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SUPREMA CORTE DE

JUSTICIA - SALA PRIMERA

PODER JUDICIAL
MENDOZA
foja: 42

CUIJ: 13-04419100-2/1((020301-29801))

STICCA DE CORREA CELINA Y OT. EN J° 4697 / 29801


GATTERA
SUSANA MARIA C/ GATTERA RAUL EDUARDO P/RESOLUCION
CONTRACTUAL
P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL

*104499333*

En Mendoza, a tres días de abril de dos mil diecinueve,


reunida la Sala Primera
de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó
en consideración para dictar
sentencia definitiva la causa n°
13-04419100-2/1(020301-29801),
caratulada:
“STICCA DE CORREA CELINA Y OT. EN J° 4697 / 29801
GATTERA
SUSANA MARIA C/ GATTERA RAUL EDUARDO P/RESOLUCION
CONTRACTUAL
P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL”.

De conformidad con lo decretado a fojas 41 quedó


establecido el
siguiente orden de estudio en la causa para el
tratamiento de las cuestiones por
parte de los Señores Ministros del
Tribunal: primero: DR. JULIO RAMON
GOMEZ; segundo: DR. PEDRO JORGE
LLORENTE; tercero: DR.
DALMIRO FABIÁN GARAY CUELI.

ANTECEDENTES:

A fojas 8/14 el Procurador Raúl Eduardo Correa, por su


propio
derecho y en nombre y representación de la Dra. Celina Sticca
de Correa
interpone recurso extraordinario provincial contra la
resolución dictada por la
Primera Cámara de Apelaciones Civil,
Comercial, de Paz, Minas Tributario y
Familia de la Segunda
Circunscripción Judicial a fojas 324/325 de los autos n°
29.801/4.697 caratulados “Gattera Susana María c/ Gattera Raúl
Eduardo p/
Resolución Contractual”.

A fojas 22 se admite formalmente el recurso deducido, se


ordena
correr traslado a la parte contraria, quien a pesar de ser
notificada conforme
surge de fojas 22 vta., no contesta.

A fojas 33/35 se registra el dictamen Procuración


General del
Tribunal,que aconseja el rechazo del recurso deducido.

A fojas 40 se llama al acuerdo para dictar sentencia y a


fojas 41 se
deja constancia del orden de estudio efectuado en la
causa para el tratamiento de
las cuestiones por parte de los Señores
Ministros del Tribunal.

De conformidad con lo establecido en el art. 160 de la


Constitución
de la Provincia, se plantean las siguientes cuestiones
a resolver:

PRIMERA CUESTION: ¿Es


procedente el recurso extraordinario
provincial interpuesto?

SEGUNDA CUESTION: En
su caso, ¿qué solución corresponde?

TERCERA CUESTION:
Costas.
A LA PRIMERA CUESTION EL DR. JULIO RAMON GOMEZ
DIJO:

I. PLATAFORMA FACTICA:

Los hechos relevantes para la resolución de la causa


son
sintéticamente los siguientes:

1. A fs. 306/310 obra sentencia dictada el


19/04/18 que rechaza la
demanda por resolución contractual incoada
por la Sra. Susana María Gattera
contra el Sr. Raúl Eduardo
Gattera, se imponen costas a la actora y se regulan
honorarios
profesionales. Los profesionales que asistieron a la demandada fueron
la Dra. Celina Sticca de Correa y el Procurador Raúl Eduardo Correa.

2. A fs. 315 comparece el Procurador Raúl


Eduardo Correa, por sí y
por la Dra. Celina Sticca de Correa, y
manifiesta que las regulaciones
arancelarias causan perjuicios
patrimoniales de carácter irreparable, por lo que
deduce recurso de
apelación en contra de las mismas, a los términos del art. 40
CPC,
Ley 2269 de aplicación en la especie, a tenor de lo dispuesto por la
Acordada de la SCJM N° 28.608 solicitando la concesión del recurso
interpuesto
y la elevación de la causa a la Alzada para la
sustanciación de la queja.

3. A fs. 316 se tiene por interpuesto recurso de


apelación, contra la
sentencia en los términos del art. 40 CPC.

4. A fs. 321 el Tribunal concede el recurso de


apelación planteado a
fs. 315 en contra de la resolución de fs.
306/310 en forma libre y con efecto
suspensivo (Arts. 133 y 134 CPC).
Se ordena la elevación del expediente.

5. A fs. 323 la Cámara de Apelaciones llama


autos para resolver la
procedencia del recurso y se deja constancia
del sorteo para el estudio de la
causa.

6. A fs. 324/325 se declara mal concedido el


recurso de apelación por
encontrarse desierto y no impone costas.
Razona de la siguiente manera:

En cuanto a la normativa procesal aplicable señala:

. El 01/02/18 comenzó a regir en nuestra Provincia un


nuevo Código
Procesal Civil, Comercial y Tributario cuya aplicación
se impone “para todos los
asuntos que desde esa fecha se promuevan”
(conf. art. 374).

. El recurso de apelación fue interpuesto en fecha


07/05/2018, por lo
que, tratándose de un “asunto” promovido
cuando ya se encontraba en vigencia
la nueva ley, sus recaudos de
admisibilidad y trámite se rigen por el nuevo
ordenamiento procesal.

. En un precedente anterior en una causa en la que


intervenían los
mismos profesionales apelantes, ya se señaló el
criterio del Tribunal, por lo que
no podía desconocerse. En similar
sentido se ha pronunciado la SCJM en
relación al Recurso
Extraordinario Provincial.(Cinquemani, del 20/03/18)

En cuanto a la procedencia formal del recurso:


. El art. 136 ap. I del nuevo CPCCT -al igual que el
art. 135 ap. V del
CPC- prevé que recibido el expediente por la
Cámara de Apelaciones podrá
modificar la forma de concesión o
denegarlo, si hubiera sido mal concedido.

