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Tras los eventos ocurridos durante el paro Nacional de octubre del 2019, La
Defensoría del Pueblo crea una Comisión Especial de la verdad y la justicia a fin de
esclarecer lo ocurrido y dar a conocer la verdad a toda la población. A fin de cuentas,
como se muestra en el eslogan ya mencionado, la justicia empieza cuando se da a
conocer la verdad de los sucesos, además de ser uno de los derechos de cada ciudadano.
Este ensayo toma una postura a favor de los Derechos Humanos y se intenta
considerar todas las posturas de los involucrados.
Todo este incidente comenzó tras la declaración del Decreto Ejecutivo n.° 883
que, como Zavala (2020) explica: “fue expedido de manera abrupta, sin consenso
alguno con los sectores afectados y sin prever las consecuencias” (p. 17). El Decreto
estipulaba algunas reformas políticas y económicas debido a la crisis económica que
atravesaba el país y a la necesidad de cumplir con lo acordado con el FMI.
A pesar de los casos que se mencionan que fueron puestos en libertad, no fue
igual para muchas otras. Muchas personas tuvieron que sufrir el aún finalizado el paro
nacional, tener que soportar encarcelamiento.
En cuanto al derecho a la Salud, se sabe que este también es uno de los derechos
principales y una de las obligaciones del Estado. Además, deriva del derecho a la vida y
el derecho a vivir una vida con dignidad.
Es impactante el cómo estos oficiales faltaron por completo a uno de sus deberes
principales que es proteger los derechos humanos de las personas. Y aún actuando bajo
órdenes de sus superiores, llevan parte de la responsabilidad de lo sucedido porque no
pudieron proteger lo que se espera que protejan.
Aún así, reitero, concuerdo en que la Policía Nacional no tiene la culpa de los
hechos ocurridos, pero no se puede negar la responsabilidad que conllevan sus actos.
Con los eventos pasados se esperaría que no se volviera a repetir algo así, pero
los eventos de octubre del 2019 demuestran que aún nos falta mejorar como Estado,
mejorar el diálogo con los ciudadanos y el respeto a ellos.
En conclusión, el Estado Ecuatoriano debería disculparse con cada una de las
víctimas y retribuirles según lo indicado por la CEVJ, además, los casos judiciales que
aún faltan por procesar deben llevarse a cabo cumpliendo con el debido proceso.