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Imperio romano o la caída de Roma) fue el período de declive del Imperio romano de
Occidente en que perdió la autoridad de ejercer su dominio y su vasto territorio
fue dividido en numerosas entidades políticas sucesoras. Tradicionalmente, de
acuerdo con el criterio del historiador del siglo XVIII Edward Gibbon, se vincula
este hecho con el año 476 d.C., coincidiendo con la deposición del último emperador
romano de Occidente, Rómulo Augústulo, a manos de Odoacro, aunque fue el resultado
de un largo proceso que tuvo otros muchos hitos significativos.
Hay que empezar destacando las fuerzas que le habían permitido al Imperio romano
ejercer un control efectivo sobre Occidente; historiadores modernos mencionan
factores que incluyen la efectividad y el tamaño del ejército, la salud y el tamaño
de la población romana, la fuerza de la economía, la capacidad y competencia de los
emperadores, las luchas internas por el poder, los cambios religiosos del período y
la eficiencia de la administración civil. El aumento de la presión de los
"bárbaros", externos a la cultura romana, contribuyó en gran medida al colapso.
Índice
1 Enfoques históricos
1.1 Periodo de tiempo
1.2 Causas
1.3 Caída o transformación
2 Apogeo, crisis y recuperación
2.1 Apogeo
2.2 Crisis del siglo III
2.3 Reunificación y división política
2.4 Aumento de divisiones sociales
3 313-376: Abuso de poder, guerra en la frontera y surgimiento del cristianismo
4 376-395; invasiones, guerras civiles y discordia religiosa
4.1 Batalla de Adrianópolis
4.2 Recuperación parcial de los Balcanes
4.3 Guerras civiles
5 Ineficiencia política, financiera y militar: el camino al fracaso
6 395-406: Estilicón
6.1 Intentos de Estilicón de unificar el imperio, revueltas e invasiones
7 408-410; final de un ejército regular y efectivo, hambruna en Italia, saqueo
de Roma
7.1 Caída de Estilicón y reacción de Alarico
7.2 Asedio de Roma por Alarico
7.3 Los godos se mudan de Italia
8 405-418: bárbaros y ladrones dentro de provincias galas, pérdida de Britania,
pérdida parcial de Hispania y Galia
8.1 418: asentamientos de bárbaros dentro del imperio
9 421-433: lucha renovada después de la muerte de Constancio, pérdida parcial
de la diócesis de África
10 433-454: ascenso de Aecio, pérdida de Cartago
10.1 444-453: ataques al imperio de Atila el huno
11 455-456: fracaso de Avito, pérdidas en la Galia y ascenso de Ricimero
12 457-467: resurgimiento con Mayoriano, intento de recuperar África, control de
Ricimero
13 467-472: Antemio, emperador del oeste y general del este
14 472-476: últimos emperadores, marionetas de señores de la guerra
15 476: último emperador, estados restantes y reunificación con Oriente
16 Legado
17 Véase también
18 Referencias
19 Referencias
Enfoques históricos
Artículo principal: Historiografía de la decadencia del Imperio romano
Desde 1776, cuando Edward Gibbon publicó el primer volumen de su obra Historia de
la decadencia y caída del Imperio romano, la decadencia y caída ha sido el tema en
torno al cual se ha estructurado gran parte de la historia del Imperio romano. «Del
siglo xviii en adelante», escribió el historiador Glen Bowersock, «hemos estado
obsesionados con la caída: se la ha tomado como un arquetipo para cada declive
percibido, y, por tanto, como un símbolo de nuestros propios miedos».1
Periodo de tiempo
La pérdida de control político centralizado sobre el occidente y el poder reducido
de Oriente son universalmente reconocidos. Como una marca conveniente del final del
imperio occidental, se ha utilizado el año 476 desde Gibbon, pero otros hitos
incluyen la crisis del siglo III, la invasión del Rin en 406 (o 405), el saqueo de
Roma en el año 410, la muerte de Julio Nepote en el 480 y la caída de
Constantinopla en 1453.2 Pero el nombre de «decadencia» se ha empleado para cubrir
un período de tiempo mucho más amplio que los cien años a partir de 376. Gibbon
comenzó su historia en el 98 y Theodor Mommsen consideró toda la época imperial
como indigna de incluirla en su obra Historia de Roma, por la que recibió el Premio
Nobel de Literatura. Arnold J. Toynbee y James Burke sostienen que toda la era
imperial fue un decaimiento constante de las instituciones fundadas en tiempos de
la república.
