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Magistrado de la AP Madrid
Normativa comentada
Artículo 18
2.
Resumen
La actualidad ofrece numerosos supuestos en los que el hecho relevante para un proceso se
encuentra en un elemento registrado en un soporte electrónico o digital. De ahí el interés de las
partes en que esa información pueda ser incorporada al proceso para probar su existencia. Este
artículo, extraído del libro «Investigación tecnológica y prueba digital en todas las
jurisdicciones» del mismo autor, analiza el concepto de prueba digital, sus modalidades y
modos de obtención e incorporación al proceso.
Téngase en cuenta que, en el ámbito penal, puede servir para la investigación de todo tipo de
infracciones penales y no solamente para los denominados delitos informáticos.
Sin embargo, esta gran variedad de fuentes probatorias ha de tener acceso al proceso a través de
alguno de los medios de prueba legalmente previstos: como prueba de instrumentos
tecnológicos delart. 299.2 LEC (LA LEY 58/2000), como prueba documental (pública o
privada), como prueba pericial, o a través del reconocimiento judicial; pero también incluso
como prueba testifical o de interrogatorio de partes (o del acusado en el proceso penal) mediante
el testimonio de la persona que ha tenido contacto con el dispositivo electrónico.
Dentro del concepto de prueba electrónica cabe distinguir dos modalidades básicas: en primer
lugar, los datos o informaciones almacenados en un dispositivo electrónico; y, por otra parte, los
que son transmitidos por cualesquiera redes de comunicación abiertas o restringidas como
Internet, telefonía fija y móvil u otras.
En cualquier orden jurisdiccional, la prueba electrónica o digital atraviesa por las siguientes
fases:
Obtención de • Licitud
la prueba
Incorporació • Pertinencia y
n al proceso necesidad.
• Licitud.
•
Cumplimiento
de los
requisitos
procesales
(admisibilidad
procedimental)
Valoración •
de la prueba Impugnación.
• Autenticidad.
• Integridad o
exactitud
Esta primera fase se refiere al acceso a las fuentes de la prueba electrónica, es decir, a la
obtención de la información o datos por las partes (o por la autoridad pública en el proceso
penal) antes de su aportación al proceso: se trata de acceder a la información o datos producidos
o almacenados en un dispositivo electrónico, o bien transmitidos en forma electrónica a través
de redes de comunicación abiertas o restringidas como Internet, telefonía fija, móvil u otras.
Esta modalidad se refiere al acceso al contenido del sistema o equipo mediante su posesión
material o física, tras haber sido aprehendido por la autoridad competente (penal) o porque se
encuentra legítimamente en poder de la parte que pretende usar su información como prueba (en
penal y en el resto de las jurisdicciones).
Los datos aportados al proceso pueden haber sido obtenidos por la parte interesada en utilizarlos
para probar hechos relevantes. Con carácter general, caben dos posibilidades:
— Por un lado, los datos están contenidos en el dispositivo propio, es decir, del que es
titular la propia parte interesada. En este caso, el problema radica en la forma de
incorporación al proceso y la acreditación de la autenticidad y la integridad.
— Por otro lado, los datos se encuentran contenidos en un dispositivo ajeno: pueden ser
datos aportados por orden judicial, y en otro caso puede existir un acceso a los datos
realizado con infracción de derechos fundamentales, por lo que nos encontraremos con
el concepto de pruebailícita.
En materia penal existen otras posibilidades de acceso u obtención de los datos contenidos en
dispositivos electrónicos (10) : en primer lugar, la aprehensión del propio dispositivo encontrado
fuera de lugar cerrado; en segundo término, la diligencia de entrada y registro en lugar cerrado
con ocupación del dispositivo o de la información relevante; en tercer lugar, existe la
posibilidad técnica de acceder al contenido de un sistema informático sin necesidad de proceder
a la aprehensión física del equipo informático, a través de lo que pueden denominarse registros
remotos (remote search); también es posible el acceso a información contenida en un servidor o
sistema pero accesible desde otro al que se haya accedido de forma tradicional o por registro
remoto; por último, hay que aludir a las especificidades propias del llamado registro
transfronterizo, es decir, cuando los datos se encuentran almacenados en un sistema informático
o servidor situado fuera del territorio nacional.
