenían en
mente cuando se planeó la emisión de monedas. En cualquier modo, la adopción de un

22
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

sistema de monedas facilitó inmensamente el intercambio de productos junto a todos los


negocios públicos y privados, otorgando un considerable empuje a la economía.

Por otro lado, a la hora de producirlas,


se tuvieron en cuenta toda una serie de
consideraciones previas. En primer lugar, las
monedas ante todo tenían que ser aceptadas
tanto por la población etíope como por los
Ilustración 14. Moneda de cobre (340-540 d.C.) comerciantes extranjeros. Al principio, la
lengua seleccionada para la leyenda de las monedas fue el griego por encima del idioma
nativo, obvio recordatorio de que el propósito de estas era participar en el comercio con
el oriente griego. Como ejemplo de modelo tipológico, el rey Endubis acuñó monedas
de buena calidad y en los tres metales (oro, plata y bronce) con su efigie, mostrándose
como representante del estado, y vistiendo el yelmo y/o capa aksumita en ambos dorsos.
De la misma forma, también encontramos elementos religiosos como una serie de
discos y conjuntos de símbolos crecientes, que sugieren deidades solares y lunares. En
último lugar, a modo de interpretación, podemos decir que el especial énfasis puesto en
la figura del rey enfatizó la moneda como un excelente medio de propaganda para su
reinado. De hecho, Aksum fue el único estado subsahariano en la Antigüedad que tuvo
su propia acuñación independiente, y sólo otros estados contemporáneos como Roma y
Persia llevaron a cabo la acuñación de monedas de oro, lo cual nos habla de que había
un control estatal de la economía lo suficientemente elevado.32

VI. EL MUNDO CULTURAL Y SIMBÓLICO


1. La cultura material de Aksum

Aunque hemos ido haciendo referencias a distintos aspectos culturales de


Aksum, creemos conveniente presentar los más importantes de forma concreta. En
primer lugar, podemos decir que la mayor parte de la cultura material aksumita ha sido
definida a partir de un registro arqueológico limitado a los grupos de élites, como ya
hemos evocado previamente.

32
MUNRO, 1991, pp. 150-158

23
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

A pesar de este énfasis en las clases altas, algunos


elementos como la cerámica, el vidrio y las monedas de
cobre pudieron haber llegado a las clases consideradas
como “serviles”. En lo que refiere a la cerámica, cabe
destacar al estilo “Aksumita Clásico”, el cual se
caracteriza por tener diseños impresos y complejos
motivos geométricos pintados en negro, rojo y blanco, si
bien la tipología es bastante diversa, y sus formas suelen ir
Ilustración 15. Jarra roja (275-350)
destinadas a la comida, la bebida, el almacenamiento y la
cocina. Sin em bargo, algunas bebidas más caras como los vinos importados
probablemente fuesen destinadas a recipientes de vidrio decorado, los cuales se suelen
encontrar en ricas tumbas, lo que nos habla de su importancia como elemento de lujo.

Por su parte, el trabajo de la metalurgia en Aksum parece caer en dos categorías.


En la primera irían insertos los elementos de lujo como la joyería, los cofres, los objetos
decorativos y figurillas; que aparecen combinando metales como el oro, la plata y el
bronce, siendo el último el más común. La segunda categoría de objetos de metal como
las herramientas, las armas y otros objetos hechos también con hierro.

En último lugar, podemos destacar otros materiales aparecidos en contexto


arqueológico como un gran número de material lítico de ágata, calcedonia y obsidiana,
posiblemente dedicado al trabajo de materias como la madera, el marfil y las pieles.
Además, el trabajo de la piedra también se ilustra por la presencia de pulidores,
imágenes en piedra, y por supuesto de las estelas y obeliscos construidos por la
monarquía aksumita.33

2. La lengua y las artes

En lo que refiere a la comunicación escrita, en primer lugar hay que señalar que
la lengua en la que se comunicaban los habitantes del Reino de Aksum era el ge’ez o
etíopico, una lengua semítica que probablemente procedía del sur de Arabia Antiguo y
que aún hoy se utiliza en los rituales de la Iglesia Ortodoxa Etíope, mientras que el
sistema escrito venía del Epigráfico del sur de Arabia, aunque con bastante influencia de
las lenguas kushitas del norte. Así pues, el ge’ez aparece escrito como inscripciones y
monedas, aunque también podemos encontrarlo combinado con el griego y el pseudo-

33
MUNRO-HAY, S. 1991 : 197-205

24
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

sabeo. De la misma manera, podemos ver entre el siglo V y VII d.C. que los libros
bíblicos comenzaron a ser traducidos probablemente por gentes de habla siria y aramea,
aunque las trazas de estas tempranas traducciones bíblicas sólo se han conservado en
algunas inscripciones.

