Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Unidad 1
El texto como manifestación creativa y comunicativa del ser
humano
El cuaderno está estructurado en dos secciones. En la primera encontrarás las prácticas que debes
realizar durante la semana y en la segunda parte podrás observar las respuestas para que cotejes y realices una
autoevaluación.
Es importante que antes de realizar las prácticas consultes y revises todos los materiales de la semana.
Para que logres un aprendizaje de calidad no veas las respuestas de las prácticas hasta que las realices,
de esta forma tu autoevaluación y aprendizaje serán auténticos.
1
Práctica 1
Lee el poema de Pedro Salinas y comprueba tu capacidad de análisis. Trabaja con él para cerrar el tema del texto
lírico.
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
2
Completa el siguiente cuadro con la información que obtengas del análisis.
Versos
Rima
Sujeto y objeto
líricos
Figuras retóricas
Argumento o
tema
Intencionalidad
del autor
3
Práctica 2
Lee el acto segundo de la obra Todos eran mis hijos del dramaturgo y guionista estadounidense Arthur Miller,
presta atención a la forma en que se presenta la información y ten en mente las características de los otros tipos
de textos literarios que ya has estudiado, para poder establecer comparaciones.
Acto segundo
4
el negocio? ¿Qué significa eso de que lo hiciste para mí? ¿No tienes una patria? ¿No vives en el
mundo? ¿Qué diablos eres tú? No eres ni siquiera un animal, porque los animales no matan a los
suyos. ¿Qué eres? ¿Qué puedo hacer contigo? Debería arrancarte la lengua ahora mismo. ¿Qué puedo
hacer? (Con un puño, golpea en el hombro de su padre, quien se tambalea, cubriéndose el rostro
mientras llora) ¿Qué puedo hacer, Cristo, qué puedo hacer?
KELLER. —Chris… Mi Chris…
TELÓN
Miller, A. (1947). Todos eran mis hijos. Buenos Aires: Losada (Biblioteca clásica y contemporánea). (1978), pp. 84-85.
5
Práctica 3
La palabra progreso siempre se asocia a avance, adelanto o mejora, ¿tú también la relacionaste con ello? El ser
humano siempre ha tendido a ir de manera instintiva hacia adelante y por ello la reflexión sobre cómo llegar al
progreso en todas sus acciones ha sido constante. Algunos estudiosos también utilizan el término progreso como
sinónimo de cambio y le dan una connotación política y social. Pero, ¿cómo lograr el progreso?
Lee el siguiente texto de José Carlos Mariátegui, escritor peruano que vivió durante la primera parte del
siglo xx.
La imaginación y el progreso
Escribe Luis Araquistáin que “el espíritu conservador, en su forma más desinteresada, cuando no nace de
un bajo egoísmo, sino del temor a lo desconocido e incierto, es en el fondo falta de imaginación.
Ser revolucionario o renovador es, desde este punto de vista, una consecuencia de ser más o menos
imaginativo. El conservador rechaza toda idea de cambio por una especie de incapacidad mental para
concebirla y para aceptarla. Este caso es, naturalmente, el del conservador puro, porque la actitud del
conservador práctico, que acomoda su ideario a su utilidad y a su comodidad, tiene, sin duda, una génesis
diferente.
El tradicionalismo, el conservatismo, quedan así definidos como una simple limitación espiritual. El
tradicionalista no tiene aptitud sino para imaginar la vida como fue. El conservador no tiene aptitud sino para
imaginarla como es. El progreso de la humanidad, por consiguiente, se cumple malgrado al tradicionalismo y a
pesar del conservadurismo.
Hace varios años que Oscar Wilde, en su original ensayo El alma humana bajo el socialismo, dijo que
“progresar es realizar utopías”. Pensando análogamente a Wilde, Luis Araquistáin agrega que “sin imaginación
no hay progreso de ninguna especie”. Y en verdad, el progreso no sería posible si la imaginación humana
sufriera de repente un colapso. La historia les da siempre la razón a los hombres imaginativos.
