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Análisis del Informe de la Comisión Especial para la verdad y la

justicia respecto a los hechos ocurridos en Ecuador entre el 3 y el 16 de


octubre del 2019.

“Sin verdad no hay justicia”. Un eslogan bastante claro en cuanto a su mensaje y


que aplica a perfección a los casos de violación de derechos, en especial a violaciones
de Derechos Humanos por parte del Estado.

Tras los eventos ocurridos durante el paro Nacional de octubre del 2019, La
Defensoría del Pueblo crea una Comisión Especial de la verdad y la justicia a fin de
esclarecer lo ocurrido y dar a conocer la verdad a toda la población. A fin de cuentas,
como se muestra en el eslogan ya mencionado, la justicia empieza cuando se da a
conocer la verdad de los sucesos, además de ser uno de los derechos de cada ciudadano.

El objetivo de este ensayo es analizar los eventos ocurridos durante el paro


nacional, sus causas y consecuencias, y comprender la gravedad de los Derechos
Humanos que fueron violentados en su totalidad.

En este ensayo se analizará el informe presentado por la Comisión Especial de la


verdad y la justicia, se analizarán los eventos ocurridos durante el paro nacional
ecuatoriano entre el 3 y 16 de octubre del 2019 y daré mi opinión personal sobre estos
eventos.

Este ensayo toma una postura a favor de los Derechos Humanos y se intenta
considerar todas las posturas de los involucrados.

Algunos de los derechos violados durante el paro nacional fueron: el derecho a


la integridad personal, el derecho a la libertad personal, el derecho a la vida, el derecho
a la libertad de asociación y reunión, el derecho a la libertad de tránsito, el derecho a la
libertad de expresión, el derecho a la seguridad social, el derecho a la salud, el derecho a
la oposición y resistencia, derecho a la no discriminación, etc. Se analizará de forma
breve cada uno de estos.

El análisis es en su mayoría cualitativo ya que el informe en cuestión es una


fuente de información cualitativa, aún así, este mismo incluye ciertos gráficos
cuantitativos que serán analizados en este ensayo de ser necesario.
El estado como organismo político con la facultad y el deber de garantizar que
se cumplan los derechos humanos y las condiciones que requieren, debería ser
impensable que sea este mismo Estado el que atente contra los derechos de los
ciudadanos. Aún así, este fue el caso de Ecuador, país en el que en octubre del 2019 se
llevaron a cabo varias protestas sociales, que, aun con total derecho y justificación de
llevarlas a cabo, recibieron una respuesta negativa por parte del gobierno, ocasionando
desorden, violencia, violaciones a los derechos y como resultado generando
resentimiento en especial por parte de las víctimas y sus familiares.

Todo este incidente comenzó tras la declaración del Decreto Ejecutivo n.° 883
que, como Zavala (2020) explica: “fue expedido de manera abrupta, sin consenso
alguno con los sectores afectados y sin prever las consecuencias” (p. 17). El Decreto
estipulaba algunas reformas políticas y económicas debido a la crisis económica que
atravesaba el país y a la necesidad de cumplir con lo acordado con el FMI.

Ecuador, como país democrático debió haber tomado en cuenta la opinión


pública, lo que claramente no hizo. Tras la respuesta negativa del pueblo ecuatoriano,
manifestándose en las calles haciendo uso de su derecho a protestas pacíficas y libertad
de expresión. El gobierno, en lugar de llamar al diálogo, fortaleció su postura y el 3 de
octubre del 2019 declaró el estado de excepción a través del Decreto Ejecutivo n.° 884.

A partir de este decreto comenzaron las restricciones de los derechos a la


libertad de asociación y reunión, y el derecho a la libertad de tránsito. Después de esto,
el gobierno desplazó a la Policía Nacional y a las Fuerzas Militares para que controlen
los movimientos en las calles y el orden público.

Lamentablemente, se infiltraron personas en estas protestas pacíficas,


aprovechándose de la situación, cometiendo varios actos de vandalismo que
ocasionaron desorden y hasta delitos mayores. A raíz de esto, especialmente la Policía
Nacional se vio en su deber de actuar para mantener la seguridad social. El problema es
que a mi opinión no se procedió de la forma adecuada en muchos casos, pero esto lo
analizaré con más detalle más adelante.

Una vez iniciado el caos y la violencia entre agentes estatales (policía y


militares) y ciudadanos, y entre mismos ciudadanos. El país entró en un Estado que cada
vez se iba agravando más.
Resulta decepcionante analizar la cantidad de Derechos Humanos de los que
fueron privados muchos ciudadanos durante esos días. Algunos de esos los explicaré a
brevedad a continuación:

La CEVJ señala que se dieron 123 casos de violaciones de derechos a la


integridad personal. Sabiendo que el derecho a la integridad hace referencia a no sufrir
ninguna clase de violencia ni tortura, ya se física, psicológica, o moral. Se registran este
tipo de violaciones en casos de abuso de poder por parte de los agentes de la Policía
Nacional principalmente. En varios casos, se evidenciaron usos desproporcionales de la
fuerza por parte de policías, así como comentarios discriminatorios o amenazantes hacia
las personas. Recordemos que los policías deben respetar el principio de
proporcionalidad cuando vayan a hacer el uso de la fuerza o de armas de fuego. Aún así,
se observaron situaciones en las que las personas no oponían resistencia e incluso
levantaban sus manos en señal de rendición y, aún así, recibieron agresiones físicas por
parte de los policías.