Por otro lado, en el mundo artístico de Aksum la pintura se encuentra sólo en la


cerámica y los objetos decorativos, aunque se cree que los muros de algunas iglesias y
tumbas pudieron estar decorados con pinturas. En la escultura podemos destacar
relieves de leones en puntos de aprovisionamiento de agua, así como las elaboradas
variaciones en la representación de cruces en vasijas y monedas.

Por último, para la música se conserva hoy en día los cantos litúrgicos atribuidos
a San Yared en el siglo VI d.C., en los cuales se cree que se utilizaba los mismos
instrumentos litúrgicos empleados hoy aún: el tambor, el tamboril, el sistro, la lira y el
violín de una cuerda.34

3. La religión

Como hemos visto en los apartados sobre la historia y la monarquía, el Reino de


Aksum presenta dos fases religiosas, aunque es la segunda la que ha adquirido mayor
tratamiento a nivel historiográfico por lo exótico de encontrar un territorio cristiano en
un reino subsahariano oriental de la Antigüedad.

Así todo, contamos con la fortuna de conocer las traducciones al griego de los
nombres de los dioses mencionados en las inscripciones aksumitas, gracias a lo cual
sabemos también que en las tierras etíopes se adoraba a dioses del sur de Arabia como
Astar (Venus), Ilmuqah (la luna, protectora de los sabeos), Nuru (el amanecer), Shams
(el sol) y el ya nombrado Mahrem, dios de la guerra y de la realeza, lo cual nos habla de
la especial relación entre estos dos atributos. Por las fuentes arqueológicas, sabemos que
estos dioses tenían distintos santuarios y templos conservados entre Yeha y la región de
Hawelti.

El momento de la conversión de Aksum al cristianismo durante el reinado de


Ezana tiene su primera documentación en las inscripciones reales y monedas de dicho
rey (ej. la Piedra de Ezana), lo cual es confirmado por el historiador contemporáneo
latino Rufino, quien obtuvo su información de un hombre que fue sirviente de
Frumencio, el primer obispo de Aksum. No obstante, existen ciertos problemas respecto
34
MUNRO-HAY, S. 1991 : 206-213

25
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

a la identidad del casi legendario rey Ezana, ya que se ha asociado también a otros
nombres como Abreha y Atsbeha, aparentemente los primeros reyes cristianos en
Aksum.35

A pesar de que no se conoce mucho sobre los primeros siglos de la historia


eclesiástica de Etiopía, parece ser que la gran mayoría de la población simplemente
siguió la conversión de la monarquía, ya que desde el siglo III d.C. el cristianismo
llevaba teniendo una fuerte influencia en esta zona. Posteriormente, se destaca la ya
mencionada llegada de los misioneros cristianos del Imperio Romano oriental
(seguramente huían de las persecuciones), y ya con el Concilio de Calcedonia (451 d.C.)
la Iglesia aksumita quedó dentro de lo que fue denominado como monofisismos, al
igual que pasó con la de Alejandría. Para el siglo VI, se conoce que se fundaron
distintos monasterios como el de Dabra Damo, además de las ya evocadas traducciones
de los textos bíblicos apócrifos y la música litúrgica de San Yared, la cual parece ser
que tiene ciertas influencias del judaísmo. 36 Por último, podemos remarcar la
construcción de numerosas iglesias en los principales núcleos urbanos, entre las que
destacan la Catedral de Nuestra Señora de Sion en la capital.

De esta forma, la historia de la religión cristiana en Aksum nos ilustra el


excepcional caso de su temprana inserción en el mundo del África subsahariana
oriental, y de hecho aún hoy en día la Iglesia Ortodoxa de Etiopía sigue acogiendo al
60% de la población, siendo muy representativo las archiconocidas iglesias excavadas
en la roca de la región del sudeste de Tigray entre el siglo IX y XII. 37

4. El mundo funerario

En último lugar, haremos referencia a las prácticas


funerarias, las cuales podrían dividirse en tres categorías según
las costumbres de enterramiento: en primer lugar, las personas
de la familia real y de alto rango eran enterrados en el
cementerio real, cuyas estructuras de grandes piedras y varias
cámaras custodiaban al cuerpo que era enterrado con ofrendas
ceremoniales y el rico ajuar del individuo, el cual solía
Ilustración 16. Tumba real en
contener joyas, objetos de lujo, elementos de vidrio y cerámica Aksum.

35
SELAND, E.H. 2014 : 637-645
36
MUNRO-HAY, S. 1991 : 166-177
37
LEPAGE, MC. 2003 : 1-10

26
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

de calidad. En segundo lugar podemos destacar una sería de tumbas de una sola cámara
y ajuar con cerámica, vidrio y herramientas de hierro que podrían haber pertenecido a
individuos de clases intermedias. En la última categoría se encuadrarían las tumbas
sencillas hechas en piedra o directamente excavadas en la tierra que contenían tanto
enterramientos individuales como colectivos, la mayoría de ellos acompañados por
recipientes cerámicos y restos de animales, lo cual sugiera la presencia de ciertos
ceremoniales de sacrificio. Para la época cristiana, se ha sugerido que probablemente el
ritual de enterramiento fuera acompañado de una misa.