Causas
Gibbon enunció una formulación clásica, ahora vetusta, de las razones por las que
desapareció el imperio occidental. Comenzó una controversia, aún en curso, sobre el
papel del cristianismo, pero dio gran importancia a otras causas de deterioro
interno y a los ataques de fuera del Imperio.
Caída o transformación
Artículo principal: Antigüedad tardía
Por lo menos desde la época de Henri Pirenne, los estudiosos han descrito la
continuidad de la cultura y de la legitimidad política romanas, mucho después de
476. Pirenne pospuso la desaparición de la civilización clásica hasta el siglo
octavo. Rechazó la noción de que los bárbaros germánicos hubiesen causado el fin
del Imperio romano de Occidente, y se negó a equiparar el final de este con el del
cargo de emperador en Italia. Señaló la continuidad de la economía en el
Mediterráneo romano, incluso después de las invasiones bárbaras, y sugirió que solo
las conquistas musulmanas representaban una ruptura decisiva con la Antigüedad. La
teoría —más reciente— de un período histórico llamado «Antigüedad tardía» destaca
la transformación de la Edad Antigua en la cultura medieval mediante una evolución
cultural paulatina.5 En las últimas décadas, argumentos basados en descubrimientos
arqueológicos y en patrones de asentamientos extienden la pervivencia de la cultura
material romana incluso hasta el siglo ix.678 Teniendo en cuenta la realidad
política de la pérdida de control de los territorios europeos occidentales por las
autoridades imperiales, pero también la continuidad cultural y los datos de las
excavaciones arqueológicas que la corroboran, se ha descrito el proceso como una
transformación cultural compleja, en lugar de una caída.9
Hasta finales del siglo iv, el Imperio unido retuvo el poder suficiente para lanzar
ataques contra sus enemigos en Germania y contra el Imperio sasánida. El
asentamiento de bárbaros fue una práctica común: las autoridades imperiales
admitían grupos potencialmente hostiles dentro del Imperio, separándolos, y
asignándoles tierras, reconocimiento y deberes dentro del sistema imperial. De este
modo, estos grupos proporcionaban trabajadores no libres (coloni) a los
terratenientes romanos, y reclutas (laeti) al ejército romano. A veces, sus
caudillos se convirtieron en oficiales del Ejército. Normalmente los romanos
controlaban estrechamente el proceso y contaban fuerzas militares suficientes para
asegurar el sometimiento de los bárbaros; la asimilación cultural se conseguía a
menudo en una o dos generaciones.
Mapa del Imperio romano durante la tetrarquía, mostrando las diócesis y la zona de
responsabilidad de los cuatro tetrarcas.
Mapa del Imperio romano durante la tetrarquía, en el que se muestran las diócesis y
la zona de responsabilidad de cada uno de los cuatro tetrarcas.
Aumento de divisiones sociales
Los nuevos gobernantes se deshicieron de la ficción legal de principios del Imperio
(cuando se describía al emperador como el primero entre iguales, el principal de
los senadores); los emperadores de Aureliano (270-275) en adelante abiertamente se
hacían llamar dominus et deus, «señor y dios», títulos que reflejaban la relación
de sumisión de los habitantes del imperio a sus soberanos.21 Se implantaron
complejos ceremoniales en las cortes imperiales y se extendió en ellas la adulación
servil. Con Diocleciano, el flujo de solicitudes directas al emperador se redujo
rápidamente y pronto cesó por completo. Ninguna otra forma de acceso directo al
mandatario los reemplazó: a partir de entonces, el emperador solamente recibía
información filtrada por sus cortesanos.22
Dentro del Ejército romano tardío, muchos reclutas e incluso oficiales tenían
orígenes bárbaros y se registraron ocasiones en las que los soldados realizaban
rituales probablemente de origen bárbaro, como el alzar a los pretendientes al
trono en escudos.29 Algunos estudiosos han visto esto como una indicación de
debilidad militar; otros disienten y sostienen que ni el origen bárbaro de las
tropas ni estos rituales menoscababan la eficacia o la lealtad del Ejército.30
Sólido de Juliano del año 361. Obsérvese la barba de Juliano, digna de un filósofo
neoplatónico. La inscripción reza: FL(AVIVS) CL(AVDIVS) IVLIANVS PP(=Pater Patriae,
"padre de la nación") AVG(=Augustus). En el reverso, un romano armado, con un
estandarte militar en una mano y un cautivo en la otra. Inscripción: VIRTVS
EXERCITVS ROMANORVM, «La valentía/virtud del ejército Romano». La marca de abajo es
SIRM, Sirmio.