Así mismo se dieron 38 casos de violaciones al derecho a la libertad personal al


detener ilegal y arbitrariamente a muchos de los civiles. Además, de que durante estas
detenciones ilegales no se respetó el debido proceso y se cometieron mas violaciones a
derechos de integridad.

(…) en la Fiscalía de Flagrancia de Quito, las personas estuvieron detenidas


alrededor de 15 horas en el parqueadero del edificio. Las personas detenidas en
las instalaciones del GIR permanecieron por más de 24 horas (toda la noche).
Cabe señalar que la mayoría de las personas aprehendidas fueron puestas en
libertad ya que se determinó que no hubo delito flagrante. (Comisión Especial de
la Verdad y la Justicia, 2020, p.147)

A pesar de los casos que se mencionan que fueron puestos en libertad, no fue
igual para muchas otras. Muchas personas tuvieron que sufrir el aún finalizado el paro
nacional, tener que soportar encarcelamiento.

Ahora es momento de hablar sobre el derecho a la vida, uno de los derechos


principales que por la gravedad de su violación deberían pesarle al Estado. Aunque el
número de muertes registradas por la CEVJ no representan un número mayor, no
significa que se le reste gravedad. Con tan solo un caso de muerte por culpa del Estado,
se está incurriendo en una de las mayores violaciones a uno de los derechos principales
que el Estado debe proteger a cabalidad. Además, constan varios casos de atento al
derecho a la vida, lo cual no resta relevancia. La mayoría de estas violaciones al derecho
de la vida fueron cometidas por la Policía Nacional, por lo que a este punto me uno al
testimonio de una de las víctimas que dijo: “No sé qué pasó por la mente de los policías
para que atenten contra la vida de la gente”

En cuanto al derecho a la Salud, se sabe que este también es uno de los derechos
principales y una de las obligaciones del Estado. Además, deriva del derecho a la vida y
el derecho a vivir una vida con dignidad.

A pesar de que el MSP señaló que no se cerraron los hospitales en ningún


momento ni se le negó el acceso a nadie, el transmite por las calles dificultaba y en
ocasiones imposibilitaba el acceso a los hospitales. De hecho, algunas unidades médicas
sufrieron actos de vandalismo en las calles que afortunadamente no resultó en heridos
por parte de quienes se encontraban dentro.

Otro derecho que se vulneró fue el derecho a la no discriminación. Las mayores


víctimas fueron las mujeres y personas indígenas. En el caso de las mujeres en los casos
mas extremos llegó incluso a violencia sexual. Por el lado de las personas indígenas,
recibían insultos denigrantes que afectaban su identidad.

Es lamentable que toda esta situación demuestra que el Estado es incapaz de


proteger los derechos de no discriminación que tanto ha enfatizado en promover, dando
a notar su incompetencia.

Después de que el Estado comprobó que los ciudadanos no pensaban rendirse y


que cada vez se desesperaban más por hacer que el gobierno escuche su voz, el Estado
abrió un diálogo con líderes de las organizaciones indígenas, quienes pidieron que se dé
de forma pública y televisiva. A raíz de esto se concluyó en derogar el Decreto
Ejecutivo n.° 883.

Entonces, si al final se iba a terminar derogando el decreto que ocasionó todo,


¿era necesario pasar por todo eso? ¿era necesario que se violaran tantos derechos para
que el gobierno escuche a sus ciudadanos? De ser así, ¿qué pasó con la democracia? Así
como tenemos el derecho de elegir a nuestros gobernantes, también lo tenemos de exigir
una explicación y reconsideración de normas que se consideren atenten contra los
derechos y las condiciones de vida de los ciudadanos. Como señala Zavala (2020) todo
esto solo demuestra la insensatez del gobierno. (p. 19)

La cantidad de derechos que fueron vulnerados durante el Paro Nacional


representa una de las mayores violaciones a los Derechos Humanos por parte del Estado
en los últimos años, y no existe excusa ni razón alguna que pueda justificar sus
decisiones.

Es importante mencionar que no es la primera vez que se dan casos de esta


índole en el Ecuador, existen casos de lesa humanidad que tras finalizar no se llevó a
cabo el proceso adecuado. El Paro Nacional del 2019 se debate entre si corresponde a
lesa humanidad puesto que se afectó a la población civil, se llevaron a cabo delitos
como muerte y tortura, y muchas personas fueron víctimas de esto. Aún así, la CEVJ
menciona que se debe de determinar si el Estado era consciente y que se cumplía la
condición de “ataque generalizado”.