. Resultó desacertada la concesión del recurso en


forma abreviada, ya
que de acuerdo a los términos de la
presentación, su objeto se limita a la
regulación de honorarios.

. Resulta aplicable el nuevo Código por lo que la


evaluación de la
concesión debió efectuarse a la luz de su art.
40.

. La nueva norma, a diferencia del artículo derogado,


establece para
este supuesto un recaudo adicional de admisibilidad
formal: que en el escrito de
interposición del recurso, el apelante
deberá precisar los puntos o partes de la
regulación que le causan
agravios, bajo apercibimiento de considerar su recurso
desierto.

. Tal modificación tiene como espíritu que, ante la


falta de
imperatividad de la alegación de razones, el Tribunal de
Alzada no se vea
compelido a revisar íntegramente la regulación
como si estuviera
determinándolos ab origine, sino que, coherente
con nuestro sistema recursivo,
sea el recurrente quien fije el límite
cognoscitivo de la apelación.

. En el caso de autos, los quejosos se han limitado a


deducir recurso
de apelación con la fórmula de rito acerca de que
la regulación les causa
“perjuicios patrimoniales de carácter
irreparable” pero sin dar cuenta, ni aún
mínimamente, del motivo
de disconformidad.

. La omisión del recaudo de procedencia formal


impuesto por el art.
40 del CPCCT, conlleva que el recurso de
apelación deba ser declarado mal
concedido, por encontrarse
desierto, en mérito a las facultades de control de
admisibilidad
formal del recurso, que el art. 136 ap. I CPCCT le concede a la
Alzada.

Contra dicha resolución, los profesionales interponen


recurso
extraordinario provincial.

II. ACTUACION EN ESTE INSTANCIA:

Solicita se declare la inconstitucionalidad del


decisorio, acogiendo el
recurso de apelación y proceda a regular
honorarios profesionales con arreglo a
lo determinado por el art. 2
de la ley arancelaria sobre el valor actual de la
fracción de campo
objeto del proceso, declarando que se ha aplicado
erróneamente la
Ley 9.001, sin costas.

Que su parte dedujo recurso de apelación en los


términos del art. 40
CPC Ley 2269 por ser un proceso iniciado antes
de la vigencia de la ley 9.001,
conforme lo establece la Acordada N°
28.608. Indica que el Tribunal de grado
aplica irregularmente el
nuevo ordenamiento procesal, en su artículo 40 ap. I en
cuanto
establece que si no se alegan razones al apelar se considera al
recurso
desierto. De todos modos, el apartado III, establece que
cuando sólo se apelen
honorarios, dentro de los tres días del
decreto que lo disponga, deberán alegarse
razones.

Concreta su primer agravio en la errónea aplicación e


interpretación
de una norma. Aduce que la Acordada N° 28.608
establece que el nuevo
ordenamiento procesal se aplicará desde el
01/02/18 a todos los asuntos que
desde esa fecha se promuevan. Que no
hay dudas que el proceso principal
iniciado con anterioridad al
01/02/18 se le aplica el CPC por tratarse de un
asunto iniciado con
anterioridad. Además, el juzgado de primera instancia
cuando proveyó
el recurso, citó el art. 40 CPC. Que, aunque correspondiera
aplicar
el nuevo ordenamiento ritual, debe aplicarse el apartado III del art.
40.

El segundo agravio ronda en torno a la inaplicabilidad


del régimen
arancelario tarifado sobre el valor del proceso. Afirma
que el proceso tiene un
monto o un objeto valuable en dinero, por lo
que es de aplicación la normativa
arancelaria del art. 2.

III. SOLUCION DEL CASO:

1. La aplicación de la nueva normativa procesal.

En
primer lugar, según el criterio prevaleciente, confirmado en lo
que
hace a competencia y procedimientos por la CSJN, las normas
procesales, en
tanto son de orden público, son de aplicación
inmediata aún a las causas
pendientes, debiendo regirse los actos
procesales por la ley vigente en el
momento en que se producen,
salvo, claro está, que con ello se afecte una
garantía
constitucional, como la defensa en juicio (CSJN, 306:2101)

El Máximo Tribunal ha advertido que tal aplicación no


debe privar
de validez a los actos procesales cumplidos ni se deje
sin efecto lo actuado de
conformidad con las leyes anteriores.
(Sisterna, Ramón Silvano c/ ANSeS. S.
3053. XXXVIII. 07/02/2006.
Fallos: 329:88 extraido de www.csjn.gov.ar)

El art. 374 del nuevo C.P.C.C.T.M. luego de sentar el


principio
general de la aplicación inmediata para todos los asuntos
que se promuevan a
partir del 1/02/2018, expresa: “Se aplicarán
también sus disposiciones a los
asuntos pendientes, conforme
facultad expresa que otorga el presente
ordenamiento a la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia, para implementar
gradualmente la
oralidad de acuerdo a los recursos económicos disponibles y a la
capacidad de los magistrados, auxiliares de justicia y operadores
jurídicos se
exceptúan los trámites, diligencias y plazos que
hubieren tenido principio de
ejecución, los cuales se regirán por
las leyes derogadas”.

2. La apelación de la regulación de honorarios


en el
procedimiento civil mendocino.

a) La apelación de la regulación de honorarios.


Antecedentes.