Juliano (360-363) puso en marcha una campaña contra la corrupción oficial que
permitió que los gastos presupuestarios de la Galia se redujeran a un tercio de su
valor anterior, sin que por ello se dejasen de cubrir todos los gastos
gubernamentales.46 Obtuvo varias victorias contra los germanos que habían invadido
la Galia. Todas las sectas cristianas fueron toleradas oficialmente por Juliano, se
prohibió la persecución de los herejes y se fomentaron las religiones no
cristianas; se obligó incluso a algunos cristianos a devolver la propiedad pagana
robada o compensar la que habían destruido. Sin embargo, en lugar de someter toda
la Galia firmemente al control central o reducir la carga fiscal, lanzó una costosa
campaña contra los persas,31 que terminó en derrota y en su propia muerte. Joviano
en su breve reinado (363-364) tuvo que conceder el norte de la Mesopotamia y el
Kurdistán, que habían estado en poder los romanos desde antes de la Paz de Nisibis
del 299, para que los persas le permitiesen la retirada.47
Ambos eran cristianos y confiscaron las tierras de los templos que Juliano les
había devuelto, pero en general toleraron otras creencias. Valentiniano en
Occidente se negó a intervenir en la controversia religiosa; en el Este, Valente
tuvo que lidiar con los cristianos que no se ajustaban a sus ideas de la ortodoxia,
y en ocasiones empleó la persecución contra estos.50 Los dioses habían protegido
Roma durante siglos, pero su papel fue transferido al dios cristiano con
sorprendente facilidad.17 La riqueza de la iglesia aumentó de manera espectacular:
inmensos recursos, tanto públicos y privados, fueron destinados a la construcción
eclesiástica y al sostenimiento de la vida religiosa.51 Los obispos de ciudades
ricas eran por lo tanto capaces de ofrecer grandes patrocinios. Edward Gibbon
comentó que «la paga de los soldados se derrochó en multitudes inútiles de ambos
sexos, que solo podían alegar los méritos de la abstinencia y la castidad», aunque
no hay cifras de los monjes y monjas, ni de sus gastos de manutención. Los rituales
y edificios paganos tampoco habían sido baratos, por lo que la conversión al
cristianismo puede que no tuviese efectos adversos importantes en las finanzas
públicas.17 La competencia por los puestos eclesiásticos de prestigio en ocasiones
también causó algunos desórdenes públicos; cuando accedió al cargo el papa Dámaso I
en el 366, la elección dejó ciento treinta y siete cadáveres en la basílica de
Sicininus.52
La posición financiera de Teodosio debe haber sido difícil, ya que tuvo que pagar
por hacer una campaña costosa de una base de impuestos reducida. El negocio de
controlar a milicias de bárbaros también exigió regalos sustanciales de metales
preciosos.69 Sin embargo, él se representa como económicamente excéntrico, aunque
personalmente austero cuando en campaña.70 Por lo menos un impuesto adicional
provocó desesperación y disturbios en los que las estatuas del emperador eran
destruidas.71 Era devoto, un cristiano Niceno fuertemente influenciado por
Ambrosio, e implacable contra los herejes. En 392 se prohibió el honor incluso
privado a los dioses y ritos paganos como los Juegos Olímpicos. Él ordenó o fue
cómplice en la destrucción generalizada de edificios sagrados.72
Guerras civiles
Teodosio tuvo que enfrentarse a un usurpador poderoso en Occidente; Magnus Maximus
se declaró emperador en 383, despojó tropas de las regiones periféricas de
Britannia (probablemente reemplazando algunos con jefes federales y sus milicias) e
invadió la Galia. Sus tropas mataron a Graciano y fue aceptado como Augusto en las
provincias galas, donde fue responsable de las primeras ejecuciones oficiales de
herejes cristianos.73 Para compensarle a la corte occidental la pérdida de Galia,
Hispania y Britania, Teodosio cedió las diócesis de Dacia y de Macedonia. En 387