Téngase en cuenta que, aunque materialmente son posibles estas modalidades en las relaciones
entre particulares, difícilmente podrán tener lugar sin la infracción de alguno de los derechos
fundamentales en presencia; sin perjuicio de las posibilidades contempladas por la Ley de
Enjuiciamiento Civil en relación con las medidas preliminares, con la regulación del deber de
exhibición documental, con las medidas cautelares o con medidas de aseguramiento de prueba,
todo lo cual se analiza en el Capítulo 4.
• Datos contenidos
en dispositivo ajeno
B. Obtención de • Registro de
datos por parte de dispositivo
Autoridad pública aprehendido fuera de
en la investigación domicilio
de delitos
• Registro de
dispositivo
aprehendido en
domicilio
• Registro de
información
accesible
• Registro remoto
mediante troyanos o
similar
• Registro
transfronterizo
1. Requisitos
o • La prueba digital ha de ser relevante para acreditar los hechos objeto del
proceso (thema decidendi), es decir, ha de existir una relación lógica entre el
hecho que pretende acreditarse mediante el concreto medio probatorio y los
hechos que constituyen el objeto de la controversia, así como una aptitud o
idoneidad para formar la debida convicción del juzgador (14) (pertinencia);
o • Y ha de resultar útil para esclarecer los hechos controvertidos (15) , esto es, su
práctica ha de ser imprescindible o indispensable por no haber suficientes
elementos probatorios que generen el convencimiento del juez acerca de lo que
pretende probarse (necesidad).
• Por un lado, los datos obtenidos (por cualquiera de las fuentes de prueba) han de tener
entrada en el proceso a través de un concreto medio probatorio admitido por la Ley
procesal aplicable en el orden jurisdiccional correspondiente.
• Por otra parte, ha de ser respetado el procedimiento para el concreto medio de prueba
que sea contemplado por la respectiva legislación procesal para ejercitar válidamente el
derecho a la prueba: es lo que hemos denominado admisibilidad procedimental.
2. La prueba digital puede ser incorporada al juicio por diferentes medios de prueba
Los datos contenidos en un dispositivo electrónico o transmitidos por una red han de ser
aportados al proceso en un soporte determinado, lo que determinará el medio de prueba
utilizado. En principio, todos los medios probatorios previstos por la Ley son aptos para
incorporar al proceso los datos electrónicos.
En primer lugar, su contenido puede ser impreso en formato papel y presentado al proceso como
undocumento en soporte papel, resultando de aplicación el régimen jurídico de la prueba
documental.
Y no hay que olvidar, por último, que esos datos también pueden tener acceso al proceso a
través deotros medios de prueba tradicionales: el interrogatorio de parte o del imputado, la
testifical, la pericial y/o el reconocimiento judicial (20) . Por ejemplo, se puede preguntar al
testigo (o en interrogatorio de parte) sobre si ha recibido o remitido un SMS o un correo
electrónico, o bien sobre el contenido de una determinada página web, o bien sobre la realidad
de la inserción de un contenido (mensaje, foto, video,...) en redes sociales (Facebook,
Twitter,...). Sin embargo, no es necesario detenerse en el análisis de estas pruebas personales
porque no determinan ninguna especificidad cuando se refieren a los datos electrónicos. Otra
cosa ocurre con la pericial y el reconocimiento judicial, que serán objeto de estudio más
adelante.
Por último, no hay que olvidar que existen pruebas cuyo contenido es creado por máquinas de
forma exclusiva (los logs o registros de actividad de un sistema, registros de conexiones
telefónicas u operaciones entre cajeros automáticos); en estos casos, la principal finalidad de la
actividad probatoria radicará en acreditar que el sistema informático funcionaba correctamente
en el momento de generar el contenido (22) . Y en aquellos supuestos en los que ha de probarse el
contenido de un documento creado por una persona (correos electrónicos, documentos de texto,
mensajería instantánea), resultarán importantes las manifestaciones de su autor en prueba
testifical o en interrogatorio de parte.