Desde el primer código de rito vigente en la Provincia


de Mendoza,
se advierte la preocupación del legislador por brindar
especial tratamiento a la
regulación de honorarios profesionales.
Así, el viejo Código de Procedimientos en Materia
Civil y Comercial
de la Provincia de Mendoza reformado por la Ley
1.042 regulaba esta cuestión
en los artículos 77 “Apelación de
la Regulación” y 78 “Trámite de la apelación
de honorarios”
y disponía que, elevados los autos al Superior, éste resolverá en
el
término de seis días, sin otra sustanciación. Tal como lo
destacaba Podetti, no
existía oportunidad para hacer saber al
tribunal de alzada los motivos de
disconformidad con la regulación.
Proponía el comentador del Código la
modificación de la ley en el
sentido de que se autorizara a fundar el recurso, lo
que evitaría
“la expresión verbal de la queja, que frecuentemente hacen los
profesionales ante el Presidente o los Ministros”. (“Código de
Procedimientos.
En Materia Civil y Comercial de la Provincia de
Mendoza”, J. Ramiro Podetti.
Tomo I, Buenos Aires, Librería y
Editorial “La Facultad”, 1936, p. 126).

Posteriormente, fue sancionada la Ley 2269 (del 29 de


Octubre de
1953 publicada en el B.O. el 09/12/53) que trataba la
cuestión en el art. 40. En la
nota al artículo explica el
Codificador que si sólo se apelara la regulación, el
recurso de
apelación es el abreviado (art. 134) y deberá tramitarse como lo
dispone el art. 142, debiendo ser declarado desierto sino se funda
ante el tribunal
de alzada.

Tal disposición fue posteriormente modificada por la


Ley 2637 (B.O.
20/01/60) quedando así redactada hasta la sanción de
la Ley 9.001. De esta
manera, el artículo 40 del CPC estableció
como principio general que las
regulaciones de honorarios, ya sea que
se encuentren incluidas en la sentencia o
en autos o pronunciadas por
separado serán apelables por los interesados en
todos los casos. El
trámite era sin sustanciación e inmediatamente la Cámara
debía
dictar un decreto llamando autos para resolver, el que debía
notificarse por
cédula y dentro de los tres días de notificado, los
interesados podían presentar un
escrito “alegando razones”.
Asimismo, en el caso que también se hubiese
apelado sobre lo
principal, las consideraciones en torno a la regulación podían
aducirse en el mismo escrito de expresión de agravios.

Bajo la vigencia de esta norma ritual, el apelante no


tenía necesidad
de fundar el recurso ni el apelado de contestar. No
obstante, se concedía a los
interesados la posibilidad de presentar
un escrito alegando sus razones a favor o
en contra de la
regulación...”. (“Código Procesal Civil de Mendoza. Comentado,
Anotado y Concordado”, Aldo Guarino Arias, Tomo I, Ediciones
Jurídicas Cuyo
SRL, 1982. p. 186 y ss.). Esto es, la falta de
presentación del “alega razones” no
aparejaba la deserción del
mismo, sino que perdía el apelante la posibilidad de
esgrimir los
argumentos por los que consideraba que la regulación debía ser
confirmada o revocada.

Como puede verse, en la anterior norma, los actos de


interposición y
de fundamentación se encontraban perfectamente
diferenciados tanto en su
contenido como ante quién debía
efectuarse. La interposición debía efectuarse
ante el a-quo sin
otro requisito que el de señalar que la vía elegida por el apelante
era el art. 40, mientras que la presentación de las razones o
expresión de los
argumentos era ante la Alzada, resultando un acto
“conveniente” para el
agraviado. Como lo señalé anteriormente,
la presentación del memorial no traía
ninguna consecuencia, sino
que el apelado perdía la posibilidad de expresar por
ante el órgano
revisor los fundamentos por los que entendía que la regulación era
incorrecta o en su caso, el beneficiario de las regulaciones expresa
las razones
por las que consideraba que debía ser mantenida.

Así lo resolvió este Tribunal al señalar: “En el


trámite de las
regulaciones de honorarios, en el recurso de
apelación, no es obligatoria la
presentación de memorial (art. 40
C.P.C.) y con la reforma de la Ley 2637 ha
dejado de tener vigencia
la sanción de declararlo desierto que disponía el art.
142.”
Expte.: 24451 - MILUTIN CARLOS EN J: LOPEZ DE RO DE SAEZ G.
MARIA
LOPEZ LLAUVER DE GUILHOU Y OTRA DIVISION DE
CONDOMINIO – CASACION,
06/11/1963, SALA N° 1, Ubicación: LS086-
N49).

b) Cuestiones problemáticas referidas al art. 40


CPC. Las
respuestas de esta Sala:

No fueron pocas las cuestiones que esta Sala ha debido


resolver con
relación al art. 40 de la ley de rito. Así, se ha
expedido por la improcedencia de
prueba en la Alzada (LS 093-N47) o
ha admitido la posibilidad de aplicación
cuando se trataba de
cuestiones de desvalorización monetaria (LS166-494).

En cuanto a la problemática aquí discutida, entre los


precedentes más
relevantes pueden citarse:

“Azura…” (L.S. 141-049).

Sostuvo que en todos los supuestos corresponde analizar


si lo
regulado se ajusta a derecho y en caso de no serlo, si
perjudica a quien apeló y al
margen de que se haya o no invocado
consideraciones tendientes a demostrar el
error del juzgador.
Asimismo, está fuera del supuesto contemplado en el art. 40
lo
referente a la determinación de quién es el obligado al pago, como
lo es
establecer si los honorarios son comunes o particulares.

“Houlné…” (LS 190-404).

En pleno y por mayoría, esta Sala, decidió que el art.