En mi opinión, el presidente de la República de aquel entonces, Lenin Moreno,


debió ser destituido de su puesto y ser juzgado por cortes internacionales. Las
violaciones que se hicieron a los Derechos Humanos fueron muy graves y a parte de
faltar e incumplir con los derechos nacionales, también lo hizo con derechos y pactos
internacionales. Lamentablemente, no mucho después de lo ocurrido en el Paro
Nacional, comenzó la situación de la Pandemia Covid-19 lo cual ralentizó algunos
procesos y agravó la situación del país.

Durante el Paro Nacional se dieron violaciones a derechos de niños, niñas,


adolescentes, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y discapacitados. En el
caso de los discapacitados si hay algunos registros y formas de confirmarlos. Sin
embargo, en el caso de violencia hacia niños y niñas la Ministra de Gobierno, María
Paula Romo, declaró que no hay ninguna forma de confirmarlo y que no es posible que
se hayan dado esos casos. A pesar de eso, son varios los testimonios de personas que
dicen haber sido testigos del cómo oficiales de la Policía Nacional hacían uso de la
fuerza en frente de niños y adolescentes sin mostrar ningún problema al respecto.

Hay casos de delitos cometidos por la Policía Nacional que llaman a


reconsiderar si de verdad estaban violando un derecho o estaban ejerciendo su
profesión. Tal como lo dice la Ministra de Gobierno, María Paula Romo. Y pues, en mi
opinión indiscutiblemente hubo casos en los que la policía actuó acorde a su deber, y
respetaron todos los límites que podían ejercer, incluso hubo también heridos
injustamente por parte de la Policía. Pero, no podemos negar que también hubo muchos
casos en los que oficiales de Policía hicieron abuso de poder y las evidencias son claras.

Es impactante el cómo estos oficiales faltaron por completo a uno de sus deberes
principales que es proteger los derechos humanos de las personas. Y aún actuando bajo
órdenes de sus superiores, llevan parte de la responsabilidad de lo sucedido porque no
pudieron proteger lo que se espera que protejan.

No se puede negar la gravedad de la situación, pero lo que me parece más


deprimente es que pareciera que el Estado si lo ignorara. Hablo específicamente de un
caso que menciona la CEVJ acerca que un oficial de policía herido mientras estaba en
servicio. Perdió un ojo ocular y fue visitado personalmente por la Ministra de Justicia,
no menciono que no fuera adecuado, pero ¿porqué no recibieron ese mismo trato todas
las víctimas injustas del paro?

A mi perspectiva, el gobierno ignoró por completo la gravedad de los casos y en


su lugar elogió a la Policía Nacional como si con eso estuviera aprobando el
comportamiento violento y todas las violaciones de los derechos. Y, por otra parte, ¿qué
hizo por los ciudadanos víctimas? No puedo visibilizar ni un ápice de culpa o intento de
enmienda por parte del Estado. Por el contrario, elogiando los servicios de la Policía
Nacional lo único que hace es normalizar un comportamiento que se supone está
prohibido por el ordenamiento jurídico y. además, me parece una falta de respeto para
todas las víctimas por esos mismos policías que elogió.

Aún así, reitero, concuerdo en que la Policía Nacional no tiene la culpa de los
hechos ocurridos, pero no se puede negar la responsabilidad que conllevan sus actos.

Apoyo a la CEVJ con su recomendación de inculcar en los oficiales de Policía


en respetar el código policial y proteger los Derechos Humanos, para que en futuras
ocasiones no se vuelvan a dar situaciones parecidas.

Con los eventos pasados se esperaría que no se volviera a repetir algo así, pero
los eventos de octubre del 2019 demuestran que aún nos falta mejorar como Estado,
mejorar el diálogo con los ciudadanos y el respeto a ellos.
En conclusión, el Estado Ecuatoriano debería disculparse con cada una de las
víctimas y retribuirles según lo indicado por la CEVJ, además, los casos judiciales que
aún faltan por procesar deben llevarse a cabo cumpliendo con el debido proceso.

Considero importante señalar que los ciudadanos estaban en todo su derecho de


realizar las protestas pacíficas, y que a pesar de que hubo infiltrados, a pesar de que
hubo violencia, eso no quita el sentido democrático de la protesta. Lo que los oficiales
de policía debieron haber hecho es detener a aquellos que realizaban actos delictivos,
procurando no intervenir ni afectar el derecho a la libertad de expresión, y a la
resistencia.
Bibliografía

Comisión Especial de la Verdad y la Justicia. (2020). Informe de la Comisión Especial


para la Verdad y la Justicia respecto de los hechos ocurridos en Ecuador entre el
3 y el 16 de octubre de 2019.

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