Resultan muy interesantes las reflexiones de la STS (Penal) 300/2015, de 19 de mayo (LA LEY
57273/2015), referidas a la prueba de conversaciones de Tuenti.
4. Documento electrónico
A) Concepto
Los datos o información electrónica de las distintas fuentes de prueba pueden ser aportados al
juicio a través de diferentes medios probatorios, siendo una de ellas el documento electrónico,
es decir, cuando la información está recogida en un soporte electrónico según un formato
determinado y que sea susceptible de identificación y tratamiento diferenciado.
Por documento electrónico hay que entender aquella «información de cualquier naturaleza en
forma electrónica, archivada en un soporte electrónico según un formato determinado y
susceptible de identificación y tratamiento diferenciado» (art. 3.5 Ley 59/2003, de 19 de
diciembre, de firma electrónica (LA LEY 1935/2003)); en este concepto cabe incluir numerosos
supuestos: no solamente documentos de texto u hojas de cálculo, sino también imágenes
digitalizadas, ficheros de sonido, videos digitalizados o un registro o conjunto de registros
dentro de una base de datos, y otros muchos(24) .
En el proceso penal, no hay que olvidar que el art. 26 CP (LA LEY 3996/1995) establece que «a
los efectos de este Código se considera documento todo soporte material que exprese e
incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro tipo de relevancia
jurídica».
En estos casos lo que tiene entrada en el proceso es el propio documento (información o datos)
recogido en un soporte electrónico. De esta forma, lo que materialmente se incorpora es el
propio soporte en el que se incluye: un pendrive, un DVD u otros medios que permitan el
almacenamiento de datos. Y es necesario tener presente que mientras los documentos en soporte
papel pueden ser leídos de forma inmediata, en cambio los documentos electrónicos solamente
pueden ser objeto de lectura mediante la utilización de un medio técnico destinado al efecto
(dispositivo digital, lector DVD,...).
La Ley no establece una limitación de los concretos medios que la parte pretenda usar para
aportar el documento electrónico, por lo que puede utilizar todos aquellos que la evolución
tecnológica ponga en el mercado al alcance de los usuarios, siempre que se cumplan dos
condicionamientos:
— Que los mismos puedan ser examinados por el órgano jurisdiccional con pleno
respeto a las garantías del debido proceso;
— Y que el Juzgado o Tribunal disponga de los medios técnicos necesarios para su
lectura, es decir, para la práctica de dicha prueba (25) : soporte material, programa y
claves para acceder y reproducir la información almacenada.
De esta forma, la parte proponente debe solicitar la disponibilidad del concreto medio técnico
necesario en el momento de la práctica de la prueba; y si no dispone del mismo, esa prueba
solamente se podrá practicar si dicha parte aporta ese medio adecuado en el momento de su
práctica.
C) Admisión del documento electrónico como prueba en los procedimientos de todos los
órdenes jurisdiccionales
La incorporación como prueba de los documentos electrónicos está expresamente admitida por
el art. 299.2 LEC (LA LEY 58/2000), según el cual «también se admitirán, conforme a lo
dispuesto en esta Ley, los medios de reproducción de la palabra, el sonido y la imagen, así
como los instrumentos que permiten archivar y conocer o reproducir palabras, datos, cifras y
operaciones matemáticas llevadas a cabo con fines contables o de otra clase (26) , relevantes
para el proceso».
— En primer lugar, por respeto al derecho a la prueba recogido expresamente en el art.
24.2 de la Constitución (LA LEY 2500/1978), que no establece ninguna limitación
respecto a los medios probatorios a utilizar por las partes para la defensa de sus
intereses (27) .
— En segundo término, por aplicación del art. 230.1 LOPJ (LA LEY 1694/1985), según
el cual «los Juzgados y Tribunales y las Fiscalías están obligados a utilizar cualesquiera
medios técnicos, electrónicos, informáticos y telemáticos, puestos a su disposición para
el desarrollo de su actividad y ejercicio de sus funciones, con las limitaciones que a la
utilización de tales medios establecen el Capítulo I bis (LA LEY 1694/1985) de este
Título, la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre (LA LEY 4633/1999), de
Protección de Datos de Carácter Personal y las demás leyes que resulten de aplicación».