40 procede para
todos los casos en los que se resuelve diferir la
regulación de honorarios.

“Sociedad Militar…” (LS 285-412).

Se resolvió que la noma es plenamente aplicable a los


casos en que el
tribunal acude a los criterios del art. 10 de la Ley
Arancelaria local. Así, la
Cámara tiene atribuciones para verificar
si las pautas de esa norma que el juez
dice aplicar han sido o no
razonablemente subsumidas por el juez de primera
instancia. Esta es
la razón por la cual se autoriza no sólo al apelante sino a todos
los profesionales interesados a que expresan razones por las
consideran que la
regulación debe ser mantenida (en el caso de quien
no apeló) o modificada (en el
supuesto de quien sí apeló y abrió
la jurisdicción).

“Inzaurraga…” (LS 350-203).

La Sala expresó que, atento a que el recurso tramita


sin
sustanciación, parece razonable que se limite a cuestiones
normativas y
cuantitativas. La incorporación de otras cuestiones sin
traslado a la contraria
podría llegar a violar el derecho de defensa
de la beneficiada con la regulación.
En el caso, el quejoso
pretendía la nulidad del auto regulatorio apelado por
exceder el
limitado marco del art. 40 CPC, empero la determinación de la
calidad de la nulidad (manifiesta o no) exige escuchar a la
contraparte.

“Gallardo de Beltramone…” (LS 260-127).

Se resolvió que la norma es aplicable a las


regulaciones
complementarias y que el trámite simple del art. 40 es
compatible con las
cuestiones que pueden plantear el devengamiento de
intereses y el reajuste
monetario, normalmente vinculadas al momento
a partir del cual rigen tasas,
índices, etc.

“Benvenutti…” (LS 421-161).

Se destacó la amplitud de las cuestiones que quedan


comprendidas
en el art. 40, que permite la revisión por la alzada de
las regulaciones, sea que se
trate de honorarios sobre el capital
nominal, o complementarios, sus
actualizaciones, reajustes, régimen
de intereses.

Empero en el caso, consideró que la Cámara había


excedido los
límites pues, admitió la inclusión de un bien como
perteneciente al acervo
hereditario a los fines de proceder a la
regulación de honorarios. Revoca el fallo,
en tanto se afirmó que
sin sustanciación y sin la posibilidad de discusión con la
contraria, había incrementado la base regulatoria al permitir el
ingreso al acervo
hereditario de un cuantioso bien, lo cual viola el
derecho de defensa de los
condenados en costas.

“La vía prevista por el art. 40 no resulta adecuada


para intentar la
declaración de nulidad de un acto jurídico, o para
discutir la naturaleza o calidad
de un bien, ni para obtener la
inclusión del mismo dentro de un patrimonio,
muchos menos por un
trámite que puede realizarse sin sustanciación ni traslado a
la
contraria., en el cual no resulta necesario ni alegar razones.

“Autotransportes Alvear…” del 16/05/16:

Se explicó que, sin sustanciación y sin la posibilidad


de discusión
con la contraria no es posible discutir el fondo de la
cuestión, como lo pretendía
el recurrente, más allá que en el
caso concreto, las partes hayan alegado razones.
Cuando el recurso
sea tramitado por la citada norma no se puede plantear, ni el
Tribunal puede entrar a resolver otras cuestiones que no sean las
estrictamente
cuantitativas referidas a los montos de las
regulaciones practicadas por el inferior
y a las normas de la ley
arancelaria.

“Dalvian SA...” del 23/09/16:

Es improcedente en la instancia extraordinaria solicitar


la
morigeración de los honorarios regulados a los letrados en un
proceso por
división de condominio por resultar desproporcionados
con la labor desarrollada,
si el condenado en costas apeló el auto
regulatorio por el trámite del art. 40 del
C.P.C. y sin alegar ante
la alzada la mentada falta de adecuación.
Como puede verse, el criterio de esta Corte ha sido
amplia en cuanto
a las cuestiones que pueden ser debatidas por esta
vía. Empero, tratándose de un
trámite en el que no está previsto
un contradictorio, los límites de su aplicación
resultan ser
aquellas cuestiones de fondo o que puedan afectar el derecho de la
contraparte.

c)
El nuevo artículo 40 CPCCTM.

La Ley 9.001 modificó el art. 40 y lo tituló


“APELACIÓN DE
HONORARIOS”. Se encuentra dividido en cuatro
apartados.

El apartado I primera parte,


dispone que las regulaciones de
honorarios incluidas en sentencias o
autos o pronunciados por separado, serán
apelables por los
interesados, en todos los casos. Es decir que la nueva normativa
ha
receptado -al igual que la anterior- una amplia revisibilidad de los
honorarios.
Ello, en consonancia con la
jurisprudencia de esta Corte, al interpretar el antiguo
art. 40 CPC
dijo: Esta Sala tiene dicho que el legislador
quiso otorgar al régimen
de los honorarios una amplia revisibilidad,
prueba de lo cual, es que no se
imponen costas. Efectuando una
interpretación gramatical y finalista, los
términos amplios de la
norma implican que toda regulación de honorarios, sea
principal o
complementaria, por tener su misma naturaleza, es apelable.
(LS260-
127).

La segunda parte del apartado I


reza: “En el escrito de
interposición del recurso, el apelante
deberá precisar los puntos o partes de la
regulación que le causan agravios, bajo
apercibimiento de considerar su recurso
desierto.”.