Maximus invadió Italia, obligando a Valentiniano II a huir hacia el este, donde
aceptó el cristianismo Niceno. Maximus alardeó ante Ambrosio de los números de los
bárbaros en sus fuerzas, y hordas de godos, hunos y alanos siguieron a Teodosio.74
Máximo negoció con Teodosio para su aceptación como el Augusto de Occidente, pero
Teodosio se negó, reunió a sus ejércitos, y contraatacó, ganando la guerra civil en
388. Hubo grandes pérdidas de tropas en ambos lados del conflicto. La Leyenda
galesa cuenta que Posteriormente las tropas derrotadas de Maximus se reasentaron en
Armórica, en lugar de regresar a Britania, y para el 400 Armórica era controlado
por bagaudas y no por la autoridad imperial.75
Teodosio restauró a Valentiniano II, quien seguía siendo un hombre muy joven, como
Augusto en Occidente. También nombró a Arbogasto, un general pagano de origen
franco, como comandante en jefe y guardián de Valentiniano. Valentiniano se peleó
en público con Arbogasto, no pudo hacer valer cualquier autoridad, y murió, ya sea
por suicidio o por asesinato, a la edad de 21. Arbogasto y Teodosio no lograron
llegar a un acuerdo y Arbogasto nominó a un funcionario imperial, Eugenio (392-
394), como emperador de Occidente. Eugenio hizo algunos intentos modestos para
ganar apoyo pagano,71 y con Arbogasto condujo un gran ejército para luchar otra
guerra civil destructiva. Fueron derrotados y muertos en la batalla de las
Frigidus, en la que se produjeron más pérdidas grandes especialmente entre los
federados godos de Teodosio. Las fronteras del nordeste a Italia nunca fueron una
guardia efectiva de nuevo.75
Los emperadores occidentales del siglo V, con breves excepciones, eran individuos
incapaces de gobernar con eficacia o incluso de controlar sus propios tribunales.77
Estas excepciones fueron los responsables de breve, pero notables resurgimientos
del poder romano.
395-406: Estilicón
En 401 Estilicón viajó a los Alpes a Recia, para reunir más tropas.99 Dejó el Rin
defendido solo por el «miedo» a las represalias romanas, en lugar de por fuerzas
adecuadas y capaces.99 A principios de primavera, Alarico, probablemente
desesperado,100 invadió Italia y condujo a Honorio hacia el oeste de Mediolanum, lo
asedió hasta Asti. Estilicón regresó tan pronto como los pases se habían despejado,
encontrándose con Alarico en dos batallas (cerca de Pollentia y Verona), sin
resultados decisivos. A los godos, debilitados, se les permitió retirarse a Iliria,
donde la corte occidental nuevamente le dio un cargo a Alarico, aunque solo como
comite y solo sobre de Dalmacia y Pannonia Secunda en lugar de la totalidad de
Iliria.101 Estilicón supuso probablemente que este pacto le permitiría al gobierno
italiano tener orden y reclutar nuevas tropas.91 También pudo haber planeado con la
ayuda de Alarico relanzar sus intentos de obtener el control sobre la corte
oriental.102
Alarico fue declarado nuevamente enemigo del emperador. Los conspiradores luego
masacraron a las familias de los soldados federados (por ser presuntos partidarios
de Estilicón, aunque probablemente se habían rebelado contra él), y las tropas
desertaron en masa a favor de Alarico.111 Los conspiradores parecen haber dejado
que su principal ejército se desintegrara,112 y no contaban con sistema político
alguno, salvo la caza de los partidarios de Estilicón.113 Italia, a partir de
entonces, se quedó sin fuerzas locales de defensa.78 Heracliano, un coconspirador
de Olimpio, se convirtió en gobernador de la diócesis de África, donde controló la
fuente de la mayoría de los granos de Italia, y utilizó ese poder para los
intereses del régimen de Honorio.114
En 410 Alarico tomó Roma por el hambre, saqueada durante tres días (había
relativamente poca destrucción, y en algunos lugares santos cristianos sus hombres
incluso se abstuvieron de demolición indiscriminada y violación), e invitó a sus
esclavos bárbaros restantes a unirse a él, lo que muchos hicieron. La ciudad de
