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Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente
gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con
rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la
autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron
personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio
César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que
desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a
la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la
guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en
mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador
vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano,
que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio
Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo,
sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César,
Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras
derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su
antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una
ambiciosa alianza para conquistar Roma.
A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia romana, la
implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma deviene
imparable, aún manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial
con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana)
centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de
Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo. Fue este último
quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión. El Imperio se
volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles,
usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el
Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido.
El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de
restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano
I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno con el Imperio
Carolingio o el del Sacro Imperio Romano Germánico, sucesor de este último, pero
ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez
lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua
dando inicio la Edad Media.
griegos
El término Antigua Grecia se refiere al periodo de la historia de Grecia que abarca
desde la Edad oscura de Grecia, comenzando en el 1200 a. C. y la invasión dórica, hasta
el año 146 a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera
generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La
cultura de Grecia tuvo una poderosa influencia sobre el Imperio romano, el cual la
difundió a través de muchos de sus territorios en Europa. La civilización de los antiguos
griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas
educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de
los siglos XV y XVI en Europa Occidental, y resurgiendo también durante los
movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América.
egipto
Antiguo Egipto fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados
en las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. Tuvo tres épocas de esplendor en los
periodos denominados por los historiadores Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio
Nuevo. Alcanzaba desde el delta del Nilo, en el norte, hasta la isla Elefantina (la actual
Asuán, junto a la primera catarata del Nilo, en el sur), llegando a tener influencia desde
el Éufrates hasta Gebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima
expansión. Su territorio también abarcó, en distintos periodos, el desierto oriental y la
línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí y un gran territorio occidental que
dominaba los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al sur
y al norte, respectivamente (véase: Kemet).
Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la topografía y las
técnicas de construcción que facilitaron el levantamiento de monumentales pirámides,
templos y obeliscos, unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz,
métodos de riego y técnicas de producción agrícola, las primeras naves conocidas,6 la
tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas formas de la literatura y el tratado de
paz más antiguo conocido, firmado con los hititas.7 Egipto dejó un legado duradero, su
arte y arquitectura fueron ampliamente copiados, y sus antigüedades se llevaron a los
rincones más lejanos del mundo. Sus ruinas monumentales han inspirado la imaginación
de los viajeros y escritores desde hace siglos. Un nuevo respeto por las antigüedades y
excavaciones en la época moderna han llevado a la investigación científica de la
civilización egipcia y a una mayor apreciación de su legado cultural.
persas
A partir del año 2000 (a.n.e.), la región fue ocupada por pueblos de pastores y
agricultores (pueblos medos y persas), que vieron del Sur de la Actual Rusia, estos
pueblos invadieron la Meseta del Irán. Los medos se establecieron al Norte de la Meseta
del Irán, mientras los persas se establecieron en la parte sudeste de la Meseta del Irán,
próxima al Golfo Pérsico.
Formación
En el siglo VIII (a.n.e.), los medos poseían un reino con un ejército organizado, que
dominaba a los pueblos iraníos y persas, obligándolos de esa forma a pagarles
impuestos. En el año 550 (a.n.e.) (siglo VI a.n.e.), Ciro el grande, de la dinastía
aquemenidas, lideró una rebelión contra los medos, victorioso, reunió sobre sus
dominios e influencia a todas las tribus que habitaban en la Meseta del Irán. A partir de
su gobierno se comenzó a formar el imperio Persa. Ciro el Grande condujo a los persas
a la expansión, conquistando muchas regiones, y de esa forma solucionó el aumento de
la población y sus necesidades alimenticias, dado que la región del Irán no abastecía
completamente a su imperio.
Ciro el Grande, fundador del imperio Persia, luego de vencer y asimilar a los medos, a
todos los pueblos de la meseta iraní, se lanzó a la conquista de los reinos de Lidia y de
las ciudades griegas del Asia Menor. En 539 (a.n.e.), los persas conquistaron la región
de Mesopotamia. Ciro el Grande ordenó el retorno de los judíos a la región de Palestina,
terminándose así el cautiverio de Babilonia. Los persas incorporaron al Imperio persa a
toda Mesopotamia, Fenicia y Palestina.
Ciro II el Grande murió en combate, el año 529 (a.n.e.), y fue sucedido por su hijo,
Cambises II, que con un gran ejército conquistó Egipto, en 525 (a.n.e.) en la batalla de
Pelusa. Al volver a Persia, Cambises murió asesinado en una revuelta interna. Fue
sucedido por su hijo Darío I el Grande.
Declinio
La gran ambición del emperador persa, Darío I, era la conquista de Grecia. Es así como
se inician las llamadas Guerras Médicas, que enfrentarían a persas y griegos. La Primera
Guerra Médica tendría como resultado la derrota de los persas en el año 490 (a.n.e.) en
la Batalla de Maratón, las ciudades griegas lideradas por Atenas obtuvieron la victoria
sobre las fuerzas del imperio persa, esto marcó el fin de las ambiciones de Darío I en la
Grecia continental, aunque amplió el territorio de su imperio en las islas del mar Egeo.
Después de la muerte de Darío I, su hijo Jerjes tentó someter a los griegos. Esta
campaña militar iniciaría la Segunda Guerra Médica que también terminaría en victoria
para los griegos encabezados por las ciudades helenas de Atenas y Esparta. A partir de
allí, los emperadores persas tuvieron enormes dificultades par mantener el control sobre
sus dominios, hubo una multiplicación de revueltas, golpes de estado e intrigas políticas
en el Imperio. Estos factores contribuyeron para el Declinio del Imperio, que sería
conquistado en el año 330