Es decir, se impone al apelante la obligación de


precisar los “puntos
o partes” de la regulación que le causan
agravios. La cuestión no es menor: la
sanción a tal omisión es la
deserción del recurso, es decir, pierde el apelante la
posibilidad
de que el Superior revise la regulación. Por lo cual, se impone al
intérprete desentrañar cuál es el sentido de la norma. Así,
surgen los siguientes
interrogantes: ¿Qué debe entenderse con este
cambio en la redacción de la
norma? ¿Cuál ha sido el espíritu de
la ley al adicionar este requisito? ¿Cual es el
propósito que ha
inspirado la norma jurídica?

El lenguaje utilizado por la normativa no ha sido del


todo claro. La
dificultad se plantea tanto desde el punto de vista
del lenguaje ordinario o natural
(puede advertirse la cantidad de
acepciones que la Real Academia Española trae
para tales términos
www.rae.es)
como del lenguaje jurídico.

Sin embargo, entiendo que puede brindarse una respuesta


a la
cuestión, aplicando las pautas hermeneúticas que tiene a su
disposición el
intérprete cuando debe indagar sobre el sentido y
valor de una norma.

Se ha dicho que la interpretación es la actividad


dirigida a obtener la
significación de una norma. De este modo, la
interpretación comienza con las
palabras de la ley, pero no termina
estableciendo el significado gramatical, sino
que la interpretación
incluye la finalidad de la norma. El art. 2 del CCyCN
coincide con la
jurisprudencia de la CSJN, en cuanto afirma que la interpretación
debe partir de la palabras de ley, pero debe ser armónica con el
resto del
ordenamiento pues sus distintas partes forman una unidad
coherente, por eso, en
la inteligencia de sus cláusulas, debe
cuidarse de no alterar el equilibrio del
conjunto. (“Manual de
Derecho Privado”, Aída Kemelmajer de Carlucci y
Mauricio Boretto,
Tomo 1, 1era edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Eudeba,
2017, p. 45).

Así, en los “Fundamentos del Anteproyecto de Código


Civil y
Comercial de la Nación se afirma que: “...la decisión
jurídica comienza por las
palabras de la ley. También se incluyen
sus finalidades, con lo cual se deja de
lado la referencia a la
intención del legislador. De ese modo la tarea no se limita
a la
intención histórica u originalista, sino que se permite una
consideración de
las finalidades objetivas del texto en el momento
de su aplicación ..”.

Parto del análisis de la norma anterior. La redacción


impresa al
artículo no imponía ningún recaudo adicional al
apelante que invocaba el art. 40
CPC, simplemente debía expresar en
el escrito de interposición del recurso que
lo efectuaba en tales
términos.

Ahora bien, la nueva ley no sólo ha adicionado un


requisito, sino que
lo ha dotado de una grave sanción en caso de
incumplimiento: el recurso será
declarado desierto, relevando a la
Alzada de la obligación de pronunciarse por la
confirmación o
modificación de la regulación. Lo cual, implica que la ley ha
querido adicionar un “plus” al escrito de interposición del
recurso, pues de otra
manera, quedaría sin explicación el por qué
de la modificación de la normativa y
la extrema sanción que apareja
su omisión.

En efecto, no podría entenderse que, tal como lo era


bajo la vigencia
del CPC, al apelante le basta con interponer el
recurso en los términos del art. 40
pues, dejaría sin explicación
el por qué de la reforma. Recuerdo que, tal como lo
tiene dicho la
CSJN: “La inconsecuencia o falta de previsión jamás se suponen
en
el legislador y por ello se reconoce como principio inconcuso que la
interpretación de las leyes debe hacerse siempre evitando darles un
sentido que
ponga en pugna sus disposiciones destruyendo las unas por
las otras y adoptando
como verdadero el que las concilie y deje a
todas con valor y efecto.
(CHOCOBAR SIXTO CELESTINO c/ INPS-CAJA NAC
DE PREV PARA EL
PERS DEL EST Y SERV PUBL. s/REAJUSTES POR MOVILIDAD.
C. 278.
XXVIII. REX. 27/12/1996. Fallos: 319:3241).

Así las cosas, la norma requiere precisar -ante el juez


de primera
instancia- los puntos o partes de la regulación que le
causan agravio. La doctrina
que ha comentado el nuevo Código al
intentar desentrañar el sentido de la
normativa ha expresado: “...no
se trata de un alegato de razones efectuado en la
instancia en que se
deduce el recurso sino simplemente una breve descripción de
lo
controvertido.” (“Código Procesal Civil, Comercial y Tributario
de la
Provincia de Mendoza. Analizado, Anotado, Concordado y
Jurisprudencia. Ley
9.001”. Directores Juan Pablo Civit, Gustavo A.
Colotto, 4ta Edición, Mendoza,
ASC, 2018).

Entiendo que lo que la norma exige es la fijación o


determinación de
lo que es materia de agravio, es decir, puntualizar
qué es lo que causa gravamen;
esto es -sin pretender efectuar una
enumeración taxativa-, si es la normativa
aplicada, el porcentaje,
la distribución de los honorarios, el diferimiento de la
regulación,
verificar si las pautas del art. 10 LA que el juez dice aplicar han
sido
o no razonablemente subsumidas por el juez de primera instancia.

Lo que la modificación ha intentado superar es aquella


dificultad con
la que se enfrentaba el órgano revisor cuando el
apelante no alegaba razones, y
por tanto, se encontraba compelido a
revisar todas las regulaciones desde un
aspecto cualitativo y
cuantitativo. En ocasiones, la actividad del revisor se
limitaba a un
mero recálculo de las cuentas efectuadas en la instancia anterior,
ante la inexistencia del alegato de razones.