Roma era la sede de las más ricas familias de la nobleza senatorial y el centro de
su patronazgo cultural; para los paganos era el origen sagrado del imperio, y para
los cristianos el asiento del heredero de San Pedro, el Papa Inocencio I, el obispo
de mayor autoridad de Occidente. Roma no se había rendido a un enemigo desde la
batalla de Alia más de ocho siglos antes. Refugiados extendieron la noticia y sus
historias por todo el Imperio, y el significado de la caída se debatió con fervor
religioso. Los cristianos y los paganos escribieron tratados amargos, culpando al
paganismo o al cristianismo, respectivamente, por la pérdida de la protección
sobrenatural de Roma, y en ambos casos culpando a los fracasos terrenales de
Estilicón.12988 Algunas respuestas cristianas predecían la inminencia del Día del
Juicio. Agustín en su libro "Ciudad de Dios" rechazó en última instancia, la idea
pagana y cristiana de que la religión debe tener beneficios mundanos; desarrolló la
doctrina de que la Ciudad de Dios en el cielo, sin daños por desastres mundanos,
era el verdadero objetivo de los cristianos.130 En términos más prácticos, Honorio
fue brevemente persuadidó a dejar de lado las leyes que prohíben a los paganos ser
oficiales del ejército, de modo que Generidus podría restablecer el control romano
en Dalmacia. Generidus hizo esto con eficacia inusual; sus técnicas fueron notables
para este periodo, en el que se incluyen la formación de sus tropas,
disciplinarlos, y darles suministros adecuados, incluso si tenía que usar su propio
dinero.131 Las leyes penales fueron reintegradas a más tardar el 25 de agosto 410 y
la tendencia general de la represión del paganismo continuó.132
Constancio se había casado con la princesa Gala Placidia (a pesar de sus protestas)
en 417. La pareja pronto tuvo dos hijos, Honoria y Valentiniano III, y Constancio
fue asignado a la posición de Augusto en 420. Esto le valió la hostilidad de la
corte oriental, que no había acordado con su asignación.151sin embargo Constancio
había alcanzado una posición inexpugnable en la corte occidental, en la familia
imperial, y como el comandante en jefe de un ejército parcialmente restaurado.152
153
Gala Placidia, como Augusta, madre del emperador, y regente hasta 437, podría
mantener una posición dominante en la corte, pero las mujeres en la Antigua Roma no
ejercían poder militar y ella no podía ser un general. Ella intentó durante algunos
años evitar la dependencia de una sola figura militar dominante, y mantener un
equilibrio de poder entre sus varios oficiales de alto rango, Aecio (magister
militum en la Galia), el conde Bonifacio gobernador en la diócesis de África, y
Flavius Felix magister militum praesentalis en Italia.159 Mientras tanto, el
Imperio se deterioró seriamente. Aparte de las pérdidas en la diócesis de África,
Hispania fue deslizándose fuera del control central y cayó en las manos de los
gobernadores locales y bandidos suevos. En la Galia la frontera del Rin se había
derrumbado, los visigodos en Aquitania pueden haber lanzado nuevos ataques contra
Narbona y Arelate, y los francos, cada vez más potentes, aunque desunidos, eran el
principal poder en el noreste. Aremorica fue controlado por los bagaudas, líderes
locales que no estaban bajo la autoridad del Imperio.160 Aecio hizo una campaña
vigorosa y sobre todo victoriosa, derrotando a visigodos, francos agresivos, nuevos
invasores germánicos, bagaudas en Aremorica, y una rebelión en Noricum.161 No es la
primera vez en la historia de Roma en que, un triunvirato de gobernantes
desconfiados mutuamente, resultó inestable. En 427 Félix trató de reconquistar a
Bonifacio de África; él se negó, y venció la fuerza invasora de Félix. Bonifacio
probablemente reclutó algunas tropas Vándalas entre otros.162
En 428 los vándalos y los alanos se unieron bajo el poder del feroz, y longevo rey
