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El universo

imaginario
ENSAYO
de
Mies Van Der
Rohe

15 NOVEMBER

UTP
Creado por: Grizzly Katherine Lozada Nahue

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Universidad Tecnológica del Perú
Escuela profesional de arquitectura
Historia y teoría de la arquitectura

”El universo imaginario de Mies Van Der Rohe”

Existe un espacio imaginario que precede y en el cual se encuentra la actividad innovadora


de Mies van der Rohe. Mies van der Rohe nunca abandonó la idea de andar las
interminables e infinitas vueltas que dichos caminos trazan en el centro de ocurrentes
lugares. A medida que proyectaba, su pensamiento se sumergía, constantemente, en lo
profundo de unas aguas que parecían inundarlos procurando de sacar al área algo que,
probablemente, permanecía escondido o invisible a sus ojos. El arquitecto Peter Smithson,
describió este sitio de la siguiente manera: “El pensamiento de Mies discurre por cauces
profundos y no es de forma accesible. Se sospecha que ni para el mismo.”

Una de las obras atípicas que hizo Mies fue “El edificio de Lake shore”, considerado
también como una monumento, ubicado en la ciudad de Chicago; donde los habitantes lo
distinguían de los demas edificios tradicionales de la ciudad. Abordó el diseño de sus
estancias, de esa manera se convertía en un lugar imaginario y lo proyectaba en su
arquitectura. Mies trabajaba en unir los edificios o construcciones en su entorno, logrndo así
la unidad incluso con el exterior y que todo se lleve de manera fluida sin llegar a perder
privacidad.

Mies construyó 70 edificios a lo largo de su carrera, fue muy innovador y vanguardista en lo


que corresponde a materiales, como tambien en la forma de realizar sus proyectos y sabia
que la arquitectura no solo se trataba de formas sino tambien de la calidad de vida y la
conexión con el exterior. Entre sus obras mas relevantes encontramos: Casa wolf (Gubin –
1926), El pabellon de Alemania (Barcelona – 1929), Silla Barcelona (1928), Crown Hall
(Illinois - 1956), Casa Farnsworth (Illinois – 1951), Seagram Building (New York – 1958),
Neue Nationalgalerie (Berlín – 1968).

Adentrarnos en el centro de dichos espacios es introducirse en un mundo dominado por un


juego de transparencias que sugieren la existencia de otros espacios. De esta forma, al
recorrerlos, a veces resulta difícil conceptualizar un interior o un exterior para ellos. No es
viable dialogar de universos en otros universos ni tan siquiera de una interacción fondo-
figura, puesto que aquellos otros espacios que se alcanzan a ver a partir del interior de
éstos además son parte de ellos, como un estrato más en su propia geografía acuosa.

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Parte importante de su trabajo se centró en desdibujar dichos fronteras y cualificarlos
experimentando con diferentes materias, texturas, colores, brillos y transparencias. Eso
expresan las divisorias acristaladas de la Habitación de Vidrio de Stuttgart y del Pabellón
Alemán de Barcelona o las áreas textiles del Café de Terciopelo y Seda. Mies llevó hasta el
límite estas cualidades y, siguiendo el juego de transparencias que definió en el diseño de
dichos espacios, hizo encajar el material que se exponía con ese que construía el propio
espacio expositivo. No obstante, esta propiedad acuosa de la transparencia se convierte, al
igual que pasa en el Pabellón de Barcelona o en la Habitación del Vidrio de Stuttgart, en
una extraña transparencia múltiple de realidades diferentes por medio del juego de
reflexiones que se definen en su interior.

Algo parecido pasa con este sitio imaginario por el cual transita el raciocinio de Mies. Éste
consigue un espesor ilimitado, una profundidad enigmática, casi imposible de imaginar o
inclusive de tener, que se abre hacia fondos insondables por los que discurre un mundo
íntimo y personal. Un mundo que Mies edificó a su estilo a partir de los años 20 una vez que
desarrolla una conversión personal que le conduciría a quebrar con su pasado, eliminar los
documentos de la mayoría de sus antiguas obras, cambiar su nombre por el de Miës van
der Rohe y separarse de su esposa y de sus 3 hijas para dedicarse plenamente a la
arquitectura. Mies se pasó años formando este planeta imaginario en el cual realizar su
actividad innovadora y éste ha sido incubado en el espacio inmaterial de las exposiciones
temporales.

El raciocinio de Mies supo hallar en este sitio imaginario, al igual que en el centro de sus
espacios expositivos, un campo de meditación en el cual le era viable operar por medio de
una fuerza dialéctica que confrontaba términos opuestos interdependientes apaces de
sustentar dicha dualidad en la que desplazarse en el momento de proyectar.

El raciocinio busca conseguir dicha hondura que registra la mirada en el centro de este sitio
imaginario, naufragea en unas aguas más profundas donde apenas si llega la luz del sol,
donde la carencia de nitidez de la perspectiva estimula la imaginación y la ensoñación, y
provoca que el raciocinio fluya en cualquier dirección del espacio y del tiempo. Los ojos de
Mies guardaban este secreto de la ceguera. La mirada de Mies, con los años y gracias a
una patología, muy lento se ha sido escondiendo detrás de un velo acuoso.

Su mirada detrás de esta veladura encontraría la probabilidad de perderse, de diluirse y de


fluir con total independencia sin miedo a ser vista en unas aguas donde “nada la resguarda
ni retiene, mana abierta, continuadamente, y se empapa y esparce entre los restos del
mundo” (Daza, 2000, p. 157). Su mirada hallaba de esta forma dicha hondura en la que su
pensamiento se sumergía en el momento de proyectar, aquellos cauces profundos, como

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nos hablaba Peter Smithson, por los que discurría su pensamiento. Y en esta hondura,
probablemente, no estuviese sino ideando novedosas áreas acuosas, nuevos códigos de
reflejos, novedosas veladuras, nuevos laberintos, etc. Por los que continua fluyendo en
novedosas aguas registrando profundidades todavía más grandes. El idealismo de Mies se
caracteriza por la sencillez de sus elementos estructurales, por sus diseños geométricos,
basandose en las proporciones. Mies fue uno de los más grandes por virtud de sus
ambiciosas pretensiones así como por su dedicación obsesiva, su abundante y amplia
imaginación volviendose asi una de las grandes influencias en la arquitectura.

Referencias

Alba Dorado, María Isabel (2012). El universo imaginario de Mies van Der Rohe.
Arquiteturarevista, 8(2),155-164.
Frampton, K. (2008) Historia crítica de la arquitectura moderna

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