— En tercer lugar porque, teniendo en cuenta que en el resto de órdenes jurisdiccionales
no existe ninguna regulación expresa de esta materia, ni tampoco ninguna norma
prohibitiva, procede aplicar por analogía (art. 4 LEC (LA LEY 58/2000)) la normativa
sobre este medio probatorio contenida en la Ley de Enjuiciamiento Civil, que deberá
adaptarse a las especificidades propias del proceso penal, del laboral y del contencioso-
administrativo.
— Por último, por la propia regulación de la Ley 59/2003 (LA LEY 1935/2003), de la
Firma Electrónica, que resulta de aplicación a todas las jurisdicciones.
D) Régimen jurídico
El régimen jurídico de la incorporación al proceso del documento electrónico (procedimiento
probatorio) está contenido, con carácter general, en el art. 3 de la Ley 59/2003 (LA LEY
1935/2003), de la Firma Electrónica, aplicable a todas las jurisdicciones; así como en el art. 384
LEC (LA LEY 58/2000), aplicable de forma subsidiaria en los procesos de todos los órdenes
jurisdiccionales. Y la aplicación de las citadas normas deberá adaptarse a las especificidades
propias del proceso penal, del laboral o del contencioso-administrativo.
Es el firmado electrónicamente por fedatario público. Dentro de esta categoría se encuentran los
siguientes supuestos:
— Documentos públicos notariales, es decir, los autorizados por notario con arreglo a
derecho (art. 317,2.º LEC).
o • Los que, con referencia a archivos y registros de órganos del Estado, de las
Administraciones públicas o de otras entidades de Derecho público, sean
expedidos por funcionarios facultados para dar fe de disposiciones y
actuaciones de aquellos órganos, Administraciones o entidades.
Es aquel documento que no puede ser incluido en las categorías de documento público ni de
documento oficial.
STS de 8 de julio de 2011 (LA LEY 119946/2011) (Contencioso-Administrativo): «sólo
gozan de la consideración de documentos públicos los indicados en el art. 317 de la LEC (LA
LEY 58/2000) siendo los demás documentos de carácter privado, por el principio de exclusión
(art. 324 LEC (LA LEY 58/2000))». En el apartado sobre valoración de la prueba se analizarán
los efectos jurídicos de cada una de estas modalidades de documento electrónico.
o • El art. 115 de la Ley 24/2001 (LA LEY 1785/2001) introdujo un nuevo art. 17
bis en la Ley del Notariado de 1862 (LA LEY 2/1862), que afirma que «los
instrumentos públicos a que se refiere el art. 17 (LA LEY 2/1862)de esta Ley,
no perderán dicho carácter por el solo hecho de estar redactados en soporte
electrónico.»; y que «los documentos públicos autorizados por Notario en
soporte electrónico, al igual que los autorizados sobre papel, gozan de fe
pública y su contenido se presume veraz e íntegro de acuerdo con lo dispuesto
en esta u otras leyes».
o • La copia electrónica: es una realidad práctica desde finales del año 2002.
Los notarios cuentan en España con la posibilidad de expedir copias electrónicas de las matrices
de escrituras o actas que figuren en su protocolo, con valor de documento público. Aunque esta
posibilidad quedó sujeta por la Ley 24/2001 a importantes limitaciones tanto de destino como
de uso (29) :
Este tipo de copias se utilizan especialmente en dos supuestos: para la presentación telemática
de títulos en el Registro de la Propiedad y en el Registro Mercantil; y para la remisión de
poderes entre notarías (30) .
Se trata del supuesto en el que la propia escritura matriz (original del documento notarial) se
autoriza y se conserva en formato electrónico. Como decíamos anteriormente, se trata de una
posibilidad prevista por la Ley pero que todavía no es una realidad. Recordemos que la
Disposición Transitoria 11.ª de la Ley 24/2001 (LA LEY 1785/2001) establece que «hasta que
los avances tecnológicos hagan posible que la matriz u original del documento notarial se
autorice o intervenga y se conserve en soporte electrónico, la regulación del documento público
electrónico se entenderá aplicable exclusivamente a las copias de las matrices de las escrituras y
actas así como, en su caso, a la reproducción de las pólizas intervenidas».