En la América del Sur, por ejemplo, acabamos de conmemorar la figura y la obra de los animadores y
conductores de la Revolución de la Independencia. Estos hombres nos parecen, fundadamente, geniales. ¿Pero
cuál es la primera condición de la genialidad? Es, sin duda, una poderosa facultad de imaginación. Los
libertadores fueron grandes porque fueron, ante todo, imaginativos. Insurgieron contra la realidad limitada,
contra la realidad imperfecta de su tiempo. Trabajaron por crear una realidad nueva. Bolívar tuvo sueños
futuristas. Pensó en una confederación de estados indo-españoles. Sin este ideal, es probable que Bolívar no
hubiese venido a combatir por nuestra independencia. La suerte de la independencia del Perú ha dependido,
por ende, en gran parte, de la aptitud imaginativa del Libertador. Al celebrar el centenario de una victoria de
Ayacucho se celebra, realmente, el centenario de una victoria de la imaginación. La realidad sensible, la
realidad evidente, en los tiempos de la Revolución de la Independencia, no era, por cierto, republicana ni
nacionalista. La benemerancia de los libertadores consiste en haber visto una realidad potencial, una realidad
superior, una realidad imaginaria.
Esta es la historia de todos los grandes acontecimientos humanos. El progreso ha sido realizado siempre
por los imaginativos. La posteridad ha aceptado, invariablemente, su obra. El conservatismo de una época, en
una época posterior, no tiene nunca más defensores o prosélitos que unos cuantos románticos y unos cuantos
extravagantes. La humanidad, con raras excepciones, estima y estudia a los hombres de la revolución francesa
mucho más que a los de la monarquía y la feudalidad entonces abatida. Luis XVI y María Antonieta le parecen a
mucha gente, sobre todo, desgraciados. A nadie le parecen grandes.
De otro lado, la imaginación, generalmente, es menos libre y menos arbitraria de lo que se supone. La
pobre ha sido muy difamada y muy deformada. Algunos la creen más o menos loca; otros la juzgan ilimitada y
6
hasta infinita. En realidad, la imaginación es asaz modesta. Como todas las cosas humanas, la imaginación tiene
también sus confines. En todos los hombres, en los más geniales como en los más idiotas, se encuentra
condicionada por circunstancias de tiempo y de espacio. El espíritu humano reacciona contra la realidad
contingente. Pero precisamente cuando reacciona contra la realidad es cuando tal vez depende más de ella.
Pugna por modificar lo que vé [sic] y lo que siente; no lo que ignora. Luego, solo son válidas aquellas utopías
que se podrían llamar realistas. Aquellas utopías que nacen de la entraña misma de la realidad. Jorge Simmel
escribía una vez que una sociedad colectivista se mueve hacia ideales individualistas y que, inversamente, una
sociedad individualista se mueve hacia ideales socialistas. La filosofía hegeliana explica la fuerza creadora del
ideal como una consecuencia, al mismo tiempo, de la resistencia y del estímulo que éste encuentra en la
realidad.
Podría decirse que el hombre no prevé ni imagina sino lo que ya está germinando, madurando, en la
entraña obscura de la historia. Los idealistas necesitan apoyarse sobre el interés concreto de una extensa y
consciente capa social. El ideal no prospera sino cuando representa un vasto interés. Cuando adquiere, en
suma, caracteres de utilidad y de comodidad. Cuando una clase social se convierte en instrumento de su
realización.
En nuestra época, en nuestra civilización, no ha habido nunca utopías demasiado audaces. El hombre
moderno ha conseguido casi predecir el progreso. Hasta la fantasía de los novelistas ha resultado, muchas
veces, superada por la realidad en un plazo breve. La ciencia occidental ha ido más de prisa de lo que soñó Julio
Verne. Otro tanto ha acontecido en la política. Anatole France vaticinó la revolución rusa para fines de este
siglo, pocos años antes de que esta revolución inaugurase un capítulo nuevo en la historia del mundo.
Y justamente en la novela de Anatole France, que, intentando predecir el porvenir, formula estos agüeros
—Sur la Pierre Blance—, se constata cómo la cultura y la sabiduría no confieren ningún poder privilegiado a la
imaginación. Galión, el personaje de un episodio de la decadencia romana evocado por Anatole France, era un
ejemplar máximo de hombre culto y sabio de su época. Sin embargo, este hombre no percibía absolutamente
la decadencia de su civilización. . El cristianismo se le antojaba una secta absurda y estúpida. La civilización
romana a su juicio no podía tramontar, no podía perecer. Galión concebía el futuro como una mera
prolongación del presente. Nos aparece por esto, en sus discursos, lamentable y ridículamente falto de
inspiración. Era un hombre muy inteligente, muy erudito, muy refinado; pero tenía la inmensa desgracia de no
ser un hombre imaginativo. De ahí que su actitud ante la vida fuese mediocre y conservadora.