VII. CONCLUSIONES

A modo de conclusión, podemos realizar primeramente un balance de las


hipótesis previas abordadas al principio de este trabajo. Así pues, hemos visto que en lo
que a fuentes se refiere, el Reino de Aksum tiene un basamento teórico bastante
problemático, ya que por un lado las fuentes escritas son o bien externas, o
descripciones muy posteriores, o bien inscripciones reales en moneda y piedra que
únicamente nos aportan información sobre la monarquía. Por su parte, aunque la nueva
arqueología del siglo XXI está haciendo grandes esfuerzos por obtener interesantes y
nuevos datos que han roto esquemas como el de la gestión del agua no jerarquizada, lo
cierto es que varios autores se quejan del lastre con el que cargan por la falta de
metodología aplicada en las excavaciones realizadas anteriormente, planteando así la
necesidad de realizar nuevas excavaciones en distintos lugares para plantear otras
hipótesis.

En segundo lugar, podemos observar que el Reino de Aksum se expandió en un


entorno caracterizado por altiplanicies montañosas, sabanas abiertas, plataformas
costeras y valles pluviales entre el Nilo Azul y el Mar Rojo. En este proceso de
formación estatal, aunque hay aspectos de las primeras interpretaciones wittfogelianas
antiguas que pueden ser plausibles, la verdad es que gracias los análisis arqueológicos
de Michels y Sulas, se ha comprobado que las colonias sabeas procedentes del este
jugaron un papel importante en dicho proceso, y que además probablemente la gestión
de recursos hídricos no fuese controlada directamente por el Estado aksumita.

Por otro lado, en este ámbito territorial también destacaron los núcleos urbanos
como Aksum capital y Adulis, y en la mayoría de ciudades y pueblos enmarcados en
torno a rutas comerciales y puntos de explotación, las élites desarrollaron obras

27
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

arquitectónicas de alta complejidad como palacios, casas nobles, colosales monumentos


funerarios, templos, y más tarde iglesias y monasterios.

Para mejorar la eficacia del control de este territorio tan diverso y geoestratégico
era necesario unos fundamentos políticos e ideológicos, que se encontraron
principalmente en el monarca como entidad semidivina, legislador, juez, y sobre todo
como jefe militar (características compartidas por muchos otros jefes de Estado de la
Antigüedad), ya que el ejército era una de las estructuras que garantizaban la protección
de las fronteras y de los intercambios comerciales. Por debajo de este monarca se
encontraban una serie de gobernadores, sub-reyes y jefes locales que se encargarían
seguramente de gobernar al resto de habitantes de las provincias, los cuales se
dedicaban en su mayoría a actividades agropecuarias, comerciales y artesanales. De
hecho, podemos asegurar que el Reino de Aksum estaba inserto en las rutas comerciales
de largo recorrido de la Antigüedad, ya que mantenía intercambios con lugares como la
India o el Imperio Romano, muchos de ellos sustentados en el excepcional uso del
sistema monetario, siendo el único estado subsahariano en utilizarlo.

En última instancia, hemos podido ver que el Estado aksumita poseía también
unas características culturales propias observables en las formas y motivos de su cultura
material; en el desarrollo de la escritura semítica ge’ez en inscripciones y traducciones
bíblicas; y sobre todo en las especiales creencias religiosas, tanto hacia los dioses
etíopes, como a partir del siglo III con la llegada de la Cristiandad, un hecho que se
convirtió en casi legendario por ser de los primeros estados en convertirse al
cristianismo de forma oficial. En este sentido, es importante quizás remarcar el
profundo arraigo que tuvo tanto en el propio Estado como en la población
posteriormente, ya que se utilizó como elemento diferenciador de independencia
dinástica con la llegada de la islamización, y como ya dijimos, la ortodoxia etíope sigue
siendo la mayoritaria en el país.

De esta manera, a pesar de que el período aksumita es poco conocido, presenta


por ello una gran potencialidad en el ámbito de la investigación ya que quedan aún
muchas preguntas por responder e interpretaciones que desmontar o refutar, tanto en la
arqueología como en la investigación de las fuentes escritas. Así pues, el Reino de
Aksum se nos presenta como un caso paradigmático a la par que excepcional, ya que
por un lado posee estructuras ideológicas, sociopolíticas y económicas insertas en los
flujos culturales entre Persia y Roma, pero que por otro lado es el único en

28
El Reino de Aksum – J. Carballo Pérez y A. Nolasco Ferrer

desarrollarlas con tal magnitud, adaptabilidad y arraigo en un ámbito territorial tan


diverso como es el norte de Etiopía, un país que hoy en día nos sigue sorprendiendo por
su riqueza cultural, étnica y religiosa.

VIII. BIBLIOGRAFÍA

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