Genserico; quien trasladó todo su pueblo a Tarifa cerca de Gibraltar, los dividió
en 80 grupos nominalmente de 1000 personas (tal vez 20 mil guerreros en total),134
y cruzó de Hispania a Mauritania sin oposición. El estrecho de Gibraltar no eran
una vía importante en el momento, y no había fortificaciones significativas ni
presencia militar en este extremo del Mediterráneo. Pasaron un año moviéndose
lentamente a Numidia, derrotando a Bonifacio. Este regresaría a Italia, donde Aecio
había recientemente ejecutado a Felix. Bonifacio fue ascendido a magister militum y
se ganó la enemistad de Aecio, que pudo haber estado ausente en la Galia en el
momento. En 432 los dos se encontraron en la batalla de Rávena, que dejaron a las
fuerzas de Aecio derrotadas y a las de Bonifacio gravemente afectadas. Aecio se
retiró temporalmente a sus fincas, pero después de un intento de asesinato levantó
otro ejército huno (probablemente concediendo partes de Panonia a ellos) y en 433
regresó a Italia, superando a todos sus rivales. Aecio nunca amenazó con
convertirse en un Augustus y por lo tanto mantuvo el apoyo de la corte oriental
donde, el primo de Valentiniano, Teodosio II reinó hasta 450.163
Los vicios de un imperio en declive, de los que habían sido víctima tanto tiempo;
el cruel absurdo de los príncipes romanos, incapaces de proteger a sus súbditos
contra el enemigo público, dispuestos a confiar en ellos con armas para su propia
defensa; el peso intolerable de impuestos, aún más opresivo por los modos
intrincados o arbitrarias de la colección; la oscuridad de numerosas y
contradictorias leyes; las formas tediosas y costosas de los procesos judiciales;
la administración parcial de la justicia; y la corrupción universal, lo que aumentó
la influencia de los ricos, y agravó las desgracias de los pobres.166
Aunque estos hombres difieren en costumbres e idioma de aquellos con los que se han
refugiado, y no están acostumbrados también, si se me permite decirlo, al olor
nauseabundo de los cuerpos y la ropa de los bárbaros, sin embargo, prefieren la
extraña vida que encuentran allí a la injusticia abunda entre los romanos. Así que
te encuentras pasando por encima de los hombres en todas partes, ahora a los godos,
ahora a la bagaudas, o lo que otros bárbaros han establecido su poder en cualquier
lugar. Llamamos a esos hombres rebeldes y totalmente abandonados, a los que nos han
obligado a delinquir. Porque por lo que otras causas eran hicieron bagaudas guardar
por nuestros actos injustos, las decisiones malvadas de los magistrados, la
proscripción y la extorsión de los que han convertido las exacciones públicas para
el incremento de sus fortunas privadas e hizo el impuesto indicciones su
oportunidad para el saqueo167
Los estragos del enemigo eran apenas visible, que la isla fue inundada con una
extraordinaria abundancia de todas las cosas, mayor de lo que se conoce antes, y
con ella se criaron todo tipo de lujos y desenfreno.168
"Para Aecio, ahora cónsul por tercera vez: los gemidos de los británicos ". Y por
lo tanto de nuevo: -" Los bárbaros nos conducen al mar; el mar nos lanza de nuevo
hacia los bárbaros: así dos modos de morir nos esperan, ya sea asesinado o ahogamos
"Los romanos, sin embargo, no podía ayudarles...168
Los visigodos dieron otro pasó en su camino hacia la plena independencia; hicieron
su propia política exterior, el envío de princesas para unirse (y no sin éxito) en
alianzas matrimoniales con Rechiar, rey de los suevos y con Hunerico, hijo del rey
vándalo Genseric.169
las tropas, que habían sido enviadas contra Genserico, se apresuraron a recuperar
Sicilia; las guarniciones, en el lado de Persia, se agotaron; y una fuerza militar
fue reclutada en Europa, que hubiera sido temible por sus números, si los generales
hubieran entendido la ciencia de comando, y los soldados el deber de obediencia.