Por tanto, esta breve descripción o puntualización


debe ser suficiente
para que la Alzada “revise” en lo que ha sido
materia de agravio, las
regulaciones de primera instancia en caso de
que el apelante opte por no alegar
razones en la segunda instancia.
En efecto, la norma no ha modificado que el
“alega razones” es
una facultad del apelante, quien podrá, ante el revisor,
argumentar,
ampliar las razones dadas, abundar en doctrina y jurisprudencia
(apartado III).

Por otra parte, entiendo que la norma debe ser


interpretada y aplicada
por los órganos revisores, teniendo en
cuenta que, en caso de dudas, debe estarse
a favor de la tramitación
del recurso. Debe recordarse que la CSJN tiene dicho
que: “El
derecho de apelar es el derecho a tratar de obtener en una instancia
superior, para resguardo de la mejor defensa, la revisión de lo
decidido en cuanto
el apelante entiende que le causa agravio.”
(Bianchi de Piccaluga, Rosa sucesión,
1954, Fallos: 229:953. Sumario
extraido de www.csjn.gov.ar).
En este sentido,
rememoro un viejo fallo de esta Sala en el que el
voto mayoritario del Dr.
Massimiani afirmó que el art. 40 del CPC al
otorgar el recurso de apelación por
las regulaciones de honorarios
creó una garantía de doble instancia a ese
respecto. (LS 190-404).

Por lo cual, toda declaración de deserción deberá ser


decidida de tal
forma que no se desvirtúe los fines de la norma, que
no ha sido limitar la
competencia funcional de la Alzada, sino
determinar los justos límites en que se
abre esa jurisdicción.

En cuanto al tenor o extensión del escrito de


interposición por ante el
a quo, entiendo que no resulta
necesario que esta presentación deba contener los
requisitos de una
expresión de agravios por ante el juez que reguló honorarios.
Así,
desde una interpretación sistemática, advierto que cuando el
codificador ha
considerado necesario tal requisito lo ha señalado
indubitadamente: “funde
agravios”. En efecto, para el recurso de
apelación libre o abreviado (art. 133
CPCCyTM) la regla general es
que el recurso debe interponerse, sin fundarse,
ante el Tribunal que
dictó la resolución. Las excepciones a tal principio, es decir,
los
casos en que los actos de interposición y fundamentación se
unifican, han
sido expresamente previstos por la normativa al señalar
que en el mismo acto de
interposición debe fundarse el recurso
(compulsar: art. 222.X (amparo) y art.
206.6 /sentencias en los
procesos de consumo de mayor cuantía).
Por otra parte, los códigos de rito que han unificado
la interposición
con la fundamentación han sido claros y expresos.
En efecto, la redacción
impresa a aquellos no deja lugar a duda ni
da lugar a interpretación alguna.

Adviértase la redacción del art. 222 del Código


Procesal de la
Provincia de Jujuy que dispone que en el escrito en
que se interponga el recurso
de apelación (libre) el apelante
enumerará taxativamente las cuestiones que a su
juicio tiene que
considerar el superior y además debe expresar las razones en que
se
funda su disconformidad con la sentencia (www.infoleg.gov.ar;
www.justiciajujuy.gov.ar).

En la Provincia de Corrientes se señala que la


fundamentación del
recurso será simultánea a su deducción (salvo
que la apelación se hubiese
interpuesto subsidiariamente con el de
reposición). (conforme art. 248 Código
Procesal Civil y Comercial
de Corrientes. Decreto-Ley 14. Boletín Oficial, 23 de
Marzo de
2000). (www.saij.gov.ar)

El Código Procesal Civil y


Comercial de la Provincia del Chaco
(LEY 2.559, Suplemento Oficial, 8
de Marzo de 2017 Id SAIJ: LPH0002559) en
el artículo 269 dice: “En
todos los casos la fundamentación del recurso será
simultánea a su
deducción....”. (www.saij.gov.ar)

El Código Procesal de la Nación dispone expresamente


que el
apelante deberá limitarse a la mera interposición del
recurso y si esta regla fuere
infringida se mandará devolver el
escrito, previa anotación que el secretario o el
oficial primero
pondrá en el expediente, con indicación de la fecha de
interposición del recurso y del domicilio que se hubiese
constituído, en su caso.
Es decir, sanciona expresamente a quien
funde el recurso de apelación en
primera instancia. Empero, cuando
procediera la apelación en relación y sin
efecto diferido, el
apelante deberá fundar en primera instancia.

Como queda visto, no podría asemejarse el recaudo de


“precisar los
puntos o partes” al de fundamentar, expresar
agravios, alegar razones o
presentación del memorial.

Por otra parte, efectuando una interpretación


teleológica, entiendo
que lo dicho hasta aquí, satisface la
finalidad de la norma, pues:

i) supera la dificultad que traía la norma


anterior cuando el apelante
no había hecho uso de su derecho a
alegar razones, lo que obligaba a la Cámara a
revisar todas las
regulaciones (con las limitaciones propias de la vía elegida)
llegando a ser, en ocasiones, un mero revisor de las operaciones
matemáticas que
realizaba el a-quo. Ello, lógicamente implicaba un
desgaste jurisdiccional
innecesario, por lo cual, el hecho de que
ahora el apelante deba puntualizar el
agravio que le ocasiona la
norma no solo contribuye a la aceleración del proceso,
sino que
también coadyuva a que el órgano revisor se enfoque en lo que es
materia de agravio.

ii) no obliga al apelante a fundamentar los


motivos de su disenso en
el escaso plazo que tiene para apelar, sino
que simplemente debe expresar qué
parte o punto de la resolución le
causa el agravio y pretende que un órgano
colegiado revise, ya sea
las pautas, el porcentaje, la normativa aplicable o
cualquier otro
canalizable por esta vía.