Esta tesis sobre la imaginación, el conservatismo y el progreso, podría conducirnos a conclusiones muy
interesantes y originales. A conclusiones que nos moverían, por ejemplo, a no clasificar más a los hombres
como revolucionarios y conservadores sino como imaginativos y sin imaginación. Distinguiéndolos así,
cometeríamos tal vez la injusticia de halagar demasiado la vanidad de los revolucionarios y de ofender un poco
la vanidad, al fin y al cabo respetable, de los conservadores. Además, a las inteligencias universitarias y
metódicas, la nueva clasificación les parecería bastante arbitraria, bastante insólita. Pero, evidentemente,
resulta muy monótono clasificar y calificar siempre a los hombres de la misma manera. Y, sobre todo, si la
humanidad no les ha encontrado todavía un nuevo nombre a los conservadores y a los revolucionarios, es
también, indudablemente, por falta de imaginación.
Mariátegui, J. C. (1924). “La imaginación y el progreso” en Literatura y estética. Caracas: Biblioteca Ayacucho (Claves de América ,
33 ). (2006), pp. 77-78.
1. Comenzarás el trabajo con este texto buscando los términos de difícil comprensión; nosotros señalamos
algunos y te pedimos anotes la definición en el recuadro correspondiente. No trabajes únicamente con
7
estas palabras, si lo requieres lee de nuevo el texto en busca de otras palabras o términos cuya
comprensión te sea difícil y sigue el mismo procedimiento.
8
Prosélitos:
Asaz:
Contingente:
Utopía:
Trasmontar:
2. ¿Puedes clasificar el texto que leíste en alguno de los tiempos textuales que ya conoces?, clasifícalo
dentro de alguno de los tipos textuales que ya conoces.
3. ¿Encontraste elementos estructurales de texto narrativo, lírico o dramático en este texto?, ¿cuáles?
4. Identifica las modalidades discursivas en las que se compone el texto, ¿cuál predomina?, ¿cuáles no
aparecen?, ¿a qué supones que se deba?
5. ¿Cuál es el tema del que habla José Carlos Mariátegui?
6. Indica tres o más ideas principales que hayas ubicado en el texto.
9
Práctica 4
En pocos países asume la lucha femenina contra la obesidad caracteres más angustiosos, ni tan estériles,
como en México. De pocos años a esta parte el cine americano, con su avasalladora fuerza, ha imbuido a un
público que rumia al contemplarlo cacahuates salados, de una idea de la belleza que consiste en que sus
perfumadas encarnaciones se descarnen hasta pesar los menos kilos posibles. A la prueba objetiva del cine
viene a sumarse, ocasionalmente, la lectura de algún artículo o folleto de Ciencia Popular que demuestre las
ventajas saludables de la esbeltez, y los libros no técnicos del doctor Marañón —este doctor Cabanes del
mañana—, tal Gordos y Flacos, han acabado por preocupar a nuestras caras mitades lanzándolas a la conquista
de una figura ideal que las convierta en nuestras caras terceras partes.
Pero dejemos para más adelante discutir si este ideal es legítimo entre nosotros y si realiza sus fies
ulteriores de provocar admiración. ¿Lo logran? Ayunos, masajes, caminatas, sentadillas y grajeas de tiroidina;
abstinencia total de dulces en vez de lo cual se fuman un Lucky; la menos agua posible, la comida sin sal todo
este calvario no conduce sino a una perentoria convalecencia. Alcanzada la meta que registra la báscula, el
espíritu se relaja, las enchiladas suizas —llamadas así por más que en Suiza no las conozcan, en virtud de la
crema que las decora— están riquísimas, y los oleajes adiposos reanudan su pleamar. O bien, la paciente era
soltera: y el matrimonio empieza a desbordar, con su dicha, sus caderas y su papada. Aldous Huxley, hermano
al fin de biólogos, percibe finamente la trayectoria de la belleza mexicana. “Etla —dice—, estaba
dolorosamente a la moda. Se había celebrado un concurso de belleza, y el resultado de este concurso se
hallaba sentado junto a sus madres, cerca del presidente municipal. Parecían seis toros premiados en un
concurso ganadero. Pero toda juventud posee cierto encanto. ¡Lo que horrorizaba era advertir en sus madres el
futuro de aquellas carnes!”
No puede, por supuesto, esperarse que un extranjero diga la verdad sobre ningún país. Yo no cito a Huxley
porque comparta ésta ni ninguna de las ofensivas descripciones del bello sexo mexicano; sino precisamente,
niñas, para demostraros hasta qué punto es inadecuado combatir la idiosincrasia latina por adquirir una sajona.