Los ejércitos del imperio oriental fueron vencidos en tres enfrentamientos
sucesivos... Desde el Helesponto a Termópilas, y los suburbios de Constantinopla,
Atila devastó, sin resistencia y sin piedad, las provincias de Tracia y Macedonia
172
Las Invasiones de Atila del este fueron detenidas por las murallas de
Constantinopla, y este extremo oriental del Mediterráneo fue fuertemente
fortificado. No hubo invasiones bárbaras significativas por mar en las zonas ricas
del sur de Anatolia, el Levante y Egipto.173 A pesar de amenazas internas y
externas, y de la creciente discordia religiosa en Occidente, estas provincias se
mantuvieron prósperas y contribuyentes para recolectar los impuestos; a pesar de
los estragos de los ejércitos de Atila y las extorsiones de sus tratados de paz, el
ingreso fiscal general siguió siendo adecuado para las funciones esenciales del
Estado del imperio oriental.174175 Genserico asentó los vándalos como propietarios
de tierras176 y en 442 fue capaz de negociar los términos de paz muy favorables a
la corte occidental. Mantuvo sus ganancias y su hijo mayor Hunerico fue honrado por
el matrimonio con la princesa Eudocia, que llevaba la legitimidad de la dinastía de
Teodosio. la Esposa Goda de Hunerico era sospechosa de tratar de envenenar a su
padrastro Genserico; y ella fue enviada a casa sin nariz o las orejas, y su alianza
goda llegó a su fin antes de tiempo.177 Los romanos recuperaron Numidia, y Roma de
nuevo recibió un suministro de grano de África.
En tanto que el dominio romano duró, los soldados se mantuvieron en muchas ciudades
a expensas del público para proteger el muro de la frontera. Cuando esta costumbre
cesó, los escuadrones de soldados y el muro de la frontera fueron borrados juntos.
La tropa en Batavis, sin embargo. Algunos soldados de esta tropa que habían ido a
Italia a buscar el pago final a sus camaradas, y nadie sabía que los bárbaros los
habían matado en el camino 184
En 454 Aecio fue apuñalado a muerte personalmente por Valentiniano, quien fue
asesinado por los partidarios del general muerto un año más tarde.185
Pensó que había matado a su amo; se encontró con que había matado a su protector, y
él, indefenso, cayó víctima a la primera conspiración que fue tramada contra su
trono.186
En 456, el ejército visigodo estaba demasiado ocupado en Hispania para ser una
amenaza efectiva para Italia, y Ricimero acababa de destruir una flota pirata
vándala de sesenta naves. Mayoriano y Ricimero marcharon contra Avito y lo
derrotaron cerca de Placencia. Avito se vio obligado a convertirse en obispo de
Plasencia, y murió (posiblemente asesinado) unas semanas más tarde.194
Sin embargo, la flota fue quemada por traidores, y Mayoriano tuvo que hacer las
paces con los vándalos, regresando a Italia. Al arribar a Roma, Ricimero lo arrestó
y lo ejecutó cinco días después. Marcelino en Dalmacia, y Egidio alrededor de
Soissons, en el norte de la Galia, rechazaron tanto a Ricimero, como a sus títeres,
y mantuvieron una versión de la dominación romana en sus áreas de influencia.199
Ricimero más tarde entregó a Narbona y sus alrededores a los visigodos, en
recompensa por su ayuda contra Egidio. Esto hizo imposible a los ejércitos romanos
marchar de Italia a Hispania.