iii) el litigante también cumple con sus deberes


de colaboración y de
respeto a la justicia y al adversario,
facilitando: al tribunal de alzada, el examen
de la cuestión
sometida a recurso; al adversario, el motivo de la disconformidad
posibilitando, sin que se torne en contradictorio, alegar las razones
por las que la
regulación debería confirmarse y limita el ámbito
de su reclamo. (“Tratado de los
Recursos”. (Ampliado y
Actualizada por Oscar Eduardo Vazquez. J. Ramiro
Podetti , Segunda
Edición, EDIAR, 2009).

iv) tiende asegurar el derecho de defensa en


juicio y la garantía del
debido proceso, pues la competencia del
Tribunal de Alzada estará medida por el
agravio hecho valer en la
primera instancia, recordando que la limitación de los
recursos se
produce por la actitud de los litigantes.

v) supera aquellas situaciones que se daban en el


marco de esta
instancia extraordinaria, que se daba cuanto los
interesados apelaban la
resolución en los términos del art. 40 CPC
y, no habiendo alegado razones en la
Alzada, pretendiendo introducir
ante este Tribunal cuestiones no planteadas ni
sometidas a
consideración de las instancia anteriores.

Asimismo, la interpretación propuesta se encuentra en


consonancia
con lo resuelto por las Cámaras de Apelaciones de
nuestra Provincia, quienes
han puesto de
manifiesto este “plus”. Así, la Segunda
Cámara de Apelaciones
(Primera Circunscripción Judicial) sostuvo:
“…el apelante debe, en el mismo
escrito de interposición del
recurso, señalar de que forma la regulación le causa
agravio”
(Expte. N° 53.547 “Ortega, Daniel ...” del 07/09/18, lista
diaria del
10/09/18 www.jus.mendoza.gov.ar).
En el mismo sentido, Expte. N°
998.721/53.422 “Tecnicagua S.A. C/
Juan Carlos Salomón p/ Reivindicación”
Tercera Cámara de
Apelaciones (Primera Circunscripción Judicial) del 15/11/18,
lista
diaria del 20/11/18 www.jus.mendoza.gov.ar)
y CUIJ N°13-04312842-0
“Montemar...” del 03/04/18, Quinta Cámara
de Apelaciones de la Primera
Circunscripción Judicial (Primera
Circunscripción Judicial), lista diaria del
04/04/18
www.jus.mendoza.gov.ar).
Por su parte, la Primera Cámara de
Apelaciones
de Familia ha dicho: “... lo que se ha querido evitar es que, en el
supuesto que el apelante no alegue razones, el tribunal de alzada no
se vea
constreñido a analizar todos los aspectos y se focalice
específicamente en los que
han causado agravios al apelante...”.
(Expte N° 796/18/2F-160/18 “Tortolo
Grasso...”, resolución del
22/05/18, lista diaria del 23/05/18).

Continuando con el análisis de la normativa, el


apartado II señala:
“Cuando la regulación esté incluida
en la resolución apelada sobre lo principal,
se podrán aducir las
consideraciones solicitando la confirmación o revocatoria
del monto
regulado en el escrito de expresión de agravios, en el que se funda
el
recurso o se sostiene la sentencia, según el caso.”.

Se ha previsto que cuando se apela tanto sobre lo


principal como la
regulación de honorarios, el profesional se
encuentra habilitado, en tanto la
norma señala que se “podrán”
aducir las consideraciones o fundamentaciones
aduciendo los motivos
por los que considera que el monto debe confirmarse o
revocarse en el
escrito de expresión de agravios. Aquí se ha plasmado la
diferencia
sustancial con el primer apartado pues explícitamente refiere a que
las
consideraciones o fundamentaciones deben ser efectuadas ante el
revisor, lo cual
guarda coherencia sistemática con el apartado
anterior. Por supuesto que: “En
ambos casos debe cumplirse el
requisito de precisar lo que resulta materia de
agravio al interponer
el recurso” (“Código Procesal Civil, Comercial y Tributario
de
la Provincia de Mendoza. Analizado, Anotado, Concordado y
Jurisprudencia.
Ley 9.001”, ob. cit.).

En el apartado III se prevé un supuesto


específico: “Cuando la
apelación sólo se refiera a la regulación
de honorarios, el recurso se tramitará sin
sustanciación, pudiendo
los interesados presentar un escrito alegando sus razones
dentro del
plazo de tres (3) días de notificarse por cédula el decreto que se
dicte a
tal fin. Vencido el plazo, se resolverá mediante auto”

Este supuesto se configura cuando se ha apelado


exclusivamente la
regulación de honorarios y no es objeto de
apelación lo decidido sobre la
cuestión principal.

En este caso, se ha innovado en cuanto al trámite, en


tanto la norma
anterior disponía que se resolvía sin sustanciación
y que dentro de los tres días
del decreto que llamaba autos para
resolver, los profesionales podían presentar
un escrito alegando
razones. Mientras que la nueva normativa prevé el siguiente
trámite:
el recurso no se sustancia, llegado el expediente el juez debe dictar
un
decreto a fin que los “interesados” aleguen las razones en el
plazo de tres días de
haberlos notificado por cédula, vencido el
plazo, y hallan o no alegado razones,
debe resolverlo mediante auto.

Entonces, el alegato de razones -ante el órgano


revisor- conserva su
carácter de ser un acto meramente facultativo o
conveniente para los interesados.
Nótese la diferencia con lo
dispuesto en el apartado I, que apareja como
consecuencia la
deserción del recurso.