El art. 114 de la Ley 24/2001 (LA LEY 1785/2001) regula la que denomina «constatación
fehaciente de hechos relacionados con soportes informáticos»:
G) Registro de la Propiedad
Por otra parte, el primer inciso del art. 22.1 Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia,
acceso a la información pública y buen gobierno (LA LEY 19656/2013), establece lo siguiente:
«el acceso a la información se realizará preferentemente por vía electrónica, salvo cuando no
sea posible o el solicitante haya señalado expresamente otro medio». El art. 14.1 de la Ley
39/2015 (LA LEY 15010/2015) reconoce que las personas físicas podrán elegir en todo
momento si se comunican con las Administraciones Públicas para el ejercicio de sus derechos y
obligaciones a través de medios electrónicos o no, salvo que estén obligadas a relacionarse a
través de medios electrónicos con las Administraciones Públicas. El medio elegido por la
persona para comunicarse con las Administraciones Públicas podrá ser modificado por aquélla
en cualquier momento. Y el apartado 2 del mismo precepto establece la obligación de
relacionarse a través de medios electrónicos con las Administraciones Públicas para la
realización de cualquier trámite de un procedimiento administrativo de, al menos, los siguientes
sujetos:
En todo caso, dentro de este colectivo se entenderán incluidos los notarios y registradores de la
propiedad y mercantiles.
e) Los empleados de las Administraciones Públicas para los trámites y actuaciones que
realicen con ellas por razón de su condición de empleado público, en la forma en que se
determine reglamentariamente por cada Administración.
Por último, el apartado 3 del art. 14 (LA LEY 15010/2015)dispone que «reglamentariamente,
las Administraciones podrán establecer la obligación de relacionarse con ellas a través de
medios electrónicos para determinados procedimientos y para ciertos colectivos de personas
físicas que por razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otros
motivos quede acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos
necesarios».
I. Facturas electrónicas
Una factura electrónica es una factura que se expide y se recibe en formato electrónico. Se trata
de un equivalente funcional de la factura en papel, de tal forma que la transmisión de las
facturas o documentos análogos entre emisor y receptor se realiza por medios electrónicos
(ficheros informáticos) y telemáticos (de un ordenador a otro), firmados digitalmente con
certificados reconocidos (32) . Se pueden utilizar tanto en el sector privado, en las relaciones entre
particulares y empresas (33) ; como en el ámbito público, en las relaciones de particulares y
empresas con la Administración (34) .
Produce los mismos efectos legales que una factura en papel, es decir, justifica la entrega de
bienes o la prestación de servicios. Las facturas electrónicas, en particular, están contempladas
por el Real Decreto 1619/2012, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento por el
que se regulan las obligaciones de facturación (LA LEY 20111/2012). Este Reglamento
establece las normas que deben cumplir obligatoriamente las facturas, tanto en papel como
electrónicas.
El art. 8 del Real Decreto 1619/2012 (LA LEY 20111/2012) regula los medios de expedición
de facturas de la siguiente forma:
«1. Las facturas podrán expedirse por cualquier medio, en papel o en formato electrónico, que
permita garantizar al obligado a su expedición la autenticidad de su origen, la integridad de su
contenido y su legibilidad, desde su fecha de expedición y durante todo el período de
conservación.
Los referidos controles de gestión deberán permitir crear una pista de auditoría fiable que
establezca la necesaria conexión entre la factura y la entrega de bienes o prestación de
servicios que la misma documenta.»
J. Los «pantallazos»
Por «pantallazo» cabe entender la realización de una fotografía de lo que aparece en un
determinado momento en la pantalla de un dispositivo electrónico (smartphone, ordenador,…),
ya sea por el propio dispositivo («captura de pantalla») o por otro.