Tremissis de Antemio
Después de 16 meses sin un emperador occidental, el tribunal del Este nombró a
Antemio, un general de éxito que tuvo un fuerte apoyo del trono del Este. Llegó a
Italia con un ejército, apoyado por Marcelino y su flota; casó a su hija Alipia con
Ricimero, y fue proclamado Augusto en 467, con el beneplácito de León I.
En 468, al gran gasto, el imperio oriental formó una enorme fuerza para ayudar a
Occidente a retomar la diócesis de África. Marcelino expulsó rápidamente a los
vándalos de Cerdeña y Sicilia, y una invasión terrestre los desalojó fuera de
Tripolitania. El comandante en jefe de la fuerza principal derrotó a una flota
vándala cerca de Sicilia y desembarcó en el cabo Bon. Aquí, Genserico ofreció su
rendición, si podía tener una tregua de cinco días para preparar el proceso. Él
utilizó el respiro para preparar un ataque a gran escala precedido por naves de
guerra, que destruyeron la mayor parte de la flota romana y mataron a muchos de sus
hombres.
Ricimero entró en conflicto con Antemio y lo sitió en Roma. La ciudad se rindió por
hambre en julio de 472.202 Antemio fue capturado y ejecutado por orden de Ricimero.
Anicio Olibrio fue proclamado como nuevo emperador de Occidente y coronado por el
príncipe burgundio Gundebaldo, que era sobrino de Ricimero. En agosto, Ricimero
murió de una hemorragia pulmonar. Olibrio murió poco después, en octubre del mismo
año.203
En 474, Julio Nepote, sobrino y sucesor del general Marcelino, llegó a Roma con los
soldados y la autoridad del emperador de Oriente León I. Gundebaldo se había
marchadoa a la Galia, para disputar el trono de Borgoña,204 por lo que Glicerio se
rindió sin luchar. Se retiró para convertirse en obispo de Salona, en Dalmacia.204
Clodoveo (en Galia), Hunerico (en África), Teodorico (como rey en Italia y regente
en Hispania), juraron lealtad a Oriente, siendo ambos nombrados cónsules por el
Emperador, representándole y actuando en su nombre.
Legado
El Imperio romano no era solo una unidad política forzada por la violencia. También
ocasionó el progreso de la civilización en la cuenca del Mediterráneo y más allá.
Impulsaba la producción, el comercio, y la arquitectura, la alfabetización secular
generalizada, la ley escrita, y una lengua internacional de la ciencia y la
literatura.214
Los bárbaros occidentales, romanos por el ius soli, continuaron el legado romano
bajo nuevas formas, influenciados desde Constantinopla.214
Véase también
Historiografía de la decadencia del Imperio romano
Imperio bizantino
Rómulo Augústulo
Referencias
Glen Bowersock, "The Vanishing Paradigm of the Fall of Rome" Bulletin of the
American Academy of Arts and Sciences 1996. vol. 49 no. 8 pp. 29-43.
Momigliano, 1973.
Alexander Demandt: 210 Theories Archivado el 16 de marzo de 2015 en Wayback
Machine., quoting A. Demandt, Der Fall Roms (1984) 695.
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Romani malum orbis stimulabat proprii ordinis contumelia, 34 quia primus ipse metu
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vetuit et adire exercitum. Huic novem annorum potentia fuit.»
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Macarius Magnes, Apocriticus IV: 23: «Por lo tanto, usted comete un gran error al
pensar que Dios se enoja si cualquier otro es llamado dios y obtiene el mismo
título que Él mismo. Porque ni siquiera los gobernantes se oponen al título de sus
súbditos, ni los amos de los esclavos.»
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como estaba en la más extrema indigencia, se desprende más claramente de este
hecho: cuando entró por primera vez en esas partes, descubrió que se exigían
veinticinco piezas de oro en concepto de tributo [...]; pero cuando se fue, sólo
bastaron siete para la plena satisfacción de todos los deberes. Y a causa de esto
(como si un sol claro los hubiera iluminado después de la terrible oscuridad),
expresaron su alegría en regocijos y bailes.»
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