Salvador Novo (1979) en Paredes, A. (comp) (2008). El estilo y la idea: ensayo literario del siglo xx (antología crítica). México: Siglo
XXI, pp. 224-229. Disponible en:
<http://books.google.com.mx/books?id=d_erfoboF0YC&printsec=
frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false>
[Consulta: 23/04/2012].
10
Módulo 3
Textos y visiones del mundo
Unidad 1
El texto como manifestación creativa y comunicativa del ser
humano
11
Respuestas de la práctica 1
Sujeto y objeto líricos Sujeto lírico es el yo lírico enamorado y el objeto lírico es la amada, a quien apela.
Figuras retóricas Está presente la metáfora en reiteradas ocasiones, por ejemplo cuando equipara el
azul del océano en los mapas con un objeto desechable; la hipérbole está presente
cuando afirma que esperaría su respuesta aun desde la estrella por espejos, por
túneles, por años bisiestos. Hay sinécdoque cuando dice “nunca desde los labios que
te beso, nunca desde la voz que dice <no te vayas>” ya que la representa a ella por
medio de sus labios y se representa a sí mismo por medio de la voz.
Respuestas de la práctica 2
1. Un padre realiza un negocio fraudulento que afecta a otras personas, unos aviones se caen, en lo que
piensa que es el mejor interés de su hijo, pero éste lo desestima.
2. Chris, Keller y las personas defraudadas.
3. En los dos primeros casos no, son las acotaciones con sus nombres lo que me hace saber que existen. En
el tercer caso por medio del diálogo entre los dos primeros.
4. Se indica un acto segundo, eso quiere decir que inicia otra unidad estructural dentro de la obra,
usualmente cambian los personajes en escena y también puede cambiar el espacio en el que se
encuentran (atmósfera), puede venir anunciado por un cierre de telón.
5. Por medio de diálogos de personajes y acotaciones.
6. Que el personaje dice lo que viene después del guión.
7. Indican acotaciones de escena.
8. Es una indicación que poner el dramaturgo para que el director y el actor las tomen en cuenta a la hora de
la representación. En caso de que la obra esté siendo leída, el lector debe imaginarse una puesta en
escena y esto le permite acercarse a una idea muy cercana a la del autor.
9. La relación de un padre y un hijo…
10. Una situación en torno a la guerra.
12
Respuestas de la práctica 3
Recuerda que para elaborar tu respuesta debes de tomar en cuenta tu experiencia personal, cómo se vive en tu
país, qué problemáticas son comunes en tu entorno y qué solución les darías.
1. Las palabras se definen de la siguiente manera:
• prosélito: persona incorporada a una religión.
• azas: bastante, harto, muy.
• contingente: que puede suceder o no.
• utopía: plan, proyecto o doctrina optimista que parece irrealizable en el momento de su
formulación.
• tramontar: disponer que alguien se escape o huya de una amenaza.
2. No, porque no presenta características de una narración, un poema o una obra de teatro.
3. No hay elementos estructurales ni de narración, ni de texto lírico o dramático. No hay un narrador
ni un orden secuencial; no hay un yo lírico, una estructura métrica ni figuras retóricas. Tampoco se
estructura en actos y escenas o personajes interactuando.
4. En el texto hay tres modalidades discursivas: descriptiva, explicativa y argumentativa. La
predominante es ésta pues el autor pretende convencer al lector de que todo hombre
revolucionario es imaginativo.
5. El tema central es la relación entre la imaginación y el progreso como forma de reinventar a
América Latina.
6. Primera idea. "Ser revolucionario es una consecuencia de ser imaginativo". Segunda idea: "El
progreso siempre lo han realizado los imaginativos". Tercera idea. En nuestra civilización no ha
habido utopías audaces
Respuestas de la práctica 4
2. La idea principal es el modo en que los mexicanos se han apropiado de una forma de vida
norteamericana, haciendo menos lo propio.
3. Primer párrafo: Habla de la adopción del ideal de belleza norteamericano a través del cine y los
medios en la cultura mexicana.
Segundo párrafo: Cuestiona la efectividad de la forma de vida norteamericana.
Tercer párrafo: Pone en duda que lo que funciona para un país pueda funcionar para otro.
Referencias:
SEP. (2012). Textos y visiones del mundo. Secretaría de Educación Pública: México.
13