5. Prueba pericial
Cuando la pericial tiene como objeto el contenido de dispositivos electrónicos, dentro de esta
categoría general podemos señalar tres tipos de soportes (38) :
A. Soportes informáticos:
Como puede observarse, estamos hablando del denominado peritaje informático judicial, que es
aquél que tiene como finalidad la aportación de conocimientos técnicos informáticos en un
proceso judicial. Pero también existe un peritaje informático extrajudicial (39) que tiene lugar
cuando la aportación de esos conocimientos técnicos se realiza a un particular o a una empresa o
entidad privada, que lo necesita para sus propios fines: acreditación de conductas de un
trabajador en la relación laboral, investigaciones internas relativas a la entrada en la red de una
organización, utilización ilegítima de datos sobre clientes o de la información interna de una
empresa, investigación del espionaje industrial o comercial, uso de software malicioso para
conocer datos reservados o sensibles, entre otros ejemplos (40) . Téngase en cuenta que estos
peritajes extrajudiciales pueden determinar posteriormente la aportación de una prueba en un
proceso judicial.
B. Elaboración del informe por un perito designado por el Juez a instancia de una o de
varias partes;
Desde el punto de vista de su relación con otros medios probatorios, la prueba pericial
informática puede tener lugar en los siguientes supuestos:
— Como prueba autónoma:
Cadena de custodia
Desde un punto de vista técnico, un análisis forense informático tiene las siguientes fases (42) :
1. Preservación
2. Adquisición
3. Análisis
4. Documentación
5. Presentación
Desde una perspectiva meramente jurídica, tomando como referencia los distintos momentos
del proceso judicial, la pericial sobre los datos contenidos en un dispositivo electrónico tiene las
siguientes fases:
— La acreditación del origen y existencia de los datos; para lo cual es importante la
intervención en el propio momento del acceso de fedatario público (Notario o Letrado
de la Administración de Justicia) o de un tercero de confianza.
— El propio acceso por el perito de parte a los datos que se encuentran en poder de la
otra parte o de un tercero, en los procesos distintos del penal. Esta cuestión se analiza en
el Capítulo 4 de esta obra.
B. Clonado de los datos y cálculo del hash
— El hash es una función basada en un algoritmo que permite afirmar que los datos
que se encontraban en el dispositivo en el momento de su ocupación no han sido objeto
de manipulación posterior.
— Un «original» de los datos, que ha de ser objeto preservación hasta el juicio.
— Una «copia» de los datos (clonado), sobre la cual el perito realizará las actuaciones
necesarias para la elaboración del dictamen.
— Una eventual «copia 2.ª», que queda en la organización o entidad titular de los datos
(para permitir la continuidad de su actividad).
El principal reto consiste en la realización del clonado, garantizando que «original» y «copia»
son exactamente iguales, para lo cual es necesario utilizar dos tipos de garantías:
En el proceso penal, concurre un importante problema relacionado con la presencia del Letrado
de la Administración de Justicia durante la práctica del volcado, que se examina en el Capítulo 8
de esta obra.
Téngase en cuenta que el art. 346 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LA LEY 58/2000), tras la
modificación realizada por la Ley 42/2015 (LA LEY 15164/2015), contempla de forma
preceptiva la remisión del dictamen pericial por medios electrónicos.
Dicho precepto establece que «el perito que el tribunal designe emitirá por escrito su dictamen,
que hará llegar por medios electrónicos al tribunal en el plazo que se le haya señalado. De dicho
dictamen se dará traslado por el secretario judicial a las partes por si consideran necesario que el
perito concurra al juicio o a la vista a los efectos de que aporte las aclaraciones o explicaciones
que sean oportunas. El tribunal podrá acordar, en todo caso, mediante providencia, que
considera necesaria la presencia del perito en el juicio o la vista para comprender y valorar
mejor el dictamen realizado».
La prueba pericial informática está sometida a la libre valoración, lo que significa que el Juez
aplica las reglas de la sana crítica (45) . De esta forma, el perito aporta al Juez los conocimientos
científicos y máximas de la experiencia de un sector de la técnica de las que carece el Juez
(elementos con tecnología digital). A estos efectos, cabe distinguir tres partes:
— El perito ha de expresar el método científico usado y las operaciones llevadas a cabo;
así como la específica titulación y currículum relacionados con el objeto de la pericia. A
la vista de ello, el Juez puede evaluar la fiabilidad del perito, teniendo en cuenta las
alegaciones de las partes y otras posibles pruebas.