El apartado IV al igual que su antecedente


normativo dispone que
no se impondrá condenación en costas en el
trámite regulatorio. Ello, en
consonancia con la amplitud con la que
la ley ha querido brindar al interesado la
posibilidad de que un
Tribunal revise las regulaciones que ha efectuado el a-quo.

3. Aplicación de estas pautas al sublite.

El primer agravio se centra en el cuestionamiento de la


normativa
procesal aplicable, ya que el recurrente pretende la
aplicación del código de rito
anterior. En el caso, entiendo que no
resulta arbitraria ni normativamente
incorrecta la aplicación de la
nueva normativa procesal. En efecto, si bien el
proceso fue iniciado
bajo el amparo de la Ley N° 2269, la sentencia fue dictada
con
posterioridad a la entrada en vigencia del nuevo código, el 19/04/18
y
también, lógicamente, fue interpuesto el recurso de apelación
cuya deserción se
encuentra discutido en la causa.

El recurrente fundamenta su queja en la interpretación


que propone
sobre la Acordada N° 28.608 y del art. 374 CPCCyTM en
cuanto al alcance que
debe darse al término “asunto” empleado
por dicha normativa.

Como puede verse, los agravios esgrimidos por el


recurrente no han
logrado desvirtuar la jurisprudencia de esta Sala
en cuanto a la aplicación
inmediata de la nueva normativa procesal.
No se ha demostrado la afectación de
garantías constitucionales,
como la defensa en juicio (CSJN, 306:2101), ni que la
resolución en
crisis haya privado de validez a actos procesales cumplidos
anteriormente, ni que se haya dejado sin efecto lo actuado de
conformidad con la
norma de rito anterior.

En cuanto al planteo de aplicación del apartado III del


artículo 40, no
resulta procedente, en tanto, como lo he señalado,
el apelante debió -ante el juez
de primera instancia- al menos
precisar o puntualizar de qué forma la regulación
de honorarios le
causaba agravio. Nótese que lo que le ha imputado la Cámara es
no
haber dado cuenta “mínimamente” del motivo de disconformidad
ante el a
quo.

No obsta a ello los decretos dictados por el juez de


primera instancia
a fs. 316 y fs. 321, en tanto, la deserción ha
sido declarada imputando
deficiencias al escrito de interposición
del recurso presentado con anterioridad al
dictado de tales
proveídos.

En efecto, lo que se le imputa al recurrente es no haber


cumplido con
la norma de rito al momento de interponer el recurso de
apelación ante el juez de
origen, por lo que mal puede reclamar
estar incluido en el dispositivo III que se
refiere a una actuación
posterior ante la Alzada.

Por último, habiendo sido rechazado el agravio


esgrimido en primer
lugar, no resulta posible ingresar al análisis
de la queja acusada en segundo
término, en cuanto a la revisión
propiamente dicha de la regulación de
honorarios efectuada en
primera instancia.

Por lo expuesto, y si mis distinguidos colegas de Sala


comparten mi
opinión, entiendo que la resolución en crisis no
adolece de los graves vicios
imputados por el recurrente, por lo
cual, corresponde rechazar el recurso
extraordinario interpuesto,

Así voto.

Sobre la misma cuestión los Dres. LLORENTE y GARAY


CUELI,
adhieren al voto que antecede.

A LA SEGUNDA CUESTION EL DR. JULIO GOMEZ, DIJO:

Atento al resultado arribado en la cuestión anterior


corresponde
rechazar el recurso extraordinario provincial interpuesto
y, en consecuencia,
confirmar la sentencia dictada por la Primera
Cámara de Apelaciones Civil,
Comercial, de Paz, Minas Tributario y
Familia de la Segunda Circunscripción
Judicial a fojas 324/325 de
los autos n° 29.801/4.697 caratulados “Gattera
Susana María c/
Gattera Raúl Eduardo p/ Resolución Contractual”.

Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. LLORENTE y GARAY
CUELI,
adhieren al voto que antecede.

A LA TERCERA CUESTION EL DR. JULIO GOMEZ, DIJO:

Atento a los motivos por los que se rechaza el recurso


extraordinario
y lo dispuesto por el art. 40 CPCCyTM, no se impondrán
costas.

Así voto.

Sobre la misma cuestión los Dres. LLORENTE y GARAY


CUELI, ,
adhieren al voto que antecede.

Con lo que se dio por terminado el acto, procediéndose


a dictar la
sentencia que a continuación se inserta:

SENTENCIA:

Mendoza, 03 de abril de 2019.

Y VISTOS:

Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la


Sala Primera de
la Excma. Suprema Corte de Justicia, fallando en
definitiva,

RESUELVE:

I.- Rechazar
el recurso Extraordinario Provincial interpuesto a fs.
8/14 y,
en consecuencia, confirmar la sentencia dictada
por la Primera
Cámara de
Apelaciones Civil, Comercial, de Paz, Minas Tributario y
Familia de la Segunda
Circunscripción Judicial a fojas 324/325 de
los autos n° 29.801/4.697
caratulados “Gattera Susana María c/
Gattera Raúl Eduardo p/ Resolución
Contractual”.

II.- No
imponer costas

III. - Dar
a la suma de pesos MIL DOSCIENTOS ($1.200) de la que
da cuenta la
boleta de depósito obrante a fs. 1, el destino previsto en el art.
47 ap.
IV del CPCCTM.

NOTIFIQUESE.
OFICIESE.

6828.41597

DR. PEDRO JORGE


LLORENTE
DR. JULIO RAMON
GOMEZ Ministro

Ministro

DR. DALMIRO FABIÁN


GARAY CUELI
Ministro

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