— El perito ha de fijar los hechos de los que parte, describiendo la fuente de
conocimiento usada (concreto dispositivo electrónico, página web visitada,
comunicación telemática,….). Estos hechos pueden ser objeto de comprobación por
otros medios probatorios. Será muy importante que en el dictamen aparezcan los
elementos de los que se deduzcan la autenticidad e integridad de los datos.
— El perito establecerá las conclusiones sobre su pericia. El Juez puede valorar estas
conclusiones atendiendo a razones objetivas que se lleven a la motivación de la
sentencia (especialmente si existen varios dictámenes).
— De forma autónoma, o conjuntamente con otro medio probatorio: con la prueba
pericial (art. 356 LEC (LA LEY 58/2000)), o con el interrogatorio de las partes y/o de
testigos (art. 357 LEC (LA LEY 58/2000)) si se propuso a instancia de parte.
Como recuerda ABEL LLUCH (49) , «si se practica conjuntamente con la prueba pericial, podrá
consistir en una práctica simultánea de ambos medios de prueba, esto es, procediéndose por el
Juez a la navegación por la red o la percepción de la pantalla del ordenador y simultáneamente a
la aportación de máximas de experiencia técnicas por el perito informático. Si se practica
conjuntamente con el interrogatorio de las partes y/o de testigos, se practica de forma sucesiva,
de manera que primero se procede a navegar por la red o percibir la pantalla del ordenador y
acto seguido a la declaración de la parte y/o del testigo».
Por ello, en este ámbito adquiere una especial relevancia la necesidad de preconstituir o
anticipar la prueba (51) .
Se pueden señalar los siguientes elementos para la valoración de la prueba electrónica o digital:
1. Libre valoración de la prueba. 2. Autenticidad e integridad de los datos. 3. Postura procesal
de las partes. 4. Valoración conjunta de la prueba. 5. Efectos de la prueba electrónica y 6.
Terceros de confianza: Prestadores de Servicio de Confianza.
(1)
Extracto del libro Investigación tecnológica y prueba digital en todas las jurisdicciones, de
Joaquín Delgado Martín, Wolters Kluwer, 2016.
Ver Texto
(2)
Carolina SANCHÍS CRESPO define prueba electrónica o en soporte electrónico como «aquella
información contenida en un dispositivo electrónico a través del cual se adquiere el
conocimiento de un hecho controvertido, bien mediante el convencimiento psicológico, bien al
fijar este hecho como cierto atendiendo a una norma legal», en «La prueba en soporte
electrónico», dentro de la obra colectiva Las Tecnologías de la Información y de la
Comunicación en la Administración de Justicia. Análisis sistemático de la Ley 18/2011, de 5 de
julio, editorial Thomson Reuters Aranzadi, Navarra, 2012, pág. 713.
Ver Texto
(3)
Ver Texto
(4)
El Anexo de la Ley 18/2011, de 5 de julio (LA LEY 14138/2011), reguladora del uso de las
tecnologías de la información y la comunicación en la Administración de Justicia, define
«medio electrónico» como «mecanismo, instalación, equipo o sistema que permite producir,
almacenar o transmitir documentos, datos e informaciones; incluyendo cualesquiera redes de
comunicación abiertas o restringidas como Internet, telefonía fija y móvil u otras».
Ver Texto
(5)
Afirma Lluis MUÑOZ SABATÉ que «para la probática no hay en principio hechos civiles y
hechos penales, sino simplemente, hechos», en «La prueba», forma parte del libro Curso
superior de probática judicial. Cómo probar los hechos en el proceso, 1.ª edición, Editorial LA
LEY, Madrid, septiembre 2013.
Ver Texto
(6)
Julio BANACLOCHE PALAO, «La prueba en el proceso penal», dentro de la obra Aspectos
fundamentales del Derecho Procesal Penal, editorial La Ley, 2.ª edición, Madrid, 2011, pág.
273.
Ver Texto
(7)
Ver Texto
(8)
Ver Texto
(9)
Véase el último inciso del art. 230.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LA LEY
1694/1985).
Ver Texto
(10)
Sobre las diferentes posibilidades de acceso, véase Eloy VELASCO NÚÑEZ, «Diligencias de
investigación penal», forma parte del libro Delitos cometidos a través de internet, 1.ª edición,
Editorial LA LEY, Madrid, junio 2010; e «Investigación procesal penal de redes, terminales,
dispositivos informáticos, imágenes, GPS, balizas, etc.: la prueba tecnológica», Diario LA LEY,
n.o 8183, Sección Doctrina, 4 de noviembre de 2013.
Ver Texto
(11)
Véase Tomás DE DOMINGO PÉREZ, «El problema de la eficacia horizontal de los derechos
fundamentales desde una perspectiva histórica», Revista de la Facultad de Ciencias Sociales y
Jurídicas de Elche, Volumen I, núm. 1, julio 2006, págs. 291 a 301. Disponible en web:
https://revistasocialesyjuridicas.files.wordpress.com/2010/09/2001-tl-03.pdf.
Ver Texto
(12)
20constitucional%20espa%C3%B1ol%20de%20Derechos%20Fundamentales.pdf.
Ver Texto
(13)
La STC 18/1984, de 7 de febrero (LA LEY 44999-NS/0000), afirma que «esta concretización
de la Ley suprema no debe interpretarse en el sentido de que sólo se sea titular de los derechos
fundamentales y libertades públicas en relación con los poderes públicos, dado que en un Estado
social de derecho como el que consagra el art. 1.º de la Constitución (LA LEY 2500/1978) no
puede sostenerse con carácter general que el titular de tales derechos no lo sea en la vida
social...».
Ver Texto
(14)
A este concepto se refiere Joan PICÓ I JUNOY en El derecho a la prueba en el proceso civil,
JM Bosch Editor, Barcelona, 1996, pág. 45.
Ver Texto
(15)
Eduardo URBANO CASTRILLO, «El derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para
la defensa», dentro de la obra Derechos procesales fundamentales, Manuales de Formación
Continua, n.o 22, editado por CGPJ, Madrid, 2004, pág. 564.
Ver Texto
(16)
Joan PICÓ I JUNOY, «La protección del derecho a la prueba en el proceso penal», Revista
Jurídica de Catalunya, núm. 4, 1993, pág. 1.057.
Ver Texto
(17)
Joan PICÓ I JUNOY entiende que una prueba debe considerarse «lícita» cuando no existe
infracción de derechos fundamentales ni en la obtención preprocesal del elemento probatorio, ni
durante la práctica del concreto medio de prueba, en El derecho a la prueba..., obra citada, pág.
61.
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(18)
Véase el último inciso del art. 230.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LA LEY
1694/1985).
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(19)
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(20)
Manuel M. GÓMEZ DEL CASTILLO Y GÓMEZ estima que los instrumentos con soportes de
datos o cifras son objeto de reconocimiento judicial, en «Aproximación a los nuevos medios de
prueba en el proceso civil», Derecho y Conocimiento, Vol. 1, págs. 77-90,
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(21)
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(22)
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(23)
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(24)
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(25)
Afirma Jordi NIEVA FENOLL que «exactamente igual que dos adolescentes se intercambian
las tarjetas de sus móviles para copiarse canciones o videos si la transmisión por bluetooth es
demasiado lenta, o bien se prestan sus lápices electrónicos (pen-drive) para consultar y copiar la
información que tiene el otro, el Juez debería observar con la misma naturalidad un documento
multimedia que le suministran las partes. Y debería hacerlo de la misma manera, en privado en
su despacho, y con la misma confianza que actualmente tiene con un documento escrito, puesto
que si no es impugnado por las partes, goza de la misma autenticidad que cualquier otro
documento (arts. 427 (LA LEY 58/2000) y 280 LEC (LA LEY 58/2000)). La única diferencia
es que el Juez deberá disponer de un lector de lápices electrónicos y de diferentes formatos de
tarjetas similar al que posee prácticamente cualquier ordenador personal que puede adquirirse
en el mercado, portátil o de sobremesa», en «Práctica y valoración de la prueba... », obra citada.